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El proceso creativo en la construcción de guiones audiovisuales para series

dramáticas

Lunes 5 de septiembre de 2005, por LA REVISTA DEL GUION... cada martes en la red

Elena Galán Fajardo

Profesora de Comunicación Audiovisual de la Universidad de Extremadura.

El artículo forma parte de la documentación obtenida para la elaboración de la tesis


doctoral: “Construcción social de la realidad y caracterización de los personajes en las
series dramáticas profesionales” en España (1998-2003). Antecedentes y evolución”

Introducción

A pesar de que la televisión en España celebrará próximamente el cincuentenario desde sus


primeras emisiones, la existencia de bibliografía especializada en sus contenidos y en el
proceso creativo de sus distintos formatos es aún escasa; aunque en los últimos años han
comenzado a aparecer manuales y libros específicos que estudian, ya no desde una
perspectiva literaria sino audiovisual, la idiosincrasia de uno de los medios de
comunicación y socialización más importantes.

Los formatos de ficción nacionales se generalizan a mediados de los años noventa,


desplazando de la parrilla de programación a los formatos extranjeros (un hecho insólito
hasta ese momento) y van evolucionando rápidamente hacia nuevas tendencias; fenómeno
que provoca la necesidad de nuevas pautas creativas.

Si las miniseries literarias de los años setenta y ochenta eran realizadas o adaptadas
normalmente por un único guionista, las comedias de situación y las series corales que
protagonizan la década de los noventa y que continúan triunfando en la actualidad,
necesitan un ritmo de producción más rápido, dada la amplitud de las distintas temporadas
de emisión y su frecuencia semanal o diaria, así como la introducción de escenarios
exteriores y secuencias de acción. Todas estas novedades exigen una mayor dedicación
temporal, lo que se traduce en la necesidad de un grupo de guionistas (en ocasiones con
funciones claramente diferenciadas) que puedan afrontar y crear los guiones con la rapidez
necesaria.

No obstante, no se puede hablar de un modelo generalizado en la creación de las tramas y


personajes, pues varía de una productora a otra; aunque existe, a pesar de estas pequeñas
diferencias, un proceso similar en las series dramáticas que se basan en la realidad para
crear sus argumentos: “Periodistas” (1998), “Policías en el corazón de la calle” (1999), “El
Comisario” (1999), “Hospital Central” (2000) o “Una nueva vida” (2003), entre otras.

El proceso creativo
El punto de arranque de una serie de ficción comienza con la Biblia, que recoge la idea de
la serie, el formato, su ubicación en la parrilla, el soporte, el público al que va destinado, la
descripción de los personajes, una sinopsis general de la serie y sinopsis de los capítulos
que componen la temporada, entre los datos más relevantes.

En el caso de las series profesionales, resulta imprescindible conocer bien el entorno en el


que se van a desarrollar, bien sea un periódico, una comisaría o un hospital. Sólo utilizando
la jerga propia de cada ámbito laboral, el realismo será posible. Para ello, es imprescindible
una etapa previa de documentación con el fin de conocer bien el entorno y cómo se
comportarán o se comunicarán los personajes.

Con el fin de conseguir ese ansiado realismo, las series profesionales buscan gran parte de
sus tramas en las noticias de prensa, de ahí su similitud con la realidad. Muchas de estas
historias son dramatizadas con el fin de obtener el interés del público y, por tanto, los temas
que tratan suelen ser coincidentes: la prostitución, la inmigración, los robos, el abuso sexual
en menores, la violencia de género o la aparición de enfermedades que preocupan a la
sociedad como el cáncer, el sida o el Alzheimer.

En el caso de “Periodistas”, como confirman sus propios guionistas, el primer paso es poner
en común un conjunto de ideas para seleccionar las que se desarrollarán en cada capítulo en
el proceso conocido como “tormenta de ideas”. Aquellas que no se utilicen quedarán
relegadas a un “banco de ideas” para poder consultarlas cuando sea necesario. De las ideas
seleccionadas se procede a la elaboración de una primera escaleta o esqueleto del guión.
Otras productoras como Videomedia (creadora de “Hospital Central”) o Boca Boca (“El
Comisario”) trabajan de un modo similar.

Tres modelos creativos: Globomedia, Videomedia y Boca Boca

Globomedia: “Periodistas”

En el año 1998, la productora Globomedia estrena la serie “Periodistas”, que supondrá una
revolución en el panorama televisivo español al ofrecer grandes dosis de realismo. El
equipo de guionistas está compuesto por un total de once personas. La serie presenta dos
peculiaridades: por un lado, no responde a una necesidad previa del público y por otro, se
aleja de los patrones familiares. No obstante, la productora Globomedia, que cuenta con los
análisis del gabinete audiovisual GECA, parte ya con cierta seguridad: tras una serie de
estudios se llega a la conclusión de que una serie profesional de esas características puede
interesar a un determinado sector del público que no se identifica con otros productos. Tras
el éxito obtenido, el formato que será conocido como el de “series profesionales”, será
desarrollado por otras productoras como Videomedia o Boca a Boca. No obstante, el éxito
no será una constante en todas ellas, a pesar de contar con ingredientes semejantes.

Videomedia: “Hospital Central”

“Hospital Central” surge, tal y como se indica en la Biblia de la serie, como una teleserie
dramática que “pretende reflejar la realidad social con rigor y sin sensiblerías”, combinando
las características básicas de los dramas médicos y dotándola de elementos realistas.
La necesidad de producir una serie alejada de las comedias de situación y reflejar la
realidad en la que viven miles de ciudadanos, hace que los autores se planteen un formato
diferente desde un punto de vista también dispar. Por ese motivo, los personajes
pertenecerán a distintas clases sociales y serán accesibles y cercanos para el telespectador.
Se pretende reflejar el mundo real con toda su crudeza. Para ello el equipo de guionistas
será asesorado continuamente por profesionales a través de una serie de tramas médicas y
personales.

Antonio Mercero, comenta cómo en 1999 comienza a trabajar en la serie Línea roja, junto a
Moisés Gómez y Jorge Díaz, llevando a cabo una importante transformación de lo que
posteriormente se conocerá como Hospital Central, cuyo equipo, en un principio, estará
compuesto por tres personas. Los orígenes de la historia surgen cuando alguien tiene la idea
de hacer una serie sobre un hospital (en concreto, sobre un servicio de urgencias). Se la
vende a Telecinco y la idea gusta.

En este caso, habrá dos equipos de guionistas (compuestos cada uno de ellos por dos
individuos), que trabajarán integrados en el resto de los departamentos. Cada uno contará
con la figura de un coordinador-director, que tendrá como misión la redacción final de los
guiones para dotarlos de unidad estilística. En un principio, se evalúa el proceso total de
elaboración en un mes.

Parte de los guionistas del equipo se encargan de buscar tramas médicas para desarrollar en
cada capítulo y van creando el arco del personaje (cómo va a ir evolucionando a lo largo de
la serie). Normalmente, se comienza desde el final hacia atrás partiendo de una realidad:
por ejemplo, si un personaje posee determinadas características se va retrocediendo para
intentar averiguar por qué se encuentra en ese punto y comprender así su situación actual.
Los personajes secundarios no suelen tener arcos a no ser que estén desarrollados.

El arco del personaje puede abarcar varios capítulos. Según los guionistas, se trabaja con un
margen de cuatro capítulos. Disponen de un médico que les asesora en las tramas y con el
que se entrevistan dos veces a la semana. Suelen ser ellos los que les presentan las tramas y
es el médico, el que corrige posibles errores en cuanto al tratamiento o la evolución de la
enfermedad, ya que se persigue obtener el mayor realismo posible. En el mismo plató existe
una enfermera que aconseja a los actores sobre cómo comportarse y una persona del Samur
que se encarga de ayudarles en la grabación en exteriores.

En la elaboración de los guiones, se realizan dos versiones. Una primera versión que hace
el guionista y que después pasa al coordinador, que se encarga de poner notas de
corrección. Esa copia pasa a la productora ejecutiva que también pone notas. Con todo esto
se hace una segunda versión que se devuelve al coordinador, que hace una estructura
definitiva para producir. Por tanto, no se lleva nada a cabo por parte de los guionistas si no
es admitido por el coordinador. En Videomedia no se escribe en grupo como en otras
productoras, sino que cada uno escribe su guión y después son homogeneizados por el
coordinador, que es el que tiene una información completa de lo que va a suceder. Suelen
hacerse reuniones temporales para discutir hacia dónde van los personajes, sobre todo antes
de comenzar una temporada. Se describe un arco dramático del capítulo 1-13 de cada
temporada y después hay que distribuir en cada capítulo todo el contenido. A veces la
cadena exige tanto que no hay tiempo y se va haciendo de cuatro en cuatro capítulos. Lo
ideal es disponer de uno o dos meses para organizar todo el trabajo en la pizarra de tramas y
de personajes. En ella se indica el arco dramático del 1-13 y cómo va evolucionando en
cada capítulo y, paralelamente, se van colocando las tramas en función de lo que le ocurra
al personaje.

Boca Boca Producciones: “El Comisario”

Según los creadores del formato, la idea clave es hacer una serie policíaca en la que los
agentes no se limiten a resolver casos más o menos complejos sino que también muestren
su faceta más humana. Se opta por situar la acción en una comisaría local, con competencia
para investigar una gran variedad de delitos sin tener que derivarlos a instancias superiores.
El personaje que vertebra y da unidad a los distintos casos es, obviamente, el comisario.

La plasmación de esta idea en los guiones y capítulos piloto sufre diversos vaivenes.
Muchos elementos del proyecto original son desestimados a medida que la serie va
tomando su forma definitiva. Poco a poco las historias y los personajes adquieren más
fuerza y dramatismo, el humor va distanciándose de la sit-com. y acercándose a la ironía y
los casos policíacos ganan complejidad, sin perder rigor ni veracidad. Paralelamente, se
pierde el miedo a introducir escenas de acción cada vez más arriesgadas.

Tal y como explican sus propios guionistas, la serie va variando en su estructura desde la
primera temporada de emisión hasta llegar a consolidarse en un sistema de trabajo
organizado, considerado como el más eficaz para los fines perseguidos.

La planificación de los guiones se organiza del siguiente modo: un documentalista se


encarga de proporcionar mensualmente un dossier de noticias y artículos procedentes de la
prensa y concernientes a sucesos relacionados con el ámbito policial, al equipo de
coordinación de guiones. Por otro lado, periódicamente se llevan a cabo una serie de
reuniones en las que los guionistas son asesorados por miembros de la policía en grandes
ciudades, en concreto, Madrid y Barcelona. Tras debatir todos los artículos que podrán
convertirse en posibles tramas argumentales, tiene lugar una reunión a la que acude el
equipo de guionistas al completo, la documentalista y los productores y donde se
seleccionan varias tramas principales y varias secundarias que pasarán a convertirse en
material dramático.

En cuanto a la construcción de los personajes, Ignacio del Moral explica la necesidad que
tiene un guionista de televisión de saber adaptarse a las normas del medio para que sepa
aceptar con naturalidad cualquier corrección o eliminación de su material original. El
sistema de trabajo que emplean en Boca Boca es diferente al de Videomedia: en primer
lugar, el coordinador de guiones, en este caso Ignacio del Moral, corrige lo que llega a sus
manos del equipo de guionistas y emite algunas notas. Más adelante, habla con un
compañero de producción acerca de los problemas que se pueden plantear y en cuanto a
recursos materiales que se han plasmado en dicho guión. Cuando se está rodando, apenas se
producen cambios, sólo pequeños detalles que son solicitados por el director.

Bibliografía
Alba, G. (1999). “Cómo construir personajes a partir de la prensa diaria”. En Vilches, L.
(Comp.). Taller de escritura para televisión. Barcelona: Editorial Gedisa, pp. 185-228.

Gabinete de Estudios de la Comunicación audiovisual (GECA). (1998) El anuario de la


televisión en España, 1999. Madrid: Geca Consultores.

García de Castro, M. (2002). La ficción televisiva popular. Una evolución de las series de
ficción en España. Barcelona: Editorial Gedisa.

González, A. (31, enero, 2000). “Los buenos chicos de la prensa”. La Revista, 117. En El
Mundo.

Vilches, L., Berciano, R., Lacalle, C., Algar, S. y Polo, S. (2000). “Menos familia y más
policía”. En Informe Eurofiction, 2000.

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