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REPÙBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA DEFENSA

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL POLITÈCNICA DE LA


FUERZA ARMADA NACIONAL BOLIVARIANA

UNEFA

NÙCLEO ANZOÀTEGUI – SEDE SAN TOMÈ

Fisiología del estrés

Profesor: Estudiante:

Ing. Jorge Requena. Dum Graciela, C.I: 30218226

4to semestre.

Asignación: semana 15

San Tomé, febrero 2021


Índice

Pág.

Introducción…………………………………………………………………………3

Estrés abiótico:

Déficit de agua…………………………………………………………………….4-8

Bajas y altas temperaturas…………………………………………………………8-9

Hipoxia……………………………………………………………………………9-10

Estrés oxidativo………………………………………………………………….10-11

Conclusión…………………………………………………………………………...12

Bibliografía…………………………………………………………………………..13
Introducción

La definición más sencilla de estrés es la perdida de homeostasis, que consiste en


el máximo equilibrio entre los organelos celulares y el potencial de trabajo que una
célula puede tener. Cualquier circunstancia que afecte el equilibrio celular es una
situación de estrés que puede ser recuperable, reversible o totalmente irreversible y
ocasionar la muerte del vegetal. Ante estas situaciones desfavorables, las plantas pueden
generar respuestas de diferente magnitud. El termino respuesta se define como cualquier
alteración, tanto estructural como funcional que se produce en las plantas como
consecuencia del estrés. El estrés abiótico es el impacto negativo de los factores no
vivos sobre los organismos vivos en un entorno específico. Entre estos se encuentra la
sequía, la salinidad, las temperaturas extremas (calor, frio, congelación). En el estrés
hídrico se incluyen el estrés por salinidad (en su componente osmótico), y el estrés por
sequía. La salinidad está dada por un incremento de solutos en el agua del suelo o del
medio en el que se desarrolla la planta, cuando esto ocurre se reduce el potencial
hídrico de ese medio, y las plantas experimentan dificultades para absorber agua, esta
deficiencia por tanto trae como resultado un estrés hídrico en la planta. Por otro lado,
el estrés por sequía se define, como cualquier situación en la cual la cantidad de agua
disponible para la planta es menor que la cantidad de agua requerida para sostener al
máximo el crecimiento y la productividad.
Estrés en las plantas

La planta que crece en condiciones óptimas se halla en situaciones de estrés cero. A


medida que los diferentes factores se alejan de su situación ideal, hace que una función
se altere circunstancialmente.

Las plantas son organismos incapaces de moverse de un lugar a otro en busca del
ambiente más adecuado para su crecimiento, y por lo tanto, están sometidas
frecuentemente a situaciones de estrés medioambiental. El concepto de estrés implica la
presencia de un factor externo a la planta, provocado por el medio ambiente, que ejerce
una influencia negativa para su óptimo crecimiento y desarrollo.

Las plantas a lo largo de su vida, están expuestas a un gran número de factores o


condiciones estresantes, en el caso del estrés abiótico se pueden nombrar: estrés hídrico,
estrés salino, estrés por temperaturas extremas, entre otras.

Las plantas han desarrollado diferentes respuestas y adaptaciones que les permiten
sobrevivir en condiciones de constante déficit hídrico. Muchas de estas adaptaciones
están relacionadas con una mayor capacidad de tomar agua o con un uso más eficiente
de este recurso. Las condiciones ambientales en las cuales las plantas se desarrollan son
percibidas por los distintos órganos, y esta información se transmite internamente
mediante la modulación de la síntesis de señales, fundamentalmente hormonas que
activan las respuestas de desarrollo y crecimiento vegetativo. Las plantas responden
ante una situación de estrés (abiótico o biótico) en cuatro fases:

La primera es la Fase de alarma, en la cual se activan los mecanismos defensivos


de los que dispone la planta para hacer frente al estrés, esta activación conduce a la
acomodación del metabolismo celular a las nuevas condiciones, a la activación de los
procesos de reparación de la maquinaria celular dañada y a la expresión de las
adaptaciones morfológicas adecuadas.

La segunda fase es la Fase de resistencia, en la que los cambios que se producen


permiten a la planta alcanzar un nuevo estado fisiológico óptimo, si la situación de
estrés se mantiene durante un tiempo excesivo, la capacidad de resistencia se agota y la
planta detiene nuevamente sus funciones. Si esto ocurre la planta entra entonces en

La tercera fase denominada Fase de agotamiento, que culmina con la muerte de


la planta si la condición de estrés no desaparece a tiempo. Si el estrés cesa, las funciones
fisiológicas de la planta pueden regenerarse y esta puede alcanzar un nuevo estado
fisiológico óptimo para las condiciones presentes; esta última fase se denomina Fase de
regeneración.

El estrés abiótico

En el transcurso de la evolución ha ocurrido un ajuste de los diferentes organismos


por las condiciones de disponibilidad de agua. De todos los recursos que la planta
necesita para crecer y desarrollarse, el agua es el más importante y limitante de los
recursos.

Se han distinguido tres tipos de plantas en relación con la adaptación al medio hídrico:

Mesófitas: plantas que habitan en lugares en donde, por lo general, no presentan


deficiencias ni excesos de agua.

Hidrófilas: son especies que viven en lugares donde el agua es factor limitativo.

Xerófilas: son aquellas que tienen agua disponible permanentemente y el factor que
limita su crecimiento es el oxigeno.

Cuando el potencial agua de la raíz se iguala con el potencial del suelo, ya no se


absorbe agua y la planta se deshidrata. El estrés hídrico por sequia está asociado a los
ambientes con bajas pluviometría o con distribución irregular de las lluvias.

Déficit hídrico o de agua

El déficit hídrico es el más importante que afecta el crecimiento de las plantas. A


menudo en días, calurosos y soleados, se presentan déficit hídrico transitorio al
mediodía debido a que temporalmente la pérdida excede la absorción de agua, aun con
alta disponibilidad de agua en el suelo. El déficit hídrico permanente es provocado por
una disminución en disponibilidad de agua en el suelo.

La pérdida de agua en los tejidos vegetales pueden influir en el metabolismo de las


plantas por:

 Reducción del potencial hídrico.


 Disminución de la presión de turgencia.
 Concentración de solutos, a medida que disminuye el volumen celular.
 Cambio en la estructura de las macromoléculas como consecuencia de la
eliminación de aguan de hidratación.

La mayoría de los efectos de los déficit hídricos son, probablemente secundarios y


consecuencias de la actuación de sustancias reguladoras de la planta. Los reguladores de
crecimiento participan en las diferentes respuestas. El déficit hídrico afecta los niveles
de giberelinas y auxinas, aunque no se ha demostrado que estos reguladores tengan un
papel importante en respuesta al estrés. La producción de etileno es estimulada y la
síntesis de citoquininas reducida como consecuencia de la sequia, estas modificaciones
se las ha relacionado con respuestas tales como senescencia foliar y cierre estomático.
Sin embargo, es el acido abscísico (ABA) el que desempeña una conjugación de iones
Ca+, el papel más importante en la integración de las respuestas de la planta, tanto al
estrés hídrico, como a otros estreses ambientales, tales como la salinidad y a
temperaturas elevadas.

En términos biológicos y aplicados a la ecofisiología de plantas, el término sequía


puede ser definido como el conjunto de circunstancias bajo las cuales las plantas sufren
una reducción del crecimiento o producción por causa de insuficientes recursos hídricos
o, porque a pesar de que aparentemente hay suficiente agua en el suelo, el déficit hídrico
es demasiado elevado (la demanda evaporativa es muy alta y supera la capacidad de la
planta de aprovisionar agua a las hojas) o bien el agua no está físicamente disponible
(por ej. por estar congelada o fuertemente retenida por sales o partículas de suelo muy
finas) (Passioura, 1996; Savé et al., 1999).

Estrés salino

Las sales presentes en el agua de riego se acumulan a un ritmo más o menos


acelerado y determinan la degradación la pérdida del valor agrícola de los suelos. En la
mayoría de los suelos, el potencial osmótico no es lo suficiente bajo para inhibir la
absorción de agua por las raíces. No obstante, existen situaciones en las que las
concentraciones de sales en el suelo llegan a ser tan elevada que impide o disminuye la
absorción de agua. Algunas plantas que crecen en suelos salinos pueden realizar ajustes
osmóticos, y de esa manera, impiden la perdida de turgencia. La resistencia de las
halófitas no es consecuencia de un metabolismo resistente a la salinidad, sino que las
plantas evitan las lesiones mediante la exclusión de iones por las hojas.

El factor osmótico de la facultad que entraña para las plantas compensar los
valores negativos que pueden alcanzar el potencial hídrico del suelo salino. Los
potenciales del suelo pueden alcanzar valores entre -1y -5 bares, en estas condiciones,
las plantas pueden absorber el agua fácilmente ya que las células de la raíz consiguen
alcanzar bajos potenciales.

El factor iónico de la salinidad radica en la toxicidad iónica. Los iones que más
problemas inducen son el cloruro, el sodio, aunque otros como el nitrato, el sulfato o el
amonio también son tóxicos.

Las plantas halófitas, son plantas adaptadas a la salinidad, pueden dividirse en


plantas exclusivas o inclusivas de iones, Las exclusivas son aquellas que, mediante
diversos mecanismos consiguen que la sal llegue a las hojas en cantidades mínimas. Por
el contrario las inclusivas absorben gran cantidad de sales y las almacenan en las
vacuolas de las células parenquimáticas.
La sequia, la salinidad, las altas temperaturas y el encharcamiento provoca la
reducción del potencial hídrico de los tejidos. Las plantas responden a este cambio
sintetizando una amplia gama de compuestos, denominados osmoprotectores, que
actúan como osmolitos facilitando la retención de agua por el citoplasma, reajustando el
potencial hídrico, intracelular o bien actuando como verdadero compuestos protectores
que estabilizan la estructura de las membranas. Entre los osmoprotectores se
encuentran compuestos nitrogenados como la prolina, además de azucares,
polialcoholes y las proteínas LEA, abundantes en las semillas en la fase de disecación.

Bajas y altas temperaturas

Puede deberse al frio, calor o a la congelación. Con respecto a la temperatura, las


plantas se han denominado poikilotermicas, porque sus tejidos adoptan la temperatura
del medio. La temperatura condiciona la velocidad de las reacciones químicas
catalizadas enzimáticamente, además, modifica las estructuras y la actividad de las
macromoléculas y determina el estado físico del agua. La mayoría de las plantas
reducen su crecimiento a temperaturas superiores a los 40 º C, solamente las plantas
xerofitas son capaces de sobrevivir cuando la temperatura supera los 50 º C. el estrés
por frio aparece entre los 15 y 0º C y por debajo de 0º C suele producirse estrés por
congelación.

El estrés tanto por calor como por frio provoca perdida de semipermeabilidad de la
membrana, ya que modifica la microviscosidad o fluidez de las membranas, además el
estrés puede por temperatura extrema tiene otros efectos, como son la reducción de la
tasa de crecimiento la inhibición de la fotosíntesis y de la respiración, y la activación de
la senescencia.

El calor produce la microviscosidad de las membranas, mientras que el frio la


aumenta. La adaptación de las plantas al calor consiste en aumentar el porcentaje de
ácidos grasos saturados, con lo cual aumenta la temperatura a la que se produce la
transición de fase. Por el contrario la adaptación de las plantas al frio se basa en el
aumento del porcentaje de ácidos grasos insaturados que tiene el efecto contrario.

La capacidad de súper enfriamiento permite a las plantas tolerar la


congelación.las plantas anuales evitan la congelación acelerando su ciclo vital, de forma
que cuando sobreviene el estrés ya han formado las semillas. Si el congelamiento es
lento, el congelamiento es extracelular y la célula se puede recuperar luego de ser
descongelada.

Hipoxia

Ante la amenaza del cambio climático y el crecimiento demográfico, se necesitan


mejores cultivos para garantizar la seguridad alimentaria. En algunas regiones, el déficit
de oxígeno (es decir, la hipoxia) es una agente estresante que afecta a la productividad
de las plantas. 

El estrés tiene lugar al generarse en las raíces falta de oxígeno, poco soluble y
difusible en el agua (hipoxia e incluso anoxia), exceso de CO2 y sobreproducción de
etileno. Substancias tóxicas como etanol, acetaldehido y compuestos cianógenos son
también consecuencia del encharcamiento de las raíces. En condiciones anaeróbicas el
etileno que, en condiciones de aerobiosis no escapa a la atmósfera, se acumula tanto en
las plantas como en el suelo. En las plantas, alcanza valores muy superiores a los
producidos en condiciones normales y da lugar a síntomas morfológicos y fisiológicos
característicos de situaciones de estrés. Por vez primera, Kawase (1972) propuso que
los daños causados en las plantas por la anegación se debían en gran medida al aumento
de la concentración de etileno en sus tejidos. Abundante número de trabajos realizados
posteriormente han confirmado su hipótesis. La inundaciones frecuentes conducen a
desarrollar un metabolismo anaeróbico, en el que la fuente energética (ATP) se genera
en procesos glicolíticos principalmente de fermentación etanólica y láctica, con niveles
altos de alcohol deshidrogenasa y alta producción de etanol, muy tóxico para las
plantas, que en las especies más tolerantes queda muy reducida

La deficiencia de oxígeno origina una disminución del potencial de oxido-reducción


en las células, disminuye la tasa de respiración aeróbica y afecta al potencial de
membrana. El daño más evidente se ejerce sobre la respiración, resultando en la
acumulación de piruvato, lactato y etanol, mientras que bajan los niveles de catalasa y
peroxidasa (Levitt, 1980). La anegación conduce a alteraciones en la absorción y
utilización de iones minerales por las plantas. Las condiciones de hipoxia dificultan la
absorción activa de nutrientes minerales por las raíces. De hecho hay evidencia de
deficiencias de macro y micronutrientes en los tejidos vegetales por exceso de agua en
el suelo; aunque también la hay, en otros casos, del aumento en su absorción. Estas
aparentes contradicciones son en parte explicables por los cambios en las propiedades
del suelo, especialmente el pH, y también por las interacciones iónicas que se producen
tanto en el suelo como en la planta.

Estrés oxidativo

Con la excepción de aquellos organismos, llamados anaerobios, que están


adaptados para vivir en ausencia de oxígeno, los animales y las plantas aeróbicas
requieren oxígeno para obtener la energía esencial para la vida. Sin embargo, cuando la
concentración de oxígeno es mayor que la presente en la atmósfera, el gas se hace
tóxico para las bacterias, las plantas y los animales. Los organismos aeróbicos se
enfrentan, entonces, con la paradójica situación de que el oxígeno, indispensable para su
supervivencia, es al mismo tiempo un agente tóxico que puede afectar esta
supervivencia.

La producción y consumo de oxígeno son funciones esenciales para la vida de las


plantas. Sin embargo, en ellas el metabolismo del oxígeno da lugar también a la
formación de sustancias altamente tóxicas. Para evitar que estas produzcan daños, las
plantas han desarrollado en el curso de la evolución una serie de mecanismos de
defensa. Cuando estos mecanismos son desbordados se produce una situación conocida
como estrés oxidativo que puede producir graves daños llevando incluso a la muerte de
la planta.

La toxicidad del oxígeno es consecuencia de la aparición de las especies reactivas


del oxígeno. Hace tiempo que se sabía que estas son producidas por la radiación
ionizante (como los rayos X y la emitida por las sustancias radiactivas) y que son
responsables de parte de los daños producidos por esta radiación en el material
biológico. Para muchos especialistas resultó alarmante comprobar que radicales libres
del oxígeno semejante a los producidos por la radiación ionizante aparecieran también
como productos normales del proceso de consumo de oxígeno por organismos
aeróbicos. Sin embargo, ya en 1954, Rebeca Gerschman, docente e investigadora de la
facultad de Farmacia y Bioquímica de la universidad de Buenos Aires, había postulado
que la mayor parte del daño producido en organismos vivientes por el oxígeno en altas
presiones se debe, lo mismo que el daño originado por los rayos X, a la formación de lo
que en general son radicales libres del oxígeno o especies reactivas de oxígeno.

Ahora se sabe que, en condiciones normales, entre el 2 y el 4% del oxígeno


consumido por las células vivas genera productos nocivos para ellas. Para evitar que
estos alcancen niveles incompatibles con el normal desarrollo de las células, estas han
desarrollado en el curso de la evolución sistemas de defensa antioxidante que incluyen
antioxidantes no enzimáticos y enzimas entre las que se cuentan la catalasa (que cataliza
la reacción por la que el peróxido de hidrógeno se descompone en agua y oxígeno), las
peroxidasas, la superóxido dismutasa y la glutatión reductasa. Cuando, tanto por un
aumento de producción cuanto por una disminución en los mecanismos de defensa, se
pierde el balance entre la aparición de especies nocivas y la capacidad de la célula de
evitar su acumulación, ocurre una situación conocida como estrés oxidativo. En estas
condiciones las especies activas del oxígeno reaccionan con las macromoléculas de las
células modificando su estructura y su función y dando lugar a alteraciones que pueden
conducir a la muerte celular.
Conclusión

Las situaciones de estrés están relacionadas directa y proporcionalmente con la


productividad de los cultivos. El estrés abiótico corresponde a los factores ambientales
que alteran los procesos fisiológicos y metabólicos de las plantas. Los estreses
ambientales como la sequía, salinidad, elevada iluminación y temperaturas extremas, la
hipoxia y el estrés oxidativo influyen en el crecimiento y productividad de las plantas.
Estos factores dañan procesos vitales como la fotosíntesis y la síntesis de proteínas, lo
cual resulta en una disminución del crecimiento y producción de biomasa

Cada segundo, cada minuto, cada hora y cada día que en las células de nuestros
vegetales haya una pérdida de homeostasis hay también un porcentaje perdido del
potencial genético (bajo rendimiento y calidad de la producción). Hoy en día se debe
hacer uso de un buen manejo agronómico, una buena nutrición y utilizar los
bioestimulantes como estrategia para disminuir los efectos del estrés. El estrés abiótico
corresponde a los factores ambientales que alteran los procesos fisiológicos y
metabólicos de las plantas.
Bibliografía

Aspectosbásicosfisiologíarespuestaestrés...Pdf

Bases%20moleculares%20de%20la%20resistencia%20a%20estreses%20abióticos.pdf

https://www.ecured.cu/Estr%C3%A9s_abi%C3%B3tico

https://ciencia.estudiareneuropa.eu/s/3969/76705-Agricultura/4060055-Analisis-del-
estres-por-hipoxia-en-plantas.htm

Documents/101-107-(05)-Respuestas_1162210193281.pdf

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