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COLEGIO DE BACHILLERES PLANTEL 05

CIUDAD FERNÁNDEZ
Materia: Geografía.
Licenciatura En Administración.
19SP06086 Martínez Palomares Mari Cruz
19SP05963 Quiroz Martínez Juan Carlos
8SP04341 Rojas Flores Ana Cristina
Profesor: Omar Alejandro Saldívar Rodríguez.
Importancia del agua.

El agua es la fuente de toda la vida en la Tierra. Su distribución es muy variable: en algunas


regiones es muy abundante, mientras que en otras escasea. Sin embargo, contrario a lo que
muchas personas creen, la cantidad total de agua en el planeta no cambia.
El agua existe en forma sólida (hielo), líquida y gaseosa (vapor de agua) que podemos
observar en océanos, ríos, nubes, lluvia y otras formas de precipitación en frecuentes
cambios de estado. Así, el agua superficial se evapora, el agua de las nubes precipita, la lluvia
se infiltra en el suelo y corre hacia el mar. Al conjunto de procesos involucrados en la
circulación y conservación del agua en el planeta se le llama ciclo hidrológico o, de manera
más precisa, ciclo geohidrológico.
Agua Salada y Agua Dulce
El 97.5% del agua en la tierra se encuentra en los océanos y mares de agua salada ,
unicamente el restante 2.5% es agua dulce . Del total de agua dulce en el mundo, 69% se
encuentra en los polos y en las cumbres de las montañas mas altas y se encuentra en un
estado sólido.
El 30% del agua dulce del mundial, se encuentra en la humedad del suelo y en los acuíferos
profundos.
Solo el 1% del agua dulce en el mundo, escurre por las cuencas hidrográficas en forma de
arroyos y ríos y se depositan en lagos, lagunas y en otros cuerpos superficiales de agua y en
acuíferos.
Esta es agua que se repone regularmente a través del ciclo hidrológico.
¿Qué es el ciclo hidrológico?
Los diferentes depósitos de la hidrosfera están conectados entre sí y el agua fluye a través
de ellos configurando el ciclo hidrológico.
1 . Los procesos del ciclo hidrológico
El ciclo hidrológico es posible debido a unos procesos que hacen pasar el agua de unos
compartimentos a otros de la hidrosfera; en algunos casos con cambio de estado incluido.
Evapotranspiración
Con este término se agrupan dos procesos:
Evaporación: el agua líquida de la superficie oceánica y terrestre pasa a la atmósfera en forma
de vapor a través de la energía en forma de calor para romper los enlaces que mantienen
unidas las moléculas de agua. Este proceso es el principal para incorporar agua a la
atmósfera.
Transpiración: cuando el agua se convierte en vapor por la acción de los seres vivos,
especialmente las plantas. Estas contribuyen con un 10 % al agua que se incorpora a la
atmósfera.
Precipitación
Es la caída de agua en forma líquida o sólida sobre la superficie terrestre a partir del vapor
de agua atmosférico. Aproximadamente el 90% del agua evaporada de los océanos, regresa
de nuevo al océano en forma de precipitación. La forma más común de precipitación es la
lluvia, pero también puede producirse en forma de nieve, granizo, rocío o escarcha.
Escorrentía
Es el proceso por el cual el agua discurre por la superficie continental, a favor de la pendiente.
Se produce cuando el suelo ya no tiene capacidad de filtrar toda el agua que ha recibido de
la precipitación. De aquí, se distinguen dos términos:
Escorrentía superficial o directa que circula por la superficie del suelo y que alimenta la mayor
parte del agua contenida en los ríos.
Escorrentía subterránea o indirecta, es el agua de lluvia que circular por debajo del suelo.
Infiltración
El agua cae sobre la superficie terrestre y penetra a través del suelo y las rocas, pudiendo
incorporarse al agua subterránea. Una parte puede infiltrarse a mayor profundidad,
recargando así los acuíferos subterráneos, y la otra parte, puede descargarse en la superficie.
Descarga de agua subterránea a la superficie
Parte del agua que se infiltra puede volver a entrar a un curso de agua. El agua puede viajar
largas distancias, o permanecer por largos períodos como agua subterránea antes de
retornar a la superficie, o filtrarse hacia otros cuerpos de agua, como arroyos u océanos.
2 . Distribución del agua
Se destaca que:
En total existe 1,386 millones de kilómetros cúbicos de agua en el planeta y alrededor de un
96% es agua salada.
Del agua dulce existente, un 68% está confinada en los glaciares y la nieve y un 30% en el
suelo.
Las aguas superficiales de agua dulce son aproximadamente 93,100 kilómetros cúbicos.
El potencial económico.

El potencial económico de las aguas oceánicas y continentales es exorbitantemente alto


debido a su superficie y diversidad en todo el mundo.

Estamos hablando de todos los océanos y las aguas continentales que conforman parte de
lo que es el planeta Tierra, lo cual es algo totalmente trascendental.
A nivel de potencialidades económicas tenemos que:

-Turismo

Alrededor de estas aguas continentales y los océanos se puede desarrollar la actividad


turísticas a través de cruceros, en donde personas de diversas partes del mundo puedan
conocer las aguas de los distintos océanos.

-Pesca

En estas aguas habitan cientos de miles de millones de especies marinas, muchas de las
cuales son aptas para el consumo humano y representan un potencial de explotación.

-Producción Hidroelétrica

Muchas de las aguas continentales, dependiendo de su ubicación y características propias


tienen altas potencialidades para producir energía hidroelétrica, lo cual es una potencialidad
sumamente alta debido a que representa energía renovable.

-Minerales

En estas aguas se encuentran una diversidad amplia de minerales que son de muchísima
utilidad, desde el simple trato de joya hasta su uso como materia prima para la elaboración
de medicamentos.
Contaminantes que las alteran o modifican la calidad del agua oceánica y continental.
La contaminación hídrica o la contaminación del agua es una modificación de esta,
generalmente provocada por el ser humano, que la vuelve impropia o peligrosa para el
consumo, la industria, la agricultura, la pesca y las actividades, así como para los animales.1
Aunque la contaminación de las aguas puede provenir de fuentes naturales, como
la ceniza de un volcán,2 la mayor parte de la contaminación actual proviene de actividades
humanas. Se da por la liberación de residuos y contaminantes que drenan a las escorrentías y
luego son transportados hacia ríos, penetrando en aguas subterráneas o descargando en
lagos o mares. Por derrames o descargas de aguas residuales, eutrofización o descarga de
basura. O por liberación descontrolada del gas de invernadero CO2 que produce
la acidificación de los océanos. Los desechos marinos son desechos mayormente plásticos
que contaminan los océanos y costas, algunas veces se acumulan en alta mar como en la
gran mancha de basura del Pacífico Norte. Los derrames de petróleo en mar abierto por el
hundimiento o fugas en petroleros y algunas veces derrames desde el mismo pozo petrolero.
Principales contaminantes del agua.
Los principales contaminantes del agua son los siguientes:
Basuras, desechos químicos de las fábricas e industrias.
Aguas residuales y otros residuos que demandan oxígeno (en su mayor parte materia
orgánica, cuya descomposición produce la desoxigenación del agua).
Agentes patógenos, tales como bacterias, virus, protozoarios, parásitos que entran al agua
provenientes de desechos orgánicos, que incluyen heces y otros materiales que pueden ser
descompuestos por bacterias aerobias.
Productos químicos, incluyendo los pesticidas, diversos productos industriales, las
sustancias tensoactivas contenidas en los detergentes, y los productos de la descomposición
de otros compuestos orgánicos.
Petróleo, especialmente el procedente de los vertidos accidentales.
Minerales inorgánicos y compuestos químicos.
Sedimentos formados por partículas del suelo y minerales arrastrados por las tormentas y
escorrentías desde las tierras de cultivo, los suelos sin protección (cobertura vegetal), las
explotaciones mineras, las carreteras y los derribos urbanos.
Sustancias radioactivas procedentes de los residuos producidos por la minería y el refinado
del uranio y el torio, las centrales nucleares y el uso industrial, médico y científico de
materiales radiactivos.
El calor también puede ser considerado un contaminante cuando el vertido del agua
empleada para la refrigeración de las fábricas y las centrales energéticas hace subir la
temperatura del agua de la que se abastecen.
Vertimiento de aguas servidas. La mayor parte de los centros urbanos vierten directamente
los desagües (aguas negras o servidas) a los ríos, a los lagos y al mar. Los desagües contienen
excrementos, detergentes, residuos industriales, petróleo, aceites y otras sustancias que son
tóxicas para las plantas y los animales acuáticos. Con el vertimiento de desagües, sin previo
tratamiento, se dispersan agentes productores de enfermedades (bacterias, virus, hongos,
huevos de parásitos, amebas, etc.).
Vertimiento de basuras y desmontes en las aguas. Es costumbre generalizada en el país el
vertimiento de basuras y desmontes en las orillas del mar, los ríos y los lagos, sin ningún
cuidado y en forma absolutamente desordenada. Este problema se produce especialmente
cerca de las ciudades e industrias. La basura contiene plásticos, vidrios, latas y restos
orgánicos, que o no se descomponen o al descomponerse producen sustancias tóxicas (el
hierro produce óxido de hierro), de impacto negativo.
Vertimiento de relaves mineros. Esta forma de contaminación de las aguas es muy difundida
y los responsables son los centros mineros y las concentradoras. Los relaves mineros
contienen fierro, cobre, zinc, mercurio, plomo, arsénico y otras sustancias sumamente
tóxicas para las plantas, los animales y el ser humano. Otro caso es el de los lavaderos de oro,
por el vertimiento de mercurio en las aguas de ríos y quebradas.
Vertimiento de productos químicos y desechos industriales. Consiste en la deposición de
productos diversos (abonos, petróleo, aceites, ácidos, soda, aguas de formación o profundas,
etc.) provenientes de las actividades industriales.
Ruido de construcciones marítimas, barcos y pozos petroleros producen ondas sonoras no
naturales que afectan la forma de vida de animales que se comunican por medio de
la ecolocación como la ballena y el delfín.
Los mares son un sumidero. De forma constante, grandes cantidades de fangos y otros
materiales, arrastrados desde tierra, se vierten en los océanos. Hoy en día, sin embargo, a
los aportes naturales se añaden cantidades cada vez mayores de desechos generados por
nuestras sociedades, especialmente aguas residuales cargadas de contaminantes químicos y
de productos de desecho procedentes de la industria, la agricultura y la actividad doméstica,
pero también de residuos radiactivos y de otros tipos.
En realidad, los océanos operan como gigantescas plantas carnívoras, a condición de no
superar el umbral de lo que pueden tolerar. De lo contrario, se generan destrucción y muerte
de las personas, e inconvenientes económicos y envenenamientos de la población humana.
Esto, a corto plazo. A largo plazo, las consecuencias podrían ser catastróficas. Basta pensar
únicamente en los efectos que la contaminación biológica –como consecuencia del
incremento de fertilizantes- podría acarrear si la proliferación de formas microscópicas fuera
tan grande que se redujera significativamente el nivel de oxígeno disuelto en el agua
oceánica.
La contaminación tiende a concentrarse en los lugares próximos a las zonas habitadas e
industrializadas. Así, la contaminación marina de origen atmosférico es, en determinadas
zonas adyacentes a Europa (Báltico, mar del Norte, Mediterráneo), por término general, diez
veces mayor que mar adentro, en el propio Atlántico norte; cien veces superior que en el
Pacífico norte y mil veces más elevada que en el Pacífico sur. Sin embargo, y como
consecuencia de la circulación general de los aires y de las aguas, cada año se detectan
nuevos contaminantes en zonas tan apartadas como la Antártida –se ha encontrado DDT en
la grasa de los pingüinos antárticos- o las fosas oceánicas.

Alternativas de solución a la problemática de agua.


Es urgente solucionar esta contaminación del agua y no es sencillo, porque es necesario
poner medidas de todo tipo.
Las principales soluciones pasan por:
Reducir el efecto invernadero y la temperatura del planeta. Para así restaurar el equilibrio y
el nivel de oxígeno de los mares. Esto implica acelerar todas las medidas para combatir el
cambio climático: mayor reciclaje, electrificación del transporte, impulso a las renovables,
etc.
Reducción del uso del plástico y de los microplásticos que ya hay en el agua. Debemos
disminuir el plástico (especialmente de un solo uso) para reducir los desechos que acaban
en el mar. Del mismo modo, hay que eliminar el que ya está en el agua. Por desgracia,
ninguna solución que tenemos ahora es 100% efectiva, pero se están estudiando nuevos
métodos de extracción, bioreactores de membrana para filtrar o bacterias que se alimenten
de plásticos.
Una gestión responsable de la pesca y el uso de recursos marinos. Para no agotar
ecosistemas ya de por sí muy dañados.
Una agricultura más sostenible. Que reduzca el uso de pesticidas que acaban llegando al
agua.
Mejorar la gestión de residuos. Eliminando de una vez por todas los vertidos a corrientes
acuáticas.
Una gestión responsable del agua dulce. Que evite la escasez y las tensiones que produce.
Extender mejores servicios de saneamiento y nuevas tecnologías en este campo. Esta
máquina, por ejemplo, financiada por la fundación de Bill Gates, permite convertir agua fecal
en potable.
En definitiva, la vida nació en el mar y hoy día la sigue sosteniendo. Sin embargo, el agua
contaminada es un problema cada vez mayor y más urgente. La principal causa de esta
contaminación acuática somos nosotros, por eso, es hora de que también seamos la
solución.

Compromisos de conservación.
La lucha por la preservación del planeta tiene resultados positivos cuando tomas acciones
diarias desde tus posibilidades.
Y esta lucha tiene distintos frentes: desde reciclar materiales para aprovechar al máximo su
funcionalidad, hasta saber cómo cuidar el agua para darle un uso responsable.

¿Qué puedes hacer?


Al aplicar los siguientes consejos de cómo cuidar el agua contribuyes en gran medida a su
conservación en el presente y para el futuro.
Cierra la llave mientras lavas tus dientes. La idea es no desperdiciar agua y para eso puedes
usar un vaso para enjuagarte. Con esta sencilla acción ahorras el 90% del agua que empleas
en tu aseo personal.
Toma duchas de 5 minutos. Estas no deben superar los 95 litros de consumo diario, así
contribuyes al uso sostenible de agua.
Compra electrodomésticos de bajo consumo de agua. Los equipos actuales especifican las
necesidades energéticas y de agua, por eso, investiga para elegir aquellos que son de bajo
consumo.
Carga completamente la lavadora para aprovechar cada ciclo de lavado. Es importante que
hagas un uso responsable en el número de lavadas.
Evita la utilización de plásticos de un solo uso y prefiere productos de marcas que emplean
envases hechos con plástico reciclado. Con esto evitas que toneladas de residuos plásticos
alcancen las fuentes hídricas y dañen la fauna marina.
Más acciones para cuidar el agua

Lava el carro con un balde y no con una manguera. De esta manera, puedes ahorrar 300 litros
de agua en cada lavada.
Si tienes jardín o plantas en tu casa, recolecta el agua lluvia y riégalas en horas de la mañana
o cuando anochece. Esto las mantiene hidratadas y evita que el calor evapore el agua.
También, puede elegir plantas autóctonas que consumen menos agua.
Instala un sistema de control de agua en el inodoro. Puedes usar uno automático o uno
casero hecho con una botella llena de arena dentro del tanque. Conseguirás ahorrar 1.5 litros
de agua por cada descarga.
No viertas en los drenajes ácidos, solventes o aceites. Estos líquidos contaminan el agua y
pueden afectar las especies que viven en ella. Puedes reciclar el aceite de cocina usado y
evitar que llegue a las fuentes hídricas.
Finalmente, una de las acciones de cómo cuidar el agua es mantener tu sistema de tuberías
y llaves en buen funcionamiento. Esto evita el desperdicio de agua generada por goteos

Recuerda que el agua es un recurso que todos debemos tener por muchos años.
Aunemos esfuerzos para bridar a todos este servicio esencial, usemos responsablemente
el agua, elemento vital nuestra vida.

• No demores en la regadera
• Cierra la llave mientras te cepillas los dientes
• Repara las fugas y filtraciones en llaves y tuberías
• Lava los trastes en una bandeja con agua y no bajo la llave
• Ajusta el nivel de agua en la lavadora
• Lava el carro con cubeta y esponja, no con manguera
• Riega el jardín por la mañana temprano o cerca de la noche
• No juegues con el agua

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