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En uno de mis viajes a Estados Unidos por trabajo, tuve la oportunidad de asistir a un

partido de baseball. Tengo que admitir que no entiendo nada de este deporte (salvo las
nociones básicas) pero aun así busqué partidos que se celebrasen cerca de la ciudad donde
me iba a hospedar y finalmente compré entradas para ver a los Toledo Mud Hens en
Toledo, una pequeña ciudad ubicada en el estado de Ohio.

Al finalizar el partido, observé una zona en la que los jugadores firmaban autógrafos a los
niños que estaban al otro lado de una valla de seguridad, así que me aproximé para ver si
me podía llevar algún recuerdo. Vi que uno de los jugadores estaba repartiendo las bolas de
baseball que se habían jugado durante el partido y de repente grité: A ball! For me! For
Spain! Entonces el jugador me miró, elevó su mano para pasar por encima de las manos de
todos los niños que se abalanzaron para intentar cogerla y me la entregó a mí. Me quedé
petrificada por un segundo. Jamás pensé que el jugador preferiría darme a mí la bola en
lugar de dársela a los niños.

Hace poco vi la película Moneyball. Desconocía el argumento y al ver que trataba sobre
liderazgo y gestión estratégica me quedé maravillada. Me gustó mucho y más sabiendo que
era una historia real sobre una empresa (la organización que lleva el equipo de baseball)
que pone en marcha un plan diferente para lograr sus objetivos.

Brad Pitt, como Manager de la empresa, va ejecutando todos los pasos clave necesarios
para liderar y gestionar con éxito el cambio:

Analizar. Lo primero que hace es estudiar una serie de indicadores como las derrotas que
ha tenido su equipo (no conseguir sus objetivos reiteradamente), pérdida de jugadores clave
que se habían ido a otros equipos mejores (alta rotación de personal), etc. Lo analiza todo
para intentar poner remedio a su pésima situación actual.

En el transcurso de su investigación se cruza con Jonah Hill, un joven economista


licenciado en la Universidad de Yale, que le hace reflexionar sobre la necesidad de ser más
objetivos en la selección de los jugadores y no dejarse llevar por los prejuicios de siempre.
Le recomienda que contrate a nuevos jugadores en base a un promedio de los resultados
obtenidos en toda su trayectoria profesional, por ejemplo, cuántas yardas recorre un jugador
y en qué tiempo, cuántos “home run” ha hecho, cuántos “strikes” ha provocado un
lanzador, etc. Los jugadores con un promedio más favorable son los que debe contratar para
tener más probabilidades de éxito.

Sacar las principales conclusiones. Los datos estadísticos que le prepara Jonah Hill
hablan por sí solos. En la industria del baseball de aquella época había jugadores a los que
no se les contrataba por sobrepeso, por ser viejo para esta disciplina (tener más de 38 años)
o por lanzar la bola de manera rara… No se valoraban otros aspectos o cualidades para
saber si el jugador seguía siendo apto para el puesto.

Objetivos y estrategia. Estaba claro que su objetivo principal era formar un equipo que les
hiciera ganar partidos a corto plazo y posicionarse en los primeros puestos a largo plazo. Y
también, en base a las conclusiones previas, estaba claro que su estrategia sería contratar a
los jugadores de manera objetiva con el nuevo método para asegurar su buen desempeño.
Autoridad y autonomía. Tiene el visto bueno de sus superiores y es plenamente libre para
tomar sus propias decisiones y llevarlas al terreno. No tiene que dar explicaciones o razonar
el porqué de sus actos, simplemente tiene fe en su intuición y la mentalidad necesaria para
entender la necesidad de los cambios que se propone.

Planificar las acciones. Brad Pitt gestiona un club mediocre y no tiene presupuesto para
contratar a grandes proezas del baseball pero descubre que podían contratar a un jugador
por sólo 250.000 dólares al año, cuando, según sus propios cálculos, valía en realidad 2
millones de dólares al año… Podían hacerlo así porque ningún otro club quería contratar a
ese jugador (por los prejuicios que acabo de comentar) y, por lo tanto, no estaba bien
calculado su valor en el mercado (algo parecido a lo que ocurre en el mercado laboral en
general).

De esta forma, saca un listado con los jugadores que necesita para construir el nuevo equipo
y componer la nueva estructura de la empresa.

Comunicación. Brad Pitt se reúne con el equipo de ojeadores (el departamento de


selección de personal) para compartir con ellos las políticas y acciones que tiene intención
de implementar.

La mayoría le toman por loco, algunos llevan más de 20 años identificando talento y
contratándolo y ahora Brad Pitt prefiere fiarse de una tabla con probabilidades… Todos
muestran su malestar y desacuerdo con la nueva estrategia.

Puesta en marcha con firmeza y coherencia. Entiende que es importante no desviarse de


la estrategia que va a implementar, pero algunas personas se lo ponen difícil porque no les
gustan los cambios o creen de verdad que ese no es el camino o porque simplemente
prefieren seguir haciendo las cosas como siempre las han hecho.

De hecho, necesita imponerse porque el entrenador del equipo no quiere poner en práctica
sus directrices y dificulta con sus acciones el buen final de los partidos.

Formación y entrenamiento. Algunos jugadores necesitan aprender su función específica


dentro del nuevo equipo y todos necesitan practicar porque están algo desentrenados.
También como equipo, necesitan entenderse y coordinarse para dar lo mejor de sí mismos
en conjunto.

Motivación y coaching. Algunos jugadores están desmotivados así que decide ser más
cercano, hablar directamente con ellos, reconocer sus logros y toda una serie de acciones
que le hacen finalmente liderar con éxito su plan. Se da cuenta de que, a pesar de ser el
manager (y líder sobre el papel), los jugadores no le veían como tal. Por eso decide tomar la
gran decisión de cambiar su actitud.

Además, Brad Pitt busca algún aliado dentro del equipo de jugadores que ejerza como líder
(una figura parecida, por ejemplo, a la de capitán del equipo en fútbol) para motivar al resto
y fomentar el espíritu ganador dentro del equipo.
Corregir desviaciones y medir resultados. Algunos fichajes no terminan de encajar en el
equipo y decide traspasarlos a otros clubes y contratar a nuevos jugadores. Va corrigiendo
sobre la marcha las desviaciones que va encontrando.

Al final, logran que un equipo mediocre consiga el récord de ganar 20 partidos seguidos y
estar en las primeras posiciones del ranking esa temporada.

Qué importantes son todos estos pasos para conseguir que el plan salga adelante, ¿verdad?
La historia está llena de ejemplos como este. Sólo depende de nosotros poner en marcha
estas buenas prácticas.

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