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Células

Octubre 2021

Lección 2
MÁS VALIOSO QUE EL ORO Y LA PLATA
LÍDER LEER: Hechos 3 y 4
“Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo: «Gobernantes y ancia-
nos del pueblo, si se nos está interrogando hoy por causa del beneficio hecho
a un hombre enfermo, de qué manera este ha sido sanado, sepan todos uste-
des, y todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo el Nazareno, a
quien ustedes crucificaron y a quien Dios resucitó de entre los muertos, por
Él, este hombre se halla aquí sano delante de ustedes.
»Este Jesús es la piedra desechada por ustedes los constructores, pero
que ha venido a ser la piedra angular. En ningún otro hay salvación, porque
no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres, en el cual podamos ser
salvos».” Hechos 4:8-12 (NBLA)
REFLEXIÓN:
¿Qué es lo más valioso (material) que has tenido? ¿Qué ha hecho Dios
a tu favor: sanidad, restauración familiar? ¿Cuánto valoras la salvación que
te ha regalado?
1. LA SANIDAD DE UN COJO (Hch 3:1-10)
Después de los acontecimientos de Pentecostés “muchas maravillas y seña-
les se hicieron por medio de los apóstoles”. Éstos conInuaron viviendo como ju-
díos devotos, asisIendo a los servicios de adoración en el templo de Jerusalén.
Los dos principales servicios diarios acompañaban la ofrenda de la mañana y
los sacrificios de la tarde. Una tarde, Pedro y Juan se acercaban al templo para
orar, un lisiado que mendigaba en la “Puerta Hermosa” les pidió dinero. Por su
condición Rsica, el cojo no podía adorar en el templo. Lo consideraban impuro.
Cuando el cojo levantó la vista esperanzadamente recibió algo más valioso
que el oro o la plata. La orden de caminar, dada por Pedro “en el nombre de Je-
sucristo de Nazaret”, fue acompañada por el poder para hacerlo, imparIdo en
el mismo nombre. Pedro extendió su mano y, tomando la mano derecha del li-
siado, lo levantó sobre sus pies. El ahora ex lisiado, no solo caminó, sino que
acompañó a los apóstoles al interior saltando y brincando, y además los atrios
del templo resonaron con sus gritos de gozosa alabanza.
El Reino de Dios entre nosotros. Este milagro era una señal de la llegada
de la nueva era profeIzada por Isaías, “entonces el cojo saltará como un ciervo”
(Is. 35:6), corroboró lo que habían significado las poderosas obras de Jesús: él
era el Señor y el Mesías. Y seguía obrando, ahora a través de sus discípulos.
REFLEXION: Jesús quiere obrar a través de S y de mi. Llevando Su Palabra,
Su amor, Su sanidad, Su consuelo, Su provisión. ¿Estamos dispuestos?
2. EL SEGUNDO SERMÓN: FE Y ARREPENTIMIENTO (Hch 3:11-26)
La gente reconoció al hombre como el mendigo cojo de la Puerta Hermo-
sa. Por lo que al terminar el servicio de oración y adoración, caminaron siguién-
doles hasta llegar al pórIco de Salomón. Pedro tenía congregado un gran públi-
co, listo para escuchar cualquier cosa que pudiera decir. Tenía la oportunidad de
hacerles saber el significado de aquel milagro de sanidad. Así que de inmediato
les hizo saber que todo lo acontecido “es obra de Dios”.
Es por fe en Jesús. Pedro comienza diciendo que Dios había glorificado a Je-
sús, hablándoles de sus sufrimientos. Asegurándoles que es mediante Su nom-
bre -el nombre del que una vez fue humillado y ahora es el Siervo de Dios glorifi-
cado- que este hombre ha sido curado. Los apóstoles no habían curado al hom-
bre por ningún poder o habilidad propia; antes bien invocaron el nombre y la au-
toridad de Jesucristo, y aquel hombre se apropió de ese poder por el ejercicio

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de la fe, y una vez que se dio la respuesta de fe, el poder del Mesías resucitado
llenó el cuerpo del cojo con salud y fuerza. El poder por el cual Jesús había cura-
do a tales personas durante su ministerio público todavía estaba presente y acI-
vo, ejercido a través de sus discípulos.
ArrepenAmiento, perdón y salvación. Pero, como señalaron a conInua-
ción Pedro y Juan, ese poder no se limitaba a la sanidad corporal. Pedro admiIó
que el trato que el pueblo dio a su Mesías era el resultado de la ignorancia. No
se dieron cuenta de que Jesús de Nazaret era su Salvador enviado divinamente.
Por lo que se ofrece amplio perdón a todos los que tomaron parte en la muerte
de Jesús, si solamente reconocen su error, confiesan sus pecados y se vuelven a
Dios en arrepenImiento. Porque todas las cosas que le sucedieron a Jesús en su
sufrimiento y muerte ocurrieron en cumplimiento de las palabras de los profe-
tas, quienes predijeron que el Mesías debía sufrir.
Su poder ilimitado. Todo lo que tenían que hacer para obtener esa salva-
ción era cambiar su acItud anterior hacia Jesús y acomodarla a la acItud de
Dios. Sus pecados serían borrados, hasta los pecados que habían comeIdo in-
conscientemente al consenIr la muerte del Autor de la vida. He aquí el centro
del evangelio de la gracia: no sólo iban a ser borrados sus pecados; Dios les en-
viaría aquellos Iempos de refrigerio y gozo que los profetas habían descrito co-
mo caracterísIco de la nueva era. La era del nuevo Rey, la cual culminará con el
establecimiento del orden de Dios sobre la Ierra con Jesús reinando. Pero, du-
rante este Iempo permanecerá en el cielo, reinando desde allí, a la diestra de
Dios, “hasta que sean vencidos todos los poderes hosIles” (Salmo 110:1). Ve-
mos que el poder de Jesús no Iene límites, pues aún desde el cielo, Él puede ha-
cer milagros para sanar y salvar a la gente, y los hace a través de sus discípulos.
REFLEXIONAR: ¿Cuán importante es la fe y el arrepenSmiento para experi-
mentar lo que Dios nos ofrece?
3. EL ARRESTO (Hch 4:1-22)
Los líderes arrestaron a Pedro y Juan, pero cinco mil hombres (sin contar
mujeres y niños) creyeron a la predicación de Pedro. El capitán del templo, qui-
zás temiendo un alboroto por la canIdad de personas reunidas, arrestó a los
apóstoles. Mientras que las otras autoridades tenían fuertes objeciones religio-
sas al contenido de la predicación de los apóstoles, en especial al anuncio de
que Jesús había sido levantado de entre los muertos. Sin embargo, los apósto-

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les estaban preparados porque Jesús les enseñó a no preocuparse sobre qué decir
cuando eso pasara. El Espíritu Santo los ayudaría (Lc 12:11-12). Así que, guiado
por el Espíritu Santo, Pedro habló con confianza frente a ese grupo de líderes reli-
giosos enojados, repiIendo su mensaje de las buenas nuevas de Jesús, el único
que puede salvar. Y, aunque no eran versados en la enseñanza formal de los rabi-
nos, hablaban con tal libertad y denuedo que impresionaron a sus jueces. A estos,
no les quedaba dudas, sabían que eran discípulos de Jesús, seguro que les había
imparIdo algo del mismo don que Él mostró para enseñar y no sólo eso, ahora Pe-
dro y Juan estaban haciendo lo mismo que Él hacía.
REFLEXIÓN: ¿Puede la gente reconocer que eres discípulo de Jesús?
4. ORACIÓN Y REGOCIJO (Hch 4:23-31)
El concilio no quería que el mensaje sobre Jesús se difundiera. Sin embargo,
no podían retenerlos pues no habían quebrantado ninguna ley al curar al cojo. Li-
beraron a los apóstoles bajo amenazas, ordenándoles que dejasen de predicar en
el nombre de Jesús. Pero Pedro y Juan reconocieron que su primera obligación era
obedecer a Dios y regresaron al lugar donde estaban sus compañeros, los apósto-
les, y otros creyentes, y, cuando les contaron su experiencia ante el Sanedrín, todo
el grupo se dedicó a la oración. El Sanedrín podría amenazar, pero no produjeron
inImidación o silencio. Los creyentes oraron para tener valor para predicar su
mensaje sin temor ni parcialidad. La seguridad de este favor y la ayuda divinos vi-
nieron mientras oraban. El Espíritu llenó a todos y los envió a proclamar las bue-
nas nuevas con confianza renovada.
CONCLUSIÓN
Al igual que aquel cojo, se nos ha sido dado un gran tesoro (más valioso que
el oro y la plata), nuestra salvación. Pero es un tesoro que debemos comparIr y
contamos con el Espíritu Santo, aquél que ayudó a Pedro, a Juan y a los demás cre-
yentes para comparIr con valor y denuedo.
Terminemos dando gracias a Dios por el valioso regalo de Su Salvación, y por
su Espíritu Santo. Pidamos valor y denuedo para comparIr con los demás este te-
soro. ¿Tienes alguien en mente por quién orar? ¿Alguien que necesite sanidad?

Nuestra Misión
Ganar almas para Jesucristo, Consolidarlas para la
madurez, Entrenarlas para servir y Enviarlas a
ganar a otros, de tal manera que Glorifiquen a Dios.
GUÍA PARA ESTUDIAR
Sanidad del cojo Hch 3:1-10
1. ¿Cuándo fueron al templo Pedro y Juan (3:1)? ____________________
2. ¿Cuál era el nombre de la puerta del templo? ____________________
3. ¿Qué hacía el hombre cojo en en esa puerta? _____________________
4. ¿Cuánto oro y plata le dio Pedro al cojo? _________________________
5. ¿Qué hizo el cojo cuando Pedro le tomó la mano? _________________
6. ¿Qué hizo el cojo después de caminar? __________________________
El segundo sermón de Pedro Hch 3:11-26
7. ¿En qué póreco los alcanzó la muletud? (3:11) ____________________
8. ¿De qué fueron tesegos Pedro y Juan (3:15)? _____________________
9. ¿Qué dio completa sanidad al hombre cojo (3:16)? ________________
10.¿Qué debían hacer para recibir perdón por sus pecados? (3:19)
____________________________________________________________
Arresto de Pedro y Juan Hch 4:1-4
11.¿Qué hicieron con Pedro y Juan las autoridades? _________________
12. ¿Cuántos varones creyeron? __________________________________
Pedro y Juan ante el Concilio Hch 4:5-12
13.Cuando Pedro habló a los gobernantes y ancianos del pueblo, ¿cómo
lo describe el libro de Hechos? (4:8) _________________________________
14.Según Pedro, ¿en nombre de quién fue sanado el hombre? _________
15.¿Quién es la piedra que ahora es cabeza del ángulo? ______________
16.¿Qué sucedió cuando los gobernantes y ancianos del pueblo vieron el
denuedo de Pedro y Juan? ________________________________________
17.¿Qué ordenaron los gobernantes a Pedro y Juan? _________________
18.¿Por qué los gobernantes dejaron libres a Pedro y Juan? ___________
Oración de la Iglesia Hch 4:23-31
19.¿Qué hicieron los creyentes al estar reunidos nuevamente? ________
20.¿Qué pasó con todos los que estaban reunidos? __________________

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