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La transformación de las ciudades en el orden neocolonial. Las ciudades burguesas.

  La clase de hoy estará dedicada al análisis de un capítulo del libro de José Luis
Romero: Latinoamérica: las ciudades y las ideas.
  Consigno la cita y el enlace para trabajar este capítulo dedicado a las ciudades
burguesas, que se corresponde con la etapa que hemos estado analizando en este primer
bloque: 1880-1930.
ROMERO, José Luis. Latinoamérica: las ciudades y las ideas. Siglo XXI Editores,
1976, cap. 6: Las ciudades burguesas, pp. 247-318.
https://www.academia.edu/37157784/Latinoamerica_Las_Ciudades_y_las_Ideas_Jose_
Luis_Romero
  Tal como lo hemos anticipado con la lectura de otros textos, uno de los fenómenos
sociales más importantes derivados del desarrollo de las economías de exportación fue
la transformación de las principales ciudades latinoamericanas.
  La expansión económica latinoamericana durante el período 1880-1930 trajo aparejada
la transformación de muchas ciudades de la región. Los cambios comprendieron todos
los aspectos de la vida urbana: las dimensiones demográficas, las características
edilicias, los sistemas de iluminación, de saneamiento y provisión de agua, las
actividades económicas que se desarrollaron en las ciudades, los grupos sociales
urbanos que derivaron de ellas y la vida cultural y  política que nutrió a todos ellos.
  Obviamente estos cambios no afectaron a todas las ciudades de la región, sino a
aquellas que se vincularon con el crecimiento de las oportunidades económicas; en
general, aunque no exclusivamente, como lo muestra el notable crecimiento de San
Pablo, se trató de las ciudades capitales y de los puertos de salida de las exportaciones.
Hubo ciudades a las que el nuevo orden económico las condenó a la marginalidad y el
estancamiento. Si bien éstas estuvieron expuestas a una constante expulsión de
población, se mantuvo en ellas el atractivo de ciudades tranquilas y tradicionales.
  Este período que hemos señalado se caracterizó por un notable proceso de
urbanización al aumentar significativamente la proporción de la población que habitaba
en las grandes ciudades en relación con la que vivía en zonas rurales. Pero los aumentos
absolutos de población en las principales ciudades fueron aún más notables. Para citar
algunos ejemplos, el caso de Río de Janeiro es bien elocuente, en 1870 tenía 275.000
habitantes y era la mayor ciudad de América Latina, en 1930 su población había llegado
a 1.700.000 habitantes; Buenos Aires tenía 677.000 habitantes en 1895 y en 1930
llegaba a los dos millones.
  En este contexto, las ciudades también cambiaron su aspecto externo. Sus dimensiones
territoriales aumentaron con nuevas zonas para la construcción de viviendas y para las
incipientes industrias. Los nuevos barrios surgieron casi espontáneamente y fueron
seguidos por la ampliación de las redes de servicios públicos, siempre insuficientes. La
escasez  y la precariedad de las viviendas populares fue un rasgo importante de las
ciudades latinoamericanas.  
  Pero además, muchas ciudades latinoamericanas encararon ambiciosos planes de
reforma urbana, por lo general inspirados en la experiencia del París del Segundo
Imperio. Durante estos años se reformaron los antiguos centros de las ciudades, se
abrieron grandes avenidas, plazas y paseos, como las Alamedas de Lima y Santiago o el
paseo de la Reforma en México. Se construyeron grandes edificios públicos: palacios
legislativos como los de Montevideo y Buenos Aires, el palacio de Bellas Artes de
México, y teatros como el Colón de Buenos Aires, el Solís de Montevideo y el
Municipal de Río de Janeiro.
  Estos cambios registraban las transformaciones de las sociedades urbanas. Éstas se
transformaron en ámbitos de movilidad social, de expansión de oportunidades
ocupacionales, de una vida cultural más rica y variada y de conflictos sociales y
políticos que se manifestaron con nitidez desde fines del siglo XIX.  
  La ciudad, cada ciudad, dejó al descubierto las tensiones propias de una sociedad que
no deparaba a todos lo mismo. Así como muchos debieron iniciar un camino de lucha
sostenida para alcanzar ciertos derechos, otros, con cierto grado de prosperidad
económica encontraron satisfacción a sus preocupaciones de aspiración económica y
social. Esta iría acompañada de otros componentes que aseguraban el ascenso social,
tales como la educación y el acceso a una vida cultural nutrida de periódicos, libros,
teatros y espectáculos. Progresivamente los que lograron posicionarse en un lugar de
mayor reconocimiento, lo fortalecieron a partir de su participación en clubes sociales,
cafés, salones de reunión y no pocas veces en partidos políticos. Así se fueron
delineando los sectores característicos de este mundo urbano que encontrarán en
diferentes propuestas políticas la identificación con sus intereses y aspiraciones.  
  A continuación paso a enunciarles algunas consignas para la lectura del capítulo.  
1. Realiza un análisis del contexto internacional que definió la evolución y
fisonomía de las ciudades en este período. En este punto no deben dedicarse a
las ciudades sino al contexto internacional que impacta en ellas. Es conocido por
ustedes, simplemente deben recordarlo.
2. Describe los cambios demográficos, materiales y culturales que se
manifestaron en ellas. Ejemplifica. También incluye alguna que haya
quedado al margen de la modernización. Esta propuesta es muy clara, acá sí
tienen que dedicarse a señalar todos los cambios que experimentaron las
ciudades, así como diferenciar a aquellas que se estancaron o a las que
encontraron una nueva actividad para sostener su existencia.
3. Señala las características sobresalientes de los sectores sociales de estas
ciudades burguesas: aristocracia tradicional, nuevas burguesías, sectores
medios y sectores populares. Con respecto a cada sector deben contemplar
los siguientes aspectos: ocupaciones y actividades económicas, ideología y
adhesiones políticas, costumbres y pautas culturales. Esta consigna es la que
significa mayor esfuerzo intelectual; podrán realizarla después de haber
concluido la lectura del capítulo. No se encuentra la información organizada
como se solicita sino que tienen que ir descubriéndola. Los sectores son
fácilmente identificables. La aristocracia se corresponde con la oligarquía
considerada patricia, son los “fundadores de la patria”, el sector ligado al poder
político y al modelo económico; las nuevas burguesías se nutren tanto de clases
medias que han ascendido como de aristócratas involucrados en nuevos
negocios, que se mostraron más flexibles a los cambios de los tiempos y menos
atados a los prejuicios de clase. Con respecto a las clases medias y los sectores
populares no es indispensable hacer aclaraciones porque no van a encontrar
dificultades.
4. A modo de conclusión: ¿qué características adoptó la movilidad social en el
contexto del desarrollo de las ciudades burguesas? Esta conclusión permite
comprender una cuestión transversal del período: se refiere a la relación entre
expansión económica y oportunidades de ascenso social en un contexto de
transformación de las ciudades que operaba como impulsor de nuevas
actividades y empleos.  
    Con esta propuesta doy por finalizada la clase de hoy. Ante cualquier duda, no dejen
de consultarme.
    En este caso, esta propuesta de trabajo deben entregarla en dos semanas, forma parte
de una de las actividades obligatorias de este cuatrimestre.  
    Saludos. 

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