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ANNE 1sWINTON

\/?'

Manual de Bonsai
Una guía para el principiante
y para el aficionado l r

Prefacio de
ANTHONY HUXLEY

Fotografías de
DICK ROBINSON

Jlustraciones a pluma de
RONHAYWARD

Terce ra edi ción corregida y revisada por el


Dr. GUSTAVO BATALLE R PIE RA
Presickntc de la Awciacií,n Espaiiolu de Bon\ltÍ
INDICE DE MATERIAS

Prefacio 7
l. Antecedentes históricos 9
2. Haciendo una colección 22
3. Plantas que se convierten en un buen bonsai 36
4. Guía mensual de cultivo 48
5. Bonsai de interior 73
6. Tratamiento 80
7. Técnicas especiales 132
8. Presentación 146
9. Plagas y enfermedades 156
IO. Glosario de plantas 168
Protección del bonsai en invierno, en climas rigurosos 197
Glosario de términos técnicos 201
Indice alfabético 207
LAMINAS EN COLOR

Zelkova serrata (plantación en grupo) 33


f uniperus chinensis (erecto o vertical informal) 34
Acer palmatum (plantación en roca) 51
Punica granatum (tronco inclinado) 52
Taxodium distichum (plantación en grupo) 69
Pinus parviflora (plantación en roca) 70
Acer palmatum «Chisio» (erecto o vertical informal) 87
Pinus parviflora (erecto o vertical informal) 88
Fagus crenata (plantación en grupo) 105
Malus (erecto o vertical informal, en flor) 106
Zelkova serrata (estilo escoba) 123
f uniperus rígida (estilo madera de deriva) 124
Pyracantha angustifolia (en flor) 141
Fagus sytvatica (erecto o vertical informal) 142
Acer buergeranum (estilo vertical formal) 159
Ginkgo biloba (estilo llama de vela) 160
PREFACIO
Anthony Huxley, M.A., V.M.H.
Desde que el hombre comenzó a practicar una actividad artística bajo
la forma de talla de pequeñas piedras y huesos y estatuillas de arcilla, la
miniatura ha ejercido su fascinación. Estas miniaturas eran portátiles,
como los amuletos; y sin duda muchas de tales obras de arte primitivas
tenían una intención mágica.
Del mismo modo, las miniaturas de plantas, en términos metafísicos,
encierran poderes mágicos y energía natural, según los principios de la
religión Taoísta, especialmente si están contorsionados o configurados por
condiciones adversas. Tal es el origen básico del árbol bonsai.
Existen personas que consideran el bonsai grotesco, deformante, muti-
lante. Ciertamente han existido períodos, en China especialmente, en que
los árboles bonsai eran deliberadamente grotescos; del mismo modo algu-
nos «bonsai» actuales -que no merecen tal nombre-- son resultado de
sustanciales mutilaciones. En el mejor de los casos, sin embargo, los árboles
o grupos de árboles parecen ser una versión reducida del desarrollo natural,
conformados según una larga tradición, indiscutibles obras de arte creadas
tras décadas o siglos de trabajo.
Este es uno de los mensajes de este libro. No existen atajos en la crea-
ción de un verdadero árbol bonsai. La preparación inicial requiere pacien-
cia unida a una capacidad de observación que permita valorar adecuada-
mente cada espécimen inmaduro, que en el transcurso del tiempo se con-
vierte en intuición. Anne Swinton ha desarrollado esta facultad en su
trabajo hasta un grado extraordinario, Jo que le permite tomar rápidas de-
cisiones en cuanto a poda y preparación. Y ello Je es muy necesario ya
que al dedicarse al cultivo profesional trata un considerable número de
árboles. El uso de la palabra <<tratar» podría parecer desagradable, pero
recuérdese que cualquier obra de arte necesita de una preparación inicial
-como es el caso de las telas en la pintura o del bloque de material con
que se realizará una escultura-. Las primeras etapas del cultivo bonsai re-
quieren ciertamente un tratamiento, cuyo mecanismo puede parecer en prin-
cipio bastante artificial. Pero deben basarse en un profundo entendimiento
de las reacciones de la planta a las podas, a las angulaciones, a las re-
tenciones.
El hecho de que Anne Swinton sea una profesional no le impide darse
cuenta de que el aficionado al bonsai puede, en principio, conseguir resul-
tados a partir de semillas, esquejes o plantas salvajes sin recurrir nunca a
comprar, incluso árboles sólo formados en parte, y con un mínimo de he-
rramientas caseras. En segundo lugar, Anne se da cuenta de que, como
ocurre en la mayoría de las formas de arte que pueda tratar de practicar un
aficionado, y por lo menos inicialmente, es muy difícil que se consigan
obras maestras pero sí se gozará en el proceso de creación de algo agra-
dable, vivo y único; y tampoco es necesario zambu!Jirse en los orígenes
religiosos, a pesar de su gran interés.
Uno de los placeres que ofrece este libro es un recuento de los muchos
árboles que se prestan a esta técnfoa, y mientras describe la formación y
varias posibles formas finales de bonsai, Anne Swinton discretamente
informa de la esencial - y casi inexplicable- sensibilización a lo que con·
forma un buen ejemplar. Particularmente de que nunca es cuestión de
tamaño. Pocos de nosotros podemos esperar el poseer ejemplares realmente
grandes, antiguos; algunos cultivadores comerciales manipulan árboles jó-
venes para hacerlos aparecer como tales, pero aparte de ser menos pro-
bable el que lleguen a alcanzar una edad respetable, tales ejemplares
raramente poseen una calidad real.
Los árboles de la propia autora reflejan una verdadera calidad y sus
ilustraciones, acompañadas de descripción, constituyen una parte importan-
te de este libro. Me complace especialmente que las fotografías hayan sido
realizadas por mi colega Dick Robinson (usando, como referencia técnica,
una cámara Rollei SL66). Mientras que personalmente me complace haber
contribuido con las fotografías de los pen-jing chinos, lamento que las cir-
cunstancias hayan hecho imposible una mejor calidad técnica. Pero por
lo menos son, hasta donde yo sé, el primer juego de tales fotografías que
aparecen en un libro publicado en este país. Aparte de su interés intrínseco,
sirven también para recordamos que el árbol reducido es originario de
China, donde se continúa cultivando ampliamente.
El tema del origen del bonsai es un aspecto de la perspectiva histórica
en la que Anne Swinton sitúa el sujeto, siendo el otro, igualmente impor-
tante, el Budismo Zen. Como ella observa: «el lento cultivo del bonsai
y la paciencia necesaria para nutrirlo... pueden ser en conjunto una forma
de meditación... Al cultivarlo, el individuo puede llegar a una mayor
apreciación del proceso de la vidait.
A cualquier nivel de aproximación, el cultivo bonsai es un fascinante
pasatiempo, y este libro altamente informativo puede ayudar a disfrutar
de él totalmente.
CAPITULO PRIMERO

ANTECEDENTES
HISTORICOS
El arte de formar árboles en pequeños recipientes se ha venido practicando
durante siglos. A pesar. de que existe constancia del cultivo de árboles en
maceta contemporáneamente en Europa y en el Este, el honor del desarro-
llo de esta habilidad en la forma de arte conocida como bonsai debe recaer
en los japoneses.

EL BONSAI EN CHINA
En China, el cultivo en macetas de árboles empequeñecidos se ha venido
desarrollando durante más de mil años. Esta práctica se deriva probable-
mente de los principios del Taoísmo, cuyos seguidores creen que la pre-
sentación de ciertos fenómenos naturales, tales como montañas o árboles,
les permite centrarse en )as propiedades mágicas que contienen y obtener
de este modo alguno de sus poderes. Cuanto más grande la reducción en
tamaño, mayor se creía que era la concentración de poderes mágicos.
Los Taoístas creían que una forma torcida, contorsionada, representaba
los cuerpos grotescamente torcidos de aquellos que deseaban entrar en el
«otro mundo» (el mundo más allá de la muerte). Aquellos que alcanzaran
la inmortalidad serían muy viejos, torcidos y distorsionados, lejos de su
forma original, y su apariencia sería encogida y marchita.
Como puede esperarse de 40 país de tan variada topografía, se fue-
ron produciendo variedades regionales en el estilo de cultivar árboles en
maceta a medida que fue creciendo su popularidad. Durante las dinastías
Ming y Ch'ing (1368-1644 y 1644-1911, respectivamente), los árboles en
maceta reflejaban, basta cierto punto, el paisaje que les rodeaba y las tra-
diciones locales. En el distrito de los Lagos predominaba el estilo de «copa
plana» en contraste con el estilo «Pagoda» de la región de Yangchow.
Estos efectos se conseguían mediante el tratamiento de los árboles sin que
los coleccionistas confiaran únicamente en los naturalmente empequeñe-
cidos para lograr ese efecto. Existe un cierto número de pinturas de los
siglos XII y XIII en que aparecen árboles en macetas, destacando Mirando
en el Baño, atribuido a Chang Tse-tuan, y El Pino Inclinado de Li
Shih-hsing, de gran interés especialmente esta última ya que es la pintura
de un pino en una maceta. El motivo de todo ello quedará claro más ade-
lante.
A comienzos del siglo XX los cultivadores Cantoneses comenzaron a
trabajar en árboles utilizando el método «crecer y cortar». Así produjeron
árboles de apariencia antigua y nudosa, a ojos de los occidentales, que rt>
- - - - - - - - - -- MANUAL l,)F. BONSAl

Grupo de bonsai modernos tratados en China, exhibidos por la Corporación Na-


cional China de Productos Naturales, en la Exposición Floral de Cite/sea de 1980.

cordaban las pinturas chinas. Esta escuela de cultivo bonsai se conoce


como escuela «Lingnan» y se ha impuesto a los métodos antiguos del cul-
tivo de árboles, que ahora sóJo se practican en ciertos centros del arte de
la jardinería, como es Suchow.

EL BONSAJ EN JAPóN
La historia del bonsai en Japón no abarca un período tan dilatado. El pri-
mer registro auténtico japonés de bonsai aparece en 1309, en una pintura
sobre pergamino de Takakane Takashina, conocido como Kasugagongen-
genki. Otros registros escritos o pintados de fecha similar indican que el
bonsai era conocido y apreciado por la aristocracia durante el período
Kamaku ra ( 1180-1333), cuando se colocaban cerca de las casas o en las
terrazas árboles que crecían en recipientes de cerámica especiales. El tra-
tamiento o formación de árboles mayores también se practicaba en este
tiempo, coincidiendo con un considerable y creciente interés en Ja arqui-
tectura de jardines. Sin embargo, el bonsai llegaría a ser más conocido
durante los dos siglos y medio del periodo Muro machi. Una conocida pieza
de teatro Noh Hachi-no-ki (Árboles en Macetas), escrita por Seami (1363-
1444), se basaba en la significación de tres bonsai, un pino, un cerezo y
un albaricoquero, para su dueño, Tsuneyo, un pobre labrador, que sin

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embargo los quemó una noche de nieve para calentar a un inesperado hués-
ped. EJ huésped, aparentemente un sacerdote, era en realidad el antiguo
Regente del Shogunato Kamakura, Tokiyori.
Los árboles naturalmente enanos se coleccionaban y colocaban en ma-
cetas, pero sólo fue hacia finales de ese período cuando se empezó a de-
sarrolJar la idea de mejorar la forma de esos árboles salvajes. Ya enton-
ces, árboles jóvenes se trataban en un estilo denominado «tako», para sa-
tisfacer las demandas de las cada vez más poderosas clases de mercade-
res y comerciantes que se iban interesando en las artes. Para satisfacer
sus necesidades se produjeron comercialmente muchos árboles de estilo
«tako», cuyos troncos recibían forma mediante rollos de cáñamo, colocados
a igual distancia y de tamaño decreciente para proporcionar una forma
global piramidal y el efecto de un árbol retorcido, nudoso.
El período Tokugawa (1603-1867) que siguió fue un período de paz
bajo un gobierno feudal. El desarrollo de las artes se convirtió en una
importante preocupación, y hacia el final del período tanto el bonsai como
otras técnicas japonesas de horticultura llegaron a altos niveles de perfec-
cionamiento. Se realizaron grandes avances en el desarrollo de plantas or-
namentales de jardín y también en las técnicas asociadas con la jardinería y
la arquitectura de jardines. En especial, el bonsai se benefició del gran
interés en la escuela de pintura del Sur y del desarroUo del bonsai de estilo
literati (ver pág. 94). Durante un tiempo, los árboles grotestamente dis-
torsionados fueron considerados como buen bonsai, pero esta tendencia,
afortunadamente, duró poco tiempo.
Durante el principio del siglo xvrn, muchos de los estilos de bonsai
que han llegado a nuestros días se encontraban en el plantel de lbei lto,
destacado horticultor y autor. Una ilustración de dicho plantel por Kiyo-
haru muestra ~rboles en cascada, llorones, de doble tronco y de otras for-
mas, pero no árboles tratados según el método «tako». Los recipientes
usados en los bonsai eran, hasta y después de este período, de una mayor
profundidad que los utilizados hoy. Hasta principios del siglo x1x, en
el Kinsei-jufu, publicado en 1830, no existe mención de macetas menos
profundas y de una mayor variedad de formas.
En 1867 cae el gobierno feudal y Japón entra en el mundo moderno. En
tanto se ensanchan los horizontes, las ideas nuevas se desarrollan a gran
velocidad y el bonsai se beneficia de este momento. Los bonsai «naturales»
eran buscados ansiosamente en las montañas por profesionales. Ellos dispo-
nían de la suficiente habilidad y técnica para realzar su belleza. Se mon-
taron muchos planteles para tratar árboles jóvenes de modo que tomaran
las formas de los silvestres y así satisfacer las demandas de una sociedad
liberal que quería gozar de los placeres anteriormente reservados a la aris-
tocracia y a los ricos. Ya no se trataban árboles con el método «talco»,
pero la emoción evocada por este estilo quedó retenida en el estilo «horai•
practicado por la gente del pueblo de Honai en la provincia de Echigo
(al Noroeste del Japón) para el tratamiento del pino blanco japonés, Pinus
parviflora. La variedad glauca, de agujas cortas, conocida como shimofuri,
se injerta en gran número de pinos negros (Pi11us thunbergii) antes de ser
tratados arrollándoles estacas redondas de madera de morera atadas con
paja de arroz. Estos árboles se cultivan en campos, se levantan cada año
- - - - -- -- - - - MANUAL DE BONSAI - - - - - - - - - -

para su tratamiento y luego se replantan, produciendo un adecuado bonsai


«tratado» en seis o siete años.

COMPRENSIÓN DEL BONSAI


Al terminar el siglo pasado, los bonsai se exportaban regularmente, habién-
dose celebrado la primera exposición de plantas japonesas en Londres en
1909. Esta exposición creó gran expectación entre un público eduardiano
que estaba acostumbrado a la jardinería en gran escala, pero ha sido prin-
cipalmente en los últimos veinte años cuando un público cada vez mejor in-
formado se ha interesado por el arte bonsai.
Como sucede con otras manifestaciones artísticas orientales, sin em-
bargo, han existido siempre ciertos malentendidos en Occidente. Durante
muchos años se creía que los bonsai eran árboles especiales japoneses que
se desarrollaban en una forma inusitada y atractiva debido a su compo-
sición genética, que en realidad eran variedades enanas místicas. Para
mucha gente, por otro lado, el bonsai ha sido algunas veces asociado con
" prácticas orientales tales como el vendaje de los pies en China -práctica
que para los chinos tiene un significado muy distinto del que podría supo-
nerse- pero generalmente las artes japonesas, con sus íntimas conexiones
religiosas, han disfrutado de un alto grado de respeto, aunque no han esta·
do siempre libres de crítica.
Ya en el siglo xm, el autor satírico Kenko Yosbido escribió: «Apreciar
y encontrar placer en árboles curiosamente curvados y en maceta es
amar la deformidad». Hablaba de la moda cada vez más arraigada entre las
clases superiores de aquel tiempo de cultivar bonsai, aunque también po-
dría haber estado refiriéndose a la calidad de los árboles de producción
comercial producidos para satisfacer esta demanda. Sin embargo, tal error
puede comprenderse. Incluso hoy en día existe en Japón una discusión
entre puristas y no puristas sobre lo que exactamente es el bonsai. Tradi-
cionalmente, se utilizaban árboles que habían sido atrofiados por la propia
Naturaleza o eran enanos. Luchando en un suelo pobre y en condiciones
adversas, eran recogidos por los cultivadores de bonsai que los utiliza·
han como punto de partida, y podían ser objeto de un meticuloso y pacien-
te trabajo de hasta cincuenta años para lograr un árbol en miniatura que
podía ser considerado por su propio dueño como cercano a la perfección.
Este prolongado método de cultivo de los tradicionalistas ha dado paso en
su mayoría en los últimos años a los métodos modernos de cultivo bonsaí
a través de esquejes o semiJlas y hoy en día es posible lograr un bonsai en
un período de tiempo mucho menor. Según sea el método de tratamiento,
un bonsai inmaduro de cinco años puede mostrar el -suficiente encanto
como para ser exhibido junto a ejemplares maduros. Sin embargo, es
importante recalcar que un bonsai, aunque pequeño en estatura, debe
ser sano y crecer vigorosamente, y se le debe suministrar la nutrición ade"
cuada para su desarrollo máximo. Un árbol que está desnutrido o falto
de vigor, no es bueno. Para que un producto terminado se califique como
bonsai deberá normalmente poseer apariencia de árbol. Existen excepcio-
nes, sin embargo, y por Jo menos en Japón ciertas plantas como el crisan-
temo, césped y juncos se tratan para su exhibición como bonsai. También

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ANTECEDENTES HISTÓRICOS

IZQUIERDA: Pinus parviflora, tratado en el estilo horai. DERECHA: Olmo Inglés


de 14 años (Ulmus procera), 15 cm de alto. Originalmente era un plantón sil-
vestre.

es posible la «miniatura de las miniaturas», que es el caso del bonsai


mame. También se realizan como otros bonsai, a partir de variedades or-
dinarias, o enanas en ciertos casos (ver capítulo 3). Suponen un reto para
el horticultor ya que, incluso siendo mucho más pequeñas que el bonsai
normal, siguen teniendo la apariencia de árbol y no se limitan a parecer
plantas diminutas. Son tan pequeñas que varias de ellas pueden acomo-
darse en el espacio de una jardinera de ventana, y un cierto número de
mame bonsai reunidos pueden proporcionar un aspecto muy atractivo.

LA INFLUENCIA DEL BUDISMO ZEN


Todo bonsai debe ser trabajado teniendo en cuenta la proporción y armo-
nía de cada una de las partes que lo componen. A primera vista, algunos
sistemas de tratamiento pudieran parecer artificiales y difíciles de apreciar
por la mentalidad occidental. El arte del bonsai, sin embargo, no quiere
ser una mera reproducción de la naturaleza. Aspira a simbolizar o con-
tener la naturaleza en un árbol miniatura perfecto, que puede crecer solo
en un recipiente cuidadosamente seleccionado, junto a otros árboles, o
asido a una piedra, y en conjunto logrando una aparente naturalidad sor-
prendentemente espontánea.
El Budismo llegó al Japón a través de China ya en el siglo v1 de nues-
tra era y fue transmutándose en la fórmula únicamente japonesa que cono-
cemos como Zen. Debido principalmente al trabajo del Dr. Daisetz
Suzuki, comenzando por un informe escrito para el Periódico de la So-
ciedad Pali de Londres en 1908, el Zen fue introducido en Ocidente,
- - - - -- - -- - - MANUAL DE BONSAI - - - - -- -----

Carpinus bemlus, hallado en una zona de corrimientos de tierra con un tro11co


extrañamente retorcido. Se han desarrollado las ramas en el estilo de semicascada.

donde ha sido considerado en diversas ocasiones, especialmente en Amé-


rica, con la categoría de culto. La dificultad que hallan la mayoría de los
occidentales en comprender el Zen, radica en que éste es más una forma
de vida que una religión convencional; no existen leyes fijas o dogmas,
y a menudo se expresa a sí mismo en paradojas o acertijos abruptos y al
parecer insolubles, conocidos como «koans)}. Se insiste mucho en la auto-
disciplina, contemplación e ideas preconcebidas. Su atractivo para los occi-
dentales radica en su aparente simplicidad, su tolerancia y atmósfera de
libertad, y en la paz espiritual a conseguir mediante la práctica de la me-
ditación.
La actitud japonesa hacia el Arte y hacia la Naturaleza difiere muy
sustancialmente del punto de vista occidental, y quizá no es posible apre-
ciar completamente actividades tales como el cultivo bonsai, sin algún co-
nocimiento previo de los principios del Budismo Zen. El Dr. Suzuki dijo:
«El Arte se estudia en Japón no sólo por el Arte en sí sino para lograr
un conocimiento espiritual,., 1 Esta es la base para entender el abordaje
japonés al estudio de temas tales como pintura, poesía, arreglo de flores
y jardinería, y se extiende hasta relacionar actividades tan diversas y apa-
rentemente opuestas como la práccica del Judo y la ceremonia formal
I De la introducción a Zen in the Art of Flower Arrangement, G. L. Hcrrigel

(traducido del alemán al inglés por R. F. C. Hui!), Routledge & Keegan Paul.

- - -- - - - - -- - -- ~ 14 - - - - - - - - -- - - - -
- - - - - -- -- ANTECEDENTES HISTÓRICOS

del té, por mencionar sólo dos ejemplos. De esta forma el Budismo Zen
se introduce en todos los aspectos de la cultura japonesa.
El Zen concibe la vida como una unidad de la que el Hombre, el Arte
y la Naturaleza son componentes armónicos e inseparables. A través de
este entendimiento de la unidad de todas las cosas, podemos percibir algo
del misterio de la vida, y ver lo eterno en todas las manifestaciones de
la Naturaleza, incluso las menores, o la más sencilla obra de arte. Este con·
cepto no es totalmente ajeno a la mentalidad occidental. El poeta místico
William Blake (1757-1827) expresó casi la misma idea cuando escribió en
su Augurios de la Inocencia sobre la posibilidad de «Ver un Mundo en un
Grano de Arena, Y un Cielo en una Flor Silvestre... ».
Del mismo modo el árbol boosai representa algo mucho más amplio
que sí mismo; de hecho, el lento cultivo del bonsai y la paciencia necesa-
ria para nutrirlo a través de sus diversas etapas de crecimiento puede ser
en su conjunto una especie de meditación. No hay necesidad de que exista
una sensación de frustración en el conocimiento de que continuará vivien-
do y desarrollándose mucho después de que haya muerto su primer dueño.
Al cultivarlo el individuo puede llegar a una más profunda apreciación
del proceso de la vida- una especie de unidad con la Naturaleza que no
puede conseguirse contemplándola desde un punto de vista sentimental.
Los escritos taoístas chinos recalcan la importancia de una actitud de
respeto hacia el universo. Lao Tsu, en el Tao Te Ching 2 del siglo Vl antes
de Cristo, dice: «Cuando el hombre carece de un sentido de temor se pro-
ducirá un desastre». Vemos eJ mismo pensamiento reflejado en los escri·
tos de Basho, el poeta Haiku japonés del siglo XVII. En uno de sus viajes
registra que vio un enorme pino, probablemente de más de mil años, y
escribió: «En tanto permanecía frente a este árbol sentí una extraña sen-
sación de temor y respeto ya que, aunque el árbol en sí era un frío objeto
insensible, ha sobrevivido al castigo de un hacha durante tantos años gra·
cias a la divina protección de Buda.» 3 Basho, al demostrar su apreciación
casi espiritual de Ja Naturaleza, también advierte contra un abordaje
demasiado subjetivo cuando dice: «Ve al pino si quieres saber sobre el
pino, o al bambú si quieres saber sobre el bambú. Y al hacerlo, debes
dejar en ti mismo tu preocupación subjetiva. De otro modo te impones
al sujeto y no aprendes.»'
Aunque este consejo se refería a la poesía, la lección tiene una impor·
tancia obvia para todas las formas de expresión artística cuando dice:
«Tu poesía surge por sí misma cuando tú y el objeto os habéis convertido
en uno cuando te has sumergido lo suficiente en el objeto para ver en él
algo parecido a una trémula luz escondida. Por muy bellas que sean las
palabras de tu poesfa, si tu sentimiento no es natural -si el objeto y tú
estáis separados- tu poesía no es verdadera poesía sino tan sólo tu falsifi-
cación subjetiva».5
Con sus diversos tamafios, el bonsai puede ser tan pequeño que sea
2 Tao Te Ching - Lao Tsu (traducido al inglés por Gia-fu Teog y Jane English)
Wildwood House.
3 , 4 Y 5 The Narrow Road to the Deep North and Other Tra vel Sketches, de

Basho, (traducido al inglés por Nobuyuki Yuasa), Penguin Classics, copyrigth @


Nobuyuki Yuasa, 1966.
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- - -- - - -- -- - MANUAL DE BONSAI - - - - - -- - - -

fácilmente transportable o tan grande que deba ser considerado como un


árbol tratado, envasado. En la diferencia de estaturas pueden identificarse
tanto la influencia de la habilidad en la arquitectura de jardines como los
estilos preferidos para arreglo de flores.
Como hemos visto, la jardinería y el arreglo floral japoneses tienen sus
orígenes en los maestros Zen. En la vida monástica se incluyeron tales
disciplinas como medio de ayuda para la iluminación, y al hacerlo dejaron
su impronta espiritual en su futuro desarrollo entre los laicos. El ordenado
ritmo de vida de los monjes y el tiempo de que disponían, facilitó el desa-
rrollo, hasta un alto grado, de este arte para ser luego transmitido a las
generaciones sucesivas. Tradicionalmente la relación maestro-alumno ha
sido muy importante en Japón, y cada disciplina se rodea de la misma at-
mósfera de respeto y reverencia hacia su conocimiento. Siguiendo esta
tradición, la forma ideal de conseguir un conocimiento del bonsai es a
través de las lecciones de un maestro y no a través de la palabra escrita.
El proceso de aprendizaje del alumno supone la sujeción a un gran control
siendo el maestro (sensci) muy exigente. El aprendizaje estaba asociado
con el mantenimiento de valores espirituáles y el alumno se hallaba en
una posición especial para adquirir no sólo conocimiento de las discipli-
nas elegidas, sino también un enriquecimiento espiritual. Siempre existía
una interacción entre la enseñanza de un conocimiento y el desarrollo pa-
ralelo de cualidades personales en tanto a ser humano. Por lo tanto la
labor del maestro no se limitaba a impartir una instrucción, sino que ade-
más de su enseñanza, ofrecía una guía paternalista y casi sacerdotal.
Este tipo de relación no es exclusiva del Este ya que algo muy similar
existía durante la época del Renacimiento en Europa. Artistas jóvenes
vivían con los grandes maestros durante muchos años, aprendiendo sus
métodos de trabajo con gran profundidad. En principio sus responsabili-
dades se limitaban a trabajos menores tales como la mezcla de pinturas,
limpiar los pinceles y preparar las telas, pero a medida que su habilidad
crecía, comenzaban a trabajar en la pintura de las áreas menos importan-
tes de las obras en que trabajaba el maestro antes de convertirse en artis-
tas por derecho propio. Debido a esta muy gradual adquisición de conoci-
miento, incluso los primeros trabajos de estos artistas muestran un alto
grado de simpatía por el sujeto de su obra y una habilidad de ejecución
muy pocas veces existente en pintores con mayor talento natural pero con
menos escuela. En un grado más limitado esta tradición ha llegado en
Europa basta nuestros días entre los artesanos, siendo casi esencial el
aprender muchas de las disciplinas que unen inspiración y destreza ma-
nual de una persona de gran experiencia.

EL BONSAI EN LA CHINA ACTUAL


Con las graduales mayores facilidades para el acceso a China del visitante
occidental, el interés por el bonsai chino (conocido por los chinos como
pen-jing o árboles artísticos en macetas) ha aumentado muchísimo. A pesar
de que los estilos y los métodos de tratamiento han ido cambiando a lo
largo de los años, todavía tienen poca influencia de las tradiciones japo-

~---- -- -- ----~t6 ~ - -- - - -- - - --~-


Grupo de bonsai pequeños y mame, incluyendo Cotoneaster horizontalis, Ulmus
procera, U. pyracantha, Spiraea japonica y S. parthenocissus.

nesas del bonsai y como resultado ofrecen una nueva oportunidad del es-
tudio de árboles que son el producto de muchos siglos de experiencias
acumuladas.
Existen algunas colecciones muy importantes de antiguos bonsai en
China, como los que se encuentran en los jardines históricos de Suchow,
donde pueden verse viejos y a menudo extremadamente grandes árboles en
macetas. Y de nuevo, los bonsai jóvenes, más pequeños, se usan como
elemento decorativo en muchos hoteles, algunos de los cuales poseen sus
propios viveros donde se producen bonsai al mismo tiempo que arbustos
y bulbos. Ocasionalmente se puede comprar algún árbol. El bonsai tam-
bién se exhibe a menudo en Jugares públicos, especialmente en estaciones
de ferrocarril, y pueden colocarse pequeños árboles con fines decorativos
en las mesas de los compartimientos de los trenes.
Como cabe esperar de un país con una gama de árboles tan amplia
como es China, las plantas que se seleccionan para tratamiento son muy
diversas e incluyen especies tan poco conocidas como la Sageretia theezans,
Murraya paniculata y Serissa foetida (tres de entre mil posibilidades), y
especímenes más normales como Ulmus, Acer, Pinus, etc. Se plantan
como ejemplares individuales o en grupos, compuesto a menudo de diver-
sas especies y normalmente en conjunto con rocas. La importancia de las
rocas para los chinos será ya conocida por aquellos que hayan estudiado la
arquitectura china de jardines, y a veces bonsai u otros árboles pequeños
DERECHA: Grupo de cuatro Pinus
parvülora (número muy raramente
utilizado en Japón), formando parte
de la típica decoración de una
habitación China presentado en la
Hangc/,ow Gallery.

ARRIBA: Una interesante plantación


de Pinus parviílora entre rocas en
una gran bandeja de piedra. Esta
es una de las mayores plantaciones
en bandeja vistas por Anthony
Huxley en China.

IZQUIERDA: Bo,isai de bambú en un


arreglo interesante y muy chino,
en la galería de exposiciones del
vivero de bonsai Hangchow.
AluuBA: Entrada al vivero de bonsai Hangchow. La puerta en forma de luna,
flanqueada por ejemplares de Pinus parvillora, es, al mismo tiempo, sosegada
e imponente.
ABAJO: Gran Sageretia theezans tratada en el estilo recto sinuoso, muy utílizado
actualmente en China, y f /anqueada por árboles en estilo cascada colocados so-
bre pilares decorados. En primer plano, una composición de rocas sobre agua.
pueden llegar a desaparecer dejando un paisaje compuesto sólo por rocas
dispuesto en una bandeja poco profunda.
Los ejemplares de bonsai chinos, tanto en ejemplos antiguos como
los actuales, se diferencian sensiblemente de los ejemplos japoneses u occi-
dentales. El impacto visual inicial de un bonsai está siempre influido por
su maceta, y en China la mayoría de recipientes utilizados son profundos
y redondos. Normalmente son de un color marrón rojizo; de cerámica
no esmaltada o, para algunos ejemplares seleccionados, de cerámica es-
maltada, probablemente antiguos.
La mayoría de los bonsai que ven los viajeros en China hoy en día,
parecen diferenciarse sustancialmente de los de Japón. Ello se debe sin
duda en parte a la mayor variedad de especies cultivadas, cada una de
las cuales ofrece sus propios problemas de crecimiento, pero también existe
una influencia basada en ideales de belleza distintos y de la diferente sig-
nificación que el bonsai tiene para las gentes de esos dos países. Cuando
se establece una comparación entre pinos,. por ejemplo, es obvio que los
chinos ponen el acento en producir un árbol con la copa en forma de
dosel, de cierto tamaño, mientras que los japoneses dan mucha importan-
cia a la extensión de las ramas inferiores, característica que se repite en
la arquitectura japonesa de jardines.
La Sageretia theezans (que no es una variedad de ciruelo, a pesar de su
nombre popular Chino de ciruelo de los gorriones) se ve a menudo en
China trabajada con un tronco relativamente desnudo y recto del que
crecen ramas, cada una de ellas portadora de una mata de hojas compacta,
cuidadosamente controlada, en conjunto remiruscente del topiary y en es-
tilo similar, de hecho, a muchos árboles tratados en Thailandia.
El Podocarpus también es algunas veces utilizado y puede verse en
diversas formas, algunas con troncos retorcidos. Otras, con claro origen
silvestre, poseen gruesos troncos terminando bastante bruscamente con
unas pocas ramas pequeñas, pero las más comunes son el Pinus parviflora,
varios arces, Pinus thunbergii y algunos Ginkgo.
De la escasa información de que hasta la fecha disponemos parece
desprenderse que los árboles en maceta artísticamente tratados no son
frecuentes en los hogares chinos, siendo más corrientes los bulbos y plantas
de interior. Ello podría estar, desde luego, en relación con el coste del bon-
sai, pero también puede deberse al gran número de bonsai de todo tipo
que la gente puede ver en todos los lugares cada día, y al hecho de que
muchos chinos viven en pisos sin espacio exterior. Queda por ver si el
cultivo de bonsai se reduce a los viveros especializados, como parece ser en
el momento presente, o si se convertirá, como ha ocurrido en Japón y
en Occidente, en una afición practicada por mucha gente. A medida
que se vaya disponiendo de más literatura sobre el bonsai chino será in-
teresante el observar si los aficionados de los países occidentales tratan de
cultivar algunas de las especies chinas conjuntamente con las japonesas
y las autóctonas.
EL BONSAI EN OCCIDENTE HOY
La herencia del bonsai ofrece al mundo moderno una afición que puede
proporcionar diversas esferas de interés. Para el horticultor occidental
puede suponer un contacto con la cultura japonesa y el arte oriental. Para
el artista que busca un nuevo medio de expresión es un desafío, ya que
conlleva una severa aplicación de sus habilidades como horticultor. Mu-
chos países occidentales han adaptado las artes y deportes japoneses y
logrado un alto nivel en los últimos veinte o treinta años. Con un incre-
mento del tiempo libre, c~be esperar que esta tendencia continúe. Conjun-
tamente con una renovación de interés por la artesanía occidental tradi-
cional, las próximas décadas pueden ofrecer un período en que la cultura
occidental puede hacer una contribución original a aspectos de la cultura
oriental, entre los que se encontraría el bonsai.
CAPITULO SEGUNDO

HACIENDO
UNA COLECCION
Para aquellos que están interesados en plantas, jardines y particularmente
en árboles, la idea de cultivar un bonsai puede ofrecer un nuevo abor-
daje a la tradicional afición a la jardinería. Frente a la tensión de Ja
vida moderna la tranquilidad del bonsai puede parecer más atractiva que
el cavar rompiéndose la espalda o el cortar regularmente el césped. Para
las personas con problemas físicos, el bonsai ofrece un modo de jardinería
que se puede hacer sentado y sin los problemas de, por ejemplo, el des-
plazar grandes cantidades de tierra o el plantar un arriete. De nuevo
nos encontramos con que hay mucha gente que no posee jardines sino
que vive en pisos sin tener siquiera un balcón. Todos, jóvenes y viejos,
ricos y pobres, pueden aprender el arte de cultivar y desarrollar un bonsai
y practicar un pasatiempo muy retributivo. Los niños a los que se inicia
en una clase de Historia Natural en el cultivo de un árbol a partir de una
bellota, desarrollan rápidamente un interés en la idea de proporcionar al
joven roble una bella forma. De un comienzo tan insignificante puede
derivar una afición hacia los árboles de todas clases, que se extienda a
lo largo de toda una vida.
Existen muchas maneras de comenzar una colección, tres de las cuales
son normalmente muy populares. Son las siguientes:

CULTIVO A PAR.TIR DE SEMILLA. Existe mucha gente que Je gusta


sentir que el resultado de sus esfuerzos deriva totalmente de su propio tra-
bajo. Para ellos, el cultivo de árboles a partir de semilla es ideal, a pesar
de que a menudo se sorprenden del pequeño tamaño de las semillas, que
pueden comprarse o recolectarse de árboles nativos. El cultivar árboles a
partir de semilla es muy barato, intensamente satisfactorio y sorprendente-
mente fácil, incluso para el novato total. La mayoría de semillas de árbo-
les requieren de estratificación para romper su estado latente y comenzar
la germinación. La estratificación es la práctica de someter las semillas a
un «shock frío», bien sea en la intemperie o en un frigorífico, propor-
cionándoles de este modo el «invierno» que tendrían en circunstancias
naturales. Las necesidades de los diversos tipos se diferencian de algún
modo, pero muchos responden favorablemente a tres o cuatro semanas en
un frigorífico doméstico antes de plantarlos. Mientras están en el frigo-
rífico deben mantenerse húmedas, y ello se logra fácilmente en pequeñas
cantidades mezclándolas con arena húmeda en una huevera. Muchas se-
millas de árboles responden a este tratamiento y si se recogen en otoño y
almacenan hasta el invierno, pueden estratificarse y plantarse a tiempo
HACIENDO UNA COLECCIÓN

IZQUlERDA:Roble de cinco años cultivado «por diversión» a partir de una bellota.


DERECHA: El mismo árbol fotografiado una semana más tarde, podado y tras-
plantado a otra maceta como comienzo de un tratamiento bonsai.

para el comienzo de la primavera. Entre los árboles más corrientes se


hallan el haya y el roble, pero las semillas de ambos deben ser plantadas
directamente tras su recolección ya que pierden rápidamente su viabilidad
cuando se almacenan.
Cuando las semillas comienzan a germinar deben controlarse regular-
mente para asegurarse de que no están demasiado secas ni demasiado hú·
medas. Cuando aparecen dos o tres hojas verdaderas, el joven plantón
puede ser trasplantado para comenzar su tratamiento como bonsai.

JOVENES PLANTONES SILVESTRES. Los jóvenes plantones silvestres


son un excelente punto de partida para el novato impaciente que, preocu·
pado por el tiempo que puede tener que emplear cuidando una semilla,
prefiere tener algo que le ocupe directamente. Muchos jóvenes plantonei,
son adecuados y una búsqueda hasta en un pequeño jardín ciudadano pue-
de proporcionar elementos suficientes para comenzar algo más que una
modesta colección. Es aconsejable el desenterrar varios pequeños planto-
nes en caso de que se produzcan fallos por falta de experiencia, y colocar-
los en tiestos, siendo esta la primera etapa en su tratamiento. Una vez han
arraigado comienzan a proporcionar diversión, y puede aprenderse mu-
chísimo al tratar de cultivarlos. Es probable que uno o dos de ellos co-
miencen inmediatamente a exhibir su atractivo, los más serán normales
y unos dos o tres estarán destinados a estorbar a sus <lueños debido a su
particular tamaño, forma o hábitos de crecimiento. Si los plantones ere·
cen en propiedades ajenas, preste atención a lo que se dice en la pág. 37.
- - -- - - - - -- - MANUAL DB BONSAI - - - -- -- - --

ESQUEJES. Muchos bonsai pueden obtenerse a partir de esquejes. Una


vez enraizados, pueden ser tratados en la misma forma que los plantones.
Existe un cierto número de ventajas en el cultivo a partir de esquejes,
siendo uno de ellos la certeza de que la joven planta tendrá las mismas
características que la planta madre en cuanto a tamaño de las hojas, colo-
rido y hábitos de crecimiento. Otra ventaja, especialmente en el caso de
plantas cultivadas por sus flores o frutos, es el tiempo mucho menor que
debe esperarse hasta que las jóvenes plantas den Oor por vez primera.
La mayoría de la gente, al pensar en esquejes, tendrá en su imagina-
ción un brote o tallo de un árbol o un arbusto. Este tipo de esqueje es
el utilizado con mayor frecuencia pero también se pueden utilizar esquejes
de raíz o de brotes de ciertas plantas para hacer plantas para un futuro
cultivo bonsai. Esquejes de hojas, que se utilizan en la propagación de
plantas tales como la violeta africana (Saintpaulia) y la begonia, son muy
raramente de utilidad para el cultivador de bonsai pero se utilizan común-
mente tres tipos de esquejes de tallo, que se conocen como «madera blan-
dai., «madera semidura» y «madera dura».

ESQUEJES DE MADERA BLANDA. Los esquejes de madera blanda pue-


den obtenerse de árboles y arbustos silvestres durante junio y julio y se
toman de brotes sin flor de la temporada, firmes pero en modo alguno le-
ñosos. Deben ser de una longitud aproximada de 10 cm. Se cortarán con
un cuchillo afilado, haciendo la incisión en la planta madre justo debajo
de un nudo de hojas, o arrancados en el punto donde se unen con un tallo
más importante, con un «talón» de madera más vieja pegado. El talón
necesitará ser recortado antes de que el esqueje esté listo para su inser-
ción en la zona de arraigo. Los esquejes blandos necesitan de un ambiente
cálido y húmedo para arraigar y la zona de arraigo se deberá mantener
a una temperatura de alrededor de 16ºC (60ºF). Una atmósfera cerrada,
húmeda, disminuye Ja transpiración.
Comercialmente, tales esquejes se plantan con la ayuda de equipo bumi-
dificador en bandejas o lechos con calor controlado termostáticamente. La
zona de arraigo se mantiene a una temperatura predeterminada mientras
que los chorros de agua, controlados por un aparato sensitivo a la humedad
o a la luz, proporcionan una rociada que refresca las hojas y mantiene alto
el contenido de agua del aire al tiempo que no sobrerriega. Este tipo de
equipo es caro de instalar y de mantener, pero el aficionado que trabaje sólo
con unos pocos esquejes obtendrá bastantes buenos resultados utilizando
recipientes y bandejas colocadas sobre una fuente de calor y cubiertas por
una «tienda» de politeno. Existen diversas ideas sobre el medio ideal para
el arraigo pero en general se considera lo más adecuado una mezcla de
turba y arena gruesa o arena rasposa. La arena se sustituye a menudo por
gránulos de vermiculita o de poliestireno, ya que tienen la ventaja de ser
más ligeros y limpios.
Cuando los esquejes han sido arrancados deben ser preparados para
plantarse lo más rápidamente posible. Ocasionalmente pueden eliminarse
una o dos hojas inferiores para que el tallo quede más limpio al insertarlo
en la zona de arraigo y reducir las pérdidas de humedad por transpiración,
pero deben conservarse el mayor número posible para la manufactura-

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- -- - - - - - - HACIENDO UNA COLECCIÓN

A. Esqueje tomado con un talón de


madera vieja anexo. B. Esquejes
preparados e insertados en el medio
propagador de ratees. C. Esqueje enrai-
zado plantado en un tiesto y listo para
su preliminar tratamiento bonsai.

ción del alimento que necesita la nueva planta y para asegurar el creci-
miento de las raíces. El arraigo puede verse favorecido si los esquejes
han sido sumergidos en un polvo de arraigo hormonado antes de su in-
serción, que debe usarse según las instrucciones facilitadas por el fabri-
cante. Finalmente los esquejes se hunden en la zona de arraigo hasta una
tercera parte de su longitud. Utilice un plantador para hacer los agujeros
(una excelente herramienta para este trabajo es un viejo bolígrafo o un
palillo chino) y colóquelos lo suficientemente espaciados para evitar que
las hojas de los diversos esquejes se toquen.
Tan pronto como los esquejes hayan arraigado se colocarán en macetas
(ya que el medio de arraigo no posee valor alimenticio). Si, por cualquier
razón, este proceso debe retrasarse, las plantas deben alimentarse con un
poco de fertilizante líquido. El abono para el crecimiento debe consistir
en una mezcla de arcilla, mantillo de hojas y arena de grano grueso (a par·
tes iguales por volumen).
Cuanto antes se planten los esquejes blandos más firmes estarán las
plantas resultantes antes de que la llegada del otoño impida un posterior
crecimiento. Sería mejor que se pudiese introducir la planta madre, de la
que se obtendrán los esquejes, en un invernadero al comenzar la prima-

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vera. Ello hará que comience el crecimiento mucho antes que si se deja
al aire libre.

ESQUEJES DE MADERA SEMIDURA. Los esquejes de madera semidura


son, como su nombre indica, más recios que los de madera blanda pero
menos maduros. Se cortan generalmente entre julio y septiembre, y tienen
más probabilidades de arraigar en el ambiente protegido de un inverna·
dero frío. Tardan por lo general más en echar raíces que los esquejes de
madera blanda y por lo tanto deben ser más largos, de alrededor de 15 cm
si es posible, aunque los esquejes de coníferas pueden ser de alrededor de
10 cm, y deben ser cortados de la planta madre con un talón de madera
más vieja. Debe eliminarse cualquier brote muy joven del extremo del
tallo y los esquejes, después de cortar los talones y eliminar las hojas in·
feriares, deben enterrarse hasta la mitad de su longitud en tiestos o cajas
conteniendo un adecuado medio de arraigo. Consiste este en general en
una mezcla a partes iguales, por volumen, de turba y arena propagadora
o arena de grano grueso. Las claraboyas del invernadero frío deben estar
cerradas para mantener la humedad y los esquejes requerirán ser rociados
con agua clara por lo menos una vez al día. Durante los períodos de sol
puede proporcionarse un sombreado parcial utilizando trozos de arpillera
o de plástico especialmente ideados para este propósito.
Durante la primavera siguiente los esquejes enraizados pueden plantar-
se en hileras en la tierra al aire libre o pueden colocarse en macetas. Deben
eliminarse los que han formado un callo pero no raíz en su base, a menos
que sean de una especie rara o variedad o de alguna forma sean difíciles
de conseguir. En este caso puede cortarse un poco del callo y volver a
colocar los esquejes en un medio propagador con un poco de calor en la
parte inferior. Quizá de este modo lleguen a echar raíces.

A. Esque;e de brote de hoia


separado de un tallo. B. Esque-
ie de brote de hoia tomado
con una pequeña longitud de
tallo incorporado.
ESQUEJES DE MADERA DURA. Los esquejes de madera dura son los
de más fácil manejo ya que se cogen durante los meses últimos del otoño
y los de invierno cuando los árboles y arbustos de hoja caduca duermen.
Se toman esquejes largos -de 15 a 38 cm, dependiendo de la variedad-
bien sea con talón o cortados debajo del punto de inserción de una hoja,
y deben ser de una madera totalmente madura.
Se excava una zanja en forma de V en tierra fértil en una zona del
jardín resguardada, bien desaguada, y se esparcen unos 2,5 cm de arena
en el fondo. Los esquejes deben colocarse contra un lado de la zanja con
sus bases descansando en la arena. Entonces se vuelve a meter la tierra
en la zanja, firmemente. Si no se aprieta suficientemente, las bajas tempe-
raturas podrían helar los esquejes. Antes de trasplantados o colocarlos en
macetas es mejor dejarlos en la tierra durante un afio.

ESQUEJES DE YEMA. Los esquejes de yema son otra forma de propa-


gación que tiene éxito con ciertos tipos de plantas. Requieren condiciones
similares a los esquejes de madera blanda y se toman du rante el verano.
Se coge un segmento de tallo que incluya una hoja. Esta sección puede ser
de sólo un corte en «media luna» siempre que incluya una hoja, y el
esqueje debe insertarse en el medio de arraigo de modo que sólo se vea
la hoja. Este tipo de propagación puede utilizarse cuando exista escasez
de material de propagación o si particularmente es aconsejable para un
determinado tipo de planta. Es particularmente aconsejable para la Ca-
mellia japonica.

ESQUEJES DE RA1Z. Los esquejes de raíz pueden tomarse de aquellos


árboles que forman brotes adventicios en su raíz. Entre estos árboles se
incluyen los álamos, los olmos y los membrillos. Las raíces seleccionadas

DERECHA: Esquejes de raíz prepara-


dos, cada uno de ellos con su parte
superior plana y la in/erior inclinada,
insertos en el medio propagador de
raíces.

ABAJO: Esqueje de raíz plantado


horizontalmente. Los retoños se
tratan como troncos de un bonsai
conectado por la ralz.
- - -- -- - -- - - MANUAL DE BONSAl - -- - -- - -- -

se cogen en invierno y deben ser cortadas directamente del extremo infe-


rior y efectuar un limpio corte oblicuo en el otro exlremo. Estos esquejes,
que pueden ser de una longitud variable, de 5 a 8 cm o más en algunos
casos, deben insertarse en la forma correcta en recipientes que contengan
un medio de enraizamiento compuesto a partes iguales por volumen de
turba, arena gruesa y marga. Deben cubrirse con 1 cm de arena y pueden
dejarse en el exterior o en un invernadero frío durante el invierno. En
primavera, saldrán vástagos y entonces las jóvenes plantas pueden colo-
carse en macetas para su futura manipulación.
Los esquejes de raíz también producirán vástagos cuando las secciones
de raíz hayan sido enterradas horizontalmente en el medio de arraigo.
Esto es ventajoso para el cuidadoºr de bonsai que desea cultivar árboles
para tratarlos en el estilo «balsa» (pág. 94).

COMPRA DE PLANTAS PARCIALMENTE TRATADAS. Algunos co-


leccionistas que comienzan se sienten más satisfechos si tienen un bonsai
parcialmente tratado para guiarles. Si son Jo suficientemente afortunados
para comprar uno procedente de los pocos especialistas de bonsai que hay
en España, también pueden aprender mucho acerca de los cuidados y
tratamiento futuro. Pero lo más probable es que no se pueda comprar a
un verdadero especiallsta. Sin embargo, las plantas procedentes de fuentes
menos acreditadas pueden proporcionar un buen bonsai por el que se
haya pagado un precio razonable.
A menudo aparecen anuncios en la prensa nacional ofreciendo a los lec-
tores la oportunidad de comprar un «joven bonsai» a precio muy bajo y
destacando las ventajas de poder gozar inmediatamente de un jardín de
pequeños árboles, perennes o caducos, de interior o exterior. Pero debe
tenerse en cuenta cuando se lean tales anuncios que los bonsai son, o
deben ser, árboles tratados y que con los actuales costes de mano de obra
y materiales el tratamiento que hayan recibido los árboles ofrecidos debe
ser muy escaso en función de su precio. Los «pequeños árboles» ofrecidos
pueden no ser más que plantones enraizados; no es necesario decir más.
Algunas tiendas de floristería cuentan, en respuesta a peticiones de
sus cJientes, con un número de bonsai que pueden ser examinados antes
de comprar. Esto es, desde luego, preferible, pero de todos modos hay que
tener en cuenta un número de inconvenientes ocultos. En primer lugar el
precio es probablemente más alto que el de un árbol similar adquirido en
un vivero. Sin embargo, la comodidad de visitar a un florista vecino puede
ser más conveniente que el coste y el tiempo de una visita a un especia-
lista; el comprador puede pensar que este punto en particular carece de
importancia.
La mayoría de floristas guardan sus bonsai en interiores, tanto para su
exhibición como almacenamiento. Puede ser que hayan sido mantenidos
durante algunas semanas en régimen de plantas de interior y se encuentren
en condición debilitada. Además, pueden estar sobre-humedecidos, en su
detrimento. Finalmente, la variedad ofrecida es generalmente pequeña y
los consejos para su cuidado son a menudo muy parcos.
Comprar en un feria de horticultura directamente de un comerciante
profesional, que ofrece una gran cantidad de bonsai, ofrece las mismas

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ventajas que comprar en un vivero especializado. Una exposición tan im-
portante sólo puede ser llevada a cabo por un especialista y los árboles
ofrecidos para su venta, a pesar posiblemente de una limitación en can-
tidad, es muy probable que representen lo mejor del mercado en el momen-
y estén dentro de una correcta línea de precios. La competencia es muy
fuerte en tales certámenes y los precios es probable que sean muy competi·
tivos. Consejos sobre los cuidados a tener en cuenta se dan gentilmente y
también se dispone de folletos explicativos.
Los clubs de bonsai organizan frecuentes sorteos entre sus miembros en
los que los premios son árboles o realizan ventas de árboles jóvenes ofre-
cidos por miembros para recoger fondos para el club. Los bonsai o árboles
jóvenes que se obtienen de esta forma son generalmente sanos y bien en-
raizados, aunque la calidad de su tratamiento dependerá de la habilidad
de su anterior dueño. Generalmente son baratos y viven en macetas senci-
llas, envases de yogur o similares.
En términos generales puede decirse que, cuando se compre un bonsai
de un profesional se conseguirá una buena calidad de acuerdo al dinero
pagado. Ello es, desde luego, relativo, y cuando se examine un gran, anti-
guo bonsai, que puede costar de 10 000 a 20 000 pesetas, no hay que olvi-
dar que se está contemplando el resultado de muchos años de tratamiento
altamente especializado y de cientos de horas dedicadas a mantener un
riego regular, alimentación y plantación o plantado en tiestos. Pero se
pueden comprar árboles jóvenes que poseen una buena forma básica y los
comienzos de un vigoroso tronco, junto a su tiesto, entre las 2000 a
6000 pesetas, siendo esta la forma ideal de obtener un cierto número de
distintas variedades de árboles, quizás de especies japonesas que no se
consiguen fácilmente en España.

BONSAI DE SEMILLAS PARA INTERIORES. Los habitantes de pisos


que deben, por necesidad, cultivar bonsai de clima cálido, raramente en-
cuentran jóvenes plantones de los árboles deseados. Sin embargo, se pue-
den obtener fácilmente semillas al comprar fruta fresca en una verdulería
(a menudo las semillas secas de variedades tropicales no son ya viables),
y se puede conseguir rápidamente un pequeño bosque de interesantes y
poco usuales ejemplares.

GANANDO EXPERIENCIA. Con el paso de los meses, el aficionado no-


vel descubre que los bonsai no son los difíciles y místicos sujetos que a
veces se quiere hacer que parezcan, si no que en realidad son bastante
fáciles de cultivar. Intuyendo que todavía hay mucho que aprender, puede
hacerse miembro de un club. En estos clubs se organizan reuniones, expo-
siciones del trabajo de los miembros, salidas a viveros, arboledas, y luga-
res similares de interés. Se dan conferencias y se ayuda a los recién llega-
dos. Se intercambian árboles jóvenes. Para el principiante el hacerse miem-
bro de un club es un buen medio de ampliar sus horizontes. Verá árboles
mucho mayores de lo que él cree es posible cultivar, observará a miem-
bros más experimentados mientras realizan trabajos de poda o de plan-
tado en macetas y ganará una valiosa experiencia en una amplia gama de
variedades. Sin embargo, el cultivo del bonsai es también aconsejable
- - -- - - - - - - - MAJ\'UAL DE BONSAI - - - - - -- - - -

Arboles de la colección de la autora exhibidos en la Muestra Floral de Chefaea


de 1981.

para aquellos que prefieren la soledad y, desde Juego, el ser miembro de


un club no es esencial. Se aprende entonces mediante la comprobación y
el error, la observación, la lectura y, ocasionalmente, la formulación de
preguntas. Más de una colección valiosa ha sido realizada por aficionados
autodidactas.
Tras un período de éxito inicial, un coleccionista puede sentir la nece-
sidad de ver un bonsai «verdadero». Como ya se ha dicho, existen muy
pocos horticultores profesionales dedicados exclusivamente al cultivo del
bonsai en Europa, y muchas personas lo que primero hallarán será un bon-
sai maduro importado del Japón y exhibido en la sección de flores del
certamen local de agricultura. El visitar este tipo de exposiciones puede
provocar sentimientos contradictorios. Ciertamente de admiración, pero
quizá también de resignación ya que el aficionado, con su haya de dos
años, nunca llegará a esos niveles. En tales momentos puede perdonarse
al aficionado por no recordar que el dueño o cultivador de los ejemplares
que se muestran fue a su vez un atemorizado principiante. Debido al rela-
tivamente corto tiempo en que el bonsai se ha popularizado en Europa,
es desconocida la tradición de viveros familiares de bonsai tal como existen
en Japón. Los principales coleccionistas, tanto profesionales como aficio-
nados, pueden ser descritos como autodidactas, y una vez advertidos de
ello, las exposiciones de valiosos bonsai deben ser consideradas por el afi-
cionado desde otro punto de vista. En lugar de quedarse atemorizado ante
los ejemplares más antiguos debe aplicar su habilidad y desarrollar sus
propias ideas a partir de lo que contempla. Es un interesante ejercicio el
tratar de adivinar cómo se IHi tratado un antiguo bonsai, por qué tiene la

- - - - - - - - - -- - -- 30 ~ - -- -- - - -- -- - ~
HACIENDO UNA COLECCfÓN

forma que tiene, y por qué razón está contenido en un tiesto de determina-
das dimensiones y forma. Ello no es fácil al principio pero tras un cierto
tiempo todo se ve más claro.
Tres de las mejores colecciones de bonsai en Europa pertenecen a
mujeres que han cultivado ellas mismas sus árboles. En Japón, aunque
las mujeres pueden regar el bonsai o realizar tareas similares, las colec-
ciones más famosas pertenecen a hombres, como también los viveros pro-
fesionales. Las tradiciones pueden ser difíciles de romper y en el Este,
con su larga historia de diferencias entre el hombre y la mujer, el cambio
puede llevar un cierto tiempo, pero la comparativa novedad de esta afición
en Europa y un punto de vista distinto en tales cuestiones, ha permitido
que hombres y mujeres desarrollen una habilidad similar en esta forma
artística. En Jas tres colecciones a que nos hemos referido existen muchos
bellos árboles importados, considerablemente desarrollados y mejorados
por sus propietarios, pero incluyen numerosos ejemplares ingleses, tanto
pequeños como grandes, que han sido cultivados a partir de semillas
o esquejes o bien recogidos, jóvenes o viejos, en estado silvestre. Tam-
bién cuentan con ejemplos de plantas obtenidas de especialistas y de vive-
ros de arbustos (una útil fuente de suministro de variedades raras).
Los especialistas en cualquier rama de la horticultura no sólo acceden,
sino que les gusta hablar con aquellos que comparten su entusiasmo. Exis-
ten, por ejemplo, viveros que se especializan en la propagación y cultivo
de arbustos ornamentales y en los que pueden comprarse vigorosas plantas
a un precio razonable y donde se puede obtener información sobre los
hábitos, necesidades de riego, cte. En Gran Bretaña, todavía no se ha ex-
plotado el potencial total del cultivo de los arbustos ornamentales como
bonsai y una gran cantidad de valioso material de iniciación espera la
experimentación del coleccionista inspirado.
Cuando el coleccionista ambicioso ha cultivado bonsai durante el tiem-
po suficiente para desarrollar una confianza en su capacidad de mantener
una forma y un vigor razonables, Je aconsejamos vivamente considere la
compra de un buen árbol tratado en el Japón. El poseer uno o varios de
estos árboles supone una forma segura de elevar el nivel de los otros
árboles de la colección. Sin embargo, pocos de estos árboles están a la
venta y quizá solo una media docena de horticultores de bonsai estarón
en posición de vender un árbol razonablemente maduro y bien tratado,
sin defectos; por lo tanto hay que visitar todos estos viveros antes de rea-
lizar una elección, y probablemente todo ello supondrá un considerable
gasto de dinero. Habiendo reflexionado sobre todos los árboles disponibles,
debe elegirse el árbol que al mismo tiempo nos haya impresionado, inspi-
rado y atraído. No hay que adquirir un árbol que no nos guste simplemente
porque se nos diga que es un buen bonsai, o porque sea de una variedad
de la que no disponemos. Después de todo el bonsai es una forma de arte
y existe para mirarlo y disfrutarlo. Con la compra de un buen ejemplar,
el coleccionista muy probablemente contemplará sus propios árboles con
renovado interés. En tanto su conocimiento crece, detecta la belJeza poten-
cial de más árboles y plantas. De vez en cuando puede comprar otro bon-
sai, pero canalizará básicamente sus energías en la mejora y desarrollo
de los que está cultivando.
"EL PEQUEÑO GRUPO DE OLMOS"
Zelkova se"ª'ª
Plantación-en grupo

Este grupo de 13 Zelkova serrata (a menudo asociada, incorrectamente,


al olmo japonés) fue plantado por la autora en 1978. Los dos árboles más
altos del grupo se importaron del Japón en 1973 y se plantaron junto a
un tercero para formar un grupo, en 1976, para la exhibición en el
«Cbelsea Flower Show» del año siguiente. La idea de crear cada año una
plantación en grupo para esta exhibición fue establecida de este modo y
pronto, en 1978, se importó del Japón una maceta de 85 cm de largo con
este objetivo.
Seleccionamos unas cuantas Zelkova cultivadas en Inglaterra para crear
el grupo, pero las mayores carecían de la longitud y madurez necesarias.
Así pues, el grupo primitivo. de tres fue desmontado y dos de los árboles
japoneses se usaron, junto a once británicos, para crear un grupo que re-
presentaba una parcela de un bosque.
Se precisaron qcho o nueve horas para plantar y arreglar el grupo. Nin-
guno de los árboles fue atado para lograr su posición en ningún momento,
sino plantado cuidadosamente asegurando su estabilidad. Se cuidaron los
bordes del suelo y la reTación de los árboles, unos respecto a otros, colo-
cando los más altos al frente del grupo y un poco elevados, y los más
bajos se situaron a los lados y por detrás. La maceta, en la época de la
plantación, probablemente era la mayor de Inglaterra; es de Kataokaware
de color marrón medio y de 85 cm de largo, 42,5 cm de ancho y 6,5 cm de
profundidad. Los bordes son inclinados hacia dentro y fuertemente en·
corvados, dando una impresión liviana, elegante y de mayor longitud. La
altura total del grupo es de 70 cm, siendo de 60 cm aproximadamente
la del árbol mayor.
La plantación se ha dado a conocer como «El Pequeño Grupo de
Olmos» («The Small Elm Group») a pesar de su tamaño. Debido a la ins-
piración que le dio a la autora, y también a otros muchos, se importó du-
rante el invierno de 1978-79 una maceta aún más larga (1,1 m de longitud)
y de idéntica forma para crear otro grupo parecido. Mientras tanto, el
tercer bonsai del grupo original se utilizó, en marzo de 1979, en la planta-
ción de otro grupo que se denominó «El Gran Grupo de Olmos» («The
Large Elm Group»), formado con otros 18 Z. serrata cultivadas en Ingla-
terra. Se llevó a Chelsea en 1979, pero muy raramente se enseña fuera de
Londres debido a su peso: unos 90 kg. Esta plantación causa un gran
efecto a todas las personas que la ven.
. Las edades de los árboles en ambos grupos oscila de los ocho a los
vainticinco años aproximadamente. Se planeó replantarlos a principios de
1982 porque 1981 fue un año muy húmedo y frío.
"EL PEQUEÑO GRUPO DE OLMOS"

Zelkova serrata
Plantación en grupo
"NICHO LAS"
Juniperus chinensis
''NICHOLAS'~
J14niper,Ls chinensis

ltatc C1 un bonaai muy 'riejo·e ~ Wlo (•NicbobD. ya (IINI


fue compndi) el .dfa do~,. qa obtuvo" la autora m 1975 plan-
tado en una IUl::eC* pnde. mctenplar, de un colqi uu1 01C1UO C11D1Jtado,
que DO le CODvenfa. J!l follajo en muy e1Ca10· 1 la nnna de la izc¡uimla
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que hubo que puar 1re1 &. c:olc>eeodo
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mente a Inglaterra cm febreió~• 1978. A peMI' de aJaunoa ~ tli
cuanto a realizar tan pronto un nuevo trasplante, se encontró con que se
había formado un vigoroso pan de rafees en los dos años transcurridos y
se decidió que en cualquier caso la operación provocaría pocas molestias.
En marzo de 1978, el bonsai fue colocado en su nuevo recipiente, que es
una maceta Yamaki no esmaltada del color del zorro plateado, y cuyas
curvas laterales se reflejaban en el llamativo tronco del árbol, y el borde
curvado hacia dentro le proporcionaba una apariencia de producto bien
terminado.
Se siguió trabajando para mejorar la forma de las zonas de follaje, que
ahora crecía con fuerz.a. Además, tra años de descuido, se habían acu-
mulado diversos desperdicios alrededor de la base del tronco y en ella
habían crecido numerosas rafees pequeñas, cubriendo las raíces principa-
les y deteriorando la ba e del árbol. Se eliminaron estas pequeñas raíces
una por una, devolviendo a la base su antiguo esplendor.
Actualmente este bonsai, de alrededor de 250 años, se yergue sobre
1,5 m de alto (incluyendo su maceta) y es de anchura similar. Se ha mos-
trado en diversas exposiciones en lnglatera y Gales, y en tales ocasiones
normalmente se coloca sobre un pedestal de 1 m X 30 cm, fabricado es-
pecialmente para él en Londres en 1976. Inspirado en un diseño japonés
del siglo XVTT, su material es caoba.
De todos los bonsai que posee la autora, éste es, de sólo escoger uno,
su favorito, siendo su apariencia una fuente constante de inspiración y su
follaje verde oscuro y en reposo, imagen de paz y de lo eterno.
Un coleccionista experimenta una enorme satisfacción cuando tiene
éxito por vez primera en el trasplante de su viejo árbol silvc trc y lo de-
sarrolla hasta conseguir un bello bon ai. Como ya se ha dicho, los propie-
tarios de tierras generalmente están bien dispuestos para dar su permiso
a los coleccionistas para que busquen y extraigan tales árboles, siempre
que se eviten las zonas en las que exi tan ave de caza y que e manten-
gan controlados a los perros. La experiencia ha demostrado que cuando
un coleccionista se toma la molestia de e cribir dando las gracias a los
propietarios que Je hao permitido buscar en sus terrenos, independiente-
mente del éxito de la bú queda, las siguientes visitas son siempre bien
recibidas.
En todas estas formas crece una colección. No sólo en número ino
en calidad, diversidad de formas o estilos y tipo de e pecies. Un coleccio-
nista puede, por ejemplo, tratar de cultivar alguno de los diminutos
«mame» bonsai. De algún modo algunas técnicas e aplican de forma dis-
tinta que para otro tipo de cultivo. El crecimiento de un «mame» bonsai
debe estar muy bien controlado si se quiere mantener la forma esencial
de ramas y tronco. Las necesidades de riego pueden crear dificultades
hasta que el coleccionista aprenda a sumergir las macetas en bandejas de
turba durante los meses de verano. Desde luego, no todos los experimen-
tos tienen un final feliz. Algunos esfuerzos sólo entrañarán un fracaso
total, otros darán unos resultado di tintos a los propuestos. Algo que es
cierto, sin embargo, es que cada intento de hacer bonsai de un árbol pro-
porcionará un aumento de conocimientos, entendimiento y apreciación
de cómo y por qué funciona el proceso.
CAPITULO TERCERO

PLANTAS
QUE SE CONVIERTEN
EN UN BUEN BONSAI
Existen en España muchas especies y variedades de árboles y arbustos
resistentes, que se pueden conseguir fácilmente. Muchos de ellos pueden
tratarse fácilmente para convertirlos en bonsai, mientras que otros que
generalmente se consideran como menos adecuados debido al tamaño de
sus hojas o a sus hábitos de crecimiento, a menudo se encuentran viviendo
en un medio que los hace muy aconsejables para el tratamiento. No deben
perderse tales oportunidades.
Muchos de los árboles que se encuentran en España crecen fácilmente a
partir de semillas. Otros pueden recogerse en estado silvestre, tanto como
pequeños plantones o ejemplare mayores desarrollados de una forma
atractiva, pero es muy importante el recordar que primero hay que obtener
el permiso del propietario del terreno, aunque sea un páramo, antes de
extraerlo y especialmente tratándose de árbolc viejos. A diferencia de
ciertas flores silvestres, en realidad su recolección no es ilegal iempre que
se cuente con el permiso necesario, pero puede llegar a serlo si no se tiene
permiso.
Los ejemplares de hoja pequeña, con un buen enramado natural, SU·
ponen un buen comienzo para una colección. Se encuentran dentro de es ta
categoría los olmos, endrinos, espinos y abedules, de los que fácilmente
puede obtenerse semillas. El espino desarrolla una larga raíz centra l y en
principio reacciona mal a una manipulación, pero una vez establecido en
una maceta su cuidado y cultivo es fácil. Plantones de especies de jardín
de hoja pequeña, como por ejemplo el Cotoneaster, la Pyracantha y el
labumo se encuentran con facilidad y tienen la ventaja de dar flores y en
el caso de los dos primeros (Cotoneasler, Pyracantha), dar fruto.
Los árboles con hojas naturalmente más grandes se cultivan en bon ai
en un tamaño de 30 cm o más. Esto ayuda a compensar por el tamaño
mayor de la hojas, a pesar que tras un período de tiempo éstas se redu·
cirán considerablemente. Cuatro de los más bonitos crecen fácilmente a
partir de semillas recién recolectadas - roble, haya, castaño de Indias y
manzano--. Las semillas de haya recolectadas de hayas de hoja oscura
producirán, con suerte, plantones de hoja oscura en un cinco por ciento
de la germinaciones. Estos son especialmente atractivos al cultivarlos si
las semillas proceden de un buen ejemplar de hoja oscura. Los plantones
de roble varían enormemente y vale la pena seleccionar aquellos que antes
producen el follaje más pequeño y dentado. Los castaños de Indias crecen
bien, para algunas personas demasiado bien, pero si se trabajan pueden
~~~~~~~~~~~ MANUAL DE BONSAI

Espino (Cratacgus) tratado desde 1975 en el estilo «barrido por el viento», a


partir de un árbol silvestre. Tiene ahora alrededor de 10 años.

dar buenos resullados. Tienen la ventaja de ser casi indestructibles. Los


manzanos silvestres producen un delicioso bonsai. Las semillas pueden re-
cogerse de las manzanas silvestres recién caídas, y si se plantan mientras
están frescas, germinan rápidamente y con facilidad en una bandeja de ger-
minación o en una maceta. Si se trabaja con un cierto número de semillas,
puede realizarse una selección preliminar en el primer año, desechando
aquellos ejemplares que muestran indicios de moho (algunos son suscep-
tibles) y quedarse aquellos que posean alguna característica especial, como
por ejemplo hojas rojas. Los plantones de manzanos silvestres florecerán
a los tres o cuatro años y responden bien al tratamiento con alambres y a
la poda.
Entre otros tipos de árboles que florecen los cerezos, almendros, melo-
cotonero y ciruelos, todos pertenecientes al género Prunus, pueden cul-
tivarse a partir de semillas (la semilla está dentro del hueso). Es más
difícil darles forma y .florecen menos rápidamente que cuando son de
tamaño natural y sus grandes hojas no son apropiadas para el bonsai. El
almendro es quizás el más fácil, dentro de este grupo de cuatro, de cultivar
hasta que sea capaz de florecer y tiene hojas más pequeñas que los otros
tres. Las semillas de ]os cuatro pueden ser de lenta germinación y un
período de frío antes de plantarlas puede favorecer la ruptura de la
inactividad.
Aquellos que deseen cultivar bonsai con flores a partir de esquejes
Acer buergeranum (izquierda) y A. palmatum, que han sido obtenidos a partir
de semilla para su tratamiento bonsai.

deben tener en cuenta las forsitias, los jazmines de invierno y los diversos
tipos de membrillos. Arraigan fácilmente y tienen la ventaja de que flo-
recen temprano. Las flores de membrillo permanecen durante un período
de tiempo más largo que la mayoría de otras variedades y su gama de color
en rosa, naranja o rojo no la poseen otras variedades ornamentales apro-
piadas.
Los afortunados poseedores de un suministro de agua sin cal, presu-
miendo que no se disponga de agua de lluvia, pueden tratar las azaleas
como bonsai, respondiendo mejor al tratamiento los tipos de hoja perenne.
Muchos de ellos no son muy resistentes y deben mantenerse en condición
invernal colocándolos en un invernadero frío. Las variedades más utiliza-
das en bonsai en el Japón son las que poseen flores más pequeñas de Jo
normal, y en Occidente es, desgraciadamente, demasiado común el ver
azaleas bonsai bien tratadas con flores demasiado grandes. Las azaleas se
podan a fondo cada año, inmediatamente después de la floración y, en el
momento en que regresa la primavera, se haUan de nuevo cubiertas por una
gran riqueza de hojas verdes y bellas flores de diversos matices.
Todo tipo de sauces puede ser tratado como bonsai. Generalmente
arraigan mejor a partir de esquejes y la mayoría tolera permanecer en el
agua durante largos períodos, muy importante para la persona que debe
ausentarse frecuentemente de casa. Los alisos tambi6n soportan el agua.
Tienen tendencia a que sus hojas sean muy largas, a pesar de que con el
- - - - - -- - -- - MANUAL DE BONSAI - - - -- -- - - - -

Alerce (Larix decidua), recogido en estado :;ilvestre diecisiete años atr6s. Las
piñas tienen hasta cuatro años de edad.

tiempo se reducen algo, pero responden bien al tratamiento como bonsai


de tipo medio o grande.
Algunos árboles destacan por sus colores otoñales, especialmente los
arces del Japón y del Canadá. Ejemplares de estos árboles se pueden ob-
tener como árboles jóvenes en centros de jardinería y algunos pueden cul-
tivarse a partir de semillas. Están especialmente recomendados la variedad
japonesa de hoja pequeña Acer palmatum y el Acer buergeranum. Otros
árboles que destacan por su colorido otoñal y que se tratan fácilmente,
incluyen el olmo japonés (Zelkova serrata) o, alternativamente, el árbol
de Judas (Cercis siliquastrum) y el similar, pero mucho menos conocido,
katsura, Cercidiphyllum japonicum. Todos ellos pueden ser tratados a par-
tir de semilla, como el primitivo ginkgo. una conífera de hoja caduca,
aunque esta última se trata más a menudo a partir de esqueje o como
árbol joven.
Entre las coníferas, se pueden tratar otros dos tipos de hoja caduca,
los alerces, incluyendo Larix decidua y L. kaemp/eri, que pueden culti-
varse a partir de semilla y el ciprés de pantano (Taxodium distichum), un
amante del agua que se cuJtiva fácilmente a partir de esqueje. Este último
abre sus «hojas» muy tardíamente en la primavera y son de un tono bron-
ce rojizo. Verde durante todo el verano, el árbol desarrolla unos magní-
ficos colores otoñales antes de desechar el follaje de estación y entrar en
letargo. El alerce se vuelve amarillo en otoño y tiene interés en esta
PLANTAS QUE SE CONVIERTEN EN UN BUEN BONSAI - ----

estación, pero quizá alcanza su mejor momento al finalizar la primavera


cuando su segunda vegetación tierna, de un pálido color verde, contrasta
con el verde más oscuro de la primera vegetación de la primavera. Tam-
bién es capaz de producir flores y piñas a los cuatro o cinco años, perma-
neciendo estas últimas en el árbol hasta unos cuatro años. Las piñas pro-
ducen uni} cierta cantidad de semillas fértiles. Estas pueden plantarse de
manera normal y los plantones resultantes pueden utilizarse para tratamien-
to bonsai o para su cultivo como árboles plenamente desarrollados. En un
período de pocos años, el cultivador de bonsai puede crear fácilmente una
familia de alerces, cultivados a partir de semillas producidas por un bon-
sai algo más viejo.
El pino rojo, Pinus sylvestris, puede ser tratado para convertirse en
un buen bonsai. De naturaleza lozana cuando joven, responde rápida-
mente al tratamiento con alambres y a la eliminación de yemas. Se ob-

Eiemplares ióvenes de Taxodium distichum ( ver página 68) que, cuando fueron
fotografiados, habfan estado agrupados únicamente seis semanas.

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- - -- - - -- -- - MANUAL DE BONSAI - - - - - - - - --

tiene rápidamente a partir de semilla. También pueden encontrarse árbo-


les silvestres, tanto viejos como jóvenes, y pueden trasplantarse siempre
que esta operación se realice con mucho cuidado. Como en muchos pinos
el sistema de raíces puede no ser muy vigoroso.
Entre otros árboles de hoja perenne, la encina, Quercus ilex, es uno
de los más fáciles de tratar. Crece fácilmente a partir de bellotas recién
recogidas, posee una vegetación de primavera plateada, muy atractiva, en
buen contraste con el viejo follaje de color verde muy oscuro. Tolera una
amplia gama de tierras y condiciones y sus ramas responden muy bien al
tratamiento.
El boj común, Buxus sempervirens, es de fácil tratamiento y se adapta
especialmente a los tamaños menores de bonsai, como el ligustro (Ligus-
trum ovalifolium) y su variedad dorada (aureum). El tejo común (Taxus
baccata) y su variedad dorada (aurea) pueden tratarse en bonsai de tamaño
pequeño o grande que tolerarán una posición bastante sombreada. Es muy
difícil el cultivarlo a partir de semilla, pero los plantones del T. baccata
son muy fáciles de encontrar y pueden enraizarse esquejes. Hay que des-
tacar que el tejo es venenoso, en todos sus componentes.
La hiedra (Hedera helix) no es un obvio candidato para el tratamiento
bonsai, pero tanto la silvestre como la cultivada producirá, con un poco
de esfuerzo, un tronco leñoso de una forma interesante. No es necesario
que la forma sea en cascada. Pueden tratarse hiedras de muchas clases
para que crezcan hacia arriba, la poda regular de los largos vástagos con-
trarrestará la tendencia usual hacia la cascada de las ramas de hiedra bajo
el peso de su propio follaje y las dimensiones de sus retoños. Si se man-
tienen compactas, en el tronco y en las ramas comenzarán a formarse cor-
tezas.
Muchas hiedras toleran la sombra pero las variedades jaspeadas deben
tener luz para mejorar el color de las bojas. La hiedra bonsai no es todo
lo resistente que cabría esperar y en invierno debe protegerse en inverna-
dero, porche o lugar similar.
Los cedros (Cedrus) son un buen bonsai cuando se tratan formal o in-
formalmente hasta una altura de alrededor de 60 cm. Cuando se trata, su
tendencia natural a desparramarse es una ventaja y los resultados pueden
ser impresionantes. El cedro japonés, Cryptomeria japonica, a pesar de
su apariencia muy distinta a los cedros tradicionales, es también muy ade-
cuado para su tratamiento formal y tiene la ventaja de colorearse de un
llamativo bronce rojizo en invierno. Es vigoroso, y con un regular trata-
miento de pinzado du:-ante primavera y verano, pueden obtenerse buenos
resultados en pocos afies.
Un arbusto de hoja perenne que debe ser «obligatorio» en toda colec-
ción es el enebro. El enebro silvestre común, /uniperus communis, puede
encontrarse en las zonas más escabrosas y remotas de Gran Bretaña y pue-
den escogerse buenos ejemplares. Son muy difíciles de trasplantar cuando
son viejos, pero las plantas jóvenes son más acomodaticias. Pueden culti-
varse a partir de esquejes. El enebro chino, /. chinensis, es incluso más
adecuado para el cultivo bonsai, ya que produce un follaje adulto en con-
traste al follaje juvenil bastante espigado del /. communis. Otro enebro,
más raro, es el /. rigida (nativo del japón, norte de Africa y Corea), que

- - - -- - -- - -- - ~ 42 - -- - -- - -- -- - ~
I ZOUJERDA: Chamaecyparis pisifera plumosa, ahora de quince a,ios de edad y de
15 cm de altura. Esta conífera enana tendría aproximadamente 45 cm de altura
y sería frondosa si hubiera crecido en un jardín de rocas. 01'RECHA: Ejemplar de
Spiraea japonica, ahora de veinticuatro años y 23 cm de altura.

naturalmente forma un árbol con tendencia JJorona y que puede ser trata-
do en diversos estiJos bonsai. Su follaje es muy duro, largo y juvenil, tiene
una atractiva línea blanca a lo largo de cada aguja, lo que le dará una
atractiva apariencia global.
Se ha discutido mucho sobre las ventajas e inconvenientes de cultivar
árboles naturalmente enanos, especialmente coníferas enanas, como bonsai.
En general tal práctica no es aconsejable, a pesar de que algunos ejempla-
res con un nivel de desarrollo inferior en solo unos pies al normal, puede
tratarse con éxito como mame o bonsai miniatuTa, menos de 15 cm de
alto. Con demasiada frecuencia se ofrecen en el mercado coníferas enanas
no tratadas como bonsai. El realizar un tratamiento real de estos árboles
de crecimiento natural tan lento es una tarea que requiere muchos, mu-
chos años, de habilidad y perseverancia.
Existen, sin embargo, algunas plantas de hoja caduca relativamente
enam,s que pueden ser tratadas hasta conseguir un buen bonsai pequeño o
mame bonsai. Entre estas destaca la Betula nana, el abedul del Ártico,
que tiene hojas pequeñas y puede producir una copa con una bonita forma
de corona. Otra planta menos habitual que también produce un mame
bonsai muy hermoso es la espirea. La espirea común, Spiraea japonica,
posee brotes de diminutas flores rosadas y hojas verdes, que son de un rosa
rojizo cuando son jóvenes. Por otro lado especies tales como el S. tliun-
bergii poseen hojas pequeñas, parecidas a las del sauce y flores blancas
al comienzo de la primavera. La S. bumalda «llama roja» posee un follaje
jaspeado en verde rojizo y amarillo y flores rosadas en verano. Hay tan-
Este Acer pseudoplatanus tiene ahora muchos años, pero hace sólo cuatro que
está bajo tratamiento bonsai.

tas espireas adecuadas para su cultivo como bonsai, que vale la pena in-
vertir un cierto tiempo en la visita a un centro de jardinería bien provisto.
La famosa enredadera de Virginia, Parthenocissus quinquefolia, se
convierte en un raro pero hermoso bonsai, fácil de tratar y vaUoso para
una colección aunque sólo sea por su magnífico color en otoño. Si se re-
cortan regularmente retoños laterales finísimos, parecidos casi a zarcillos,
se formará rápidamente un tronco leñoso y ramas y puede tratarse fácil-
mente en estilo erecto, llorón o en cascada, proporcionando así diversas
posibilidades al aficionado. Mientras hablamos de p]antas trepadoras, hay
que mencionar ]a hermosa vistaria. Pocas personas que ven esta planta
como bonsai se dan cuenta de que se trata de un tronco recto o en ángulo,
y el efecto de lluvia se crea mediante las hojas, largas, de inclinación
descendente y los colgantes racimos de llores. Existe sólo una forma sa-
tisfactoria de obtener un buen bonsai de vistaria y consiste en aplicar el
procedimiento del acodo aéreo (véase capítulo 7) a una sección de la
planta bien desarroJlada y de forma correcta y vigorosa. El crecimiento
a partir de semillas no es nunca satisfactorio ya que pueden transcurrir
muchos años antes de que los plantones florezcan, y las vistarias produci-
das comercialmente que podemos comprar, bien sea en un centro de jar-
dinería bien a un importador japonés, están casi siempre injertadas y su
forma es poco satisfactoria.
- - - - PLANTAS QUE SE CONVIERTEN EN UN BUEN BONSAT

El lector ya se habrá dado cuenta a estas alturas de que la gama de ár-


boles adecuado para tratamiento bonsai es muy amplia, pero que puede
ser ampliada todavía más observando aquellos árboles cuyos hábitos de
crecimiento no se prestan a tratamiento de una forma inmediata pero que
pueden, dadas una serie de circunstancias, convertirse en un muy buen
bonsai. El sicomoro pertenece a esta categoría. Si se le trata a partir de un
plantón en condiciones normales, es difícil crear a partir de él la apa-
riencia de fino ramaje tan imperativa en los buenos bonsai. Posee, sin
embargo, la capacidad de germinar y vivir en los sitios más insospechados
y, una vez arraigado, rara vez muere, incluso donde otras muchas plan-
tas lo harían. Cuando la suerte lleva al coleccionista hasta un interesante
sicomoro, empequeñecido a través de mutaciones en su crecimiento normal
y con un tronco vigoroso, grueso y de bella forma, está ante una oportuni-
dad que no debe perderse. Siempre que el trasplante se haga con el debido
cuidado, el árbol sobrevivirá y se desarrollará.
Los acebos tardan mucho tiempo en dar resultados como bonsai de
cualquier tamaño, y su tratamiento puede convertirse en un proceso algo
engorroso. Ocasionalmente puede obtenerse excelente material para bonsai
de acebo durante la demolición de antiguos setos de acebos. Si se estuviera
ante tal oportunidad, trátese de extraer una planta adecuada en mayo o
en septiembre, preferiblemente durante el primero, y prepárese a cavar
hondo. El acebo no soporta bien las molestias, pero una vez ha desarrolla-
do un buen sistema de raíces, el volver a colocarlo en maceta no supone
ningún problema. Siempre que el tronco tenga una hermosa forma, puede
eliminarse cualquier vástago que no se desee y rápidamente se producirán
otros nuevos. Mientras el árbol sea verde y tierno responde al tratamien-
to por alambres y a pesar de que cuando vive en estado natural es muy
vigoroso, como bonsai es una planta que es mejor mantener resguardada
durante el período más riguroso del invierno.
Los plátanos y los tilos pueden convertirse en interesantes e informa-
les bonsai erectos, como también el álamo. Las hojas de los plátanos res-
ponden bien al tratamiento bonsai, reduciendo considerablemente su tama-
ño tras tres o cuatro años. El castaño dulce es otro árbol de hoja grande
que se adapta sorprendentemente bien a su cultivo en maceta, y cada uno
de los cuatro árboles mencionados pueden ocasionalmente ser descubier-
tos como ejemplares de buena talla. Todos ellos son ampliamente utiliza-
dos en pueblos y ciudades y en muchos de ellos poseen terrenos comunales
a corla distancia de las calles en los que dichos árboles crecen y pueden
reproducirse. Una característica interesante de estos terrenos es que gene-
ralmente son pantanos o marismas recuperados y, como tales, tienen a
menudo un nivel de agua freática situado a solamente 8 o 10 cm por
debajo de la superficie. Las raíces de los árboles no aman el suelo per-
manentemente saturado y se desparraman hacia el exterior, en los pocos
centímetros secos. Ello facilita muchísimo su extracción (tras haber obteni-
do permiso) y un árbol de esta procedencia puede muy bien tener un siste-
ma de raíz fibroso bien dividido en contraste con la raíz columnar asociada
con tantas variedades. Desafortunadamente, a menudo es difícil el esta-
blecer a quien pertenece la tierra comunal, pero si no puede establecerse
la respuesta es simple: deje los plantones donde están.

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- - - - - - - - - - - MANUAL DE BONSAI - - - -- - - -- --

Para aquellas personas que disponen de poco espacio para dedicar al


bonsai, y una inclinación hacia el bonsai mame, existen, conjuntamente
con las plantas ya mencionadas, un número de especies aconsejables,
tanto vigorosas como semivigorosas, que pueden encontrarse en un buen
vivero alpino. Algunas de ellas como la Crassu/a sarcocau(is se describen
en el capítulo 10, pero existen muchas más que ofrecen una gran variedad
de tamaño de hojas, color, flores y bayas. Por ejemplo, los brezos y bre-
zales abarcan una amplia variedad de color de follaje, hábitos y flores.
Con la excepción de la Erica camea y otras pocas entre las que se incluyen
la E. darleyensis y la E. mediterranea, todas las ericas y las muy cercanas
callunas prefieren un ambiente sin cal. No hay que olvidar tampoco las
dafncs, que vale la pena cultivar por sus perfumadas flores. Son adecua-
das para su cultivo en suelo alcalino.
Existe un cierto número de fucsias bastante vigorosas cuyo tratamiento
constituye un placer. Una fácil para comenzar es la Fuc!tsia magellanica
pumila, que tiene un pequeño follaje y primorosas flores rojas. Es mejor
protegerla en invernadero. También existe un gran número de Hebe, algu-
nas de las cuales hacen un buen bonsai pequeño. Toleran una amplia gama
de calidades de suelo, pero mientras que algunas de ellas son muy vigoro-
sas, otras muchas lo son menos y necesitarán protección durante el invier-
no en la mayor parte del país.
Los l lypericum ofrecen una amplia variedad, desde el diminuto Hype-
ricum reptans, que durante el verano produce solitarias flores amarillas,
hasta el H. x moseranum «Tricolor» con hojas jaspeadas en blanco, rosa
y verde y que también produce flores amarillas en verano. Estos arbustos
requíeren una tierra bien drenada y una posición soleada.
Los Euonymus también pueden tratarse como bonsai. Algunas de las
nuevas especies jaspeadas poseen mejores hábitos naturales de crecimiento
que las especies antiguas más grandes, y la Euonymus fortunei «Esmeralda
y Oro» posee bojas jaspeadas en brillante color dorado que adquiere un
atractivo matiz rosado en invierno. En Japón, el Euonymus fortunei se cul-
tiva a menudo por la belleza de su follaje de otoño, sus flores fragantes
y sus bayas. Desafortunadamente el árbol no es vigoroso, y es fundamen-
tal protegerlo durante los meses fríos del año. El huso alado, Euonymus
a/atus, y el propio árbol del huso, E. europaeus, también se tratan como
bonsai -ambos son de hoja caduca- y quizá alcanzan su mejor momen-
to en otoño, cuando puede decirse que el color de su follaje rivaliza con el
del arce en brillo e intensidad. Hay que tener en cuenta que también los
husos son muy sensibles al frío de los últimos meses del af10. Si les afecta
el frío los vástagos mueren y ello se notará mucho más si los árboles no
han sido alimentados durante el verano.
La rosa de roca o Cistus puede tratarse para conseguir un bonsai con
flores, pero debe cuidarse mucho su elección y verlos cuando están en flor
y elegir las variedades con flor pequeña. Tampoco podemos olvidar los
Cotoneaster ya que existen diversas variedades además del Cotoneaster
horizontalis de hoja caduca. Esta especie tiene un evidente atractivo, su
vegetación es menos lozana y frondosa, pero son dignas de consideración
las variedades C. microphyllus, con grandes y brillantes frutos rojos y su
variedad thymifo/ius; también, de mayor tamaño, el C. simonsii que desa-

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PLANTAS QUE SE CONVIE~TEN EN UN BUEN BONSAJ

rrolla un atractivo tronco plateado. Los dos primeros son de boja perenne,
el último semiperenne. Las personas interesadas deben también buscar
entre agracejos y cincoenramas para encontrar todavía más material de
trabajo.
Un factor al que a menudo el cultivador de bonsai no da la suficiente
importancia es la polución del aire. Muchas especies no responden favora-
blemente a esta moderna plaga pero existe un árbol que es más tolerante
que muchos y es el Picea glehnii, pícea Sakhalin. Es a la vez frondoso y
denso y se trabaja a menudo como bonsai con buenos resultados. El ciprés
de Sawara, Chaemaecyparis pisifera, es distinto de las muchas (ormas
enanas que de él se derivan y en Japón forma un inmenso árbol. Crece
rápidamente y se encuentra tanto en forma erguida como de tronco doble
en su tierra nativa.
Las sugerencias de material adecuado para el cultivo bonsai no esta·
rían completas si no mencionásemos otras coníferas que crecen mucho en
su tierra nativa y sin embargo, en bonsai, son adecuadas para su cultivo
en una amplia gama de tamaños. La más importante es la secoya, nativa
de los cinturones de bosques del occidente de Estados Unidos. La secoya
de California, Sequoia sempervirens, es el árbol más alto del mundo. Su
corteza tiene el color de la caoba y el verde follaje perenne puede retirarse
fácilmente con los dedos, para permitir el crecimiento de las ramas nece-
sario para el bonsai. La Sequoiadendron giganteum, es la Wellingtonia
también llamada «árbol grande». El ejemplar más grande que se conoce,
es el ser viviente más grande (aunque no más alto) del mundo. Esta espe-
cie posee un tronco surcado de color marrón rojizo y responde bien a la
eliminación con los dedos del follaje. Tanto esta especie como la secoya de
California pueden convertirse en un excelente bonsai de estilo erguido y,
cuando crece en maceta, debe protegerse del frío durante el invierno.
El tercer miembro de ]a familia de secoyas es la secoya de la época fósil
Metasequoia glyptostroboides -nativa de la China central- que fue re-
descubierta en una remota zona de ese país en 1941. También responde
bien al tratamiento y su plumoso follaje, similar al del ciprés de las maris-
mas, toma en otoño un atractivo tono dorado cálido.
Las Nothofagus o hayas del sur (emparentadas con las hayas y en su
mayoría procedentes de América del Sur aunque algunos ejemplares son
nativos de Australasia) también pueden tratarse como bonsai tanto peque-
ños como grandes. La especie que se encuentra con mayor facilidad es la
Nothofagus procera y sus resultados ante el tratamiento bonsai son rápi-
dos, ya que un árbol joven en tierra es capaz de alcanzar una altura de
12 m en siete años. Se cultiva fácilmente a partir de semillas
Y así sucesivamente. La lista no puede quedar nunca completa, pero
esperamos que a estas alturas el aspirante a horticultor de bonsai se haya
dado cuenta que no necesita buscar mucho para encontrar el material ade-
cuado con el que practicar su afición.

- - - - - - - - - - - - - - 47 - - - - - - -- - - - -- -
CAP1TULO CUARTO

GUIA MENSUAL
DE CULTIVO
Para estar seguro de que el bonsai vive una larga y saludable vida es
necesario dedicarle un cierto número de cuidados, variando según la época
del año.
Tanto el coleccionista novel como el más experimentado deben tratar
siempre de recordar que los consejos que pueden obtener son solamente
de utilidad si se adaptan en la forma necesaria a las variadas necesida-
des de un bonsai en particular. Un árbol es algo vivo y algunas veces
puede decirse de él que no crece todo lo bien que debería o que parece
abatido. Es por Jo tanto fundamental que el cuidador aprenda a conocer
sus árboles íntimamente de modo que cualquier cambio que se produzca
se observe rápidamente y se corrija antes de que se haya ocasionado un
daño importante. Este tipo de respuesta viene con el tiempo como resul-
tado de una regular observación del bonsai y de otros árboles y arbustos.
También a partir de la observación se desarrollará un entendimiento del
modo en que las plantas crecen y se desarro11an.
Si su propietario se da cuenta de que un bonsai sufre, debe examinar
detenidamente el árbol por si existe cualquier tipo de plaga ocasionada
por insectos u otro tipo de enfermedad. Si el bonsai resulta estar libre de
cualquiera de estos problemas, su cuidador debe tratar de recordar las
condiciones climatológicas recientes y si han existido repentinos cambios
de temperatura o se han alcanzado temperaturas extremas, lluvia fuerte
y constante o quizás un período de sequía, que a menudo se ignora cuando
la temperatura es fría. A menudo, a través de este proceso de eliminación
de causas, el problema puede descubrirse y tomar las medidas oportunas.
Para ayudar al coleccionista novel a cuidar de sus árboles, seguida-
mente detallamos los procesos para colocar en macetas, regar, alimentar
y otras materias, en régimen mensual. Pero las condiciones climáticas
varían en las distintas zonas del país y debe entenderse que dicha guía es
adecuada como promedio.

ENERO
Es éste normalmente el mes más frío del año y los árboles que no sean
muy vigorosos deben permanecer en un alojamiento de invierno. Según
el tipo de árbol, deben colocarse en un invernadero bajo cubierto o en
una plataforma, o en un marco húmedo. Las coníferas y otros árboles de
hoja perenne deben colocarse bajo alguna forma sencilla de protección,

- - - - - - -- - -- - - - 48 - - -- - - - - -- -- - -
GUfA MENSUAL DE CULTIVO

Sencillas estructuras para pro-


tección invernal de coníferas y
otros bonsai vigorosos caducos.
Se protege a los árboles de la
nieve mediante un simple tejado
y se colocan sobre una plancha
de madera levantada del suelo.

ya que la nieve puede causar daño a las ramas debido a su peso. Sin em-
bargo, los períodos de nieve no suponen ningún otro problema, ya que
una vez las macetas y los árboles están cubiertos raramente se secan y
están protegidos de una repentina helada severa. Ocasionalmente se pro-
ducen varios días consecutivos de frío severo y a menudo de viento. Las
temperaturas tanto de día como de noche alcanzan el punto de helada.
Este tiempo no es bueno para ningún árbol colocado en maceta y todos
los bonsai deben resguardarse temporalmente. Durante estos y otros pe·
ríodos fríos y ventosos deben controlarse cada dos días para ver si nece,
sitan riego. Si éste fuera el caso, si es posible el agua debe suministrarse
al mediodía, o bien durante la mañana; pero nunca durante la tarde.
Los bonsai de clima templado que se cuidan en un interior estarán
relativamente inactivos durante este período del año debido a la falta
de luz, ya que necesitan tanto luz como calor para el desarrollo de su
crecimiento activo. Cuando existe calefacción central puede producirse
infección por insectos y los bonsai deben inspeccionarse regularmente, de
modo que pueda detectarse cualquier anomalía y tratarse rápidamente. Los
bonsai perennes de interior a menudo acaparan mucho polvo durante este
período del año y por lo tanto parecen menos activos. Ello puede corre-
girse limpiando cuidadosamente el follaje difundiendo agua mediante un
dispositivo adecuado. La temperatura del agua debe ser tibia para evitar
un shock.

FEBRERO
Las condiciones suelen ser similares a las de enero, por lo tanto hay pocas
tareas nuevas a realizar. El albaricoquero japonés de flor (Prunus mume)
puede florecer, o puede que ya haya florecido, y estará desarrollando hojas,
"SALVADOR DALI"
Acer palmatum
(Arce silvestre japonés)

lmportado del Japón como integrante de un lote de arces silvestres pe-


queños, de 15 años, en 1959, este árbol pasó a un coleccionista que tra-
bajó mucho para mejorar su corona. En 1970 pasó a otro coleccionista que
continuó su tratamiento, pero que a su vez lo pasó a la autora en 1973.
En ese momento el árbol poseía una corona ligeramente mayor que en
la actualidad, pero carecía de dignidad en su base, debido a )a desafortu-
nada colocación de una piedra pequeña, redonda entre el tronco dividido.
fue, sin embargo, debido a eUo que el bonsai recibió el nombre de Salva-
dor Dali, ya que el tronco dividido recordaba los dibujos de muslos huma-
nos realizados por este famoso artista.
Para mejorar esta parte del árbol, se consiguió una pieza de piedra cali-
za procedente de la zona de Cheddar Gorge, y se partió en dos. Su forma
encajaba con ambos lados de la base del árbol, proporcionando el efecto de
una sola }oca encima de la que hubiera crecido el árbol durante muchos
años. En 1977 se redujo la corona alrededor de 2,5 cm, ya que parecía
algo pesado en la cima.
Volviendo a 1973, el bonsai se plantó en un recipiente rectangular,
esmaltado, de color verde manzana, lo que Je proporcionaba una razonable
apariencia, aunque la maceta era 2,5 cm más profunda que la actual y
muy elegante maceta Yamaki, que mide 52,5 X 23 X 6,5 cm. La altura
total actual es de 40 cm.
«Salvador Dalí» figura en todas las exposiciones de la Muestra Floral
de Chelsea ( «Chelsea Flower Show») en que participa la autora. Para pre-
pararlo, ya que la muestra se desarrolla cada año durante la tercera semana
de mayo, se estimuJa al árbol a producir hojas en marzo, un mes antes, y
se le abona ligera pero regularmente durante tres semanas. A finales. de
abril se le podan todas las hojas, y se le coloca en una posición con su-
ministro de calor para alentar el crecimiento de un nuevo follaje. Durante
este período, el suministro de agua se controla estrechamente. Las hojas
resultantes son pequeñas y de un color marrón-rojizo, que en el transcurso
de los meses se convierte en verde oscuro antes de que finalmente, y du-
rante unos pocos días, muestre su tonalidad otoñal compuesta de una gama
de ardientes rojos y amarillos.
"SALVADOR DALI"

Acer palmatum
(Arce silvestre japonés)
"EL GRANADO"
Punica granatum
(Granado)
"EL GRANADO"
Punica granatum
(Granado)

Este bonsai, poco corriente y muy delicado, posee un tronco muy admira-
ble y un bello tamaño. Su pequeño y atractivo follaje alcanza su mejor
momento en primavera, cuando los nuevos tallos y hojas son de un color
bronce rojizo, o en otoño, cuando el follaje se torna amarillo claro antes
de caer.
Fue importado del Japón en la década de los 60 por el difunto general
Sir Oliver Leese; se convirtió en el mejor bonsai de su colección y fue
exhibido por Sir Oliver en la Muestra Floral de Chelsea ( «Chelsea Flower
Show») poco antes de su muerte. Pasó entonces a manos de un coleccio-
nista aficionado que desarrolló el árbol considerablemente. Hizo el intere-
sante descubrimiento de ha1lar que el centro del tronco estaba relleno de
un material parecido a cemento y, poco a poco, fue quitándolo. Seguida-
mente el bonsai volvió a cambiar de manos y se Je permitió desarrollar
una considerable cantidad de follaje. Ello mejoró la corona, pero fue en
detrimento de las ramas. En aquel momento el granado estaba plantado en
un contenedor cuadrado, profundo, elegante, cuyos lados se dirigían hacia
el exterior y hacia arriba, pero como resultado de la gran cantidad de cre-
cimiento leñoso que se permitió que el árbol desarrollara, se quedó dema-
siado pequeño para el árbol.
Cuando pasó a la colección de la autora, la superficie del suelo estaba
cubierta por un briófito (indicativo de drenaje deficiente), y el árbol estaba
infectado por cochinillas. Ello era debido a que entonces el árbol estaba
plantado en un recipiente de fibra de vidrio (no poroso, y por lo tanto
no aconsejable para bonsai). En ese momento estaba en un período casi
de latencia, por lo que se decidió eliminar las cochinillas en primer Jugar.
Se eliminó el briófito de la superficie de la tierra, teniendo mucho cui-
dado con el riego, evitando que se empapara, y retrasando temporalmente
la necesidad de trasplantar un bonsai tan débil.
Una vez recuperado su vigor, se trasplantó el árbol a una maceta Ya-
maki rectangular, menos profunda, cuyas medidas son 45 X 35 X 13 cm,
conservando las líneas inclinadas del elegante recipiente anterior. Se llevó
a cabo alguna poda muy sustancial con el fin de mejorar la forma de las
ramas, y ello, unido al cambio de maceta, dio fuerza al árbol, y ahora está
creciendo bien. En invierno se protege colocándolo en un estante con cale-
facción situado en un invernadero templado y se coloca en la intemperie
una vez pasado el riesgo de heladas.
Ha sido exhibido en diversas muestras, incluyendo la Muestra Floral
de Chelsea («Chelsea Flower Show») de 1981, y, en el momento de escri-
bir, mide 85 cm de altura. Se le denomina siempre «El Granado» ( «The
Pomegranate»), ya que es el único de un cierto tamaño en la colección de
su propietaria.
Recolocación en maceta, paso a paso
PREPARACIÓN DEL PAN DE RAÍZ

DERECHA: Arbol sacado de su maceta


(Pinus thunbergii). Rejilla cubriendo
los agujeros en la base de la maceta,
que está profundamente hundida en
el cepellón.

A.BAJO: Liberación de las largas ralees


exteriores del bonsai, soltando suave-
mente la tierra que las rodea.

PIE: Cardando el cepellón.


IzauIERDA: Eliminación de las raíces
demasiado largas.

ARR 111A: Recortando otras ratees para


dejar mejor proporcionado el
cepellón.

IzourERDA: El cepellón listo para


volver a colocarlo en maceta (véase
también pág. 58).
por lo tanto debe continuarse el tratamiento en invernadero o marco hú-
medo. En un año templado, también los manzanos silvestres con flor pue-
den estar desarrollando hojas. Pero éstos, a diferencia de los albaricoque-
ros, necesitan escasa protección a no ser un refugio del viento. Si el mes
es excesivamente húmedo y las temperaturas bajas, es preferible proteger
los árboles de la lluvia durante un cierto tiempo, para permitir que se
sequen parcialmente. Los inviernos largos, húmedos y fríos son probable-
mente responsables de más pérdidas de bonsai que cortos períodos de
frío considerable.
En previsión del replantado y cambio de macetas a realizar en pri-
mavera, debe revisarse las existencias de tierra y, si es necesario, com-
prar. La tierra debe prepararse para su utilización en primavera, colo-
cándola en un lugar seco y abriendo los sacos para que su contenido se
airee. La operación de cambio de maceta es más fácil cuando se utiliza
tierra muy seca.
Los árboles que necesiten cambiar de maceta deben ser inspeccionados
regularmente, vigilando síntomas de hinchazón en las yemas. Ello indica
que el árbol está comenzando a crecer y es en este período, durante el
próximo mes, que el cambio de maceta debe realizarse.

MARZO
Los días comienzan a alargarse y las temperaturas se hacen agradables, a
pesar de que el invierno está todavía vivo y que el viento puede alcanzar
grandes velocidades. La mayoría de árboles estarán despertándose de su
letargo y en muchas variedades las yemas comenzarán a hincharse. Otros,
sin embargo, permanecerán todavía aletargados, y entre ellos se incluyen
el haya y el ginkgo. Ya que el cambio de maceta es la tarea principal a
realizar en marzo, seguidamente explicaremos los métodos que deben
seguirse y las razones para hacerlo.
Cualquier árbol que crece en un recipiente, tras un período corto o
largo está aprisionado en su maceta. Ello se debe, evidentemente, a que las
raíces, así como las ramas, crecen. Incluso cuando un árbol, como muy a
menudo ocurre en bonsai, es sometido a una drástica poda de sus ramas y
brotes, no se impide el crecimiento de las rafees. Sin embargo, al contrario
de lo que ocurre con la mayoría de plantas cultivadas en maceta, el bonsai
no necesariamente se coloca en una maceta más grande que la anterior.
Al contrario, sus raíces son podadas y vuelve a colocarse en el mismo
recipiente.
La parte de su raíz más útil para un árbol es su extremo, que tiene la
capacidad de absorber de la tierra sales minerales disueltas. Estas pasan
a lo largo de toda la raíz hasta el árbol, donde se utilizan para el creci-
miento. La poda de las raíces tiene dos consecuencias. En. primer Jugar, la
distancia entre el extremo de la raíz y la base del árbol se acorta, lo que
no afecta al árbol en modo alguno, y en segundo lugar, una raíz podada,
como una rama podada, forma diversos brotes laterales que, al poseer cada
uno de ellos su propio extremo capaz de absorber las sustancias del suelo,

56 - -- - - - - - - - --
GUÍA MENSUAL DE CULTIVO

convierte la raíz en más eficiente. Por Jo tanto, un bonsai sometido a poda


de raíces tendrá un pan de raíces compuesto de raíces cortas, finas y ac-
tivas.
Un bonsai dispuesto para el podado de rafees debe estar bastante seco
y desde luego nunca mojado. Cuando se saca de su maceta algunas
raíces pueden estar enrolladas en la parte exterior del cepellón. Deben
desenredarse y ser eliminadas. El árbol debe colocarse seguidamente en una
bandeja sobre una mesa y cardar y limpiar de tierra las partes exteriores
del cepellón. En el caso de árboles de hoja caduca, puede tratarse de
este modo hasta un tercio del cepellón, pero en el caso de las coníferas
es preferible un cuarto. Las rafees sueltas colgarán como en un descui-
dado flequillo. Deben cortarse con un par de tijeras limpias y aliladas,
dejando un cepellón de tamaño reducido cuyas raíces cortadas sobresalen
un poco. Envuélvase en un paño húmedo para evitar que se seque mien-
tras se prepara la maceta.
La maceta, una vez lavada, está lista para su uso. Los orilicios de dre-
naje, que son grandes, pueden cubrirse con una rejilla de plástico para
evitar pérdidas de tierra- o entradas de gusanos. Pueden utilizarse los tra-
dicionales trozos de maceta, pero en un recipiente pequeño ocupan un
valioso espacio destinado al sustrato y, si el recipiente es curvo, su eli-
cacia puede ser muy relativa. Colocar en las macetas, siempre que no
sean muy pequeñas, o en bandejas de profundidad no inferior a 2,5 cm,
una capa de grava limpia en la parte inferior del recipiente para facilitar
un drenaje perfecto. Seguidamente debe añadirse alguna mezcla seca y en
este punto el árbol puede colocarse en el recipiente para controlar la co-
rrección del nivel. Cualquier pequeño ajuste en altura debe hacerse en
este momento, y seguidamente añadir alrededor del cepellón más sustrato.
La finalidad es que el suelo se reparta entre las rafees y que no se apile
encima y haya que apretarlo verticaJmente y luego colocar más tierra en
el espacio creado.
Cuando se ha colocado el suelo suficiente de modo que se produzca
una inclinación hacia arriba desde el borde de la maceta hasta la base del
tronco, puede añadirse una capa muy fina de tierra tamizada, esparcién-
dola cuidadosamente con un cepillo suave. Ello facilita el crecimiento de
musgo en la superficie de la tierra. Seguidamente debe regarse el árbol,
utilizando un rociador o una regadera con una roseta muy fina, hasta que
el agua se escape por los agujeros de drenaje. La maceta debe colocarse
en el exterior en un Jugar sombreado, bien abrigado del viento y debe
regarse únicamente cuando Ja tierra esté seca hasta que el árbol se repon-
ga. Hasta después de unas seis semanas de haberse realizado esta opera-
ción no deben utilizarse fertilizantes.
La elección del compuesto correcto es de gran importancia. Los árbo-
les bonsai requieren un compuesto que facilite el drenaje y que esté libre
de partículas de polvo y terrones grandes. Dichos terrones ocupan un va-
lioso espacio; las partículas de polvo se solidifican y dificultan el drenaje.
Existen casi tantos tipos aconsejables de compuestos como de bonsai, pero
los horticultores tanto noveles como más experimentados prefieren utilizar
una mezcla estándar formada por tres o cuatro ingredientes para la mayo-
ría de sus operaciones. Ingredientes básicos aconsejables son la arciUa sin

- - -- - - - - - - - - - - 57 - - - - - -- - - -- -- -
COLOCACIÓN DEL ÁRBOL EN LA MACETA

lzou1ERDA: El árbol se ha colocado


en la maceta y debe controlarse su
altura y posición.

ABAJO: El árbol plantado en su ma-


ceta y Listo para recibir riego.
GUfA MENSUAL DE CULTIVO

cal,* el mantillo de hojas (el procedente de vigorosos robles o hayas es


mejor para árboles caducos, y el de aguja de pino para las coníferas), .turba
rubia y arena limpia y de grano grueso o cascajos finos. Existe gran va-
riedad de arcillas y es preferible utilizar una no demasiado rica en ma-
teria orgánica.
Si es posible, y si existe un lugar cercano donde puedan obtenerse, las
arciJlas y el mantillo pueden recolectarse en el campo, pero entonces
deben esterilizarse. Una forma sencilla de hacerlo para pequeñas canti-
dades es colocarlos en una lata de galletas, taparla y calentarla mucho en
el horno. Todos los ingredientes deben pasarse por el tamiz para eliminar
los terrones, y entonces se hallarán listos para su mezcla en la forma
necesaria.
La mayoría de árboles caducos de hoja grande medran en esta combi-
nación de arcilla, mantillo y arena, mezclados a partes iguales en vo-
lumen, y que es considerada como la mezcla estándar (pa1·a bonsai) en
el Glosario de Plantas (págs. 168 a 196). Las coníferas y otros perennes
prefieren una mezcla que drene todavía mejor, consistente en dos partes
por volumen de mantillo y arena por una de arcilla y en el Glosario
se cita como la mezcla de suelo para coníferas. Para las plantas, como
la azalea, que no soportan la cal puede añadirse una parte de turba a dos
de mantillo, dos de arena y una de arcilla.
Para la propagación de esquejes (tanto blandos como duros) una mezcla
de una parte de turba y una de arena ayuda a asegurar un buen arraigo y
proporciona una buena condición de drenaje, tanto para coníferas como
árboles caducos.
Durante este mes debe efectuarse un control para asegurarse de que
se dispone de los insecticidas necesarios para cuando sea precisa su utili-
zación. Las simientes deben plantarse en bandejas, etiquetadas, y coloca-
das en Jugares donde no puedan alcanzar ni ratones ni gatos. También es
un buen momento para recolectar (con permiso, ver capítulo anterior)
árboles silvestres y colocarlos en macetas.

ABRIL
ts un mes variable, con días agradables alternando con períodos de frío
y fuerte lluvia y algunas heladas. Puede nevar.
Los árboles vigorosos ya no necesitarán protección contra los elemen-
tos, aunque si un período de tiempo cálido ocasiona el comienzo de pro-
ducción de hojas, hay que prever medjdas contra la helada. Un sencillo
protector contra heladas, para un árbol con hojas, es una hoja o dos de
viejo papel de periódico co1ocadas encima del árbol y sujetas por el peso
de una largada de cortina de tul colocada en la parte superior. Las noches
de _helada raramente son lo suficientemente ventosas para desalojar una
ligera pero eficaz cobertura, que evita el feo ennegrecimiento de las hojas

" La mayoría de árboles apropiados para preparar como bonsai toleran la cal,
pero es aconsejable usar arcilla sin cal, especialmente en áreas donde el agua es
dura. La autora sabe por experíencia que prestar atención a este detalle favorece
la salud de .Jas plantas.
- - - - - - - - -- - MANUAL DE BONSAI - - - - -- - -- -

y Ja desaparición de los tiernos brotes jóvenes, ambos accidentes perjudi-


ciales para el bonsai. Durante los períodos cálidos, los árboles necesitarán
riego, posiblemente diario. En este momento del año las necesidades de
riego aumentan considerablemente ya que los árboles comienzan a crecer.
Los bonsai que no hayan sido recientemente replantados deben abo-
narse en abril. Existe una amplia gama de fertilizantes disponibles, pero
con la excepción de los árboles productores de flores y frutos, cuyo abono
debe realizarse en el tiempo de producción de la «cosecha», los bonsai
agradecen un fertilizante multiuso bien diluido utilizado desde abril hasta
julio. A partir de julio es preferible cambiar a un fertilizante especial para
frutales, como el abono de tomate, de modo que los tallos hayan madurado
para el invierno. De otro modo, la savia tardía puede ser dañada por las
heladas de invierno.
El bonsai con flores que se espera produzca fruto se beneficia del cui-
dadoso uso del abono de tomate antes de echar flor. En ese momento no
se le debe suministrar ningún fertilizante hasta seis semanas después de
la floración, ya que una temprana aplicación provocaría la caída de las
hojas. Tras este período pueden abonarse durante unas pocas semanas con
un fertilizante de tipo general, antes de utilizar el abono de tomate para
asegurar la maduración.
Por lo general, abril es demasiado temprano para que los árboles desa·
rrollen brotes alargados. En un año templado, sin embargo, el crecimiento
puede haber ya comenzado y debe iniciarse la poda.

MAYO
Todos los bonsai deben estar en período de crecimiento en tanto las tem-
peraturas continúan subiendo, aunque todavía puede producirse alguna he·
lada y/o lluvia torrencial. En general, sin embargo, los días más cálidos
y secos predominarán y debe realizarse un control diario para ver si es
necesario regar, siempre que no llueva. Ello puede parecer ambiguo, pero
es imposible estipular, por ejemplo, el número de veces a regar durante
la semana. Varía mucho según la planta esté resguardada o no, en un
lugar húmedo o seco, muy soleado o sólo moderadamente. Además, los
diversos árboles y especies tienen distintas necesidades. Una planta puede
ser más vigorosa que otra, y el tamaño de la maceta y la composición del
sustrato son otros factores a considerar. La manera ideal de regar el bonsai
es el echar agua hasta que sale por los agujeros de drenaje y luego no
volver a hacerlo hasta que la tierra se haya secado, aunque no completa·
mente. En ese momento, vuelva a regarse liberalmente. En los meses más
cálidos esto puede interpretarse como riego durante la mañana y control
por la tarde para ver si alguna de las macetas se ha secado demasiado
durante el día. Si así ocurre, riéguese otra vez.
Con todos los bonsai desarro11ando nuevos brotes jóvenes, mayo trae
la indeseable visita de insectos. Los más importantes entre ellos son el
pulgón o áfido que, durante un período de tiempo benigno, se reproduce
alarmantemente. Este rápido incremento se debe no sólo a la normal re-
producción por el método de deposición de huevos que requiere )llacho

- - -- - - -- - - -- ~ 60 - - - - - - - - -- - - ~
IZQUIERDA: Una Cryptomeria japonica en «balsa» a la que se le ha permitido
crecer y cambiar su estilo. DERECHA: Tras una poda inicial puede verse la forma
potencial.

y hembra, sino que durante los meses más cálidos la hembra produce
pulgones sin alas por un proceso de partenogénesis, un método de repro-
ducción asexual. Los pulgones son atraídos por la savia azucarada de los
jóvenes y tiernos brotes y se alimentan sorbiéndola a través de los blandos
tejidos de los tallos. Una infección severa puede debilitar seriamente un
árbol en crecimiento. Las plantas con más probabilidades de ser atacadas
son los arces silvestres y lamentablemente muchos bonsai de arces sil-
vestres no toleran los sprays químicos, por muy suaves que sean. De
modo que siempre que los bonsai no sean grandes, un método reco-
mendable de eliminar los pulgones es el llenar un cubo con agua a la que
se añade una cucharada de las de postre de lavavajillas líquido, en el
que se introduce el árbol boca abajo, es decir con su copa y ramas su-
mergidas cuidadosamente. Así debe eliminarse todo el pulgón; cualquier
pulgón que pueda quedar puede eliminarse con la mano.
El bonsai de interior estará ahora en pleno crccimienlo y es muy im-
portante cuidar regularmente de su poda y riego. Hacia finales del mes
(o a primeros de junio en las áreas más frías) incluso las variedades tropi-
cales pueden colocarse en el exterior y por un período de tres meses, si se
dispone del espacio necesario, ya que se beneficiará del aire fresco y de la
irradiación solar. Cuando ello no sea posible, los árboles pueden colocarse
cerca de venlanas abiertas. Los bonsai que han estado en interiores y a
los que se les proporciona este cambio de ambiente pueden, tras un período
de adaptación, entrar en un período de gran actividad de crecimiento y las
necesidades de agua aumentarán considerablemente. Debe, por lo tanto,
mantenerse una cuidadosa vigilancia para asegurar la cobertura de las
necesidades.
Los insectos están en su momento más activo; deben tomarse rápida-
mente las medidas oportunas.

JUNIO
Es tradicionalmente un mes cálido y soleado y en el que todos los bonsai
crecen, y deben realizarse regularmente el riego y la poda. Coníferas tales
como enebros y criptomerias necesitarán la eliminación diaria de brotes
en desarrollo para mantener la apariencia compacta, y los árboles de
hoja caduca, como el arce silvestre y la Zelkova, necesitan la eliminación
o recorte de sus brotes. Los brotes tiernos de crecimiento secundario
pueden utilizarse como esquejes, para su enraizamiento bajo rocío o en
condiciones similares. Deben cortarse con un talón de leña más vieja
adherido.
En este tiempo muchos coleccionistas desplazan sus árboles a lugares
más sombreados creyendo erróneamente que necesitan protegerlos del sol.
Sin embargo, los bonsai no son variedades especiales o especies distintas
sino árboles ordinarios cuyo pequeño tamaño les viene dado por el trata-
miento a que han sido sometidos. La mayoría de ellos necesitan de la luz
solar para producir un crecimiento sano y vigoroso y el follaje no se quema
en la brilJante luz solar si se le proporciona la humedad adecuada. La única
razón por la que un bonsai debe a veces protegerse del sol en verano es
para evitar un riego excesivo. Las ramas de los árboles caducos pueden
envolverse en alambres en junio y en julio, y también las de las coníferas
alambrarse en junio y en julio, y también las de las coníferas excepto los
pinos. El alambre debe colocarse con mucho cuidado para evitar atrapar
alguna hoja, ya que ésta podría podrirse y producir alguna enfermedad.
Los árboles de hoja caduca pueden defoliarse intencionadamente en
junio (ver capítulo 7), para motivar el crecimiento de un segundo follaje
más pequeño y de gran riqueza en la coloración de las hojas. El bonsai
sometido a este tratamiento debe regarse cuidadosamente.
Las malas hierbas son un problema veraniego anual. Los jóvenes plan-
tones que crecen alrededor de los bonsai deben arrancarse inmediatamente
para evitar molestias a la raíz. Durante todo junio debe también controlar-
se la posible existencia de pulgón, y durante los períodos húmedos debe

A. Rama con alambre colocado incorrectamente. Las hoias no deben quedar


atrapadas en el alambre. B. Colocación correcta de alambre en una rama con
ho;as.
GUÍA MENSUAL DE CULTIVO

Bonsai de interior (y plantas de decoración del hogar) colocados sobre una pieza
de material capilar en una ba,iera. Un fino tubo conectado a un recipiente
lleno de agua suministra al material capilar un fino chorro de agua.

vigilarse la aparición de babosas y caracoles. Los cebos para babosas pa-


rece atraen a las babosas de los jardines próximos, por lo tanto la mejor
solución es regalar a los vecinos el veneno para las babosas y atrapar las
propias en frascos de mermelada que contengan un poco de cerveza rancia.
En períodos secos la araña roja puede atacar a los enebros y otros árboles
e inmediatamente de notarse su presencia debe usarse un insecticida sis-
témico adecuado; pero no, como ya hemos dicho, con los arces silvestres.
Es menos probable que aparezcan cuando los bonsai se mantienen razona-
blemente húmedos.

JULIO
Las condiciones en el cuidado y cultivo de los bonsai deben continuar
en forma parecida al mes de junio. Los esquejes de leña blanda anterior-
mente cortados pueden colocarse en pequeñas macetas de formación que
se colocan en el exterior, en un lugar húmedo y abrigado. Julio es un
mes tradicional de vacaciones, y mucha gente abandona s1,1s hogares du-
rante dos o tres semanas. Cuando ello ocurre los vecinos pueden ser de
gran ayuda, ya que quizás pueden regar su jardín y sus setos, pero a me-
nos que conozcan las necesidades del bonsai en clima muy cálido pueden,
por accidente, dejar que los árboles mueran. A pesar de ello más de un
coleccionista ha confiado sus bonsai a sus vecinos, motivándolos para que
aprendan algo acerca de ellos, y consiguientemente se han llegado a acuer-
dos para el riego y cuidados de los respectivos bonsai durante los períodos
de vacaciones.
Una solución alternativa para aquellos que poseen un trozo de jardín
suficiente es excavar agujeros en la tierra, en una zona húmeda y som-
breada. En estos agujeros puede enterrarse el bonsai hasta su primera
rama, permaneciendo en la maceta. El área que contiene los bonsai puede
empaparse completamente, dejando que una manguera vaya vertiendo len-
- - - - - - - - - - - MANUAL DE BONSAI - - - -- - - - - -

tamente agua durante varias horas y los árboles vivirán durante períodos
de hasta un mes de altas temperaturas sin necesidad de un drenaje perma-
nente. Los árboles caducos deben podarse completamente antes de dejarlos,
y cuando usted regrese necesitarán una nueva poda. También debe contro-
larse la posible existencia de gusanos en las macetas. Pueden eliminarse
colocando las macetas de pie en un tazón con agua de modo que el nivel de
ésta quede por encima del de la tierra en la maceta. Los gusanos, para
evitar ahogarse, saldrán del pan de raíces. De este modo el bonsai recu-
pera rápidamente su belleza.
Para aquellos cuya colección de bonsai haya crecido de tal modo que
carezcan del espacio libre suficiente en el jardín, deberán considerar la
utilidad de un sistema de riego automático. Consiste en un número de
aspersores conectados a un grifo y controlados por un reloj. Puede esta-
blecerse que los aspersores funcionen durante una hora por la mañana
y una hora por la tarde, y esta cantidad de humedad debe ser suficiente
inscluso en períodos de mucho calor. El inconveniente de este sistema
reside en que se necesita un sistema muy elaborado y sofisticado para
permitir que el sistema no entre en funcionamiento cuando ha llovido
y, así, evitar que en ocasiones el bonsai reciba un exceso de agua. Este
problema es menor en verano que en invierno, y normalmente durante el
período en que se utiliza este sistema de riego el bonsai no se ve grave-
mente dañado.
Los coleccionistas que habitan en pisos y poseen tanto bonsai de in-
terior como de exterior, pueden adquirir un trozo de esponja capilar.
Consiste en una sustancia manufacturada, de apariencia similar a una
delgada manta, que absorbe una gran cantidad de agua. Puede colocarse
horizontalmente en una bañera y empaparla completamente con agua, y en-
cima se colocan los bonsai presionando cuanto sea posible.
Existen dos maneras de mantener húmedo dicho material. Una de ellas
consiste en colocar un jarro con agua en la parte superior de la bañera,
introduciendo en él el extremo del tubo capilar de modo que esté en con-
tacto con la superficie interior del jarro. El agua circula a través del tubo
y cualquier exceso se elimina por el desagüe de la bañera.
Un sistema alternativo consiste en colocar un gran contenedor de agua,
como los que se utilizan en los campamentos, y situarlo en la parte
superior de la bañera. El contenedor debe estar equipado con un tubo
de goma de paso pequeño, adecuado para gotear agua desde el contenedor
hasta el material capilar. Por lo tanto el tubo debe estar dirigido hacia el
material capilar. El volumen de flujo de agua estará controlado por el
diámetro interno del tubo. Una cucharada de las de té de Jeyes Fluid por
cada 5 1 debe añadirse al agua para evitar la formación de algas que
podrían bloquear el estrecho tubo.
Las cortinas de la bañera deben dejarse cerradas de modo que la habi-
tación permanezca templada, y de esta forma los árboles bonsai sobrevi-
virán bien. Sin embargo, es aconsejable realizar algunas comprobaciones
antes del período de vacaciones para asegurar que el goteo se realiza de
forma constante y que es suficiente para mantener el suministro de agua
durante el período necesario.

- - - - - - - - -- - - - - 64 - - -- - - -- - - - --
AGOSTO
El bonsai no crecerá rápidamente en agosto y necesitará menos poda,
aunque las temperaturas puedan todavía ser altas. Deberá prestarse toda-
vía atención al riego, aunque las necesidades de agua pueden ser menores,
debido a la niebla que se forma durante la noche.
Esquejes de leña semidura pueden cortarse para su enraizamiento
bajo cristal, pero es demasiado tarde para que los esquejes de leña blanda
puedan echar raíces y establecerse antes de que el inicio del invierno
induzca al letargo. La alimentación debe llevarse a cabo con fertilizan-
tes bien diluidos del tipo del abono del tomate para fortalecer las plantas
que toleran las heladas de otoño. La frecuencia de la alimentación debe
limitarse y eliminarla completamente al mes siguiente.
Los árboles del tipo coníferas pueden replantarse durante este mes si
es necesario, y los sauces, cuyo rápido crecimiento de su sistema de raíces
puede hacer necesario el realizar el replantado dos veces al año, deben
también sufrir la poda de raíces y el replantado si un examen previo así
lo aconseja.
Pueden recolectarse árboles silvestres (si se obtiene el permiso necesa-
rio) y plantarse hacia el final del mes. Tendrían tiempo de acomodarse
antes del inicio del invierno.
Algunos de los más tiernos bonsai tropicales que han estado en el
exterior durante los meses de verano deberán ahora colocarse en el interior
antes de que se acorte la luz de la tarde todavía más y la noche refresque.
De modo que deben vigilarse dichos árboles, tarea mucho más fácil si el
horticultor posee un termómetro de máximo-mínimo situado cerca de los
bonsai. Una lectura regular permitirá controlar la caída de las tempera-
turas nocturnas y se podrá conocer la solución adecuada.

SEPTIEMBRE
El bonsai ya no crecerá, por lo tanto las necesidades de poda serán míni-
mas. No deben colocarse alambres, pero deben examinarse las ramas que
tengan colocados alambres para ver si se ha logrado el efecto deseado Y
de ser así retirar los alambres. En las zonas situadas al sur el bonsai no
tendrá todavía su colorido otoñal, pero estarán teniendo lugar cambios
químicos internos que preparan el árbol para su letargo. El tiempo es
normalmente seco y agradable, aunque existe la posibilidad de noches
frías y heladas nocturnas. Todavía es necesario regar pero el rocío y las
nieblas matinales reducen su frecuencia. Todavía pueden trasplantarse
árboles silvestres y coníferas y plantarse y pueden prepararse esquejes de
leña dwa para plantar.
Deben iniciarse las tareas de protección ante el invierno de los árboles
menos vigorosos y las especies más tiernas que han pasado el verano en
el exterior deben colocarse en un invernadero.
Los árboles de bosque están empezando a echar sus semillas y por lo
tanto deben observarse atentamente los buenos árboles de las variedades

- - -- - -- - - - - - - - 65 - - - - - - - - - -- - - -
- - - - -- - - - - - MANUAL DE BONSAI - - - -- - - - - -

que se desea reproducir. Las semillas pueden plantarse en bandejas y


dejarlas en el exterior para que se estratifiquen durante todo el invierno,
aunque debe colocarse una red en tomo a las bandejas para evitar las
posibles atenciones de gatos y ratones.


OCTUBRE
Con suerte, es muy posible que el tiempo permanezca agradable durante
este mes. Los árboles caducos mostrarán la riqueza de sus colores de otoño.
En tanto caen, las hojas deben retirarse de las . macetas y estantes, ya que
de no hacerlo se convierten en refugio de babosas, cochinillas y muchas
otras criaturas indeseables. Todos los árboles tiernos deben estar ya bajo
techado.
Durante los períodos secos el bonsai debe todavía regarse con regula-
ridad pero sus necesidades son menores y las nieblas matinales y el rocío
pueden satisfacer la mayoría de necesidades diarias.
Pueden recolectarse y plantarse más semillas silvestres. Algunas pueden
almacenarse para estratificación y plantado a principios de la primavera.
Los pinos bonsai ocasionalmente pueden verse infectados por áfidos
lanudos. Se observarán lo que parecen como diminutas bolas de algodón
en la base de las agujas. Una infección menor puede tratarse pasando por
las partes afectadas bolas de algodón empapadas en alcohol metílico; pero
una infección más extensa únicamente puede tratarse con rociador.

NOVIEMBRE
Poca actividad existe en noviembre y el riego será mínimo. Caerán las
últimas hojas de los árboles caducos, que deberán retirarse, y los árboles
se colocarán en sus lugares de invierno.

DICIEMBRE
El mes menos activo del año. Debe examinarse el bonsai dos o tres veces
por semana en caso de que existan vientos secos, pero en general poco
hay que hacer. Es el tiempo ideal para aumentar conocimientos mediante
la lectura, no sólo de libros sobre bonsai sino libros sobre árboles de todo
el mundo. Estúdiense fotografías de bonsai, especialmente aquellas que,
tomadas a lo largo de unos cuantos años, demuestran los cambios que en
su apariencia han experimentado unos árboles bonsai.
En días secos y suaves, pueden sacarse los bonsai caducos del lugar
donde pasan el invierno y colocarlos sobre una mesa giratoria situada a
una altura que permita una visión adecuada. Ello permite el realizar un
cuidadoso estudio. Es importante hacer esto en este momento del año y
es imposible hacerlo durante los meses de verano cuando abunda el follaje.
Pero ahora es claramente visible el delicado dibujo de las ramas desde
todos los ángulos y se observan rápidamente virtudes y defectos, y por lo
tanto pueden tomarse determinaciones en cuanto a la poda y realizarla
más adelante, en el momento adecuado.

~ - - - -- - - ~ ~ - - - - 66 - - - -- - -- - - - - --
BONSAI MAME
Los bonsai mame necesitan unos cuidados ligeramente distintos para su
cultivo que los bonsai algo más grandes. Su tratamiento se explica en el
capítulo 6.
Ya que crecen en macetas muy diminutas, siempre existe el peligro de
que se sequen demasiado. Por Jo tanto la mezcla del sustrato debe alte-
rarse de modo que contenga menos mantillo de hojas y arena, a pesar de
que las plantas ericáceas deben tener mucho mantillo en su sustrato y por
ello deben controlarse con especial cuidado.
Cuando se realiza la operación de replantado, el sustrato debe pasarse
por un tamiz fino y estar seco. Todas las rafees en contacto con la super-
ficie de la maceta deben cortarse y eliminar hasta dos tercios de la tierra
del pan de raíces. Un palillo chino pequeño y delgado es de utilidad al
limpiar el pan de raíces. Puede eliminarse con menos riesgo más cantidad
de tierra de las raíces de los árboles caducos que de las coníferas.
El procedimiento de volver a colocar este bonsai en su maceta es el mis-
mo que para árboles mayores, pero una vez colocado de nuevo en su mace-
ta es mejor situar el bonsai mame en un invernadero o en un marco frío
durante unas pocas semanas, para que se rycupere del shock del trasplante
y se restablezca en su maceta.
El riego, especialmente durante los meses de verano, es un aspecto im-
portante de los cuidados a proporcionar a un bonsai mame. Es costumbre
entre los aficionados británicos el colocar las pequeñas macetas sobre arena
empapada de agua, o enterrarlos parcialmente en turba mojada de modo
que los árboles no mueran a causa de falta de agua durante un día caluroso
en que su propietario esté trabajando. .Ésta es una solución práctica y sen-
sata a un problema, pero debe indicarse que es en detrimento del creci-
miento del mame bonsai. Existe una tendencia en tales casos de sobre-
hurnidificación, de que las raíces crezcan a través de los agujeros de dre-
naje hacia las húmedas y frías arenas o turbas. Rápidamente se vuelven
gruesas y bastas, y el crecimienlo de la parte superior de la planta es asi-
mismo desproporcionado. El suministro conslante de humedad activa de-
masiado el crecimiento de un árbol, que se desea permanezca pequeño.
El bonsai mame cuidado en la forma más idónea posible, debe recibir
tan poca agua como sea posible para mantener su vida y salud. De este
modo, el crecimiento será limilado y en adecuada armonía con el árbol.
Los fertilizantes deben usarse regularmente, pero con moderación, siendo
el objetivo conseguir un bonsai sano. Los fertilizantes líquidos son de más
fácil aplicación y también los que se utilizan para árboles frutales, como
por ejemplo para tomateras, son preferibles ya que no estimulan el creci-
miento de brotes verdes y jugosos sino la producción de ramas maduras.
Durante los meses de invierno, el mame bonsai debe recibir la protec-
ción de un marco húmedo. De otro modo las raíces, estando en macetas
tan pequeñas, son vulnerables a un proceso repetido de hielo y deshielo
que ocasiona rotura de las células de las raíces. Pero durante el verano
deben, igual que otras plantas, recibir mucha luz solar, y si puede mante-

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"LOS PANTANOS"
Taxodium disLichum
(Ciprés de los pantanos)

Este elegante y alto grupo de tres grandes árboles ha sido plantado recien-
temente y está al comienzo de un período de tratamiento diseñado para
mejorar su unidad.
Los taxodiums muy pocas veces se usan para bonsai en Gran Bretaña, a
pesar de ser de fácil cultivo, responder bien al tratamiento y presentar mu-
chos menos problemas en su cuidado diario que muchos otros árboles.
Toleran el permanecer sobre agua durante largos períodos, y en realidad
estos tres crecieron durante 10 años en tiestos colocados en un estanque.
Durante este período recibieron un tratamiento mínimo, estando su poda
limitada a la limpieza dos veces al año de las ramas demasiado largas.
Luego fueron podados más intensamente durante un año, eliminándose
completamente ramas no deseadas, especialmente las situadas cerca del
ápice o vértice, y se alambraron las ramas laterales.
En este período llegaron a Londres, para permanecer durante los me-
ses de invierno en otro estanque antes de podar sustancialmente su cepe-
Uón con el fin de poder plantarlos en un suiban (recipiente muy plano,
sin agujeros) Yamaki, rectangular. Este tipo de recipiente no es adecuado
para casi ningún bonsai debido a la ausencia de agujeros de drenaje, a
pesar de que el material en que está fabricado tiene cierta porosidad. Los
árboles se plantaron a primeros de marzo, y entonces se colocó el grupo
en un invernadero en un pedestal con calefacción para alentar el creci-
miento de raíces.
El taxodium produce sus hojas más tarde que la mayoría de árboles
y el follaje apareció ese año a principios de mayo. Se plantaron cuidadosa-
mente, alrededor de los árboles, helechos enanos y se organizó en forma de
paisaje la tierra de la maceta, creando el efecto de la ori lla de un lago.
Esto actuaba como contraste a la fuerte naturaleza vertical de la planta-
ción y complemento del fino y plumoso follaje. Se cubrió cuidadosamente
el suelo con musgo, sugiriéndose el «lago» mediante una pequeña zona de
grava blanca situada en la parte frontal de la maceta.
Estos taxodiums se exhibieron en la Muestra Floral de Chelsea de 1981,
y se convirtieron en la plantación en grupo del año. Los visitantes se sor-
prendieron cuando conocieron su edad, ya que los troncos poseían el ca-
rácter y el interesante color rojo que contrasta tan bien con el verde suave
de sus hojas. Muy atractivo en otoño cuando el follaje toma un rico color
caoba rojizo antes de caer, el grupo es conocido como «Los Pantanos».
( «The Swamps» ). Su altura actual es de 88 cm y el recipiente mide
52,5 X 35 X 4 cm.
"LOS PANTANOS"
Taxodium distichum
(Ciprés de los pantanos)
"LA ROCA ESCOCESA"

Tres Pinus parviflora


Plantación en roca
"LA ROCA ESCOCESA"
Tres Pinus parviflora
Plantación en roca

La pieza de roca utilizada en esta plantación fue enviada desde el Japón,


llegando rota en muchos trozos. Se pegó con resina epoxi de gran resis-
tencia. Los pinos eran jóvenes árboles importados, cuyas formas no se
prestaban a una plantación convencional, pero se celebraba una exposi-
ción de bonsai plantados en roca, organizada dentro del marco de la Gran
Exposición de Otoño R.H.S. («R.H.S. Great Autumn Show») en septiem-
bre de 1979, y se decidió utilizarlo. La colocación de la dura y pesada
roca en Ja bandeja inglesa de 28cm de diámetro, presentó problemas con-
siderables ya que, debido a su peso, era potencialmente inestable. Even-
tualmente se pegaron unas placas planas de metal en su base, sujetándolas
con alambres en eJ interior del recipiente.
El pino situado en la parte superior y el de la izquierda no tenían sus
raíces en el suelo alrededor de la base de la roca, sino que estaban conec-
tados a la parte trasera y crecían en una mezcla de arcilla y turba, que
estaba cubierta con musgo para evitar su caída. Se colocaron alambres de
tratamiento en las grietas de la roca utilizando hojas de plomo y un pun-
zón, y se sujeta.ron con alambre cuidadosamente los árboles colocados en
las dos posiciones superiores. El árbol situado a la derecha era de más fácil
manejo, ya que algunas de sus raíces alcanzaban el suelo de la maceta.
Originalmente el tronco estaba sujeto a la roca para equilibrarlo, pero se-
guidamente se retiró el alambre que cumplía esta función. Se alambra-
ron las ramas pequeñas de los tres árboles para modificar sus posiciones
y la tierra situada en la base se colocó en pendiente desde la roca y se
cubrió con musgo.
A pesar de que el grupo no es grande (la altura total es de 52,5 cm),
la roca posee un carácter y una forma interesantes. La solidez del conjunto
permite colocarlo con ventaja al lado de grandes bonsai individuales y de
mucha edad sin perder su fuerza de impacto. En tales ocasiones se coloca
sobre un lado de una bandeja oval Yamaki muy plana, de un color gris
plata, bellísimo. Se coloca arena blanca en la bandeja y se amontona lige-
ramente hacia arriba para cubrir la bandeja inglesa, y se utiliza musgo para
acentuar la sombra de la zona situada debado del pino del lado derecho.
Exhibido de esta forma en Chélsea en 1980 y en el Royal Show en
1981, esta plantación sobre roca está ahora de nuevo bajo tratamiento.
Los pinos tienen entre 10 y 15 años. A la autora le recuerdan parajes en
las montañas escocesas, de donde es oriunda su familia, y por lo tanto
se le denomina, quizás inapropiadarnente, «La Roca Escocesa».
- - - -- -- - - - - MANUAL DE BONSAI - - -- - -- - --

nerse en torno a estos bonsai un microclima húmedo los problemas de


riego disminuyen.
El lector puede pensar, tras leer el anterior informe mes a mes de cui-
dados del bonsai, que debe dedicar una gran cantidad de tiempo y cuida-
dos. Lejos de ser este el caso, las tareas pueden llevarse a cabo en conjunto
con otras actividades y los mismos árboles comunican una sensación de
calma y tranquilidad que es un placer adicional.

- - - -- - - - - - -- - 72
CAPITULO QUINTO

BONSAI DE INTERIOR

El cultivador de bonsai princípiante, generalmente coloca su primer árbol


en el interior. Ello puede provocar resultados desastrosos, sin importar lo
cuidadosamente que el árbol sea regado, alimentado y podado, ya que la
mayoría de los bonsai que se cultivan en Europa son especies adecuadas
para su cultivo en el exterior. Como consecuencia, el principiante puede
perder su interés, llegando a la conclusión de que el cultivo de bonsai es
demasiado difícil y no vale la pena.
Mucha gente no posee jardín en el que poder cultivar las especies o
variedades más comunes de bonsai, pero eUo no es obstáculo para obtener
una buena colección de bonsai de especies de interior, siempre que se
tenga cuidado al elegir las variedades a cultivar. Los árboles vigorosos
de Europa se han adaptado, a través de los siglos, a las excentricidades
del clima, hasta el punto de que, por ejemplo, un período de frío en in-
vierno es necesario para su bienestar, de modo que el coleccionista de
bonsai de interior debe dirigir su atención hacia los árboles procedentes
de climas más cálidos. Aquellos originarios del Mediterráneo, del trópico o
del desierto pueden, con un poco de cuidado, aclimatarse bien en un so-
leado alféizar. Muchos de estos árboles están acostumbrados a una fuerte
radiación solar, por lo tanto debe estudiarse cuidadosamente la colocación
de tales plantas en una casa.
Quizás el mejor árbol para comenzar una colección de interior es el
granado, Punica granatum (ver capítulo 10). Este árbol es endémico del
sudeste europeo y hasta Irán y Afganistán, pero no requiere condiciones
de mucho calor, a pesar de que agradece la luz solar. Las semillas se
obtienen fácilmente de su fruto que puede conseguirse en las íruterfas a
primeros de año. Las numerosas semillas deben extraerse de la fruta y
dejar que se sequen durante dos o tres semanas. Después de plantarlas en
una mezcla de sustrato sin cal, con buen drenaje y a base de turba, es
aconsejable regar la bandeja de semillas con una solución de compuesto
«Cheshunt» para evitar un exceso de humedad. La bandeja debe colocarse
en un lugar iluminado con un calor de base de alrededor de 18,5º a 21 ºC
(65 º a 70ºF}. La germinación se lleva a cabo hacia las tres semanas y los
plantones, siempre que dispongan de abundante luz y calor, crecen rápi-
damente. Cuando tienen su segundo follaje real, pueden trasplantarse para
iniciar su tratamiento como bonsai. Los granados son adecuados para su
cultivo en una amplia gama de tamaños y estilos. Por ejemplo, como
bonsai mame, o miniatura (menos de 15 cm de altura). Las diminutas y
bril1antes hojas y delicada estructura de las ramas ofrecen muchas posibi-
lidades en su tratamfonto y ello, unido a su gran rapidez de crecimiento,

- - - - - - - - - - - - 73
/oven granado cultivado a partir de wi esque;e y
mostrando los resultados de una ligera poda inicial
durante un período de cuatro meses.

puede producir un excelente bonsai del tipo mame en dos años. Para aque-
llos que disponen de más espacio y que desean un árbol mayor, el rápido
crecimiento y la gran respuesta a la poda del granado les proporcionará
en cuatro o cinco años un árbol de buen tamaño, frondoso. Para ayudar
al crecimiento, debe colocarse el árbol en una maceta adecuada y expo-
nerlo a la mayor radiación solar posible.
A partir de los dos años, el granado florecerá siempre que se haya
podado cuidadosamente y disponga de mucha luz solar, pero al principio
es mejor concentrarse en conseguir el tamaño y la forma adecuados. Una
vez esto se ha conseguido, puede ser agradable dedicarse a conseguir
ílorcs.
Los granados pueden propagarse con éxito a partir de esquejes de
brotes medio maduros, tomados en julio con talón y colocados en un
marco propagador con turba y arena y calentado a una temperatura desde
16 º hasta 18,5º (60º hasta 65 º F). Los esquejes arraigan rápidamente y
pueden colocarse en maceta tras pocas semanas.
La familia de los olivos (Oleaceae) consta de d iversos tipos de árboles
que pueden tratarse fácilmente como bonsai. El olivo tradicional, Olea
europaea, puede cultivarse a partir de la semilla contenida en una aceituna,
o a partir de esquejes o serpollos. Igual que el granado, el olivo no nece-
sita temperaturas elevadas pero agradece la luz del sol.
BONSAI DE INTERIOR - -- - - -- - - -

El tamaño de las hojas varía co11siderablemente y, de ser posible, deben


cultivarse las variedades de hoja pequeña. El follaje verde oscuro con el
reverso plateado es muy atractivo y al ser perenne puede disfrutarse du-
rante los meses de invierno. Estos árboles pueden cultivarse como mame
bonsai o en diversos estilos verticales. Cuando se obtienen a partir de
serpollos pueden trabajarse como bonsai de tronco múltiple. Un sustrato
adecuado para los olivos es el formado por una mezcla de arcilla y man-
tillo y mucha arena o cascajos.
El limonero, limero y pomelo son de muy fácil cultivo en maceta a
partir de semillas aunque puede encontrarse algunas dificultades en lograr
que los jóvenes árboles desarrollen una estructura ramificada. Estas pue-
den contrarrestarse fácilmeme mediante la eliminación con los dedos del
brote central, cuando el árbol joven está creciendo con fuerza y defo-
liando para motivar el desarrollo de las yemas vestigiales. Ello también
estimulará el crecimiento de un follaje menor, que siendo de un verde
brillante y vivo, así como perenne, resaltará el valor del árbol a lo largo
de todo el año. El crecimiento de las raíces de los cítricos es muy vigo-
roso y deberá prestarse mucha atención a su poda, lo que ayudará a la
creación de la estructura de ramas tan importante en el bonsai.
Los cítricos cultivados en interior pueden atraer uno o dos visitantes
indeseados. Las cochinillas son muy desagradables y si se deja que infec-
ten el árbol pueden debilitarlo seriamente. Las cochinillas pueden elimi-
narse de un árbol bonsai utilizando bastones de algodón impregnados en
parafina o alcohol metilado.
También pueden presentarse infecciones de arañas rojas. Son más fre-
cuentes en el ambiente seco de una casa y deben eliminarse de todos los
bonsai de interior. La mejor precaución es colocar todos los bonsai en
una bandeja de grava, que puede regarse al mismo tiempo que los árbo-
les, con lo que se crea un microclima húmedo alrededor de los árboles que
las arañas rojas rechazan.
Hasta aquí todos los árboles que hemos mencionado han estado habi-
tuados a climas sólo un poco más cálidos que el nuestro. Todos ellos,
cuando se cultivan como bonsai, agradecen el permanecer durante algunas
semanas e incluso meses en el exterior, durante los meses más cálidos del
año. Ello no es, sin embargo, esencial.
Entre las variedades más exóticas que han sido cultivadas como bonsai
en Europa existen algunas cuya semilla no se encuentra fácilmente. Ello
no debe ser un obstáculo, ya que siempre puede hallarse algún amigo
que realice un viaje lejano y que esté dispuesto a traerse las semillas ne-
cesarias, aunque sólo sea por el placer de recrear los momentos vividos
durante las vacaciones. Una posibilidad es el árbol de la caoba, Swietenia
mahogani, de las Indias Occidentales y del sur de Florida. Suponen un
elemento interesante en una colección. Las semillas, como las semillas de
mayor tamaño y de color caoba del sicomoro, desarrollan en su interior
una vaina en forma de linterna que, cuando está madura, se abre. Se ne-
cesitan temperaturas altas para que las semillas germinen (alrededor de
27ºC [80º F]), pero, una vez han iniciado el proceso, los plantones se
desarrollarán felizmente en un compuesto sin cal y bien drenado y en un
lugar razonablemente soleado y templado. El follaje, pinnado, tiene una
hermosa tonaJidad de bronce cuando es joven y el tronco desarrolla rápida-
mente un efecto estriado.
Los árboles de la guayaba (de la especie Psidium) y del café (Coffea
arabica) son de cultivo interesante. El del café es sumamente atractivo,
posee brillantes hojas verdes y una estructura rápidamente ramificada. La
germinación inicial necesita de un considerable calor (alrededor de 27ºC
[80ºF)) pero, una vez empieza a desarrollarse, la temperatura ambiente
de la casa será suficiente. Los árboles del café poseen flores atractivas y
pueden florecer hacia los cuatro años. Los árboles de la guayaba varían, ya
que las semillas procedentes de guayabas amarillas o rojas producen, res-
pectivamente, plantas de hojas de un verde pálido u oscuro. El hábito de
crecimiento es similar al de] boj en cuanto a que las hojas se oponen (es
decir se encuentran una frente a otra) en lugar de alternarse como ocurre
con la mayoría de árboles.
De Australia proceden muchos miembros de la familia de las acacias.
Poseen bojas bipinnadas y mucha gente los considera de difícil cultivo
como bonsai. Sin embargo, muchos de ellos pueden trabajarse para produ-
cir ejemplares de bonsai de gran atractivo, a pesar de que pocos llegarán
a florecer, a menos de que se les proporcione más sol del normal en
Europa.
El numeroso género Ficus (uno de cuyos miembros es la familiar
planta de caucho, Ficus elastica) posee muchas especies indicadas para su
tratamiento como bonsai de interior. La elección más obvia es quizá el
Ficus benjamina, pero ya que es difícil de cultivar a partir de semilla, es
mejor comprar una planta joven a un florista o en un centro de jardinería.
Cuando se les cultiva en maceta hasta conseguir un ejemplar bien desa-
rrollado, sus hábitos recuerdan los del abedul llorón. Sin embargo, se
cultivan fácilmente como bonsai y puede hacerse que se configuren en
árboles erectos, informales y de un atractivo desarrollo, en cuyo proceso
las hojas de un tamaño naturalmente modesto se reducirán rápidamente.
Esta variedad de ficus no gusta de temperaturas bajas en ninguna época
del año y debe colocarse en un lugar en el que la temperatura no baje de
los 18,5º C (65ºF). Hay que tener en cuenta que un bonsai de interior
será de más fácil tratamiento cuanto más sus condiciones de manteni-
miento sean similares a las adecuadas para un crecimiento normal.
Otra variedad interesante de ficus es el Moreton Bay, F. macrophylla,
oriundo de Australia. Desarrolla, todavía muy joven, una base de tronco
hueca y posteriormente produce raíces aéreas. El efecto es muy original
y sin embargo este árbol se cultiva muy fácilmente a partir de semilla y
requiere pocos cuidados.
El Ficus pumila es una variedad de hoja pequeña que posee un hábito
de crecimiento trepador, parecido al de la hiedra. Puede tratarse para que
forme un bonsai pequeño, interesante, de una forma erecta informal y
también es adecuado para un estilo en cascada. Requiere menos cuidados
que otros ficus, aunque no tolerará negligencias en el riego.
Las palmeras responden al tratamiento bonsai. La palmera de dátiles,
Phoenix dactylifera, puede obtenerse a partir de la semilla de los dátiles.
Germinarán rápidamente en macetas de compuesto arenoso, sin cal, a una
temperatura de 24ºC (75ºF), y la primera boja se asemejará a una gruesa
hoja de hierba. Cuando el follaje se desarrolla, se producen hojas dividi-
das que eventualmente se convierten en verdaderas bojas de palma. Si se
cultiva en maceta, la palmera de dátil muestra una fuerte tendencia a
producir un sistema de raíces compuesto por unas pocas y gruesas raíces
derivadas. Si se pretende su cultivo como bonsai, es preciso cambiar tal
sistema. La joven palmera de dátil debe ser desposeída del extremo de su
primera derivación de raíz tan pronto como tenga un par de «hojas», y
es muy importante realizar una poda de raíces una vez al año para permi-
tir el desarrollo de un sistema de raíces más dividido. Mayo quizá sea el
mejor mes para realizar esta tarea.
Otras palmas que toleran el cultivo en interior son la Phoenix canarien-
sis, la palma de las Islas Canarias, y la Chusan o palma de abanico china,
la Livistonia chinensis, que es de gran resistencia en las zonas más favo-
recidas de Europa. Las semillas de estas especies no se obtienen fácilmente,
pero pueden comprarse plantas jóvenes en floristerías o centros de jardi-
nería.
Otra planta que posee una semejanza superficial con las palmas es la
cicadácea. Las cicadáceas son plantas extrañas, primitivas, en apariencia
semejantes a un cruce de palma y helecho. Muchas de ellas son de difícil
cultivo, pero la Cycas revoluta puede cultivarse como bonsai de modo
similar a las palmas. Su crecimiento es errático, ya que la cicadácea pro-
duce diversas «hojas» al mismo tiempo, que permanecen en la planta hasta
que aparece el siguiente verticilo de hojas uno o dos años más tarde. Las
hojas se tratan para que lloren graciosamente, colgando de ellas unos
pesos en tanto crecen.
El tratamiento de recorte de raíces en las palmas anteriormente des-
crito es también necesario para las cicadáceas, y además tiene la ventaja
adicional de motivar la aparición de brotes laterales que producirán tam-
bién verticilos de follaje. Esta ramificación aparecerá con bastante rapidez
en una cicadácea tratada en bonsai, a pesar de que cuando la planta se
desarrolla en estado natural puede que no se produzca antes de 50 años.
La cicadácea vive mucho tiempo y tolerará (aunque desde luego no apre-
ciará), cierto descuido. El crecimiento a partir de semilla es siempre lento
y generalmente insatisfactorio, por lo que recomendamos al coleccionista
que comience a trabajar a partir de una planta joven.
El género Leptospermum, la mayoría de cuyos miembros son nativos
de Australia, ofrece un contraste total con las palmas, ficus y cicadáceas.
Muchos Leptospermum crecen naturalmente como pequeños árboles, con
muy pequeñas hojas de un color verde oscuro, una hermosa estructura de
pequeñas ramas, y bellas flores rojas o rosadas en verano. En ocasiones
pueden obtenerse pequeñas plantas en centros especializados en arbustos
y plantas alpinas, o toleran la humedad del invierno, pero por lo restante
se aclimatan bien, y pueden convertirse en el bonsai ideal para los propie-
tarios de invernaderos, y cuando se cultivan en maceta, al contrario de
muchas otras plantas, florecen rápidamente. Su tratamiento es simple, muy
parecido al prodigado a la Zelkova serrata (ver capítulo 6). Es este un
olmo con una estructura leñosa muy ramificada y se puede obtener con
suma facilidad. De hábito de crecimiento similar, la Baeckea gunniana,
un arbusto de las montañas de Australia, puede cultivarse a partir de se·
Esta Cycas revoluta ha sido sometida a un limitado tratamiento bonsai por un
período de cuatro años y ha desarrollado numerosos brotes laterales.

milla y precisa de los mismos cuidados. Las Baeckea pertenecen a la fa-


milia de los mirtos.
Como puede observarse, existen muchas plantas que pueden tratarse
como bonsai de interior y que vivirán muchos años, siempre que se les
proporcione cuidados razonables. La mayoría de ellas prefieren vivir en
un compuesto sin cal formado por arcilla, mantillo o turba y mucha
arena áspera o cascotes. Como las otras plantas que adornan una casa, el
bonsai de interior debe regarse, cuando sea posible, con agua procedente
de lluvia y debe almacenarse una cierta cantidad de ésta a temperatura
ambiente. En realidad debe evitarse el utilizar agua del grifo y, desde lue-
go, nunca usarla directamente. El agua que se dedique al riego de plantas
debe almacenarse a resguardo de la luz para evitar la formación de algas.

- - - - - - -- - - - - 78
Muchos bonsai de interior sufren de la sequedad de ambiente. Aque-
llos árboles que proceden de climas húmedos deben mantener su grado de
humedad. Dichos árboles pueden colocarse en una bandeja honda que
contenga grava limpia o arena, que debe regarse al mismo tiempo que
los árboles. El agua se evaporará de la arena durante el día lo que propor-
cionará el microclima húmedo adecuado a los pequeños árboles. Ya hemos
mencionado que ello ayudará también a prevenir infecciones por araña
roja.
La mayoría de los bonsai de interior aprecian una recolocación anual
en maceta, una alimentación regular a base de un íertilizante de uso ge-
neral bien diluido, y un ocasional «lavado» con agua limpia, mediante
la utilización de un pulverizador o una cabeza de ducha de finos orificios,
para mantener su follaje limpio y fresco. Algunas variedades crecen con
gran rapidez durante los meses de verano y ello, junto con una poda
regular, producirá dividendos al crear rápidamente la forma que condu-
cirá a la formación de un atractivo árbol.
La persona que desee cultivar árboles de clima cálido a partir de se-
milla verá su tarea simplificada si utiliza un propagador pequeño, que se
caliente eléctricamente y que se controle mediante termostato. Sin embargo,
si se procede con cuidado, también pueden obtenerse resultados utilizando
un radiador o una caldera como fuente de calor para la germinación.
El bonsai, tanto de interior como de exterior, y en particular tras el
tratamiento inicial, aparece más realzado en una maceta no muy profunda.
Ya que los recipientes para bonsai de interior no es necesario que sean
a prueba de heladas (a pesar de que deben ser porosos, tener agujeros
de drenaje y poder permanecer «de pie»), son ligeramente más fáciles de
encontrar que los recipientes para bonsai exterior, que casi siempre deben
obtenerse a través de un suministrador especial.
Un problema que se plantea en el cultivo de árboles tropicales, es la
escasez de literatura disponible que pueda ayudar al principiante a conocer
las condiciones en que dichos árboles se desarrollan. Ello puede paliarse,
hasta cierto punto, hablando con personas que conozcan bien los países de
origen de los árboles. El recoger información sobre los diversos aspectos
de su crecimiento natural, hábitos de sol o de sombra, de la jungla o del
desierto, o bien de sus dimensiones, puede facilitar los mismos conoci-
mientos que una guía de cultivo convencional. Tales contactos también
pueden, quizá, proporcionar fuentes adicionales de obtención de semillas y
son, por lo tanto, de gran interés para el cultivador de bonsai de interior.
CAPITULO SEX'l'O

TRATAMIENTO

El tratamiento que recibe un bonsai es a menudo objeto de críticas faltas


de información. Las técnicas utilizadas, bien sea para la conformación de
un árbol joven para que parezca viejo y artístico, o para «mejorar» un
árbol silvestre para corregir sus defectos naturales y realzar las caracterís-
ticas adecuadas, o en el mantenimiento de ambas, son simples adaptaciones
de los principios utilizados durante siglos por jardineros de todo el mundo.
Como ejemplo del modo en que los métodos de jardinería tradicionales
han sido adaptados al tratamiento y cultivo bonsai, podemos considerar
simplemente el «alambrado», que es a menudo descrito por los detractores
del bonsai como una tortura infringida a los árboles al atarlos con cable,
Jo que les retuerce en posiciones extrañas. Pero un paseo por la huerta
de casi todas las mansiones nobles de Europa será suficiente para observar
algunos buenos ejemplos de melocotoneros trabajados en forma de abanico,
manzanos en espalderas y parras de uva que crecen en invernaderos lite-
ralmente abrazadas a parrillas metálicas. Ha sido costumbre el trabajar
estos árboles atando las ramas adecuadas a cables soportados por postes,
o unidos a una pared. Tras un cierto tiempo las ramas permanecerán en la
posición en que estaban atadas, y el enronar alambre alrededor de una
rama bonsai, para mantenerla en posición, es simplemente un método de
obtener la misma cosa. Tiene exactamente-el mismo efecto.
U otro ejemplo. Los cultivadores de bonsai pueden ser acusados de
«cortar todo tan rápidamente como crece» por aquellas personas que,
cuando trabajan en su propio jardín, están orgullosas de cortar el césped
regularmente, mantener los setos a una altura libremente elegida, y podar
anualmente sus rosales de modo que tan sólo permanezcan algunos troncos
leñosos. Los árboles bonsai no reciben la forma artificial de pájaros o
animales, ni tampoco se les alimenta escasamente, a pesar de que los
viejos ejemplares de bonsai que provenían de un hábitat silvestre pue-
den quizá dar esa sensación, debido a la áspera naturaleza de sus troncos.
Son árboles de crecimiento sano, de larga vida, que simplemente se man-
tienen a pequeño tamaño en un pequeño recipiente y que proporcionan
una gran cantidad de satisfacciones a aquellos que los trabajan y los
cuidan. Sin embargo, el proceso de tratamiento no debe simplificarse de-
masiado. Cada una de sus etapas es una combinación de todos los compo-
nentes, que determinan la creación de un árbol contenido en una maceta,
que conserva su apariencia natural, en miniatura, y que se desarrolla en
un ambiente artificial.
Para la mayoría de lectores, resultará interesante el cultivar sus pro-
TRATAMIENTO

pios árboles a partil' de plantas jóvenes. Las fuentes donde encontrar ma-
terial pueden extenderse desde plantones especiales para este propósito,
jóvenes árboles silvestres o esquejes con raiz, hasta felices «accidentes»
hallados en centros de jardinería. El aspirante a coleccionista debe sentir
cierta simpatía por el bonsai que quiere conseguir, un interés por su for-
ma y desarrollo previsto y, muy importante, debe conseguir más de un
ejemplar del joven árbol que desee. Tanto para el coleccionista experi-
mentado como para el novel, existe un sentimiento de frustración en la
espera hasta que un árbol comienza a desarrollarse, sentimiento que pa-
rece desaparecer cuando el interés se divide entre diez árboles o más. Tam-
bién la habilidad en el trabajo se desarrolla antes, cuando se tratan diver-
sos árboles, de modo que cada árbol proporciona placer en menos tiempo,
comunicando inspiración a su cuidador.
Antes de explicar con mayor detalle las técnicas utilizadas para tratar
y mantener los árboles bonsai, es quizá conveniente hacer una pausa para
considerar si existen razones, distintas de los dictados de la moda y tra-
dición japonesas, por ]as que los bonsai deban cultivarse en la forma en
que se cultivan. Los primeros cultivadores japoneses dispusieron de poca
ayuda de la ciencia hortícola y desarrollaron sus métodos mediante una
combinación de conocimientos heredados y experiencias y errores. Esta
acumulación de experiencia a lo largo de muchos años les enseñó las limi-
taciones de su artesanía y facilitó que los árboles fueran tratados con la
mayor rapidez posible, del modo que mejor se adaptaba a cada especie.
Las posibilidades prácticas combinadas de este modo produjeron un resul-
tado estéticamente placentero.
Existen dos características propias de un bonsai bien trabajado y ma-
duro, que no tienen nada que ver con el estilo en el que se les trabaja. En
primer lugar, el espacio comparativamente amplio entre ramas individua-
les necesario para la creación de un atractivo efecto utilizando pocas ra-
mas. En segundo lugar, a pesar de que estas ramas se abren en todas di-
recciones, tienen poco grosor, el follaje emerge directamente tanto de las
ramas jóvenes como de las viejas, y casi cada hoja se muestra a sí misma.
La apariencia global resultante es quizá reminiscente de, y tan impresio-
nante como, un viejo y noble cedro del Líbano situado en un bello parque.
Es interesante el enterarnos, a través de investigaciones recientes en ]a
fisiología de las plantas, que los estilos tradicionales en los que se trata los
bonsai no son tan sólo atractivos estéticamente, sino que permiten que los
bonsai funcionen eficazmente como plantas vivas.
Mucha gente sabe que cualquier planta verde es capaz de vivir y crecer
debido al proceso conocido como fotosíntesis, es decir, la capacidad de
Jas hojas de fabricar glucosa y otras sustancias orgánicas complejas utili-
zadas en la producción de células, a partir del dióxido de carbono, el agua
y la energía solar. A pesar de que la eficacia de las hojas para llevar a cabo
este proceso se ve afectada por un número de factores diversos, como por
ejemplo la concentración de dióxido de carbono, la velocidad del viento,
etc., el factor más importante con relación a la eficacia es la luz. Es decir,
una hoja puede hacer la fotosíntesis con mayor eficacia a plena luz y,
si está a la sombra, esta eficacia se ve reducida. Si una hoja está oculta
de la luz por otras cuatro o cinco hojas, no puede realizar por más tiempo
- - - - -- - - - - - MANUAL DE BONSAI - - - - - -- - -- -

la fotosíntesis. Sin embargo, no es que no haga nada, ya que de hecho


está respirando. Es decir, está utilizando sus propios componentes orgáni-
cos para producir dióxido de carbono y vapor de agua, que libera en la
atmósfera. Durante las horas de oscuridad, todas las hojas están respiran-
do, pero cuando esta acción la realiza la mayor parte del follaje durante
el día, una gran tensión se ejerce sobre la planta. De ahí la importnncia
que da el bonsai a que las ramas estén separadas y sean de poco grosor,
de modo que se permita que la luz llegue hasta el follaje inferior del mismo
modo que a las ramas superiores, lo cual es muy beneficioso para el eficaz
funcionamiento del árbol.
Un árbol joven, si no se poda, crece hacia arriba durante algunos años
a expensas del ramaje lateral. Un joven árbol que recibe tratamiento bon-
sai se comporta de forma distinta si se le poda regularmente. Desarrolla
ramas laterales y éstas a su vez se dividen para crear una multitud de
tallos. En tanto el árbol madura, disminuye la tendencia a producir una
multitud de crecimiento en la copa, y se expande más regularmente por
todas las ramas.
Se sabe que las yemas apicales contienen una sustancia (ácido 3-indol-
acético) que inhibe el desarrollo de yemas laterales. Al mismo tiempo
los nutrientes de la planta son atraídos hacia los brotes de crecimiento
apical a expensas de otras zonas. Cuando mediante poda se eliminn el
brote apical, una desviación de la sustancia inhibidora permite el desarrollo
de los brotes laterales y los elementos nutritivos se ven atraídos hacia esas
zonas. Una poda regular reduce el dominio apical, favoreciendo el creci-
miento de brotes laterales hasta crear una estructura finamente ramificada.
Debido a que la investigación de las plantas se concentra principal-
mente en aquellas clases que producen cosechas de importancia económica,
poco trabajo parece haberse desarrollado sobre los efectos de la poda de
raíces en las plantas ornamentales. La observación, sin embargo, demues-
tra que una planta desarrolla un considerable crecimiento lateral cuan-
do ha sido eliminada la raíz columnar. También puede demostrarse que
cuando a un árbol se le elimina el 25 por ciento de su sistema de raíces,
responde produciendo un crecimiento mucho más corto y compacto, aun-
que las razones para que así ocurra no quedan totalmente claras. Actual-
mente el coleccionista de bonsai debe contentarse con el conocimiento ad-
quirido a través de siglos y aceptar el hecho de que su árbol vivirá feliz-
mente durante muchos años, empequeñecido por las podas, tanto exteriores
como de raíces, que s~an necesarias, y que ello contribuirá muchísimo a
lograr una vida larga y feliz.

HERRAMIENTAS NECESARIAS
El cultivador novel de bonsai puede sentirse mal equipado para comenzar
a podar y a colocar alambres en sus jóvenes árboles. La mayoría de herra·
mientas de jardinería del mundo occidental están diseñadas para su utili-
zación en grandes arbustos, rosales, etc. y aparecen como demasiado gran-
des y poco manejables para trabajar en un pequeño bonsai. Existe una
amplia gama de herramientas adecuadas que se fabrican en Japón, espe-
TRATAMIENTO

A B e o E F G

A. Cortadoras de ramas laterales. B. Cortadoras de alambres. C. Herramienta


para «jinning». D. Pinzas para eliminación de hojas muertas. E. Pinzas con ex-
tremo en paleta. F. Palillos. O. Rastrillo con espátula. H. Tijeras para cortar
raíces peque,ías. l . Tijeras para cortar crecimiento leñoso pequeño, y J. Tijeras
para cortar retoños.

cialmente para su uso en árboles bonsai, pero pocas de ellas llegan a


nosotros. Estas herramientas, sobre todo los dos o tres tipos esenciales
que se importan, son de una gran calidad y por lo tanto de alto precio,
problema que se agrava debido a su peso, lo que encarece su transporte
a través de medio mundo, a lo que hay que añadir diversas tasas e im-
puestos.
En las páginas siguientes describiremos diversas de estas herramientas
y, cuando sea adecuado, se indicará un substituto que puede conseguirse
fácilmente en Europa. Pero antes de hablar de ello, es preciso ver si
usted dispone del espacio suficiente para instalar una mesa o un banco
de trabajo. Si ello puede hacerse, también pueden colocarse al mismo tiem-
po estanterías extras para las herramientas, y todo ello será a la larga muy
beneficioso.

Placa giratoria. Es una de las herramientas de mayor utilidad. Las prove-


nientes de Japón disponen de freno, de modo que el bonsai puede girar, y

83
- - -- - - -- - - - MANUAL DE BONSAI - - -- - - - -- -

pararse cuando se desee. Su medida es de aproximadamente 30 X 30 cm


y sostendrá confortablemente bonsai muy altos y pesados. Como sustituto
puede utilizarse la parte giratoria de una heladera casera, que será sufi-
ciente para la mayoría de árboles que es probable posea el coleccionista
aficionado, y también es posible adaptar un mecanismo de freno.

Tijeras. Son parte importante del juego de herramientas necesario para el


cultivador de bonsai. Existen diversos grados de tijeras para la poda de las
hojas (de los árboles de hojas caducas distintos a los que producen flores),
para podar y recortar Jos tallos, para podar las raíces fibrosas que emer-
gen tras la operación de replantado y para cortar las distintas clases de
alambres. Todas las tijeras son de mango largo para facilitar la poda
de tallos que de otro modo serían inaccesibles. Otros tipos de tijera pue-
den conseguirse para la poda de ramas o de raíces.
Cortadores de ramas laterales. Pueden encontrarse en dos o tres tamaños
y diseños y son quizá las más útiles de las herramientas japonesas. No
existe un sustituto eficaz que pueda, en una sola operación, eliminar una
rama del tronco dejando un ligero hueco que permita que la corteza vuelva
a recubrirlo y el tronco se conserve liso. Sin embargo, puede conseguirse
el mismo efecto, utilizando herramientas para tallar madera, para realizar
la hendidura después de haber cortado la rama lo más cerca posible del
tronco.

Podaderas de raíz. Son una vers1on mayor de la herramienta anterior y


están diseñadas para cortar raíces grandes. Dejan una superficie más plana
que curvada y son herramientas fuertes y potentes, pero un par de poda-
deras realmente bueno debe ser capaz de enfrentarse a la mayoría de
raíces.
Herramienta para «jinning». Se asemeja a un par de tenazas de extremos
redondeados y se utiliza para crear «jins» (ver cap. 7). Un par de tenazas
normales pueden utilizarse para este trabajo y, teniendo en cuenta que el
«jinning» debe hacerse muy escasamente, esta es una herramienla menos
importante.

Herramientas y cuchilJos para tallar. Pueden utilizarse conjuntamente con


la de «jinning» para la creación de «madera muerta», y también cuando se
eliminan ramas grandes y se tallan áreas alrededor de la herida, para que
el bonsai aparezca como naturalmente dividido en varias formas. Las
tiendas de ebanistería disponen de una amplia gama de tales herramientas
y puede comprarse fácilmente un juego que cubra las necesidades persona-
les. Un elemento esencial es una piedra afiladora para mantenerlas afiladas.
Algunos cuchillos japoneses están especialmente diseñados para realizar
injertos, pero los de fabricación europea son de alta calidad semejante.
Pinzas. Un par de pinzas es un elemento de mucha utilidad. Tienen diver-
sos usos, como la eliminación de hojas muertas de entre la vegetación de
las ramas. Los ejemplares japoneses, especialmente fabricados para este
efecto, son muy largos y con los extremos curvos y, adicionalmente, pue-
TRATAMIENTO

den disponer de un extremo en espátula para presionar la tierra. El mejor


lugar donde encontrar buenas pinzas es en un depósito de material médico
quirúrgico. Son muy útiles para el cuidado diario de los bonsai.
Palillos chinos. Son quizá las herramientas más utilizadas en el momento
de plantación en los tiestos. Un palillo fino es de utilidad cuando se planta
bonsai mame, y uno de tamaño normal es de utilidad para la mayoría
de árboles. Existe una amplia gama de calidades disponible (la de «coci-
na» es bastante adecuada), son baratos e indispensables para el cultivador
de bonsai. Y al hablar de envasado recordemos que en Japón se utilizan
también otras herramientas. Por ejemplo, se utilizan cedazos para cribar la
tierra. Pueden obtenerse en distintas calidades y tamaños de malla, siendo
quizás la más utilizada la de malla tamaño 0,5 cm. También se necesitan
paletas, tanto la de tamaño de jardinería normal como la de menores
tamaños que se comercializan para plantas en maceta.
Red de plástico. Los orificios de los tiestos necesitan recubrirse para evitar
la pérdida de tierra y la entrada de gusanos. También puede cumplir esta
función un trozo de tiesto aunque ocupará un espacio mayor del deseado,
especialmente en un tiesto pequeño. Algunos coleccionistas utilizan zinc
perforado, aunque entonces el drenaje no es todo lo bueno que debiera
ser, especialmente cuando el zinc envejece y se oxida. La mejor solución
es una red de plástico. Es ligera, fácil de obtener y recuperable.
Otras herramientas. Otras herramientas que se utilizan de vez en cuando
pueden encontrarse en buenas tiendas. Diversos tamaños de sierra (con
dientes) se utilizan para la eliminación de ramas grandes. Martillos, cin-
celes y punzones se utilizan al plantar bonsai en rocalla. La regadera con
roseta de pulverización muy fina, especial para el riego del bonsai re-
cientemente plantado, no es tan fácil de encontrar como podría pensarse,
pero puede obtenerse. Los japoneses fabrican una roseta muy fina y bien
diseñada para su utilización en mangueras, pero desgraciadamente no se
adapta a los perímetros de manguera normalmente utilizados en Europa.
Los pulverizadores son útiles para humedecer el follaje y para la aplicación
de insecticidas.

Cable de cobre. Cable de cobre de diversos grosores se necesitará para


doblar las ramas, y también alambre recubierto de plástico para su utili-
zación en los ejemplares de bonsai de corteza sensible.

Gato. Si hay que doblar ramas grandes o troncos los japoneses utilizan
una herramienta conocida como «gato». Consiste en una placa de metal
rectangular, a través de la que están atornillados a ambos extremos dos
piezas de metal en forma de gancho y entre ellas, también atornilladas a
través de la placa, una pieza de metal de terminación plana. Se utiliza
como pivote, los ganchos empujando desde ambos lados para doblar la
rama en un punto determinado. Esta pieza es totalmente ajustable. Una
herramienta de este tipo puede ser realizada por cualquier persona con
disposición para realizar trabajos en metal. Es muy útil cuando se trabaja
con árboles grandes.

85
"EL ARCE SILVESTRE"
Acer palmatum "Chisio"
(Arce silvestre rojo japonés)

Este viejo bonsai muy delicado produce gran placer en primavera cuando,
durante varias semanas, sus largas hojas y tallos en desarrollo tienen
un color rojo cereza claro. Fue importado a Gran Bretaña en 1969 por un
coleccionista privado, que lo trató cuidadosamente durante varios años
antes de que pasase a otra colección. Tras un tiempo sufrió bastantes des-
cuidos debido a la frecuente ausencia de su propietario, y hace pocos
afias se incorporó a la colección de la autora.
Se encontró con que se habían eliminado algunas ramas muertas y que
otras estaban muriendo, a lo que había que añadir una fuerte infección
de insectos de escamas que, de no eliminarlos, hubieran acabado con el
árbol. Se eliminaron los insectos manualmente, ya que los arces silves-
tres rojos reaccionaron adversamente a cualquier clase de insecticida en
spray. Se eliminaron los tocones de madera muerta y se recortaron canti-
dades considerables de crecimiento leñoso muerto.
Este bonsai, a diferencia de la mayoría, tiene, hasta el momento de
escribir, registrada su historia a lo largo de 144 años, y fue cuidado por
tres generaciones de una misma familia japonesa durante 71 de estos años.
El haber permitido la muerte de este árbol hubiera sido perder un trozo
de historia, pero afortunadamente ahora se encuentra fuerte y vigoroso.
Anteriormente estaba plantado en la maceta que ahora contiene «El
Gran Manzano Silvestre», y hace cuatro o cinco años se le plantó en su
actual maceta oval, plana, blanca vidriada, de 62,5 X 45 X 7 cm, que
realza la elegante curva que se forma en la base del ancho tronco. Su
anchura actual es de 29 cm.
Actualmente se está trabajando para modificar su silueta, en lentas
etapas, mediante una poda selectiva para darle un mejor equilibrio. La
zona situada a la derecha debería ser más ancha, ya que es de ahí de
donde sale la rama más baja.
Este bonsai es poco corriente, no sólo por su tamaño, edad y calidad,
sino también por el hecho de que parece crecer de sus propias raíces. Los
ejemplares recientemente importados de Acer palmatum «Cbisio» del Japón
han sido siempre plantas injertadas y éstas son muy difíciles de enraizar,
y es muy improbable que los esquejes sobrevivan a su primer invierno.
Es un ejemplar magnífico, realzado cada primavera por follaje de tonalidad
única y que es un recordatorio de la gloria que alcanza su llamativo color
otoñal, aunque sólo por pocos días. En consideración a su calidad se le
denomina simplemente «El Arce Silvestre» ( «The Maple» ).
"EL ARCE SILVESTRE"

Acer palmatum "Chisio"


(Arce silvestre rojo japonés)
"PINO DE ANA"
Pinus parviflora
(Pino blanco japonés)

,.
"PINO DE ANA"
Pinus parviflora
(Pino blanco japonés)

Este bonsai de pino blanco japonés, de forma clásica, fue importado en


1978, juntamente con otros dos, con el fin de llenar un vacío en la colec-
ción de la autora. Es difícil encontrar ejemplares tan maduros y, a pesar
de que en 1978 hacía mucha falta volver a colocarle alambres para
corregir unos tres o cuatro años de abandono, era sin embargo un árbol
muy elegante. También encajaba muy bien, tanto por lo que respecta a su
madurez como a tamaño y estilo, a un muy bello ejemplar de maceta
Yamaki para «pino», que había sido comprada unos seis meses antes con
la esperanza de encontrar algún día algo digno de tal maceta.
Cuando volvió a tratarse con alambres, el árbol incrementó su enver-
gadura y cada capa de follaje ganó en nitidez, mejorando inmediatamente
la apariencia de erizo que tenía en el momento de su compra. Esta mejora
todavía destacó más al año siguiente cuando, a finales de la primavera,
las «velas» de la nueva estación comenzaron a crecer y desarrollarse. Pos-
terior tratamiento irá dirigido a incrementar el tamaño de la corona, par-
ticularmente en la zona derecha, e incrementar el equilibrio de las ramas.
Esto se va consiguiendo gradualmente, principalmente a través de la colo-
cación anual de alambre a finales de otoño tras la caída de agujas del
verano, que es común para todos los pinos.
Este pino es considerablemente pesado y por ello se exhibe muy rara-
mente, siendo utilizados con más frecuencia los otros dos pinos importados
al mismo tiempo, así como otros ejemplares menos importantes. El peso se
debe en gran medida al compuesto utilizado en la plantación en maceta.
Siendo un pino viejo (más de 100 años) tiene menos necesidad que un
ejemplar más joven, que crece con más vigor, de un suelo rico, y se ha
plantado en una mezcla compuesta en un 60 % de arena de grano grueso,
10 % de arcilla y 30 % de mantillo de pinos. Se alimenta con fertilizante
de tomate bien diluido a principios de la primavera, y de nuevo en agosto
Y en septiembre. Pasa la mayor parte del verano a gran altitud, en North
Weald, a pleno sol, lo que ayuda a mantener sus agujas cortas y su buen
color.
De 83 cm de alto y con un perímetro de tronco de alrededor de 32,5 cm,
el delicado contenedor de color gris-plata mide 45 X 38 X 14 cm. Muy
probablemente permanecerá en su actual maceta durante muchos años. Se
le conoce simplemente como «Pino de Ana» («Anne's Pine»•).

• Nombre de pila de la autora, Anne.


- - -- - -- - ~- - MANUAL DE BONSAI - - -- - - -- --

Mantenimiento de las herramientas. Si puede asignarse una parte de la


casa o de un cobertizo para los trabajos de bonsai, la mayoría de estas
herramientas pueden mantenerse a mano en un solo sitio. Todas las herra-
mientas cortantes deben limpiarse después de usadas y lubricadas ligera-
mente para asegurar una Jarga duración operativa. Las herramientas cor-
tantes japonesas no son inoxidables, de modo que debe dedicárseles espe-
cial cuidado para que no se oxiden, particularmente si se tiene en cuenta
su precio y la dificultad de obtenerlas. Hay que adquirir siempre las herra-
mientas de la mejor calidad posible ya que darán un mejor servicio du-
rante un período de tiempo más largo que las piezas más baratas que a
veces podemos estar tentados de comprar.

ALAMBRADO
La colocación de alambres en troncos y ramas de bonsai para obtener las
formas necesarias, es un método comparativamente moderno de tratamien-
to que permite una mayor libertad de estilo que la sola utilización de la
poda a largo plazo, y ligazones.
El alambre preferible para bonsai es el de cobre, que se hace más suave
sometiéndolo a calor a baja temperatura. Cuando está frío puede arrollarse
fácilmente alrededor de un tronco o de una rama, su flexibilidad impide
que se dañe la corteza. Cuando la rama se ha colocado en la posición
deseada y se ha dispuesto el grosor de cable necesario para sostenerla, el
cable se endurecerá y continuará manteniendo la rama basta que se halle
en posición. Los árboles a someter a este tratamiento deben ser sanos y
completamente arraigados en su recipiente. Los árboles débiles o enfermos
no deben utilizarse, ni tampoco aquellos que se hayan colocado reciente-
mente en sus tiestos, o aquellos que deban ser sometidos próximamente a
un cambio de maceta, ya que la tensión adicional de los cables puede ma-
tarlos. Al doblar una rama se tens~'l !os vasos de savia hacia el perí-
metro exterior de la curva. Tras un período de tiempo se ajustan a su
nueva posición pero una indecisión, que provoca el que una misma rama
se doble de distintas maneras, puede provocar un efecto de anillos en la
corteza, que también causará la muerte de la planta.
La longitud del cable deberá ser de alrededor del doble de la longitud
de la rama. Deberá, desde luego, fijarse a un extremo y ello se hace gene-
ralmente arrollando primero el cable alrededor del tronco justo debajo de
la rama. Seguidamente se enrolla alrededor de la propia rama en la direc-
ción en la que se desea se incline, desde el extremo más grueso al más
delgado, sin apretar demasiado para que no se dañe la corteza, ni tampoco
demasiado suelto de modo que exista un espacio entre el cable y la corteza.
A través de todo el proceso la rama debe mantenerse firme.
El cable debe aparecer limpiamente enrollado a lo largo de la rama, con
una distancia igual entre cada anillo. Una rama de un grosor aproximado
al de un lápiz necesitará normalmente un anillo de cable por cada 0,5 cm,
a lo largo de toda su longitud. Si el cable no fuera lo suficientemente
fuerte, deberán utilizarse dos piezas. Deberán enroscarse en la misma di-
rección y estar cerca uno del otro. Una vez colocado el alambre, la rama

- - - - - - -- - -- - 90
A. Anclaje de un cable para su utilización en una sola rama. B. Cable usado
para dos ramas adyacentes.

A. Alambrado correcto de dos ramas adyacentes en un árbol con un tronco ro-


deado de alambre. B. Alambrado incorrecto de dos ramas adyacentes; el alam-
bre de la rama más delgada no debe cruzar por encima del alambre más grueso
del tronco. C. Colocación correcta del alambre en las ramas. D. Alambraje co-
rrecto de una sola rama.
IZQUIERDA: Un añoso Pinus thun-
bergü colocado a la sombra durante
nueve años. Durante este periodo no
se le quitaron sus alambres de
tratamiento, tampoco fue trasplan-
tado ni podado. Los cables de
tratamiento descuidados causaron
pro/undos cortes en la corteza,
ocasionando una considerable
desfiguración.

ABAJO: El mismo árbol en proceso


de recuperación y sobre el que se ha
efectuado algún trabajo preliminar.
TRATAMIENTO

debe doblarse cuidadosamente hasta colocarla en la posición deseada. La


mejor manera de aprender cual es la mejor tensión y el espaciado adecuado
entre anillos de alambre es ensayar con arbustos y árboles que crecen libre·
mente en el jardín. La experiencia mostrará el grosor y la longitud de ca-
ble adecuados, que variarán según el tipo de planta, y también los períodos
del año en que es mejor abstenerse de realizar esta labor ya que ]as ramas
están más quebradizas. Algunos tipos de planta resienten el cable metálico
en su corteza, especialmente los Prunus y los Crytomeria. Para estos árbo·
les puede utilizarse cable forrado de papel o recubierto de plástico.
La colocación de alambre se utiliza a menudo para crear una forma
básica de bonsai con ramas que se extienden paralelamente al suelo, en
contraste con la forma habitual de ramaje en posición casi vertical de
muchos árboles jóvenes. Es interesante notar que las ramas en posición
horizontal se alargan menos que las colocadas en posición vertical y existe
una menor distancia entre nudos. También, probablemente debido a la
distribución de elementos químicos en el interior de las ramas, se desarro-
llan más brotes fructíferos, Jo que supone una ventaja cuando se trabajan
variedades para bonsai de flores como es el caso de los Prunus, Malus, etc.

ESTILOS DE BONSAI
Puede decirse que un bonsai tiene un estilo particular según su crecimien·
to y tratamiento. Dentro de cada estilo existen variaciones individuales
entre uno y otro árbol.
VERTICAL RECTO FORMAL (Chokkan). Los árboles cultivados de esta
forma deben tener troncos rectos, regulares, y ramas bien espaciadas que
surgen del tronco y paralelas al suelo. No es corriente en Europa debido,
quizás, a la escasez de árboles jóvenes desarrollados en viveros que se
adapten a este estilo de tratamiento. Los árboles que más a menudo pue-
den verse como bonsai chokkan son: Cryptomeria japonica, Pinus parvi-
flora y P. thunbergii.

VERTICAL INFORMAL (Moyogi). Este estilo encuadra una gama en la


que pueden incluirse la mayoría de bonsai. Varía desde el «estilo pino»,
con una o dos curvas bien equilibradas en el tronco, al arce o manzano
silvestre de «apariencia natural».

TRONCO DOBLE (Sokan). La «credibilidad» o no de un bonsai sokan


dependerá del grosor relativo del tronco «madre» y del tronco «hijo»,
que poseen una raíz común. Algunos bonsai pueden tener tres troncos
(sankan) o cinco troncos (gokan). Raramente se trabajan árboles de cua-
tro troncos, ya que es un número de difícil equilibrio visual.

INCLINADO (Shakan). Estos bonsai son muy popuJares entre los princi-
piantes que algunas veces colocan en maceta un árbol alto en ángulo, en
un esfuerzo para reducir su altura. El bonsai shakan verdadero, sin embar-
go, debe aparecer equilibrado y sus ramas deben crecer a ambos lados del
tronco.

93
- -- - - - - - - - - MANUAL DE BONSAI - - -- -- - - - --

AZOTADO POR EL VIBNTO (Fukinagashi). Aunque pueda existir algu·


na semejanza superficial con el bonsai shakan, los árboles «azotados por
el viento» se caracterizan por sus ramas, que surgen únicamente de un solo
lado del tronco y siempre en la misma dirección.

TRONCO MúLTIPLE (Kabudachi). Estos bonsai poseen numerosos tron·


cos que surgen de una sola raíz, a la manera de serpollos de ciruelo o de
olmo. Pueden confundirse con el estilo que detallamos a continuación,
ikada. Una variante del bonsai kabudachi es el setsurassari, en que los
troncos surgen de una raíz más sinuosa.

«BALSA» (lkada). Cuando un bonsai tiene la mayoría de sus ramas a


un lado del tronco, puede crearse un ikada colocándolo horizontalmente
en el suelo y tratando las ramas como si fuesen troncos. En su momento
se desarrollarán nuevas raíces a partir del tronco original y puede elimi·
narse el viej9 cepellón.

«ESCOBA» (Hokidachi). Estos bonsai reciben este nombre debido a su


semejanza con una antigua escoba colocada hacia arriba. Algunos tienen
todas las ramas surgiendo del tronco en un solo punto, mientras que otros
poseen una silueta similar pero el tronco se afila suavemente hasta el ex·
tremo del árbol, y las ramas irradian en una secuencia decreciente de
espacio y grosor desde aproximadamente un tercio de la altura total. Casi
todos los ejemplares de bonsai hokidachi pertenecen a la especie Zelkova
serrato, similar al olmo.

CASCADA (Kengai). Como su nombre occidental indica, las ramas del


bonsai kengai caen por el lado de la maceta produciendo el efecto de una
catarata. Estos bonsai normalmente se plantan en macetas hondas, para
proporcionar equilibrio, y se colocan en un lugar elevac!o a efectos de
visión ya que las ramas pueden estar situadas por debajo de la base del
tiesto.
SEMICASCADA (Han kengai). Bastante similar a una forma extrema de
bonsai shakan, el bonsai han kengai tiene el extremo de sus ramas por
debajo del borde de la maceta (que normalmente tiene una cierta profun·
didad) pero no por debajo de su base.
LITERATI (Bunjingi). Este estilo evolucionó a partir del movimiento
cultural conocido como Nanga, seguido por pintores de la escuela del Sur
de paisajistas chinos. Estos pintores eran además estudiosos de la religión,
de la filosofía y de las artes, quienes, ahogados por los formalismos que
rodeaban sus vidas, se convirtieron en contemplativos. Su pintura de ár-
boles muestra la libertad que ellos estaban buscando, con sus troncos alar-
gados aparentemente a la deriva, y con unas pocas ramas colocadas ex·
trañamente, lo que daba al conjunto una apariencia excitante, algo reminis·
cente, para la mente occidental, de la caligrafía oriental.
BOSQUE (Yose-ue). Como su nombre implica, consiste en un grupo de
árboles, normalmente de una misma especie, plantados para representar un
TRATAMIENTO

bosque, un bosquecillo o arboleda. Ocasionalmente se mezclan coníferas


con árboles caducos, y si se realiza con éxito el resultado puede ser muy
llamativo.

ARBOLES ENTRE ROCAS (lshitsuki). Este tipo de bonsai puede reali-


zarse de dos maneras:
(a) Arboles verdaderamente plantados en una roca para crear la apa-
riencia de un terreno rocoso o montañoso. Los árboles o arbustos utilizados
crecen en la roca o en su superficie que se coloca sobre una bandeja plana,
llena de grava fina o de agua.
(b) Se trabaja el árbol de modo que sus raíces desciendan desde la
roca hasta la tierra de la maceta colocada debajo. En los mejores casos las
plantas parecen aferrarse firmemente a la roca, y las raíces son fuertes
y robustas. Los ejemplares más utilizados son ]os Acer buergeranum.

LLORóN (Shidare-zukuri). No es un estilo en sí mismo, sino que lo reci·


ben los árboles que tienen tendencia a caer, como el sauce, tratados en
estilo vertical informal, de tronco inclinado u otros estilos. Este estilo se
aplica casi exclusivamente a los sauces (Salix babylonica) y los tamarindos,
y difiere de la mayoría de otros estilos en que casi todos los brotes laterales
que crecen de las superficies superiores de las ramas se tratan para que
cuelguen, creando así un hermoso efec.to.

BONSAI MINIATURA (Mame). El bonsai miniatura, a pesar de que se


trata en diversos estilos, constituye una categoría importante de árboles
colocados en maceta, que debe considerarse de manera algo distinta al
resto de bonsai de árboles grandes.
En Europa un bonsai mame de cualquier estilo debe estar por debajo
de los 15 cm de altura (18 cm, en los Estados Unidos) y colocado en una
d iminuta maceta. En todos los demás aspectos debe poseer la apariencia
de un bonsai de tamaño normal. Mucha gente trabaja las formas enanas de
coníferas como bonsai mame, pero un cierto número de ellas pierden
sus características de «apariencia de árbol» de la especie y se vuelven muy
compactas, por lo que no son adecuadas para recibir este tratamiento. Los
plantones de hoja pequeña de árboles de tamaño normal son ideales para
este tratamiento y aunque las técnicas para la formación de bonsai nor-
males se utilizan para crear mame, su aplicación es algo distinta.

CRISANTEMOS PERENNES. Los crisantemos pueden tratarse para con·


figurarse en diversos de los estilos bonsai, con floración anual y creando
una nota de color e interés en una colección durante el fina l del verano y
los meses de otoño. Pueden utilizarse variedades de hoja y flor pequeñas
y su cultivo y tratamiento es algo distinto del bonsai creado a partir de
árboles del bosque.

CRISANTEMOS EN CASCADA (Kengai-giku). A pesar de no ser estric·


lamente un auténtico bonsai, ya que c1,tas plantas crecen y se tratan en
un solo año, han venido siendo cultivadas desde principios de este siglo
y se trabajan con gran habilidad en una variedad de formas en cascada.

95 - - - - - - -- - - - --
A. El estilo vertical formal de bonsai
es el único que no se encuentra
en la naturaleza.

B. El estilo recto informal cubre una


amplia variedad de formas de árbol
que se encuentran con frecuencia.

'

C. La longitud, envergadura y ángulo


del tronco menor con relací6n al
mayor es crucial para el éxito
del bonsai de tronco doble. C
D. El estilo de tronco inclinado
parece fácil pero es en realidad
dificil de crear con éxito, ya que a
menudo el equilibrio del árbol
aparece defectuoso.

E. El estilo azotado por el viento


evoca recuerdos de árboles situa-
dos junto al mar, permanentemen-
te inclinados por el viento domi-
nante.

F. Los troncos aparentes del bonsai


en estilo balsa son, en realidad,
las ramas de un único árbol
recostado sobre un lado.

G. A pesar de que el bonsai de


troncos múltiples posee diversos
troncos, el tratamiento es igual
que para un árbol con un solo
tronco.
H. Estilo en escoba básico, con
ramas abriéndose al exterior
desde un punto único, muy en
la línea de un árbol desmochado.

l. Variación del estilo escoba, en


el que las ramas dejan el tronco
en una secuencia que se va
afilando hacia la punta.

J. Bonsai en estilo cascada mos-


trando la dirección colgante del
crecimiento principal.
K. El estilo de raíz sobre roca, o
raíz abrazada a la roca, difiere de
la plantación en roca en que las
raíces de una rama del bonsai
se desparraman por encima y
alrededor de la roca en route
hacia el interior del recipiente
bonsai.

L. Una plantación en grupo está


formada por muchos árboles plan-
tados para crear el efecto de un
bosque.

M. Los árboles con ramas con ten·


dencia llorona se tratan general-
mente en estilo vertical o de
tronco inclinado.

N. Crisantemo tratado en el estilo


bonsai tradicio11al. Su forma debe
establecerse mientras la planta es
joven.
- -- - -- -- - - - MANUAL DE BONSAI - -- - - - - - -- -

Fueron mostradas por primera vez en Gran Bretaña en noviembre de 1930


por Mr. H. Woolman, en la Exhibición de la Sociedad de Crisantemos y
en la Real Sociedad de Horticultura de New Hall, despertando mucho
interés y admiración. Los señores Vilmorin y Andrieux mostraron algunos
años más tarde dichas plantas en exhibiciones en Francia y también las
cultiva en Utrecht el Sr. Budde de los Jardines Botánicos de dicha ciudad.
Dos muestras organizadas por la Real Sociedad de Horticultura reciente-
mente en diversas ciudades de Inglaterra mostraron que todavía existe
gran interés por esta rara habilidad.

TECNICAS DE TRATAMIENTO
El estilo vertical informal. El estilo de bonsai más fácil para el principiante
es el estilo vertical informal o moyogi del tipo de «apariencia natural».
Difiere del vertical formal chokkan en que no deben seguirse tan rígida-
mente unas instrucciones para conseguir un resultado interesante.
El árbol seleccionado debe poseer un tronco vertical. Debe observarse
desde todos los puntos de vista. Si es demasiado alto, su altura puede re-
ducirse cortando la parte superior inmediatamente detrás de una rama de
crecimiento vertical, que entonces puede ser rodeada con alambre para
reforzar su verticalidad. El efecto fina] debe producir un árbol cuyo tronco
se va afilando desde la base hasta el ápice, y este último debe estar en la
vertical del centro de la base del tronco.
La primera rama (la más baja) es muy importante, ya que es la más
larga y gruesa del árbol. Puede estar a la derecha o a la izquierda del
tronco, pero nunca delante o detrás. Está normalmente situada a un tercio
de la altura del árbol. La segunda rama debe estar en el lado opuesto del
tronco en que está situada la primera y por encima de ella. Será ligera-
mente más fina y corta que la primera rama. La tercera rama debe estar
colocada en el lado opuesto a la segunda y a su vez debe ser más fina y
corta. Entre las ramas uno, dos y tres existen ramas traseras que deben
apuntar hacia la parte posterior del árbol, pero ligeramente hacia la dere-
cha o hacia la izquierda para que puedan verse. Deben ser más cortas que
las ramas laterales y de diámetro decreciente, en tanto aumenta su altura
en el tronco. Se acepta el crecimiento frontal de ramas situadas por encima
del nivel de los ojos, pero al igual que las ramas traseras deben apuntar
ligeramente hacia la derecha o hacia la izquierda y nunca directamente.
Deben alternarse hasta el ápice. Los bonsai se trabajan normalmente para
ser vistos con el nivel de ojos situado aproximadamente entre la mitad y
dos tercios de la longitud del tronco, de modo que puede aceptarse la
existencia de ramas frontales en el tercio superior.
Cuando un árbol joven tiene demasiadas ramas, el principiante puede
sentirse tentado de retirar todas las que no estén correctamente colocadas,
pero es mejor conservar la mayoría de ellas durante un tiempo. Su existen-
cia ayudará al desarrollo en grosor del tronco. Las únicas ramas que deben
eliminarse rápidamente cuando se comienza a tratar un árbol son las grue-
sas y toscas ramas superiores, totalmente desproporcionadas, y las ramas
que crecen frontalmente (situadas a la altura de los ojos). Estas últimas
,+x•,
Proporciones correctas de un 6rbo/ bonsai en relación a su maceta.

deben eliminarse mientras son todavía pequeñas, para minimizar las posi-
bles cicatrices que se producirian en la corteza del tronco.
El espacio entre las ramas seleccionadas debe disminuir a medida que
las ramas son más delgadas y pequeñas. Ello proporcionará el efecto de un
árbol bien equilibrado y proporcionado. El ángulo que se seleccione afec-
tará a la apariencia final del árbol. En general, todas las ramas de un bon-
sai se inclinan en un mismo ángulo, bien sea con inclinación hacia abajo,
horizontal o hacia arriba. Excepcionalmente algunos árboles poseen ramas
inferiores que se inclinan hacia abajo, cambiando a una posición horizon-
tal en tanto se sube por el tronco y finalmente, en el ápice, apuntando hacia
arriba, creando el efecto de un árbol joven y de vigoroso crecimiento.

El estilo en cascada. Cuando el coleccionista ha trabajado con fortuna un


cierto número de árboles en el estilo vertical infonnal, se siente muy a
menudo inclinado a trabajar un estilo en contraste. El estilo de trata-
miento en cascada ofrece algo totalmente distinto. El material inicial debe
ser un árbol joven, de tronco largo y flexible, o un árbol más viejo que,
a pesar de que su hábito de crecimiento normal sea vertical, por circuns-
tancias imprevistas ha crecido de forma contraria. Arboles de este tipo
pueden encontrarse en laderas de colinas en que se haya producido un
desprendimiento, Jo que habría desalojado los árboles de su lugar babi·
tual. Sobreponiéndose a este trauma, los árboles han continuado creciendo
pero adoptando formas extrañas y a menudo atractivas.
En los centros de jardinería puede encontrarse un buen surtido de ár-
boles adecuado para su tratamiento en cascada. Jóvenes árboles que crecen

101
Primer plano mostrando detalles del alambrado de un Acer palmatum criado en
un plantel y tratado en estilo cascada.

en macetas y también arbustos pueden ser derribados accidentalmente.


Algunas veces nadie se da cuenta de ello hasta pasado un cierto tiempo y
para entonces se han desarrollado en una forma decididamente inclinada,
que puede muy bien adaptarse al tratamiento bonsai en cascada.
Tras seleccionar el material inicial, este debe ser colocado en un tiesto
redondo y profundo. Puede ser ventajoso utilizar un tiesto algo grande,
ya que los árboles en posición de cascada crecen con mayor lentitud que
los verticales.
Debe estudiarse detenidamente la colocación de la maceta del bonsai
en cascada. Ya que el árbol cuelga por encima del borde de la maceta,
no puede colocarse en el suelo o en una mesa corriente. Si se coloca en
una estantería corre el peligro de que accidentalmente pueda volcar, y por
lo menos durante el período creativo no es fácil el hacer girar el árbol.
Quizá lo más adecuado sea utilizar una estructura parecida a una jaula que
disponga de algún tipo de sujeción para un tiesto alto.
Una vez el árbol se ha habituado a la maceta, está listo para el trata-
miento, aunque este implique una remodelación completa o enrollamiento
de alambres o quizá conlleve menos trabajo dado su conveniente forma
inicial.
La cascada formal tiene un ápice creado a partir de una rama adecua-
da situada cerca de la base del tronco. Al crecer vertical, forma una
corona al bonsai en cascada, mientras que el tronco principal continúa a lo
largo de la maceta, generalmente separándose algo de ella antes de girar
otra vez, de modo que el follaje final colocado en el extremo de la cascada
está verticalmente debajo del ápice. Cuando se observa de frente, una línea

102
Juniperus chinensis importado del Japón en 1961, y ahora de alrededor de 90
años, tratado en el estilo de semicascada. Está plantado en una maceta Yamaki
honda y cuadrada magníficamente adecuada para este estilo de bonsai.

vertical descendente desde el ápice hasta el extremo parece pasar a través


del centro de la base del tronco y por el centro de la maceta.
La inclinación de las ramas colocadas en la corona y en la cascada
debe ser similar y por lo general ligeramente descendente, y el entramado
de las ramas debe ser similar al de Jos árboles. verticales. Es aceptable, sin
embargo, que en la zona de cascada una parte del follaje de las ramas
laterales cruce p or delante del tronco.
A pesar de lo que acabamos de decir, un árbol no debe necesariamente
tener una corona formada a partir de una rama adecuada para poder ser
tratado en el estilo de cascada. Una cascada vertical puede crearse sin
corona, teniendo el tronco que emerge por encima del borde del tiesto
una inclinación casi vertical, que puede o no girar ligeramente hacia arriba
en su base.

El estilo en semicascada. Un árbol con corona y con un tronco bastante


corto pero en cascada puede tratarse como semicascada. En este estilo,
el tronco en lugar de caer casi verticalmente por encima del borde de la
maceta tiende a seguir la ligera inclinación colgante de la ramas de corona,
su extremo colocado por encima de la base de la maceta. Los bonsai en
semicascada no suelen colocarse en tiestos tan profundos como los de
cascada y, ya que su extremo no se encuentra por debajo de la base de la
maceta, pueden colocarse en un estante o en una mesa para su observa-
ción y tratamiento.

103
U N GRU PO DE HAYAS
Fagus crenata
(Haya del Japón)

Este grupo de árboles, el único propiedad de la autora que no fue agru-


pado por ella, fue importado del Japón en 1978. Es un ejemplo muy in-
teresante de las diferentes habilidades que pueden utilizarse en la agrupa-
ción de árboles, mostrando el efectivo uso de cantidad, tamaño, forma,
color y textura para la formación de un cuadro completo.
Los árboles tienen unas edades que varían entre los 20 y los 40 años.
Una poda regular ha asegurado que no existan cicatrices que enturbien
los suaves y blancos troncos, un punto importante a tener en cuenta cuando
se cree un grupo que va a tener su mejor momento en invierno. Estos
troncos poseen un marcado color y una textura en contraste con los brotes
de un rico color marrón, y de afilados extremos. El grupo ha sido diseñado
para crear el efecto de un bosque natural, con los árboles menores incli-
nándose hacia fuera, y los más grandes y fuertes casi verticales.
Cuando el grupo produce bojas, debe realizarse su poda con mucho
cuidado. No debe permitirse a los brotes desarrollar más de una o dos
hojas, de lo contrario se perdería rápidamente el efecto leñoso. Las hojas,
cuando están verdes, son menores y más finas que las del haya común,
Fagus sylvatica, lo que convierte a la F. crenata en muy adecuada para el
bonsai. En otoño el follaje se torna de un bello tono amarillo dorado antes
de tomar el marrón usual de los setos de hayas. Permanecen en el grupo
durante los meses de invierno antes de caer en primavera, al tiempo que
aparecen nuevas hojas.
El grupo es engañoso en cuanto a su tamaño, ya que parece menor de
lo que en realidad es. Normalmente tiene una altura máxima de 68 cm y
una anchura de 80 cm y está plantado en un contenedor kataoka oval,
plano, de color marrón, cuyas curvas limpias y suaves y discreto color no
presentan ninguna distracción de la compleja belleza de la planta. Se exhi-
be regularmente, casi siempre en otoño o invierno, pero todavía no ha
recibido nombre alguno.
UN GRUPO DE HAYAS

Fagus crenata
(Haya del Japón)
"EL GRAN MANZANO"
Malus
(Manzano silvestre)
"EL GRAN MANZANO"
Malus
(Manzano silvestre)

Este interesante bonsai fue comprado a un coleccionista privado algunos


años atrás. Este coleccionista lo había importado del Japón anteriormente,
pero no Jo había exhibido nunca, ya que sus bellas flores aparecían dema-
siado pronto para coincidir con las muestras importantes.
Informes realizados por expertos sugerfan que este ejemplar podía ser
alguna forma de Malus sylvestris, pero al examinar las flores al año si-
guiente esta teoría quedaba en entredicho. Podría tratarse de un híbrido
natural o de una variedad japonesa poco conocida.
El poseer un bonsai semejante y no poder mostrarlo era una frustración
demasiado grande para la autora de modo que pensó en la forma de solu-
cionarlo. Podó fuertemente el árbol, ya que sus ramas eran demasiado
largas y, menos cuando tenfan hojas, daban una impresión de descuido.
Seguidamente, y durante un cierto tiempo, se le podó sólo lo mínimo
necesario, y a su debido tiempo formó yemas de llores. Era el invierno del
año 1979.
Durante el invierno de 1979/80 se colocó en el lugar más frío del
jardín. Durante el mes de marzo se metió en un refrigerador, cuando las
yemas de las flores estaban hinchándose. Se controló la temperatura en
tanto las yemas se desarrol1aban, manteniéndola entre 0,5 y 3,5ºC. Se exa-
minaba el árbol cada día y se sacaba del refrigerador para regarlo, apro-
ximadamente una vez a la semana, o se suministraba abono, ya que había
sido fuertemente alimentado en el otoño en preparación del proceso que
debía seguir. Cuando finalmente el bonsai ya no necesitaba más refrigera·
ción se colocó durante toda una noche en una habitación fresca para ca-
lentar la tierra de la maceta, y previamente se había regado. Seguidamente
se le trasladó a la Muestra Floral de Chelsea ( «Chelsea Flower Show»),
donde los capullos se abrieron, exactamente como se había planeado. Tras
la exhibición estuvo a la intemperie durante 18 meses antes de ser nueva-
mente expuesto, esta vez con u11 importante despliegue de manzanas silves-
tres, en el otoño de 1981.
La edad del árbol es desconocida y sus dimensiones son grandes. Su
altura actual es 1 m y normalmente está envasado en una maceta Kataoka·
warc rectangular no vidriada de un color marrón rojizo, de 52,5 X 36 X
13 cm. El perímetro del tronco es de 30 cm, medido a 2,5 cm por encima
del nivel del suelo, por tanto quizá no sea sorprendente que el árbol haya
sido irreverentemente llamado «El Gran Manzano» ( «The Big Crab») por
su dueño. Cuando está en flor o cuando porta sus bellos frutos, parecidos
a manzanas, bien coloreados y proporcionados, es espectacular.
- -- - -- - - - -- MANUAL DE BONSAl - - - - - - - - - --

La cascada en salto de agua. Otra variante de la cascada es la de salto de


agua. Como su nombre implica, en este estilo se quiere dar la impresión
de una cascada de agua, y se crea tratando un árbol de tronco muy corto
del que surgen un cierto número de guías más o menos iguales. Se trabajan
todas ellas con inclinación colgante y se planifica una estructura de ramas
considerando todas las guías en cascada como una unidad y seleccionan-
do las ramas laterales adecuadas para su tratamiento, sin importar de
dónde surjan. El bonsai en este estilo puede resultar bastante dramático y
el lograr una cascada en salto de agua muy larga puede ser una recom-
pensa especial para su cuidador.

Plantación en grupo. El principiante puede tratar de cultivar una parte


de sus árboles a partir de semillas. De los plantones resultantes, unos
pocos se desarrollarán de manera que sugieran un particular estilo de trata-
miento. Otros, cuyo futuro no es tan obvio, puede dejarse que crezcan en
macetas de tratamiento, podándolos de vez en cuando para evitar un cre-
cimiento excesivo, pero sin trabajarlos mucho más. Un grupo de árboles
como estos proporcionan al coleccionista la oportunidad ideal para tratar
de lograr un grupo de plantación de bonsai. Puede consistir en tan sólo
tres árboles juntos, o hasta 30 o más en una sola maceta. Cuando no hay
más de unos 15 árboles es preferible evitar los números pares. Con más
árboles, al crearse una impresión de bosquecillo, esto es menos importante.
Los grupos de árboles trabajados como bonsai se plantan siempre en
recipientes muy planos, denominados normalmente bandejas. Algunas ve·
ces se ven grupos de árboles plantados sobre una pieza plana de pizarra
que, si se elige para crear un efecto equilibrado con los árboles, puede apa-
recer como muy impresionante. En tal tipo de plantación, se trata la pi-
zarra como si fuera un tiesto. Para formar «bordes» suele utilizarse wrn
mezcla de arcilla (normal), turba rubia y agua, que forma una pasta pe-
gajosa. Se aplica luego en los lugares adecuados de )a pizarra. Debe pre-
sionarse lo más posible en la pizarra y luego darle forma de modo que
en los Jados más cercanos de la pizarra la mezcla se incline para unirse con
la pizarra y el otro lado será vertical para retener la tierra. La plantación
se realiza de la manera normal y, cuando se ha terminado, la tierra y la
mezcla de arcilla deben cubrirse con musgo, que en principio puede suje-
tarse con alambres en forma de U.
No es normalmente necesario el practicar agujeros de drenaje en reci-
pientes de pizarra o de piedra arenisca.
A pesar de que pueden tratarse grupos compuestos por dos o más tipos
de árboles, es muy difícil de lograr resultados positivos, y se aconseja al
principiante que construya sus primeros grupos utilizando una sola espe-
cie. Algunos árboles se adaptan mejor a este tipo de crecimiento, en par-
ticular la Zelkova serrata, el haya japonesa o inglesa (Fagus crenata y syl-
vatica, respectivamente), arces (Acer), entre los árboles caducos, y pinos,
enebros, alerces y criptomerias entre las coníferas. Los plantones de las
distintas especies pueden presentar gran variación en el tamaño de hojas,
en su color y forma, y deberá realizarse una selección adecuada para for-
mar un grupo de árboles que se asemejen al máximo entre sí. Sin embargo,
los plantones, aunque se acoplen bien· en todos los otros aspectos, deberán

108
TRATAMIENTO

ºo o
o
o
o

Plano y vista elevada de un bonsai de plantación en grupo. Nótese que los árbo-
les con troncos más gruesos deben ser también los más altos y situados más
· cerca de la parte frontal del grupo.

ser de diferentes tamaños. Cuando realiza un grupo de árboles, el cultiva-


dor está creando un bosque y no una línea de árboles verticales.
No debe situarse el punto focal del grupo centrado en la bandeja, sino
un poco hacia la derecha o hacia la izquierda del centro y detrás del eje
transversal de dicha bandeja. La perspectiva es importante ya que, en el
espacio de pocos centímetros, se ha de crear una sensación de gran pro-
fundidad. Ello se consigue colocando el árbol más alto (que también debe
poseer el tronco más grueso) al frente del grupo, los árboles de tamafio
mediano un poco apartados y los árboles menores (y con troncos más finos)
al fondo. Sin embargo, si se utiliza un cierto número de árboles, resulta
por lo general más efectivo agrupar los más grandes cerca de uno de los
lados de la bandeja, y los árboles menores formando otro grupo más cen-
tralmente situado pero con un espacio vacío entre ellos y también al otro
lado de la bandeja. Arboles muy pequeños pueden utilizarse en la parte
trasera para dar un efecto de distancia. Los árboles situados en el extremo

109
- - - -- - - - -- - MANUAL DE BONSAI - - - - - - - - - - -

del grupo pueden inclinarse ligeramente hacia fuera, sus ramas exteriores
extendiéndose en el espacio. Ello proporciona una sensación de realidad,
ya que los árboles de tamaño natural que crecen en los bosques crecen
hacia la luz.
La plantación de un grupo puede tomar un cierto tiempo, debido a lo
complicado de mantener cada árbol en la posición correcta y el hecho de
que existe poco espacio entre ellos para permitir el movimiento de las
manos. Sin embargo, el tiempo que se les dedica queda compensado
cuando se contempla el resultado final, que es mejor si se ha tenido la
precaución de contornear la superficie de la tierra para realzar el efecto
global. Normalmente el punto más alto estará situado detrás de los árboles
más altos, descendiendo hasta los árboles más pequeños en la zona lateral
y trasera y en los extremos del recipiente.
Para completar el efecto, debe cubrirse cuidadosamente el suelo con
musgo. Es más efectivo el utilizar un musgo más oscuro bajo los árboles
pero no es en reaJidad necesario el colocar piedras, grava, pequeñas figu-
ras u otros artefactos para sugerir una escena. La plantación debe ser lo
suficientemente realista y bella en sí misma. ¡Dejemos que la imaginación
sea la que sugiera algo más!

Otros estilos. Los principios dados para plantación en grupo también se


aplican a troncos múltiples, balsas y otros estilos de bonsai, que depen-
den en realidad para lograr su efecto de un número de troncos. Se verá
que el método de trabajo es una combinación de las normas para la plan-
tación en grupo y de los principios de tratamiento para el bonsai vertical,
formal o informal.

Bonsai estilo balsa. El bonsai en estilo «balsa» sigue los prine1p1os de


la plantación en gr1,1po, pero es más difícil de realizar ya que los «árbo-
les» son ramas de un soto árbol, unidas por su tronco, que ha desarrollado
raíces a lo largo de éste. Debe estudiarse cuidadosamente el árbol a elegir
para este tratamiento, siendo el más adecuado aquel cuyas ramas crecen

A. Preparación de un bonsai para su tratamiento en estilo balsa. B. El árbol


cuando las raíces se han desarrollado a partir del tronco y con el vieio cepellón
elinúnado. Ahora está listo para recibir el tratamiento en las ramas.

llO
Ejemplar de 100 alios de Junipcrus chinensis tratado en el estilo balsa.

mayormente hacia un solo lado del tronco y cuyas ramas inferiores no son
demasiado grandes.
En principio el árbol seleccionado debe tumbarse sobre un lado y es-
tudiarse, y deben eliminarse las ramas de crecimiento inferior que no son
necesarias, o las ramas pequeñas e insignificantes. También puede elimi-
narse el crecimiento que pueda existir en el tercio inferior de las ramas
restantes. Si se necesita colocar alambres debe hacerse en este momento,
y se trabajará cada rama por separado. Debe prepararse una caja honda
de madera, lo suficientemente larga para contener el árbol echado sobre
un lado y su cepellón.
Pueden practicarse hendiduras en diversas zonas de la corteza de la
parte inferior del tronco y tratarse las áreas cortadas con polvo de enraizar
para ayudar a estimular el desarrollo de raíces. Entonces debe colocarse
el árbol en la caja, de modo que su tronco se sitúe horizontalmente. Se
añade tierra, que debe ser muy arenosa, hasta que el tronco se halle cu-
bierto por 2,5 a 5 cm con las ramas asomando a través de la tierra.
El tiempo necesario para el desarrollo suficiente de raíces a partir del
tronco, que permita soportar el crecimiento de las ramas sin ayuda del ce-
pellón original varía según el tipo de árbol. Árboles como el arce nece-

111
Este Pinus thunbergii tiene la apariencia de una plantación en balsa, pero, en
realidad, es una composici611 de tres árboles separados plantados por la autora
en 1979.

sitarán de uno a dos años, mientras que un pino blanco japonés puede
tardar de cinco a diez años. Durante el período de espera, debe dedicarse
mucha atención a las ramas, desde colocarles alambres hasta podarlas
y recortarlas.
Cuando se hayan formado las raíces suficientes para soportar el cre-
cimiento, puede retirarse un extremo de la caja y cortar el cepellón.
Seguidamente se vuelve a colocar el extremo de la caja y la «balsa» re-
cién creada puede dejarse en la caja durante un tiempo para asegurar
la operación. Entonces puede retirarse y envasarse en una caja plana de
tratamiento o en una bandeja adecuada. No debe tratarse de realizar un
tratamiento intensivo hasta que el árbol se ha habituado a su nuevo reci-
piente, pero las ramas, si están colocadas en posición, pueden ser despoja-
das del alambre y realizar en eUas los recortes necesarios.

Plantación de bonsai en roca. En total contraste al método anterior de tra-


tamiento de árboles se halla la técnica de plantarlos sobre una roca, de
modo que sus raíces parezcan abrazar la roca antes de desaparecer en

112
TRATAMIENTO

la tierra. La mayoría de coleccionistas de bonsai compran rocas adecuadas


y tienen una selección de las mismas en su jardín, de modo que cuando
necesitan utilizar una de ellas está bien trabajada por la intemperie.
Puede utilizarse casi todo tipo de árboles, pero el arce, especialmente
el Acer buergeranum, produce resultados muy rápidos. El árbol ideal es
joven y vigoroso con muchas ramas inferiores y raíces largas. Si no las
tuviera pueden ser inducidas plantando el árbol en una caja muy profunda
o incluso directamente en el suelo durante aproximadamente un año.
La roca ideal es dura y no se desmenuza, con una textura interesante,
preferentemente oscura en color y sin simetría en la forma. Mientras que
una roca pequeña es de más fácil manejo, debe recordarse que el árbol
crecerá y la roca no y por lo tanto debe seleccionarse una roca adecuada.
Debe retirarse la tierra de las raíces del árbol y debe estudiarse este
juntamente con la roca para decidir los senderos que deben seguir las
raíces. Cuando esto se haya decidido, debe retirarse el árbol, proteger sus
raíces cubriéndolas con una mezcla de musgo esfagno húmedo o similar
para impedir que se sequen y preparar la roca para la plantación.
Las raíces deben fijarse con alambres, que deben asegurarse en puntos
adecuados de la roca. Para ello pueden doblarse por la mitad longitudes
de 10 cm de cable y asegurarlas a la roca con resina dejando los extremos
libres. Alternativamente, si la roca tiene muchas fisuras, una pequeña pieza
de plomo puede colocarse en la mitad de cada trozo de alambre e introdu-
cirse en la fisura utilizando un punzón. El plomo que cubre algunos cor-
chos de botellas de vino o de alcohol es muy indicado, y tiene un grosor
que permite trabajarlo con facilidad.
Antes de colocar el árbol en la roca, prepárese una mezcla de arcilla
natural y turba, añadiendo agua hasta que esté muy pegajoso. Cuando la
mezcla está lista, colóquese el árbol en la roca y las raíces en posición
utilizando alambres. No corte el extremo demasiado largo de los cables.
Es útil el dejarlos doblados a un lado, lo que facilita mucho la posterior
retirada del alambre.
Ahora debe cubrirse hasta una altura de alrededor de l cm, con la
mezcla anteriormente preparada de turba y arcilla y la base de la roca,
con los extremos de las l'aíces colgando hacia abajo, se coloca en un re-
cipiente de tierra, que cubre los extremos de las raíces. La zona de arcilla
expuesta finalmente se cubre con musgo esfagno, que debe asegurarse en
pl')sicic'\n con una cuerda o con bramante. Debe dedicarse mucha atención
al áruol durante un período de un mes a seis semanas para asegurarse de
que no se ha visto negativamente afectado por la perturbación de las raíces
y entonces puede tratarse como un bonsai normal.
Alrededor de un año después, dependiendo del tipo de planta que se
esté tratando, debe retirarse el musgo y debe eliminarse también, utilizando
agua, la mezcla de arcilla y turba para poder realizar un control de las
raíces. Puede realizarse cualquier ajuste que sea necesario y recubrir de
nuevo la roca, o, si ello no es necesario, puede seleccionarse una maceta
adecuada y trasplantar el árbol. Estas operaciones resultan más efectivas si
existen unas pocas raíces gruesas y no muchas y pequeñas. A través de los
años pueden irse eliminando las raíces insignificantes para lograr el mejor
efecto.

113
Bonsai tratado en el estilo agarrado a la roca. Lleva ya muchos años establecido.

Otra forma de utilizar rocas, es plantar un árbol o varios árboles en


una de ellas con orificios y grietas naturales, utilizando la roca como reci-
piente. El efecto resultante puede necesitar una combinación de las habili-
dades necesarias en el tratamiento de árboles en grupo, plantación de ár-
boles con raíces abrazando las rocas y tratamiento de bonsai vertical. De
principal importancia es la selección crítica de la roca y de los árboles a
utilizar con objeto de crear un paisaje montañoso o algo similar, pero el
riego puede significar un problema importante en este tipo de bonsai. Los
árboles frecuentemente crecen en una muy pequeña cantidad de tierra y
en tiempo caluroso puede secarse muy fácilmente. Colocar la roca entre
grava húmeda o en una bandeja plana llena de agua puede ayudar a man-
tener la roca fresca y proporcionando un microclima húmedo, pero debe
mantener:.c una estricta vigilancia para detectar signos de sequedad.

t 14
TRATAMIENTO

Pinus parviflora creciendo sobre una roca de toba. La forma del árbol se ve
realzada por la roca angulosa.

Bonsai en toba. La roca de toba se usa frecuentemente para varios tipos


de plantación. La toba es una piedra caliza sedimentaria que, sin embargo,
puede utilizarse para plantar incluso plantas que no soportan la cal como
son, por ejemplo, los rododendros. Es blanda y porosa, y, cuando está
recién cortada, se trabaja fáci lmente con un cincel, destornillador o herra-
mienta similar. Su apariencia es parecida a la de una esponja, y cuando
está curtida por la intemperie posee un muy atractivo color gris cálido.
En principio un coleccionista puede probar experimentando el creci-
miento de un árbol en toba, utilizando ésta en lugar de una maceta. Tales
bonsai son muy atractivos, sus raíces superficiales radian por encima de
la roca antes de desaparecer en su interior. Tras muchos años, las raíces
del bonsai pueden quebrar o romper la roca pero ello, lejos de represen-
tar una preocupación, meramente proporciona una interesante oportunidad
de presentar el bonsai de una forma diferente. La toba puede utilizarse,
sin embargo, en formas mucho más excitantes, creando una gran variedad
de efectos.
Por ejemplo, el entusiasta de bonsai puede desear crear una escena de
montaña con toba. Es una actividad agradable para la primavera y su
efecto es casi inmediatamente aparente y apreciado. Un número de árboles
son adecuados para este tipo de trabajo. Entre las coníferas existe una
amplia gama: enebros, píceas (Picea jezoensis) y otras especies y varieda-
des de Picea y Abies. Existe una mayor libertad de elección que con los

115
- -- - - - -- - -- MANUAL DE BONSAl - - - - - - - -- - -

bonsai tradicionales y es aceptable el utilizar para este propósito coníferas


enanas, posiblemente en combinación con tratamiento bonsai. Las plantas
alpinas también dan buenos resultados y en la página siguiente encontrarán
otras sugerencias de plantas adecuadas para este tratamiento.
La preparación de toba para plantar es un proceso simple. La roca
elegida debe limpiarse con una manguera para despojarla de partículas
de roca alojadas en cavidades y grietas. Es entonces cuando muestra su
«grano» con más prestancia. Seguidamente debe colocarse la roca en La
posición adecuada, y si su base no es Jo suíieientcmentc plana. puede tra-
bajarse con un ladrillo, una lima o un objeto similar áspero y duro. Si la
roca es demasiado grande para su fácil manipulación, debe colocarse en su
posición definitiva antes de efectuar la plantación ya que si después debe
levantarse sobre sacos o rodar sobre sí misma pueden resultar dañadas las
nuevas plantas.
Una vez la roca está colocada en su posición, deben reunirse las plan-
tas a utilizar y estudiarlas de modo que pueda resaltarse cualquier carac-
terística especial que puedan poseer. El principiante puede caer en la tram-
pa de hacer lo obvio, es decir, el poner un árbol alto en el punto más allo
de la roca y un árbol llorón a un lado, utilizando las cavidades natura-
les de la roca para plantar sin considerar adecuadamente su posición. Si se
presentan tales ideas, es mejor el reconsiderarlo y tratar de sujetar un
árbol alto, delgado, detrás de la roca, pero no en su cima; o un árbol
llorón en una ladera ascendente que luego cae. Esta posición estimula
mucho más la imaginación del observador, parece más natural y es, en ge-
neral, más satisfactoria.
Cuando se ha decidido la ubicación de la primera planta, deben prac-
ticarse algunos orificios en la toba. Se hacen fácilmente con un viejo cincel
o con un destornillador, y con ayuda de un martillo muy ligero. Los orifi-
cios no es necesario sean tan grandes como las macetas de las que pro-
vienen las plantas, ya que se eliminará una considerable cantidad de tierra.
La plantación incluye el colocar en el orificio las raíces del árbol, procu-
rando dañarlas lo menos posible. El envolver las raíces en un tubo de
papel facilita este proceso y una vez están colocadas puede retirarse el
papel. Debe añadirse tierra seca con ayuda de una pequeña paleta o verte-
dor de papel e introducirla entre las raíces con ayuda de un palillo. Cuando
se ha rellenado el agujero, puede añadirse un poco de musgo en la superfi-
cie, presionándolo luego y manteniéndolo en posición mediante unos alam-
bres doblados mientras sea necesario. Si la plantación debe realizarse en
una superficie vertical, antes de colocar el musgo debe aplicarse una mez-
cla muy pegajosa de arcilla, turba y agua para evitar que la tierra vaya
cayendo del agujero. Cuando se ha terminado la plantación en toda la roca,
áebe regarse con un vaporizador fino para humedecer el suelo alrededor
de las raíces de las plantas.
Los árboles bonsai plantados de esta forma deben tratarse en la misma
forma que los árboles plantados de manera convencional. Requerirán, sin
embargo, un menor recorte de sus hojas ya que el crecimiento es más lento
y menos espeso cuando las plantas crecen sobre toba. Si se utilizan coní-
feras enanas, deben ser capaces de cuidar de sí mismas si se han seleccio-
nado correctamente para sus hábitos de crecimiento, pero quizá pueda

116
TRATAMIENTO

ser conveniente el realizar ocasionalmente una eliminación con los dedos


de algunas yemas.
Para mantener la plantación en buena salud, debe regarse la roca en
tiempo seco; y durante la estación de crecimiento puede ocasionalmente
aplicarse un ligero tónico alimenticio, humedeciendo toda la roca y no
sólo las zonas con plantas.
Las plantaciones en rocas de toba tienen diversos usos. Son regalos
ideales para personas que gustan de las plantas, ya que son originales,
atractivas y de fácil mantenimiento, y también pueden utilizarse como
premios en sorteos efectuados por los clubs de bonsai como medio para
recaudar fondos. Una pieza grande, bien plantada, puede hacer que un
jardín con una zona frontal poco atractiva aparezca como muy interesante,
aunque simplemente esté colocado en un «estanque» de grava dentro de
una «mar» de bloques de cemento.
Las plantaciones de toba pequeñas pueden colocarse en agua poco pro-
funda o en grava húmeda. Nunca debe colocarse directamente sobre la
tierra, ya que durante los períodos de lluvias puede ser salpicada por barro,
perturbando su apariencia. La colocación sobre hierba presenta el proble-
ma de la dificultad de cortarla alrededor de la roca.

Coníferas enanas y otras plantas para su plantación en toba. Entre las


coníferas enanas recomendamos las siguientes, ya que son plantas de fácil
mantenimiento y elegidas por sus hábitos de crecimiento y su follaje: Juni-
perus communis compressa, el enebro utilizado por Noé en su Arca, una
planta de crecimiento muy lento que posee una forma delgada, parecida
a la llama de una vela y un follaje fino, del tipo de aguja. El /. recurva
coxii posee un follaje similar al J. rígida pero es de una forma enana y
tiene un hábito llorón. Cuando se necesite algo más espeso, elíjase el
Chamaecyparis obtusa nana gracilis. Para crear el mismo efecto, existen
algunos arbustos de hojas anchas que pueden asumir forma de árbol.
La utilización de dafnes o rododendros permitirá que una plantación en
roca posea flores de diversos colores y diversas épocas de floración, de-
pendiendo de las especies elegidas.
Las plantas alpinas que pueden utilizarse son muchas y diversas y no
tenemos intención de incluir aquí una lista exhaustiva, sino proporcionar
algunas ideas que pueden desarrollarse ulilizando libros de referencia. En
follaje plateado existen plantas tales como antenarias, raoulias, y las heli-
crisas, más pequeñas. Merece aquí mención especial el género Saxifraga,
ya que tiene gran interés en la plantación de rocas, bien sea por sus rose-
tas incrustadas de plata, sus musgosos manojos de flores blancas, amarillas
o rosadas o los rosetones verdes de la especie, que pueden utilizarse admi-
rablemente como contrapunto a otras plantas. Otras variedades que me-
drarán en la toba incluyen las androsáceas más pequeñas y drabas y algu-
nas de las variedades menores del Dianthus.

Tratamiento del bonsai mame. El bonsai mame requiere un hábil tratamien-


to y es un desafío para el cultivador de bonsai. La mayoría se cultivan a
partir de semillas o esquejes o plantones silvestres, a pesar de que ocasio-

117
Forma de 12 años de edad de Juniperus chinensis cineria. Este ejemplar tiene
ta,i sólo 15 cm de altura.

nalmente pueda encontrarse un verdadero árbol silvestre diminuto y viejo


y eventualmente envasarlo como mame bonsai.
Normalmente las semillas se plantan directamente en un tiesto dimi-
nuto. Los esquejes, una vez han echado raíz, se trasplantan, pero una vez
habituados en el tiesto mame, todos los árboles deben cortarse a princi-
pios de la estación de crecimiento para fomentar el crecimiento enano y
la estratificación de ramas. Durante dos o tres años, deben eliminarse
los brotes laterales, tras lo cual puede permitirse que crezcan. Tal trata-
miento producirá un árbol mejor proporcionado.

118
'l'IUTAMIENTO

El defoliado de los árboles caducos debe realizarse en verano, indu-


ciendo una segunda generación de hojas que serán menores y con más
bellos tonos otoñales. Ello también impide el crecimienlo de broles de
verano y es una ayuda para mantener el diminulo lamaño de eslc bonsai.
El arce japonés y la Zelkova serrata son muy adecuados para el mame
bonsai. Las Zelkova se lratan normalmente en el estilo «escoba». Para ello,
un plantón colocado en su diminuto envase debe tener su brole alado a
una pequeña caña para asegurar un lronco ereclo. La corona del árbol
se trata eliminando con los dedos repetidamente sus broles. El defoliado
(dejando el tallo) puede llevarse a cabo dos o tres veces si el árbol es
vigoroso. EUo induce un crecimiento frondoso. Las ramas de un árbol
tan pequeño pueden tratarse doblándolas con los dedos, no siendo nece-
sario utilizar alambres. Los arces se tratan en forma similar, pero las
hojas se eliminan una sola vez durante el verano.
La conífera Cryptomeria japonica, a pesar de ser un árbol vigoroso
que alcanza una considerable altura en su Japón nativo, puede tratarse
rápidamente para formar un excelente mame bonsai de estilo erecto for-
mal. Un plantón de criptomeria puede ser inducido a ramificarse den-
samente eliminando la guía con todas sus ramas en mitad de la primavera.
Del árbol brotarán muchas ramas nuevas antes del fin del verano, y du-
rante la siguiente primavera deben seleccionarse tres de las ramas inferio-
res para su mantenimiento. Estas se convertirán en las ramas inferiores
derecha, izquierda y trasera del árbol, y sus posiciones determinarán su
definiliva íorma. Todas las demás ramas y la guín deben eliminarse de
nuevo y debe eliminarse con los dedos los nuevos brotes de las ramas se-
leccionadas, con el fin de lograr una forma adecuada. Durante la siguiente
estación deben seleccionarse las ramas que se desea retener, completando
la estructura de ramificación del bonsai, y a partir de ahí la criptomeria se
trata y desarrolla eliminando con los dedos el nuevo crecimiento. De este
modo, puede obtener un mame bonsai de bello colorido y bien desarrollado
en un período de alrededor de cinco años.
La especies de Juniperus se convierten en atractivas miniaturas, ade-
cuadas en diversas formas y en invierno proporcionarán un agradable con-
traste a los desnudos árboles caducos. Como en tamaños mayores, pueden
tratarse en diversos estilos.
En un bonsai muy diminuto, las flores y las bayas pueden constituir
una característica sorprendente y excitante. Existe un cierto número de
árboles y arbustos que florecerán y darán fruto desde una edad muy tem-
prana, entre los que destacan 1a Pyracantha angustifo/ia y la P. coccinea.
Ambas echan raíces rápidamente a partir de esquejes y muy pronto pro-
ducen sus diminutas flores blancas y brillantes frutos. Las Pyracantha y
también los Cotoneaster son efectivos cuando se tratan en estilo cascada,
que disminuye el hábito de crecimiento angular.
Existen diversos tipos de azaleas Kurumc adecuadas para tratamiento
bonsai. Las formas de hoja pequeña pueden propagarse a partir de esque-
jes y las plantas resultantes florecerán a los dos o tres afios de edad. Taro,
bién los tamarindos son atractivos como bonsai llorones. Para bonsai mame
el Tamarix juniperina de temprana floración (mayo) es más fácil de tra-
bajar que los tipos que florecen más tarde que, ya que florecen en el

119
Muchas plantas tratadas en estilo cascada pueden verse en esta bella exhibición
de crisantemos instalada por el Borough de Slough en una de las muestras en
Westmi11ster de la Real Sociedad de Horticultura.

período normal de floración del año, estarán bastante desordenados y de-


saliñados en el momento de floración. Ello puede ocurrir también con la
T. juniperina (a pesar de que florece en madera vieja) pero puede evitarse
con mayor facilidad.
Una característica del mame bonsai es la posibilidad de crear un efecto
casi instantáneo con material adecuado, ya que plantones interesantes pue-
den colocarse en una maceta e inmediatamente parecerán atractivos. Desde
luego, tales árboles mejorarán muchísimo con su tratamiento posterior,
pero ya que su atractivo es tan inmediato, el tiempo de tratamiento puede
proporcionar gran placer a su dueño.
El cuidado, estado de salud y colocación en maceta del mame bonsai
varía algo de las necesidades de los otros tipos de bonsai y de ello se trata
en el capítulo 4 (ver pág. 67).

Crisantemos perennes. Los crisantemos, cuando se tratan como bonsai,


difieren en un aspecto esencial de la norma, en que es importante el hacer
crecer la planta hasta su tamaño final y forma en el primer año. Una vez
que el tallo del crisantemo se convierte en leñoso es muy difícil que con-
tinúe desarrollándose, por lo tanto durante el primer año hay que poner
interés en conseguir un ejemplar con forma adecuada. Los esquejes se
toman en noviembre y se enraízan en turba y arena en un invernadero.
Una vez enraizados y establecidos, son, a diferencia de los crisantemos
tratados para cascadas, pinzados con los dedos para inducir una rami-

· 120
TRATAMlENTO

I ZQUIERDA: Crisantemo en cascada en una etapa formativa. Aquí se muestra la


estructura de soporte fabricada para sus ramas. DERECHA: Los crisantemos en
cascada totalmente tratados y exhibidos cuando tienen aproximadamente un año
de edad.

ficación regular y una guía sustitutol'ia. Este proceso debe repetirse cinco
o seis veces durante los meses de crecimiento más activo, que van desde
primavera hasta septiembre u octubre. Mientras estén verdes todavía, las
ramas o los troncos pueden rodearse de alambres para producir curvas y
otros efectos, debiéndose realizar la colocación del alambre con sumo
cuidado.
En los años siguientes el crisantemo se trata mediante pinzado re-
gular para alentar la producción de brotes, y requerirá una alimentación
regular para mantener el buen crecimiento. Un crisantemo bonsai en buen
estado de salud mantendrá sus viejas hojas después de la floración, lo
cual es un indicio de que al año siguiente habrá una buena floración. No
son vigorosos y deben mantenerse en un ambiente sin riesgo de heladas
durante los períodos en que éste exista. Deben eliminarse los brotes basa-
les en cuanto aparezcan, ya que ello debilita a la planta madre.
Una vez al año, durante la primavera, los «árboles» deben sacarse y
replantarse en su maceta, sustituyendo una parte del viejo sustrato o suelo.

121
"EL OLMO DE WIRGA"
Ze/kova serrata

Este bello ejemplar de Zelkova serrata tratado en escoba, fue importado en


1976 por un criadero de bonsai y exhibido durante un año, antes de ven-
derlo a un coleccionista privado. La autora compró la colección entera en
1979, cuando los propietarios tuvieron que marcharse al extranjero.
El Zelkova serrata se trata a menudo en este estilo, y el árbol muestra
el tronco recto y estrechándose en la punta, el abanico de las ramas a par-
tir de un solo punto y las ramas leñosns y finas que son la impronta de
un buen bonsai en estilo escoba. A nivel de suelo también pueden verse
las raíces radiadas, agarrándose a la tierra y demostrando la madurez del
árbol.
La colocación en maceta de este tipo de bonsai es de gran importancia
y se quiere realzar correctamente la pureza de sus líneas y su apariencia
ligera y elegante. La maceta que se usa para este árbol es una bandeja
plana, oval, de lados rectos y de bordes curvados hacia dentro de 45 X
32,5 X 4,5 cm de profundidad, esmaltada a mano en la zona exterior en
una sutil tonalidad de azul pálido.
Este bonsai es bello de contemplar en cualquier época del año, pero
posee un encanto especial en otoño, cuando sus hojas adquieren los ricos
tonos amarillos y bermellones, característico de la Z. serrata antes de la
caída de sus hojas, lo que Je hace casi más hermoso todavía en invierno.
Entonces puede verse mejor su estructura, contrastando la finura de fas
ramas leñosas con el tronco esbelto y elegante.
Probablemente de unos 50 años, su diseño va mejorando progresiva-
mente. En 1979 la parte superior de la copa era ligeramente plana y la
envergadura global era mayor. Se continúa el tratamiento con el fin de
alzar la copa 2,5 o 5 cm. Crece mucho más en un año, pero si se dejan
tallos largos en el árbol, aparecerían como demasiado fuertes y rígidos,
estando demasiado en contraste con las delicadas ramas que son actual-
mente una característica de este árbol.
Se le denomina «Olmo de Wirga» («Wirga's Elm») en agradecimiento
al coleccionista privado que durante un tiempo fue su propietario, y que
lo cuidó meticulosamente durante dicho período. Su altura es de 56,5 cm,
y deberá permanecer en su maceta actual durante muchos años.
"EL OLMO DE WIRGA"

Zelkova serrata
"HORACE"

Juniperus rigida
(Enebro de aguja)
"HORACE"
Juniperus rigida
(Enebro de aguja)

Este viejo árbol en el estilo moyogi, con un efecto de madera a la deriva,


fue importado por la autora del Japón en 1971, y fue el primer bonsai
antiguo japonés, grande, de su colección. Estos árboles deben seleccio-
narse a partir de fotografía y, ya que ello es muchas veces un proceso
azaroso, su llegada fue esperada con expectación y nerviosismo.
Fue enviado desde el Japón en una maceta taikoda, extremadamente
elegante, fabricada a mano, de un color ma1 rón oscuro, de 30 cm de
diámetro y 10 cm de profundidad, firmada por el Sr. 'Kataoka, de la fábrica
de cerámica Yamald, en el que continuó (aunque reenvasado cada dos o
tres años) hasta 1978. Por entonces se necesitaba ya un recipiente algo más
grande y se eligió una maceta de la misma fábrica, rectangular, no esmal-
tada y del estilo uchien. Mide 40 X 30 X 10 cm y tiene una tonalidad
verdosa en su color gris-marrón.
En el momento de su importación, el bonsai tenía 60 cm de alto, con
una corona ancha, con forma semejante a un platillo y con ramas inferio-
res bastante cortas. La rama inferior (situada a la izquierda) era, en efecto,
considerablemente menor que la mitad de la anchura de la corona, pero
con el paso de los siguientes años las ramas y la corona cambiaron mucho.
Siempre muy vigoroso, responde bien a un programa de tratamiento dise-
ñado para mejorar la copa mediante el control de su anchura, cambiando
así la desafortunada silueta reminiscente de un platillo y conseguir una
forma más equilibrada.
Las ramas inferiores crecieron y se alargaron, corrigiéndose la aparien-
cia invertida cuando su envergadura se hizo mayor que el diámetro de la
corona.
MANUAL DE BONSAI - -- - -- - - - -

Sin embargo, tras unos pocos años perderán cada vez más vigor (lo que
se indica por la incapacidad de la rama de producir nuevos brotes) y deben
tratarse nuevas plantas como sustitutas.

Crisantemos en cascada. Crecen y florecen en un solo año y ya que du-


rante este tiempo alcanza una envergadura considerable, debe prestarse es-
pecial atención a su alimentación y envasado. Tras florecer desde septiem-
bre hasta noviembre, estos crisantemos producen brotes a partir de las
raíces. Los mejores para la producción de crisantemos en cascada son
aquellos que más alejados crecen de la planta, y deben cbrtarse sin raíces
y propagados en una mezcla de arena y turba o mantillo y en un inver-
nadero. Si se toman los brotes junto con las raíces, existirá una tenden-
cia a producir nuevos brotes a partir de la base, lo que actuará en detri-
mento del tamaño último de la planta.
Para obtener plantas grandes, los esquejes deben enraizarse indivi-
dualmente en macetas de 10 cm. Necesitan protección del fuerte sol, pero
la mayor cantidad de luz posible. Una vez enraizados, las plantas deben
colocarse en una buena marga. El compuesto John Iones N.0 2 será ade-
cuado, y si parece demasiado pesado puede añadirse un poco de moho
de hojas. Tras conceder a las plantas dos semanas para que se enraícen
en las macetas, debe suministrarse fertilizante líquido para crisantemos
y la alimentación debe continuarse regularmente durante todo el período
de crecimiento.
Para la primavera las jóvenes plantas deben ser ya vigorosas y se pue-
den colocar en el exterior lo antes posible en cuanto ya no exista el riesgo
de heladas. En este momento deben tener una altura de alrededor de
15 cm, con brotes laterales. Necesitan estar envasadas en macetas de 18 o
20 cm, utilizando una marga similar y causando la menor perturbación
posible al sistema de raíces. La alimentación debe aumentarse a una vez
por semana.
Para principios de mayo la planta debe ser lo suficientemente grande
(alrededor de 24 cm) para comenzar el tratamiento. No debe podarse la
guía, pero las ramas laterales necesitan pinzado en la cuarta o quinta
hoja.
Para finales de mayo, cuando las plantas tienen una altura de unos
45 cm, debe proporcionársele apoyo. Puede insertarse en el tiesto un grueso
trozo de alambre y doblarlo en un ángulo de 45 grados ·a unos 15 cm por
encima del nivel del suelo, y ahí debe sujetarse la planta. A medida
que el crisantemo crece, será necesario que el soporte también se desa-
rrolle hasta conyertirse en marco de la cascada, utilizando cañas de bambú
que son ligeras y fáciles de manejar.
A través de todo el verano debe llevarse a cabo el defolíado con
los dedos, teniendo siempre en mente la forma final que quiere conse-
guirse. En Japón es normal el pinzar las ramas superiores en la hoja se-
gunda, mientras que las hojas inferiores pueden desarrollar una hoja más.
Durante este periodo el marco de crecimiento que soporta la planta debe
ir descendiendo hasta que quede horizontal, en cuyo momento la planta
necesitará un nuevo replantado, esta vez en un tiesto de 30 cm. Si se
desea un ejemplar realmente grande, el tamaño límite de maceta será

- - - - -- - ~ - -- ~ 126 - - -- - - - ~ - - - ~
TRATAMIENTO

de alrededor de 38 cm. En cada nuevo replantado no debe eliminarse


el viejo suelo y el cepellón debe mantenerse intacto. Debe añadirse más
suelo para rellenar el espacio que queda en la nueva y mayor maceta.
Cuando las yemas de las flores están bien formadas, el tallo puede ba-
jarse. El fuerte alambre colocado en la parte interior de la curva propor-
ciona soporte al tallo y debe continuar en su sitio. La operación de reba-
jado debe realizarse por etapas para minimizar el riesgo de producir res-
quebrajaduras o roturas, y es esencial que los crisantemos estén protegi-
dos del viento en esta etapa. Una vez rebajadas, las plantas deben colocar-
se encaradas hacia el sur hasta que comiencen a florecer, momento en el
que pueden colocarse en sus Jugares de exhibición.

TECNICAS DE PODA
El mantenimiento de una buena forma, una vez conseguido, es un as-
pecto importante del cuidado bonsai. Es también una ocupación compara-
tivamente sencilla y muy agradable, la técnica utilizada depende del hábito
de crecimiento del árbol. Un interesante beneficio secundario de la pose-
sión de bonsai es la acumulación de un conocimiento general sobre los
árboles, dando como resultado una mayor apreciación de éstos cuando se
contemplan en un bosque o en un parque ciudadano.
En primer lugar, cuando estamos hablando de poda debemos considerar
aquellos árboles cuyo crecimiento continúa a través de los meses de ve-
rano. Mayoritariamente de naturaleza caduca, entre ellos se incluyen olmos,
jóvenes arces, arces maduros en tridente, alerces, Zelkova. La conífera
cedro del Japón (Cryptomeria japonica) también se incluye. De estos ár-

A. La pequeña raíz provoca el estrechamiento en la base del tronco. B. Este apa-


rece inestable ya que sólo un lado del tronco posee raíces radiales. C. Este tiene
la apariencia de un palo clavado en el suelo. D. Este tiene todavía una aparien-
cia más fea. E. Raíces enredadas. F. Cómo debe verse el tronco respecto a la
tierra y al mismo tiempo poseer una buena estructura de raíces.
MANUAL DE BONSAJ - - - -- - -- - - -

A. Shinnashi (sin ápice). B. Shinkire-eda (rama achaparrada). C. Gyaku bosori-eda


(rama con crecimiento invertido). D. Ka,inuki-eda (rama en forma de palanca).
E. Kuruma-eda (ramas parecidas a los radios de una rueda). F. Miki kiri-eda
(rama que cruza por delante del tronco). G. Han-en-eda (rama semicircular).
H. Hiji tsuki-eda (rama en ángulo agudo). l. Tachi-eda (rama creciendo hacia
arriba). J. Sagari-eda (rama colgante). K. Karami-eda (rama con crecimiento en-
marañado). L. Metsuki-eda (rama que pincha los ojos).

boles debe eliminarse el crecimiento joven basta el nivel elegido. Si se


permite que los brotes se desarrollen demasiado y luego se eliminan con
los dedos, la distancia entre los nudos de las hojas se hace demasiado
grande y no se desarrolla Ja estructura leñosa deseada, la silueta invernal
se asemeja cada vez más a un seto sin hojas. El proceso de pinzado del
nuevo crecimiento (normalmente realizado con los dedos índice y pul-
gar) continúa durante los meses de verano, siendo sin embargo el período
de mayor crecimiento el comprendido entre el fin de la primavera y el
comienzo del verano.
Las hayas tienen dos períodos de crecimiento durante el año, el princi-
pal en primavera y el último, menos vigoroso, a mitades del verano. Debe
pinzarse con los dedos todo el follaje salvo la primera hoja, lo antes
posible ya que un retraso podría causar la eliminación también de las
yemas, que se desarrollan muy rápidamente sólo en los extremos de cre-
cimiento.
Algunas de las coníferas, como por ejemplo las Juniperus, Picea y
Ta.xus, siguen los mismos hábitos de crecimiento, de modo que debe reali-
zarse una poda similar para todas ellas. Cuando los brotes sobresalen más
allá de la línea establecida, deben eliminarse con los dedos índice y pulgar.
Ello fomenta la creación de espesas áreas de follaje proporcionando al bon-
sai una apariencia de madurez y solidez.
Los pinos se cuidan de forma algo distinta. Los pinos vigorosos, tales
como el Pinus thunbergii y el P. sylvestris producen «velas» durante la
primavera. Permanecen durante un cierto período, tras el que las agujas
(el follaje de crecimiento de un año en circunstancias normales) comien-
zan a abrirse. Las velas deben eliminarse con los dedos o cortarlas en
la etapa anterior a que las agujas se abran. Ello provocará el crecimiento
de tres o cuatro nuevas yemas alrededor del punto donde se ha efec-
tuado la eliminación, que se desarrollarán más tarde en verano produ-
ciendo velas mucho menores. Estas no deben ser eliminadas. En su extre-
mo se formarán yemas y se convertirán en las largas velas de la primavera
del siguiente año. Estas deben eliminarse tal como se ha indicado anterior-
mente, siempre que el árbol esté saludable y desarrollándose bien.
Este proceso produce un crecimiento espeso y corto pero, debido a los
hábitos naturales de crecimiento de los pinos, tiende siempre a ser en di-
rección vertical. Para corregirlo, debe alambrarse el árbol en años alter-
nativos tras la «pérdida» de verano de las agujas de dos años de edad.
En Europa ello ocurre normalmente en septiembre. El nuevo follaje debe
alambrarse de modo que cada rama sea inducida a crecer hacia fuera,
en lugar de hacia arriba, como los dedos extendidos de una mano. Ello
facilita la llegada de luz a las ramas, que a su vez alienta la formación
de nuevos brotes en la madera vieja, manteniendo e incrementando la
densidad del follaje. En primavera las pequeñas ramitas estarán estable-
cidas y debe retirarse el alambre.
El pino blanco japonés, Pinus parvif/ora, no debe sufrir la eliminación
regular de sus velas. Su tratamiento consiste principalmente en colocar
bianualmente en otoño alambres y retirarlos en primavera.
Lamentablemente, muy poca gente trabaja los bonsai de pino de una
manera correcta. Como consecuencia comienzan a parecerse a erizos colo-
cados en un tallo, y si tras algunos años el árbol se trata correctamente
con alambres, nos encontramos con que las ramas parecen las de un árbol
de hoja caduca en invierno, habiendo desaparecido el follaje interior por
falta de luz.
El arce japonés, Acer palmatum, es interesante como bonsai en cuanto,
mientras es joven, desarrollará brotes durante todo el verano, pero cuando
MANUAL DE BONSAI - - - - - - -- - -

madura sólo tiene un período de crecimiento, en primavera. El bonsai


de arce japonés maduro debe tratarse de la misma forma en que se trata
el crecimiento primaveral de las hayas (ver página anterior).
Crear un bonsai a partir de un plantón de árbol joven requiere sólo
una vaga imagen mental de la forma eventual que debe conseguirse, y
una adaptación del tratamiento anteriormente descrito. La forma puede
construirse mediante una juiciosa aplicación de recortado y eliminación de
brotes con los dedos, hasta que el árbol haya alcanzado el tamaño adecua-
do. Sin embargo, pueden perderse muchos años de trabajo si el joven árbol
elegido tiene fallos de crecimiento que no han sido corregidos al inicio del
tratamiento. Tales fallos tienden a empeorar y no a corregirse a medida
que pasa el tiempo, produciendo un bonsai bien cuidado, pulcro, de hojas
pequeñas, pero desequilibrado. El fallo más corriente detectado en los
árboles jóvenes seleccionados por el principiante para su tratamiento bon-
sai es la presencia de ramas gruesas y toscas cerca de la copa del árbol
y ramitas insignificantes y agotadas cerca de su base. En la naturaleza el
ramaje inferior puede estar algo debilitado, y las ramas supedores son
fuertes y crecen hacia arriba en busca de la luz, formando la estructura
de un gran árbol. En un bonsai, el cuidador debe crear en un pequeño
árbol la apariencia de madurez, necesitando para ello grandes ramas in-
feriores y finas ramitas en la copa. Tal como se ha dicho anteriormente,
cuando se trata un árbol joven para bonsai deben eliminarse las ramas
fuertes superiores. Ello proporciona a las ramas inferiores la oportunidad
de desarrollarse.

NOTAS REFERIDAS A LA APARIENCIA GENERAL. Muchos bonsai


parecen bien formados y atractivos hasta que observamos su base. Un bon-
sai ideal debe poseer raíces radiales a partir de la base del tronco que se
afila hacia arriba, consiguiendo una apariencia de fuerza y madurez. Algu-
nos, sin embargo, están descuidados en este aspecto, y una falta de fácil
arreglo se produce cuando una o dos raíces emergen de 2,5 hasta 5 cm del
nivel del suelo, provocando un estrechamiento del tronco por debajo. Tales
raíces deben eliminarse tan pronto como el árbol posea un sistema de raíces
alternativo lo suficientemente fuerte para no resentir su falta.
Algunos árboles, especialmente aquellos que han crecido en un reci-
piente como material de vivero, tienen raíces enredadas y enrolladas en
la base del tronco. Cuando se han endurecido por exposición a la luz es
imposible corregir esta anomalía, por lo tanto deben reconducirse al rea-
lizar una operación de replantado cuando el árbol es todavía joven y sus
raíces son todavía flexibles.
Si un bonsai está bien conformado pero tiene un tronco con lados para-
lelos como un cilindro, el tiempo puede curarlo si el cultivador mantiene
la copa y las ramas superiores del árbol muy bien podadas, mientras que
permite que las ramas inferiores se desarrollen considernblemente. Ello ase-
gurará que la parte inferior del tronco se ensancha más rápidamente que
la parte superior, mejorando así la forma global.
Unas ramas mal colocadas o mal formadas pueden desfigurar la apa-
riencia de un bonsai, por lo demás interesante. Aquí se incluye el caso de
que una rama se dirige directamente a la altura de los ojos del observador

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(metsuki-eda) desde la parte frontal del tronco, y en las ramas paralelas
(kannuki-eda), la rama infractora está colocada exactamente en oposi-
ción a, y a nivel de, otra rama. El «Kuruma-edu consiste en un número
de ramas radiando a partir del tronco como los radios de una rueda, mien-
tras que una rama cruzando el tronco (miki kiri-eda) puede ser aceptable
en un árbol trabajado en estilo «azotado por el viento», pero no en otro
estilo de bonsai.
Tampoco son deseables las ramas mal formadas. Existen aquellas cuyo
crecimiento leñoso aparece enmarañado (karami-eda), colgante (sagari-eda),
o creciendo hacia arriba (tachi-eda) y aquellas cuya forma en sí es defec-
tuosa, como en «hanen-eda», con un perfil parecido a un semicírculo;
«hiji tsuki-eda», rama en forma de codo; o «gyaku bosori-eda», una rama
creciendo hacia fuera y luego hacia atrás, hacia el tronco. «Shinkire-eda»,
una rama achaparrada, puede ser el resultado de un fallo del cuidador,
como puede ser el «shinnashi», un árbol sin ápice. Estas y otro tipo de
ramas defectuosas deben eliminarse o corregir su defecto muy al principio
del tratamiento.
La elección de maceta es de la mayor importancia para un bonsai, ya
que debe elegirse para valorar el árbol. Este no debe tratarse en principio
en el recipiente especialmente seleccionado en el que vivirá definitivamen-
te sino que debe desarrollarse primero en un tiesto sencillo, de color na-
tural, redondo y poco profundo. La selección del recipiente adecuado se
estudia ampliamente en el capítulo 8.

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CAPITULO SEPTIMO

TECNICAS ESPECIALES

Después de que el aficionado haya tratado un cierto número de bonsai de


tamaño pequeño y medio, habrá adquirido ya una cierta confianza para
emprender proyectos más ambiciosos. Existen un número de técnicas usa-
das en la colección y tratamiento de bonsai mayores que vale la pena
aprender ya que, cuándo se utilizan con habilidad, ayudan a conseguir
efectos muy llamativos.

ARBOLES SILVESTRES. Es halagador el conseguir un bonsai maduro en


un corto espacio de tiempo, pero mientras que con un cuidado tratamiento
puede alentarse a árboles jóvenes a conseguir un tamaño razonable en po-
cos años, el conseguir un cierta madurez -por ejemplo una corteza ru-
gosa- es un proceso que requiere tiempo. Sin embargo, existen dos formas
de conseguir rápidamente árboles maduros en los que trabajar y la prime-
ra de ellas es el recolectar en un medio natural ejemplares silvestres empe-
queñecidos por las circunstancias. Se necesita escaso equipo, pero no nos
cansaremos de repetir que hay que pedir el permiso necesario una vez se
ha localizado un árbol adecuado, si ustedes desean extraerlo.
T radicionalmente la estación para recolectar bonsai silvestres es al
principio de la primavera, muy poco después de que el árbol haya iniciado
su crecimiento activo, pero en Europa existen razones para dudar de que
éste sea siempre el tiempo adecuado. Durante los últimos años las prima-
veras han tendido a ser frías, húmedas, sin sol y largas. Los bonsai de
cultivo no han disfrutado de estas circunstancias, por lo tanto no existen
razones para pensar que los árboles trasplantados medrarán en clima tan
desapacible.
Experimentos llevados a cabo en los últimos cinco años con bonsai
trasplantados durante los meses de junio o julio han dado buenos resulta-
dos. Durante junio de 1976 (el verano caliente) 150 árboles, algunos de
ellos muy grandes, fueron excavados de suelo muy seco y se encontró
que tenían raíces tan largas que no pudieron extraerse. Se serraron las
raíces justo por debajo del nivel del suelo, se podaron las ramas y los
árboles, tanto caducos como coníferas, plantados y colocados a pleno sol.
La cantidad de raíz fibrosa por árbol no era importan te pero, rociados
cada media hora con agua, muchos se habituaron al recipiente en unas seis
semanas. El experimento fue un éxito en un 96 % y otros experimentos
parecidos desarrollados en años sucesivos mostraron que la instalación
de propagadores de rocío estaba justificada.
La utilización de dicho equipo también asegura el éxito con esquejes
de madera blanda de aquellas plantas que anteriormente habían sido difí-
ciles de enraizar. Este equipo funciona bajo el principio de mantener un
alto grado de humedad alrededor del esqueje (para mantenerlo con vida
hasta que eche raíz) y refrescar el follaje con rocío intermitente. En com-
binación con una temperatura de alrededor de 18,s•c (65 º F) y mucha luz,
muchos esquejes echan rápidamente raíces.
Los coleccionistas de bonsai pueden estar interesados en experimentar
con la extracción de un gran bonsai silvestre durante los meses de verano.
Un equipo de riego automático es, como se ha dicho, de gran ayuda, pero
si no se pudiera disponer de uno y siempre que exista una persona dispo-
nible para humedecer regularmente el árbol trasplantado, existe un escaso
riesgo de que el coleccionista no tenga éxito.
Las herramientas y material diverso necesario para excavar un árbol
consisten en una pala, un desplantador y una horca (todo ello limpio y
afilado), unas fuertes podaderas y una pequeña sierra para podar las ramas
y/o las raíces. También se necesitará una selección de bolsas de poliuretano
de distintos tamaños, una madeja de cordel, algo de musgo húmedo y
una botella de agua. Si el terreno fuera rocoso, es útil incluir un martillo
con mango, un cincel y una pequeña palanca con la que mover o quebrar
la roca.
Cuando se excave un árbol viejo, es aconsejable el podar todas Las
ramas que seguro no se necesitarán en el tratamiento posterior. El colec-
cionista debe tener cuidado de producir el menor daño posible a las rafees
del árbol, ya que cuanto mayor sea el cepellón mayores serán las posibi-
lidades de éxito. Muchos árboles silvestres poseen pocas raíces fibrosas
y dependen para su austera existencia de tres o cuatro raíces largas que
pueden recorrer una larga estancia desde el tronco. Si este fuera el caso,
es aconsejable seguir el curso de tales raíces y extraer la mayor longitud
posible. Pueden enrollarse alrededor del cepellón que presenten.
Una vez se ha realizado la excavación y se ha levantado el árbol, el
cepellón debe envolverse con musgo húmedo y colocarse en una bolsa de
politeno. ~sta debe atarse firmemente en varias direcciones para evitar
movimientos innecesarios y deterioro del cepellón. Si el árbol tuviera
hojas todavía o el viaje de regreso fuera la1 go, es aconsejable pulverizar
agua en la parte superior y cubrirla asimismo con otra bolsa.
Una vez en casa, debe liberarse el árbol de sus envoltorios y recortar
cualquier raíz obviamente dañada, haciendo el corte hacia arriba. Seguida-
mente debe colocarse en un recipiente, utilizando una maceta lo suficien-
temente grande para acoger el cepellón pero no demasiado, con el fin de
impedir que las raíces sigan desarrollándose hasta ocupar todo el espacio
en un corto tiempo. La tierra a utilizar dependerá del árbol. Con las con{..
feras, por ejemplo, es preferible utilizar una mezcla que consiste mayor-
mente en mantillo y arena gruesa que una mezcla arcillosa.
Debe seguirse el tratamiento aplicado a los árboles recientemente colo-
cados en maceta, regándolos completamente pero con cuidado para ·ase-
gurar que el cepellón y la tierra recién añadida están completamente sa-
turados. T~as esto, el árbol debe colocarse erguido en el exterior, pero
en un lugar protegido del sol para su recuperación. A ello ayuda una va-
porización regular de las ramas y del follaje, pero la tierra de la maceta
debe regarse únicamente cuando esté seca.
ACODO A~REO. Otro método para obtener rápidamente un bonsai de
buen tamaño, de apariencia madura, es mediante el proceso conocido como
«acodo». Actúa con éxilo en diversos tipos de árboles y, como ya se ha men-
cionado con anterioridad, es particularmente útil en la obtención de un
buen bonsai de tipo wisteria. El mejor momento del año para realizar esta
operación es junio o julio. El equipo requerido se obtiene fácilmente, y con-
siste en una pieza del tamaño de una sábana de politeno negro, musgo
húmedo, polvo de enraizamiento hormonal, cinta, cuerda y otros materia-
les adecuados para ataduras, un cuchillo afilado y un par de tijeras.
Tras haber seleccionado una rama que parezca idónea para su trata-
miento en bonsai, practfquense dos cortes superficiales y paralelos alrede-
dor de la rama, justo por debajo de un nudo con hoja si es posible. Puede
eliminarse la corteza existente entre los dos cortes. La anchura de la tira
de raíz eliminada varia con el grosor de la rama, pero en una rama de
5 cm de diámetro debe ser de 1 a 2,5 cm de ancho.
Debe fijarse firmemente la pieza de politeno en la rama por debajo de la
zona sin corteza y en esta debe aplicarse polvo enraizador antes de que se
seque. Seguidamente puede enrollarse a su alrededor musgo húmedo, que
es más fácil quitar posteriormente si se ha desmenuzado antes de su apli-
cación. Seguidamente se cubre toda la rama con el politeno y se sujeta
firmemente alrededor de la rama, por encima del corte para mantener el
musgo en su posición. Finalmente, debe sujetarse otro trozo de politeno
por encima de éste para impedir el paso de luz. Puede retirarse de vez
en cuando para realizar un examen de la zona de musgo y observar si
existen signos de desarrollo de raíces sin que exista ningún problema.
Cuando se hayan formado muchas raíces, la rama puede cortarse por la
zona del anillo sin corteza y envasada. Antes de la colocación en maceta
puede retirarse el musgo.

A. Rama preparada para su acodo aéreo. B. Las ramas comienzan a aparecer


por encima del área del acodo. C. La rama enraizada lista para plantar.
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A. Raíces preparadas e injertadas en una rama. Se cubrirá con musgo es/agno.


B. La zona del injerto, rodeada de musgo es/agno, atada y cubierta.

INJERTO DE RA1CES A~REO. La técnica anterior puede aplicarse tam·


bién de una forma distinta, en unión con el injerto. En el cultivo de bonsai
no se utiliza con frecuencia el injerto directo de vástagos y patrones, pero
a veces se practica el injerto de raíces. Para el aficionado que desee cual-
quiera de los procedimientos siguientes, es fundamental el poseer una
experiencia previa en técnicas de injerto más convencionales, con el fin de
ganar la habilidad suficiente para esperar razonablemente un éxito.
Los árboles de Cabello de Venus (Ginkgo biloba), como algunas otras
especies, no reaccionan rápidamente al tratamiento por acodo. Sin em·
bargo, es posible «enraizar» una rama de un gran ginkgo mediante el pro-
ceso conocido como injerto de raíces aéreo. Para ello es necesario obtener
un número de raíces vigorosas, cada una del grosor aproximado de medio
cigarrillo y poseyendo cada una de ellas un buen sistema de raíces fibrosas.
Estas raíces fibrosas se envuelven como en el caso anterior, dejando de
5 a 8 cm en los extremos cortados de las raíces principales que sobresalen
del fardo en cada caso. Seguidamente, se prepara una rama apropiada del
ginkgo cortando de la rama en dirección ascendente, una lengua de corteza
que se levanta ligeramente, dejándola sujeta por su extremo superior. Se
prepara la raíz cortando láminas del lado superior e inferior del extremo
que sobresale del politeno, formando un «punto» adelgazado para inser-
tar debajo del colgajo de raíz. Esta operación debe repetirse diversas veces
hasta que se haya insertado un número de raíces alrededor de la circun-
ferencia de la rama. Todas ellas deben seguidamente asegurarse firmemente
sujetándolas con rafia o cinta de injertar.
El conjunto de injertos y fardos de cepellón debe ahora ser envuei-
to en politeno, sujeto por encima de la zona de injerto y por debajo del
- - - - - - - -- -- MANUAL DE BONSAI - - -- - - -- - -

cepellón. Deben apoyarse los cepellones cuyo peso podría de otra for-
ma desplazarlas del punto de injerto. El primer politeno, de color claro,
debe seguidamente rodearse de politeno negro que, como anteriormente,
puede retirarse para realizar inspección. Esta técnica de injerto puede
también utilizarse para acortar el tronco de un bonsai demasiado alto,
utilizando algunas de sus propias raíces injertadas en un punto del tronco
seleccionado.

INJERTO DE RAMAS. El injerto de ramas se utiliza quizá más de Jo que


nos damos cuenta en la corrección de la forma de un bonsai o incluso en
la creación de uno nuevo. Si se obtuviera un árbol con un tronco delgado
y pocas o ninguna rama, puede cultivarse hasta que hayan crecido un
número de brotes jóvenes, largos y robustos. tstos, al ser flexibles, pueden
doblarse hasta que una zona entre en contacto con el tronco en un punto
donde se necesita una rama. Un trozo de corteza que encaje se quita cui-
dadosamente tanto del brote como del tronco y se atan estrechamente las
dos superficies cortadas hasta que se hayan unido. Se corta entonces el
brote del árbol en su punto original de salida, ya que se ha convertido en
una nueva rama en otra ubicación. Esto se denomina «injerto por aproxi-
mación», y se aplica a muchas variedades de árboles, pero quizá se usa
más frecuentemente en la producción de bonsai ginkgo y en arce ornamen-
tal. En el último caso, un tronco manejable y bien formado de Acer buer-
geranum puede convertirse en un ejemplar de A. buergeranum variegatum,
mediante el proceso de injerción por aproximación de largos brotes de esta
última variedad (que en la Naturaleza crece muy lentamente) en el tronco
del primero. Debe recordarse que tales árboles por muy inteligentemente
que hayan sido tratados producirán, de vez en cuando, brotes de la planta
patrón, que deben ser eliminados. Los injertos que se hayan realizado
hábilmente serán difíciles de localizar, incluso en un examen muy detenido.

LA TtCNICA «JINNING». Los coleccionistas a menudo admiran bellos


ejemplares viejos de enebros o pinos con áreas de madera muerta en
contraste con el vigoroso verde del follaje. Una parte de dicha madera
muerta es el resultado de un proceso de sequedad natural, pero otra parte
es el resultado de un hábil desprendimiento de corteza realizado por el
artesano de bonsai. Este proceso se conoce como «jinning» ya que se uti-
liza normalmente sólo en coníferas, especialmente enebros (Juniperus).
Un «jin» es el extremo muerto de una rama o algunas veces la rama
entera, y no es difícil de crear. La rama debe romperse y el extremo elimi-
nado. Entonces se levanta la corteza con una herramienta adecuada para
el «jinning», que es un par de pinzas con los extremos redondeados. Se-
guidamente se arrancan astillas de madera hasta que el «jin» tenga el
grosor y circunferencia adecuados. Mientras todavía está húmedo, puede
colocarse alambre alrededor del «jin» y doblarlo en posición. El alambre
debe colocarse cuidadosamente para evitar daños a la madera 6erna.
Los «jins» pueden protegerse mediante una aplicación a últimos de
junio de sulfuro de cal, que debe esparcirse con una brocha en un día
cálido y soleado. Debe cubrirse la superficie de la maceta para evitar con-
tacto con el producto químico que pudiera caer.

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TtcNICAS ESPECIALES

Otra utilización del «jin» es el reducir la altura de un árbol, propor-


cionando el efecto de «partido por un rayo», pero debe mencionarse que,
cuando se crean «jins», hay que tener en cuenta que «cuanto menos se
toque, mejor». El creador novel de «jin» puede verse arrastrado por esta
nueva técnica y los resultados a menudo parecerán artificiales y sin relación
con el árbol.

OTRAS DOS TtCNICAS DE ENVETECIMIENTO. Por Jo menos existen


otras dos técnicas comúnmente utilizadas para proporcionar una aparien-
cia añosa. La primera es el proceso de desgajar una cantidad considerable
de corteza. Entonces estas áreas se blanquean, y esta técnica se conoce
como sabamiki. Esta técnica puede utilizarse sola o en conjunto con
el «jin». Los principiantes que ensayan los efectos sabamiki algunas veces
se entusiasman demasiado y continúan quitando madera del tronco des-
pués de haber extirpado la corteza. Llevada al extremo, el result&do es
parecido a una canoa colocada hacia arriba, y raramente es satisfactorio.
Los árboles silvestres pueden poseer algunas características de gran
belleza y encanto, enturbiadas por una sola rama demasiado pesada, que
sale directamente del tronco. La eliminación de esta rama puede dejar una
cicatriz, y el «jin» puede no estar aconsejado. Bajo tales circunstancias
puede utilizarse otra técnica especial conocida como «uro». La rama mo-
lesta se elimina cerca del tronco y se talla un agujero profundamente en
este último, donde existiría la cicatriz. Este agujero debe practicarse de
tal modo que cualquier agua de lluvia que entre en la cavidad pueda salir
de nuevo, y la forma de su perímetro es de gran importancia. Cuando la
herida ha curado al crecer corteza por encima de los bordes, el efecto será
natural y en consonancia con el carácter y forma del bonsai. Como en el
«jin» y en el sabamiki, el uro, cuando se utiliza con muchísimo cuidado,
puede producir muy buenos resultados, pero cuando se lleva a cabo sin
imaginación puede aparecer muy artificial.
Las tres técnicas ahora descritas, una vez expedmentadas en un bon-
sai, son muy difíciles de cambiar. Las ramas «jin» pueden desde luego
cortarse, y sería posible el rellenar un orificio con alguna sustancia inerte
para permitir que la corteza crezca por encima, pero si debe recurrirse
a estas soluciones mejor hubiera sido no haber llevado a cabo las expe-
riencias anteriores y haber dedicado más tiempo a considerar las posibi-
lidades abiertas al desarrollar un determinado tipo de bonsai.

INDUCClóN DE PARTICJóN DE TRONCO. Los bonsai cuyos troncos


se han partido debido a la edad tienen mucho atractivo. Este efecto, tam-
bién, puede ser inducido por el hábil cultivador de bonsai y se practica
con cierta frecuencia en pinos y enebros. Existe una herramienta especial-
mente diseñada para esta tarea, conocida como desintegrador de tronco,
que se asemeja bastante a un par de tenazas de electricista. Es una herra-
mienta cara y rara en Europa, pero puede sustituirse por un cincel. Con
él se prepara el árbol acostándolo sobre uno de sus lados en un banco de
trabajo. Debajo del área del tronco a partir, debe colocarse un bloque de
madera de un grosor adecuado y colocar tornillos forrados para mantener
en posición firmemente el tronco. Se coloca seguidamente un cincel y,

137 - - - - - - - - - - --
Ejemplar de Zelkova serrata, ahora de 1,15 m de alto, a pesar de que fue ex-
cavado como un árbol de 2,25 m de alto en 1976. Fue severamente podado y
1raspla11tado anles de que se tomara la fotografía en 1981. Si se toman ciertas
precauciones, los árboles pueden excavarse con éxito y trasplantarse a principios
de verano.

utilizando un martillo, se hunde suavemente hasta que atraviesa el tronco


Puede dejarse en posición mientras se aplican otros dos cinceles, uno en
cada lado, y entonces puede retirarse el primer cincel e insertarse una pe-
queña cuña. Se continúa el proceso hasta que se haya practicado una
hendidura de la longitud deseada. La aplicación de «jin» en un lado del
tronco provocará la muerte de ese lado del tronco, mientras que la otra,
al continuar creciendo, provocará con el paso de los años la profundización
de la hendedura, lo que se convertirá en una interesante característica del
bonsai.

DEFOLIADO. Una característica de un buen bonsai caduco durante el


verano es la riqueza de pequeño follaje de color claro. Ello se produce
podando (en junio o a principios de julio) cada hoja del árbol, que debe
poseer una buena salud para tolerar tal tratamiento. No debe dejarse nin·
guna hoja, ni incluso las muy pequeñas, ya que el bonsai canalizará sus
recursos en la producción de brotes en dichos puntos y no eo fomentar
el crecimiento de las yemas de hojas en estado latente. Uo bonsai que
debe someterse al defoliado puede beneficiarse de la administración de
una ligera dosis de fertilizante cuatro o cinco semanas antes de llevar a
cabo la operación, pero no debe abonarse en el tiempo próximo, antes o
después, de realizarla. Cuando se hayan eliminado todas las hojas, debe
aumentarse el cuidado en el riego durante una o dos semanas. La necesi-
dad de agua quedará reducida y existe un peligro de sobredosis lo que
provocaría putrefacción de raíces.
La nueva edición de follaic será menor y mejor coloreado que la pri-
mera, y sus tintes otoñales serán de tonalidad más rica.
Mucha gente sabe que el bonsai, cuando está parcialmente tratado, vive
mejor plantado directamente en la tierra durante uno, dos o más años. El
principal beneficio es el más rápido engrosamiento del tronco. Existen
desventajas, sin embargo, si no se toman los cuidados necesarios mientras
el crecimiento está en progreso.
En el capítulo 6 se mencionaba como podía mejorarse- la forma afilada
del tronco si se mantcnfa bien podada la copa del árbol, y se permitía
que las ramas inferiores se desarrollaran con vigor. Una vez un árbol se ha
establecido en la tierra, el crecimiento apical es muy vigoroso mientras
que el de las ramas inferiores no lo es tanto. Por ello es importante el
mantener la copa podada para retener y potenciar la forma afilada y taro·
bién mantener la importante relación existente entre el diámetro mayor
de las ramas inferiores y el menor de las superiores.
Es conveniente, cuando los árboles crecen en la tierra, desplazarlos
anualmente para evitar la existencia de raíces demasiado fibrosas. El igno-
rar este punto es permitir el crecimiento de raíces columnares, lo que hace
mucho más difícil el volver a colocar el bonsai en su maceta.
Se obtienen mejores resultados si, antes de plantar, se preparan las
raíces como seguidamente indicamos. Al sacar el bonsai de su tiesto, carde
el cepellón tanto como sea posible, con el fin de localizar cinco o seis
buenas raíces que irradien de la base del tronco de una manera razona·
blemente uniforme. Pódesc el cepellón, excepto, claro está, las raíces se-
leccionadas, tan agresivamente como se crea prudente. Al plantar, es acon-
sejable alentar a las raíces seleccionadas para que se entierren profunda-
mente, por lo tanto es necesario cavar un agujero profundo. Rellene la
mitad del agujero, haciendo que las largas raíces cuelguen como los ten-
táculos de una medusa alrededor del montículo central de tierra. Seguida-
mente puede rellenarse el resto del agujero en la forma habitual.
No debe molestarse al árbol durante dos o tres años, en cuyo momento
"EL MIRLO PYRACANTHA"
Pyracantha angustifolia

Un bonsai de pyracantha con bella forma y en flor es algo cuya visión no


se olvida nunca. Le cubren diminutas flores blancas, aunque debido a su
tamaño no lo sobrecargan. Al contrario, potencian la belleza del verde y
brillante follaje.
Esta pyracantha en particular fue comprada en 1974 a un criadero de
bonsai debido a la forma de su tronco. En aquel momento la rama inferior
estaba mucho menos desarrollada que en la actualidad y la rama situada
a la izquierda no existía. La planta tenía en conjunto una apariencia
algo desequilibrada y estaba plantada en un contenedor cuya forma re-
cordaba la de una palangana, de un color azul real oscuro, esmaltado, que
desde luego no la realzaba en absoluto.
El bonsai fue lentamente tratado y desarrollado, y pasó por una serie
de macetas distintas, hasta que finalmente fue colocado en la maceta Ya-
maki de color verde-marrón oscuro que puede verse en la fotografía. Es
una maceta rectangular, de gran categoría con pies de nube y un simple
borde curvado hacia arriba que proporciona al árbol una elegancia poco
corriente en un ejemplar con un tronco tan retorcido.
Sorprendentemente quizás, ha recibido el nombre de «El Mirlo Pyra-
cantha» («The Blackbird Pyracantha»), como consecuencia de la lectura
de un artículo publicado en un periódico que tenía como tema la preferen-
cia que los mirlos sienten por los frutos de pyracantha sobre los otros fru-
tos más comunes en un jardín. El artículo fue redactado como consecuencia
directa de la exhibición del árbol en la Muestra Floral de Cbelsea (Chel-
sea Flower Show) de 1978, cuando mostraba una gran producción de frutos
de un brillante color rojo, que habían sido protegidas de los mirlos por
una red. Es un ejemplo de bonsai que, a pesar de no ser muy llamativo en
un primer momento, poseía las buenas condiciones esenciales para permi-
tir a una persona razonablemente hábi l y cuidadosa para que lo desarrolla-
ra y lo convirtiera en un bonsai atractivo e interesante. Su principal virtud
en el momento de su compra era su largo y delicadamente afilado tronco.
Existían también algunas buenas raíces superficiales y otras se desarrolla-
ron, especialmente en la zona izquierda, donde al principio no existía nin-
guna.
El bonsai que produce flores debe podarse con mucho cuidado para
asegurar una buena pr9ducción anual. Este bonsai en particular tiende a
florecer mejor en años alternativos, y ello se utiliza para podar el árbol,
teniendo presente su futura forma y desarrollo, en los años en que pro-
duce menos capullos. Su altura normal es de 60 cm y su maceta mide
30 X 24 X 6,5 cm.
"ELMIRLO PYRACANTHA"
Pyracantha angustifolia
"EL HAYA DE SOMERSET"

Fagus sylvatica
(Haya común)
"EL HAYA DE SOMERSET"
Fagus sy/vatica
(Haya común)

Este interesante bonsai tiene alrededor de 15 años y normalmente su altura


es de 1 m. Fue recogido por la autora en noviembre de 1977, de un seto
que debía talarse. Crecía bajo una avenida de hayas maduras de alrededor
de 210 m, y había fortuitamente enraizado en mantillo que cubría algu·
nos grandes cantos rodados. Ello evitaba el desarrollo de una raíz colum·
nar y en su lugar el árbol desarrollaba una base plana y un sistema
de raíces fibroso. Su ubicación provocaba un considerable desarrollo de
la parte inferior del árbol y una falta del vigoroso crecimiento superior
normalmente asociado con una haya silvestre.
En el momento de hallarla era mayor, tanto en altura como en enver-
gadura de las ramas, que en la actualidad, siendo su altura aproximada-
mente de 1,5 m y su anchura de 1,4 m. Tras extraerlo fue inmediatamente
plantado en un tiesto cuadrado de 25 X 25 X 9 cm, en una mezcla al 50 %
de mantillo de hojas de hayas, 30 % de arena y 20 o/o de arciUa. Al mismo
tiempo las dimensiones globales se redujeron en alrededor de 15 cm.
Hacia abril de 1978 el baya estaba establecida y se podó fuertemente
el crecimiento leñoso y se alambraron las ramas inferiores de la zona iz-
quierda para mejorar su colocación. También se eliminó una rama grande
situada cerca del ápice, reduciendo su altura en otros 30 cm. Durante
la siguiente primavera (1979) se replantó en una maceta rectangular de
45 X 30 X 9 cm. Comenzó a desarrollarse un nuevo crecimiento leñoso
tanto en el tronco como en las ramas, y el bonsai quedó reducido casi
a su tamaño actual, siendo de 1,1 m de alto y 1 m de ancho.
El recipiente en que actualmente está plantado es de kataokaware no
esmaltado, de color pardo, oval, con bordes que se deslizan hacia el ex·
terior y pies de nube; sus dimensiones son de 52,5 X 40 X 8 cm.
El bonsai se desarrolló bien y fue primeramente exhibido en 1979 en
una exposición celebrada a finales de octubre por el R.H .S., y en la que
mostraba su color otoñal. Normalmente mantiene sus hojas, una vez
muertas, durante todo t:l invierno, hasta que el nuevo crecimiento de mayo
las obliga a caer. Las bojas tienen una tendencia natural a ser pequeñas
y se han reducido todavía más desde que fue recogido.
En 1980 su altura quedó reducida a 1 m. En octubre de ese año, cuando
se tomó la fotografía, el árbol mostraba el brillo de sus colores otoñales
y también mostraba la dirección en que debía proseguirse su tratamiento.
Se planea reducir su altura y anchura todavía más durante los dos o tres
próximos años. Se le denomina «El Haya de Somerset» ( «The Somerset
Beech» ), en homenaje al condado inglés en que fue hallada.
MANUAL DE DONSAI - - - - - - - - - -

las raíces seleccionadas habrán adquirido un grosor adecuado. Aquellas


que irradien de la base del tronco embellecerán la apariencia del bonsai, ya
que unas raíces fuertes y extendidas dan la impresión de estabilidad, vigor
y edad. Pueden, sin embargo, podarse justo por debajo de la superficie del
suelo sin molestar. a las otras raíces y dejar el árbol durante otra estación.
Durante este tiempo se desarrollarán raíces fibrosas a partir de los extre-
mos cortados, facilitando la nueva colocación en una maceta de bonsai.
Si el árbol fuera un arce o un olmo japonés (Zelkova) podría talarse a tan
sólo una profundidad de 2,5 cm por debajo del nivel del suelo y mientras
esté con todo su follaje, plantándose entonces en una mezcla propagadora
de turba y arena de grano grueso. Debe colocarse en un invernadero so-
leado, con pulverización automática de agua, y en pocas semanas desarro-
llará un nuevo sistema de raíces Obroso. Los alerces son sensibles al equipo
de humidificación y si se utiliza dicho método es aconsejable colocarlos de
manera que el rocío no caiga en sus hojas. Se beneficiarán, no obstante,
de la humedad ambiente.

UN EXPERIMENTO CON HAYAS. Los coleccionistas de bonsai que


posean un invernadero pueden estar interesados en un experimento reciente
en la utilización de equipo de pulverización de agua en hayas trasplanta-
das, que tuvo un resultado inesperado. Hayas (Fagus sylvatica) de diversos
tamaños y edades debieron evacuarse a principios de verano de una zona
de terreno donde habían estado creciendo tranquilamente durante cuatro
años. Se habían desarrollado raíces columnares que fueron substancialmen-
te eliminadas y se acortó en la mitad el crecimiento superior. Se colocaron
en macetas y se sometieron a una pulverización de agua intermitente y las
hojas que ya comenzaban a estar marchitas se restablecieron en pocas
horas. En el espacio de una semana aparecieron yemas de hojas en pro-
fusión tanto en el tronco como en las ramas, y en todos los árboles. Se
abrieron a su debido tiempo, produciendo una o tres hojas por yema, y tras
tres semanas las yemas latentes para el crecimiento de la siguiente prima-
vera ya eran aparentes en los extremos de los nuevos brotes. Las hayas, ori-
ginalmente bien conformadas, pero con escaso ramaje, ofrecen ahora una
gran profusión y frondosidad de ramaje, lo que incrementa considerable-
mente la potencialidad de los árboles como bonsai. Hasta hoy el procedi-
miento descrito no ha dado resultados similares aplicado a otras especies.

A LA BúSQUEDA DE CONOCIMIENTOS. Como sabemos, durante si-


glos las técnicas para el cultivo y tratamiento de bonsai han ido siendo
desarrolladas y mejoradas por los maestros japoneses. Los europeos han
adquirido algunas habilidades estudiando cuidadosamente la maestría ja-
ponesa con el fin de entender completamente un punto de vista extraño.
Sin embargo, también buscan innovaciones, lo que supone una gran ven-
taja en una especialidad como el bonsai, donde los resultados dependen
tanto del ingenio como del gusto de la persona que los practica.
Con el actual desarrollo de novedades científicas en horticultura, el
cultivador de bonsai tiene una oportunidad única de desarrollar métodos
totalmente nuevos de cultivo y tratamiento de árboles como bonsai, ante-
riormente impensables para el más hábil maestro. La .utilización de ra-

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TéCNlCAS ESPECIALES

yos X y del microscopio electrónico ayuda a los científicos a entender el


funcionamiento interno de la planta viva, y este conocimiento es trasvasado
a otras personas experimentadas en el arte de interpretar estos datos y
aplicarlos para el mejor desarrollo de cosechas y la obtención de máximos
rendimientos. Algo de esta tecnología puede muy bien, con el tiempo, ser
de utilidad en el cuJtivo de bonsai y aunque por lo menos en Europa el
cultivo de bonsai no tiene el mismo significado comercial que el cultivo
del maíz o de las patatas, debe continuar desarrollándose como el arte,
la música o la literatura, uniendo un abordaje constructivo e innovador
con la consolidación de ideas de probado valor.
CAPITULO OCTAVO

PRESENTACION

La presentación es un importante aspecto del cultivo bonsai y puede con-


siderarse que cubre tres puntos distintos. El primero y más importante de
ellos es la apariencia de un bonsai individual en relación con su maceta y
la forma en la que está envasado para exhibir y valorar el árbol. En Euro-
pa no se concede a menudo la importancia necesaria a este aspecto del bon-
sai. La razón para ello no surge inmediatamente pero puede ser debida
a la larga tradición de jardinería de Europa. Los coleccionistas pueden
creer que el cultivo de árboles bonsai es una forma simple y sencilla
de horticultura, interesante y placentera de llevar a cabo, sin darse cuen-
ta de que la utilización de todas las habilidades de que se compone la
horticultura es, para un especialista de bonsai, el equivalente de usar
pinturas, pinceles y telas para un artista. Son éstas las herramientas
de su profesión, pero, a pesar de que dichas herramientas se utilizan en
una actividad placentera en sí misma, el producto terminado debe ser una
obra de arte, capaz de ser apreciado por aquellos que nada saben de hor-
ticultura, tanto como por los que sí saben. Como una pintura, el bonsai
debe mostrarse en la manera más susceptible de acentuar sus líneas y sub-
rayar su carácter.
Una vez que se ha tratado un árbol bonsai Jo suficiente como para que
adquiera ese indefinible aire conocido como «presencia», debe conside-
rarse ]a elección de la maceta más adecuada para él. La mayoría de árbo-
les se plantarán en macetas rectangulares u ovales, y la elección parece
simple. Pero las diferencias en profundidad, anchura, diseño y color, inclu-
so en estas dos formas básicas, amplían el m1mero de posibilidades, y hasta
que el coleccionista ha cultivado un número de árboles y desarrollado un
instinto para reconocer la maceta más adecuada, pueden ser de utilidad
algunas reflexiones.
En la mayoría de los casos el tamaño de la maceta viene indicado por
las dimensiones del árbol. Existen bonsai con dimensiones o característi-
cas fuera de lo común, un tronco extremadamente grueso con relación a su
altura, por ejemplo, o una atractiva aunque peculiar curva u otro punto
focal. Para la mayoría de bonsai, sin embargo, nos encontraremos con que
la longitud de la maceta debe ser algo superior a los dos tercios de la altura
del árbol, medida desde la base del tronco hasta el extremo de la copa,
verticalmente. Si el árbol tuviera ramas muy desparramadas, pero fueran
de poca altura, Ja longitud del tiesto debería ser algo superior a los dos
tercios de la anchura extrema de las ramas. Nunca debe ser igual a la
altura o a la anchura del árbol.
Un viejo bonsai (f uniperus chinensis) con zonas de leña muerta en el tronco
realzando el efecto de madurez. Ha vuelto a ser tratado tras haberlo sido erró-
neamente como una conífera enana en un jardín durante muchos años.

Con Ja excepción de los árboles de tronco múltiple (incluyendo balsas,


plantación en grupo y demás), la profundidad de la maceta debe en-
cajar con el diámetro del tronco. En bonsai jóvenes pero no muy formados,
puede utilizarse ventajosamente una maceta algo más profunda, ya que
el árbol será vigoroso y su tronco se engordará rápidamente. Las conífe-
ras también pueden cultivarse en macetas algo más profundas que lo ante-
riormente especificado. Visualmente, ello proporciona una apariencia más
sólida y robusta.
La anchura de la maceta está determinada por el fabricante, pero la
mayoría de macetas rectangulares u ovaladas se conforman a un radio de
tres por dos, es decir, una maceta de 30 cm de largo, tendrá 20 cm de
ancho. Existen algunas variaciones sobre estos datos y cuando exista opor-
tunidad de elección, la anchura de la maceta debe ser más estrecha que la
distancia mayor (tomada horizontalmente) existente entre los extremos de
la inclinación frontal y trasera de las ramas.
El estilo y forma de la maceta debe estar en relación con el estilo y
carácter del bonsai. Un árbol con una curva interesante en su tronco se
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verá resaltado en una maceta ovaJ, quizá incluso con bordes curvos. Un
pino, como ya hemos mencionado anteriormente, necesitará una maceta
algo más profunda, y normalmente está mejor en un tiesto rectangular sin
bordes y con los lados rectos. Las esquinas y pies de la maceta deben ser
simples y el efecto finaJ debe ser de potencia y vigor.
Los olmos en estilo escoba se colocan casi siempre en bandejas ovala-
das muy planas, sin bordes, sencillas, la tierra subiendo ligeramente hasta
la base del tronco, lo que proporciona un efecto de tranquilidad a un
bonsai bellamente formado cuyo encanto radica, no en sus curvas o en su
frondoso ramaje, sino en su delicada elegancia y perfección.
Los árboles en cascada se plantan en recipientes profundos para pro-
porcionar un equilibrio visual entre la maceta y las largas ramas colgantes.
Las ramas deben colgar más allá de la base de la maceta y sus extremos
no deben tocar el soporte. Estos recipientes pueden ser redondos, hexago-
nales o cuadrados. Los recipientes redondos acentúan las suaves curvas de
una cascada en estilo formal, mientras que los tiestos cuadrados propor-
cionan una impresión de vigor.
Con las baJsas, troncos gemelos y otros estilos que incluyen unos po-
cos troncos, lo ideal es utilizar un recipiente largo y poco profundo,
normalmente con una longitud de alrededor de un tercio de la altura del
tronco más alto. Sin embargo, un recipiente plano muy largo puede ser
preferible para crear un efecto de «campo junto a árboles».
Los árboles «literati» se plantan invariablemente en macetas muy
pequeñas, poco profundas, redondas o cuadradas. Una característica· inte-
resante de estos bonsai es que si ignoramos por un momento el largo y
delgado tronco enrollado y nos concentramos en la copa del árbol, ésta,
si se desgajase, también parecería bien plantada en la misma maceta y
algunas normas de elección pueden derivarse de ello.
La elección de forma y tamaño de los tiestos es, como ya se ha ex-
plicado anteriormente, de gran importancia para el efecto final, pero es
también necesario tener en cuenta otras características de las macetas, una
vez se han determinado las dimensiones básicas en relación con un bonsai
determinado.
La característica más obvia es el color. La gran mayoría de macetas que
se ven en Europa son «Kobeware», que es una cerámica no esmaltada de
color marrón oscuro, y se pueden obtener en una gran variedad de for-
mas y estilos. Existe también un número de macetas de un co]or verde
manzana apagado y azul oscuro, rectangulares que, a pesar de presentar
menor variedad en gama de estilo, pueden ser de utilidad en a]gunas
ocasiones.
Existe un acuerdo general entre los especialistas y coleceionfatas de
bonsai, tanto del Este como de Europa, por el que los bonsai de coníferas
se adaptan mejor a recipientes sencillos de colores naturales. Esto, para el
coleccionista europeo, significa generalmente la utilización de macetas
«Kobeware» marrón oscuro, aunque algunos coleccionistas están ahora
comenzando a utilizar las macetas « Yamaki», de gran elegancia y elevada
calidad, y que presentan mayor sutileza en el colorido. Su gama de color
se extiende desde un marrón arena hasta un gris plateado y un gris bronce,
y resaltan mucho la apariencia de un buen bonsai. La marca «Kataoka-
Un bonsai de tronco múltiple Acer buergeranum exhibido con ventaja con su
entrega de raíces bien evidente. La super/icie de la maceta está netamente recu-
bierta de grava y la bandeja oval lubrificada.

ware» es también interesante por su gama de color en tonos naturales,


no tan sutil como en las macetas «Yamaki», pero de buena calidad y
considerable interés. Pero en la utilización de macetas de color (esmaltadas)
surge la polémica. Ello es quizá debido a la limitada gama de macetas
esmaltadas en el mercado europeo y en general a su calidad bastante
común.
Las mejores macetas esmaltadas son, de hecho, las chinas antiguas. Son
escasas y extremadamente caras, como también lo son las macetas china~
antiguas no esmaltadas, pero si alguna vez pueden encontrarse a precio
razonable, deben adquirirse. Son obras de arte por derecho propio y las
de más de 200 años de antigüedad son conocidas como «Kowatari» por
los japoneses. Las macetas chinas menos antiguas se dividen en «Chu-
watari» y «Shinwatari», estas últimas fueron fabricadas en el primer cuarto
de este siglo por los chinos, especialmente para el mercado japonés.
Las macetas esmaltadas tienen especial interés para la colocación de
plantas productoras de flores. Un bonsai con Ocres blancas armonizará
con una maceta esmaltada de un ligero tono amarillo o de un verde sauce,
mientras que plantas tales como el jazmín de invierno (f asminum nudi/lo-
rum) o la forsitia se verán realzados por una maceta esmaltada de color
verde oscuro. Las flores rojas contrastan bien con un tono esmaltado azul,
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claro u oscuro. Algunos árboles cultivados por su follaje, como el arce


o el ginkgo, pueden también verse realzados en macetas de color verde
sauce o azul oscuro, pero aquellos que producen frutos de brillantes co-
lores pueden ver aumentado su encanto si se elige una maceta de barro.
Los coleccionistas europeos no son muy dados a mantener una colec-
ción de macetas de modo que, en el momento de cambio de macetas, pueda
tenerse una selección a mano. Una tendencia en aumento, aunque lamenta-
ble, es su tendencia a pensar que han conseguido algo importante ahorran-
do un poco de dinero en la compra de macetas. Ello no es en realidad una
cuestión únicamente económica, aunque naturalmente ello es importante,
pero parece reflejar una falta de sensibilidad en cuanto a la diferencia que
para un bonsai representa una maceta realmente bien elegida. También
existe entre bastantes coleccionistas la sensación de que sus bonsai no
serán nunca lo suficientemente buenos como para hacer justicia a unas
bellas macetas. Esta falta de confianza es comprensible, aunque está lejos
de ser cierta . Existen muchos bonsai con gran atractivo en colecciones
privadas y que realmente merecen un tiesto de calidad.
Varias pequeñas características de una maceta de bonsai pueden refle-
jar el carácter de un bonsai. Por ejemplo, algunos tiestos tienen, en
lugar de un pie rectangular que proporciona una apariencia visual de
fuerza y poder, un pie más adornado e inclinado, casi chino en su carácter,
conocido como «pie de nube». Trasciende un aire de elegancia y realzará
un árbol que en sí mismo posea esta característica.
Un número de macetas rectangulares muestran variación en la forma
de sus esquinas. Existen algunos con esquinas redondeadas que amorti·
guan el vigoroso impacto de la maceta (denominado «uchien» si la curva
es hacia dentro y «nadekaku» si los lados son rectilíneos) y aquellos que,
a pesar de que las esquinas son más convencionales, poseen un borde
cortado, que acorta visualmente la longitud y la profundidad del contene-
dor (sumiire).
Un recipiente muy llamativo es el «taikodo», una maceta redonda que
puede describirse como semejante a un neumático. Puede tener bordes
curvados (como el neumático de una carretilla), o lados rectilíneos y parte
superior curvada hacia dentro, como el neumático de un coche. Este tipo
de maceta es muy efectista y se utiliza con bonsai de tronco inclinado y,
en tamaños muy pequeños, para bonsai literati.
Las macetas con los bordes curvados hacia dentro ( «fukuroshiki-bachi»)
se evitan a menudo debido a las dificultades que presentan en el momento
de replantar. El bonsai debe ser cortado para extraerlo de estas macetas
cuando las raíces están enrolladas, pero ya que ello no presenta graves
inconvenientes, no debe desestimarse la utilización de este tipo de bonsai.
Su gran nitidez de acabado puede ser halagadora para un bonsai adecuado
y que se exhiba con frecuencia. Una vez establecidos los árboles en su
maceta no se caerán si accidentalmente se vuelca.
Para la plantación en grupo y estilos de bonsai similares de varios
troncos, generalmente se utilizan recipientes grandes y muy planos cono-
cidos como «bandejas». Pueden ser rectangulares y, más a menudo, ova-
les, y como en las macetas para bonsai, los lados pueden tener bordes
curvados hacia dentro o hacia fuera, pueden ser muy rectilíneos y sin
Maceta china chuwatari no esmaltada del siglo XIX, rodeada por ambos lados
por macetas cuadradas esmaltadas japonesas.

decoración, curvados hacia el exterior y hacia arriba, o curvados hacia


fuera y luego hacia dentro. Una elección cuidadosa potenciará la belleza
de un grupo, las líneas curvas potenciando generalmente aquellas plantas
en las que las curvas en ramas y troncos son también una característica,
mientras que los bordes rectos irán mejor a un bonsai tratado formalmente.
El cultivador de bonsai debe comprar tiestos atractivos cuando le
sea posible y almacenarlos para su uso futuro. Puede parecer extraño,
pero si se consigue una maceta particularmente bella meramente porque
atrae al coleccionista, raramente transcurre mucho tiempo antes de que
se encuentre un bonsai totalmente adecuado para ese tiesto. Si ello se
debe a que la maceta ha causado un impacto en la mente del coleccionista
y que este puede, sin darse cuenta, visualizar lo que puede colocar en ella,
o si ello es sólo una casualidad, no podemos saberlo, pero es curioso la
frecuencia con que ello ocurre.
Tras haber seleccionado una maceta adecuada para su bonsai, el colec-
cionista debe tratar de plantar el árbol en la forma en que más Je realce.
Esta fase incluye no sólo la colocación del bonsai en la forma adecuada,
sino la forma en que los contornos de la tierra están realizados y la hábil
utilización de musgo. Un árbol realmente bien tratado raramente necesita
la adición de rocas, piedras o guijarros para proporcionarle calidad. Estas
normalmente se colocan, bien porque al propietario le gusta la piedra y
desea un lugar en que pueda verla, o porque el árbol es deficiente en
algún aspecto importante, y la roca o la piedra distraerá la atención de
este defecto.
Cuando el coleccionista ha colocado sus mejores bonsai en macetas
adecuadas, su atención debe .seguidamente centrarse en la manera en que
éstas deben presentarse en su jardín. En las circunstancias más óptimas,
los bonsai que están tan sólo parcialmente desarrollados o quizá todavía
en macetas de tratamiento, deben separarse de aquellos que están ya más
tratados y colocados en macetas de presentación. Cuando los bonsai se
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colocan en un patio, puede construirse un banco cerca del centro o hacia


un lado. Si se tiene un poco en cuenta los materiales de construcción a
utilizar en dicho banco para que armonice con el ambiente, puede crearse
algo simple, poco caro y valioso. El propietario de un patio rústico puede
utilizar troncos talados de árboles para soportar una tabla de madera, una
casa antigua realzará con los bonsai presentados en losas talladas descan-
sando en plintos de piedra, y aquellos coleccionistas que vivan en casas
modernas, donde se haya utilizado losas artificiales, pueden encontrar que
la utilización de bandejas llenas de grava adecuadamente coloreada y colo-
cadas sobre losas que armonicen sobre algunos ladrillos proporcionan un
efecto muy bello. Cuando exista un césped que sea una característica im-
portante de un jardín, su fresca apariencia puede verse mejorada por la
colocación de rocas en un lado. La parte superior de un muro bajo de
piedra natural, con subidas y bajadas a lo largo, es un lugar de gran atrac-
tivo para colocar un bonsai. Los bonsai en tratamiento pueden colocarse
en estanterías de diversos niveles, o en tablas, y donde puedan recibir luz
desde todas las direcciones y puedan alcanzarse los árboles con facilidad.
Algunos coleccionistas pueden desear que parte de su jardín adyacente
a la colecclón de bonsai posea una áurea oriental, y pueden utilizarse pie-
dras, grava o arena para reproducir a pequeña escala la apariencia de un
jardín Zen. Un punto importante a tener en cuenta, no obstante, es que los
jardines Zen, a diferencia de los occidentales que están diseñados para
atraer el visitante a su interior, recorrerlo, y que poseen delicias visuales
inesperadas en rincones inesperados, están diseñados para ser observados
desde un solo punto de visión, y su propósito es puramente contemplativo.
También el bonsai está diseñado para ser observado de esta manera e,
idealmente, el árbol debe estar colocado de modo que un punto imaginario
situado en la mitad de la parte frontal del tronco, esté a nivel de los ojos.
Este hecho, aunque en Occidente se acepta, rara vez se pone en práctica.
Ello se debe probablemente a la tradición europea de decorar las
habitaciones con grandes jarrones con flores, y no con una sola flor, que
se ha interpretado en términos bonsai, como el disfrutar de una exhibi-
ción masiva de flores y no de la apreciación de las cualidades de un único
bonsai. En Oriente, en las habilidades del bonsai, Ikebana (arreglo de
flores) y el diseño de jardines, así como otras artes tales como la caligra·
fía, se da la misma importancia al efecto del espacio alrededor de un ob-
jeto y a la forma y calidad de tal espacio como al objeto mismo. En
Europa, por lo menos en los círculos que practican bonsai, este importante
aspecto de la exhibición es ampliamente ignorado.

ARREGLO DE LOS BONSAI EN EXPOSICIONES. El aficionado puede


desear el mostrar sus árboles en competiciones. Pero, a pesar de que su
bonsai puede estar conforme con las nonnas en cuanto a tamaño, edad y
tipo, establecidas por los organizadores, no debe considerarse el presentar
ningún ejemplar que no sea sano, correctamente plantado y arreglado en
la forma que demuestre mejor sus cualidades.
Cuando se ha seleccionado un bonsai adecuado, debe atenderse a los
detalles. Las macetas deben limpiarse y, si son del tipo Kobewarc no es-
maltado, deben frotarse con aceite. Utilizando un paño limpio empapado
en aceite vegetal, proporcionaremos un ligero brillo a la superficie de la
maceta, y si inicialmente el brillo fuera demasiado intenso, al pasar dos o
tres días la calidad porosa del material absorberá el exceso de aceite y el
efecto logrado será óptimo. El musgo que crece sobre la tierra debe ser
corto y húmedo y con apariencia vigorosa. Deben eliminarse las hojas
muertas, dañadas o de excesivo tamaño de los árboles caducos, y también
las agujas quemadas de los pinos.
Un bonsai luce más cuando se presenta en un soporte adecuado. Los
árboles en cascada necesitan un soporte elevado, desde luego, pero otros
bonsai de formas más convencionales pueden ventajosamente colocarse
sobre una gruesa «rebanada» pulida de tronco de árbol, en un soporte bajo
de madera e incluso sobre una estera de bambú trenzado o de lino. Puede
decirse lo mismo cuando se coloca un bonsai en el interior de la casa para
su exhibición durante un día o dos, y el efecto puede mejorarse colocando
un objeto pequeño, complementario, cerca de la maceta. Puede ser éste
una diminuta maceta con bambú enano, un bronce oriental antiguo o una
piedra atractiva. Cualquiera que sea el objeto debe colocarse cuidadosa-
mente para potenciar el bonsai y no debe convertirse en el foco de aten-
ción. Siendo pequeño, acentúa el tamaño del bonsai y al mismo tiempo
forma con él un encuadre armonioso.
Tal como hemos mencionado anteriormente, la utilización de casitas,
barcas y gente para añadir «realismo» al bonsai, al mismo tiempo que
proporcionar diversión a los niños demasiado pequeños todavía para apre-
ciar la belleza del árbol tratado, es innecesario y sólo una distracción. Una
plantación en grupo, por ejemplo, debe ser tan convincente por sí misma
que un espectador pueda casi ver un sendero serpenteando entre los árbo-
les. Otro observador del mismo grupo puede ver en su imaginación un
zorro corriendo entre los árboles, y un bonsai que puede proporcionar a
su audiencia imágenes tan vivas como éstas no necesita mayor embelleci-
miento visual. Ha convencido totalmente a aquellos que lo miran de que
es un bosque y no un número de pequeños árboles en una maceta.
Quizá el mayor desafío que el coleccionista debe afrontar es el dise-
ñar, equipar y colocar muchos bonsai para formar una exposición. Estos
bonsai probablemente son propiedad de los miembros del club y de él
mismo. Este tipo de exhibición depende no sólo de fa calidad y presenta·
ción de los árboles, sino de otros muchos factores diversos. Por ello vamos
a tratar de proporcionar algunas ideas generales por las que puede guiarse
el organizador de una de tales exposiciones.
En principio, es aconsejable visitar otras exposiciones y estudiar el
trabajo llevado a cabo por clubs o profesionales. El futuro expositor debe
tratar de descubrir el por qué se produce tal impacto mediante un bonsai
en particular o un arreglo de varios bonsai. Ello le ayudará a planificar la
exposición que él desea llevar a cabo, teniendo en cuenta todas las limi-
taciones que pesan sobre él en cuanto a número, tipos o calidades de lo que
debe exponer.
Las exposiciones de agricultura/horticultura que se llevan a cabo en
Europa son a menudo buenos lugares para visitar exposiciones de calidad
de bonsai llevadas a cabo por profesionales, clubs o sociedades, o ambos.
La exhibición adecuada de bonsai requiere espacio, y el tamaño de
stand comúnmente utilizado es de 9 m de largo por 2 rn de ancho. Ta·
les stands normalmente están colocados en los laterales de los edificios o
marquesinas en que se realiza la exposición principal y se conocen como
stands laterales o de pared. El bonsai no puede ser adecuadamente con·
templado cuando está en el suelo, por lo tanto se necesitan tablas. Algún
tipo de estantería será necesario, así como cajas y tablas. La finalidad
debe ser el conseguir que la mayor cantidad posible de bonsai sea clara-
mente vista por los visitantes.
Para asegurar un fondo de color complementario será necesario pro-
veerse de una pieza de tela de algo más de 9 m de largo y por lo menos
l ,25 m de ancho. Si la exposición tuviera lugar bajo un entoldado, la tela
debe ser incombustible. Otra pieza de tela, normalmente de color negro, es
necesaria para cubrir las patas de la mesa. Esta debe ser de 12,5 m de largo
y 1 m de ancho (la mayoría de mesas son de 75 cm de alto, los centCme-
tros extra son para la fijación). Se necesita más tela para las mesas pro-
piamente dichas (9 m por 2 m) y para las estanterías (parte superior, fron-
tal y laterales). Si el expositor decidiera esparcir gravilla por encima de las
mesas (para crear, quizá, un efecto más natural) necesitará transportarla
hasta el lugar de la exposición, y una vez allí deberá colocarla sobre algu·
na forma de cobertura, como por ejemplo un trozo de tela vieja o un trozo
de plástico. Si decide utilizar grava, 50 kg de una clase fina cubrirá, si se
utiliza con cuidado, alrededor de 7 m2 • Si se utiliza «peagrit» (pequeñas
piedras del tamaño de un guisante) entonces los 50 kg cubrirán tan sólo
alrededor de 5 m2 • Cuando menos liso se presente el fondo de protección
colocado, más grava se necesitará para cubrir las irregularidades.
Un stand de 9 m por 2 m necesitará de alrededor de 50 bonsai para
Uenarlo. Estos seguramente se escalonarán entre bonsai grande y bonsai
mame, teniendo la mayoría de los árboles una altura de entre 30 a 50 cm
de altura. Si, como es el caso de la primera exhibición organizada por
un club, la mayoría de bonsai disponibles son pequeños, se necesitará un
espacio de 6 m y podrá colocarse un número similar o ligeramente menor
de bonsai.
Será de especial interés para los visitantes la variedad de plantas exhi-
bidas. Debe crearse un equilibrio entre árboles perennes y caducos, y den-
tro de cada categoría debe existir la mayor variación posible. Es aconse-
jable colocar árboles en flor o con fruto, así como árboles con hojas atrac-
tivamente coloreadas (como arces) o con follaje jaspeado. Y deben presen-
tarse diversos estilos de bonsai, incluyendo grupos y plantación en rocas y
árboles en cascada, as{ como varios árboles verticales de estilo informal.
Las macetas utilizadas deben también presentar una variedad de estilos y
tamaños.
Estrictamente, en las etiquetas sólo debe colocarse el nombre latino del
ejemplar. Según las normas más recientes editadas por la Royal Horticul-
tura! Society (Real Sociedad de Horticultura) en esta materia, también
puede indicarse en las etiquetas la edad de los árboles. Sin embargo, ello
implica diversas dificultades, especialmente para un club que trate de cap-
tar nuevos miembros. Naturalmente, los bonsai que se muestran son los
mejores y no los más jóvenes de las colecciones de los miembros, y algu-
nos de los árboles pueden ser de edad desconocida ya que se reco~ieron
en un ambiente natural. Cuando los miembros potenciales leen la etiqueta
de, digamos, un olmo de ocho años que tiene una altura de 18 cm, su
primer pensamiento normalmente es «si toma tanto tiempo para crecer
unos pocos centímetros, es demasiado lento para mí». Si, por otro lado,
no se indican las edades, los visitantes interesados preguntarán. Ello da al
coleccionista la oportunidad de explicar que el pequeño árbol y el mayor
situado algo más atrás tienen en realidad casi la misma edad. Su plantea-
miento fue el tratar un árbol mayor y otro menor y este fue el resultado.
Tal respuesta irá seguida de otras preguntas y puede crear un interés real
en quien las plantea sobre las habilidades del tratamiento bonsai.
Si la exhibición se prolonga durante dos días, el bonsai necesitará agua.
Un rociador de «brazo largo» puede ser suficiente, pero es mejor utilizar
una regadera. Antes de regar los árboles, retire las etiquetas, a menos que
el texto esté a prueba de agua y las mismas etiquetas no vayan a conver-
tirse en una masa mojada.
Al final de la exposición, debe retirarse todo lo que se ha colocado.
Los árboles, la grava y otros materiales deben ser colocados en uno o más
vehículos rápidamente y sin provocar deterioros. Si la exhibición ha tenido
lugar en un entoldado y el tiempo ha sido bueno, esté preparado para la
lluvia que puede producirse mientras esté desmontando el stand y pro-
véase de un par de botas «Wellington» (de goma). Uno o dos termos de
café son de gran utilidad en este momento, ya que desmontar un stand
es un ejercicio físico duro.
Los árboles pueden transportarse en coche de otros miembros del club,
siendo particularmente adecuados los del tipo rubia. Si un club tuviera la
suerte de disponer de una camioneta, una de 1100 kg podrá transportar
toda la exposición, si se coloca cuidadosamente, y materiales diversos que
pudiera contener un stand de 9 m por 2 m. ¡Pero seguramente no habrá
espacio para viajeros!
Al volver a casa después de la exhibición, el bonsai debe regresar a
su emplazamiento habitual en el jardín y ser regado desde arriba, a menos
que esté lloviendo fuertemente. Esto se hace para limpiar el árbol, ya que
estará polvoriento después de su estancia en un interior o bajo unas lonas.
Algunos golpes recibidos durante el viaje pueden haber ocasionado que
un bonsai se halle suelto en su maceta y debe sustituirse la tierra perdida.
Coloque este bonsai en un lugar protegido hasta que se recupere.
Una o dos exposiciones por año ocasionan poco deterioro en un árbol
sano (uno que no lo sea no debe someterse a esta tensión), pero los bonsai
que se exhiben con frecuencia pueden responder negativamente a tal tra-
tamiento. Si muestran señales de fatiga deben mantenerse en el jardín en
condiciones óptimas hasta que se recuperen totalmente.
La exhibición de bonsai es una experiencia agradable. Es siempre in-
teresante, aunque a veces puede ser una experiencia muy calurosa o muy
húmeda. Cuando un bonsai gana un premio se experimenta una gran
alegría, especialmente si en el concurso se incluían otros bellos árboles
de la misma clase, pero realmente no es importante si los jueces deciden
favorecer otro ejemplar. El coleccionista ha gozado de la satisfacción de
tratar un árbol, y durante este tiempo ha obtenido un considerable placer
de la práctica de su pasatiempo.
CAPITULO NOVENO

PLAGAS Y ENFERMEDADES

El bonsai, cuando recibe los cuidados adecuados, vive durante un tiempo


considerable y, desde el punto de vista de plagas y enfermedades, no pre·
senta grandes problemas. Existen, sin embargo, algunos problemas que
pueden presentarse de vez en cuando, y no siempre responden a trata·
mientos convencionales. Seguidamente comentamos los insectos más co-
munes, los problemas derivados de otros animales y enfermedades más
corrientes y sugerimos el modo de combatirlos.

INSECTOS Y OTRAS PLAGAS


Abejas cortadoras de hojas. Estas abejas viven en túneles de madera po-
drida, en la tierra o en viejas paredes de ladrillo y sus hembras cortan
trozos semicirculares en las hojas de ciertos árboles caducos. Estos trozos
se utilizan para dar consistencia a los nidos. Las abejas no son gregarias,
de modo que una media hora de paciencia con un matamoscas puede eli·
minar el problema. Si no, trate de localizar y eliminar el nido.

Ácaro araña roja. Es ésta una seria plaga para las plantas, ataca tanto
a las de interior como a las de exterior, incluyendo los bonsai, especial-
mente cuando el ambiente es seco. Los ácaros pueden detectarse a partir
de las diminutas telarañas que forman y ocasionan la deshidratación de
la planta. Gcasionarán serios problemas a enebros y otras coníferas y
deben tratarse tan pronto como se detectan. Los bonsai perennes de exte-
rior toleran las pulverizaciones de insecticidas sistémicos líquidos, pero
es mejor prevenir que curar y, tal como hemos indicado anteriormente,
el mantenimiento de un ambiente húmedo alrededor de la planta durante
los meses de verano ayudará muchísimo a evitar este problema.

Afidos. También conocidos como pulgones (mosca verde o mosca negra),


los áfidos pueden representar un problema en primavera y a principios de
verano, cuando existe una profusión de brotes tiernos, jóvenes, jugosos de
los que pueden alimentarse. Dentro de los bonsai, la variedad generalmente
más afectada son los ai·ces.Una infección íuerte puede debilitar mucho un
ejemplar, pero no deben usars~ los pulverizadores utilizados en las plan·
tas ornamentales o en los vegetales ya que por alguna razón no los
toleran, incluso si se util izan con gran cuidado. Son especialmente sensi-
bles la variedad de hoja rojiza Acer palmatum «Chisio» y A. p. «Seigen,,.
Sin embargo, el tratamiento más eficaz es también el más sencillo. Llénese
un cubo con agua en la que se ha diluido una cucharada de postre de deter-
gente líquido, y mantenga el árbol invertido dentro del agua, moviéndolo
circularmente durante unos pocos minutos para desalojar los áfidos. Luego
debe aclararse el árbol en otro cubo conteniendo agua limpia para asegu-
rar que no caigan gotas con detergente en la tierra de la maceta.

Afidos de raíz. Algunos áfidos ·viven en el suelo, comiendo raíces y dañan-


do las plantas. Si el follaje se vuelve amarillo decae, es una indicación
de su presencia. En lo que concierne a los bonsai una cura es difícil ya
que muchas clases son sensibles a los químicos, pero el tratamiento de
lavado con detergente puede operar buenos resultados. Seguidamente debe
colocarse el bonsai en otra maceta, utilizando tierra nueva, esterilizada.

Afidos· lanudos. En bonsai se ven principalmente en los pinos y en los


manzanos silvestres, produciendo conspicuos copetes que se asemejan a
algodón blanco. Puede utilizarse insecticida sistémico en ambas varieda-
des, o pueden eliminarse los áfi.dos a mano utilizando bolas de algodón
empapadas en alcohol.

Avispas de agalla. Las larvas de estos diminutos insectos viven en los


tejidos de las plantas y son la causa de las «manzanas de roble» en los ro-
bles. No dañan a un árbol vigoroso, pero en un pequeño bonsai deben
eliminarse podando los brotes en los que estén alojadas.

Babosas. Las babosas pueden comer el follaje de los bonsai y causar daños
en sus raíces. Se sienten atraídas por los cebos de babosas, por Jo tanto
es mejor eliminar esas bolitas (ver «junio» en el capítulo 4). Los sapos
comen babosas y otros muchos insectos. La colocación de un pequeño
estanque rodeado por una pocas piedras, helechos y césped, animará a los
sapos a vivir ahí y posiblemente circularán por el jardín. Las ranas son
también útiles. Pueden obtenerse huevas de dichos animales, en prima-
vera, de los niños de la escuela local. A las babosas no les gusta el des-
plazarse a través de grava de grano grueso, por 1o tanto el colocar las
macetas sobre este material las hace menos accesibles.

Caracoles. Son menos molestos que las babosas, pero debe recordarse que
se entierran en el suelo. Quítelos en cuanto los vea.

Cochinillas. Estos insectos pueden infectar casi cualquier árbol y su pre-


sencia viene indicada por un árbol de crecimiento pobre y la presencia
de escamas parecidas a lapas en el tronco, ramas y zona interna de las
hojas. Bajo ellas vive la cochinilla hembra, y deben eliminarse utilizando
una bola de algodón empapada en alcohol metilado o la punta de un ciga-
rrillo encendido. Debe cubrirse la maceta durante este proceso para ase-
gurar que las escamas rlo caigan en la tierra, ya que las cochinillas jóve-
nes incuban bajo la escama ;madre y pasan por un estado móvil, en cuyo
momento se «arrastran». Las cochinillas también atacan a las plantas de
interior, siendo particularmente vulnerables algunos miembros de los gé-
"EL MAJESTUOSO
ARCE SILVESTRE"
Acer buergeranum
(Arce silvestre trífido japonés)

Este árbol joven, de estilo vertical formal, fue cultivado a partir de un


esqueje en 1965 por la autora, junto con otros, de otro bonsai. Los esque-
jes enraizados fueron plantados en maceta y tratados, conservando cinco
de ellos, no solamente por su calidad si no porque, ante la menor expe-
riencia de la autora, los árboles no revelaban su potencial futuro. Tras
dos o tres años de cultivarlos en maceta, fueron plantados directamente
en el suelo y se dejaron, totalmente sin podar, durante cuatro años. Duran-
te este período se convirtieron en atractivos arbustos, de alrededor de
1,5 m de altura.
Entonces se excavaron los árboles, se podaron enérgicamente sus raí-
ces de derivación, y como en aquel momento el tiempo era de verano,
se eliminó casi todo el crecimiento de la copa y la mayoría de ramas late-
rales. Se formaron nuevas ramas en la parte superior del árbol y, por
casualidad, éstas aparecieron en posiciones que indicaban de forma muy
directa la dirección que debía tomar el tratamiento del árbol. De acuerdo
con ello, se siguieron esas indicaciones y se podaron y pinzaron las ramas
para crear un crecimiento leñoso muy dividido. Se colocaron algunos
alambres para colocar las ramas en posición horizontal.
Tras cuatro años de este tratamiento, el arce silvestre comenzaba
a mostrar algo de su futura belleza. Las raíces, después del período en
campo abierto, se habían desarrollado en un grado mucho mayor que el
indicado por la edad del árbol, y empezaban a aparecer como fuertes y
maduras. Se trasplantó desde su maceta de tratamiento a una maceta ka-
taokaware rectangular de color marrón medio, con pie rectangular, rom-
piéndose la severidad de las lineas por un discreto dibujo griego. Las me-
didas de la maceta son 41 X 9,5 X 72,5 cm, y entonces el árbol estaba
algo por debajo de su actual altura de 70 cm.
Cuando fue exhibido, los visitantes destacaron la madurez y encanto
de este bonsai en particular. «El Majestuoso Arce Silvestre» ( «The
Stately Maple»), tal como actualmente se le conoce, fue bautizado por
Gwyneth Melville-Clark, propietaria de una colección muy buena de bon-
sai ingleses y japoneses y viuda del fundador de la Bonsai Kai de la So-
ciedad Japonesa de Londres, Mr. Ian Melville-Clark. Durante muchos años
esta señora ha ofrecido consejo, guía y estímulo a muchos entusiastas de
bonsai, y al ver el joven árbol por primera vez exclamó con sentimiento
y seriedad: «Qué majestuoso arce silvestre».
"EL MAJESTUOSO ARCE SILVESTRE"

Acer buergeranum
(Arce silvestre trífido japonés)
"EL GINKGO SIN NOMBRE"
Ginkgo biloba
(Arbol de Venus)
"EL GINKGO SIN NOMBRE"
Ginkgo bi/oba
(Arbol de Venus)

Este viejo bonsai, de tronco muy grueso, tratado en el estilo tradicional de


Llama de vela, muestra la formación de «Chi Chi», que son unos brotes
extraños, gruesos, pendulares, que crecen en las uniones de tronco y ramas.
Ello se desarrolla en los gin.kgos viejos tanto bonsai como en la naturaleza.
El árbol se compró algunos años atrás. El autor no estaba contento
con él y un examen mostró que parte del tronco principal se estaba pu_-
driendo, posiblemente debido a la edad, teoría respaldada por la presencia
del Chi Chi. Durante la siguiente primavera, algunos brotes de una rama
sospechosa habían muerto y se eliminaron y, a pesar de que el resto de
la rama produjo hojas, estaba falta de vigor. Sin embargo, se estimuló a
las ramas vecinas para rellenar el espacio y todo se consideraba correcto.
Durante el año siguiente, en primavera, muy poco antes de que se
abrieran las hojas, el bonsai fue trasladado fuera de Londres, para pasar
el verano en un ambiente lo más conveniente posible. Al llegar a su des-
tino se encontró con que la rama sospechosa había caído, y este aconte-
cimiento improbable reveló la verdadera naturaleza del árbol. Era desde
luego viejo, probablemente muy viejo, y en algún momento hab(a sufrido
un accidente que había provocado la pérdida de parte de su centro. Pro-
bablemente se había roto de alguna manera, y con mucha habilidad, se
habían injertado las ramas rotas en los restos del viejo tronco y estos in-
jertos, con el tiempo, habían tenido éxito. Sin embargo, el paso de los
años y un período de descuido había provocado la muerte parcial del viejo
tronco que portaba los injertos, por ello una había caído ahora. Normal-
mente el árbol se trata en anticipación de la caída de otros injertos. Es pro-
bable que a su debido tiempo el centro del árbol muera completamente,
por lo que necesita un considerable crecimiento de ramas de las partes
sanas del árbol.
La rama injertada estaba ya débil antes de su caída, pero se trató de
enraizada en un invernadero de propagación bien equipado. Casi se había
perdido toda esperanza cuando se observó una yema verde, y pocos días
más tarde la rama completa estaba con hojas. Ahora esta parte del viejo
árbol está firmemente establecida en sus propias raíces.
A pesar de sus problemas, éste es todavía un magnífico viejo bonsai, y
normalmente está plantado en una maceta kataoka rectangular de 47,5 X
34,5 X 9,5 cm, teniendo una altura global de 83 cm y una circunferencia
de tronco de 51 cm.
A diferencia de los restantes bonsai mostrados en ilustración en color
en este libro, salvo u_no, este árbol todavía no ha recibido un nombre
personal.
- - - - - - - - - - - MANUAL DE BONSAI - - - - - - - - - -

ncros Ficus y Citrus. Una infección de cochinillas, si no se trata, puede


debilitar un bonsai lo suficiente como para matarlo.
Cochinillas de la humedad. Esta peste gris, dura y de muchas patas, vive
en lugares húmedos y se alimenta de desechos podridos. Pueden ocasionar
serios daños a las raíces y a los tallos de las plantas, y deben tratarse de
la misma forma que las hormigas. Debe precisarse que las macetas de bon-
sai no deben nunca colocarse directamente sobre el suelo, o serán cons-
tantemente atacadas por estas dos pestes. Es mejor que el bonsai se colo-
que sobre grava, plataformas de piedra o estanterías de madera tratada.

Chinches harinosos. Medran en algunas plantas de interior, incluyendo


bonsai, y se eliminan mejor manualmente cuando se localizan. Mientras
no son maduros se parecen a una cochinilla pálida y pequeña, y viven en
pequeñas colonias que están cubiertas con una sustancia parecida al algo-
dón. Si no se controlan, se multiplican rápidamente, alimentándose de
savia y excretando savia extravasada, lo que potencia el crecimiento de
un moho negro en el follaje y en los brotes.

Gatos. Su influencia es contradictoria. El tener un gato castrado en casa


puede ser ventajoso para el coleccionista bonsai, ya que los gatos son
animales territoriales y el residente mantendrá a otros gatos fuera del
jardín. También aprenderá, con cierta desgana, el mantenerse alejado de
las bandejas de semillas recién plantadas, y puede cazar ratones, que pue-
den ocasionar serios daños a los árboles bonsai. Los gatos extraños pue-
den ser una molestia para las bandejas de semillas, y los gatos machos
pueden matar un árbol al dedicar una persistente atención a un tronco ele-
gido. Contrariamente a la creencia popular, los gatos no afilan sus uñas
en los árboles bonsai. Si los gatos visitantes ocasionan molestias, se conse-
guirán resultados notables, aunque transitorios, utilizando una manguera.

Hormigas. La presencia de hormigas en un bonsai es generalmente síntoma


de la presencia de otro insecto. Generalmente se trata de una infección de
pulgón u otro áfido, que debe eliminarse antes de tratar las hormigas, o
estas volverán a presentarse. Las hormigas no dañan el bonsai chupando
su savia o cortando las hojas, pero pueden ocasionar problemas en las
macetas al formar un nido en el cepellón.
El eliminar del bonsai tanto el pulgón como las hormigas es una tarea
fácil. Sumérjase meramente el árbol, en su maceta, en un recipiente lleno
de agua en la que se ha diluido una cucharada de postre de detergente
líquido y una de Jeyes Fluid por 14 J de agua, de modo que el agua cubra
totalmente el árbol y su maceta. El árbol debe permanecer sumergido de
media a una hora, dependiendo de su tamaño. Todas las hormigas abando-
narán el cepellón y se ahogarán.

Liebres. El número de liebres ha crecido enormemente desde la virtual


exterminación de conejos por mixomatosis, y durante un invierno duro
las liebres comerán cortezas de árbol para sobrevivir. En las zonas en
PLAGAS Y ENFERMEDADES

que ello pudiera ocurrir deben colocarse redes alrededor de los árboles.

Moscas blancas. Están relacionadas con los áfidos, a pesar de que los adul-
tos parecen mariposas diminutas. Ocasionalmente afectan a las jóvenes
hayas y a los manzanos silvestres, alimentándose en su savia y segregando
rocío de miel, que es un síntoma de su presencia. Las hayas y los manza-
nos silvestres pueden rociarse con piretro. Otros árboles deben aclararse
con agua y detergente líquido.

Orugas. Generalmente ocasionan tan sólo pequeñas molestias a un bonsai.


ya que una sola oruga comiendo una hoja es fácilmente localizada y eli-
minada. Algunas eligen crisalidar entre el follaje bonsai, uniendo hojas y
viviendo en el interior, a salvo de los pájaros. El manzano silvestre, el
Cotoneaster, la Pyracantha, el enebro y el pino parecen atraer más su
atención que otras especies. y cuando se aprecie la existencia de hojas pe-
gadas deben desunirse y eliminar la crisálida. Ocasionalmente las orugas
pueden devastar un sauce, apareciendo en gran número, sin previo aviso, y
comiendo rápidamente todas las partes verdes del follaje. Puede efectuarse
una «cura» utilizando el tratamiento de agua y detergente líquido, y afor-
tunadamente el sauce desarrollará más hojas.

Pájaros. Desde luego, los pájaros deben protegerse ya que se alimentan de


insectos que pueden ocasionar problemas. Sin embargo, en algunas oca-
siones su presencia es menos útil.
En el momento de a ni dar, el musgo que crece en las macetas de bonsai
les parece irresistible, y a mitades de ve1·ano también arrancan el musgo
buscando insectos. Para proteger las macetas, cu bra su parte superior con
una red de plástico cortada de modo que pueda pasar el tronco del
bonsai.
Los mirlos se sienten muy atraídos por las etiquetas blancas de plástico
utilizadas en las bandejas de semillas y frecuentemente las arrancan. Una
solución para este problema es el utilizar etiquetas de aluminio y doblar-
las sobre el lado de la bandeja de semillas o la maceta. A los mirlos
también les encantan las bayas de Pyracantha, que preferirán comer de
un bonsai antes que de un arbusto vecino, de modo que éste debe prote-
gerse con una red hacia finales de verano que es cuando comienzan a
madurar las bayas. Los miembros de la familia de los herrerillos son
grandes devoradores de pulgones, hormigas y otros insectos, pero comple-
mentan su dieta con suculentos centros de flores de manzano, tanto antes,
como durante la floración. De modo que este y otros árboles productores
de flores como por ejemplo, el ciruelo, el peral, el albaricoquero y el
cerezo, deben también protegerse mediante la colocación de redes antes
y durante la floraci ón.

Perros. Los perros únicamente suponen un problema si los bonsai estún


situados a nivel del suelo. Si están colocados, como deben estar sobre
repisas o alguna manera de tabla, entonces los perros no presentan pro-
blema alguno. De hecho pueden ser útiles para mantener apartados intru-
sos con largas manos.
- - - - - - - - - - - MANUAL DE DONSAI - - -- - - -- - -

Mancha de coral, hongo que medra en madera muerta, que puede convertirse en
parásito.

Ratones. Estos roedores, como las liebres, se alimentan en invierno de cor-


tezas. Mastican directamente la corteza alrededor de todo el tronco, pro-
duciendo un anillo y matándolo. Para eliminar esta plaga, utilice métodos
convencionales, tales como ratoneras, veneno o un gato. (Muchos ratones
de Europa están inmunizados al veneno y por lo tanto se recomiendan
métodos alternativos.)

Tijeretas. Pueden algunas veces alimentarse de follaje durante la noche y


se sienten atraídas a una zona por la presencia de hojas muertas, malas
hierbas y otros desechos en los que anidan. Una buena limpieza del jar-
dín eliminará cualquier problema.

ENFERMEDADES
Al parecer, los árboles bonsai sufren de muy pocas enfermedades, qu1za
debido a las buenas condiciones generales en que se mantienen. Sin em-
bargo, unas pocas enfermedades pueden aparecer en árboles debilitados. y
seguidamente las detallamos.
PLAGAS Y ENFERMEDADES~~~ ~~ ~ ~ ~ ~-

Agalla de coroflll, enfermedad bacteriológica de la raíz que penetra en los teiidos


de la planta a través de los cortes y que forma agallas (ver p. 166).
Agalla de azalea, enfermedad de ho,igos, transmitida por aire, de estos decorati·
vos arbustos (ver a continuación).

Agalla de azalea. Es este un hongo que viaja por el aire y que ataca las
azaleas, penetrando sus esporas en el tejido de las plantas. Tras algunos
meses las agallas sustituyen a las hojas o a las flores. En principio son de
color rojo o verde, volviéndose blancas. Una vez blancas,. estas agallas
están preparadas para dispersar más esporas, por lo tanto elimínelas antes
de que ello ocurra.
Agallas de corona. Es una enfermedad bacteriana de las raices que produ-
ce unas plantas débiles, aturdidas. La bacteria se introduce por las heridas
de la raíz y se multiplica en agallas. Puede observarse en las raíces una
cadena o un racimo de agallas. El problema se agrava cuando se empapan
de agua, pero no es común en los bonsai a pesar de que se ha detectado
en las raíces de importantes Cotoneaster, Pyracantha o Juniperus chinensis.
Enfermedad del olmo holandés (Ceratocystis u/mi). Los escarabajos de la
corteza del olmo -originados a partir de los huevos depositados en olmos
enfermos-- propagan esta devastadora enfermedad de hongos, transmi-
tiendo las esporas en tanto se alimentan de los brotes jóvenes de un árbol
saludable.
Las esporas penetran a través de heridas producidas por los escaraba-
jos y seguidamente se produce una resina que ocasiona la muerte de las
ramas y eventual muerte del árbol.
Es más eficaz el ejercer una prevención que el tratar de curar; rocíese
el tronco y las ramas durante la primavera con un insecticida sistémico.

Mancha de alquitrán. Es esta una enfermedad de hongos específica del


arce. En bonsai, lo mejor es eliminar las hojas afectadas con sus manchas
negras, y en otoño eliminar y quemar todo el follaje del árbol afectado.
En primavera puede aplicarse una solución muy diluida de fungicida de
cobre, cuando las hojas se abren, pero un árbol débil puede no soportar
este tratamiento.

Manchas de coral. Es este un hongo que normalmente vive sobre madera


muerta, pero puede convertirse en parásito al penetrar brotes vivos. El
bonsai no se ve generalmente afectado ya que las ramas y tallos muertos
se eliminan, pero si aparecen manchas de coral en una rama muerta olvi-
dada, debe eliminarse dicha rama inmediatamente. Debe mantenerse una
estrecha vigilancia para detectar la existencia de manchas de un color
naranja/rojizo en la leña viva y, si se detectan, debe efectuarse inme-
diatamente una poda.

Moho. Bajo este nombre se agrupan diversos tipos de moho, todos los
cuales son una enfermedad producida por hongos identificables por un
polvillo que recubre las hojas. Se da más en veranos húmedos y puede ala-
car al bonsai de roble, espino, manzano silvestre (y manzano) y Carpinus.
Todos estos árboles pueden pulverizarse con un fungicida sistémico ade-
cuado para arbustos ornamentales, y las ramas que estén muy afectadas
pueden cortarse.

Putrefaci6n. Este problema está ocasionado por un hongo parasitario que


ocasiona el colapso de los plantones. Sin embargo, sólo es probable que
se vean afectados si se han plantado demasiado juntos o crecen en condi-
ción de humedad o entre altas temperaturas. Sus ataques pueden evitarse
regando las bandejas de semillas con «Cheshunt Compound».
CAPITULO DECJ MO

GLOSARIO DE PLANTAS

NOTA: Los compuestos recomendados en este glosario se refieren a los


detallados en el capítulo 4, páginas 57 y 58-59, la sección de marzo de la
«Guía mensual de cultivo».
Acer buergeranum (arce trífido japonés). Vigoroso, caduco. Muy ade-
cuado para su cultivo en diversos estilos verticales y muy utilizado para
el bonsaj agarrado a las rocas. Posee hojas pequeñas, estructura fina de
ramas y colorido en primavera y otoño.
Propagación Semillas, esquejes, estratificación.
NECES IDADES DE CULTIVO
Replantado Una vez cada tres años en primavera, antes de que revien-
ten las yemas, utilizando una mezcla de compuesto es-
tándar.
Poda Las ramas pequeñas durante los meses de verano, las ma-
yores en invierno.
Alambrado En cualquier momento.
Abono Aplicarlo desde mayo a septiembre.
En/ermedades Pulgón en primavera y a principios de verano.

Acer buergeranum variegatum (arce trífido jaspeado). Vigoroso, caduco.


Una forma raramente vista, menos vigorosa que la anterior, adecuada
para bonsai de estilos verticales. Posee hojas pequeñas blancas y verdes
y un interesante colorido otoñal.
Propagación Injerto.
NECESIDADES DE CULTIVO Las mismas que para el Acer buergeranum.

Acer campestre (arce del campo). Vigoroso, caduco. No tan adecuado para
su tratamiento bonsai como el A. palmatum o el A. buergeranum, pero
puede convertirse en un atractivo árbol vertical, de tamaño medio, informal.
Propagación Semillas.
NECESIDADES DE CULTIVO Las mismas que para el A . buergeranum.

Acer palmatum (arce de montaña japonés). Vigoroso, caduco. Muy ade-


cuado para bonsai en varios estilos. Famoso por su colorido otoñal.
Propagación Semillas, esquejes, estratificación.
NECESI DADES DE CULTIVO
Replantado Cada uno o dos años en primavera y antes de que se abran
los brotes. utilizando la mezcla de suelo estándar.
GLOSARIO DE PLANTAS

Poda Las ramas pequeñas en verano, las mayores en invierno.


Alambrado En cualquier momento.
Abono Aplicarlo desde abril hasta octubre.
En/ermedades Pulgón en primavera; ocasionalmente cochinillas.

Acer palmatum «Chisio» (Arce Chisio). Casi vigoroso. Caduco. Una bella
variedad del anterior adecuado para su cultivo en estilo erecto. Famoso
por la recoloración de su follaje en primavera.
Propagación Injerto.
NECESIDADES DE CULTIVO Las mismas que para el Acer palmatum.
NOTA Debe protegerse en invierno.

Acer pseudoplatanus (sicomoro). Vigoroso, caduco. Este árbol común es de


fácil cultiv9, y con cuidado se convertirá en un atractivo bonsai vertical
informal.
Propagación Semillas.
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Cada uno o dos años, utilizando la mezcla de compuesto
estándar.
Poda En primavera, poda de los brotes. Defoliar a finales de
junio. Podar las ramas en verano.
Alambrado En verano; el alambre deja fácilmente marcas.
Abono Aplicarlo con escasez en primavera y otoño.
Enfermedades Sin problemas relativos.

Aesculus hippocastanum (castaño de Indias). Vigoroso, caduco. Fácil de


cultivar en los estilos verticales informales. Hojas bastante grandes que
empequeñecerán progresivamente.
Propagación Semillas.
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Cada uno o dos años en primavera, antes de que abran
las hojas, utilizando la mezcla de macetas estándar.
Poda Elimine los brotes apicales en diciembre. Poda de las
ramas que sea necesaria en verano. Defoliado en julio.
Alambrado En cualquier momento.
Abono Aplicar desde mayo hasta septiembre.
Enfermedades Generalmente sin problemas.

Aesculus indica. Vigoroso, caduco. Fácil de tratar en estilos verticales in-


formales; las hojas son más suaves y mejor coloreadas que en la variedad
anterior.
Propagación Semillas.
NECES IDADES DE CULTIVO Las mismas que para el Aesculus hippocasta-
num.

Amelanchier asiatica. Vigoroso, caduco, con flor. Se cultiva por su colorido


otoñal. Un boosai interesante y poco conocido.
Propagación Semillas.
- - - -- - - - - - MANUAL DE BONSAI - - - - - -- - - -

NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Primavera.
Poda Recorte de ramas en verano, siempre que el árbol esté bien
nutrido.
Alambrado Verano.
Abono Manténgase bien nutrido.
Enfermedades Relativamente sin problemas.
NOTA Protéjase del sol muy fuerte. Manténgase bien regado.

Azaleas. Perenne, oriental. En Japón se tratan como bonsai, y sus peque·


ñas flores pueden ser muy agradables cuando están todas en flor.
Propagación Esqueje.
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Una vez al año a finales de marzo, usando una parte de
los siguientes componentes: arcilla sin cal, mantillo, arena
gruesa y turba.
Poda Inmediatamente tras la floración.
Alambrado En verano.
Abono Aplíquese en primavera y en otoño con un fertilizante rico
en fosfato.
Enfermedades Generalmente libre de plagas, pero puede verse afectada
por las agallas de azalea.
Betula pendula (abedul plateado). Vigoroso, caduco. Fácil de cultivar en
todos los estilos. La corteza cobra un color y una textura propios de la
plata tras un período de tiempo. A mitades de verano agradece un poco
de sombra.
Propagación Semillas.
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Cada dos años en primavera antes de que abran las hojas,
utilizando la mezcla de suelo estándar.
Poda Pódense los brotes jóvenes hasta tres yemas. Pódense las
hojas en julio.
Abono Aplícar desde mayo hasta septiembre.
En/ermedades Generalmente sin problemas.

Betula nana (abedul enano). Vigoroso, caduco. Pequeño arbusto de fáci l


cultivo con bojas pequeñas, redondeadas y finas, crecimiento leñoso, muy
indicado para su tratamiento como bonsai mame.
Propagación Esqueje.
NECESIDADES DE CULTlVO Las mismas que para la Betula pendula.

Buxus sempervirens (boj). Vigoroso, perenne. Árbol de hojas diminutas


adecuado para su cultivo como mame y otros tipos pequeños de bonsai;
posee pequeñas flores verdes con anteras amarillas en abril.
Propagación Esqueje.
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Cada dos años, utilizando la mezcla de suelo estándar.

- - - - - - -- - - - -- 170 - -- - - - - -- - - - ~
GLOSARIO DE P L A N T A S - - - - - -- - -

Poda Pinzar el crecimiento joven en mayo y a finales de julio.


Alambrado No usar.
Abono Aplicar desde abril hasta septiembre.
Enfermedades Generalmente sin problemas.

Camellia japonica (camelfa común). Vigorosa, perenne, con flores. La in-


clusión de camelias en una colección de bonsai ofrece color en un mo-
mento del año en que existe poco. Raramente de buena forma natural,
pueden, sin embargo, tratarse para que se conviertan en interesantes y
atractivas plantas.
Propagación Esqueje.
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado J nmcdiatamente tras la floración , en una mezcla de turba
sin cal, mantillo, arcilla y arena. Evítese la poda de las
raíces largas.
Poda En verano.
Alambrado Con alambre protegido en mayo o junio. Retírese el alam-
bre tan pronto como sea posible.
Abono Aplíquese regularmente en dosis pequeñas.
Enfermedades Cochinillas.
NOTA Odia la cal y no debe estar corta de agua. Protéjase de Jas
heladas invernales; manténgase el resto del tiempo en una
zona fresca y fuera de la luz solar fuerte.

Carpinus betulus (carpe de abedul). Vigoroso, caduco. En cualquier estilo


se convierte en un bonsai de finas hojas. Posee flores a las que siguen
racimos colgantes de semillas aladas. Corteza gris muy atractiva.
Propagación Semillas (a menudo de germinación lenta).
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Un año sí y otro no, en marzo, utilizando la mezcla de
compuesto estándar.
Poda Pódesc el crecimiento joven a fines de primavera y en
verano.
Alambrado A medida que se necesite durante el verano. La corteza
queda fácilmente marcada por el alambre.
Abono Aplicar en abril y en septiembre. Evítese una nutrición
excesiva.
Enfermedades Problemas ocasionales por áfidos. Ocasionalmente afectada
por hongos.

Carpinus laxiOora (carpino japonés). Vigoroso, caduco. Se comporta como


el anterior, pero es más atractivo, debido a su bello colorido otoñal y a su
corteza de color plateado más intenso.

Cedrus libani (cedro del Líbano). Vigoroso, perenne. Conífera. De fácil


tratamiento para formar un bonsai ensanchado en estilo erecto.
Propagación Semillas.

- -- - - - - - -- - ~ 111
- - - - - - -- -- MANUAL DE BONSAI - -- -- - - - --

NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Cada dos afios en marzo o septiembre, utilizando la mezcla
compuesta para coníferas.
Poda Pódense los brotes de la nueva estación mientras todavía
estén verdes. Las ramas deben podarse en septiembre.
Alambrado Octubre.
Abono Aplicarlo en abril, mayo y septiembre.
En/ermedades Relativamente sin problemas.

Celtis sinensis (lidonero chino). Vigoroso, caduco. Se cultiva por su alrac-


tivo colorido otoñal y el delicado crecimiento de las ramas, lo que Je
convierte en un buen bonsai.
Propagación Semillas.
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Cada dos años en primavera, otoño, o, si es necesario, en
verano, en el momento de la poda.
Poda Verano.
Alambrado Verano.
Abono Aplíquese en primavera y en otoño en pequeñas cantida-
dades, pero con frecuencia.
Enfermedades Relativamente sin problemas.
NOTA Protéjase de heladas y del fuerte sol de las tardes de ve-
rano.

Cercidiphyllum japonicum (árbol de Katsura). Vigoroso, caduco. Árbol de


fácil cultivo, de hojas redondeadas, adecuado para los estilos verticales,
valorado por el color rojo de su follaje en primavera y por su bello colo-
rido otoñal.
Propagación Semillas o esquejes.
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Cada uno o dos años en primavera, antes de que abran
las yemas, en una mezcla estándar.
Poda Manténgase recortado en primavera y verano, podando las
hojas en julio.
Alambrado En verano, cuando sea necesario.
Abono Aplicar desde abril hasta septiembre.
Enfermedades Generalmente sin problemas.

Cercis siliquastrum (árbol de Tudea). Vigoroso, caduco. De fácil cultivo


y tratamiento en estilos verticales informales. Posee hojas atractivas. re-
dondeadas, bastante glaucas y verdes y florece en mayo.
Propagación Semillas.
NECESlDADES DE CULTIVO
Replantado Cada dos años antes de que abran las yemas, en una mez-
cla estándar.
Poda Primavera y verano. Poda de hojas en julio.
Alambrado En cualquier momento.
Abono Aplicar desde mayo hasta septiembre.
Enfermedades Cochinillas.

- - -- -- ~ - - - --~112 - - -- - -- - ~ -- - ~
GLOSARJO DE PLANTAS - - - - - - - - - -

Cistus salvifolius (rosa de roca). Semivigoroso, perenne. Con flor. Se con-


vierte en un atractivo bonsai informal con follaje parecido al de la salvia,
y flores blancas en mayo, si se le ha colocado en una posición resguardada
pero con sol.
Propagación Semillas o esquejes.
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Cada dos años, a finales de primavera, con cuidado.

Poda Pinzar los brotes. Manténgase en buena forma; una poda


fuerte le desagrada.
Alambrado No lo aplique.
Abono Aplíquese en abril y en otoño.
En/ermedades Generalmente sin problemas.
NOTA Protéjase en invierno de las heladas.

Citrus. Delicado, perenne.


C. limonia (limonero), C. aurantium (naranjo de Sevilla), C. nobilis var.
deliciosa (mandarinero), C. paradisi (pomelo) y C. sinensis (naranjo dulce).
Propagación Semillas a 18,5ºC (65ºF).
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Una vez cada dos años en abril o mayo, utilizando la mez-
cla de sucio estándar.
Poda Durante los meses de verano. Poda de las hojas en julio.
Alambrado Durante el verano.
Abono Aplíquese en abril, mayo, septiembre.
Enfermedades Vulnerable a las cochinillas, a la araña roja y al chinche
harinoso.

Cotoneaster borizontalis. Vigoroso, caduco. Con flores. Muy popular y fácil


de tratar en la mayoría de estilos. Posee un follaje diminuto, verde bri-
llante, que se vuelve rojo brillante a finales de otoño. Pequeñas flores
rosadas en mayo, a las que suceden frutos que maduran hasta alcanzar un
color escarlata brillante en agosto.
Propagación Semillas o esquejes.
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Cada dos años, durante marzo, utilizando la mezcla de
suelo estándar.
Poda Recórtese todos los brotes jóvenes basta donde sea nece-
sario. Pódense las ramas a finales de invierno o en verano.
Alambrado Coloque alambre alrededor de los brotes jóvenes antes de
que se vuelvan leñosos. Controle frecuentemente, ya que
las ramas se marcan fácilmente.
Abono Aplíquese ligeramente en abril y septiembre.
En/ermedades Relativamente libre de plagas, pero en plantas importadas
a veces aparece la enfermedad bacteriana «agallas de co-
rona».

Cotoneaster simonsii. Vigoroso, semiperenne. Con flor. Uno de los muchos


Cotoneaster adecuados para bonsai. Posee hojas pequeñas, de un verde

--~~~~~---~-~173 ~ -- - ~ ~- - - - -- ~
MANUAL DE BONSAI - - - - - -- - -- -

)ZQUIERDA: Cotoneaster horizontalis de 14


años, mame, de 13 cm de altura. DE-
RECHA: Bello y viejo espino (Cratacgus monogyna) con flores rojas, tratado
como bonsai durante muchos años.

oscuro, y en junio aparecen racimos de flores blancas, seguidas de bayas


de color naranja-rojo.
La propagación y necesidades de cultivo son las mismas que para el Coto-
neaster horizontalis.

Crassula sarcocaulis. Semivigoroso, perenne. Con flores. Esta planta se con-


vierte en un bonsai atractivo, peque!io, con flores, con un encuadre bien
enramado y hojas carnosas y estrechas. Los capullos de sus flores son
rojos, abriéndose en racimos de flores rosadas en agosto. Tienen un olor
desagradable. Existe una variedad con flores blancas, C. sarcocaulis alba.
Propagación Esquejes.
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Cada dos años en abril, utilizando la mezcla para coní·
feras.
Poda Recórtese lo que sea necesario durante la estación de cre-
cimiento.
Alambrado No lo utilice.
Abono Aplíquese de mayo a septiembre, con moderación.
Enfermedades Gene~almente sin problemas.
NOTA Protéjase en invierno de una excesiva humedad.

Crataegus monogyna (espino). Vigoroso, caduco. Con flor. Ideal para di-
versos estilos de bonsai ya que posee un fino crecimiento de ramas. Hojas
GLOSARIO DE PLANTAS

verde oscuro, pequeño lobuladas y dentadas; atractivos racimos de flores


de olor dulce en mayo. y frutos ~ojos en otoño.
Propagación Semillas (de germinación lenta).
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Una vez cada dos años, en marzo.

Poda Julio y agosto.


Alambrado Durante los meses de verano, en la madera joven.
Abono Aplíquese en abril y septiembre.
Enfermedades Generalmente libre de plagas, pero puede desarrolJar un
hongo de hojas tipo mildeu en un verano húmedo.
NOTA Existen otras especies de Crataegus e híbridos, y la mayo-
ría de ellas son adecuadas para el tratamiento bonsai.

Cryptomeria japonica (cedro del Japón). Vigorosa, conífera. Conífera de


fácil cultivo con hojas en forma de lezna, que adquieren un color bronce-
rojizo en otoño. Muy adecuada para su cultivo en estilo vertical formal.
Propagación Semillas o esquejes.

Vie¡a Cryptomeria japonica tratada en el estilo formal. De vigoroso crecimiento,


pinzada cada pocos días durante todo el verano.
- -- - -- - - - - MANUAL DE BONSAI - - -- - -- - - -

NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Una vez cada dos a cuatro años en abril, utilizando la
mezcla de sucio de coníferas. Evítese el replantado antes
del plazo indicado.
Poda Pinzar en cuanto vayan brotando, para manlener la bue-
na forma del árbol y un crecimiento denso y espeso.
Alambrado No aplicar.
Abono Aplicar en abril o mayo y en otoño.
Enfermedades Generalmente sin problemas.

Chaenomeles japonica (membrillo japonés). Vigoroso, caduco, con flores.


Este y olros miembros de la familia de los membrillos son muy populares
como bonsai ya que sus flores de un rojo briUanle o rosa duran mucho
tiempo.
Propagación Esquejes o serpollos.
NECESIDADES OIZ CULTIVO
Replantado Anualmente e n primavera o en verano.
Poda Elimínese el crecimiento muy largo y manténgase las cortas
ramas floridas.
Alambrado No aplicar.
Abono Aplicar a finales de verano fertilizanle rico en fosfalo.
Enfermedades Ocasionalmente, áf'idos.

Chamaecyparis o btusa (ciprés H inoki). Vigorosa conífera perenne. Un


atractivo árbol de crecimiento lento con follaje finamente marcado, ade-
cuado para todos los estilos. Muy raramente visto como bonsai en Europa.
Propagación Semillas o esquejes.
NECESIDADES OE CULTIVO
Replantado Cada tres años en marzo, utilizando la mezcla de sucio
para coníferas.
Poda Recórtcnse los tallos con demasiadas hojas; pinzado de
los brotes.
Alambrado Practíquese a finales de marzo.
Abono Aplíquese en abril y en otoño.
Enfermedades Puede ser atacada por el ácaro araña roja en períodos
calurosos y secos.

Daphne retusa. Vigoroso, perenne. Con flores. Este atractivo arbusto alpino
posee hojas en forma de huevo, de un color verde oscuro, lustroso, y flores
de un color rosa-púrpura, que aparecen en racimos formados en los brotes
terminales en mayo y junio. Puede tratarse para formar un pequeño bonsai
interesante de esti lo informal.
Propagación Semillas o esquejes.
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Cada dos años, en marzo, en una mezcla estándar.

~ - - - -- -- - -- -- 176 - - - -- -- - - -- - ~
GLOSARIO DE PLANTAS

Poda Lo que sea necesario, inmediatamente tras la floración.


Alambrado En verano.
Abono Aplíquese mensualmente desde mayo hasta septiembre.
E11/ermedades Generalmente sin problemas.

Diospyros kaki (placaminero). Semivigoroso, caduco, con flor y fruto. t\o


es un árbol de fácil tratamiento, pero vale la pena el esfuerzo si llega a
dar fruto. Necesita protección en invierno y mucha agua y abono.
Propagación Semillas.
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Cada tres o cuatro años, a principios de primavera, tenien-
do cuidado de no dañar las raíces.
Poda A principios de primavera, antes de que aparezcan las
yemas.
Alambrado Con cuidado, a principios de verano, con alambre forrado.
Abono Aplíquese generosamente hasta que haya flores, entonces
con mucha moderación hasta que se haya formado el fruto,
tras lo que deben volver a incrementarse las dosis.
Enfermedades Relativamente sin problemas.
NOTA Protéjase del frío y las heladas de invierno.

Elaeagnus umbellata. Vigoroso, caduco. Este vigoroso arbusto puede tta·


terse en los estilos verticales informales. Su follaje es verde oscuro en el
anverso y plateado en el reverso, y la planta se embellece en mayo con
atractivas flores de color blanco-cremoso, a las que siguen redondeados
frutos rojos.
Propagación Semillas.
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Cada año, en marzo, utilizando la mezcla de suelo es-
tándar.
Poda Tras la floración.
Alambrado Raramente se necesita.
Abono Aplíquese ocasionalmente durante la estación de creci-
miento.
Enfermedades Generalmente sin problemas.

Euonymus alatus (huso alado). Vigoroso, caduco, con flores y frutos. Cul-
tivado por el color otoñal de su follaje, que rivaliza con el del arce, y sus
racimos de bayas. También posee una corteza interesante, lo que le pro-
porciona otra atractiva característica.
Propagación Semillas o esquejes.
NECESIDADES DE CULTlVO
ReplanJado A finales de marzo, o comienzos de abril, una vez cada
dos o tres años, utilizando la mezcla de suelo estándar
añadiéndole un poco de arcilla.
Poda Antes de la primavera, cuando aparecen las yemas . .
Alambrado Durante el principio del verano.
Abono Aplicar generosamente durante los meses de verano.
- - - - - - - - - - MANUAL DE BONSAI - - - - - -- - - -

Haya (Fagus sylvatica) tratada en el estilo azotado por el viento. Fue recogida
17 años antes y tiene ahora mds de 30 años.

Enfermedades Generalmente sin problemas.


NOTA Muy sensible a los períodos muy fríos del invierno e igual-
mente sensible a la sequía veraniega.

Euonymus japonicus (árbol del huso japonés). Perenne, casi vigoroso. Muy
poco visto como bonsai en Europa pero frecuentemente utilizado en Japón,
posee un follaje muy brillante, curtido, y en mayo y junio ápices de 5 cm
de largo de flores de un blanco verdoso. Alguna vez, en otoño, produce
fru_tos de un color naranja brillante.
Propagación Semillas o esquejes.
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Anualmente, en marzo.
Poda Acortar las ramas que no producen flores.
Alambrado No utilizar.
Abono Ocasionalmente, con un fertilizante rico en potasio y en
fosfato.
En/ermedades Generalmente sin problemas. '
NOTA Existen variedades caducas y perennes de husos y muchos
son adecuados para tratamiento. Las variedades caducas
son más vigorosas que las perennes.

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Fagus sylvatica (haya). Vigoroso, caduco. Un árbol de cultivo fácil y atrac-
tivo. Es adecuado para la mayoría de estilos bonsai. Posee un colorido
otoñal encantador y mantiene sus bojas muertas en invierno.
Propagación Semillas.
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Cada uno o dos años, utilizando la mezcla de compuesto
estándar.
Poda Elimínense los jóvenes brotes que no se deseen en cuanto
aparezcan.
Alambrado Trate de evitarlo.
Abono Ocasionalmente aplique un poco durante la estación de
crecimiento.
Enfermedades Ocasionalmente puede verse molestado por moscas blan-
cas.
NOTA Fagus sylvatica purpurea (haya de hoja oscura) F.s. hetero-
phylla (F.s. aspleni/olia, haya parecida al helecho) y F.
crenata (haya blanca japonesa) están indicadas para su
cultivo bonsai. Sus necesidades son iguales a lo indicado
en este apartado.

Ficus benjamina (ficus llorón). Delicado, perenne. Reminiscente del haya


con follaje parecido al de la camelia, el ficus puede tratarse para conseguir
un atractivo bonsai de interior en estilo informal vertical.
Propagación Semillas, esquejes, estratificación.
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Cada uno o dos años en abriJ o mayo, utilizando la mezcla
de suelo estándar.
Poda Pinzado de las yemas jóvenes.
Alambrado No utilizar.
Abono Aplíquese desde mayo hasta septiembre.
En/ermedades Cochinillas, chinche harinoso, ácaro araña roja.
NOTA Aprecia una posición iluminada pero no la luz dfrecta,
constante, del sol.

Ficus macrophylla (ficus australiano). Delicado, perenne. Este ficus desa-


rrolla, incluso cuando es bastante joven todavía, una base bulbosa en el
tronco. En tanto madura va produciendo raíces aéreas a partir de las ra-
mas. Crece con facilidad en el interior y se convierte en un bonsai poco
corriente, de estilo informal, con un follaje verde oscuro, brillante, pare-
cido al de la camelia.
Propagación Semillas o esquejes.
NECESIDADES DE CULTIVO Las mismas que para el F. benjamina.

Ficus pumila. Perenne, semivigoroso. Este ficus de hojas pequeñas posee


un hábito de crecimiento parecido a la hiedra, trepador, y se convierte en
un atractivo bonsai pequeño, o mame, para el interior de la casa.
Propagación Esquejes.
NECESIDADES DE CULTIVO Las mismas que para el F. benjamina.
MANUAL DE BONSAI - - - -- - - -- - -

Ficus radicans variegata. Perenne, delicado. Otro ficus de hojas pequefias


con hojas que poseen un atractivo borde blanco-cremoso que, a pesar de
su hábito trepador, responde al tratamiento como bonsai pequeño, vertical
informal, de interior.
Propagación Esquejes.
NECESIDADES DE CULTIVO Las mismas que para el F. benjamina.

Forsythia. Vigoroso, caduco. Con flores. De fácil cultivo y muy apreciado


como bonsai vertical informal por su magnífica exhibición de brillantes
flores amarillas durante los meses de marzo y abril.
Propagación Esquejes.
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Anualmente o cada dos años tras la floración, utilizando
la mezcla de suelo estándar.
Poda Inmediatamente tras la floración.
Alambrado No lo utilice.
Abono Aplíquese un poco desde mayo hasta septiembre.
Enfermedades Generalmente sin problemas.

fraxinus excelsior (fresno común). Vigoroso, caduco. Este árbol de saluda·


ble crecimjento, con hojas pinnadas, forma un atractivo bonsai vertical
informal, que es muy bello en invierno con sus yemas negras y su cor·
teza plateada.
Propagación Semillas.
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Una vez cada dos años en marzo, utilizando la mezcla de
suelo estándar.
Poda Pódense los brotes en verano. Los brotes apicales pueden
eliminarse en diciembre para fomentar un crecimiento más
ramificado.
Alambrado Durante el verano; se producen marcas fácilmente.
Abono Aplíquese desde mayo hasta septiembre, con moderación.
Enfermedades Generalmente sin problemas.

Fuchsia mageUanica pumita. Vigoroso, caduco. Con flores. Esta variedad,


la más fuerte de las fucsias, es muy adecuada para tratar como bonsai
vertical informal o en estilo escoba. Sus pequeñas hojas, crecimiento es·
peso de ramas y sus muchas llores rojas en verano, le convierten en un
arbusto que vale la pena cultivar. Como bonsai debe protegerse del frío
y la humedad del invierno.
Propagación Esquejes.
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Anualmente, en marzo, utilizando la mezcla de suelo es-
tándar.
Poda Pódese fuertemente en marzo. Después elimínense los bro-
tes jóvenes que sean neresarios hasta fines de junio.
Alambrado No lo utilice.

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- - - - - - -- - - GLOSARIO DB PLANTAS - - - - - -- - - -

Abono Aliméntelo cada semana con fertilizador líquido diluido,


durante toda la estación de crecimiento.
Enfermedades Generalmente sin problemas.
Ginkgo biloba (árbol de Venus). Conífera vigorosa, caduca. El Gínkgo
bíloba se trata tradicionalmente en el estilo «llama», una variante del es-
tilo vertical. El ginkgo posee un magnífico colorido otoñal, un amarillo
claro, pero que tan sólo dura unos días, y abre sus hojas muy tarde en
primavera.
Propagación Semillas (con dificultad), esquejes.
NECESIDADES DE CULTI VO
Replantado Anualmente a finales de marzo, utilizando la mezcla de
suelo para coníferas.
Poda Pódense los brotes largos a medida que crecen.
Alambrado Las ramas en marzo, los brotes jóvenes a principios de
verano.
Abono Durante toda la estación de crecimiento se necesita utili-
zar un fertilizante con regularidad.
Enfermedades Generalmente sin problemas.
NOTA Si se puede conseguir, la variedad jaspeada es también
muy interesante.
Hedera helix (hiedra común). Vigoroso, perenne. Anteriormente apenas
se veía como bonsai, pero en los últimos años ha ganado mucha popula-
ridad en diversa variedad de estilos. Existe una amplia gama de variedades
de Hedera helix, y todas pueden tratarse. La mayoría toleran algo de sol
o sombra.
Propagación Esquejes.
NECESfDADES DE CULTIVO
Replantado Anualmente en abril, utilizando la mezcla de suelo es-
tándar.
Poda Elimine los brotes largos durante la estación de crecimien-
to, y las hojas en julio.
Alambrado No lo utilice.
Abono No lo utilice.
Enfermedades Ocasionalmente, cochinillas.

llex aquifolium (:icebo). Vigoroso, perenne. Un bonsai poco corriente, pero


que puede tratarse en diversos estilos verticales informales.
Propagación Esquejes.
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Cada dos años, en abril, utilizando la mezcla de suelo
estándar.
Poda Pódense los brotes a medida que crezcan. Las hojas en
julio.
Alambrado Alambrado de los brotes jóvenes antes de que se convier-
tan en leñosos. Se producen marcas fácilmente.
Abono Aplíquese en abril o en mayo y en otoño.
Enfermedades Cochinillas. Minero de las hojas de acebo (elimínense las
hojas afectadas).

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MANUAL DE BONSAI - - - - -- ----

Jasminum nudiflorum (jazmín de invierno). Vigoroso, caduco. Flores. Se


trata principalmente por la belleza de sus flores pequeñas, de un color
amarillo c1aro, que se abren en primavera antes que las hojas.
Propagación Esquejes.
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Una vez cada año o cada dos años, inmediatamente tras
la caída de las flores, utilizando la mezcla de suelo es-
tándar.
Poda Recórtese después de la floración.
Alambrado En invierno, en la madera vieja. El crecimiento de la pre-
sente estación en septiembre.
Abono Comiéncese a utilizar un mes después del cambio de ma-
ceta y hasta abril. De nuevo en septiembre y en octubre.
Enfermedades Generalmente sin problemas.

Juniperus chinensis (enebro japonés). Vigorosa conífera. Una de las varie-


dades clásicas de bonsai y adecuado para su tratamiento en todos los es-
tilos.
Propagació11 Esquejes.
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Cada dos o tres años, a finales de otoño o principios de
primavera, en la mezcla de coníferas.
Poda Pinzado de los brotes mientras sean tiernos.
Alambrado En invierno.
Abono Aplíquese entre marzo y mayo y en otoño.
Enfermedades Ácaro araña roja.

Juniperus e;ommunis (enebro común). Conífera vigorosa. En enebro nativo


de Europa posee un follaje juvenil (agujas) y puede tratarse en forma simi-
lar al /. rigida.
Propagación Semillas o esquejes.
NECESIDADES DE CULTIVO Igual a /. rigida.

Juniperus rigida ssp. nipponiea (enebro de aguja). Conífera vigorosa. Es


también un bonsai muy popular en Japón y se utiliza en casi todos los
estilos.
Propagación Esquejes.
NECESlDADES DE CULTIVO
Replantado Cada tres años, en abril, utilizando el sÚelo para coní-
Poda feras.
Pinzado de los brotes mientras todavía estén tiernos. Eli-
mine las yemas en junio si el árbol está saludable.
Alambrado Desde octubre hasta abril.
Abono Aplicar en primavera y en otoño.
En/ermedades Acaro araña roja.
NOTA La variedad de este enebro que se importa del Japón como
Juniperus rigida es, en experiencia del autor, más proba-

- - -- - - - -- ---~182 - - -- - -- -- -- -~
GLOSARIO DE PJ.A!l,'TAS - - - -- - -- - -

ble que sea J. rígida ssp. nipponica que es postrado y


tiene un follaje más glauco, de agujas más cortas que los
de su especie.

Laburnum anagyroides (labumo). Vigoroso, caduco. Con flores. El laburno


común es un árbol de fácil cultivo, normalmente visto en estilo vertical
informal o en estilo inclinado que pone de relieve los racimos colgantes
de brillantes flores amarillas. Es magnífico a primeros de junio.
Propagación Semillas.
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Anualmente en primavera, en una mezcla estándar.

Poda Después de la floración.


Alambrado En verano; aparecen fácilmente señales.
Abono Aplicar después de la floración y en otoño, utilizando un
abono rico en fosfatos.
Enfermedades Generalmente sin problemas.

Larix decidua (alerce europeo). Vigoroso, conífera caduca. La mayoría de


alerces están especialmente adecuados para su tratamiento bonsai en estilo
vertical formal e informal; tronco inclinado; azotado por el viento y los
diversos estilos de tronco múltiple. Son árboles muy elegantes, con un
follaje primaveral de suave color verde, mientras que en otoño cambia a
una tonalidad rojizo dorada. Los alerces florecen y producirán piñas desde
una edad muy temprana, y mantendrán las viejas piñas durante cuatro
años.
Propagación Semillas.
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Cada dos años en marzo, utilizando la mezcla de suelo
para coníferas.
Poda Pinzado del crecimiento joven en tanto vaya apareciendo.
Alambrado En invierno; aparecen fácilmente señales.
Abono Suministrar en abril, mayo y septiembre.
En/ermedades Generalmente sin problemas.

Leptospennum scoparium (manulca). Semivigoroso perenne. Con flores.


Este arbusto poco conocido, oriundo de Nueva Zelanda, tiene grandes po·
sibilidades para su tratamiento en diversos estilos bonsai. Posee hojas pe-
queñas, estrechas, de color verde oscuro y florece líbremente en mayo y
junio. La especie tiene flores blancas pero otras variedades ofrecen flores
rosadas, carmesí y dobles de rojo intenso y rosa-rosado.
Propagación Esquejes.
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado En abril cada dos años, utilizando la mezcla de suelo es-
Poda tándar.
Poda de las ramas en abril. Pinzado de los brotes en tanto
crecen para alentar a las ramas y mantener la forma.
MANUAL DE BONSAI - - -- -- - - --

Alambrado No utilizar.
Abono Aplicar en abril y en septiembre.
En/ermedades Generalmente sin problemas.
Liquidambar styraciOua (liquidámbar americano). Vigoroso, caduco. Estos
árboles pueden tratarse a la manera de arces japoneses (Acer palmatum).
De hecho su follaje es muy parecido al de los arces y posee el mismo
intenso colorido otoñal. Mientras el árbol madura se presenta una corteza
de corcho.
Propagación Semil1as.
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Cada uno o dos años, en abril, utilizando la mezcla de
suelo estándar.
Poda Pinzar el crecimiento que se presente en primavera y
verano.
Alambrado A primeros de verano, con cuidado.
Abono Aplicar entre mayo y septiembre.
Enfermedades Generalmente sin problemas.
Malus baccata (manzano silvestre). Vigoroso, caduco. Con flores. Existen
muchas variedades, híbridos y especies de manzano silvestre y la mayoría
de ellas se tratan fácilmente en estilo bonsai vertical informal. Preferente-
mente, seleccione variedades que den fruto pequeño.
Propagación Semillas, injertos.
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Una vez al año, en marzo, con mezcla estándar.
Poda Recórtese tras la fl oración. Acortar las ramas después de
junio.
Alambrado Ramas viejas en invierno, brotes jóvenes en junio.
Abono Aplíquese una vez antes de la floración, y en septiembre.
Enfermedades Afidos, hongos.
Malus halliana. Vigoroso, caduco. Con flores. Un manzano silvestre ade-
cuado para su tratamiento como mame bonsai, así como para otros estilos.
Propagación Semillas, injertos.
NECESIDADES DE CULTI VO
Replantado Cada dos años a finales de marzo. Es esencial hacerlo si
el ejemplar está quedando limitado en su maceta. Tam-
bién puede realizarse en septiembre si se le alimenta.
Poda Ligeramente, en verano.
Alambrado En verano.
Abono Aplicar antes de la floración y a últimos de verano.
Enfermedades Afidos, hongos.
NOTA Evítese dañar la corteza.
Metasequoia glyptostroboides (secoya). Conífera caduca, vigorosa. Un ár-
bol muy elegante de bello color. Los brotes jóvenes son de un verde claro
que cambia a rosa, luego a rojo y a marrón, antes de caer a mitades de
noviembre. Ahora se está plantando mucho en Europa, y esta conífera
de la era fósil redescubierta en un remoto lugar de la China en 1941,
demuestra gran potencial para su tratamiento en estilos verticales.
GLOSARIO DE PLA.~'TAS

Pinus parviflora, conffera ideal para plantar sobre pizarra o piedra.

Propagación Esquejes.
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Cada dos años a finales de marzo, utilizando la mezcla de
suelo de coníferas.
Poda Pinzar los brotes a medida que se alargan.
Alambrado Octubre y mayo.
Abono Aplíquese en abril, mayo y otoño.
Enfermedades Generalmente sin problemas.
NOTA Como bonsai este árbol debe recibir protección en invierno
en un invernadero frío o en condiciones similares.
Moros nigra (morera negra). Vigorosa, caduca. Ocasionalmente tratada en
bonsai pequeño, vertical informal. Las hojas se reducen bien y poseen una
forma atractiva.
- - - - -- - - -- MANUAL DE BONSAI - - - - - -- -- -

Propagación Esquejes.
NECESIDADES DE CULTI VO
Replantado Una vez cada dos años a finales de marzo, utilizando la
mezcla de suelo estándar.
Poda Pinzar los brotes jóvenes. Evítese la poda de las ramas
largas.
Alambrado Evítese.
Abono Aplíquese en abril y en septiembre.
En/ermedades Generalmente sin problemas.

Parthenocissus inserta. Vigoroso, caduco. Puede parecer sorprendentemen-


te fuerte esta trepadora, que es pariente cercana de la enredadera de
Virginia, que se convierte en un buen bonsai de estilo informal. Es de
gran belleza cuando el foUaje se colorea con las tonalidades de otoño,
antes de caer, y cuando recibe el tratamiento bonsai parece poseer una
apreciable tonalidad rojiza durante el verano.
Propagación Semillas, esquejes.
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Anualmente a finales de marzo o cada dos años, utilizando
la mezcla estándar
Poda Recórtense los brotes trepadores, dejando una o dos hojas,
a finales de primavera o en verano.
Alambrado No aplicar.
Abono Suministrar en abril y en otoño.
En/ermedades Cochinillas, áfidos, ácaro araña roja.

Parthenocissus quinquefolia. Enredadera de Virginia (trátese igual que


P. inserta).

Phoenix canariensis (palma de las Islas Canarias). Sensible, perenne. Las


palmas pueden tratarse como bonsai y tener gran atractivo como bonsai de
interior.
Propagación Semillas.
NECESIDADES DE CULT IVO
Replantado Anualmente en abril o en mayo, utilizando mezcla de suelo
de coníferas.
Poda No se necesita.
Alambrado No se necesita.
Abono Aplíquese a finales de mayo y en agosto y septiembre.
Enfermedades Ocasionalmente, cochinillas.
NOTA La palma de dátiles, P. dactylifera, requiere un tratamien-
to similar.

Picea glehnü (pícea sakhalin). Vigorosa conífera. Una pícea popular, de


denso · follaje, muy utilizada como bonsai ya que, a diferencia de otros
miembros del género Picea, es comparativamente resistente a la polución
por polvo y hollín.
Propagación Esquejes, injertos, acodos.

- -- -- - - -----~186 - - - - - - - - - - - - ~
GLOSARIO DE PLANTAS

NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Cada cinco o seis años, en primavera o a principios de
verano, utilizando la mezcla de coníferas y añadiendo
mantillo.
Poda El nuevo crecimiento debe pinzarse a finales de septiem-
bre.
Alambrado Desde diciembre hasta febrero, evitando los períodos de
heladas.
Abono Moderadamente en primavera y a finales del verano.
Enfermedades Relativamente sin problemas.
Picea jezoensis (pícea yezo). Vigorosa, conífera. Esta pícea, muy atractiva
y de denso ramaje, se ve muy poco como bonsai en Europa, quizá de-
bido al largo período de prohibición de su importación del Japón. La
falta de ejemplos probablemente ha inhibido la utilización de otras píceas
como bonsai. Algunas de ellas son muy válidas para su tratamiento y darán
como resultado árboles adecuados para grupos o plantación sobre rocas
así como tratados individualmente en la mayoría de estilos verticales.
Propagación Semillas.
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Cada cuatro o seis años, utilizando la mezcla de suelo
de coníferas.
Poda Elimine los brotes en junio o julio.
Alambrado Desde octubre hasta el mes de abril siguiente.
Abono Aplíquese regularmente desde abriJ hasta noviembre.
Enfermedades Ácaro araña roja.
Pinus densiflora (pino del Japón). Conífera vigorosa. Este elegante árbol
es, desgraciadamente, poco visto en Europa, pero es una especie que puede
cultivarse fácilmente a partir de semillas. Es una conífera que responde
bien al tratamiento bonsai en todos Jos estilos.
Propagación Semillas.
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Cada cuatro o cinco años, en marzo o abril, utilizando
la mezcla de suelo de coníferas.
Poda Elimínense !os brotes antes de que se desarrollen.
Alambrado Desde octubre hasta el mes de abril siguiente.
Abono Aplíquese en primavera y en otoño.
Enfermedades Afido lanoso.

Pinus parviOora (pino blanco japonés).


P. sylvestris (pino rojo).
P. thunbergii (pino negro japonés).
P. thunbergii var. cortica ta (pino acorchado japonés).
Todos ellos se tratan en forma similar al Pinus densif lora, pero en el
P. parviflora sólo se pinzan los brotes extralargos.
Platanus X hispanica (plátano). Vigoroso, caduco. Cuando se trata como
un bonsai informal vertical, sus hojas se parecen a las del arce. La caída
de corteza del tronco es característica en los árboles viejos.
Propagación Semillas.
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Cada dos o tres años a finales de marzo, utilizando la mez-
cla de suelo estándar.
Poda Elimínense los brotes que se van desarrollando. Pódense
las hojas en julio.
Alambrado En verano.
Abono Aplíquese en mayo y en septiembre.
Enfermedades Relativamente sin problemas.

Podocarpus macrophyllus (Kusamaki). Vigoroso en las zonas más templa-


das de Europa; conífera. Existen diversos Podocarpus disponibles y como
grupo responden bien al tratamiento bonsai. Como bonsai deben tener pro-
tección en invierno.
Propagación Esquejes.
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Cada tres o cuatro años, utilizando la mezcla de suelo
de coníferas.
Poda En cualquier momento, excepto en invierno.
Alambrado Otoño e invierno.
Abono Aplíquese en primavera y otoño.
Enfermedades Generalmente sin problemas.

Populus alba (álamo blanco). Vigoroso, caduco. El álamo se convierte en


un atractivo bonsai de estilo vertical informal.
Propagación Esquejes o serpollos.
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Anualmente, a finales de marzo, utilizando la mezcla de
suelo estándar.
Poda Pódense los brotes jóvenes en verano.
Alambrado Si es necesario, en verano.
Abono Suminístrese en mayo y en septiembre.
Enfermedades Relativamente sin problemas.
NOTA Existen muchas variedades de álamos adecuadas para el
tratamiento bonsai.
Prunas avium (cerezo). Vigoroso, caduco. Con flores. Cultivado por sus
flores y frutos y por su bello color otoñal. Delicioso como bonsai informal.
Propagación Semillas.
NECESIDADES DE CULT IVO
Replantado Anualmente, en octubre, utilizando la mezcla de suelo es-
tándar.
Poda Después de la floración.
Alambrado En invierno, utilizando alambre forrado con plástico.
Abono Aplíquese en primavera y en otoño.
Enfermedades Pájaros.

Prunas dulcis (almendro común). Vigoroso, caduco. Con flores. Un árbol


que se cultiva por sus flores rosadas, su bello follaje. Responde bien al
tratamiento.
Propagación Semillas.
NECES IDADES DE CULTIVO Las mismas que para el Prunus avium.
Enfermedades Pájaros y rizo de hoja de melocotonero.

Prunus mume (albaricoquero con flores japonés). Vigoroso, caduco. Con


flores. Cultivado por sus flores, que poseen un olor muy dulce y aparecen
muy pronto en el año. Pueden ser blancas o amarillas y ambas variedades
son muy atractivas.
Propagación Semillas, injertos.
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado A finales de primavera, utilizando la mezcla de suelo es-
tándar.
Poda Inmediatamente tras la floración y otra vez en cuanto se
produzcan los nuevos brotes.
Alambrado En verano, utilizando alambre forrado de plástico.
Abono Aplíquese en primavera, verano y otoño.
Enfermedades Generalmente sin problemas.
NOTA Proporcione alguna protección en invierno.

Prunus persica (melocotonero). Vigoroso, caduco. Con flores. Los ejempla-


res que se ven en Europa son casi siempre importados y producto de injer-
tos. Con atractivas flores, sus largas hojas tienen menos interés.
Propagación Semillas, injertos.
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Anualmente, tras la floración, utilizando la mezcla de suelo
estándar.
Poda Tras la floración y en verano.
Alambrado En verano. Utilícese alambre forrado de plástico.
Abono Aplíquese moderadamente, antes de la floración y en sep-
tiembre.
Enfermedades Rizo de hoja de melocotonero.

Punica granatum (granado) . Delicado, caduco. Un atractivo bonsai, con


hojas pequeñas y brillantes, jaspeadas de rojo cuando se abren, y luego de
un verde brillante. Su color otoñal es de un amarillo claro. Portará sus
brillantes flores rojas en los años en que la primavera haya sido larga, tem-
plada y soleada. Raramente da fruto en Europa.
Propagación Semillas, esquejes.
NECESIDADES DE CULTI VO
Replantado En mayo, una vez cada dos años, utilizando la mezcla de
suelo estándar.
Poda En verano.
Alambrado En verano.
Abono Aplíquese ocasionalmente, durante la estación de creci-
miento, utilizando un fertilizante rico en fosfato.
Enfermedades Cochinillas.

Pyracantha angustifoHa. Vigoroso, perenne. Con flores. Muy cultivado y


tratado por sus racimos de flores blancas que produce en mayo o junio,
MANUAL DE BONSAI - - - - - - -- - - -

y las bayas de color naranja-amarillo que porta profusamente durante el


otoño. El follaje es pequeño, oscuro y brillante y el efecto global es muy
atractivo. Muchas variedades existen con frutos naranja y rojos, todas
adecuadas para tratamiento.
Propagación Semillas, esquejes.
NECESlOADES DE CULTIVO
Replantado Año sí, año no, en primavera, utilizando la mezcla de
suelo estándar.
Poda Tras la floración (en verano).
Alambrado En verano.
Abono Aplíquese en primavera, y en otoño aplíquese un abono
rico en fosfatos.
Enfermedades Generalmente sin problemas.

Pyrus communis (peral). Vigoroso, caduco, con flores. Crece con facilidad
y es adecuado para el tratamiento vertical informal. Este árbol se cultiva
por la belleza de sus flores blancas que produce a principios del verano.
Propagación Semillas, esquejes.
NECESIDADES DE CULTIVO
keplantado Anualmente, a finales de marzo, utilizando la mezcla de
suelo estándar.
Poda Acórtense las ramas largas en invierno, dejando los espo-
lones de las llores.
Alambrado No aplicar.
Abono Aplíquese una vez en abril, después cada mes una vez se
han establecido los frutos.
Enfermedades Rocíese con un jabón de invierno (adecuado para árboles
frutales) para evitar problemas causados por plagas.

Quercus ilex (encina). Vigoroso, perenne. Más fácil de tratar que el roble
común, la encina posee un follaje muy oscuro, en contraste con el nuevo
crecimiento de tono plateado.
Propagación Lo mismo que para Q. robur.
NECESIDADES DB CULTIVO Lo mismo que para Q. robur.
Enfermedades Lo mismo que para Q. robur.
NOTA Existen muchas variedades de robles en Europa. Selecció·
nense bellotas para semilla de árboles que posean un fo.
llaje más claro que el promedio, para conseguir un mejor
color de invierno.

Q uercus robur (roble común). Vigoroso, caduco. De lento crecimiento pero


de trato interesante, este árbol tiene un gran atractivo en cinco o seis años
y puede seguir desarrollándose para convertirse en un elegante bonsai de
estilo vertical informal.
Propagación Semillas.
NECESIDADES DB CULTIVO
Replantado Cada dos años, a principios de abril, utilizando la mezcla
de suelo estándar.

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Poda Elimínense las yemas apicales en diciembre, para alentar
el crecimiento lateral. Recórtense los brotes jóvenes en
verano.
Abono Aplíquese en mayo y en septiembre.
Enfermedades Agallas de roble, hongos.

Rhus succedanea. Vigoroso, caduco. Apreciado por el color de su follaje


en otoño. Responde rápidamente a la poda. Algunas personas son alérgicas
a sustancias contenidas en este árbol, por lo que debe manejarse con cui-
dado.
Propagación Semillas.
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Si se alimenta bien, este árbol sólo necesita cambio de ma-
ceta una vez cada dos o tres años, utilizando la mezcla de
suelo estándar a la que se le añadirá marga.
Poda En primavera o verano.
Alambrado En verano.
Abono Aplíquese regularmente, en primavera y en otoño.
En/ermedades Relativamente sin problemas.
NOTA Manéjese con cuidado (ver el comentario anterior). No
debe dejarse secar en invierno.

Salix babylonica (sauce llorón). Vigoroso, caduco. Esta especie forma un


árbol muy atractivo en el estilo de ramas llorosas. Crece rápidamente y se
trata con facilidad, y puede conseguirse un impresionante bonsai en pocos
años.
Propagación Esquejes.
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Dos veces al año, a primeros de abril y en agosto, utili-
zando la mezcla de suelo estándar.
Poda En la estación de crecimiento; elimine brotes o yemas
de la parte inferior de las ramas.
Alambrado Raramente necesario; dóblese con los dedos.
Abono Aplíquese a finales de la primavera y en septiembre.
Enfermedades En verano, orugas.
NOTA Existen otras variedades de SaliJc, y casi todas adecuadas
para su tratamiento bonsai. La poda de las variedades ver-
ticales se lleva a cabo normalmente en verano, siguiendo
el crecimiento de los brotes.

Sequoia sempervirens (secoya roja). Vigorosa conífera. Un árbol de gran


tamaño en su hábitat nativo es, sin embargo, adecuado para tratamiento
como bonsai pequeño o grande en estilo vertical.
Propagación Semillas.
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Un año sí y otro no, a principios de abril, utilizando la
mezcla de suelo para coníferas.
Poda Pinzar los brotes que se hayan desarrollado a finales de
primavera y en verano.
MANUAL DE BONSAl - - -- - -- - --

Alambrado En verano, si es necesario.


Abono Aplíquese en abril, en mayo y en septiembre.
Enfermedades Generalmente sin problemas.
NOTA La secoya gigante, Sequoiadendron giganteum, también
está recomendada y sus necesidades de cultivo son las
mismas que para la S. sempervirens.
Sophora japonica (árbol de pagoda japonés). Vigoroso, caduco. Un árbol
con hojas pinnadas que se convierte en un bello bonsai una vez se ha
creado una estructura de ramas.
Propagación Semillas.
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Año sí y año no, a principios de abril, utilizando la mezcla
de suelo estándar.
Poda Elimínese el ápice y defoliese en junio.
Alambrado En verano; se producen marcas con facilidad.
Abono AplJquese en mayo y en septiembre.
Enfermedades Cochini Itas, ocasionalmente.
Sorbus aucuparia (serbal de los cazadores). Vigoroso, caduco. Este deli-
cioso árbol es un bonsai pequeño, popular en Europa. Crece fácilmente ,
es especialmente atractivo en otoño, sus hojas dentadas, pinnadas, adquie-
ren ricas tonalidades rojizas.
Propagación Semillas.
NECESTOADES DE CULTIVO
Replantado Año sí y año no, en marzo, utilizando la mezcla de suelo
estándar.
Poda Recórtense los brotes jóvenes cuanto sea necesario, durante
el verano. Defolíese en julio.
Alambrado En verano, si se necesita.
Abono Aplíquese en primavera y otoño, con moderación.
Enfermedades Generalmente sin problemas.
Spiraea japooica. Vigoroso, caduco. Con flores. Este popular arbusto de
jardín es adecuado para su tratamiento como bonsai pequeño o mame.
Propagación Semillas, esquejes.
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Año sí y año no, en marzo, utilizando la mezcla de suelo
estándar.
Poda Pinzar los brotes a primeros de verano.
Elimínense los brotes largos, gruesos, erguidos, que oca-
sionalmente se desarrollan.
Alambrado No se necesita.
Abono Suminístrese en mayo y en septiembre.
Enfermedades Generalmente sin problemas.
NOTA Muchas otras Spiraea son adecuadas para su cultivo como
bonsai.
Syrioga vulgaris (lilo). Vigoroso, caduco. Con flor, un árbol fácil de tratar,
con atractivas hojas semiverdes, en forma de corazón.

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GLOSARIO DE PL.A.,,AS

Propagación Esquejes, serpollos.


NECESTDADES DE CULTIVO
Replantado Año sí y año no, en marzo, utilizando la mezcla de suelo
estándar.
Poda Elimínense los brotes principales en diciembre para alen-
tar la ramificación.
Por lo demás, recorte los brotes que sea necesario en ve-
rano.
Alambrado No es necesario.
Abono Aplíquese en abril y en septiembre.
Enfermedades Generalmente sin problemas.

Tamarix pentandra (tamariz). Vigoroso, caduco. Con flores. Como el


sauce llorón, el tamariz se trata normalmente en estilo vertical o en estilo
de tronco inclinado llorón. En agosto porta flores de color rosa muy
atractivas, plumosas.
Propagación Esquejes.
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Año sí y año no, en abril, utilizando la mezcla de suelo
estándar.
Poda Entre octubre y febrero.
Alambrado En invierno.
Abono Suminístrese en mayo y en septiembre.
Enfermedades Generalmente sin problemas.

Taxodium distichum (ciprés de los pantanos). Conífera vigorosa caduca.


En la naturaleza es un árbol grande, con un atractivo follaje, parecido al
del tejo, que se torna de un color rojo-dorado en otoño. Es adecuado para
los estilos verticales y puede permanecer sobre agua.
Propagación Semillas, esquejes.
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Año sí y año no, a finales de abril, utilizando la mezcla
de suelo para coníferas.
Poda Córtense las yemas que no se desee conservar en junio;
los nuevos brotes deben eliminarse con los dedos en julio
y agosto.
Alambrado Si es necesario, en verano.
Abono Aplíquese en abril y en septiembre.
Enfermedades Cochinillas.

Taxus baccata (tejo). Vigoroso, conífera. Un árbol muy conocido, de creci-


miento lento, de interés para los aficionados al bonsai. Es atractivo en
estilos verticales.
Propagación Semillas, esquejes.
NECESJOADES DE CULTIVO
Replantado Cada uno o dos años, utilizando la mezcla de suelo es-
tándar.
Poda Recorte los brotes nuevos en mayo y en agosto.

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MANUAL DE BONSAf - - -- - - - - - -

Alambrado Si es necesario, en verano.


Abono Aplíquese en abril y en septiembre.
Enfermedades Cochinillas.
NOTA Es venenoso en todas sus partes.

Tilia cordata (tilo). Vigoroso, caduco. El tamaño de las hojas se reduce


dramáticamente, convirtiéndole en un árbol valioso para su tratamiento
como bonsai vertical informal.
Propagación Semillas.
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Año sí y año no, a finales de marzo, utilizando la mezcla
de suelo estándar.
Poda Recórtcnse los brotes en juruo y julio.
Alambrado En verano.
Abono Aplíquese en mayo y en septiembre.
Enfermedades Normalmente sin problemas.

Trachycarpus fortunei (palma Chusan). Bastante vigoroso, perenne. Com-


pleta, de una forma divertida, una colección y es fácil su cultivo en ma-
ceta.
Propagación Semillas o serpollos basales.
NECES IDADES DE CULTIVO
Replantado Anualmente en abril o en mayo, utilizando la mezcla de
suelo de coníferas.
Poda No se necesita.
Alambrado No se necesita.
Abono Suminístrese a finales de mayo y en agosto-septiembre.
Enfermedades Cochinillas.

Tsuga heterophylla (cicuta de Occidente). Vigoroso, conífera. Otra conífera


adecuada para su tratamiento como bonsai vertical, formal o informal ,
como también lo es su pariente la cicuta Oriental, T. canadensis.
Propagación Semillas, esquejes.
NECES IDADES DE CULTIVO
Replantado Cada tres años, entre marzo y mayo, utilizando la mezcla
de sucio de coníferas.
Poda Elimine con los dedos las yemas y/o brotes jóvenes entre
mayo y julio. Recorte las ramas en octubre.
Alambrado Normalmente no se necesita, pero puede usarse en octubre.
Abono Aplíquese en primavera, en junio y octubre.
Enfermedades Generalmente sin problemas.

Ulrnus parvifolia (olmo chino). Vigoroso, caduco. Popular por sus diminu-
tas hojas y corteza de corcho, se trata bien en la mayoría de estilos bonsai.
Propagación Esquejes.
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Cada dos años, en marzo, utilizando la mezcla de sucio
estándar.

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Olmo chino (Ulmus parvifolia) tratado en el estilo de tronco inclinado. Este
árbol, importado en 1972, está recibiendo tratamiento intensivo corrector. La
pesada rama situada en el extremo superior izquierdo será próximamente elimi-
nada y la corona rebajada alrededor de 10 cm.

Poda Elimínense los nuevos brotes a primeros de verano, y las


hojas en julio.
Alambrado En verano; deja marcas fácilmente.
Abono Suminístrese en primavera y en otoño.
Enfermedades Generalmente sin problemas en lo que concierne a plagas;
susceptible a la enfermedad del olmo holandesa.

Ulmus procera (olmo inglés). Vigoroso, caduco. Los olmos se convierten


en atractivos bonsai y se valoran especialmente en las zonas en que la en-
fermedad del olmo holandesa ha matado todos los ejemplares.
Propagación Serpollos y estratos.
NECESIDADES DE CULTIVO Las mismas que para u. parvifolia.

Wisteria fioribunda . Vigorosa, trepadora caduca. Coo flores. Cultivada por


sus racimos de flores. Un bonsai de Wisteria bien formado, de buen tama-
ño y en plena floración, es una fuente de inspiración.
Propagación Esquejes, injertos, estratos, semillas.
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado A primeros de marzo, utílizando la mezcla de suelo es-
tándar.
Poda Podar fuertemente, en febrero.
Alambrado En verano, si se necesita.
- - - - - -- - - - MANUAL DE BONSAI - - - - -- - -- -

Abono Aplíquese en abril y en septiembre.


En/ermedades Cochinillas.

Zelkova serreta. Vigoroso, caduco. Las Zelkova (olmos del Japón) están
relacionadas con los olmos, y la Zelkova serrata goza de una justificada
popularidad tanto en Europa como en Japón. Adecuada para estilo verti-
cal informal, en escoba y en plantación de grupo, y también como mame
bonsai. Es fácil de cultivar, responde muy bien a la poda, y además posee
un excelente follaje otoñal.
Propagación Semillas, esquejes.
NECESIDADES DE CULTIVO
Replantado Un año sí y otro no, a finales de marzo, usando la mezcla
de suelo estándar.
Poda En cualquier momento.
Alambrado No es aconsejable, ya que deja marcas en la corteza.
Abono Utilizar en primavera y en otoño.
En/ermedades Cochinillas, áfidos.

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PROTECCION DEL BONSAI
EN INVIERNO EN CLIMAS RIGUROSOS

Ya se ha hablado de la protección del bonsai en invierno en Europa en el


capítulo 4, pero entre nuestros lectores existirán personas en cuyo hábitat
las condiciones climatológicas excluirán el uso de los métodos comparati-
vamente simples de protección invernal recomendados.
Si usted vive en una zona donde los inviernos son largos y las tempe-
raturas se mantienen durante largos períodos por debajo del punto de
congelación, tendrá dificultades si posee una amplia colección, pero si su
colección es pequeña, existe un método muy sencillo de protección por el
que los bonsai que perecerían en el exterior pueden mantenerse a salvo en
invierno. Además, posee la ventaja adicional de poder controlar los árbo-
les regularmente sin molestias. Necesitan, desde luego, el período de reposo
latente que naturalmente ocurriría en otras condiciones, y la mayoría de
bonsai vigorosos en Europa invernan confortablemente a temperaturas de
entre 2 º y 4,S º C (35 º y 40º F). :Ésta es, coincidencia afortunada, la tem-
peratura normal de un refrigerador casero, y en él pueden colocarse los
bonsai, en sus macetas, a principios de invierno. Los árboles caducos esta-
rán desnudos de hojas y la oscuridad tendrá escasas consecuencias, siem-
pre que se tenga la precaución de mantenerlos unos pocos días a la sombra
en primavera, cuando vuelvan a colocarse en el exterior. Una vez cada
10 días, más o menos, deben controlarse los árboles para asegurarse de
que no se están secando, ya que la evaporación tiene lugar, aunque sea en
el interior del refrigerador. Si necesitaran agua, sáquelos y riéguelos mode-
radamente, esperando unas pocas horas antes de volver a colocarlos en
el refrigerador. En primavera, puede volver a colocar los árboles en el
exterior, cuando ya no exista riesgo de heladas, y en poco tiempo comen-
zará a producir vegetación.
Algunas variedades de bonsai pueden comenzar a producir hojas en el
interior del refrigerador, antes de que haya sido posible colocarlos en
el exterior. Uno de los primeros en dar hojas bajo estas condiciones es el
manzano silvestre, que puede formar muy temprano sus yemas de flores.
Debe tenerse especial cuidado en no exponer tales árboles a condiciones
extremas, como podría ser una fuerte radiación solar o una repentina
helada, al principio de volver al exterior. En climas cálidos puede utilizarse
la técnica del refrigerador para facilitar el cultivo de árboles de climas
templados. Estos bonsai necesitan también un período de latencia que
puede inducirse mediante estancias progresivamente largas en el refrige-
rador. Cuando han caído las hojas, puede refrigerarse el árbol durante
un mes antes de colocarlo en la intemperie para que inicie su crecimiento
primaveral.

- - - - - - - - - - - - - 197 - -- - - - - - - - - -
- -- - - - -- - - MANUAL DE BONSAJ - -- -------

Para los propietarios de colecciones numerosas que vivan en zonas don-


de los inviernos son largos y severos, sugerimos otros dos métodos de pro-
tección invernal. El primero de ellos requiere la utilización de un cober-
tizo de tamaño adecuado, situado en el jardín. Debe ser sólido y sus pare-
des y techos recubiertos con un material aislante adecuado, como por
ejemplo tablas de fibra. También deben cubrirse las ventanas que no
estén orientadas al norte (en el Hemisferio Norte). Todo ello está dirigido
a conseguir un Jugar de almacenamiento no sujeto a fluctuaciones bruscas
de temperatura, lo mismo hacia arriba que hacia abajo. Un sol constante
en invierno, penetrando a través de un cristal, puede aumentar la tem-
peratura interior de un cobertizo hasta casi valores tropicales.
Deben colocarse estantes y anaqueles de tamaño y resistencia adecua-
dos. Un andamiaje de pizarra, si se construye correctamente, es econó-
mico de materiales y capaz de soportar pesos considerables. Alrededor de
los bordes del andamiaje deben fijarse tablas verticales, como se hace en
Jos utilizados para plantas alpinas, cuyas macetas están sumergidas en
grava hasta el borde. Se formará un remate parecido a la parte superior
de una caja, y en las ranuras pueden colocarse hojas de poliestircno,
siendo suficiente para el drenaje los pequeños espacios que queden entre
ellas.
Encima de todo ello se coloca 1 cm de virutas de poliestireno y la zona
estará dispuesta para la colocación de los bonsai. Una vez están situados,
pueden añadirse más virutas de poliestireno para rellenar los huecos entre
macetas y para cubrirlos se necesitará una profundidad de 10 a 15 cm,
que se mantendrá en su Jugar gracias a las tablas verticales. Debe instalar-
se un termómetro de máximos-mínimos y controlar los árboles una vez a
la semana, para ver si necesitan riego. En los lugares en que por experien-
cia se sepa existe la posibilidad de períodos prolongados de temperaturas
inferiores a - 5 º C (23 ºF), pueden utilizarse calefactores adecuados. Los
más sencillos y eficaces son probablemente los calefactores eléctricos tu-
bulares controlados por termostato, que pueden colocarse alrededor del
cobertizo, bajo las estanterías. El termostato debe colocarse de 1 º a 2 º C
(34º a 35º F), y para economizar gastos de consumo, colocar contraven-
tanas de madera que pueden cerrarse durante los periodos más fríos del
año. Además de los calefactores, también se necesita una iluminación eléc-
trica adecuada para facilitar el examen de los bonsai, en los momentos
adecuados para su dueño.
El dinero gastado en un cobertizo bien construido es una buena inver-
sión, ya que también pueden almaccnarSe ahí macetas de bonsai, tierra para
plantar y otros artículos, tanto en invierno como durante los meses de
verano, cuando los bonsai están en el exterior. Si en ese momento se
retiran las planchas verticales y las zonas cubiertas con poliestireno, que-
dará un útil banco de trabajo.
Para aquellos que no puedan disponer de un cobertizo como el descrito,
es posible proteger los bonsai durante el invierno en un foso exterior es-
pecialmente planeado. Debe considerarse cuidadosamente el lugar donde
va a practicarse y si es posible el lugar debe estar situado cerca de la casa
y recibir poco sol, especialmente sol matinal. Debe excavarse un foso
de fondo plano de un tamafío adecuado de •acuerdo con el número de

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bonsai que se posea. Ya que necesitará cubierta, la forma más simple es
la rectangular, siendo mayor su longitud que su profundidad. Se necesitará
una profundidad de por lo menos 75 cm, preferiblemente mayor, especial-
mente si los bonsai a colocar son grandes.
Seguidamente debe colocarse una capa de 15 cm con virutas u otro
material similar adecuado para el drenaje, colocando encima una pieza de
malla de plástico fina para evitar que los materiales aislantes cuando
se añadan, caigan sobre el material de drenaje haciéndolo saltar. Para
ello se recomienda unos 2,5 cm de poliestireno (por su limpieza, poco
peso y facilidad de uso), donde se colocarán los bonsai. Seguidamente
se rodearán las macetas con más virutas de poliestireno, que debe también
cubrirlos. Seguidamente debe cubrirse el foso y su eficacia dependerá del
grado de protección proporcionado por esta cubierta. Algún tipo de clara-
boya puede ser útil. Puede colocarse plana siempre que una segunda cla-
raboya inclinada se coloque sobre la primera para impedir la penetración
de lluvia y nieve. La claraboya plana se cubre con un aislante grueso,
impermeable. Puede utilizarse de nuevo poliestireno o bolsas de plástico
rellenas de trozos de papel, paja u otros materiales similares, aplanadas
para formar una «mantas» de unos 5 a 8 cm de grosor. Dependiendo de
las temperaturas que se prevea alcanzar, pueden usarse una o dos capas
más. La claraboya inclinada se monta sobre las «mantas» para protegerlas
de la intemperie.
Los bonsai guardados de esta manera no es probable que necesiten riego
más de una vez al mes, cuando las temperaturas exteriores están por debajo
del punto de helada, aunque, si es posible, deben controlarse con mayor
frecuencia.

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