debieron de ser confusas confrontaciones con la realidad. Ayudaron a ordenar y a
organizar el conocimiento. Proporcionaron significado.
La indagacién filoséfica y la ciencia, por su parte, se desarrollaron a partir del
mismo tejido homeostatico. Las preguntas a las que la filosofia y la ciencia
pretendian dar respuesta fueron propiciadas por una amplia gama de
sentimientos. El sufrimiento era considerable, sin duda, pero también lo eran los
trastornos y las preocupaciones causados por el desconcierto crénico ante los
enigmas de la realidad —los caprichos y las irregularidades del clima, las
inundaciones y los terremotos, el movimiento de las estrellas, los ciclos
biolégicos de las plantas, de los animales y de otros humanos, y la extrafia
combinacién de comportamientos benévolos y destructivos de muchos seres
humanos—. Los sentimientos destructivos, que con tanta frecuencia han
derivado en guerras, han desempefiado un papel importante en la ciencia y la
tecnologia, Repetidas veces a lo largo de la historia, los esfuerzos bélicos han
sido levados a buen término o se han malogrado por el éxito o el fracaso de la
tecnologia y de las ciencias que permitieron el desarrollo de armas.
‘También hubo otro tipo de sentimientos, y su importancia no es menor: se
trata de los sentimientos agradables que resultaron del intento de resolver los
enigmas del cosmos y la anticipacién de la gratificacién que su solucion
supondria. Precisamente los mismos tipos de problemas y el mismo tipo de
necesidad homeostatica Ievarian a diferentes seres humanos, en épocas y
lugares distintos, a formular explicaciones religiosas o cientificas para sus
dilemas. El objetivo tiltimo era mitigar el dolor, reducir la necesidad. La forma y
la eficacia de esas respuestas seria otra cuestién.
Los beneficios homeostaticos de la indagacién filoséfica y de la observacién
cientifica son interminables: en medicina son obvios, pero también son muy
importantes en fisica y quimica, pues gracias a estas disciplinas hemos logrado
desarrollar tecnologias de las que hace mucho tiempo que depende nuestro
mundo, Entre ellas se incluyen el dominio del fuego, la invencidn de la rueda, la
invencién de la escritura y la subsiguiente aparicién de registros escritos
externos al cerebro. Lo mismo puede decirse de innovaciones posteriores
responsables de la modernidad, desde el Renacimiento en adelante, y, desde