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Anuario Brasileño de Estudios Hispánicos XVIII 2008

VANGUARDISTAS EN SU TINTA:
DOCUMENTOS DE LA VANGUARDIA
EN AMÉRICA LATINA, selección y prólogo
de Celina Manzoni, Buenos Aires:
Corregidor, 2007, 351 pp.

El libro de Celina Manzoni pone de manifiesto el creciente interés de la crítica por las
vanguardias latinoamericanas. Se trata de una compilación de manifiestos, textos críticos
y artículos polémicos que no oculta, en su prólogo, el modesto pero loable objetivo de
hacerlos accesibles en un solo tomo manejable al estudiante universitario y al estudioso.
De ahí, la breve pero instructiva presentación, y el hecho de que los textos no aparezcan
comentados e introducidos mediante notas explicativas.
Cabe decir, sin embargo, que la selección de textos, necesariamente parcial, apunta
a tres objetivos: el primero es la distinción entre una vanguardia canónica, en la que es-
tarían incluidos el Ultraísmo argentino, el Creacionismo de Huidobro y el Estridentismo
mexicano, y una vanguardia periférica donde se insertarían el Modernismo brasileño,
los ismos de Puerto Rico y la vanguardia ecuatoriana, estos últimos agrupados bajo el
injustificado epígrafe de “Vanguardia y diferencia”. Nadie duda de la acción primigenia,
estimulante e irradiadora de la vanguardia argentina, pero la vanguardia brasileña —lo
mismo que la peruana— manifestó un vigor que su apartamiento en el libro desdice.
También cabe añadir que, una vez iniciados, los diferentes movimientos de vanguardia
tejieron una compleja e intensa red de intercambios, influencias y mutua participación a
través del sistema de canje de revistas que hacen difícil hablar de una distinción entre una
vanguardia propiamente canónica o directriz y una vanguardia periférica o receptora. Un
ejemplo prototípico de este interseccionamiento lo constituye el Boletín Titikaka (1926-
1930) de Puno.
En segundo lugar, el libro constituye un buen apoyo para aquel quiera indagar en las
relaciones entre vanguardia estética y vanguardia política, mediante la generosa inclusión
de textos de las vanguardias cubana y peruana. Se trata, en mi opinión, de una de las caras
más interesantes de una prismática vanguardia latinoamericana que trataba de definirse y
buscar replanteamientos y soluciones a problemas de identidad cultural. En el caso de la
vanguardia cubana, cabría hablar más bien de una vanguardia política bastante beligeran-
te que paradójicamente no encontró su media naranja en la literaria, a no ser que hagamos
excepción del solitario poemario Surco (1928) de Manuel Navarro Luna o ampliemos
el marco temporal hasta la década de los treinta con la poesía de Nicolás Guillén o las
novelas juguetonas de Labrador Ruiz. No podemos hablar propiamente de una actitud
de ruptura estética, sino de renovación en la formidable revista de avance, al menos, por
parte de los autores cubanos que colaboraron.
En tercer lugar, más de un tercio del libro lo integran textos de y sobre Mariá-
tegui; trata así de poner de relieve la capital importancia del autor de los Siete ensayos

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como promotor cultural y como difusor de las vanguardias en particular. El apéndice de
homenajes tras su muerte no tiene desperdicio y da una idea de las esperanzas que tenía
puestas en él la intelectualidad latinoamericana.
Por último, se añade como jugosa guinda la edición facsímil del primer número de
la efímera revista Favorables París Poema (1926), fundada en París por Juan Larrea y
César Vallejo. Sólo cabe apuntar que la revista tuvo dos números, uno en julio y otro en
agosto, y no uno, como afirma la profesora Manzoni en la página 10. La edición facsímil
del segundo número, pues, no está. Esperemos que el error se subsane en futuras reedi-
ciones.
Una parte importante, muy interesante y muy de agradecer en esta compilación son las
reproducciones de páginas y portadas de revistas (Proa, Martín Fierro, Irradiador, Hori-
zonte, Actual Nº1, Amauta, Boletín Titikaka, revista de avance, revista de antropofagia) y
manifiestos, que ponen al lector en contacto directo con la dimensión gráfica del proyecto
vanguardista y con los medios de difusión preferidos por los vanguardistas.
Aunque el libro proporciona textos que ya son accesibles a través de otras com-
pilaciones, como las de Verani93, Osorio94, Jorge Schwartz95, Videla de Rivero96 o el ambi-
cioso proyecto de la editorial Iberoamericana97, tiene el mérito de ofrecer al lector en un
tomo manejable, sin intermediarios hermenéuticos, una selección bastante representativa
de documentos de la vanguardia latinoamericana y una buena base para conocer de pri-
mera mano las tensiones y relaciones entre vanguardia política y vanguardia estética.

Jorge Mojarro Romero


Instituto Cervantes de Varsovia

93
Hugo Verani (ed.), Las vanguardias literarias en Hispanoamérica. Manifiestos, proclamas y otros escritos, 4ª ed. aum., México, FCE, 2003.
94
Nelson Osorio (ed.), Manifiestos, proclamas y polémicas de la vanguardia hispanoamericana, Caracas, Ayacucho, 1988.
95
Jorge Schwartz (ed.), Las vanguardias latinoamericanas: textos programáticos y críticos, 2ª ed. aum., México, FCE, 2003.
96
Gloria Videla de Rivero: Direcciones del vanguardismo hispanoamericano, 2ª ed., Pittsburg, IILI, 2000.
97
Me refiero a las series “Bibliografía y antología crítica de las vanguardias latinoamericanas” (seis volúmenes hasta el día de hoy dirigidos por
diferentes especialistas) y “Vanguardia Latinoamérica” (cuatro volúmenes hasta el día de hoy, dirigidos por Klaus Müller-Bergh y Gilberto Men-
donça Teles).

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