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Tema 4
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1) INTRODUCCIÓN
La Seguridad Social constituye uno de los elementos esenciales sobre el que se ha vertebrado la política
social de las sociedades desarrolladas.
La atención a la persona desvalida ha sido una constante a lo largo de los siglos bajo diversas
modalidades. La aparición de los seguros sociales que daría lugar con el tiempo al actual
Sistema de Seguridad Social responde a unas causas determinadas, presentó en sus orígenes
unos rasgos específicos y es consecuencia de un proceso de evolución.
En el origen de los seguros sociales se encuentra la revolución industrial del siglo XIX. Genera prosperidad
para unos pocos y, a la vez, desprotección y miseria para las clases trabajadoras, como consecuencia de la
precariedad e inestabilidad en el empleo. A ello deben sumarse los postulados del llamado “darwinismo
social”, según el cual prevalece el hombre superior sobre el inferior, el más fuerte sobre el más débil.
La revolución industrial produciría un éxodo masivo del campo a las ciudades, aparece el proletariado
como nueva clase social, sin las condiciones jurídicos-laborales, de higiene y salubridad, de horarios de
trabajo, de protección de sus derechos para supuestos de accidente, de enfermedad, de jubilación o de
muerte. Se busca una nueva forma de protección social, que interese tanto a trabajadores como a
empresarios. Ese modelo será el grupo social, modelo que no está basado en la asistencia, sino en la
previsión.
Los seguros sociales nacen como consecuencia de la aparición de un nuevo tipo de actividad laboral, el
trabajo asalariado o por cuenta ajena. Ya no se trata de atender las necesidades de los pobres vía
beneficencia, sino las necesidades causadas o derivadas del trabajo asalariado. Esta conexión de seguro
social y trabajo se inicia cuando se incorpora al Derecho la “teoría del riesgo profesional”. Según ésta, el
empresario es el responsable de los riegos que sufra el operario que tiene a su servicio, sin necesidad de
existencia de culpa, incumplimiento contractual o hecho de fuerza mayor, y por lo mismo, está obligado a
indemnizarle.
En nuestro país, se produce con retraso respecto a otros países de Europa. Se trata de un movimiento
internacional, en el que las interacciones ideológicas, económicas y políticas fueron enormemente
variadas. Surge el seguro social como un nuevo sistema de protección social que se convertirá más adelante
en el principal instrumento de política social.
Los principales rasgos que configuraron la S.S ya desde sus inicios, permanecen prácticamente
todos ellos subsistentes en el actual sistema español:
a. Vinculación al trabajo por cuenta ajena . La S.S. naciente se vincula más con el trabajador
productivo, y las normas que van a regularla se dictan en el contexto, como parte de una
legislación laboral dirigida a mejorar las condiciones laborales sobre horarios, seguridad e
higiene, trabajo de mujeres y menores de edad, accidentes de trabajo, etc. El contrato
laboral realizado entre empresario y trabajador comportaba la obligación legal de estar
afiliado a la S.S.
b. Adoptan la técnica de la previsión y el ahorro. En sus inicios los seguros sociales nacen
tomando como referencia la técnica de la previsión. Éste carácter es, posiblemente, la
mayor diferencia del nuevo sistema de seguros sociales con el anterior de Beneficencia.
Consiste en la protección que el trabajador necesitará en el futuro, cuando no pueda
trabajar o cuando aparezcan situaciones adversas. El Instituto Nacional de Previsión es
uno de los medios que, llegado el caso, habría de proponer para minorar el mal de la
mendicidad y una de cuyas funciones peculiares sería a la de operaciones de renta
vitalicia
constituidas a favor de personas pertenecientes a las clases trabajadoras. La técnica de
previsión era la clásica de los seguros, razón por la que el nuevo sistema de protección social
que aparece recibió el nombre de “seguro social”. El calificativo de social surgirá para
significar que el seguro no debe estar orientado sólo a la garantía del capital y de riesgos
mercantiles, sino también “a la mayor dignificación del obrero”.
c. Son obligatorios. Para la mayor eficacia del Seguro parece que se impone implantarlo con
carácter obligatorio. Se ha demostrado la necesidad de imponer obligatoriamente la
previsión a las masas sociales por motivos de alta conveniencia social, ya que se trata de
reparar males inevitables que a todos por igualinteresan y era preciso llevar el principio
de la obligación a la práctica del Seguro Social.
e. Son de gestión pública y cofinanciados por el Estado . Es importante tener en cuenta estas
características, muy acusadas en la actualidad, pero presentes ya desde el momento
fundacional. La gestión se encomienda al Instituto Nacional de Previsión, entidad de
derecho público, con personalidad, administración y fondos propios, distintos del Estado,
a la que se le confiere expresamente la facultad de administración de los seguros sociales
que se implanten. El Estado aportará como financiación adicional a los fondos que
provienen de las cuotas sociales de empresarios y trabajadores, un capital fundacional y
subvenciones anuales.
c. Ley de Bases de la Seguridad Social de 1963, Texto Articulado de 1966 y Ley de Perfeccionamiento y
Reforma de 1972. Este conjunto de leyes constituyen un hito en la historia de la Seguridad Social española.
Desde hacía años se habían intentado unificar en un solo sistema las prestaciones existentes. Se veía la
conveniencia de incluir nuevas prestaciones, en especial las de servicios sociales y de asistencia social para
hacer la S.S más extensiva. Se establece un Régimen para los trabajadores por cuenta ajena y once
Regímenes especiales, para trabajadores autónomos, y otras modalidades de trabajo, así como Sistemas
especiales para determinados colectivos.
Se consiguió la Ley de Seguridad Social de 1966 desarrollo de la Ley de Bases de 1963, por la que se incluirían
a partir de la misma los autónomos y funcionarios públicos. En 1972, se promulga la Ley de Financiación de la
Acción Protectora del Régimen General de la Seguridad Social. En 1974 se elaborará el primer Texto
Refundido de la Ley General de la Seguridad Social.
La Seguridad Social es un movimiento internacional que nace de normas internacionales. Carta Atlántica,
Declaración de Filadelfia, Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU, Convenio de la OIT,
Carta Social Europea, Código Europeo de Seguridad Social, Convenio Europeo de Seguridad Social..
Pero no existe un único patrón puesto que en cada uno de éstos surge a raíz de unas circunstancias
determinadasy con las connotaciones propias de su contexto político, económico y social. La tendencia ha
sido la de ir homologando criterios y estableciendo mecanismos de coordinación. Los dos modelos
principales son:
Nace en Alemania por obra del canciller Otto Von Bismarck. La revolución industrial había dado lugar a
situaciones de pobreza y a graves condiciones de penuria en ellos. Ya había aparecido el socialismo
como doctrina de implantación teórica y políticamente activa. Bismarck se propuso eliminar las causas
del descontento de los trabajadores, quitando armas al socialismo colocándose en su propio terreno,
creando, gracias a los seguros sociales, un considerable número de pensionistas que de esta manera
estarían interesados en ligar su suerte a la del Imperio.
Este modelo estará constituido por tres sucesivas leyes, que establecen otros tantos seguros sociales: el
de enfermedad, accidentes laborales, el de jubilación y de supervivencia, todos ellos recogidos en el
Código de Seguros Sociales. Este primer sistema sería completado posteriormente con otros seguros
como el de desempleo.
La Seguridad Social alemana se asienta sobre la base de los llamados “cinco pilares” del Estado social:
los seguros de accidentes, enfermedad, pensiones, desempleo y dependencia. Este modelo será
seguido por la mayor parte de los países europeos, entre ellos, España. EL modelo alemán constituyó
un éxito. Los rasgos específicos son:
Participación del Estado, en la promoción de ese conjunto de
seguros, y en la contribución a su financiación y gestión.
Obligatoriedad de los seguros, desde el comienzo se establece
una clara distinción entre seguro privado y seguro social
obligatorio.
Finalidad protectora, los seguros sociales tienen una finalidad de
protección de la clase obrera industrial con salarios más bajos.
Pero también protección del empresario.
Principio de sustitución de rentas, los seguros tienen por
finalidad percibir las rentas salariales que han dejado de ser
percibidas por el trabajador.
Principio contributivo, el Estado financia sólo muy parcialmente
los seguros. Serán sobre todos los empresarios y trabajadores sus
principales financiadoras. Los trabajadores sólo tienen derecho a
las prestaciones si previamente han cotizado.
Principio de equivalencia entre cotizaciones y prestaciones, la
prestación se concede en función del salario cotizado y de los
años de cotización.
Por lo que respecta a accidentes de trabajo, la responsabilidad de
asegurar a los trabajadores y de pagar las correspondientes
cuotas corresponde íntegramente al empresario. Dígase lo mismo
de las enfermedades profesionales.
Surge por la iniciativa de William Henry Beveridge, economista inglés que estudiará las
consecuencias del desempleo como problema principal de la industria. Su aportación más
importante es el Informe Seguro Social y servicios afines, comúnmente conocido como Informe
Beveridge. En el reino unido, ya existían seguros diferenciados. Beveridge criticara a la
existencia de esa proliferación de seguros. La verdadera novedad del Informe o Plan Beveridge
es no limitar la seguridad social a los trabajadores, sino hacerla universal para todos los
ciudadanos. El bienestar general de la sociedad es una responsabilidad de Estado, y todo
ciudadano, por el hecho de serlo, tiene derecho a disfrutar de los beneficios que reporta la
economía. Nace con Beveridge el Welfare State, el Estado de Bienestar, englobando las de
“protección social”, “asistencia sanitaria”, “asistencia social”, “servicios sociales”, y
equivalentes .
Se produce una importante reforma en 1978, días antes de ser promulgada la Constitución. Se refería a la
gestión institucional de la Seguridad Social, la salud y el empleo, que excluyó del sistema de Seguridad Social
determinadas prestaciones traspasándolas al estado, y unificó en tres Entidades la gestión del sistema:
Instituto Nacional de la Salud, para la gestión de las prestaciones sanitarias; Instituto Nacional de la
Seguridad Social, para la gestión de las prestaciones económicas; e Instituto Nacional de los Seguros Sociales,
para la gestión de los servicios sociales que quedaron en el sistema. Con anterioridad se había creado la TGSS,
aunque el verdadero arranque del actual sistema de seguridad social debe considerarse la Constitución de
1978.
Establece la misma EN EL ARTÍCULO 41 que: “los poderes públicos mantendrán un régimen público de
Seguridad Social para todos losciudadanos, que garantice la asistencia y prestaciones sociales suficientes
ante situaciones de necesidad, especialmente en casa de desempleo. La asistencia y prestaciones
complementarias serán libres.” ¿Significa que la constitución ha modificado el anterior modelo contributivo
por otro de tipo asistencial?
Se asume la integración de dos técnicas: una asistencial, en cuanto puede otorgar prestaciones para todos los
ciudadanos sin exigencia de cotización previa y con la posibilidad de hacer depender su concesión de la
carencia de recursos por parte del beneficiario; y otra previsión al, para los componentes de la población
activa y como contrapartida de su cotización.
El artículo constitucional impone a los poderes públicos la obligación de mantener, dentro del sistema de
seguridad social, un nivel mínimo de subsistencia para todos los ciudadanos, que no tiene por qué excluir
otros niveles de protección de tipo contributivo. La Seguridad Social tenga una dimensión asistencial y no
sólo contributiva no significa que existan otros ámbitos asistenciales en los que son competentes las
comunidades autónomas y no al estado.
B) CARACTERES PRINCIPALES DE LA SEGURIDAD SOCIAL ACTUAL ESPAÑOLA
El sistema de seguridad social ha tenido, desde sus inicios, una función esencialmente protectora de
los trabajadores y de sus familiares ante enfermedades, accidentes, contingencias o infortunios,
que no ha constituido un sistema construido en un corto periodo de tiempo, sino que ha sido
fruto de un proceso paulatino, largo, aunque no uniforme ni constantes en el que ha tenido mucho
que ver los estudios iniciales, las implementaciones políticas de los distintos gobiernos, con los
lógicos altibajos causados por las circunstancias económicas, políticas y sociales, la participación
activa de los trabajadores, el contexto europeo, etc. Todo ello ha dado como resultado un
sistema conjunto de seguridad social.
Esta protección se manifiesta en las prestaciones de carácter temporal que tienen por finalidad
sustituir la inactividad laboral, en diversas modalidades de prestaciones familiares y, de modo
especial, en las prestaciones periódicas de carácter permanente, llamadas también pensiones.
A partir de 2008 comienza el declive de los trabajadores afiliados, a causa de la crisis económica,
hasta llegar al año 2010 cuando la cifra baja a 17.582 millones afiliados. Desde este último año la
afiliación ha continuado en línea descendente. Estas magnitudes se corresponden con el aumento
de la tasa de desempleo durante los últimos años en España, y plantean un importante problema
de financiación de la Seguridad Social, pues no sólo se ingresan menos cuotas al sistema, sino que
han de aumentarse las prestaciones por desempleo.
La manifestación más significativa de la protección que ejerce el sistema de la Seguridad Social radica
en el número de las pensiones, especialmente de jubilación, pero también de viudedad, de
incapacidad permanente, de orfandad y a favor de familiares.
Por una parte, están comprendidos en el sistema de la Seguridad Social, a efectos de las
prestaciones de modalidad contributiva, los españoles que residan en España y los extranjeros
que residan o se encuentren legalmente en España, siempre que ejerzan su actividad en territorio
nacional y estén incluidos en alguno de los apartados siguientes:
trabajadores por cuenta ajena o asimilados a ellos
trabajadores por cuenta propia o autónomos
socios trabajadores de cooperativas de trabajo asociado
estudiantes
funcionarios públicos, civiles o militares.
Los ciudadanos hispanoamericanos, portugueses, brasileños, andorranos, filipinos, y los pertenecientes a
países de la unión europea que residan en territorio español se equiparan a los españoles.
En consonancia con el tipo de beneficiarios, el sistema se estructura en regímenes diversos: el general, para
trabajadores por cuenta ajena que constituye el núcleo de referencia central; y los especiales: trabajadores
por cuenta propia o autónomos, trabajadores del mar, minería del carbón, funcionarios públicos, civiles y
militares, y estudiantes. Los de comunidades autónomas y administración local están incluidos en el
régimen general de la Seguridad Social. El de estudiantes es, por así decirlo, un seguro menor y el de
funcionarios tiene su propia regulación, organización y financiación.
E)CONTINGENCIAS PROTEGIDAS
Se define la palabra contingencias como la “posibilidad de que una cosa o hecho suceda o no
suceda”. Se mencionan a continuación las cuatro existentes; las dos primeras son llamadas
“contingencias profesionales”, las dos segundas “contingencias comunes”.
F) PRESTACIONES
La prestación se percibe desde el día siguiente al accidente laboral o enfermedad profesional, o desde el
cuarto día si se trata de contingencia común. Su duración es de 365 días, prorrogables otros 180 días. Al
finalizar, el trabajador ha de ser reconocido médicamente para que se valore si ha de pasar a una nueva
situación, la incapacidad permanente. La normativa prevé incluso que la IT pueda tener una duración
máxima de 730 días cuando el trabajador reciba tratamiento médico.
La cuantía de la prestación es del 75% desde el primer día si la contingencias profesional, o el 60% desde
el cuarto al 20º día y el 75% desde el 21º día, si la contingencia es común. En muchos convenios
colectivos estos porcentajesse incrementan hasta llegar al 100 × 100 de las retribuciones salariales.
Se concede para la situación de descanso por maternidad biológica, adopción y acogimiento familiar de
menores de seis años o mayores de 18 discapacitados. Son beneficiarios los trabajadores de ambos
sexos. Se exigen, además del requisito general de estar en alta o situación asimilada al alta,
determinados períodos mínimos de cotización en función de la edad de los trabajadores.
Exige como requisito estar afiliado y en alta o en situación asimilada, y tener cubierto un período mínimo
de cotización de 180 días dentro de los siete años inmediatamente anteriores o, alternativamente, 360
días a lo largode su vida laboral.
La base reguladora de la prestación es la misma que se toma para la prestación de incapacidad temporal.
La cuantía de la prestación es del 100 × 100 de la base reguladora.
Protege la situación de la mujer trabajadora que, encontrándose embarazada, y debiendo cambiar de puesto
de trabajo por otro compatible con su estado, dicho cambio no resulta técnica mente posible. Se exige que
la mujer trabajadora esté afiliada y en alta en la seguridad social aunque no se exige que cumpla ningún
periodo previo de cotización.
Se le concede un subsidio equivalente al 100 × 100 de la base reguladora establecida para la incapacidad
temporal derivada de contingencias profesionales.
Prestación análoga al anterior, con la diferencia de que en lugar de extender la protección al periodo de
embarazo, lo hace al de la lactancia, extinguiéndose cuando el hijo cumple nueve meses.
Se trata de una estación económica destinada a los progenitores, adoptantes o acogedores que reducen su
jornada de trabajo para el cuidado del menor a su cargo afectado por cáncer u otra enfermedad grave. La
prestación tiene por objeto compensar la pérdida de ingresos que sufren los interesados al tener que
reducir su jornada, con la consiguiente disminución de su salario, por la necesidad de cuidar de manera
directa, continua y permanente a los hijos o menores a su cargo.
Los hijos o menores a cargo del beneficiario han de ser menores de 18 años, padecer cáncer o una
enfermedad grave que requiere ingreso hospitalario de larga duración y precisar cuidado directo, continuo
y permanente de sus progenitores, adoptantes o acogedores.
La base reguladora es la misma que se toma para la prestación de incapacidad temporal. La cuantía de la
prestación es del 100 por 100 de la base reguladora. La percepción de la prestación se extingue por la
reincorporación al trabajo, por cesar la necesidad del cuidado directo, por cumplir el menor 18 años, por
fallecimiento del menor o por fallecimiento del beneficiario de la prestación.
Pueden percibirla a quienes residan legalmente en territorio español, no perciban ingresos anuales y no
tengan derecho, ni el padre ni la madre, a prestaciones de esta misma naturaleza en cualquier otro régimen
público de protección social. Al ser de modalidad no contributiva, no se requieren para su concesión periodos
previos de cotización.
La cuantía varía en función del grado de discapacidad del hijo o menor acogido.
Estas prestaciones se conceden a los trabajadores que, pudiendo y queriendo trabajar, pierden su empleo
(desempleo total) o ven reducida su jornada ordinaria de trabajo (desempleo parcial). La protección por
desempleo se encuentra estructurada en dos niveles: uno contributivo y otro asistencial.
En el nivel contributivo, la prestación tienen doble acción protectora: una prestación económica al
trabajador pordesempleo total o parcial; y el abono de la aportación de la empresa correspondiente a las
cotizaciones a la Seguridad Social durante la percepción de las prestaciones por desempleo.
La duración de la prestación varía desde 120 días hasta un máximo de 720. La cuantía de la
prestación se determina aplicando el 70% durante los seis primeros meses y el 50% a partir de dicho
periodo. No obstante existen cuantías máximas y mínimas de la prestación.
Son beneficiarios del subsidio los parados que figurando inscritos como demandantes de empleo
durante el plazo de un mes, sin haber rechazado oferta de empleo adecuada ni haberse negado a
participar en acciones de promoción, formación o reconversión profesionales, y careciendo de
rentas de cualquier naturaleza superiores, en cómputo mensual, al 75% del salario mínimo
interprofesional, excluida la parte proporcional de dos pagas extraordinarias, se encuentren en
determinadas situaciones:
PENSIONES
Las pensiones son prestaciones económicas de carácter vitalicio. Pueden ser de modalidad contributiva o no
contributiva. Entre los caracteres de las pensiones contributivas destacan que derivan de contingencias
profesionales o de contingencias comunes; tienen garantizada una cuantía mínima para cada tipo de pensión,
fijada anualmente por la ley de presupuestos generales del Estado; el importe inicial de todas ellas no puede
superar el tope máximo fijado cada año en la ley de presupuestos generales del Estado; y dicho tope opera
también en supuestos de concurrencia con pensiones públicas de otros regímenes de protección social.
Las pensiones no contributivas no exigen cotización previa, pero si la llamada prueba de necesidad o carencia
de recursos conforme a los límites que se señalan anualmente por norma legal.
Puede derivarse de contingencias profesionales (no se exigirá cotización previa) o comunes (se exigirán
periodos previos de cotización según la edad del trabajador). La incapacidad permanente se clasifica en
4 grados:
La base reguladora difiere según se trate de contingencias profesionales o comunes. En el primer caso se
toma sobre los salarios realmente percibidos por el trabajador; en el segundo sobre las bases de
cotización.
B. Pensión de jubilación
Se exige un período mínimo de cotización de 15 años, de los cuales al menos dos deberán estar
comprendidos dentro de los 15 años inmediatamente anteriores al momento de causar el derecho.
La cuantía de la pensión es variable según los años cotizados: el 50% de la base reguladora si se han
cotizado 15 años, porcentaje que sube progresivamente hasta el 100% cuando se han cotizado 35 o más
años.
Una importante novedad es la posibilidad de compatibilizar la pensión de jubilación con el trabajo por
cuenta ajena o propia. Los trabajadores que hayan alcanzado la edad legal de jubilación que en cada
caso les corresponda y tengan derecho un porcentaje del 100 × 100 de la base reguladora de la pensión,
podrán compatibilizar la pensión con la realización de cualquier trabajo por cuenta ajena o propia, a
tiempo completo o a tiempo parcial, la cuantía de la pensión será el 50% del importe resultante en el
reconocimiento inicial.
C. Pensión de Viudedad
Tiene derecho a pensión de viudedad el cónyuge superviviente cuando al fallecimiento de su cónyuge, éste
se encuentra afiliado y en alta o situación asimilada al alta y ha completado un período mínimo de cotización
de 500 días dentro de los cinco años inmediatamente anteriores al fallecimiento. También tiene derecho si el
cónyuge fallecido no se encuentra en alta o situación asimilada, siempre que tenga un período mínimo de
cotización de 15 años. En supuestos de separación judicial o divorcio, son beneficiarios los cónyuges que sean
o hayan sido cónyuges legítimos, siempre que no hubiesen contraído nuevas nupcias hubiesen constituido
pareja de hecho. Se extiende al derecho de la pensión la persona que se encontraba unida a la persona
fallecida forman una pareja de hecho con una análoga relación de afectividad a la conyugal.
La cuantía de la pensión es el 52% de la base reguladora. Dicho porcentaje se eleva al 70% si concurren
simultáneamente tres requisitos:
D. Pensión de orfandad
Tienen derecho a ella los hijos, cualquiera que sea la naturaleza de la filiación, de la persona
fallecida, siempre que ésta reúna los mismos requisitos establecidos para la pensión de viudedad,
con excepción del periodo previo de cotización, que no se exige si al fallecer el causante, éste se
encuentra en alta o en situación asimilada. Loshijos deben ser menores de 21 años o mayores que
tengan reducida su capacidad de trabajo en un porcentaje valorado en grado de incapacidad
permanente absoluta o gran invalidez.
La cuantía de la prestación es del 20% de la base reguladora que sirvió para el cálculo de la pensión
de viudedad, que se eleva al 52% en supuestos de orfandad absoluta. La suma de las pensiones de
supervivencia (viudedad, orfandad y a favor de familiares) no puede sobrepasar el 100 por 100 de la
base reguladora.
Se trata de familiares que han dedicado su vida al cuidado del familiar fallecido y que, al fallecer
éste, no tienen medios de vida propia. Tiene el carácter de pensiones contributivas y su cuantía es
del 20% de la base reguladora de la pensión de viudedad.
Las pensiones de orfandad tienen preferencia sobre las pensiones en favor de sus familiares y por lo
que respecta a éstas, el orden de preferencia es el siguiente:
G) FINANCIACIÓN Y GESTIÓN
Por lo que se refiere a la financiación, el sistema existente en España es el de reparto, sin perjuicio de la
constitución de reservas de estabilización y de reservas especiales para las contingencias profesionales. Los
recursos de financiación de la seguridad social están constituidos por:
las aportaciones progresivas del Estado consignadas en sus presupuestos generales
las cuotas de las personas obligadas
las cantidades recaudadas en concepto de recargos, sanciones y otras de naturaleza análoga
los frutos, rentas, intereses y cualquier otro producto de sus recursos patrimoniales
Las prestaciones contributivas, así como los gastos derivados de la gestión y funcionamiento de los servicios,
se financiarán exclusivamente con los recursos de las letras B, C y D precedentes, así como con las
aportaciones del Estado. Las cotizaciones son diferentes según se trate de contingencias comunes,
desempleo o contingencias profesionales.
Las prestaciones de modalidad no contributiva se financiarán con aportaciones del Estado al presupuesto de
la Seguridad Social, con excepción de los servicios de asistencia sanitaria de la Seguridad Social y servicios
sociales cuya gestión se encuentre traspasada a las comunidades autónomas.
En lo que respecta a la gestión, es pública y está encomendada principalmente al INSS, así como la TGSS.
Junto a ellas deben citarse las entidades colaboradoras, las mutuas de accidentes de trabajo y
enfermedades profesionales de la Seguridad Social, asociaciones sin ánimo de lucro, etc. Los empresarios
pueden
libremente optar entre acogerse a la entidad gestora o a una mutua para la protección de los riesgos
profesionales. La actividad de las mutuas está muy reglamentada y son objeto de control y tutela por el
Ministerio de Empleo y Seguridad Social. La decisión final sobre la concesión de pensiones incapacidad
permanente, o las derivadas de muerte y supervivencia por contingencias profesionales, depende del INSS,
asimismo, quien efectúa las correspondientes recaudaciones de cotizaciones de empresarios y trabajadores
es la TGSS.
También las empresas que cumplan determinados requisitos pueden colaborar en la gestión, asumiendo
directamente el pago de la prestación económica de incapacidad temporal derivada de contingencias
profesionales, de contingencias comunes o de ambas.
a. Al diseñar el método abierto de coordinación social, estableció como uno de sus objetivos
mayoritarios la consecución de pensiones adecuadas y viables, en una triple dimensión: