La infancia.

La infancia no siempre fue como la conocemos ahora, en donde los adultos tratan de velar
por el bienestar y la estabilidad del infante, pero esto no fue así o por lo menos no entre los
siglos XVI- XVIII, en roma vimos como el padre era quien brindaba conocimiento al niño,
pero ya en los posteriores siglos las entidades que daban conocimiento era meramente
religiosas y algunas estatales, sin embarga en esta época la educación no era homogénea,
puesto que en un aula de clases podían existir niños de todas las edades y de todas las
condiciones, por lo que no todos los que asistían a esta no eran únicamente infantes.

Pero es que en la época no todos consideraban la infancia como algo inocente y por lo tanto
no prestaban atención a sus necesidades, en las mayorías de obras que datan por esos siglos
los niños eran retratados como adultos en miniatura, hasta las obras artísticas en las que
también se representaba a Jesús, lo que deja ver como la misma sociedad, tenía poco interés
por la crianza de los niños, sin embargo, los primeros en creer que era inevitable mejorar la
crianza y darles una instrucción educativa desde los primero años de vida, fueron los
humanistas quienes creían que los jóvenes al ser manipulables y carentes de moral propia
requerían de un guía, para encaminarlos a ser buenos cristianos y ser ejemplares para un
ámbito religioso y político.

Sin embargo, la escolarización llego siendo muy clasista lo que consistía en marcar la
diferencia entre la plebe y el noble, por lo que los hijos del pueblo, heredaban trabajos de
caballería u oficios, los hijos de la aristocracia recibían trabajos de monarcas, por lo tanto
merecían una educación especializada donde se asegurara la veneración del pueblo y
garantizar las bases para poder heredar el reino cuando el antecesor muriera, lo que se
observa en algunos retratos donde, eran representados como jefes supremos, no obstante,
los jesuitas se encargaron de enseñanza basada en el amor y el cuidado permanente, por lo
que se consideraba como un sistema de enseñanza activo y estimulante, buscando la
perfección del estudiante noble y el que sería después implantado para los plebes.

Finalmente, en el siglo XVIII se reencontró la infancia en donde, por medio de obras

artísticas donde se vuelve a retratar al niño, que había quedo de lado por varios años a
demás vuelve a la sociedad ese sentimiento de ternura, que se había perdido, condenado a
todos los infanticidios cometidos y los abandono , también la madre vuelve a su rol natural
de madre igualmente, Rousseau cae en cuanta que el infante es un niño y que siente y
piensa por si solo, por lo que los adultos no deberían proyectarse en ellos, además de que ya
que los que están entrando a la escolarización son niños y no adultos es necesario que ellos
aprendan de manera divertida y natural, no una enseñanza basada en el engaño, además de
asegurar que la infancia es un proceso cultural en donde todos como sociedad son un
colectivo para formar a una nueva persona.