En el ámbito que te desenvuelvas ya sea en el campo laboral o académico, es
importante mantener una buena actitud, pon en juego habilidades comunicativas y competencias ciudadanas, que te van a permitir una excelente capacidad de escucha, escuchar con respeto la opinión de tu interlocutor, te va a permitir recibir el mensaje de manera correcta. La mayoría de veces consideras que escuchas bien, pero puedes equivocarte ya que puedes no estar atendiendo la orientación que te esté dando tu profesor, tu compañero o tu jefe. Porque sencillamente te interesa poco o nada, estas atento a cualquier otro sonido como es el caso del sonido de un ventilador, el vehículo que pasa por la acera, el tic tac del reloj de tu compañero(a), la puerta que abren y se cierra al salir por el pasillo. El pito de la moto que cruza por la acera. El sonido de la cafetera que hierve, el timbre que avisa el cambio de clase, los murmullos de las personas que cruzan el pasillo, esto puede hacerte ver como una persona apática e indiferente. Ese ruido mental no te permite recibir correctamente el mensaje, este lo recibes a medias y es así como no le encuentras sentido. Para que la comunicación fluya esta debe ir en doble sentido, ahí se habla entonces de una comunicación activa o mejor efectiva, esta es una actitud personal, de disposición para captar el significado de lo que el interlocutor está expresando, su pensamiento, sus emociones. Una comunicación empática implica entender al otro.
Aunque tengas algunas dificultades al momento de escuchar, puedes aprender
practicando, siempre tienes oportunidades de desarrollar tu capacidad de escucha, prestando atención a las personas que te hablan o que te rodean. Se debe tener mucha paciencia y sobre todo respeto. Cuando aprendes a escuchar, aprendes a tener argumentos, a dar razón de lo comprendido. Una buena actitud permite fortalecer valores, principios, como es el respeto, el ser auténticos y tolerantes. Una buena comunicación debe estar desprovista de prejuicios, ideas preconcebidas que le resten veracidad al mensaje, que puede llegar a distorsionar el mensaje. Darle importancia a la escucha, es tomar conciencia de las situaciones que se nos presentan y es una invitación a estar atentos a nuestra realidad.