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EL MONÓLOGO DE LA IZQUIERDA

Por Agustín Pérez Reynoso

Ante la expulsión del ex presidente Evo Morales de Bolivia por sus antiguos aliados y la población
civil, a pesar de su innegable avance económico y social, en gran parte debidos a una correcta
administración de los precios favorables de las materias primas -como los hidrocarburos-, más que
a una estructura productiva diversificada apoyada en las inversiones no extractivas, nos permiten
descubrir los alcances limitados y limitantes de una ideología de izquierda que es muy afecta a
mantenerse en el poder y a monopolizarlo para compensar sus fallas y falsedades.

De forma enumerativa, mas no limitativa, se puede afirmar que, para el común de los individuos,
es más importante la libertad que el bienestar económico, sea como la derecha o la izquierda lo
comprendan. Un ser humano preso, usualmente, nunca será más feliz por su condición y buscará
escapar, aunque techo y comida estén asegurados. También es seguro que desear repartir la
riqueza a los más pobres, tarde o temprano, terminará con la riqueza de todos. La cosa empeora si
la izquierda favorece a unos por otros perpetuando la discriminación que buscaba erradicar.

Y si la izquierda es un reflejo de los demonios que combate, terminaremos sustituyendo una mafia
en el poder por otra, volviéndonos incapaces de administrar el poder, delegarlo y transmitirlo por
la ausencia de instituciones a favor del poder omnipotente del caudillo. Una izquierda que
necesita tal poder para promover la igualdad de la sociedad a través de una forzosa pobreza
democrática es como el final de un mal chiste, que frena, de hecho, el progreso de los pueblos. Ya
sin instituciones, a cualquier sociedad, sin medios para protestar, sólo le quedará la rebelión.

Y lo que hemos visto en Bolivia, puede presentarse en México, si seguimos eliminando las
instituciones y reglas con que las personas comunes y grupos poderosos pueden hacerse escuchar
sin hacer uso de su propia fuerza, gracias al amparo de una ley que tiene el poder suficiente para
garantizar que los derechos básicos de todos, no sean arbitrariamente aplastados. No hay un
Camino Real al progreso. Todos deben trabajar. agusperezr@hotmail.com

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