Está en la página 1de 12

FUNDAMENTOS DE NUESTRA OPOSICIÓN AL PROYECTO DE

REGLAMENTACIÓN DE LA PROSTITUCIÓN EN LA CIUDAD DE BUENOS


AIRES

Sras./es Legisladoras/os de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires S/D Nos

dirigimos a Uds. a fin de hacerles llegar los fundamentos de nuestra oposición al


proyecto de la diputada María Rachid, difundido en setiembre de 2014, por el cual
se pretende reglamentar la prostitución en esta ciudad y regular el funcionamiento
de prostíbulos, bajo las figuras de “trabajo sexual autónomo”, “cooperativas de
trabajo sexual” y “establecimientos que presten servicios sexuales”

Iniciativas de este tipo son contrarias al imperativo constitucional de propender a la


igualdad entre varones y mujeres, del que forma parte el abolicionismo jurídico
sostenido por nuestro país en relación a las instituciones de la prostitución y la
trata de personas.

El artículo 16 de la Constitución Nacional consagra el principio de la igualdad ante


la ley, que se ve reforzado y profundizado por las Convenciones Internacionales
de Derechos Humanos que forman parte del bloque de constitucionalidad federal,
de conformidad el artículo 75 inciso 22 de la Constitución Nacional y que
consagran el derecho a la igualdad y la obligación del Estado de tomar medidas
contra toda forma de trata y de explotación sexual, entre ellas:

• Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la


Mujer (CEDAW) : Impone a los Estados la obligación de garantizar a hombres y
mujeres la igualdad en el goce de todos los derechos económicos, sociales,
culturales, civiles y políticos, sosteniendo la necesidad de modificar los patrones
socioculturales de conducta basados en funciones estereotipadas de hombres y
mujeres (Art. 5) y adoptar todas las medidas apropiadas para modificar o derogar
leyes, reglamentos, usos y prácticas que constituyen discriminación contra la mujer
(art. 2a). Asimismo establece que deben tomar todas las medidas para suprimir todas
las formas de trata de mujeres y explotación de la prostitución de la mujer (Art. 6o)
• Declaración Universal de derechos Humanos: Reconoce la dignidad intrínseca , el
valor de la persona humana y la igualdad de derechos y libertades sin distinción de
raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen
nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.
•Convención Americana sobre Derechos Humanos, conocida como "Pacto de San
José de Costa Rica": Prohíbe la trata de mujeres (Art. 6o inc. 10) y consagra la
igualdad ante la ley (Art. 24).
• Pacto
de Derechos Civiles y Políticos: Establece la igualdad entre hombres y
mujeres (Art. 3)
• Convención sobre los Derechos del Niño: Prohíbe la explotación de los niños en la
prostitución u otras prácticas ilegales (Art. 34, inc. B)
•Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales: Establece que los estados
deben garantizar a todas las personas un nivel de vida adecuado, alimentación,
vestido, vivienda, educación y una mejora continua en sus condiciones de vida.

Asimismo, ha sido ratificado por nuestro país y se encuentra vigente el


Convenio de Naciones Unidas para la Represión de la Trata de Personas y de la
Explotación de la Prostitución Ajena, que, siendo un tratado internacional, tiene
una jerarquía superior a las leyes. En sus Art. 1 y 2, establece: Las partes se
comprometen a castigar a toda persona que para satisfacer deseos propios o
ajenos 1) concertare la prostitución de otra persona, 2) explotare la prostitución de
otra persona aún con el consentimiento de tal persona 3) sostuviere una casa de
prostitución. Es además punible la participación criminal y no se puede establecer
ningún tipo de registro de las personas afectadas (Art. 6). Asimismo impone la
obligación de los Estados Partes de adoptar medidas para la prevención de la
prostitución y para la protección e inserción social de las personas prostituidas, y
de estimular la adopción de tales medidas por sus servicios públicos o privados de
carácter educativo, sanitario, social, económico y otros servicios conexos (art. 16)

El Protocolo para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas,


especialmente Mujeres y Niños, complementario de la Convención de Naciones
Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional , en el art. 9 establece la
obligación de los Estados Partes de adoptar medidas a fin de mitigar factores
como la pobreza, el subdesarrollo y la falta de oportunidades equitativas que
hacen a las personas, especialmente las mujeres y los niños, vulnerables a la
trata, así como medidas legislativas, educativas, sociales y culturales a fin de
desalentar la demanda que propicia cualquier forma de explotación conducente a
la trata de personas, especialmente mujeres y niños.

A su vez, la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires establece


en su artículo 38: “La Ciudad incorpora la perspectiva de género en el diseño y
ejecución de sus políticas públicas y elabora participativamente un plan de
igualdad entre varones y mujeres. Estimula la modificación de los patrones
socioculturales estereotipados con el objeto de eliminar prácticas basadas en el
prejuicio de superioridad de cualquiera de los géneros;... el acceso a la vivienda, al
empleo, al crédito y a los sistemas de cobertura social; desarrolla políticas
respecto de las niñas y adolescentes embarazadas...; provee a la prevención de
violencia física, psicológica y sexual contra las mujeres y brinda servicios
especializados de atención; ampara a las víctimas de la explotación sexual y
brinda servicios de atención;...”

La prostitución es una institución patriarcal que afecta directamente la igualdad


entre los géneros, en atención a que consagra una sexualidad dominante a
satisfacer (la sexualidad masculina hegemónica) a la que deben subordinarse las
personas prostituidas, mayormente mujeres y niñas, además de niños, travestis,
transexuales y transgéneros. Debemos tener en cuenta, asimismo, que la mayor
parte de las personas en estado de prostitución han sido previamente
vulnerabilizadas por la pobreza, el abuso, la violencia,
la discriminación y la desigualdad de género y de clase y han sido ingresadas a
esta institución siendo niñas o adolescentes, siendo la edad promedio los 12-13
años. ( Rodriguez, M., Tramas de la prostitución y la trata con fines de explotación
sexual, en http://www.ciepp.org.ar/)

La prostitución no es una elección de una o varias mujeres que en algún


momento de su vida, por las razones que fueren, deciden ser prostituidas. Por el
contrario, la definimos como un acto o conjunto de actos por el cual una persona
llamada prostituyente o prostituidor (generalmente un varón) compra o alquila por
un precio en dinero o en especie el cuerpo de una persona/mercancía (o tratada
como mercancía) generalmente una mujer, para usarla sexualmente, para
imponerle su sexualidad en razón de su mayor poder sexual, económico y social.
El ejercicio de la sexualidad se transforma en relaciones de dominio y/o poder
sobre el cuerpo y la sexualidad de otra persona. Es un acto de devaluación de las
mujeres y de todas las personas prostituidas que no puede ser considerada
trabajo.

Es una institución patriarcal, un problema social, basado en la opresión de las


mujeres, que tiene lugar en un determinado sistema de relaciones de género. Los
contextos en que se dan estas relaciones son de desigualdad social, sexual,
política, económica y cultural entre varones y mujeres y sobre ellas se apoyan las
relaciones de prostitución; por eso hablamos de sistema prostituyente como un
sistema de relaciones sociales organizadas de una determinada manera, con
normas que lo regulan, con estructuras y una cultura que lo sostienen con
instituciones y con actores: proxenetas, tratantes, fiolos, policías y otros
funcionarios que participan del negocio de la explotación y/o brindan protección al
mismo, etc. El sistema prostituyente crea violencia y se impone a todas las
mujeres física o simbólicamente y genera complicidades para mantenerse.

Para el derecho de género, la igualdad y la dignidad humanas son bienes jurídicos


que deben ser respetados. Las personas no pueden renunciar, tanto sea a la
dignidad o a la igualdad porque son parte de los DDHH. No se puede aceptar la
prostitución ni la explotación sexual porque surgen de esta relación jerárquica
desigual entre los géneros. La autonomía de la voluntad cede ante estos otros
valores.

El proyecto al que nos referimos resulta asimismo contrario a la legislación


nacional en la materia, como la ley 12331, la ley 26842 (que modifica el Código
Penal y la ley 26364), el Dto. 936/2011, la ley 26845, entre otras.

La ley 12.331, en su artículo 15 dispone: “Queda prohibido en toda la República el


establecimiento de casas o locales donde se ejerza la prostitución o se incite a
ella”. A su vez, el artículo 17 penaliza a quienes sostengan, administren o
regenteen, ostensible o encubiertamente esos establecimientos

El Código Penal tipifica los delitos de promoción, facilitación y explotación de la


prostitución ajena (artículos 125 bis, 126 y 127), así como el de trata de personas
(145 bis y 145 ter), sin que el consentimiento prestado por la víctima sea causa de
eximición de pena para el autor del delito. Asimismo la ley 26364, reformada por
ley 26842, establece la
creación de organismos y la obligación del estado de prestar asistencia a las
víctimas de los delitos de trata de personas y explotación y restituirles los
derechos que les han sido vulnerados (trabajo, salud, educación, protección de los
migrantes, etc.), lo que aún espera su reglamentación. En el mismo sentido, pero
extendiendo la restitución de derechos al conjunto de las personas en situación de
prostitución, se presentaron sucesivamente en la legislatura de la Ciudad de
Buenos Aires dos proyectos de ley: uno de la legisladora Diana Maffia y otro de
María Elena Naddeo, que contaron, entre otras organizaciones, con la adhesión
de la Asociación de Mujeres Argentinas por los Derechos Humanos (AMADH,
ex AMMAR Capital). Sin embargo, los mismos no fueron tratados, evidenciando la
falta de preocupación de los/as legisladores/as por las condiciones de vida de las
personas prostituidas.

Por su parte, el Decreto Nacional 936/2011, en su Fundamentos afirma, entre


otras cosas: “...Que... resulta imperioso adoptar medidas tendientes a eliminar
todas las formas de violencia sexual y trata de personas, en particular con fines de
prostitución, que violan los derechos humanos de las mujeres y las niñas y son
incompatibles con la dignidad y el valor del ser humano, determinando la adopción
de medidas eficaces en los planos nacional, regional e internacional.... Que...se
deben arbitrar las medidas necesarias para promover la erradicación de la difusión
de mensajes e imágenes que estimulen o fomenten la explotación sexual de
personas en medios masivos de comunicación; y en especial, los avisos de la
prensa escrita los cuales pueden derivar en una posible captación de víctimas de
trata de personas...”

Por su parte, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, sancionó con fecha


21/12/2012 la ley 4486, que se propone erradicar de las calles de la ciudad, toda
imagen que por su contenido sexual -explícito o implícito- atente contra la dignidad
de la mujer y expresamente prohíbe hacer entregar o hacer colocar para ser
retirados en cualquier espacio público o en las puertas de acceso a los locales en
general, volantes que tengan por objeto la promoción explícita o implícita de la
oferta sexual que se desarrolla y/o facilita en establecimientos, los que hagan
explícita o implícita referencia a la solicitud de personas destinadas al comercio
sexual, y los que incluyan imágenes de contenido sexual vinculados con la
promoción de la oferta o comercio de sexo que lesionen la dignidad de la persona

De lo expuesto, resulta claro que nuestro orden normativo no permite la


organización de la prostitución ni, por consiguiente, el establecimiento de
prostíbulos, cualquiera fuere su denominación.

La diputada Rachid cita en sus fundamentos el artículo 19 de la Constitución


nacional y jurisprudencia basada en el mismo. Dicho artículo se refiere a “las
acciones privadas” pero, si lo que se pretende es considerar a la prostitución una
forma de intercambio comercial a ser reglamentado por el Estado, se trata de una
actividad comercial ajena al orden de la intimidad y la privacidad a que se refiere
dicha norma constitucional en su primera parte.

En cuanto a su segunda parte (de la que resulta que todo lo que no está prohibido
por la ley está permitido), la licitud de una conducta no trae aparejada
automáticamente su
regulación por parte del Estado ni su consideración como bien jurídico a proteger.
No toda conducta lícita es socialmente deseable y promocionable. Por ejemplo:
dañarse a sí mismo es una conducta lícita, pero no imaginamos al Estado
legitimando ni promocionando dicha conducta ni a asociaciones que la fomenten.

En el caso de la prostitución, no son las personas prostituidas quienes se dañan a


sí mismas, sino que son dañadas por proxenetas, rufianes y varones
prostituyentes (mal llamados “clientes”). Reglamentar la prostitución
considerándola un trabajo, implica elevarla a bien social que debe ser promovido y
ofrecido como alternativa a todas las mujeres, alentando la capacitación de las
niñas y adolescentes para dicha ocupación futura (en muchos casos
dolorosamente presente). Implica asimismo convertir el sometimiento en
consenso. ¿Promoverían las/os legisladoras/es medidas curriculares en la
educación infantil y adulta con orientación a la prostitución llamándola “trabajo
sexual”? ¿Promoverían talleres de práctica de la prostitución para niñas/os y
adolescentes?

La posición que sostiene el proyecto que cuestionamos forma parte de la


lógica capitalista neoliberal que extiende la mercantilización a todos los
aspectos de la vida incluida la intimidad. La cultura del neoliberalismo es
una cultura de la desigualdad de género y de clase, que comparte las ideas
de los sectores conservadores que sostienen que los lugares destinados a
las mujeres son la casa o la prostitución (“mujeres privadas”/”mujeres
públicas”). Lejos de formar parte de las “sexualidades contrahegemónicas”,
la prostitución es una de las formas más acabadas de heterosexismo y de
subordinación a la sexualidad hegemónica. La transgresión de los límites
del cuerpo no puede ser considerado un trabajo. En definitiva, se basa en el
pensamiento tradicional de la prostitución como inevitable y por ello se trata
de regularla y especialmente ubicarla en lugares cerrados para que no se
vea. La prostitución no es un hecho moral como se consideraba
tradicionalmente o muchas/os los siguen aún haciendo (como la dip.
Rachid), es un hecho político, que afecta fundamentalmente a mujeres, niñas
y niños.

La experiencia internacional demuestra que cuando se reglamenta la prostitución


aumenta exponencialmente ( fue el caso de nuestro país a partir de 1875) donde
crecieron las mafias como la Zwi Migdal o la Millieu, que hicieron que nuestro país
fuera conocido como el Camino de Buenos Aires, por la intensa trata de mujeres
que se generó. Ello ocurre actualmente en países como Holanda, Alemania,
Uruguay, entre otros, donde la prostitución se encuentra reglamentada. Así, en
Holanda, que tiene reglamentada la prostitución y legalizado el proxenetismo
desde al año 2000, sólo una mínima cantidad de las personas prostituidas se
encuentran inscriptas como “trabajadoras sexuales”. En 2011, un informe
realizado de manera conjunta por el Ayuntamiento de Ámsterdam y el Ministerio
de Justicia muestra que una gran parte del sector legal de la denominada
“industria del sexo”, perpetúa la explotación y la trata de seres humanos, mientras
que la mitad de los establecimientos son regenteados por uno o más
“empresarios” con antecedentes penales y que han sido condenados por la justicia
(Gemeente Amsterdam, Ministerie van Veiligheid en Justitie; Projectgroep Emergo (2011).
Emergo – De gezamenlijke
aanpak van de zware (georganiseerde) misdaad in het hart van Amsterdam.
Achtergronden, ontwikkelingen, perspectieven. Amsterdam: Boom Juridische Uitgevers. ).
El alcalde de Ámsterdam, Lode Wijk Ascher (del Partido Laborista), en ese mismo
año, dijo que la legalización de la prostitución había sido un “error nacional”.
(http://www.lemonde.fr/m/article/2011/12/23/pays-bas-flop-de-la- legalisation-de-la-
prostitution_1621755_1575563.html.)

Ya en 2008 un informe del Cuerpo Nacional de Policía (KLPD) había señalado que
entre el 50% y el 90% de las mujeres prostituidas lo estaban en forma involuntaria.
(KLPD.(Korps Landelijke Politiediensten) – Dienst Nationale Recherche (juli 2008).
Schone schijn, de signalering van mensenhandel in de vergunde prostitutiesector.
Driebergen)

En 2010, la RIEC Noord-Holland, un organismo gubernamental, dio a conocer un


estudio que muestra que sólo el 17% de los anuncios de prostitución publicados
en los periódicos y en Internet son colocados por los prostíbulos con licencia, no
habiéndose logrado impedir el aumento de la prostitución clandestina . (RIEC Noord
Holland (19 Octubre 2010). Methodiek ‘Inzicht in prostitutiebranche).

En un sentido contrario, Suecia, en 1999, resolvió: no penalizar a las


personas en situación de prostitución, penalizar a los “clientes”, hacer una amplia
inversión social para dar posibilidades de salir de la prostitución, realizar
campañas de prevención. En 2010 hizo una evaluación de la ley de 1999, que
estuvo a cargo del Ministerio de Justicia, de la que surge que la prohibición
de comprar actos sexuales ha desincentivando la presencia del crimen
organizado, la trata y el proxenetismo en Suecia. El número de personas
explotadas en la prostitución de calle se ha reducido a la tercera parte, en tanto se
triplicó en Dinamarca y Noruega en igual periodo; el número de personas que
publican en la web es mucho mayor en los países vecinos que en Suecia; la
proporción de personas prostituidas de terceros países no aumentó en la misma
manera que en los países vecinos donde sí hubo un aumento notable (en Suecia
ingresan 400 a 600 personas por año mientras que en Finlandia de 15.0000 a
17.000); ha disminuido la proporción de hombres suecos que compran sexo en un
80%; no ha habido aumento de la prostitución clandestina. En este último sentido,
los servicios sociales y la policía indicaron que la prostitución no puede “pasar
completamente a la clandestinidad” ya que necesita algún tipo de publicidad para
atraer a los compradores de sexo.

Decir que la prostitución debe ser reglamentada o regulada por las enormes
ganancias que deja, como sugieren los fundamentos del proyecto en
cuestión, vuelve a poner a las mujeres como variable de ajuste de las crisis
que genera el neoliberalismo, a la vez que transforma al Estado en
proxeneta, ya que mediante la organización de la prostitución y el cobro de
impuestos, pasaría a beneficiarse de la explotación sexual de las mujeres y
demás personas prostituidas.
No se puede legislar sobre hechos recortados de su contexto y sin analizar las
relaciones sociales que incluyen (cuyas afectados principalmente son mujeres,
niñas/os y adolescentes) y su carácter opresivo y sostenedor de las desigualdades
de género y clase.

La sexualidad femenina ligada al placer y el derecho a que el sexo no sea


una obligación sino una elección son consignas del abolicionismo feminista
que están en las antípodas de la realidad que supone la prostitución y el uso
de los cuerpos como mercancía, como productos comerciales a disposición
de los varones en virtud de que éstos tienen el dinero y el poder social para
comprarlos.

Por su parte, el informe “Políticas anti-trata y vulneración de los derechos de las


trabajadoras sexuales” (Varela-Daich) que cita en los considerandos del proyecto
la diputada Rachid, tampoco es confiable por lo inexacto, ya que las personas
detenidas, imputadas, procesadas y condenadas son reclutadores/as, regentes,
proxenetas , tratantes y policías, no mujeres ni travestis prostituidas. No se puede
confundir la violencia policial, que es parte de la violencia institucional y se
produce también en otros campos de actuación (protesta social, delitos comunes,
criminalización de la pobreza), con una política penal compatible con los
estándares internacionales. Los abusos policiales deben ser denunciados y
condenados y el estado debe ser responsable por ello. Por otra parte, resulta de
un cinismo extremo hablar de “la industria del rescate” cuando se habla de
víctimas de delitos de esta naturaleza. Coherentes con la lógica neoliberal están
pidiendo inacción al Estado. En realidad hay que exigirle más acción, no menos:
mejorar la investigación de los delitos, abarcar los eslabones jerárquicos de las
redes de explotación, asistir y restituir a las víctimas en forma efectiva,
reglamentar los derechos con precisión y amplitud.

En cuanto a la jurisprudencia nacional citada en los fundamentos del proyecto, la


misma es clara y pone como requisitos: que se trate de una actividad individual y
que la misma sea realizada en el domicilio particular. La reglamentación y
habilitación de establecimientos, que propone el proyecto vulnera estos
parámetros, ya que no se trata de actividades ni individuales ni en el domicilio
particular. Esta jurisprudencia sigue las pautas del artículo 19 de la Constitución
Nacional, es decir no penaliza acciones individuales privadas, pero tampoco
favorece su reglamentación ni promoción ni mucho menos la instalación de
establecimientos comerciales con estos fines. Esta jurisprudencia se enmarca en
el sistema abolicionista que no penaliza a las personas en prostitución, sino a
quienes la explotan y promueven o facilitan la prostitución ajena.
En este sentido, nos resulta llamativa la justificación que la diputada Rachid
realiza del artículo 81 del Código Contravencional de la Ciudad de Buenos Aires,
sobre la base del cual se penaliza a las personas en prostitución en el espacio de
la calle. Dicha defensa, unida a la reglamentación y habilitación de prostíbulos que
este proyecto propone, reafirma el doble rasero de la lógica reglamentarista, que
contiene tanto regulación como represión: legalidad para el encierro prostibulario y
represión para las personas que se encuentren prostituidas en la calle.
Asimismo, al fundamentar la necesidad de la Libreta Sanitaria, hace una confusa
referencia a los problemas relacionados con las enfermedades de transmisión
sexual (sífilis, blenorragia, VIH-SIDA etc.). Al respecto, es necesario aclarar que a
ninguna persona se le pueden hacer exámenes de Sida de manera obligatoria, y
que en nuestro país no se puede tampoco exigir libreta sanitaria ni de ninguna otra
índole a las personas en situación de prostitución, para acreditar su salud sexual,
a diferencia de lo que ocurre en los países neo- reglamentaristas. No se pueden
controlar estas enfermedades estigmatizando a las personas prostituidas como
presuntas portadoras de las mismas y objeto de control.

El sanitarismo está siempre explícito o implícito en las posturas reglamentaristas y


en su afán de usar a las personas en prostitución a fin de analizar y controlar las
ETS, como ocurrió a fines del siglo XIX y principios del XX con la sífilis y
actualmente con el SIDA- HIV.

Sería deseable que las/los señoras/es legisladoras/os escucharan las voces de


organizaciones de mujeres y travestis que han atravesado (o atraviesan)
situaciones de prostitución y que hoy la consideran una forma de violencia contra
las personas prostituidas, así como las de aquellas que trabajan por los derechos
de la infancia y adolescencia y analizaran esta institución de manera histórica
como creadora y sostenedora de las desigualdades de género y con conocimiento
del daño que provoca, a fin de informarse en profundidad sobre las consecuencias
que trae aparejado el neo- reglamentarismo (prostitución = “trabajo sexual”), no
solo para las mujeres y travestis que atraviesan esa situación, sino para las
niñas/os y adolescentes a las que se les está proponiendo como salida laboral.

Por lo expuesto, solicitamos a las/os señoras/es legisladoras/es no den curso al


proyecto citado y, en cambio, impulsen legislación dedicada a dedicada a restituir
derechos a las personas en situación de prostitución y fomentar la igualdad y la
libertad, a fin de posibilitar salir de la prostitución, así como a prevenir el ingreso a
la misma y desalentar la demanda que finalmente conduce a la trata.

Solicitamos una entrevista a fin de entablar un dialogo y ampliar personalmente


nuestros fundamentos.
Atentamen
te

Marta Fontenla Margarita Inés Bellotti Andrea Benítez Melisa Martínez

DNI 4996576 DNI 5720871 DNI 30536162 DNI 31533497

Campaña Abolicionista Ni una Mujer más Victima de las Redes de


prostitución, integrada por: Ciudad de Bs. As.: ATEM “25 de noviembre” – Asoc.
de Mujeres Argentinas por los DDHH (AMADH CABA) - Seminario de DDHH con
perspectiva de género Facultad de Filosofía y Letras UBA – Librería de Mujeres –
Taller
permanente de la Mujer – Espacio Alternativo , Arte Itinerante – Feministas en
Acción – Mujeres Libres – Fundación Agenda de las Mujeres - Feministas
independientes. Campaña Abolicionista Santa Fe: Grupo Generar – Silvina Sierra
– Asoc. de Mujeres Argentinas por los DDHH ( AMADH Santa Fe), Nidia Kreig,
Analia Sterli. Campaña Abolicionista Tucumán: Asoc. de Mujeres Argentinas por
los DDHH (AMADH – Tucuman), Las Liliith Feministas de Tucumán, Campaña
Abolicionista Santa Rosa la Pampa: Mujeres por la solidaridad – Mónica Molina –
Campaña Abolicionista San Clemente: Mujeres de las Orillas- Campaña
Abolicionista La Plata: Luciana Guerra

Reunión Abolicionista
Autoconvocadx

Frente Abolicionista Nacional (FAN) - Red Abolicionista de la Prostitución y


la Trata de Personas

Adhesiones: Grupo Maleza, Nuestras Manos; Movimiento Antidiscriminatorio de


Liberación (MAL) - Asociación de Lucha por la Identidad Travesti Transexual
(ALITT)-, Cooperativa de Trabajo Nadia Echazú Ltda.- Lugar de Mujer – Comisión
para la Investigación de los Malos Tratos a las Mujeres (España) - Feministas para
la Liberación, La Plata; Red Lazo Blanco, Argentina; Cátedra de Derechos
Humanos y Memorias Sociales. Lic. en Pedagogía. Sub-sede Gualeguaychú.
Universidad Autónoma de Entre Ríos – UADER - Movimiento por los Derechos de
las Mujeres de General Pico, provincia de La Pampa - Acciones Feministas (Bahia
Blanca) - DesBandadas (grupo de tamboras feministas, Bahia Blanca) - Ni reinas
Ni esclavas (programa radial de Radio UNS Bahìa Blanca) - Asociación Civil La
Casa del Encuentro - Subcomisión de la mujer “Andrea N. López” del Barrio Sur
(Santa Rosa, La Pampa) - Movimiento Popular Pampeano por los Derechos
Humanos, CATW-LAC, Coalición Regional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina
y El Caribe A. C. Asociación por los Derechos de la Infancia (ADI)- Fundación
Emmanuel – Museo de la Mujer.

Marta Fontenla- Magui Bellotti - Marcela D ́Angelo - Liliana Azaraf - Adriana Garcia
- Nora Pulido - Cristina Hanuch - Carola Caride - Maria Sol Pereyra Rozas-
Socorro Pereyra Rozas, Susana Pastor- Angelita Vensentini - Mirta Fiorucci -
Cristina Ercoli - - Claudia Krist - Alejandra Barbich, Maria Lourdes Molina, Alberto
Ilieff – Andrea Benítez - Melissa Martínez - Julia Izquierdo - Gabriela Marchi -
Diana Sacayan - Lohana Berkins - Diana Mafia - Marta Vasallo – Sara Florentina
Mayer -Laura Devetch – Estelle Disch - Maria Elena Naddeo - Aluminé Moreno -
Elizabeth Rossi – Silvia Chejter – Sara Vicente Collado – Graciela Collantes –
Graciela Mabel Wolfenson –Alicia Schejter – Sara Torres - Leonor Nuñez –
Romina Ruffato - Elsa San Martín, - María Olivera - Guacimara Rojas Ramos -
Margarita Zerda - Silvia Olivera - Alicia López Baz - Sandra Carina Cáceres
Vicente - Alejandro Lo Iacono - María Alcira González - Olga Del Carmen
Espinosa - Laura Vázquez - Alina Badín - Ursino Laura - César Badín Badell -
Gisela Benegas - Mónica Pérez - Rita País - Leandro Jiménez - Marcia Herrera
Castellanos - Iván Belgoff -
Adriana Longoni - Matías Valeriano - Magdalena Ariana Marchi - Alicia Peressutti -
José Luis Calabró - María Julia Moreyra - Maria Laura Blanco - Gabriela Sigilli -
Melisa Julieta Saibene Mansilla - Marieta Urueña Russo - Inés Vicenta Rubial -
Inés Alicia Benítez - María Inés Mussini - Ana Barragán - Alicia Zárate - Patricia
Eva Suárez - Emanuel Marcos Abínzano - Verónica Basques - Camila Suárez -
María Cristina Heredia - Clara Marisel Jiménez – Daiana Tiseira - Andrea Nathalie
Mila - Georgina Lira - Anabela Benítez - Beatriz Cabrera - Baiana Accinelli –
Daiana Ferrero – Ailén Bueno – Graciela Chinozaki – Susana Gamba - Elena
Moncada - Luján Pedrozo - Claudia Agüero - Irene Ramos González - Francette
Castaing - Sandra Fossati - Celia Sarmiento - Nilda Masci - Andrea Salle Mato -
Jhonny Reyes Peñalva – Sonia Sánchez - Maricel Analía Puntano - Laura Selene
Chaves Luna - Laura Escudero - Silvia Palumbo Jaime - Stella Maris Saraiva - July
Chaneton – Adriana Carrasco - Beatriz Rivello – Daniela Rut Melchor - María
Zerbino - María Emilia Orden - María Florencia Pumilla - Agustín Cases - Claudia
Verónica Mac Lennan - Laura Patricia Oyhamburú - Cintia Valeria Colombo -
Romina Paola Gutiérrez - Carina Moreyra - Cynthia Daiana Luna - Ana Victoria
Sepúlveda - Sebastián Emanuel Schneider - Antonella Belén Pellegrino - Dagna
Faidutti - Selene Josefina Carrillo - Ana Lis Ferraris - Aixa Vilma Fayolle - Norma
Baldivares - María Colombo- Mariana Pérez- Raquel Navarro- Laura Paradela-
Silvana Llopiz- Graciela Vargas- Mario Fabián Algazara- Lorena Julio, Mónica
Perauer – Ricardo Prieto – Ana María Bello – Viviana Rabich - Teresa Ulloa Ziáurriz
- Adriana De lucio- Adriana Liliana Carci - Angeles A nchou – Analia Lis Ferrari – Aixa
Vilma Fayolle – Norma Baldivares - Graciela Tejero Coni.

Para contactar: Campaña abolicionista:


niunavictimamas@yahoo.com.ar Marta
Fontenla: 15-6765-0616/ 15 – 65432152,
atem@cpacf.org.ar Andrea Benítez:
1555740308, benitezal@yahoo.com.ar Melisa
Martínez: 15-5746-9451,
melisa.martinez@yahoo.com.ar

También podría gustarte