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Cada anticuerpo se une a un antígeno específico a la manera en que lo hace una llave en una
cerradura.
1Conceptos relacionados
2Origen de los antígenos
o 2.1Antígenos exógenos
o 2.2Antígenos endógenos
o 2.3Autoantígenos
3Antígenos tumorales
4Antígenos nativos
5Especificidad antigénica
6Referencias
7Véase también
8Enlaces externos
Conceptos relacionados[editar]
Epítopo – Las distintas superficies de un antígeno capaces de ser
reconocidas por anticuerpos distintos (con regiones complementarias
distintas). Las moléculas antigénicas, siendo normalmente polímeros
biológicos “grandes”, suelen presentar muchas superficies con
características distintas que pueden actuar como puntos de interacción
para anticuerpos específicos. Cualquiera de estas superficies
moleculares distintivas constituye un epítopo o determinante antigénico.
Por lo tanto, la mayoría de los antígenos tienen potencial para ser
reconocidos por varios anticuerpos distintos, cada uno de ellos
específico para un epítopo en particular.
Alérgeno – Sustancia capaz de causar una reacción alérgica. La
reacción (detrimental) puede darse después de una exposición vía oral,
inhalada, parenteral, o al contacto con la piel.
Superantígeno – Es un tipo de antígeno que provoca una activación
inespecífica de linfocitos T, resultando en una activación policlonal de
linfocitos T y una liberación masiva de citocinas.
Tolerógeno – Es una sustancia que, por su estructura molecular, no
desencadena una respuesta inmune. Si su estructura molecular cambia,
un tolerógeno puede convertirse en un inmunógeno.
Proteínas que unen inmunoglobulinas – Estas proteínas son capaces
de unirse a un anticuerpo fuera del sitio de unión a antígeno. Esto
significa que, mientras que los antígenos son el blanco de los
anticuerpos, las proteínas de unión a inmunoglobulina “atacan”
anticuerpos. La proteína A, proteína G y proteína L son ejemplos de
proteínas que se unen fuertemente a distintos isotipos de anticuerpo.
Antígenos T-dependientes – Los antígenos T-dependientes suelen ser
proteínas. Requieren la colaboración de linfocitos T para inducir la
formación de anticuerpos específicos.
Antígenos T-independientes – Los antígenos T-independientes suelen
ser polisacáridos que estimulan a los linfocitos B directamente.
Antígenos inmunodominantes – Son los antígenos que dominan
(sobre los demás antígenos de un mismo patógeno) en su habilidad
para producir una respuesta inmune.9 Comúnmente se asume que las
respuestas por parte de las células T son dirigidas hacia solo unos
pocos epítopos inmunodominantes, aunque en algunos casos dichas
respuestas (por ejemplo la respuesta contra Plasmodium spp.) se
dispersan hacia un grupo relativamente grande de antígenos del
parásito.10