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\V. COMPARAR LA SHOAH Preguntas abiertas Ey rato ove fendémeno de aleance continental, la Shoah ‘obliga las clencias sociales a superar los obstaculos que la historiografia moderna -nacida en el siglo xx como un com junto de escuelas histrieasnacionales-hasolidoerigir contra cl comparatismo.! Sin embargo, el esto de los eupeiios sigue siendo una diseiplina reciente. Todavia no ha pro- ducido trabajos “elisicos’ capaces de evocar incluso de ma- ‘era Iejana el analisiseomparado de las formas de gobierno ‘que iniié Montesquieu en el siglo xvm, ola sociologia com: parada de las religiones mundiales que elaboré Max Weber 8 comienzos del siglo xx. Comparar los genocidios implica poner en paralelo no sélo a las sociedades, sino sobre todo sus crisis. Dicho de otro modo, significa sondear “patolo ss"; no ls normas sociales y polities, sino sus rupturas fen momentos excepeionales de eriss y de guerra. Inchiso fntes de ser confrontado con otras formas de violencia, el Holocausto ha debido constituise en area especifies de in ~- vestigacién, lo que ha llevado tiempo. Es recién en una época cercana que los investigadores han planteado el pro- * vas a epeto Maal Daten, Compan income, Pc, Seal 200 fra cp: Compare iconper td Mane tater Bersona, Peninan 201) qulen rectors ls Yess de Mare Bl “Pour une eeepc da soir cropene (1928) s0 titi a Gore Rss, a Galina co Quo, 2006. 537-380 [emda “Por una hora compara des wocidides eae Jaen ig Gooyy Paro Heunade Me Boe, ana hss ve Buenos ies rt, 992 blema de a relacién entre el exterminio de los judlos y otras olenclas de la historia Comes fimamente mezelado con los recorrides dela memoria en cl espacio pblico del mundo occidental, el debate sobre el cardcter singular y comparable de ls erimenes nazis se ha Impuesto en el transcurso de las tes tltimas décadas, ha- clendo dela Shoah el paradigma de Ins velencias del siglo xx El Holocausto, preibido primero como un aspecto margl nal de la Segunda Guerra Mundial, se ha vuelto st centro y ha adquirio el estatus de acontecimiento histérico mayor, lrreductiblemente singular Durante los ator de silencio y represidn (en lineas generales, desde la guerra hasta los ftos setena), la investigacin sobre la Shoah two que go nase su lugar en el seno de una historiografia reticent, desconfiada, procive a considerarla ms como un acto de piledad hacia las vietimas que como un objet de investiga: cidn con legitimidad plena, Después, alguns investigado- res sealojaron dela tendeneia general, que consstia en ver Ja violencia nazi como un blogue monolitio en el que no pareela oportuno distinguir entre diferentes categorias de victims, Desde los omochenta el age dela memoria det Holocausto ena calls ovcidental ha favonecida y comps ‘ado un desarvlla de Ia investgncin absolutamente impr sonante, Camo ld heres indicado antes, lexterminio de los jdios se a ido transformando en una dsciplina propia: los Holocaust Studies Este cambio ha permitido un progreso historiografico considerable y ha conducido a un conoc- 'miento factual mucho més profundo den genocio, ium * ease Misha! B Mari. The abet Hits, Lae, Penguin nando en detalle sus dimensiones, tiempos, actore,estruc turns, decisiones y momentos criciales. El nacimiento de cesta micva dseiplina, sin embargo, ha incitado a estudiar la Shoah como un proceso endgeno que posee sus causas (el antisemitismo), su dinémica (la definicion, la exclusion, la expropiacién, la deportacién y finalmente el exterminio) y hasta su fenomenologta (an sistema de destracién burocr ico e industrial) Frentea este hecho total, el contexto hist rico aparece como un conjunto de circunstancias exteriores, accesorias y contingentes,itles para enmarear los hecho ten el plano cronoldgico, pero superias para captar sts ot ‘genes y esmadiarsu desarvollo. Es evidente que Ia tendencia ' interpreta el Holocausto como un acontecimientaslado xo favorece, a prio a adopeidn de una perspectiva de tipo comparativo. Este autismo metadologico coexist, no obstante, con un comparatismo intrfnsecamenterelacionado con la histoiz cin de Ia Shoah como fendmeno europeo que involuera & sctores (anto Tos perseguidores como las vctimas) extrema: ddamente heterogéneos en los planos social, cultural y geo ‘grafico, y que suseta reaceiones muy variadas entre las po- blaciones civiles de los diferentes paises implicados en las politicas de deportacién. Por otra parte, es difl estar Ia ‘Shoah in vitro, haciendo abstracelén de un eantexto general marcado por Ia violencia de una guerra total que dej6 un saldo de ms de 50 millones de muertos, de los que la mitad eran civiles; ambien es diftellestudiarla sino se tiene en cuenta el hecho de que la violencia nazi apuntaba contra ‘una gama may amplia de ‘enemigos’ tanto militares como politicos, tanto nacionales como "raciles": desde ejécitos 2a tendenla eat parla vile en uno deo histori ores des Stn aul berg. La Destro es uf aap, Pai Fryar, 188 (tr oldest de or lt aay, ti Pit alae Madi Ala 205) ve [EA ISTORIA.COMO CAMPO BE RATALA aliados hasta cl comunismo sovietico, desde eslavos hasta gitanos, desde miembros de Ia resistencia hasta homo- sexuales. A pesar de sus especificidades, el Holocausto no puede ser arrancada de ss contesto, En resumen, si se quiere inscribir la Shoah en su época, su estudio plantea Interrogantes imposibles de responder sin adoptar una perspectva comparatista. Cuil es el gar del nazismo en el seno de los faselsmas europeos? Como {nteractila con el comunismo sovétiea? 2Qué relacién mar- tiene con los genocidios colonials de imperialismo alemén y europeo, del que es heredero? Es posible relacionerlo «con otros genocidios -por elempo, el de los armenios~ que también se desarrolaron durante una guerra total? Desde hace una década, estas proguntas aparecen en la reflexion de los investigadores. Cuando ellos reconocieron que el Ho- locausto era un objeto historlogrsfica, comprendieron que, sin un esfuerzo de contextuslizaién, su conversidn en dea de investigacion separada y auténoma corria el riesgo de ‘convertirse en un obstculo epistemolégico, En otros tern hos, la Shoah constituye hoy una prueba esencial para cual- 4uler tentativa de historizar el siglo 2. El resultado es que, tas haber sido econocida com un acontecimiento “excep. ional", aparece ahora como wna suerte de “modelo” que permite esuidiar otras violencia Gexocwi0 La genesis del concepto de “genoeldio" reenvia al carcter a Ja vez singular y comparable de la Shoah Por un lado, ésta loengendré durante la Segunda Guerra Mundial; por otro, el Yate Wulf Kansenr Prom Eecepiont xem, The New Ap sch Nai th aon oy ond Thay 93, ‘companan La stow ™ genocidio adquir6 una dimensién universal al ingresaren el uso corriente para designar las vilencias en masa que alo: naron Ia historia, mucho antes del siglo XX. El uso de este concepto plantea, no obstante, varios problemas de orden rmetodolégico,esencialmente vinculados eon ss orgen jurt- ddico? Forjado en 1983 por Raphael Lemkin, un jurista de ‘origen judeopolaco exiliado en Estados Unidos, fue adop- tado por la onv en diciembre de 1948 en una resolcin ex- twemadamente sintética tendiente a defniry persegir una serie de actos que la Corte Penal de Naremberg ya habta int cluido en su estatto, res afios antes, bajo la categoria de “erfmenes de lesa humanidad’.® La resolucion de,1948 es a Ja ver extesiva y reductora. Extensva, porque tend a cla- sificar en el interior de la categoria de “genocidio" un con- junto de actos muy diferente, aunque todos convergentes en la Intenein de destruir, total o parcialmente, «un grupo nacional, étnico, racial oreligioso como tal". Lemkin api aba este nuevo concepto tanto pars el exterminio de os j- dios como para la persecucién de los eslavos o el traslado forzoso de poblaciones llevado a cabo por los nazis en Bel ica yen Alsacia a partir de 1940, De manera cas idéntiea, Ia resolucién de la ONU asimilael genocidio, el einocdio y la ‘depuracién énics, pnlendo en un mismo plano el extermi- no fisico de un grupo, ladestruceién de st identidad cule raly su deportacin. Al mismo tiempo, la resolciin de 1948 define el genocidio de manera reductora, excluyendo de st AAmbito cualquier violencia de natursleza puramente polit 2.7 partir de esta constatacién los sociologos Ted Gurr y * vate Ee Wen “Le masse dans es fans de Tite i en Dati Kens (Le sa, aoe, Pa Cal "ise Rp Lamkin, uta upside, Pr, Roh, 2008 (ots lane col exo de a Conencion de 94, p 280.26) "ane mer aro aki th Rot f Boda Geos, On the Maco nd Matsa fae ren Rb elite y Bo ic ‘Barbara Harff han claborado el concepto de “politicidio"* {que posce un mayor rigor analitico, pero que conleva el ey go de generar una prolferacisn semdntica a veces incom. prensible. La nocion de "genociia’,elaboreda en términos jurdicos para preven ycastigar als culpables de estos nc ‘os criminales, pose, en el fondo, una pertinencia limitada para el historiador, quien no debe formular sentencias de culpa 6 inocencia, sino tratar de interpretar una época y ‘unos acontecimientos, problematizandolos, reconstryende su perl, captando sus causas y su dinsmica, penetra en cluniverso mental de sus actres. Al fundarse en fa definicién extensiva de 1948, algunos investigadores han apicado el concepto de “genociio" alos bbombardeos angloestadounidenses sobre las cludades ale ‘manas durante la Segunda Guerra Mundial. a la bomba atémica lanzada sobre Hiroshima y Nagasaki asi como a la catéstrofe ecolégica de Cherdbil" Mis recientemente, lo han adoptado Iss ssociaciones de defensa de los derechos hhumanos de Argentina y Chile, que reclaman jsticia por los crimenes de las dictaduras militares de los afios sete, im ‘poniendo su léxico tanto en los medios como en las clntcias {Se of ni a ad ar ti Nn “ater ly ter Tord pr hoy of Genes nd rational Ses Quart a3, nam 3, 1988 pp 2993. Sobre econ Cid pic ve nen er Sara ao * hry far Rap he Meta ind rae Bono ow on Da ore enh on ae Wie ee urs? ton Svs Coe nt se a stad ary Poe Fe 6050 sociales.* De este mado, el lengua jurtdico se ha general ‘ado favoreciendo una comparacién basada mucho més en ‘riterios politos y judiciales (l reconocimiento de crime nes que quedaron impunes) que en preocupaciones de or den epistemologico (I afinidad histériea entre acontec! mlentos de naturale diferente). Segin Henry Huttenbach, ernsiadosepudo se ha formulade el reproche de genocilo ‘lmplemente para produce un efecto ematv o para aleanzat un objetivo politico fo que ha provocado que un nimerocret lente de acontecimientos hayan sido califcados de geno Ai, vacand el trmino de su sigiicacn origina En la mayoria de caso, los trabajos que tratan de esbozar las grandes lineas de una teorfa general del genocidio par tiendo de una perspectiva comparatista se limitan a indicat lgunos rasgos comianes de las violencias masivas. En pri ‘mer hugo a lasfcacion de las poblaciones; luego, el debi- litamiento y la estigmatizacién de un grupo designado como enemigo 0 dafino en los planos politico, religioso 0 ‘nico; por ultimo, la deportacion ye exterminio dela vet ‘masa cargo de un régimen que centraliza los medios coer citivos del Estado. Aunque el “tipo ideal” derivado esti y coherente, tiene el defecto de ser puramente descriptivo.* Para evitar los escollos de ls interpretaciones monocausa: "or jmp, Dani Feet, Seis estadion soe ec Andits deri ed enlstn yeni, nos Ne, "Sony Huebsch, Lact the Hola under the Geraci Spe toy, Toward « Metsogy aod Categorie Holocene "sVeanse por eesplo, Helen Fee, Geno A Sacllogteal aspect, ‘stl iin Sul 195 a. exp lads rin Loe encore Sind Se Rodago Ren, Brel aeons 2 1995) les, que ponen en el mismo plano ideologias extremade. mente diferentes y eontradictoras, algunos investigadores relacionan los genocidios con politess “revolucionarias”* Pero este desplazamiento seméntica no es muy eficaz por ‘qu, tras haber ineluido el nacionalisme de ls Jovenes Tur 0s, el comunismo totalitario de Stalin y el racism biol6. sco nazi, el propio concepto de “revoliciin” es el que se toma incomprensible e incoherent, Frente aun uso extensivo asus ojos, inapropiado de a nocion de “genocidio, otros investigadores han propuesto restringir de modo radical o fijar una suerte de jerarguia de ‘genocidios, on la cual In Shoah ocuparia una posicion parte. Al apoyarse en el exter decsiv de a intencional, ‘ded, el historiador Bernard Bruneteat excluye las masacres coloniales dela categoria de “genocidios modemos”, cuyo punto culminante estaria dado por Ia Shoah." Steven Katz, por su parte, considera que el cancepto de “genocidio" de: berfa designar sélo el Holocausto, mientras que Yehuda Bauer prefiere distinguir entre los genocidios “ordinarios" y 1 Holocaust; segtn su opinén, este dima se distingue de ls otros por su earécter foal” Si bien todas estas interpre taciones estén expresadas en e lenguaje de las clenclas so ciales, en realidad se hallan motivadas por la voluntad de siribuir una posicién particular a la Shoah en cl seno de la memoria colectiva, "Rob Maes non an Gis On he in of i re {ose Es. We Cay of Gene Wiopiar of Race and Nation, (wad ep Eso de spots, tnd. de Penta Peron Tibet ¥ go Gora Fender Me, lin 206) Steno Kat The Uniqueness af the Holsnt. The Historical Dt mension, en Alan Roser ed) fe Hasan ig’ Pee etn Cnparatne Gece, Baler Ost, Mass Pee, 1998p 1958 Yehuda Bou pease Parte Aone 3, nente entre combates en torno de In memoria y querellas interpretativas, el politélogo Jacques Sémelin sugvi “dejar l termino‘genocidio' para sus usosidentitaros, militantes ¥ juridicos, y privilegar en las ciencias sociales las nocio- ines de "vjoloncias masivas" ode violencias extremas". Sin seguir al pie de Ia letra sus indicaciones, ser til igual- ‘mente tenerlas en mente al refleonar sobre la pertinencia ylos limites de la comparacién entre la Shoah y las otras ‘iolencas dl siglo xx. En efecto, estudiar la Shoah significa tenfrentarse a una serie de problemas que tracienden am! pliamente el concepto de "genocidio” y que reclaman otras ‘ategorfas analiticas, Como lo veremos, el Holocaust com- ‘densa, volvindolosinexrieables, varios puntos centrales de las volencias modemas: la relacion entre guerra total y e- paracion étmica, entre colonizacion y exterminio, entre tote Titarismo y sistema de concentracin, entre violencia pot ticay violencia racial Aniseamisao Y RACISMO Estudiar I Shosh desde una perspectiva comparatsta signi fica captar ls especificidades del antisemitism nazi en rela- cidn con ottas formas de antisemitismo existentes en Eu- ropa y con otras formas de racismo que ncompafaron otras asscres o genocdios en distintasépocas. El antisemitismo ro es sélo un diseurso 0 una ideologia se tata de un con- junto de representaciones, de un imaginario, de una cultura Y de prctica sociales que forjan una identidad colectiva antisemitismo nazi se enraid en wn viejo prejuici, perteneciente a historia europea, y se transform en la mo- dderidad. A partir de In segunda mitad del siglo xx, dicho Jacques Sin, Pari erie. Ue oles es massacres st pier, ar, Sell 208, 9p. 3809 381 prejuicio expresaba una reaecién difundida respecto de la femancipacion de los judios y permits eristallzar, como un elemento de demarcacion negativ -uncionando como un ed. digo cultural, una identidad eolectva incerta, incapaz de halla los mitos fundadores de un rlato nacional positive,» “inventad” desde arriba, tansformada por un proceso de ‘modernizacién extremadamenterpido, ntensivo y desga ‘adr [a nacién debiéreplegarse sobre sf misins,concibin dose como una comunidad de exclusion: ser alemn signif ceaba, antes que nada, no ser judio. Después de la Gran ‘Guerra, Hitler log dotar este antisemiismo de un cate. ter nev, sincréico y radical. En efecto, Mein Kampf lego-a sungue bajo formas groseras y aptoximativas, el re. cismo bioldgico de tipo cientiiista, el darwintsto social, ‘que preconizaba una seleccién natural de las razas, los este. reotipos sociales del anusemitismo tradicional y los nuevos mitos politics en torn al judio como arquetipo del revo cionario y del subversivo. Hitler confiié a esta mezcla una ddimensién politica inédita: primero, identifies los judios com el liberalismo y el bolchevismo; después, sella via de lun renacimiento de Alemania por medio de la hicha contra sus enemigos: as democracias occidentale y, sobre todo, la Uss. Durante Ia Segunda Guerra Mundial, a acha se trans- forms en una eruzeda, un combate cargado de una fuerza re ligioss, vvida compunaereenca, una lucha ttn y apoca- liptica. Sin embargo se rata -como lo ha observado Philippe Burrin—de un Apocalipss sin inervencin divin, privado de toda dimension Scatoldgiea, enteramente desplegado bajo formas seculares2 Justamente en es sentido, tal como lo he- "Vase Sulit Vth “Aas ulee Ce” en sts car der, Manic, © Philippe Marsa Ressotinent ct pace. Ese sr asinine ao, Psi Seu, 204 cap. [ad ep Remini apni mos visto en el capitulo anterior, Friedlander eaifica el ant semitismo nazi de "redentor"2! A diferencia del antisem- Uismo tradicional. que hace del judfo un chivo expiatoro, el antisemitism redentor deja de aetuar como un simple c: digo catural para transformatse en politica de exterminio. ‘Aunque el antisemisismo naz no tena equlvalentes fuera de Alemania, los materiales que compontan su sintsis ests ban disponibles, en gran escala,en el conjunto del mundo ‘occidental El darwinismo socal haba nacido en Inglatera ‘mientras que Ia exgenesia habia encontrado una formu cin teérieay aplicaciones pricticas en varios paises. El an teopélogo social francés Georges Vacher de Lapouge, autor de Laren, sore social (1899), preconizaba la mejora dela raza a través de una seleccidn planiicada, Bl Futro presi dente estadounidense Theodore Roosevelt, por su parte, ela bors tn programa de esteriizacien y de detencion de perso nas pertenecientes eategorfas sociales peligrosas en un ‘mania racist itulado The Wining ofthe West (1911) Ts comparaeidn se desplaza hacia las ideologies raci tas que inspiraron otras violencias masivas, ls afinidades y Jas diferencias con la Shoah aparecen con bastante claridad. ‘Las masacres coloniales presentan un caréeter instrumental que esta assente on el Holocausto, El exterminio de Iss po: bilaciones indigenas cas nunca fue una finalidad, sino ese- clalmente un medio para aleanzar otros objetivos, tales ‘come la aprapiaciin de sus tierras y recursos o Ia represién de su resistencia ante la conquista. Las ideologtasy la Titers ate 200, Sal Fedde Aneel oa Jui ol: asa de ee a Ft Sa on nas ‘ern Fee Berson Gals Gtenberg 2000 Sot isto deo cuprca, eae Ae Pot, La Sct pre ws ‘LamstoRiA como campo De: waratia ‘ra que las justifican, sin embargo, suelen ser tan radicales yestar tan “eientifcamente”argumentadas cotno el antise. mismo naz (lel ue consttuyen una de sus premisas). En 1864, la Sociedad antropol6giea de Londres organiz6 un ccongreso en el que uno de los principales colaboradores de Darwin, Alfred Russel Wallace, presents la extineién de las ‘rzasinferores’en el mundo colonial como una lustracién de a “ley de la selec natural En La evolucién socal, tun manual de darwinismo social entre los ms lefdos afc nes del siglo xix, Benjamin Kidd ratifies esta idea, desta, ceando que los “rudos métodos dela conguista’ se limitaban acclerar los efectos de una ley natural." La propagenda ‘que acompariaba estas masacres recuerda, en ciertos asec. tos, las directivas impartidas a Ia Wehrmacht en el frente oriental, a partir del verano de 1941, que explicaban la ne. ‘esidad de procederal exterminio de los judios, ala elimi- nacién de los comisaris politicns del Ejéreito Rojo y la sumision de los Untermensehen [subhumanos] eslavos Hay muchos ejemplos que podria ihustrar estas afinidades seminticas, desde la guerra de Arglia de 1830 hasta la de Eriopia de 1935 (desde las humnaredas [enfumades} del ma- riscal Bugeaud hasta los bombardeos quimicos dest hom 2 led Ruse Wale, Og of aman Races ot the Ant ‘tan Dede rm te Thon ofNatoral Select en ore te algal Soe 186 pp csv yc Valspar fe lice ne Une Page carptne, Pas a abe cap. ea tsps fa cena Une ens ere nde ii Hert 9 Maun bapa Bos Aes Tondo de Cults Eos 203) Mejia Kidd, Sova otuton Nv Yc Maclay. 1894, 9. 4449 (ad op: La olin sca Mac, La Eon Moder 2s Vee ans nleclon dn destin t Hanes He “Det Lape des Verchtngaeg. Wehrmacht nl Panera Haas sry Klas Nauranm ede), unicorn dW 194 bis 194, Hamburg, Hamburger 195, py. 108136 Oe Bar ane tec La What ae re, at Hache 19% CCoMPARAR A SHON ur logo Badoglio)2* En 1851, Peter Burnett, gobernador del muy javen estado de California, reivindied una "guerra de ‘exterminio[.] hasta Ia extineién de los pices rojas” Alga: ras décadas mas tarde, el presidente Theodore Roosevelt ex: jie6 que Ia aniquilacién de los indi habia sido un hecho el fondo bendficoe inevitable” 2 Igualmente conocida es Ia ‘orden de aniquilacién’ (Vernizhtug Befeh) dada por el general alemsn Von Trotha contra los hereros en 1904, cuyo Tenguaje-una “guerra racial” (Rassenkamp) contra “pu, blos en declvo”(terbenden Volker) prefigua la guerra naz! contra la uns y los judo.” En este caso, el comparatismo itumina tanto Ia singulardad del nazisimo en relacligcon el imperialismo clisco -por tanto, ol carscter heterogénco de sus erimenes- com la relacin de fliaion que los vincula. [a atencién que la historiografia presa ala comparacion del nazismo con Iss vilencias eoloniales es asombross: ‘mente escas, sis tene en cuenta que la Shoah se puso en prictica en medio de una guerra contra la uxss concebida ‘como una tipica guerra colonial En esta guerra de conquista {el “espacio vital’, la sumisién de los eslavos y la clitsina- cidn de los judios acereaban de manera emblemitica dos f- sguras negativas de la alteridad, construidas desde hacia al ‘menos dos silos en el seno dela cultura europea: el judo y 2 Véwe Mare Feo, "L cong de Agee’ en Mare Fer (Le ew cove, Pats Robt afl. 300, p. 490502 (ad (201 lego df conan, td ao Caran Mad, Lae ‘Si cor 203 alles, asd asl Mca ea er lida en ave Stunna, Arran Hoe The Cones of the ‘word Non York Oar Una eat, pa Vin Gs Kegs Rien nd Gehl ‘eat, eager es detscen Roast Namba {4s Cotng ver neh, 199 abel Ao. late Dstt Mitr Clr ad he Pcs Of er nb Ger ‘yee Coal Unery Pes 205,ca. 18 {LAHISTORIA COMO CAMPO DE BATALLA el indigena.® Esta laguna historiogréfca es una herencia del ‘eurocentrismo que dominé durante mucho tiempo en la cul: ture occidental Pr su parte, ls investigadores del movimiento poscolo. nal tienen tendencia a invert la perspectiva, adoptando ‘menudo un enfoque igualmente unilateral, De abt se deriva tuna sorprendente divisén entre los historiadores, Para unos, la Shoal ha sido un acontecimiento nico; para ots, Is end. sima masaere occidental, Cisndoa Hannah Arendt, Sl Fried. Linder escribié que los nazis se habian arogadoel derecho de “decidir quién debe y no debe habitar este planeta, captando ‘en esta pretensidn “una suerte de limite tedrio exterior” que, segin su opinion, “a sido alcanzado slo una inca vex en la historia moderna" Con una actitud similar, como hemos visto en el capitulo anterior, ots percibiron en la Shoah un no mart lad dela comprensién® incluso una “masacre ‘ntologica”ineductiblemente singulas” Por una suerte de any tinomia cultural absokutamente simétrica, ls historiadores poscoloniales no son muy proclves a reconocer en la Shoah ‘una unicidad, cualquiera se su frdole, Tal como eseribié al especto Vinay Lal, “desde el panto de isa de los investigado- res de Asia y dl tercer mindo el Holocasstotransfiri alos pucblos europeos la violencia que las potenclas colonials in 1 Yn an Yin at 2 3 Sal Fiend Meron toy and te Excraton of he es of Eup, Bennington Uni Prs, 93epp. 82986 aca ‘ha eal de Hannah Arndt clan inion Rapport oe edt Part, Galiard 98 p48 (wad ey chen ode lati aie lr as Re, {eg en 567 an Din "Zac Ape und Ayla. Ober Grnze dr so rise dc Naomi’ en Dan Dine ea) fd on Souktamas Gece? Zu Hiaorsrang und tre, Pato Ae, Pacer 187». 3 ‘SGlge Shr age de map Br ‘CoMPARAR A Sitontt ro Aligieron a los ‘natives’ del mundo entero durante casi cinco siglos’* Esta division, quese debe en el fondo a dos perspec vas dstintss sobre el pasado, ya habia encontrado su expre sion acabada en literatura, En Los hudidosy los salads, su ditimo ensayo publcado unos meses antes de mori, Primo Levi defini el Holocausto como un unicwm de a historia A pesar del horror de Hiroshima y Nagas la vergenza de Jos gulags, analy sangrienacarmpaade Vietnam, el aut, enocidio camboyano, le dessparcids de a Argentine y tol das las guerra atrocesy estpidas Tas que hemos asistdo ‘después scribe en las ltimaslneas des prefig, ssi tema de campos de concentacién naz sige endo ‘ons cosa Sinica, tanto por ss dimensiones como por su calidad. Para Aimé Césare, en cambio, el nazismo no fue mis que la reprodiccién, en peu esas, de la violencia colonial. En tun articulo escrito en 1948 para el eentenaro dela abolicén de la esclavitud en Francia, sugirié que la Alemania nazi no hizo mas que aplicaren pequefio a Europa lo que Europa oc- cidental aplicé durante sigs alas razas que habian tendo la sidacia 0 In torpeca de emszarse en s camino”. Unos aos > ony Lal, "Gano, arbre Othe, and he Vnece of Cate ‘enters tor Re, 0 103, 1998, p. HS Peel pose [eine et prs tarbn oI isrtograts carp Span Jor en immore ule nan presenta osx ago en genacio ‘Sol slo que ua rma mae organza cently bro {and Urge Zima “Cooma andthe Holos Towards ah ‘echesogy of Gonos en Di Mea | Goad on Ste Sa, "Nga York Bara Boks 200% 8 SF eres Mfg, Ona ans gp Aus i, Pre, Glin 1988p. (rae a ada saan Tha de Par Gomes date Barslonn ep 1980) hing mie "Vieor Sister abo deTscaog eet Schr acoso ty ree lesa de Pre Toterp 18 Chad en bina Conta hilton cer. Le rede a toe cle dene contin oe en patie a Pat La 190 LA ISTORUA COMO CAMPO DE BAIALLA mds tarde, en su Discw'so sobre el colonialism, ratifies esta dea explicand que la especificdad del nazismo consists en la adopeién, ante ls pueblos europeos, “de procedimientos colonialistas que slo incumbian hasta el moment alos dr bes de Argelia, os cules de India y los negros de Africa” Varias caracteristicas que concentra el Holocaust esta. than presentes en ots experiencias istoricas de violencia ‘masiva. La deportacién, el universo del campo de concentra cin el trabajo forzos0, la mareacién dels vitimas, la raion nalidad administrativay la tecnologia criminal no son pec liardades nazis, puesto que ya habian sido experimentadas durante siglos, desde las tratas negreras hasta Ia deporta- cin de los kulaks, pasando por el genocidio de los arme- nios2* En Los orfgenes de tovaltarismo, Hannah Arendt ha- bia captado en la sintesis entre administracion y masacre perpetrada por les britinicos en Africa una anticipacion de Ja violencia naz.” La tecnologia particular de la Shoah (las ‘cémaras de gs) habia sido puesta a punto entre 1939 y 1941 para la eutanasia de ls enfermos mentales, un “holocausto’ ‘que Raul Hilberg consideré con razén como “Ia pefiguracion conceptual al mismo tiempo que enienyadministrativa dela Decosert, 2008, 178 Lo ete foeadounidnssdefedan ‘Arse (1947 epteenos “np. Clo Genocide. Reps She Muy ote ny so Buk se, Ei Caen (Gnccde: Congust ection and Suber estan Wo Tao Neer Yr, Beat ols 6 p38 ‘me Ces, Dicoure sur Cloris, Par Prsence afc, 2804 Is od. xp: Daa sabe sooo ew de Heat Bales ‘Amr, inat Modern y Mars vero Vigo, Mods, Al 2008 ‘SVs, preamp, opto dein doporacin i taracion de tae tna, Seymour rosy “The Alte Save des the Hb ust A Comparat Arpt An © Resen ()te Holo "aon Aen, Lr Orme tar (1951, Pa, Callin sol Qunt, 203 p15 [ad ep Lx ots dl are, a de {aiden Solan, hia Taran 1974 'Solucién final” Podemos calificara la Shoah de erimen ‘nico en la historia, pero no hay dada de que tvo predce- sores y de que su singlaridad se debia, sobre todo, als fusion de varios elementos ya presentes, de manera separa, en la historia de Europa y del colonialism, La serializcion de las prcticas asesinas se habia Iniiado con Ia guillotina, en la época de la Revolucin Industrial, yse haba acelerado pode- rosamente con Iss maracres slateméticas dela Gran Guerra, trauma que hizo que un continente descubriora la violencia ‘moderna y la muerte anénima masiva. Los guetos, las eject cones a cielo abierto, las deportacionesy los expos de exter: minio estaban estrictamente vinculados con el proyecto nazi de colonizacion e la Europa centaly oriental a 38 imple ‘aba el trasladoforznso yl eslavitud de las poblaciones esi vas. La “Shoah por bas” era indisocible de la hucha contra Jos partisanos (Patisanenbekdmpfen) y dela destruccién del Dolchevismo. En otros términos, el Holocausto se presenta como una sintess de masacre colonial, deparacin inca, nae tion-buiding ttalitara y politi, Pra varios hisoriadores {eas violencias dt siglo, estos rasgos explican su earéeter paradigmstico. En este sentido, el africanista Jean-Pierre Chrétien escrbis que el genocido de los tutsis en Ruanda ev- ddenciaba una forma de “‘nazismo tropical" y el hstoisdor e= tadounidense Ben Kiernan capt clerta afinidades funda- ‘meniales entre Ia Shoah y cl genocidio de los Jemeres Rojos cen Camboya. [Los propios actores de la Shoah, tanto los perpetrado- res como las vietimas, solian establecer una relacién con Ral ber, Dstrction esi Earp, py p75 ‘Jean Pere Cite, “Un arse epi au Rusa? iage lo gous dun pina” en linge Snr 1995 pp. 14 48, Boy ican, Le Gone su Coody 197519, Pai Canard. 1938 [usd ep: Eigen del a ot Rata par pinto en Combo be régime dos Serres a, 1975199) tab lel Main, Bue ‘on Ais, Prot, 2010, otros genocidios, especialmente con el de los armenios du- rante la Primera Guerra Mundlal. Hitler lo evoos durante su discurso ante los principals responsables de In Wehrmacht ounides en Obersalzberg el 22 de agosto de 1939, en la vis pera dela invasicn a Polonia, Tras haber descripta el eardcter Sestructory criminal que inevitablemente adquira la guerra para la conquista del “espacio vital”, conch su intervenclén con una pregunta retérica supuestamente tranquilizdoras"Y al final, equién se acuerda hoy de la aniquilacién de los srmnenios?”.® Bn esa fecha, todavia no exstfa un plan de ex terminio de los judios, pro la fugaz alsin revel una dispo- sicién menta la masacre e indica un vinculo, del gue los 2is eran conscientes, entre el extermini de les judiosy el de Jos armenios. Los judios, por su parte, habian reflexionado sobre la tagedia armenia y habian captado en ell todos los clementos de una catistofe que amensizaba con aniquiaros, Como lo ha mostrado la historladora Raya Cohen, Lar cua renta das def Musa Dagh (1933), la novela de Franz Wertel que Sescrbe In resistencia armenia en la persecucion trea, se ha bia welt una lectura muy preciada en el gueto de Varsovla™ ‘Asan naz y Esra sNgUIsTORIAL La comparacién entgg ehrsane Stl, Mune pot d seer. 33. miento nacionalista y racista resueltamente moderno, teansformé en ‘guardiana de la Fe" ‘Todas estas separaciones indican un obstéculo adicional para comparar el nazismo cone asticismo, que estiba en Ulferencia de sus duraciones y que toma préetieamente im: posible una aproximacion diaerénica, Por un lado, estamos Sint una experiencia histérca que se extionde durante toda tuna época, a caballo de varios sigls: y por el otro, ante un regimen que mareé profundamente la historia del siglo x, pero cuya existencia fe bastante efimers. Si el genocidio de Tos judos tavo wn eardcterfulminante, entre 1941 y 1985, el de los indigenas del Nuevo Mundo se continué durante un siglo y desembocs en la cristianizacién ylaasimilacién eul- tral -o mds bien en una forma inédita de sineretismo cultu- ral- de Jos sobrevivientes. A varies siglos de distancta, la he- rencia de la Canguista es un continente mestizo. La utopia hileriana de la conquista del “espacio vita” aleman, por su parte, fue una parabola de corta duracién, que nacié en la ‘fori del atague de junio de 1941 contra la uRss y que nau: frags en los padocimientos de Estalingrado, en enero de 1983, Las persecuciones inguisitoriales(y el penoeidio de los indigenas en el Nuevo Mundo) inseriben de leno a Espana cena historia del racismo occidental, incluso le otongan un papel pionero. Sin embargo, esto no nos autoriza a situar fn Espatia los orfgenes debnazismo “Torsurmniswo Desde hace mas de medio siglo, las violencis politicas se comparan con la ayuda del concepto de "totalitarismo" tuno de Tos grandes zopos de la historia intelectual del st = tama Sex Compo, Esa conte Rana ae ncinaionos Fn wis, Madd Marca Poa 200 31. 4100.” nel mao dela tora y de ls cients potas, ues ocpan de dfn ntarneay as formas dl pet Claboranda sin poli ele repens pcs, hey Sepia ete conc cas de manor dni, Poco ana tan se aueverana dst la emerpencin end aoc del Silo, de slsemas de dominacin que no enen en ase tegovtnvadionales-dcadia, ann, despot -clabo rans por el pensar police csc, dade Arsttels fasta Weber La dining Monterey tke” -am poder auc arlrari in iy andado cad Ilo se adept al aoe reine, siglo do a Cimento poeres earacteizados, sen ln dengion de Hannah Arend pons fn ina de dso rr aie hscaron remodel loblnet la soca por mic do's lott En el mato den striogratay dl soc. Toga pla, pore conto, a dea de oaiarsmo ce Ils dealcanvar la unanidd Apaece iad estecha, ambig, pr odes nities aide Pevfals de lou sistas polices totals”, se quiere Sapir su nataera socl, urge, su gests adnan global, sus logos. Sepia dfn clsea que strat taron Cal Pech Zeige tives daa los an Since el oars supe diferentes lament co relclonados indsaciab, galente peers en ln smo yen el comuninmo. Ea finer ng aspen ded Estado de derecho fundado ena separactn de podees “por Iota, conta de! Esco ya limi de domes crcl epost que econocen as leads nda los colesvar a rade dena cata constuclonal, Enso. ° Pare uma sins ase Eon Tver (od) Le aaron, Lee ‘ikl en dP Sea 201 (dep tata, Hr de tuted de Msn Cura. Bos Ae, Eada, 207) At ‘lesa, lr Te he ity of he ad War, Nac Yor O fed ninety res 195; Wolang When, Melanoma, _gundo luge, a introduccién de la censura ylainstaracion el monopalioestatal sobre los medios de comunicacin afin de imponer una ideologia oficial. n teeer lugar un partido tinicodirigdo por un lider earismatico, objeto de cult cas religioso praticado por la masa de sus seguidores, En cuartp Iga: I volencla como forma de gobiemo, gracias al empla zamiento deun sistema de campos deconcentracion tendin- tes ala exclusion e incluso al eliminacién de los adversarios politics y de los grupos o indviduos considerados ajenos a ‘una comunidad homogénea en los panos politico, nacional o racial. Por dtimo, un fuerte intervencionismo estatal mas ado por una planifieacin autortara y centralizada de la economia. Aunque el conjunto de esas caractersticas puc- dden advertiree fcilmente en el naziemo y en el cmunisino sovitico, es necesario reconocer que esta definiciém resulta como minimo estitica y superficial En su tipo ideal, el toali- tarismo es un modelo abstracto que, a menudo, se comes: ponde ms con las fantasas literati de George Orwell que con el funcionamiento real de ls reglmenes fascists 0 co- ‘munistas. Una simple mirada sobre el origen a evluciéa y el contenido social de estos regimenes revea diferencias muy profindas en cuanto la durseién la deologia yl cantenido Social de ambos. La dracidn: el naismo conoci una radica. laacion progresiva durante 12 afios hasta su caida final I uns, una sucesin de etapas (revolucionari, antoritaria,to- taltaria y posiotalitaria) que se extendieron durante setenta afios. La ideologia ehestalinismo reivindicaba,radicalizaba y ‘aricaturizaba la herencia dela Hastracin;e nazismo creaba tuna sintesis sorprendente de eientificismo y de Gage ‘Aufklarug [contea-Thustraci6n] radical. El contenido socal ‘gracias uns revolucién, el comunismo expropi alas viejas usar, Camis, Harmar Unity Pres 1956 ra pie ‘ae lini eteracie, Ped, Bacon Ae La 175) lites dominantes y estatiz6 la economia, mientras que el _gimen hitleriano preser el sistema capitals, Las dos violencastotalitaras, aunque extremas ambos, tambien eran de naturalza diferente, La del camunismo so vidtico fue esencialmenteiuemna a la sociedad que buscaba someter, normalizar,diseiplina, pero también transformar xy modemizar a través de métodos autortaros, coereitivos y criminals. Las vctimas de estalinismo cas siempre fueron ciudadanos soviéticos. La violencia del nazismo, en cambio, se proyect6 fundamentalmente hacia el exterior Despaés dd tuna primera fase de “normalizaldn” repesiva dels sociedad slemana (Gleichschaliung), intensa pero répida, la vilenela nazi se desat alo largo de I guerra como una ola de terror rigurosamente codificada. Dirigida primero contra grupos hhumanos y sociales excluidos de In comunidad del Volk: (ju dios, gltanos, diseapacitados, homosexuales), se extendié Juego las poblacioneseslavas, les prisioneros de guerra ya los deportados antifascist (cuyo tratamiento respondia & tuna jerarquta racial precisa). Un analist licieo como Ray mond Aron sefalé con claridad la diferencia entree estali- nism y el nazisma:e primero condujo al campo de trabajo, sea, a una forma de violencia vineulada con un proyeeto de ‘ransformacion autritaria del sociedad el segundo, lacd- ‘mara de gas, es deci, al exterminio como finalidad en si ‘misma, insripto en un propésita de purificaci racial!” As ‘mismo, ambos desplegaban dos modelos antindmicos ero

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