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Cultura nacional en

Los Condenados de la Tierra de Frantz Fanon


Luis Alberto Montenegro Mora
Director Editorial UNIMAR

E
l compromiso del artista es con la li- Los escritores colonizados, en un primer La independencia de los pueblos coloniza-
bertad, con la posibilidad de idear un momento, se adaptaron a las imposicio- dos, no solo dividió la historia de los pue-
mejor mundo, una mejor realidad, nes externas, asimismo, sus obras tam- blos, sino que también el sentir artístico,
desde y por la sociedad. Las generaciones bién lo hicieron, por lo que no es difícil por lo que las obras y artistas antes de la
antiguas abonaron el terreno para las lu- encontrar impregnadas en dichas obras, independencia eran unos, pero después
esas esencias paridas en otros lugares, de ésta, la preocupación de los artistas se
chas y movimientos actuales en contra
desde otras perspectivas e impresiones de orientó hacia el acercamiento al pueblo,
de los regímenes y tiranías, estos no son su realidad, sus luchas, sus avatares. Por lo
la realidad. Sin embargo, tras la vivencia de
dados por el azar, son ideados transgene- este anterior momento, el colonizado no que ese gesto del artista de mirar al pue-
racionalmente. En esta medida “Nuestra le queda más que recordar, vivir del pasa- blo, de acercarse a él, para capturar esa
misión histórica, para nosotros que hemos do, ya que está contaminado de las impre- realidad, puede ser cuestionable, ya que
tomado la decisión de romper las riendas siones externas, de aquellas concepciones ¿acaso es posible describir o representar
del colonialismo, es ordenar todas las re- que lo declaran un exiliado de la patria, la verdad de la realidad desde miradas im-
beldías, todos los actos desesperados, to- y hacen del reto de desdoblarse hacia el pregnadas de extranjerismos?
das las tentativas abortadas o ahogadas pueblo, una travesía en búsqueda de su
identidad. A partir de lo anterior, el colo- Si el artista colonizado, y más concreta-
en sangre” (Fanon, 1983, p. 102). Comple-
nizado en un último momento, pretende mente el poeta, sufre como artista en
ja es la legitimidad de la reivindicación de búsqueda de la aceptación de su pueblo,
movilizar al pueblo, a través de literatura
una nación, aún más, cuando los partidos y además de ello desea crear obra nacio-
de combate, revolucionaria, subversiva ya
políticos que lideran las movilizaciones del nal, es indispensable reflexionar sobre lo
que los colonizados –hombres y mujeres-
pueblo, no considerar de relevancia; ya “que antes no habían pensado jamás en que acontece en las estructuras profun-
que el modus operandi de los partidos, es hacer una obra literaria, ahora que se en- das de su pueblo, escoger el tema que
el de partir de la realidad vivida, para deci- cuentran en situaciones excepcionales, en oriente su reflexión artística, sin obviar
dir sobre el presente y futuro del pueblo. prisión, en la guerrilla o en víspera de ser que nada puede a llegar a ser netamente
ejecutados sienten la necesidad de expre- original, sino que por el contrario, las pro-
El colonialismo ha pretendido comprar sar su nación” (Fanon, 1983, p. 110). puestas que anidan en su cabeza son hí-
la dignidad de los pueblos, satisfacer a bridos de conceptos, técnicas y experien-
las multitudes con migajas, enredar y La lucha que los pueblos colonizados ha- cias pasadas, tanto de colonizados como
encantar a las comunidades para domi- cen frente a las fuerzas de ocupación son de colonizadores. No basta con negarse
narlas y sublevarlas a su voluntad, pero demostraciones de la lucha por la iden- al colonizador y sus encantamientos,
es necesario, que los grupos sociales no tidad cultural. El colonizado sin saberlo tampoco con ligarse al pueblo desde el
pongan precio a su dignidad, y llevar –en muchos casos-, cuando plantea una pasado de éste, se trata de llegar al punto
esta decisión hasta sus últimas conse- obra cultural, no puede percatarse que de quiebre, en donde se pueda escuchar
cuencias. Los colonizados a pesar de que su técnica y estética, han sido influen- el latir de la gente, de lo actual, de la ver-
algunos de ellos, los más intrépidos en ciadas por los colonizadores, por lo que dad. El artista no debe remitirse a otras
espíritu trabajan en la construcción de no es extraño afirmar que “El intelectual realidades que pretexten su creación,
su cultura nacional, se ven influencia- sino que por el contrario, debe aprove-
colonizado, en el momento mismo en
dos casi de manera subconsciente, por char el momento, el acto en simultaneo
que se inquieta por hacer una obra cul-
aquellas corrientes o fuentes de saberes del pueblo, desde una aproximación re-
tural no se da cuenta de que utiliza téc- volucionaria de su manera de interpretar
propiamente colonizadoras. A pesar de
nicas y una lengua tomadas al ocupante”
que América antes de la colonia tenía los gestos sociales que tiñen la historia.
organizaciones sociales –pueblos indíge- aún más “el intelectual colonizado que
nas- altamente productivas, organizadas vuelve a su pueblo a través de las obras Referencias
coherentemente con su medio, contex- culturales se comporta de hecho como
to, historia y realidades, aquellos vesti- un extranjero” (Fanon, 1983, p. 110). Es Fanon, F. (1983). Los Condenados de la Tie-
gios de dichas organizaciones, se ubican difícil para el artista colonizado realizar rra (7ma. Reimp.) (Trad. J. Campos). En: F.
en la sombra de lo que el colonizador obras nacionales, más aún, si se dedica Fanon (Aut.), Les damnés de la terre. Mé-
a determinado como Nación, Estado y exclusivamente al desarrollo de técnicas xico D.F., México: Fondo de Cultura Eco-
Pueblo, en donde cada día el america- modernas, que se han gestado desde nómica México. Recuperado de http://
no da un paso más hacia la negación de otros sentires; en esta medida, el volver www.rosa-blindada.info/b2-img/Fanon-
su sentir y pensar americano, para ser a lo nacional, es pensar desde y por el Loscondenadosdelatierra.pdf (Trabajo
aceptado por las ideas coloniales. pueblo colonizado. original publicado en 1961)

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