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Arte y genialidad, las dos caras de la

locura.
Daniel De Lucio Garcia
Sofía Díaz Mendoza
Vania Megan Godínez Aguilar
Owen Said Olivares Castañeda
Karla Liliana Yañez Flores

“¿Qué es sino la sed de gloria lo que mueve al humano espíritu a cultivar tales disciplinas,
reputadas como excelsas, y a transmitir a la posteridad el fruto de sus trabajos?” (Rotterdam,
E. 1511). ¿Por qué decimos que los artistas son genios y no locos? ¿Es acaso que la locura
está invisibilizada con la excusa de ser creatividad? Haremos pues un recorrido por las artes,
sus exponentes y aquellas cosas que engloban y expresan; sería pues que tenemos que ver el
arte también como un don de la misma locura y no de aquellos a quienes denominamos
dioses.

Es primordial que definamos desde qué punto analizaremos el arte para este ensayo. El arte es
tanto una disciplina como un registro histórico de la humanidad de una manera en la que
quizá no lo son los libros comunes de historia; pero también es una manera de expresar
emociones, sentimientos y vivencias que con el simple lenguaje no es suficiente o se busca
aparentar cierto elitismo para encajar en entornos distintos al acostumbrado. Sería entonces
que el arte es una subjetividad de cada individuo, tanto del espectador como del artista.
¿Acaso los artistas no son solo actores de una obra teatral escrita para el espectador y al
quitarse la caracterización se vuelven locos? Esto podría ser debido a que dentro del contexto
del arte validamos todo, pero si una persona fuera de este mismo nos diera esa idea sería
simplemente descabellada o incluso inapropiada.

Para poder dejar más clara la idea, podríamos comenzar con algunos ejemplos sobre
el arte y porqué de esta consideración, comenzando con Marqués de Sade -un escritor de
mediados del siglo XVIII- se podría considerar de dos maneras, como un loco o como un
genio revolucionario para su tiempo y aquí es donde podemos encontrar la ambivalencia de
aquello que llamamos arte. ¿Por qué decimos que Sade fue considerado un loco? Esto es
simple, para su época los temas que abordaba, como los hablaba y la manera en que se hacía
un enorme énfasis en la sexualidad y lo que en ese entonces se podría denominar
perversiones, pues buscaban el placer y no solo la reproducción que era lo socialmente
permitido. Hablando así de aquello que para su momento histórico era callado, esta es la
misma razón por la que se le podría considerar un genio revolucionario, que ganó aprobación
y admiración de muchos y la desaprobación de otros más. Ahora bien, traigamos a Sade a
nuestra época, es probable que dejaría de ser tan revolucionario pues aunque ya no es un tema
tan lleno de tabú y de desaprobación, aún es algo de lo que pocas personas hablan y aun así
dejaría de ser considerado un loco (hay que recordar que Sade se encontró recluido en un
hospital psiquiátrico), es recatable la manera en que el autor mismo es un artista, por cómo es
que plantea escenarios y describe en sus obras los hechos, ¿seguiría siendo considerado un
genio?

Con este autor podríamos detenernos y hacer análisis de sus obras, desde el arte de la
literatura y las propuestas de genialidad que este marca, pero no es tal el caso. Así que
seguiremos avanzando en tiempo y espacio, deteniéndose un poco en la pintura, un arte visual
que mediante colores, trazos y técnicas nos puede transmitir diferentes sensaciones y
emociones que son tan cotidianas que se vuelven inmortales, esto permite que algunas obras
sean adoradas hasta de rodillas por algunas sociedades y repudiadas por otras. Para ello,
hablaremos de Vincent Van Gogh, un pintor y escritor de origen holandés que hizo cerca de
800 cuadros y varios dibujos más -una de las más famosas es La Noche Estrellada. Pero en
esta ocasión nos centraremos en el Autorretrato de oreja vendada, en el cual se ve claramente
al pintor con una oreja vendada, con un aspecto bastante triste y atormentado, la historia que
hay detrás de este cuadro involucra un acontecimiento que quizá muchos no conocíamos y es
que el autor de la misma se automutilo -esto de labios de su amigo Gauguin único testigo de
esto- mientras encaraba a su amigo por alguna disputa en la cual le amenazó con una navaja,
al final este se cortó el lóbulo y después lo llevó envuelto en regalo a un burdel de Arles
(localidad donde se encontraba su residencia) y lo regaló a su prostituta favorita del mismo
como obsequio.

No es esta la única historia que hay alrededor de las “excentricidades” de este


personaje; podríamos llamar a esto una ventaja del arte, pues en lugar de considerar que era
un personaje “loco”, se le suele considerar un genio incomprendido, quien plasmaba sus
emociones por medio de sus pinturas, de igual manera Vincent Van Gogh se convirtió en un
enigma para muchos profesionales de la salud mental, su autorretrato no expresa en el
semblante la ira por el enfrentamiento con Gauguin -el amigo con quien tuvo el altercado-,
pero tampoco tenemos razones certeras de porque bebía pintura amarilla. Una vez más, es un
ejemplo de cómo podría ser que la locura se puede exentar a causa de una supuesta genialidad
en algo que vemos a diario, las artes. “A esta necedad debéis precisamente una de las
mayores y más dulces ventajas de la vida, la cual es la de aprovecharse de la locura de los
demás” (Rotterdam, E. 1511)

Una de las particularidades que podemos resctar de las obras de Van Gogh, es la
técnica usada en ellas, parece que las pinceladas estuvieran representando ondas sonoras a la
vez que crean imágenes, cercano a ello tenemos el fenómeno de que algunas canciones crean
imágenes a quienes las escuchan, así que es momento de desplazarnos un poco a la siguiente
área del arte que vamos a tratar; la música. No es diferente a otras artes en el sentido estricto
de la definición, aunque posee sus propias características y particularidades, si llevamos el
enfoque a nuestro tema central podemos encontrar la locura de diversas maneras: en aquellos
intérpretes catalogados como “locos”, los que hablan de la locura o la plasman en sus
composiciones o espectáculos y finalmente los que se comportan de manera tan extravagante
que se dice que “raya la locura”. Aun así, en cualquiera de estos tres casos, su contenido y su
imagen es consumida y aceptada por el público en general, a continuación daremos algunos
ejemplos para cada uno de los casos ya mencionados.

Hablaremos primero de Daniel Johnston -cuya trayectoria va de 1978 a 2019- tenía


grandes aspiraciones artísticas y fue diagnosticado con trastorno bipolar cuando entro a la
universidad, era en la definición de “locura” actual alguien que estaba en dicha condición y
esto no fue un impedimento para su carrera artística, sirvió más bien de inspiración a muchas
personas y otros artistas de otras épocas, como lo son David Bowie, Kurt Cobain, Pearl Jam,
Lana del Rey e incluso Matt Groening; otro ejemplo que tenemos seria Green Day -una
banda de pop punk- y su canción llamada Basket Case (1994, compuesta por Billie Joe
Armstrong) la cual habla de sus ataques de ansiedad que le hacían pensar que se volvería loco
y un tiempo después fue diagnosticado con trastorno paranoico, esto no acaba ahí, en el video
se hace referencia a la depresión, la ansiedad y algunos otros trastornos. Para concluir,
daremos paso al ejemplo del último caso que hemos propuesto, Natti Nattram, compositor
sueco que se autolesionaba para -según él- lograr la voz que deseaba para sus canciones y en
alguna ocasión llegó a sustituir sus manos por patas de cerdo. Con este artista en particular no
hay certeza de edad o si alguna vez se le diagnosticó algún trastorno, pero su comportamiento
y canciones tenían rasgos de una esquizofrenia, algunos de sus deseos y delirios.

La música no solo es compone por la parte auditiva, en ella contamos con un recurso
visual con que muchos grupos nos presentan su música, es sencillo pensar en eso, hablamos
de los videos musicales y estos tiene sus propios componentes uno de ellos es la fotografía, la
cuál es por sí sola un elemento artístico, así que pasaremos a hablar de ella por sí sola y como
es que esta entre a formar parte de nuestro compendio de artes.

Broken Light es un colectivo que tiene como finalidad el compartir trabajo fotográfico
donde viven personas con trastornos o desórdenes mentales, su fundadora es Danielle Hark ,
con este colectivo como ejemplo podremos darnos cuenta que en muchas ocasiones los
mismos artistas y parte de la genialidad que poseen es debido a la locura. Retomando a la
fundadora, una mujer que sufría depresión, después de varios meses sin que ella saliese de su
habitación encontró la manera de dejar los pensamientos negativos a través de la fotografía y
este se volvió un recurso invaluable para su vida, además de usarlo como una manera de dar
conciencia y mostrar la manera en que ella veía el mundo desde su depresión, lo que también
le ayudó a tomar conciencia de ella misma. La fotografía puede ser usada como un recurso
para poder demostrar lo que nos hace sufrir en silencio como individuos y con esto poder
salvar a otros de la misma manera con arte; aquí no sólo notamos el papel que formó en la
vida de esta persona, sino el impacto que buscaba ella tener en otros.
El arte se volvió parte de su propia locura, la abrazó y le dio forma a esta a manera de
fotografías que después usó para poder compartir y concientizar a las personas sobre lo que
fue para ella vivir con una depresión que la tuvo en su habitación, sin querer saber del
mundo.

Como último ejemplo nos iremos a algo que engloba las 6 bellas artes y las vuelve
una sola, el cine. El 7 arte, como es denominado, contiene un poco de todo lo que hemos
analizado a lo largo de este trabajo, contiene un guión, música, diseño de imagen, diseño
fotográfico y por supuesto la actuación. Pensar ya en esto podría parecer un asunto de locura
y para aquellos que se dedican a hacerlo; hablaremos de algunos guionistas y directores, así
como de sus obras e intentaremos explicar porque, aunque no se hable de una locura en ellos,
sus obras la expresan de alguna manera. Comenzaremos pues con El Laberinto del Fauno, un
film del 2006, esta fue escrita y dirigida por Guillermo del Toro, con el solo nombre de este
director ya nuestra mente comienza a dar imágenes de las múltiples criaturas que el director
ha usado en varias de sus películas. Es innegable el genio creativo del director y el arte que
este puede llegar a crear y aún así, pensemoslo de la siguiente manera: un niño de 8 años
muestra los dibujos que hace de criaturas monstruosas o siniestras a sus padres, estos
probablemente pensaran que es un signo de locura o de algún “problema” que su hijo está
manifestando, ¿acaso es una cuestión de contexto eso de la locura? Si seguimos el
razonamiento propuesto, en todo caso, del Toro sería sin duda alguna, alguien quien pese a su
genialidad también se podría considerar un loco.
Pero no queremos detenernos en los monstruos y las creaciones únicamente del
director mexicano que es conocido y aclamado por ellas, pasaremos a hablar de un director
que ha escrito y dirigido un film más reciente, Ari Alister -nacido en Estados Unidos- ha sido
director y guionista de algunos films y cortometrajes, entre los que resaltan (y de los cuales
vamos a hablar en esta ocasión) Hereditary y Midsommar de 2018 y 2019 respectivamente.
La primera es un film de terror-suspenso que nos muestra como una familia es acosada por
una secta que adora un demonio de nombre Paimon, hasta aquí parece una clasica pelicula de
terror, pero al mirar la cinta se pueden notar detalles con respecto a los personajes,
principalmente la madre quien tiene un trastorno de personalidad disociativo y el hermano
mayor de la familia quien padece esquizofrenia y más tarde una depresión psicótica por la
muerte de su hermana menor (que cabe resaltar el causo de manera no directa), con esta ya
tenemos una idea de cómo es que este guionista y director integra la locura en sus personajes,
¿y acaso no es necesario un poco de esta para poder entenderla?
Seguiremos con el segundo film de Ari, Midsommar, en este caso nos enfocaremos un
poco más en cómo la estética usada en la misma para crear un ambiente colorido, la película
habla de una secta sueca y sus tradiciones de verano, donde invitan a extranjeros a la
celebración por medio de los miembros más jóvenes. Hasta aquí todo bien y normal, pero
todo se va a deformando en una historia de suspenso con desapariciones y culmina con una
fantástica escena de sacrificio humano, lo interesante es realmente que no es la clasica
pelicula con colores oscuros y apagados es colorida y atrapante, incluso podríamos decir que
está diseñada para estimular con los colores vistosos y mantener tu atención en cada detalle
de los paisajes. Otra obra increíble por parte de un cineasta a quienes algunos llaman el
nuevo genio del terror.

A lo largo de estos ejemplos hemos querido llegar a ejemplificar cómo es que la


locura tiene dos caras, el arte y la genialidad; y cada una de estas depende de la otra, parece
ser que a lo largo de la breve reseña artística que hemos presentado, una y otra vez se ve
excusada e incluso puesta de lado la locura mientras sea en un contexto en que predomina la
creación de arte y que aquellos que la muestran ya sea en su persona o en su obra cuentan
también con esta excusa. Al inicio probablemente no haya sido así -como se vio en el caso de
Sade-, pero una vez siendo contextualizado a épocas recientes parece dar todo un giro y
volverse excusable, invisibilizado o incluso justificado; no hablamos de que este sea un
comportamiento negativo, pero sí es una evidente realidad que se muestra en nuestra
sociedad.
Y quizá de esta manera logramos comprender un poco más la tesis propuesta también
por Rotterdam con respecto a la locura y como es que esta se incluye en todos los aspectos de
la vida cotidiana, incluso en las acciones que podríamos encontrar nosotros mismos como
“normales”.

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