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hekht COLECCION NARCOSIS Por narcético entenderemos todo entedgeno capaz de con- vertir al sujeto a la escena primaria de la iniciacién especu- lativa: la escena en los narcisos. Lo especular denota tanto el gesto reflexivo—el speculum— como aquello que carece de fundamentos, la pura especulacion desprovista de todo arraigo en una tierra firme. Lo anfibiolégico de la especu- lacién comprende los dos momentos de la escena primaria narcisista: el momento reflexivo en el que Narciso se observa en la superficie reflectante de la solucién, experimenta su si mismo como existencia arrojada, singular y finita, cuida y goza de sf, se cura —(con)templindose en su autoposi- cién— y el momento refractivo en el que —fauna y fruto de la reflexion— Narciso se absuelve de la tierra firme y atraviesa el espejo liquido, embebiéndose en el narcético, renaciendo en la mareaci6n. COMO PIENSAN LOS BOSQUES Hacia una antropologia més alla de lo humano Eduardo Kohn Ira. Edicion Ediciones Abya-Yala 2021 Ay. 12 de Octubre N24-22 y Wilson, bloque A Apartado postal: 17-12-719 ‘Teléfonos: (593-2) 250 6267, 396 2800 Correo e.: editorial@abyayala.org.ec http://abyayala.org.ec Quito-Ecuador © Del original en inglés. How Forests Think. Toward an Anthropology Beyond the Hy ‘man, University of California Press, Berkeley y Los Angeles, California, 2013. 5 © Dela presente edicién. Como piensan los bosques. Ediciones Abya-Yala. Quito, 2021 © Dela presente edicién, Cémo piensan los bosques. Hekht. Buenos Aires, 2021, © Dela traduccién Monica Cuéllar Gempeler y Belén Agustina Sanchez, Correccién de la versién latinoamericana: Eduardo Kohn, Gabriel Catren, Ménice Cuéllar Gempeler, Natalia Ortiz Maldonado. Traduccién: Ménica Cuéllar Gempeler y Belén Agustina Sinchez Disefio de portada: ‘Juan Lorenzo Barragin Hustracién de portada: Jungla de Papel | y II, 2013, Paula Barragin Edici6n, disefio, Hekht y Editorial Abya-Yala diagramacion ce impresion ISBN impre: 978-9942-09-727-9 ISBN digital: 978-9942-09-730-9 Derechos de autor: 059556 Depésito legal: 006648, Tiraje: 500 ejemplares Impreso en Quito, Ecuador, enero de 2021 Eduardo Kohn Cémo piensan los bosques Hacia una antropologia mas alla de lo humano Traduccién de Monica Cuéllar Gempeler y Belén Agustina Sanchez Prélogo en conversacién con Manari Ushigua hekht = Nancosy YALA 2021 En memoria de mi abuela Costanza Di Capua, quien, toman- do prestadas las palabras de Gabriele D’Annunzio, me decia: To ho quel che ho donato. [Yo tengo lo que he dado] Y para Lisa, quien me ayuda a aprender como entregar este don. Contenido Prélogo en conversacién con Manari Ushigua.... XI Agradecimientos XXV Introduccién: Runa Puma...... 1 Capitulo 1 El todo abierto 37 Capitulo 2 El pensamiento viviente... 97 Capitulo 3 Ceguera del alma. 141 Capitulo 4 Pidgins transespecies..... 179 Capitulo 5 La fluida eficacia de la forma eI. Capitulo 6 El futuro viviente (y el peso imponderable de los muertos) ..... 265 Epflogo: Mas alld .... 307 Bibliografta 319 Indice tematico Introduccién: Runa Puma Ahi quanto a dir qual era é cosa dura esta selva selvaggia e aspra e forte... [Ah, cuanto el decir cémo era es cosa dura, esta selva salvaje y aspera y fuerte...] —Dante Alighieri, La Divina Comedia, Infierno, Canto I Mientras nos acomodabamos para dormir bajo el techo de palma de nuestro campamento de caza en las estribaciones del volcan Sumaco, Juaniku me advirtio: “;Duerme boca arriba! Si viene un jaguar va a ver que le puedes devolver la mirada y no te va a molestar. Si duermes boca abajo pensar que eres aycha [presa; literalmente “carne” en kichwa] y atacara”. Si, como decia Juaniku, un jaguar te reconoce como un ser ca- paz de devolverle la mirada —alguien como él mismo, un tvi— te dejara en paz. Pero si te Ilegara a ver como una presa —un eso— es muy pro- bable que termines muerto’. 2. En mi tratamiento del kichwa para la versi6n del libro en espaiiol he seguido las sugeren- cias y directrices ortogréficas del diccionario de Moreno et al. (2007) que recoge la escritura del kichwa segiin la Academia de la Lengua Kichwa del Ecuador-ALKI. Seguin este dicciona- rio, el alfabeto reconocido por la ALKI contempla las vocales: a, i, 15 y las consonantes: ch, h,k,1, Il, mn, fi, p, sh, t, ts, u, w, y. He seguido estas directrices excepto en casos en los que decidi mantener la escritura anterior para ser fiel a la pronunciacién del dialecto del kichwa amaz6nico que se habla en Avila y evitar errores fonéticos. En este sentido, se ha mantenido la letra “” (sin reemplazarla por “R’, por ejemplo: el plural -guna, panga, pusanga), se ha mantenido la letra “d” (sin reemplazarla por # por ejemplo: indillama) y se han mantenido las vocales “e” y“o” en los casos en que se las pronuncia asi en el kichwa de Avila. En el caso de la palabra punja se ha mantenido el uso de” al no encontrar una letra que la sustituya con precisién, Para el tratamiento de los diptongos, seguf en su mayorfa las directrices del diccionario al respecto del uso de “w”y “y” en combinacién con vocales, excepto en casos en que la escritura sugerida alteraria la pronunciacién de los diptongos respecto a cmo se pronuncian en Avila, (por ejemplo: machakwi). Ademiés, uso un apéstrofo (“"”) para in- dicar pausas y una h en superindice (*) para indicar aspiraci6n. Las palabras se acentéan en Coo nissan tos nosa0ts: HACIA UNA ANTROPOIOGIA MAS ALLA DF 10 HUANG La manera como nos ven otros tipos de seres importa. El hecho de que nos vean cambia las cosas. Si los jaguares también nos representan —en maneras que pueden ser de vital importancia para nosotros—, en. tonces la antropologia no puede limitarse solo a explorar cémo la gente de diferentes sociedades podria llegar a representarlos haciendo esto, Esta clase de encuentros con otros tipos de seres nos fuerzan a reconocer el hecho de que ver, representar y, tal vez, saber, y aun pensar, no son asuntos exclusivamente humanos. 3Cémo podria cambiar nuestro entendimiento de la sociedad, la cultura y, ciertamente, del tipo de mundo que habitamos si nos hiciéra- mos aesta idea? ;Cémo cambia esto los métodos, el alcance, la practicay los intereses de la antropologia? Y, mds importante, ;c6mo cambia nues- tro entendimiento del objeto de la antropologia —lo “humano”— dado que en ese mundo més all4 de lo humano a veces encontramos cosas que nos resulta mds cémodo atribuirnos solo a nosotros mismos? Que los jaguares representen el mundo no quiere decir que necesa- riamente lo hagan como nosotros. Y esto también cambia nuestro en- tendimiento de lo humano. En ese reino ms alla de lo humano, algunos procesos, como el de la representacién, que una vez pensamos entender tan bien, que una vez nos parecieron tan familiares, de pronto comien- zan a parecer extrafios. la peniiltima sflaba a menos que se indique con una tilde. El indicador de plural en kichv# €s -guna, Sin embargo, por razones de claridad, generalmente no lo incluyo al referizme * Palabras inlviduales del kichwa, aun en contextos en los que utilzo el término en plus en espaol. Un guién (“.") indica que ciertas partes de una palabra fueron suprimidas Uso una semirraya ("~") para indicar dénde se alargan las vocales de la palabra y una F°7? (—) para indicar un alargamiento atin mayor. Intropuccidn: RNA PUMA 3 Figura 1. Como se puede observar a partir del detalle del mapa del siglo XVIII repro- ducido aqui (que se corresponde a grandes rasgos con las zonas andinas y amazénicas del Ecuador moderno), Avila (al centro, arriba) era considerado un centro misionero (representado por una cruz). Estaba conectado por senderos de a pie (linea punteada) a otros centros del mismo estilo, como Archidona, también al navegable rio Napo (un afluente del Amazonas) y a Quito (arriba a la izquierda). La distancia lineal entre Quito y Avila es de aproximadamente 130 kilémetros. El mapa indica algunos de los legados historicos de las redes coloniales en las que Avila esta inmerso; el paisaje, por supuesto, no ha permanecido inalterado. Loreto, el pueblo de colonos més importante, aproxi- madamente a 25 kilémetros al este de Avila, est4 enteramente ausente del mapa, a pesar de figurar prominentemente en las vidas de los Avila runa y en este libro. De Requena 1779/1903. Coleccién del autor. Asi que para no convertirnos en carne de presa tenemos que de- volverle la mirada al jaguar. Pero en este encuentro no permanecemos intactos. Nos convertimos en algo nuevo, tal vez en un nuevo tipo de “nosotros”, alineados de alguna manera con ese depredador que nos 4 Como rena Los BOSQUE. HACIA UNA ANTROPOLOGIA MAS ALLA DELO HUMANO considera otro depredador y no, afortunadamente, carne de presa, Log bosques alrededor de Avila, el pueblo runa kichwa-hablante de Juaniky en la Amazon(a ecuatoriana (un pueblo que esté a un dia de caminata del refugio improvisado bajo el que, esa noche, estébamos durmiendo diligentemente boca arriba), son asediados [haunted] por este tipo de encuentros’. Estan llenos de runa puma, humanos-jaguares que cam- bian de forma, u hombres-jaguar [ were-jaguars], como los voy a llamar, Runa en kichwa significa “persona”; puma significa “depredador” 9 “Jaguar”. Se sabe que estos runa puma —seres que pueden verse a sf mis- mos siendo vistos por jaguares como predadores semejantes y que tam- bién,a veces, ven a otros humanos como los ven los jaguares, es decir, como presas— deambulan tierra abajo hasta el distante rio Napo. Los chamanes de Rio Blanco, un asentamiento runa en las orillas del Alto Napo donde trabajé a fines de la década de 1980, vefan a estos hombres-jaguar en sus visiones inducidas por aya waska'. “Los runa puma que caminan estas selvas’, me dijo un chamén, “son de Avila” Ellos decfan que estos enormes Tuna puma ten{an pelaje blanco. Los Avila runa, insistian, se convierten en jaguares, hombres-jaguar blancos, yura runa puma. El pueblo de Avila goza de una cierta reputacién en las comunidades runa del Alto Napo. “Ten cuidado cuando vayas”, me advirtieron. “Ten especial cuidado cuando estés bebiendo en fiestas. Cuando te alejes 4 orinar, puedes volver y encontrar que tus anfitriones se han convertido en jaguares’. A principios de la década de 1990, en Tena, la capital de la provincia de Napo, una noche fuimos con un amigo a una cantina (una taberna improvisada) a tomar algo con algunos de los lideres de la FOIN, Ja federacién indigena provincial. Entre alardes de sus propias habilidades 3. Para consultar monografias etnograficas sobre los runa kichwa parlantes de la Alta ‘Amazonfa ecuatoriana, ver Whitten (1987), Macdonald (1979) y Uzendoski (2005). Me ratorio (1987) y Oberem (1980) sitian la vida de los runa dentro de la historia colonia! Yrepublicana, y de una economia politica mas amplia. Sobre Avila, ver Kohn (2002) 4. La decoccién psicodélica aya waska se prepara a partir de una liana del mismo 90" bre (Banisteriopsis caapi, Malpighi a ; Malpighiaceae) tria viridis, Rubiaceae), ) mezclada generalmente con sacha yaji( Ivropucctons —quién podia comandar el mayor apoyo de las comunidades de base? squién conseguia los cheques mas grandes de las ONG?—,, la conversa- ci6n vir mas especificamente hacia una discusién sobre el poder chama- nico y dénde ese poder, el origen de la fuerza de la FOIN, yacia realmente. jEstaba, como sostenian algunos esa noche, en Arajuno, al sur del Napo? Esta es un drea de asentamiento runa que limita al este y al sur con los waorani, un grupo que muchos runa consideran, con una mezcla de mie- do, reverencia y desdén, “salvajes” (awka en kichwa, de ahi su etnénimo peyorativo auca). 3O estaba en Avila, hogar de tantos runa puma? Esa noche alrededor de la mesa de la cantina, Avila vencié a Arajuno como centro de poder. En primera instancia, este pueblo podria parecer una eleccion inusual para significar poder chamAnico en la figura de un jaguar. Sus habitantes, quienes son los primeros en insistir sobre esto, son cualquier cosa menos “salvajes”. Son y, como dejan en claro, siempre han sido runa —literalmente, “personas humanas”—, lo que para ellos quiere decir que siempre han sido cristianos y “civilizados’. Uno incluso podria decir que son, de formas importantes pero complicadas (formas exploradas en el ultimo capitulo), “blancos”. Pero algunos de ellos, en igual medida —y realmente—, también son puma’. La posicién del pueblo de Avila como sede de poder chaménico deriva no solo de su relacién con un tipo de salvajismo silvestre sino también de su particular posicién en una larga historia colonial (ver figura 1). Avila fue uno de los primeros sitios de adoctrinamiento catdlico y colonizacién es- pafiola en la Alta Amazonia. También fue el epicentro, a fines del siglo XVI, de un levantamiento contra los espafioles que se coordiné regionalmente. Esa rebelién contra los espaiioles, en parte una respuesta a la carga cada vez ms onerosa del pago de tributos, fue, segtin fuentes coloniales, provocada por las visiones de dos chamanes. Beto, de la regién de Ar- chidona, vio una vaca que “hablé con él [...] y le dijo que el Dios de los cristianos estaba muy enojado con los espaiioles que estaban en aquella tierra”. Guami, de la regién de Avila, habria sido “transportado cinco 5, La clasica monografia de Norman Whitten, Sacha Runa (1987), captura astutamente esta tensién, inherente a las formas de ser de los runa, entre lo silvestre y lo civilizado. 6 Coto pitnsan Los nosguss. HACIA UNA ANTROPOLOGIA MAS ALLA DE 19 HUMANO dias de esta vida, en los cuales habia visto grandes cosas, y el Dios de los cristianos le habia mandado que matase a todos y que les quemase Jag casas y huertas” (de Ortiguera, 1581-85/1989, p. 361). En efecto, en d levantamiento que sucedié después, segtin estas fuentes, los indigenas alrededor de Avila mataron a todos los espafioles (excepto a una, sobre quien se hablara més en el capitulo 3), destruyeron sus casas, y erradi- caron los naranjos, las higueras y todos los otros cultivos extranjeros, Estas contradicciones —que los chamanes runa reciban mensajes de dioses cristianos y que los runa puma que deambulan por los bos- ques de Avila sean blancos— son parte de lo que me atrajo a Avila. Los Avila runa estan muy lejos de cualquier imagen de una Amazonia pristi- na 0 salvaje. Su mundo —su propio ser— esta completamente influen- ciado por una larga y estratificada historia colonial. Hoy, ademis, su aldea esta a solo algunos kilémetros del bullicioso y creciente pueblo de colonos llamado Loreto y de la red de carreteras en expansi6én que, con cada vez més eficiencia, conecta a este pueblo con el resto del Ecuador. Aun asi, también conviven intimamente con todo tipo de jaguares reales que caminan por los bosques alrededor de Avila; estos incluyen a los que son blancos, a los que son runa y alos que sin duda tienen manchas. Esta intimidad implica en gran medida comer y también el riesgo real de ser comido. Un jaguar maté a un nifio cuando yo estuve en Avila. (Fra el hijo de la mujer que est posando con su hija en la fotografia que sirve como caratula para este capitulo, una fotografia que la madre me pidié wu tomara para que le quedara algiin recuerdo de su hija en el caso de queaell también se la levaran). Y los jaguares, como discuto mas adelante en el f+ bro, también mataron a varios perros durante mi estadia en Avila. Adem4s compartieron su comida con nosotros, En numerosas ocasiones encont® mos cadaveres a medio comer de Suatusas (aguties) y pacas que los 6”? tain en enncme up aie ee, estos enerosos runa ramen etna ae odes les Se Comertambién hace ee ff lores de carne, se cazan ae oi los muchos otros seres no hianne a ee cpenete acon yr, Du- 10S que hacen del bosque su hog@ InrwopuCCION: RUNA PUMA 7 rante los cuatro afios en los que trabajé en Avila, los aldeanos compra- ban muchas cosas en Loreto. Compraban escopetas, municién, ropa, sal, muchos de los articulos domésticos que habrian sido hechos a mano un par de generaciones atras, y una gran cantidad del licor de cafia de con- trabando que llaman kachiwa, Lo que no compraban era comida. Casi toda la que compartian entre ellos y conmigo provenia de sus huertas, de los rios y arroyos cercanos, y de la selva. Conseguir comida a través de la caza, la pesca, la recoleccién, el cultivo y el manejo de una variedad de ensamblajes ecoldgicos involucra a la gente intimamente con uno de los ecosistemas mas complejos del mundo; un ecosistema repleto de una espectacular variedad de distintos tipos de seres que interacttian y se constituyen mutuamente. Ademés, pone a la gente en estrecho contacto con los innumerables seres vivos —y no solo jaguares— que hacen sus vidas alli. Este relacionamiento va atrayendo a la gente hacia las vidas del bosque. También enmarafia a las vidas de ese bosque con mundos que de otra manera considerariamos “demasiado humanos” [all too human), es decir, los mundos morales que creamos los humanos, que permean nuestras vidas y que afectan tan profundamente las de otros. Dioses que hablan a través de los cuerpos de las vacas, indigenas en los cuerpos de los jaguares, jaguares en las ropas de los blancos; los runa puma engloban todo esto. Nosotros los antropdlogos, tan versados como somos en el trazado etnografico de los distintivos mundos llenos de significado y moralmente cargados que los humanos creamos (esos mundos distintivos que nos hacen sentir que somos excepciones en este universo), ;qué debe- mos entender de esta extrafia criatura otra-que-humana y a la vez dema- siado humana? ;Como deberfamos abordar esta esfinge amazénica? Comprender esta criatura plantea un desafio no tan distinto al que planteaba esa otra esfinge, la que se encontré Edipo en su camino a Te- bas, Esa esfinge le pregunt6 a Edipo: “;Qué anda en cuatro patas por la maiiana, en dos al mediodia y en tres por la noche?” Para sobrevivir este encuentro, Edipo, como los miembros de nuestro grupo de caza, tuvo que descifrar como responder correctamente. Su respuesta al acertijo que le planted la esfinge desde su posicién en algiin lugar (ligeramente) més alla

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