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Gira en torno a definir quién es el culpable. EE. UU. culpa a China y viceversa. En esta disputa
sobresale el tono, la prepotencia y la insistencia de los EE. UU.; tratando de acusar a China
emplea los sistemas de propaganda en su poder y lo promueve como el virus “chino”. Este tema
lo adicionan al conjunto de acciones que implementan para entorpecer el ascenso de la
influencia del “gigante asiático” en el mundo. Visto desde la óptica de la estrategia geopolítica
estadounidense, identifican a China como una amenaza, que puede arrebatarles el lugar y papel
que consideran exclusivo para sí. A tono con ello adoptan un conjunto de acciones para
enfrentar ese peligro.
Otro tema de batallas gira en torno a la vacuna contra la COVID-19. Ser el primero en
descubrirla, o al menos tener todos los derechos sobre ella, es una contienda en la que también
se han revelado degradaciones humanas. La de mayor conmoción fue la propuesta de dos
doctores franceses de ir a probar la vacuna de la COVID-19 en África. Ambos expertos han
tenido que pedir perdón, después de incendiada polémica y de la condena realizada por el
director de la Organización Mundial de la Salud, calificándolas como “declaraciones racistas”. 9
Estas posturas son evaluadas por millones de personas y las que no concuerdan con valores
morales enaltecedores deben de recibir la necesaria condena moral. Estas no pasarán al olvido
tan rápido como ha sucedido con otras, por su carga ética. La avalancha de información, las
noticias falsas, la suplantación de noticias, son recursos empleados para hacer perder
significados y preponderancia de determinadas ideas y conductas, pero esas, que hieren
preciados sentimientos humanos, son más fuertes y persisten en la memoria de generaciones,
las que se erigen en fuente nutricia para conformar y fortalecer convicciones, las que podrán
repercutir en la conformación y fortaleza de movimientos de protesta y sociales.
Cada país con sus características y cultura propia es testigo de la aparición de diversas formas
de redes de solidaridad espontánea. Por supuesto, acorde a su situación concreta, al tipo de
sociedad y teniendo en cuenta las diferentes formas en las que cada individuo reacciona ante
ellas. Con regocijo hay quienes alaban el espíritu de cooperación que se ha manifestado en
algunas de nuestras sociedades y también reconocen que hay otros ejemplos que mantienen el
paradigma competitivo e individualista.
laudia Vega reconoció que el centro de salud estaba sin disponibilidad de camas críticas,
no tenía más ventiladores y llegaba al límite de sus recursos. “En este momento estoy
escogiendo qué cama se va a desocupar y eligiendo a la persona precisa, que sea
la más indicada. Que Dios me ilumine en esto”.
Sus afirmaciones encendieron aún más alarmas, dentro de la organización del sistema de
salud, trasladando pacientes hacia zonas menos colapsadas. Como esta situación
ocurrida en Chile, existen numerosos ejemplos en el extranjero, principalmente
provocados por la posibilidad de que la cantidad de enfermos exceda los recursos
médicos disponibles.
En el caso del rector Ignacio Sánchez, como integrante de la Mesa Social covid-19
conformada por el gobierno chileno, participó en definir los lineamientos éticos para el
uso de los recursos médicos, cuando se hagan escasos.
La ética del deber, como tantas otras cosas, es asunto muy desigualmente repartido. Hay quien
la entroniza como regla suprema de su conducta y quien la ignora olímpicamente por incómoda.
Y es que resulta ésta muy exigente, pues con frecuencia obliga a postergar nuestras apetencias,
deseos o bienestar. Esto ha sido así siempre (de una u otra forma), pero tengo para mí que en
los tiempos que corren el olímpico desprecio por el deber ha crecido como la espuma entre
quienes nos mandan.
Conducta para Hacer Cumplir la Ley también se aplica a la conducta de los investigadores.
La ética del cuidado se basa en la comprensión del mundo como una red de relaciones en la que
nos sentimos inmersos, y de donde surge un reconocimiento de la responsabilidad hacia los
otros. Para ella, el compromiso hacia los demás se entiende como una acción en forma de
ayuda. Una persona tiene el deber de ayudar a los demás; si vemos una necesidad, nos
sentimos obligadas a procurar que se resuelva.
La ética del cuidado tiene que ver con situaciones reales, tan reales como las necesidades
ajenas, el deseo de evitar el daño, la circunstancia de ser responsable de otro, tener que
proteger, atender a alguien. La moralidad como compromiso deriva precisamente de la certeza
de que el bienestar, e incluso la supervivencia, requieren algo más que autonomía y justicia: el
reconocimiento y cumplimiento de derechos y deberes.