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América Latina en el siglo XXI: un grito por la democracia

Luis Iván Marín Jaramillo

En el siguiente ensayo se pretende abordar uno de los problemas que arrastra Latinoamérica
y que quedo expuesta a la vista del mundo en el año 2019, por lo que podría pensarse que
quedaría fuera de lugar el carácter histórico, sin embargo no es así ya que el trasfondo
histórico de estos problemas es tan grande como ellos mismos, es decir, su antecedente va
desde el siglo XIX; para poder entender estos movimientos la redacción de este texto
partirá del presente y se alejara hacia el siglo XIX porque, como solía decir uno de mis
profesores de la secundaria, “Para entender el pasado siempre debemos comprender nuestro
presente”.

Así pues, nos enfocaremos en varios puntos; primero la falta de democracia y la

necesidad de ella; segundo la juventud como un sector revolucionario, para esto
recurriremos a la obra de José Enrique Rodo Ariel (1900); tercero el papel que juegan los
Estados Unidos en este proceso; y cuarto la posibilidad de una comunidad latinoamericana
independiente de otros países como mencionaba José Martí en Nuestra América (1891).

La situación política de Latinoamérica ha sido en el ultimo par de años, por poco

decir, demasiado volátil, en el año 2019 en todo el hemisferio sur de América una serie de
manifestaciones y paros que han puesto en jaque a los gobiernos; en Chile se logró
mediante la presión popular la creación de un congreso constituyente que derogaría la vieja
constitución pinochetista acabando con la herencia política de la dictadura; en Bolivia el
descontento por la reelección de Evo Morales llevo a los sectores reaccionarios a dar un
golpe político y militar contra el gobierno, causando la renuncia y el exilio de Morales, que
tras un año de represión fue destituido por la voluntad del pueblo bolivariano en las urnas;
en Puerto Rico el abuso del poder y la impunidad de los actos de corrupción movilizo a la
población insular y logro al renuncia del gobernador; por ultimo en toda la Latinoamérica
podemos ver las grandes movilizaciones de feministas que han logrado el establecimiento
de nuevas leyes y han puesto a debate los crímenes sexuales, el aborto y la violencia de
género; y a razón de estos eventos, que van formando un nuevo proceso histórico, debemos
preguntarnos ¿Por qué está pasando ahora? al final de la segunda década de un nuevo siglo.
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La libertad: un sueño frustrado

El 22 de noviembre de 2019, la emisora alemana de noticias DW público un artículo

titulado “Lo que América Latina necesita es más democracia”, diagnostica la OEI, este
artículo es un breve análisis del reporte de la Organización de Estados Iberoamericanos en
el cual Mariano Jabonero se plantea la necesaria democratización de la región Latina. Esta
noticia me hizo reflexionar sobre tal aseveración y en este proceso de pensamiento pude
concluir que la causa de esta necesidad, tan notoria en esta segunda década del siglo XXI,
es que durante todo el siglo pasado los países latinoamericanos vivimos un periodo de
dictaduras cívico-militares que cortaron cualquier sueño de una región democrática y libre.

No es un tabú ni algo secreto que los países latinoamericanos experimentamos un

periodo prolongado de dictaduras, tanto de izquierda como de derecha, en la cual el poder
se vio acaparado por una persona o un grupo de personas que mantenían al resto de la
población alejada del poder político. Desde 1930 hasta el final del siglo XXI se
mantuvieron férreas dictaduras; en Cuba Fulgencio Batista y Fidel Castro; en Argentina
Juan Domingo Perón y José Rafael Videla; en Nicaragua la familia Somoza; en Chile
Augusto Pinochet; incluso en México donde el poder paso a las manos de un partido único,
un partido del Estado, el Partido Revolucionario Institucional. Por estos nombres es que la
democracia parecía haber terminado, como mucho de los opositores a sus regímenes,
silenciada entre las rejas de las inmundas prisiones, sin embargo, lo movimientos
revolucionarios gestados al final del siglo pasado se volvieron una nueva esperanza,
entrando a esta nueva centuria con un sueño de democracia y libertad.

La juventud moderna

Ya han pasado 20 años desde que comenzó el siglo XXI y parece ser que el juego
político con nuevas figuras sigue usando las mismas reglas que las del siglo XX, llegar al
poder y someter a la oposición, sin embargo, esta nueva sociedad ya no está dispuesta a
dejar que sus derechos sean pisoteados. Así comenzamos el paso en este trabajo de la
necesidad de democracia al espíritu de los jóvenes latinoamericanos, con tantos nuevos
jugadores que vivimos el desencanto de las políticas neoliberales.
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Debemos recordar la obra de José Enrique Rodó, un ensayo-relato, en el cual se va

construyendo un debate filosófico sobre el espíritu de los jóvenes; el personaje principal al
que llaman Prospero, en alusión al desterrado duque de Milán en La Tempestad de
Shakespeare, se propone a dar una última lección a sus jóvenes estudiantes aludiendo a otro
personaje de la misma obra, Ariel el genio del aire, una forma de representar la libertad del
espíritu y del ser de la juventud, una analogía que me daré la libertad de comparar con la
necesidad revolucionaria de la juventud moderna.

Rodó busca con su obra mandar un mensaje urgente a la juventud de Latinoamérica,

de 1900, para motivarlos a buscar dentro de sí mismos la libertad y la razón para poder
cumplir con la responsabilidad de revolucionar la sociedad, de siempre buscar un cambio
positivo que tenga como base los sentimientos más puros. De esta manera el mensaje del
autor no se queda simplemente plasmado en su época, sino que, es un mensaje atemporal
que trasciende hasta el día de hoy. Cuando se lee con atención y detalle este texto es
imposible, como parte de la juventud que tanto alaba Rodó, no sentirse heredero de un
legado ancestral que recorre todo el siglo XX y que nos recuerda todas las veces que los
estudiantes salieron a las calles para defender sus derechos, pararse en frente de los
autoritarios Estados y gritar ¡Hasta aquí!

Este repaso de la obra de Rodó y de su vital mensaje hacia la juventud, sin importar
si es la de ayer, la de hoy o , incluso, la de mañana, nos ayuda a darnos cuenta de porque
vivimos en este momento una etapa tan convulsa con, la sociedad civil saliendo a tomar las
calles, alzando la voz contra la injusticia que nos rodea y presionando al gobierno para que
cambie las reglas del juego y cree un juego político que sea democrático, que en verdad le
pertenezca al pueblo la capacidad de elección y de generar el cambio que requieren en cada
país.
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Estados Unidos: ¿un mal innecesario?

Y, si bien he querido evitar en este ensayo el papel de los Estados Unidos en el

proceso de democratización y lucha social creo que no es posible ignorar al elefante en la
habitación. Es notorio y bien sabido que, desde la independencia de la Iberoamérica en el
siglo XIX, el vecino del norte ha comenzado un proceso de expansión de su influencia no
solo mediante la conquista del territorio de los nativos americanos en el oeste de
Norteamérica o la ocupación de México en 1848, sino, también mediante la expansión
comercial y política que no parece tener un fin pacifico ni razonable.

En el texto de Roberto Marín La doctrina Monroe, el destino Manifiesto y la

expansión de Estados Unidos sobre américa Latina. El caso de México. (1982). Nos hace
un resumen de la política exterior que fraguo los Estados Unidos para justificar su
entrometida actuación en los asuntos internos de los países americanos que no se quedó en
el siglo XIX, sino que, se ha ido adaptando a cada momento y ha motivado en el siglo XX
golpes de estado y mantenido económicamente dictaduras como la de Pinochet al terminar
con el régimen y la vida de Salvador Allende.

Actualmente vemos que se ha mantenido, como señala Roberto Marín, un sistema de

dependencia y excesiva influencia de los Estados Unidos en Latinoamérica ya sea mediante
los golpes de estado que ha financiado o mediante los tratados comerciales que
implementaron las medidas neoliberales (Victoriano, 2010 p. 177). Al leer este texto y
someterlo a análisis mediante la elaboración del reporte surgió de mí una pregunta, que se
modificara un poco debido a que la primera vez se orientaba meramente a lo económico,
¿No es más viable crear entre nosotros los latinoamericanos una comunidad democrática
que buscar el apoyo y la aprobación de los Estados Unidos?
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Latinoamérica unida: las fronteras ideológicas

La respuesta a esta pregunta no es tan simple como podría parecerle al público en

general. Si bien podríamos buscar una cooperación más cercana nos encontramos con que
la división por la cual nos identificamos con nuestros vecinos esta creada por ideologías
que se contraponen, gran ejemplo es el caso de Brasil, ahora en manos de la ultraderecha
con Bolsonaro, y Venezuela que mantiene de manera forzada un régimen orientado a la
izquierda socialista. Aunque son estos dos países los más representativos la situación se
expande por la región en un debate demasiado arraigado a los prejuicios que nos contagia la
política estadounidense, que ha mantenido aplacado nuestro deseo de una verdadera
democracia.

Y es que la lucha de América por un nuevo sistema más abierto no es algo que nos
sacamos de la manga estos últimos días para justificar la salida del pueblo a las calles para
exigir a gritos que se les respete y se les considere. Esta lucha es ancestral desde nuestras
independencias como señala José Martí en Nuestra América, donde hace una interesante
reflexión sobre la conformación social e ideológica que resultaba de casi un siglo de lucha
constante por la independencia del imperio español cuyo resultado no fue tan motivador
debido a la dependencia ideológica y política de las nacientes republicas con otros países
extranjeros como Francia o Estados Unidos.

Sin embargo, podemos apreciar también la propuesta que nos hace de entender a
América, específicamente a la Latinoamérica, desde sí misma para poder formarla como
una comunidad independiente ideológicamente del resto del mundo occidental. Por lo que
las palabra de este símbolo del pensamiento americano como lo es Martí nos dan una
esperanza que por breve y efímera que parezca se complementa con la idea de Rodó y
responden nuestra pregunta, generada por la política imperialista estadunidense, con una
afirmación que versa positivamente, Si es posible formar una América Latina unida como
una comunidad de países verdaderamente democráticos, pero no es algo de unas semanas
de trabajo diplomático sino que será un proceso dilatado que incumben también a los
pueblos y sobre todo a la juventud.
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Conclusión

En conclusión, podemos sacar de este breve repaso de acontecimientos y obras

mencionadas una importante reflexión sobre la situación de nuestra América Latina;
podemos decir que es cierto lo que menciona la OEI, la región latinoamericana exige a
gritos que se abra un panorama democrático inmediatamente como una solución para los
problemas que nos atañen hoy en día; también se puede afirmar que la manera de gobernar
del siglo XX, que se basaba en llegar al poder con el objetivo de destruir a la oposición y
reprimir hasta el mínimo atisbo de sublevación popular, ha quedado obsoleta con la nueva
sociedad, que exige democracia y libertad; por último, para reafirmar lo que hemos
planteado el papel de la juventud en estos actos es indiscutible, las nuevas generaciones
están tomando consciencia de la necesidad de un espíritu revolucionario que le dé a
nuestros países un provenir más claro y estable.
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Referencias

 Marín, R. (1982). La doctrina Monroe, el Destino Manifiesto y la expansión de

Estados Unidos sobre América Latina. El caso de México. Revista Estudios, 4, pp.
117-141.
 Martí, J. (2005). Nuestra América. En Nuestra América (31-40). Venezuela:
Fundación Biblioteca Ayacucho.
 Rodó, J.E. (1900) Ariel. Recuperado el día 22 de agosto de 2019 de:
file:///C:/Users/PAVILION%20X30/Downloads/Ariel%20-%20Jos
%C3%A9%20Enrique%20Rod%C3%B3.pdf
 Alema, L. (2019, 22 de noviembre) “Lo que América Latina necesita es más
democracia”, diagnostica la OEI [en línea]. Deutsche Welle. Recuperado el día 22
de noviembre de 2019 de https://www.dw.com/es/lo-que-am%C3%A9rica-latina-
necesita-es-m%C3%A1s-democracia-diagnostica-la-oei/a-51376167.
 Victoriano, F (2010)