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HERMAN CAPPELEN
4 Desacuerdo en Filosofía
Una perspectiva optimista
En la tradició n socrá tica, las preguntas filosó ficas paradigmá ticas toman
la forma "¿Qué es X?". Estas preguntas son el foco de muchos debates
filosó ficos en la actualidad: ¿Qué es el libre albedrío? ¿Qué es el
conocimiento? ¿Qué es la justificació n?
hay poca convergencia porque los participantes hablan entre sí. Cada lado
usa términos clave de diferentes maneras y cada uno es correcto en lo que
respecta a su propio uso del término. En 'Verbal Disputes' argumentó que
las disputas verbales son comunes en la filosofía. Por ejemplo, creo que
muchos debates sobre la filosofía del libre albedrío y la filosofía del
lenguaje tienen un elemento verbal significativo. Y creo que resolver
disputas verbales puede conducir a un progreso filosó fico. Sin embargo, a
menudo, cuando aclaramos los términos clave en una disputa
parcialmente verbal, encontramos que permanece una disputa sustantiva.
Y hay un nú cleo de preguntas fundamentales (incluidas muchas
preguntas normativas, así como el problema de la mente y el cuerpo y
otras cuestiones que involucran conceptos filosó ficos "fundamentales",
(Chalmers 2015: 26)
(ii) ¿Por qué compararlo con las "ciencias duras" y no con las
ciencias sociales y cognitivas?Van Inwagen, Chalmers y otros
consideran que la clase de comparació n relevante es 'las ciencias
duras' y continú an afirmando que la filosofía se compara
desfavorablemente con esas disciplinas. Pero, ¿por qué es esa la
comparació n relevante? ¿Por qué no compararlo con las ciencias
cognitivas y sociales? El á mbito de la filosofía, en su conjunto, está
mucho má s relacionado con esos campos que con la física teó rica y
las matemá ticas. Aquí hay una conjetura empírica audaz: si
tuvié ramos que elegir un conjunto de preguntas 'centrales' (o
'Grandes') dentro de la economía, las ciencias políticas, la sociología o
la psicología, encontraríamos tanto (si no má s) desacuerdo como en
la filosofía. .
Con esa comparació n en mente, vale la pena señ alar dos puntos
conectados: a) los profesionales de estas disciplinas, por ejemplo,
la economía y la psicología, tienen la posició n social má s alta de
todas las disciplinas. A los llamados expertos en estos campos se
les otorga un enorme poder de decisió n. Los economistas
gestionan las infraestructuras de nuestras sociedades y los
psicó logos tienen un inmenso poder sobre la vida de las personas.
A este respecto, tienen una posició n mucho má s alta que los físicos
teó ricos y los matemá ticos. Si el desacuerdo persistente es un
aspecto negativo de una disciplina, entonces, si mi conjetura es
correcta, no somos peores que los practicantes de esas disciplinas
altamente respetadas. b) Es sorprendente que las dudas sobre uno
mismo no sean tan frecuentes, por ejemplo, en la economía y la
psicología.3 Ese es un aspecto (quizá s el ú nico) en el que
deberíamos aprender de esas disciplinas.
A la luz de a) yb), aquí hay una conjetura psicoló gica / socioló gica
sobre por qué hay muchas má s dudas sobre uno mismo en filosofía
que en economía y psicología: no es porque haya má s
progreso o mayor convergencia en esas disciplinas. Es porque tienen
un alto estatus social (y se les da mucha responsabilidad) y los
filó sofos no. Es esta falta de posició n social (y rol) lo que
desencadena, má s que cualquier característica objetiva de la filosofía.
(iii) La convergencia conduce a ciencias especiales:En la
historia de la filosofía, lo siguiente ha sucedido muchas veces: los
filó sofos trabajan en un conjunto de problemas y luego, en algú n
momento, convergen en preguntas precisas y desarrollan algunos
estándares metodoló gicos compartidos. Entonces, bajo ciertas
condiciones difíciles de entender, ese conjunto de cuestiones se
convierte en una nueva disciplina. En algú n momento de la historia,
los temas centrales de lo que hoy describimos como economía,
psicología, sociología, teología, lingü ística y biología se consideraron
cuestiones filosó ficas. Luego se convirtieron en lo que hoy
consideramos disciplinas separadas. Esta "funció n reproductora" de
la filosofía es innegable, pero muy difícil de comprender en detalle.
Sin embargo, para los propó sitos actuales, los detalles no importan
mucho. Lo que importa es que, hablando a grandes rasgos, existe
cierta correlació n entre una mayor convergencia y el surgimiento de
una nueva disciplina. Entonces, cuando los filó sofos comienzan a
converger en un grupo de temas, entonces, en condiciones difíciles de
predecir y explicar, ese grupo tiende a identificarse como una
disciplina separada. Parece un poco arbitrario, entonces, no tratar eso
como una instancia de convergencia filosó fica. En la medida en que
estas otras disciplinas cuenten como disciplinas convergentes, la
filosofía debería compartir algo de esa 'gloria' (si cree que eso es lo
que es).
(iv) Hay más consenso sobre las 'preguntas pequeñas', las
afirmaciones negativas y las afirmaciones condicionales (y estas
son tan importantes como las respuestas a las 'Grandes
preguntas'):Chalmers y van Inwagen se centran en las 'Grandes
preguntas' y tratan el adjetivo 'Grandes' de una manera un tanto
normativa. Es como si ser 'grande' (con una 'B' mayú scula) hiciera
una pregunta má s valiosa, interesante o central para la filosofía.
Entonces, si medimos el desacuerdo en filosofía, debemos medirlo
con respecto a las Grandes Preguntas. Aquí hay algunas razones para
resistir esa actitud hacia los Grandes: primero, hay má s convergencia
en las preguntas 'má s pequeñ as' en filosofía. Tambié n hay má s
convergencia en las afirmaciones negativas (p. Ej., 'El significado de
una palabra no es una imagen mental asociada' o 'los datos de
desacuerdo no establecen que la verdad es relativa') y afirmaciones
condicionales (p. ver actitudes
es solo una prueba de opacidad, entonces no hay buenos
argumentos para una tesis de indexicalidad esencial '). Chalmers
lo reconoce. É l dice:
É l añ ade:
Creo que hay dos preguntas que vale la pena desentrañ ar aquí: (i)
¿Podemos describir una situació n en la que hay conocimiento
colectivo sin una convergencia colectiva a gran escala? (ii) Si la
respuesta a (i) es 'no', ¿por qué debería importarnos?
Con respecto a la primera pregunta, creo que el tema es turbio.
Aquí hay una ilustració n del problema tal como yo lo veo. Considere
las teorías de la verdad. Hay una serie de teorías alternativas sobre la
mesa (teorías de correspondencia, teorías de coherencia, teorías
pragmá ticas, teorías deflacionarias, etc.), todas muy bien elaboradas,
pero sin consenso sobre la verdad sobre la verdad. Supongamos, para
simplificar, que tenemos ocho teorías candidatas, y supongamos que
una de ellas es correcta, digamos la teoría deflacionaria. Entonces,
¿hay algú n sentido en el que los filó sofos sepamos la respuesta a la
pregunta: qué es la verdad? Asumiré que si la respuesta es "sí",
entonces, en cierto sentido, tenemos conocimiento colectivo. Si la
respuesta es no, entonces no tenemos conocimiento colectivo. Aquí
hay algunas analogías que le ayudará n a pensar en ese tipo de
situació n:
1 Gran parte de este documento tambié n puede verse como una respuesta a (Chalmers 2015).
2 Podríamos tener alguna evidencia de que no está n de acuerdo sobre lo que significan o deberían
significar las palabras, pero eso no es lo que Bourget y Chalmers estaban probando.
3 Esto no significa negar que a menudo hay críticas y debates internos dentro de la economía y la
psicología. Lo que tienen significativamente menos es un grupo de personas (internas y externas a
la disciplina) que prá cticamente hacen carrera criticando la disciplina en su conjunto.
4 En este punto, estoy poniendo entre corchetes los problemas con la noció n de conocimiento colectivo;
má s sobre ese tema a continuació n.
5 www.gallup.com/poll/170822/believe-creationist-view-human-origins. aspx
6 Chalmers está de acuerdo: “Creo que, al menos en algunos casos, un buen argumento puede
fundamentar el conocimiento de una conclusió n por parte de un individuo, incluso cuando sus
compañ eros la rechazan. Por ejemplo, creo que la presencia de cualquier nú mero de compañ eros que
nieguen la existencia de la conciencia no socavaría mi conocimiento de que soy consciente ”(Chalmers
2015: 14-15).
7 Para obtener evidencia empírica de que las personas juzgan que un grupo puede saber có mo hacer
algo sin un acuerdo real sobre có mo hacerlo, consulte (Jenkins et al. 2014).
8 Por ejemplo, aquellos que respaldan la norma de conocimiento de la aserció n piensan que es
constitutivo de la aserció n que uno debe afirmar p só lo si se sabe que
pag. Para quienes apoyan este punto de vista, la cuestió n de si A sabe que p es importante al evaluar la
afirmació n de A de que p. Para má s discusió n y críticas de este punto de vista, consulte (Cappelen 2011)
y (Pagin 2015).
9 En enero de 2016, Nancy Bauer, Paul Horwich, LA Paul, Patrick Greenough, Mark Richard y Bjørn
Ramberg participaron en un taller sobre Progreso en Filosofía en la Universidad de Oslo. Aprendí
mucho sobre estos temas de las discusiones durante ese taller. También recibí comentarios ú tiles
de Olav Gjelsvik, Joshua Habgood-Coote, Torfinn Huvenes, Øystein Linnebo, Knut Olav Skarsaune y
Rachel Sterken.