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Diestros al usar la Biblia

1. ¿Por qué es tan útil la Biblia?

La destreza al usar la Palabra de Dios nos permite proclamar y enseñar la verdad


con claridad, así como exponer las doctrinas falsas y las tradiciones humanas
(2 Tim. 2:15; 1 Ped. 3:15).
2. ¿Qué nos ayudará a encontrar los textos más fácilmente?

Conózcala cada vez mejor. Con la Biblia ocurre lo mismo que con una máquina:

cuanto más se la conoce, más diestro se es al usarla. Leerla de principio a fin


no solo le dará una idea general del tema central, sino que, además, le ayudará a
memorizar textos y a encontrarlos más fácilmente. Al seguir aumentando su
conocimiento de las Santas Escrituras, verá que podrá hablar con mayor
entusiasmo y convicción en la predicación informal y en el ministerio del campo
(1 Tes. 1:5).
3, 4. a) ¿Cuáles son algunas formas en que podemos conocer cada vez mejor la Biblia? b) ¿De
qué otros medios se ha valido usted para conocer mejor las Escrituras?

Propóngase abrir la Biblia y seguir la lectura de los textos en las reuniones


de la congregación. En su estudio personal y al prepararse para las


reuniones, busque los textos que no están copiados y pregúntese qué
relación tienen con lo que está estudiando o con su vida. Por otro lado,
muchos han descubierto que encuentran más fácilmente los textos que necesitan
en la predicación si se acostumbran a leer directamente de la Biblia misma, en
lugar de leerlos en la pantalla o en páginas impresas de una computadora (Juan
14:26).

Algunas familias apartan momentos específicos para memorizar textos bíblicos.


¿Cómo lo hacen? Un método es usar tarjetas con la referencia en un lado y la


cita textual en el otro. Entonces se van turnando para ver si recuerdan de
qué texto se trata o qué dice la cita. También hay otras maneras, como tratar de
responder con la Biblia a objeciones o preguntas en una demostración para el
servicio del campo.
5. ¿Por qué queremos aumentar nuestra destreza al usar la Biblia?

La Biblia es superior a cualquier otro libro porque es el único cuyos escritos


pueden hacer a alguien “sabio para la salvación” (2 Tim. 3:15). Pero la mayoría de
la gente a la que le predicamos no conoce las joyas que se encuentran en ella; por
eso es importante que nos preparemos bien para mostrarle lo que
verdaderamente nos ofrece (Pro. 2:1-5).

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