Está en la página 1de 8

GLORIA DE DIOS

semana de oración y estudio para superio- sacerdote, en todo sacerdote, siempre sa-
ras religiosas de las órdenes, sociedades cerdote” (García Lahiguera, 1992, p. 51).
e institutos femeninos de Madrid. El 29 de
octubre de 1950 fue consagrado obispo, y Bibliografía: AVP, passim; Vicente Cárcel Ortí,
nombrado Auxiliar de Madrid. Obispo de Pasión por el sacerdocio. Biografía del Siervo de
Huelva en 1964, fue nombrado arzobispo Dios José María García Lahiguera, Madrid, BAC,
de Valencia en 1969, donde residió hasta 1997; José María García Lahiguera, Josemaría
su renuncia, en 1978. Escrivá de Balaguer. Un hombre de Dios, Ma-
drid, Palabra, 1992; Id., Diario espiritual y Apun-
En su labor pastoral supo mostrar el
tes espirituales, Madrid, BAC, 2004; Hermanas
gran amor que sentía por el sacerdocio. Oblatas de Cristo Sacerdote, Don José María
Una entrega que le había llevado a fundar García Lahiguera, Madrid, Encuentro, 2001.
las Hermanas Oblatas de Cristo Sacerdote
que, en 1950, recibieron la aprobación dio- Andrés MARTÍNEZ ESTEBAN
cesana. Iniciado el proceso de beatifica-
ción, el 27 de junio de 2011, Benedicto XVI
aprobó el decreto de sus virtudes heroicas,
GLORIA DE DIOS
lo que implica la condición de venerable.
Conoció a san Josemaría en febrero 1. La doctrina cristiana: dar toda la gloria
de 1932. En el relato que escribió en 1976, a Dios. 2 La fundación del Opus Dei mar-
cuenta algunos detalles de este encuentro cada por el deseo de dar gloria a Dios. 3.
y recuerda que le explicó el Opus Dei y le La experiencia vivida de san Josemaría. 4.
Raíces bíblicas de la enseñanza de san Jo-
pidió oraciones. El siguiente encuentro fue
semaría. 5. ¿En qué consiste hacerlo todo
ya acabada la guerra. En 1941 san Jose- para la gloria de Dios? 6. Sentido del deseo
maría le pidió que fuera su confesor, tarea de dar toda la gloria a Dios. 7. La Virgen
que desempeñó hasta que se ordenaron María, Maestra del sacrificio escondido y
los primeros sacerdotes del Opus Dei, en silencioso.
junio de 1944. A partir de entonces el tra-
to continuó hasta el final de la vida de san La expresión “gloria de Dios” admite
Josemaría, con encuentros ya en Madrid, dos sentidos íntimamente relacionados.
ya en Roma, y con una abundante relación De una parte indica la imponente riqueza
epistolar. Conservaron siempre una entra- y majestad divinas. De otra, el reconoci-
ñable amistad. miento de esas grandezas por parte del
Don José María fue testigo del cariño hombre, que en consecuencia alaba y “da
que el entonces obispo de Madrid, Leopol- gloria” a Dios. Examinaremos esa doctrina
do Eijo y Garay, tenía por san Josemaría. en san Josemaría, introduciendo el con-
Un afecto que quedó patente cuando el cepto con una breve consideración de la
Patriarca dijo, en voz alta, en la capilla del doctrina bíblica.
Seminario, después de unas ordenaciones
y en un momento en que la Obra conocía 1. La doctrina bíblica: dar toda la gloria
algunas contradicciones: “Señor Rector, el a Dios
Opus Dei es una Obra aprobada y bende- El Antiguo Testamento nos enseña
cida por la Jerarquía, y no tolero que se que el mundo creado contiene y proclama
hable en contra del Opus Dei” (García Lahi- la gloria de Dios (kabod Yahvé), su santi-
guera, 1992, p. 26). dad, su trascendencia, su inefabilidad (cfr.
García Lahiguera definió la vida de san Am 4, 2; Is 40, 25; 46, 5; Sal 112 [Vg 111],
Josemaría como la de “un hombre entrega- 4, etc.; y comentario en Kittel, II, 1935,
do, como los santos, a Dios y a las almas pp. 235-258). El mundo está “lleno de su
(...). Un sacerdote semper et ubique, sólo gloria” (Num 14, 21). Por eso toda la crea-

565

Biblioteca Virtual Josemaría Escrivá de Balaguer y Opus Dei


GLORIA DE DIOS

ción proclama la gloria de Dios: “los cielos Padre (Jn 17, 20s), y esto presuponía, se-
pregonan la gloria de Dios y el firmamento gún los planes divinos, que llegara hasta la
anuncia la obra de sus manos” (Sal 19 [Vg Cruz, donde su amor y su obediencia des-
18], 2; cfr. Bar 3, 34s). Son los hombres, velarían la gloria divina. Y del mismo modo
caídos en el pecado, los que no dan a Dios que Cristo entró en la gloria pasando por
toda la gloria, los que no le reconocen la ignominia de la Cruz –“¿No era preciso
como su Creador y Señor. Por eso se lee que el Cristo padeciera estas cosas y así
en la Escritura: “Yo soy el Señor: éste es entrara en su gloria?” (Lc 24, 26)–, el cris-
mi Nombre. No daré mi gloria a otro, ni mi tiano tiene que seguir a Cristo, en su vida
alabanza a los ídolos” (Is 42, 8). Los cre- y muerte, para entrar en la gloria de la re-
yentes tienen una especial obligación de surrección. Para entrar en su gloria, Jesús
proclamar la gloria de Dios ante todos los tuvo que pasar por la Cruz. Es esa la doc-
hombres. “Aclamad a Dios, toda la tierra. trina de san Josemaría, vivida y comunica-
Entonad salmos en honor de su Nombre, da a los hombres.
rendidle el honor de su alabanza” (Sal 66
[Vg 65], 1-2; cfr. Is 60, 1-3; 66, 18s; Sal 97
[Vg 96], 6). En el Concilio Vaticano I, se en- 2. La fundación del Opus Dei marcada
seña “que el mundo ha sido creado para por el deseo de dar gloria a Dios
gloria de Dios” (DS, 3025; cfr. AA, 3). Y La convicción de que a Dios hay que
Juan Pablo II señala que el universo ente- darle toda la gloria estaba presente ya en
ro es “una multiforme, potente e incesante los primerísimos años de la vida del Opus
llamada a proclamar la gloria del Creador” Dei y marca su misma fundación. A san
(Juan Pablo II, 1986, p. 681). Josemaría le inundaba un gran deseo de
Cristo, el Hijo Unigénito del Padre, servir al Señor –frecuentemente repetía la
es el reflejo perfecto de la gloria de Dios, jaculatoria “Serviam!”–, con el afán de con-
“esplendor de su gloria e impronta de su trastar ese “colosal non serviam, en la vida
sustancia” (Hb 1, 3). En la Última Cena se personal, en la vida familiar, en los ambien-
dirigía Jesús a su Padre diciendo: “Ahora, tes de trabajo y en la vida pública” (Carta
Padre, glorifícame Tú a tu lado con la gloria 14-II-1974, n. 10: AVP, I, p. 306). En sus
que tuve junto a Ti antes de que el mundo Apuntes íntimos pidió al Señor “una volun-
existiera” (Jn 17, 5). Esta gloria queda ma- tad de hierro, que, unida a la gracia divina,
nifestada en la encarnación del Verbo de nos lleve a terminar para toda la gloria de
Dios: “Y el Verbo se hizo carne, y habitó Dios, su Obra, a fin de que Cristo-Jesús
entre nosotros, y hemos visto su gloria, efectivamente reine, porque todos con Pe-
gloria como de Unigénito del Padre, lleno dro irán a Él, por el único camino, ¡María!”
de gracia y de verdad” (Jn 1, 14). Cristo (Apuntes íntimos, n. 215: AVP, I, p. 306). En
manifestó su gloria a los hombres en el Ta- un texto de 1931, en esos mismos Apun-
bor, en sus milagros (cfr. Jn 2, 11.23; 7, 31; tes, puso por escrito con aire definitivo y
10, 41; 11, 45; Hch 9, 42) y palabras (cfr. Jn solemne lo que llamó los tres «fines» de
4, 38.41; 8, 30; Hch 4, 4; 13, 48). la Obra: “Jesús es el Modelo: ¡imitémosle!
A lo largo de su vida terrena la gloria Imitémosle, sirviendo a la Iglesia Santa y a
de Jesús permanecía más bien escondida todas las almas. «Christum regnare volu-
a los hombres, porque éstos necesitaban mus» «Deo omnis gloria» «Omnes cum Pe-
ser convertidos antes de percibir la gloria tro ad Iesum per Mariam». Con estas tres
divina (cfr. Jn 5, 19 ss.; 36-40). Jesús no frases quedan suficientemente indicados
manifestó plena y públicamente su gloria los tres fines de la Obra: Reinado efecti-
hasta haber llevado a los hombres a reco- vo de Cristo, toda la gloria de Dios, almas”
nocer que el Padre estaba en Él, y Él en el (ibidem, n. 171: AVP, I, p. 306).

566

Biblioteca Virtual Josemaría Escrivá de Balaguer y Opus Dei


GLORIA DE DIOS

San Josemaría situaba así la búsque- Se visitaba a algunas familias de los fieles
da de la gloria de Dios –que a Dios hay que de la Obra, muchos de ellos jóvenes uni-
dar toda la gloria– en el centro vital de la versitarios, para decirles que el Opus Dei
misión que Dios le había encomendado. era “una herejía muy peligrosa” (cfr. AVP, II,
En otro escrito antiguo, de 1934, glosa pp. 474-481). El fundador sufría el impac-
este texto poniendo de relieve la coheren- to de estos ataques en primera persona.
cia entre en los tres fines recién menciona- Se resentía su salud. Alguna vez comentó
dos: “Hemos de dar a Dios toda la gloria. a don Álvaro del Portillo: “Hijo mío, ¿des-
Él lo quiere: gloriam meam alteri non dabo, de dónde nos insultarán hoy?” (AVP, II, p.
mi gloria no la daré a otro (Is 42, 8). Y por 478). Sentía en lo profundo de su ser la in-
eso queremos nosotros que Cristo reine, justicia de todo aquello. Al mismo tiempo
ya que per ipsum, et cum ipso, et in ipso, se daba cuenta de que el Señor le estaba
est tibi Deo Patri Omnipotenti in unitate probando, le estaba forjando, y pedía para
Spiritus Sancti omnis honor et gloria; por sus hijos (y para sí mismo) que estuviesen
Él, y con Él, y en Él, es para Ti Dios Padre “contentos, spe gaudentes!: que padez-
Omnipotente en unidad del Espíritu San- cáis, llenos de caridad, sin que de vuestra
to todo honor y gloria (Canon de la Misa). boca salga nunca ni una palabra molesta
Y exigencia de su gloria y de su reinado para nadie” (AVP, II, p. 479).
es que todos, con Pedro, vayan a Jesús Una noche en que no podía dormir por
por María” (Instrucción, 19-III-1934, nn. las preocupaciones, sintiéndose profunda-
36 ss.: AGP, serie A.3, 90-1-1). Comentó mente herido en su honra de cristiano y de
frecuentemente la necesidad de la recti- sacerdote, puesta en entredicho por toda
tud de intención y de dar toda la gloria a esa campaña, san Josemaría se fue al ora-
Dios: “«Deo omnis gloria». –Para Dios toda torio del Centro de Diego de León, donde
la gloria. –Es una confesión categórica de residía, y, postrándose ante el sagrario, le
nuestra nada. Él, Jesús, lo es todo. Noso- dijo al Señor: “Jesús, si Tú no necesitas
tros, sin Él, nada valemos: nada” (C, 780). mi honra, yo ¿para qué la quiero?” (AVP,
E insistía en que el Deo omnis gloria se II, p. 480). A partir de este acto de entre-
aplica no sólo a los fieles de la Obra uno ga –cuenta– se quedó con una gran paz.
por uno, sino al Opus Dei en su conjunto, Algunos años más tarde, en un texto cla-
corporativamente. En los Apuntes íntimos ramente autobiográfico, comentaba: “Hijo,
leemos: “Otros institutos tienen, como una óyeme bien: tú, feliz cuando te maltraten
bendita prueba de la predilección divina, el y te deshonren; cuando mucha gente se
desprecio, la persecución, etc. La Obra de alborote y se ponga de moda escupir so-
Dios tendrá esto: pasar oculta” (Apuntes bre ti, porque eres «omnium peripsema»
íntimos, n. 581: AVP, I, p. 351). “Esa ha sido –como basura para todos... –Cuesta, cues-
y será siempre la aspiración de la Obra: vi- ta mucho. Es duro, hasta que –por fin– un
vir sin gloria humana” (Carta 24-III-1930, hombre se acerca al Sagrario, se ve consi-
n. 20: Burkhart - López, II, p. 40). derado como toda la porquería del mundo,
como un pobre gusano, y dice de verdad:
3. La experiencia vivida de san Josemaría «Señor, si Tú no necesitas mi honra, ¿yo,
Corría el año 1941. Los apostolados para qué la quiero?» Hasta entonces, no
del Opus Dei iban desarrollándose con sabe el hijo de Dios lo que es ser feliz: has-
fuerza, “sin pausa” (S, 97). San Josemaría ta llegar a esa desnudez, a esa entrega,
acababa de perder a su madre. Caía sobre que es entrega de amor, pero fundamenta-
la Obra una tempestad de calumnias y ma- da en la mortificación, en el dolor” (F, 803).
los tratos, lo que ya antes había llamado “la En esos textos el fundador del Opus
contradicción de los buenos” (cfr. C, 695). Dei emplea la palabra “honra” como equi-

567

Biblioteca Virtual Josemaría Escrivá de Balaguer y Opus Dei


GLORIA DE DIOS

valente a la de “gloria”. Lo hace también en Escritura. De una parte, citando frecuen-


otras ocasiones dedicadas a hablar de la temente la Escritura para indicar la excel-
“gloria de Dios”: “no vivimos para la tierra, situd de Dios. De otra, en relación al cie-
ni para nuestra honra, sino para la honra de lo, a la «vida eterna» (las referencias son
Dios, para la gloria de Dios, para el servi- numerosas, cfr. por ejemplo, C, 29, 819;
cio de Dios” (F, 851). En Amigos de Dios, AD, 54; ECP, 77). Y el tercer modo, en lo
en una referencia también autobiográfica, que se refiere a la actitud concreta, actual,
expresa esos mismos sentimientos: “he- del cristiano que debe vivir «para la gloria
mos de estar seriamente desprendidos de de Dios». Se entiende que esos tres usos
nosotros mismos (…). Me refiero también se relacionan el uno con el otro, y más en
–porque hasta ahí debe llegar tu decisión– concreto, que el tercero lleva fácilmente al
a esas ilusiones limpias, con las que bus- segundo. “Nuestra vida, en medio de las li-
camos exclusivamente dar toda la gloria a mitaciones propias de la condición terrena,
Dios y alabarle, ajustando nuestra voluntad será un anticipo de la gloria del cielo, de
a esta norma clara y precisa: Señor, quiero esa comunidad con Dios y con los santos”
esto o aquello sólo si a Ti te agrada, porque (ECP, 49). También escribe: “El Cielo es la
si no, a mí, ¿para qué me interesa? Ases- meta de nuestra senda terrena. Jesucristo
tamos así un golpe mortal al egoísmo y a la nos ha precedido y allí, en compañía de la
vanidad, que serpean en todas las concien- Virgen y de San José –a quien tanto vene-
cias; de paso que alcanzamos la verdadera ro–, de los Ángeles y de los Santos, aguar-
paz en nuestras almas, con un desasimien- da nuestra llegada” (AD, 220). Quien vive
to que acaba en la posesión de Dios, cada para la gloria de Dios entrará en la gloria
vez más íntima y más intensa” (AD, 114). celestial; es más, de algún modo ya ha en-
trado. Al mismo tiempo, vivir para la gloria
Cuando en su predicación san Jose-
de Dios requiere seguir con Cristo el cami-
maría insistía sobre la necesidad de “dar
no de la Cruz. “Este es el camino seguro:
toda la gloria a Dios”, como condición para
por la humillación, hasta la Cruz; desde la
la santidad y la eficacia apostólica, antes
Cruz, con Cristo a la Gloria inmortal del Pa-
lo había vivido él mismo, íntimamente, en
dre” (F, 1020).
primera persona. Había hecho un descu-
brimiento vital, personalísimo, de la validez Además del texto bíblico citado (Mt
espiritual de este principio. Su descubri- 6, 16), san Josemaría emplea varios pa-
miento quedó plasmado en el lema de toda sajes del Nuevo Testamento para hablar
su vida: “ocultarme y desaparecer es lo de nuestro tema, especialmente Mt 5, 16
mío para que sólo Jesús se luzca”. Y co- (“Alumbre así vuestra luz ante los hombres,
mentó: “He sentido en mi alma, desde que para que vean vuestras buenas obras y
me determiné a escuchar la voz de Dios glorifiquen a vuestro Padre, que está en los
–al barruntar el amor de Jesús–, un afán cielos”) y 1 Tm 1, 17 (“Al rey de los siglos,
de ocultarme y desaparecer; un vivir aquel al inmortal, invisible y único Dios, honor y
illum oportet crescere, me autem minui (Jn gloria por los siglos de los siglos. Amén”)
3, 30); conviene que crezca la gloria del Se- (S, 718). Comenta por ejemplo “que la
ñor, y que a mí no se me vea” (Carta 29-XII- gloria de la Obra de Dios es vivir sin gloria
1947/14-II-1966, n. 16: AVP, I, p. 317). humana”: “¡Que vean mis obras buenas!
(…) –Pero, ¿no adviertes que parece que
las llevas en un cesto de baratijas, para
4. Raíces bíblicas de la enseñanza de que contemplen tus cualidades? Además,
san Josemaría no olvides la segunda parte del mandato
San Josemaría se refiere a la «glo- de Jesús: «y glorifiquen a vuestro Padre
ria de Dios» de tres modos, casi siempre que está en los cielos»” (S, 718). Y en otra
en estrecha dependencia de la Sagrada ocasión: “Para Él [Cristo] toda la gloria,

568

Biblioteca Virtual Josemaría Escrivá de Balaguer y Opus Dei


GLORIA DE DIOS

todo el honor: soli Deo honor et gloria in III-1930, n. 20: AGP, serie A.3, 91-1-1). En
saecula saeculorum (1 Tm 1, 17), sólo a Camino san Josemaría dedica un capítulo
Dios hemos de dar el honor y la gloria, por entero al tema de la gloria de Dios. Entre
los siglos sin fin” (Carta 24-III-1930, n. 21: otras cosas se lee: “Si la vida no tuviera
Burkhart – López, I, p. 394). por fin dar gloria a Dios, sería desprecia-
Yendo más a la raíz, san Josemaría ble, más aún: aborrecible” (C, 783). “Da
encuentra el punto de apoyo para su ense- «toda» la gloria a Dios. –«Exprime» con tu
ñanza en la vida de Jesucristo. “Esa debe voluntad, ayudado por la gracia, cada una
ser también la aspiración de cada uno de de tus acciones, para que en ellas no que-
vosotros, hijos míos: pasar inadvertidos, de nada que huela a humana soberbia, a
imitar a Cristo, que permaneció oculto complacencia de tu «yo»” (C, 784).
treinta años siendo sencillamente el hijo En otra carta, pedía a sus hijos no es-
del artesano (Mt 13, 55)” (Carta 24-III-1930, perar el aplauso de las gentes: “que bus-
n. 20: Burkhart – López, II, p. 390). Y lo mis- quéis sólo agradar a Dios: con vuestra fi-
mo respecto a Juan el Bautista: “una hu- delidad al Magisterio de la Iglesia Santa,
mildad más profunda, de modo que, dis- con el testimonio de vuestra conciencia al
minuyendo nuestro egoísmo, crezca Cristo obrar rectamente; con ese servicio vues-
en nosotros, ya que illum oportet crescere, tro humilde, escondido, eficaz, a Dios, a la
me autem minui, hace falta que Él crezca y Iglesia, a las almas todas. No esperéis si-
que yo disminuya” (ECP, 58) quiera, a veces, que os comprendan otras
personas e instituciones que también tra-
5. ¿En qué consiste hacerlo todo para la bajan por Cristo. Buscad sólo la gloria de
gloria de Dios? Dios, y, amando siempre a todos, no os
preocupe que otros no entiendan (…). Así
En repetidas ocasiones san Josemaría
estaremos siempre firmes, tranquilos, ale-
insiste en que la búsqueda de la gloria de
gres; y nunca dejaremos de ser sembrado-
Dios lleva consigo el afán eficaz, constante
res de paz y de alegría” (Carta 31-V-1954,
y humilde de ocultarse y desaparecer, de
n. 25: AGP, serie A.3, 93-4-4). En la homilía
quemarse como incienso, sin hacer alarde;
Desprendimiento, publicada en Amigos de
de no buscar aplauso humano, ni prego-
Dios, se lee: “Si de veras deseamos se-
nar las propias obras ante los demás. El
guir de cerca al Señor y prestar un servicio
número de textos al respecto es muy ele-
vado. En una de sus Cartas, el fundador auténtico a Dios y a la humanidad entera,
escribía: “Seamos humildes, busquemos hemos de estar seriamente desprendidos
sólo la gloria de Dios: porque nuestra vida de nosotros mismos: de los dones de la in-
de entrega, callada y oculta, debe ser una teligencia, de la salud, de la honra, de las
constante manifestación de humildad (…). ambiciones nobles, de los triunfos, de los
La soberbia y la vanidad pueden presentar éxitos” (AD, 114).
como atrayente la vocación de farol de fies- Dar gloria a Dios equivale a vivir un
ta popular (…). Aspirad más bien a quema- continuo diálogo con Él. Vivir para la gloria
ros en un rincón, como esas lámparas que de Dios se manifiesta en primer lugar en la
acompañan al Sagrario en la penumbra de oración, en el trato con el Señor en la Eu-
un oratorio, eficaces a los ojos de Dios; y, caristía, en la unión con el Espíritu Santo.
sin hacer alarde, acompañad también a “A rezar, hijas e hijos míos, a rezar mucho:
los hombres –vuestros amigos, vuestros que ha sido, es y será siempre la oración
colegas, vuestros parientes, ¡vuestros her- personal nuestra gran arma. Rezar, para
manos!– con vuestro ejemplo, con vuestra dar gloria al Señor, y para trabajar siempre
doctrina, con vuestro trabajo y con vuestra con rectitud de intención. Si estamos meti-
serenidad y con vuestra alegría” (Carta 24- dos en Dios, con una presencia suya y una

569

Biblioteca Virtual Josemaría Escrivá de Balaguer y Opus Dei


GLORIA DE DIOS

tarea profesional que se funden en servicio actividades de los hombres” (Carta 9-I-
al Señor, no perderemos jamás la buena 1932, n. 81: AGP, serie A.3, 91-3-1). Con
dirección” (Carta 19-III-1967, n. 149: AGP, una frase contundente, que invitaba a
serie A.3, 95-1-1). trabajar con diligencia e intensidad, y a la
Respecto a la celebración eucarística, vez considerando la ordenación de todo a
dice: “Cuando lo recibáis en la Eucaristía Dios, decía en Camino que “el tiempo es
cada día, decidle: Señor, en tu nombre yo ¡gloria!” (C, 355; cfr. S, 509). “Rectifica,
le pido al Padre (…). Y le pedís todo eso rectifica. –¡Tendría tan poca gracia que
que conviene para que podamos mejor ese vencimiento fuera estéril porque te has
servir a la Iglesia de Dios, y mejor traba- movido por miras humanas!” (C, 787); y
jar para la gloria del Señor: del Padre y del “Pureza de intención. –Las sugestiones de
Hijo y del Espíritu Santo; de la Beatísima la soberbia y los ímpetus de la carne los
Trinidad, único Dios” (Meditación predica- conoces pronto... y peleas y, con la gracia,
da el 24-XII-1969: AGP, Biblioteca, P06, 3, vences. Pero los motivos que te llevan a
p. 403). Y en particular la jaculatoria “Deo obrar, aun en las acciones más santas, no
omnis gloria!” conecta con el actuar del te parecen claros... y sientes una voz allá
Paráclito divino: “El Espíritu Santo es fru- dentro que te hace ver razones humanas...,
to de la cruz, de la entrega total a Dios, con tal sutileza, que se infiltra en tu alma la
de buscar exclusivamente su gloria y de intranquilidad de pensar que no trabajas
renunciar por entero a nosotros mismos” como debes hacerlo –por puro Amor, sola
(ibidem, n. 137). y exclusivamente por dar a Dios toda su
gloria. Reacciona en seguida cada vez y di:
6. Sentido del deseo de dar toda la glo- «Señor, para mí nada quiero. –Todo para tu
ria a Dios gloria y por Amor»” (C, 788).
Los textos de san Josemaría que ha- Aspecto importante de la santificación
blan de la necesidad de dar a Dios toda la de la propia vida y de la propia tarea es,
gloria son netos y frecuentes a lo largo de por lo demás, el servicio a los hombres.
su vida. Pero, ¿qué sentido tienen? ¿Cuál Habla san Josemaría de la ambición de
es la finalidad de estos actos que expre- ser “el último en todo... y el primero en el
san holocausto, negación, desaparición Amor” (C, 430). Y, como consecuencia,
de sí? ¿Se traducen en una negación de nuestro trabajo “ha de estar informado por
lo humano? Se puede responder en dos un rasgo que fue fundamental en el trabajo
pasos. Ante todo, indicando que, para san de San José y que debería ser fundamen-
Josemaría, dar toda la gloria a Dios es pre- tal en todo cristiano: el espíritu de servi-
cisamente lo que hace posible santificar, cio, el deseo de trabajar para contribuir al
viviendo de manera plenamente cristiana, bien de los demás hombres” (ECP, 51), a la
y por tanto también humana, los diversos vez concreto, eficaz y desinteresado, con
aspectos centrales de la vida: el trabajo, el olvido del propio yo: “Cuando hayas ter-
uso del tiempo, las relaciones personales minado tu trabajo, haz el de tu hermano,
con los familiares, amigos y colegas, etc. ayudándole, por Cristo, con tal delicade-
Respecto al trabajo y al aprovecha- za y naturalidad que ni el favorecido se dé
miento del tiempo, decía: “Os lo repito cuenta de que estás haciendo más de lo
ahora, hijas e hijos míos: trabajad cara a que en justicia debes. –¡Esto sí que es fina
Dios, sin ambicionar gloria humana” (Carta virtud de hijo de Dios!” (C, 440).
15-X-1948, n. 18: AGP, serie A.3, 92-7-1). Esta doctrina lleva como de la mano
“No trabajamos para encumbrarnos, sino al apostolado, hecho siempre cara a Dios.
para desaparecer y, con nuestro sacrificio, Es interesante notar que el primer síntoma
poner a Cristo en la cumbre de todas las del celo apostólico señalado por san Jose-

570

Biblioteca Virtual Josemaría Escrivá de Balaguer y Opus Dei


GONZÁLEZ GUZMÁN, NARCISA (NISA)

maría es el “hambre de tratar al Maestro” segnamenti di Giovanni Paolo II, 9/1 (1986), pp.
(C, 934). Y explica: “No hemos de abrigar 680-683; Salvador Bernal, “Afabilidad humana
otro deseo que el de estar pendientes de y gloria de Dios”, en Crónica de la beatificación,
Josemaría Escrivá de Balaguer, Madrid, Rialp,
Dios, en constante alabanza y gloria de su
1992, pp. 142-144; Ernst Burkhart - Javier Ló-
nombre, ayudándole en su divina labor de
pez, Vida cotidiana y santidad en la enseñanza
Redención. Entonces, todo nuestro afán de San Josemaría. Estudio de teología espiritual,
será enseñar a conocer a Jesucristo, y por I, Madrid, Rialp, 2010, pp. 253- 278; II, pp. 400-
Él, al Padre y al Espíritu Santo” (Homilía 405; Gerhard Kittel - Gerhard Von Rad, dovza, en
predicada el 25-XII-1972: AGP, Biblioteca, ThWNT, II, 1935, pp. 235-258; Álvaro del Por-
P06). En efecto, “apóstol es el cristiano tillo, “Para Dios toda gloria”, en Una vida para

que se siente injertado en Cristo, identifi- Dios. Reflexiones en torno a la figura de Mon-
cado con Cristo, por el Bautismo; habilita- señor Josemaría Escrivá de Balaguer. Discursos,
do para luchar por Cristo, por la Confirma- Homilías y otros escritos, Madrid, Rialp, 1992,
pp. 223-228.
ción; llamado a servir a Dios con su acción
en el mundo, por el sacerdocio común Paul O’CALLAGHAN
de los fieles, que confiere una cierta par-
ticipación en el sacerdocio de Cristo, que
–siendo esencialmente distinta de aquella
que constituye el sacerdocio ministerial–
capacita para tomar parte en el culto de la GONZÁLEZ GUZMÁN, NARCISA (NISA)
Iglesia, y para ayudar a los hombres en su
camino hacia Dios, con el testimonio de la (Nac. Caboalles de Abajo, León, Es-
palabra y del ejemplo, con la oración y con paña, 12-VII-1907; fall. Valencia, España,
la expiación” (ECP, 120). 2-V-1998). Narcisa González Guzmán, más
conocida como Nisa, fue una de las prime-
ras mujeres del Opus Dei. Conoció al fun-
7. La Virgen María, Maestra del sacrifi- dador en León (España), en 1940, y pidió la
cio escondido y silencioso admisión en el Opus Dei en 1941.
No faltan textos de san Josemaría Fue la sexta hija de Dionisio González
que comentan cómo la Virgen vivía siem- Miranda (Naredo, León) y de Narcisa Guz-
pre cara a Dios, dándole a Él toda la glo- mán Vázquez (Valderas, León), de cuyo
ria. En particular, citamos dos sacados de matrimonio (27-VI-1900) nacieron ocho
Camino: “¡Qué humildad, la de mi Madre varones y tres mujeres. La familia vivió en
Santa María! –No la veréis entre las palmas Naredo y Caboalles, donde el padre tra-
de Jerusalén, ni –fuera de las primicias de bajaba en las minas de carbón, primero
Caná– a la hora de los grandes milagros. como minero y después como sobrestante
–Pero no huye del desprecio del Gólgota: (responsable de un equipo de mineros). De
allí está, «juxta crucem Jesu» –junto a la carácter emprendedor, González Miranda
cruz de Jesús, su Madre (C, 507); y “¡Ma- descubrió nuevas minas, las declaró, ob-
ría, Maestra del sacrificio escondido y si- tuvo su concesión y emprendió su explo-
lencioso! –Vedla, casi siempre oculta, co- tación, convirtiéndose en un importante
laborar con el Hijo: sabe y calla” (C, 509). empresario de la zona. En 1917 la familia
se trasladó a León, donde participó acti-
Voces relacionadas: Filiación divina; Humildad; vamente en las actividades sociales, cul-
Identificación con Cristo; Lucha ascética; Vida turales y deportivas de la ciudad. La vida
interior; Vida ordinaria, Santificación de la. familiar se desarrolló en un ambiente cris-
tiano: los hijos fueron bautizados pronto,
Bibliografía: C, 779-789; Juan Pablo II, “La frecuentaban los sacramentos y, de mayo-
creazione è rivelazione della gloria di Dio”, in In- res, pertenecieron a diversas cofradías.

571

Biblioteca Virtual Josemaría Escrivá de Balaguer y Opus Dei


Aviso de Copyright

Cada una de las voces que se ofrecen en esta Biblioteca Virtual


forma parte del Diccionario de San Josemaría Escrivá de Balaguer y
son propiedad de la Editorial Monte Carmelo, estando protegidas
por las leyes de derecho de autor.

Biblioteca Virtual Josemaría Escrivá de Balaguer y Opus Dei

También podría gustarte