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Psicología y Educación:

Presente y Futuro

Coordinador: Juan Luis Castejón Costa


ACIPE- Asociación Científica de Psicología y Educación
© CIPE2016. Juan Luís Castejón Costa

Ediciones : ACIPE- Asociación Científica de Psicología y Educación

ISBN: 978-84-608-8714-0

Todos los derechos reservados. De conformidad con lo dispuesto en la legislación vigente, podrán ser casti-
gados con penas de multa y privación de libertad quienes reproduzcan o plagien, en todo o en parte, una obra
literaria, artística o cien
Construcción de género y estereotipos. Un estudio de las actitudes hacia la di-
versidad de género
Isidro, A. I.* y Álvarez Reig, E.**

* Departamento de Psicología Social y Antropología, Universidad de Salamanca


Salamanca, España
** Educadora Social

E-mails: anyis@usal.es; eli.alreig@gmail.com

Resumen
Las sociedades patriarcales han usado la categoría sexo/género como medio para la creación de un siste-
ma binario y segregado en el que el hombre ejerce un papel dominante y la mujer es sometida a él. Las
desigualdades derivadas de este sistema se ven perpetuadas por la existencia de estereotipos, los cuales
alimentan estas desigualdades y limitan el desarrollo de la personalidad. La masculinidad hegemónica
instaura un sistema heteronormativo en el que, si bien las mujeres se han visto continuamente sometidas
y menospreciadas, las personas con otras identidades de género y orientaciones afectivo-sexuales se
ven, aún hoy, perjudicadas e invisivilizadas. Estas personas son las pertenecientes a los colectivos que
forman la comunidad LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y personas transgénero), quienes continua-
mente son víctimas de estereotipos homofóbicos, transfóbicos y sexistas profundamente arraigados en
la sociedad. Este trabajo busca, precisamente, poner de manifiesto estos estereotipos y sus causas para,
después, formular algunas propuestas educativas que contribuyan a acercar la realidad de la comunidad
LGBT a la sociedad que la desconoce. En este sentido, se lleva a cabo un estudio –a través de entrevistas
y, posteriormente, de cuestionarios– de los conocimientos y las actitudes hacia la diversidad de género
que presenta una muestra de sujetos. A partir de las conclusiones de dicho estudio, se proponen unas
líneas de actuación –desde la educación formal y no formal– que inciden en la necesidad de actuar para
concienciar a los jóvenes sobre la igualdad de género, entendida ésta no solo cómo el reconocimiento
de derechos y el mutuo respeto tanto a hombres como a mujeres, sino también la aceptación de otras
posibles identidades de género y orientaciones sexuales.
Palabras clave: género; diversidad de género; estereotipos; educación

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Construction of gender and stereotypes. A study of the attitudes towards the
gender diversity
Isidro, A. I.* and Álvarez Reig, E.**

* Department of Social Psychology and Anthropology, University of Salamanca


Salamanca, Spain
** Social care worker

E-mails: anyis@usal.es; eli.alreig@gmail.com

Abstract
Patriarchal societies have used the sex/gender category as a means for creating a binary and separated
system in which men have a dominant role and women are subdued to them. Inequalities derived from
this system are perpetuated by the existence of stereotypes, which feed these inequalities and restrict
the development of the personality. Hegemonic masculinity establishes a heteronormative system in
which, although women have continuously been subdued and despised, those people with other gender
identities and affective-sexual orientations are, even today, truly harmed and made invisible. These peo-
ple are those belonging to the groups that make up the LGBT (lesbian, gay, bisexual and transgender)
community who are constantly victims of homophobic, transphobic and sexist stereotypes deeply rooted
in society. This paper deals with highlight these stereotypes and their causes, trying to formulate some
educational proposals to help to bring the reality of the LGBT community to the society. In this sense,
a study –through interviews and questionnaires– of both the knowledge and attitudes toward gender
diversity presents in a sample of people was carried out. From the conclusions of this study, lines of
action are proposed –from the formal and non-formal education– which highlight the need to act to raise
awareness among young people about the gender equality, not only understanding it as the recognition
of rights and mutual respect to both men and women, but also the acceptance of people with alternative
gender identities and sexual orientations.
Key words: gender; gender diversity; stereotypes; education

1. Introducción
Según Foucault (1998), la sexualidad es construida por la mayoría hegemónica (en este caso, los hombres) y es el
resultado de una “tecnología del sexo”, que sería el conjunto de técnicas discursivas cuyo objetivo no es otro que el de
asegurar la supervivencia de clase y su mantenimiento en el poder. De esta forma, el género es considerado como uno
de los principios estructuradores de nuestra sociedad, ya que crea estereotipos sobre lo que se supone que debemos
hacer como hombres o como mujeres. En este contexto, hay que tener en cuenta que las categorías de género están
diseñadas de manera que los atributos masculinos son percibidos como superiores a los femeninos. Estos atributos,
roles y estereotipos son impuestos a las personas, que los interiorizan pasando a formar parte de suidentidad.

Este proceso por el cual se configuran y asumen las identidades de género y sus características se denomina so-
cialización. Se activa incluso desde antes de nuestro nacimiento, y no se lleva a cabo del mismo modo en los niños
que en las niñas. Se realiza así “una socialización diferencial, mediante la que se logra que los individuos adapten su
comportamiento y su identidad a los modelos y a las expectativas creadas por la sociedad para los sujetos masculinos
o femeninos” (Mayobre, 2006, p. 3).

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Hoy en día, las disciplinas que se supone deberían abordar la diversidad de género, tanto en educación formal
como en educación no formal, son la educación sexual y la coeducación, entendida esta última como una forma de
educar, puesto que es indiscutible que con nuestras prácticas y metodología también estamos transmitiendo informa-
ción y valores. Ambas se han visto siempre relegadas. En el ámbito formal, porque se les dota de un carácter trans-
versal que nunca acaba de estar presente en las aulas. En el no formal, porque la mayor parte de las veces únicamente
forman parte de programas y campañas muy concretos. En total, la educación sexual suele verse desde una perspec-
tiva de negación y precaución que es, ante todo, alarmista; el sexo se sigue tratando como una práctica que entraña
graves riesgos en sí misma y toda la información va destinada a evitar estos riesgos, no a ayudar a los jóvenes a que
descubran su propia sexualidad y a disfrutar de ella de un modo responsable.

En cuanto a la coeducación, en el mejor de los casos se llevan a cabo prácticas que contribuyen a la igualdad entre
los géneros femenino y masculino. Sin embargo, resulta evidente que esto es insuficiente en lo que a nuestra proble-
mática respecta, puesto que de esta forma se contribuye a la insivibilización de las personas transgénero y a la idea
de que lo “normal” es la división binaria de la categoría sexo/género.

Pavelic, que realiza una investigación sobre las experiencias escolares de la comunidad LGBT, escribe:
Poco se puede decir sobre el tratamiento del tema de la diversidad en los programas de educación sexual, ya que por lo ge-
neral, éste parece estar ausente, situación que es avalada por el estudio realizado por Pichardo, puesto que entre sus principales
conclusiones establece que no sólo no se habla de diversidad sexual en las aulas, sino que tampoco se habla de educación sexual
en general. (Pavelic, 2012, p. 175)

Esto parece ser aún más cierto cuando nos fijamos en la LOMCE. La nueva ley de educación elimina la educa-
ción sexual del currículo escolar, dejando la decisión de su implantación a los Gobiernos Autónomos. Sin embargo,
“ninguna (Comunidad Autónoma) tiene ley alguna de educación sexual” (Portalatín, 2013, párr. 4). Además, es im-
portante señalar que es muy raro el caso en que en otras asignaturas se hable, aunque sea para ejemplificar un tema
dado, de asuntos como familias no tradicionales, relaciones homosexuales, etc.

En cuanto al personal docente, “hay que destacar la falta de formación y de herramientas para tratar cuestiones
relacionadas con la realidad LGBT” (Coll-Planas, 2011, p.35). Debido a ello, muchos evitan enfrentarse al tema no
nombrándolo en sus clases, mientras que, otros, no saben cómo reaccionar ante el caso de tener un estudiante LGBT
que necesite ayuda en su clase.

Como vemos, las escuelas contribuyen a la interiorización de la heteronormatividad, lo que obliga a los estudian-
tes LGBT a ocultar su orientación sexual o identidad de género. Es preciso tener en cuenta que en las instituciones
educativas hay personas LGBT que, debido a estar en un entorno que recrea los ideales de la heteronormatividad no
son capaces de identificar, aceptar o desarrollar plenamente su sexualidad o identidad de género.

2. Método
Teniendo en cuenta todo lo anterior, se empezó este estudio con el objetivo de identificar y analizar los estereo-
tipos relacionados con la diversidad de género y orientación sexual existentes entre la población de la ciudad de
Salamanca (concretamente del Barrio del Oeste), y determinar hasta qué punto la falta de información y formación
sobre el tema influye en la prevalencia de estos estereotipos. A partir de estos objetivos principales se plantearon las
siguientes hipótesis:

- La mayor parte de las personas que muestren estereotipos no tendrán información suficiente referente a la co-
munidad LGBT.

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- La mayor carga estereotípica recaerá sobre las personas transexuales y otros colectivos transgénero.

- Muchos estereotipos homosexuales tradicionales habrán desaparecido en las nuevas generaciones.

- Las variables edad y nivel de estudios serán las dos más influyentes a la hora de conocer y entender la situación
de las personas transgénero. Dentro del nivel de estudios, habrá distinciones según los participantes se dediquen al
campo de las ciencias sociales o no.

Se empezó por realizar una entrevista de diagnóstico de la situación. El tipo de entrevista elegido fue la no estruc-
turada, para no tener que acotar las posibles opiniones o explicaciones que emitiesen los entrevistados. Tras realizar
las entrevistas y hacer un primer análisis de las mismas, se procedió a elaborar un cuestionario que permitiese llegar
a más personas y comprobar si las conclusiones extraídas de las entrevistas podían ser o no generalizables.

2.1. Participantes
Uno de los criterios principales para la elección muestral fue poder conseguir variedad en cuanto a la variable
edad. Las posibles edades de los entrevistados fueron divididas en intervalos para facilitar el contacto con todos los
grupos de edad y el posterior procesamiento de los datos.

En general, se consideraba que a mayor edad del sujeto más probabilidades tendría de mostrar conductas estereo-
tipadas. Del mismo modo, este tipo de conductas aparecerían en mayor medida en personas cuyo nivel de estudios es
menor, si bien es cierto que muchos otros factores podrían cambiar esta afirmación: el tener un familiar o amigo per-
teneciente a la comunidad LGBT, el haber trabajado con personas de estos colectivos o, como se indica en la tabla, el
haber realizado estudios que, de alguna manera, ayuden a tener menos actitudes estereotipadas (estudios pertenecien-
tes al campo de las Ciencias Sociales, relacionados con la educación, el trato cercano o el cuidado de personas, etc.)

La muestra elegida para realizar las entrevistas constó de 14 personas, 8 mujeres y 6 hombres, repartidas como se
muestra a continuación:

25

20

15

10

0
15 - 20 21 - 30 31 - 40 41 - 50 51 - 60 60 o +
\s
Gráfico 1
Distribución porcentual de sujetos entrevistados por segmentos de edad

871
40
35
30
25
20
15
10
5
0
P rimaria ESO B ac hillerato - F P E s tudio s E s tudio s
G rado M edio S uperio res S uperio res
(C ienc ias
S o c iales )
\s
Gráfico 2
Distribución porcentual de sujetos entrevistados según su nivel de estudios

Por su parte, los siguientes gráficos reflejan las características de la muestra que completó los cuestionarios, un
total de 30 personas (18 mujeres y 12 hombres):

30

25

20

15

10

0
15-2 0 2 1-3 0 3 1-4 0 4 1-50 51-6 0 60 o +
\s

Gráfico 3
Distribución porcentual de sujetos que responden al cuestionario por segmentos de edad

30
25
20
15
10
5
0
P rimaria ESO B ac hillerato - F P E s tudio s E s tudio s
G rado M edio S uperio res S uperio res
(C ienc ias
S o c iales )
\s
Gráfico 4
Distribución porcentual de sujetos que responden al cuestionario según su nivel de estudios

2.2. Medidas
En cuanto a las entrevistas, aunque estaban planteadas como entrevistas no estructuradas, sí se contaba con un
pequeño guión que ayudaba a recolectar toda la información básica que se consideraba necesaria:

1. ¿Sabes lo que es la comunidad LGBT? ¿Qué sabes de ellos?

2. ¿Dónde has obtenido esa información?

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3. ¿Qué opinión te inspiran estas personas?

4. ¿Dirías que en la sociedad actual existen estereotipos que les puedan afectar?

Por su parte, la elección de los ítems del el cuestionario se basó en las afirmaciones y estereotipos detectados en
los sujetos entrevistados durante la fase anterior. El cuestionario se dividía en 27 ítems con escalas tipo Likert de 1 a
5. Parte de los ítems estaban destinados a analizar los conocimientos previos de los sujetos hacia hechos y termino-
logía que tenía que ver con el tema, otra parte pretendía detectar estereotipos y prejuicios hacia la comunidad homo-
sexual y bisexual y, por último, otra los detectaría sobre personas transexuales y transgénero. Algunas afirmaciones
estaban formuladas de forma objetiva y otras de forma subjetiva. Para evitar que en caso de no entender o desconocer
alguno de los conceptos presentes en los cuestionarios se marcase sistemáticamente la casilla central (ni de acuerdo
ni en desacuerdo), se le añadió a la escala una casilla con el valor “0” que representase esa opción.

2.3. Procedimiento
Una vez diseñada la entrevista, se acudió a la Asociación de Vecinos del Barrio del Oeste de la ciudad de Sa-
lamanca (Zoes) donde se solicitó la ayuda de posibles voluntarios para las primeras entrevistas. Cada una de estas
entrevistas duró en torno a una hora u hora y media.

Para pasar los cuestionarios se acudió a la misma Asociación, concretamente a dos de sus actividades organi-
zadas al aire libre –en las cuales participaba todo el barrio– para evitar así que la muestra estuviese únicamente
constituida por personas participativas que formasen parte de la asociación de vecinos y que se conociesen entre
sí, puesto que aumentaba la probabilidad de conseguir resultados muy similares, independientemente de otras
variables tenidas en cuenta.

3. Resultados

Entrevistas
Con el simple planteamiento de las entrevistas se reveló el primer hecho: prácticamente ninguna de las personas
entrevistadas conocía a qué se referían las siglas LGBT. Únicamente fueron identificadas por una de las personas
menores de 20 y dos de las personas mayores de 30 años. De hecho, algunas de las personas (las más mayores) se
mostraron sorprendidas de que en una entrevista sobre estereotipos de género les preguntasen sobre personas homo-
sexuales: “Pero eso, ¿qué tiene que ver? (…) Quiero decir, ¿ellos son hombres y mujeres igual, no? Aunque bueno,
es verdad que los gays a veces parecen más mujeres que hombres...”

Con declaraciones de este jaez se comprueba que siguen estando presentes buena parte de los estereotipos y pre-
juicios existentes sobre los homosexuales.

En cuanto a los bisexuales, sin embargo, la tendencia general es percibirlos como personas que “pasan por una
fase”; por ello suelen ser identificados “como adolescentes que se buscan a sí mismos”. Esta idea, compartida por una
gran parte de las personas más mayores de la muestra, contrasta con la opinión de los más jóvenes, quienes creen que
“la mayoría son gays que no han salido del armario” o que “es gente a la que le da igual con quien mientras puedan
liarse con alguien”. Como vemos, surge también el estereotipo de creer que las personas no heterosexuales son espe-
cialmente promiscuas.

Únicamente dos personas (un hombre del intervalo de edad 21-30 y una mujer de entre 31 y 40 años) se mostraron
libres de prejuicios y estereotipos hacia homosexuales y bisexuales. Hay que resaltar aquí que ambos dijeron conocer

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al menos a dos personas pertenecientes a este colectivo.

Sin duda, de las siglas LGBT, el término que más llamó la atención y que más dudas suscitó fue el de trans. Todos
tenían más o menos claro qué significa que una persona sea transexual, entre otras cosas debido a diversos perso-
najes públicos que han confesado serlo. No obstante, esta condición se percibía como muy poco común y como un
problema sexual, creyendo que la mayor meta de todo transexual es poder operarse para tener los genitales que le
corresponden. A raíz de afirmaciones de este tipo se pasó a preguntar si sabrían indicar cuál es la diferencia entre sexo
y género; solo dos jóvenes fueron capaces de decir a qué se refiere cada una de estas categorías, el resto o creía que
eran lo mismo o no se aclaraban al explicarlo.

Otro error común es confundir a las personas transexuales con las que practican el travestismo. Del mismo modo,
hay un gran prejuicio contra los drag-queen, a quienes sí se les identifica con el mundo de la noche y el espectáculo,
pero de un modo negativo y, sobre todo, se les relaciona con el mundo de la prostitución y la drogadicción. Sin embar-
go, prácticamente nadie dijo nada sobre los hombres transexuales y los drag-king, lo que muestra su poca visibilidad
en nuestra sociedad y el estereotipo presente de la mujer transexual.

Cuestionarios
A continuación se presentan los resultados más relevantes de los cuestionarios.

Como vemos con el ítem 1 –Creo que las características “sexo” y “género” de una persona son lo mismo–, el
porcentaje de personas que desconocían el significado de estos términos es muy alto: un 25 % de la muestra no en-
tendía o no sabía a qué se refería la pregunta y cerca de un 33% creía que, efectivamente, ambos conceptos significan
lo mismo, frente a un 28% que eran conscientes de que se refieren a conceptos diferentes.

Sin embargo, vemos que con la formulación del siguiente ítem, el ítem 2, –Elgénero de una persona debería
coincidir siempre con su sexo biológico– el 50% de las personas tenía claro que ambas características pueden diferir
en una misma persona, si bien ninguno de los que se mostraron de acuerdo con el ítem anterior y en desacuerdo con
éste rectificó su respuesta al ítem 1.

En cuanto al ítem 3 –Tengo, al menos, un amigo homosexual–, 24 de los 28 sujetos que realizaron cuestionarios
válidos dijeron que así era. Este ítem puede ser determinante a la hora de que se desarrollen actitudes no estereotipa-
das hacia el colectivo homosexual (como ya vimos que sucedía en los sujetos entrevistados). Este ítem está además
relacionado con el ítem 4 –Me pondría nervioso tener un amigo homosexual de mi mismo sexo–, puesto que las per-
sonas que dijeron no tener amigos homosexuales confesaron que esta situación no sería de su agrado.

Ítem 5: En las parejas homosexuales, lo normal es que una de las personas adopte el rol femenino y otra el mas-
culino.

Como vemos en el gráfico 5, éste es otro de los ítems acerca del cual los sujetos evidenciaron tener menos infor-
mación: casi un 40% confesó no saber qué contestar o estar de acuerdo con esta afirmación.

874
40
35
30
25
20
15
10
5
0
No entiende De acuerdo Ni de acuerdo En desacuerdo Muy en
la pregunta ni en desacuerdo desacuerdo

\s
Gráfico 5
Porcentajes de respuesta al ítem 5 del cuestionario

Los ítems que siguen presentan una mayoría considerable de personas con actitudes no estereotipadas, aunque el
ítem 8 –Las personas que dicen ser bisexuales normalmente acaban siendo homosexuales– y el ítem 9 –Las drag-
queen suelen ser homosexuales–, son los dos ítems que consiguieron mayor número de actitudes intermedias hacia
ellos, un 28% y un 32% respectivamente, lo cual puede mostrar inseguridad o indiferencia a la hora de contestar.

De nuevo, con el ítem 10 –Todas las personas, sean cuales fueren sus características físicas y psicológicas, pue-
den clasificarse en hombres o mujeres–, vemos la gran confusión que se crea al intentar romper el esquema binario
que tenemos tan interiorizado: casi un 58% de los sujetos confesaron estar “muy de acuerdo” con esta afirmación.
Estos datos se detectan especialmente en las personas pertenecientes a los intervalos de edad extremos. También ve-
mos esto reflejado en las respuestas al ítem 12 –Todas las personas transexuales deberían someterse a tratamiento
para cambiar su sexo biológico– en el cual los sujetos confesaron no entender porqué una persona transexual no iba
a querer operarse

Dos ítems cuyas respuestas llaman la atención son los referentes a los lugares de ocio de las personas pertenecien-
tes a la comunidad LGBT, pues casi todos los sujetos que afirmaron estar de acuerdo con que estas personas tuvieran
sus propios lugares de ocio (ítem 15) también confesaron que nunca entrarían en uno de ellos (ítem 18), lo cual hace
pensar en invisibilización y segregación, aunque sea ésta una conclusión precipitada.

Por su parte, el ítem 16 –Las personas homosexuales tienen más posibilidades de contraer enfermedades como
el SIDA– evidencia un prejuicio sobre las personas homosexuales que ya parecía ser mucho más residual. Aunque
los resultados no son del todo negativos, se esperaba que muchas más personas dijesen estar muy en desacuerdo con
esta afirmación (un 39% lo manifiesta, frente a un 4% que refirió estar de acuerdo). Lo mismo ocurre con el ítem 19
–Aunque respeto todas las orientaciones sexuales, lo normal es ser heterosexual–, en el que el 50% de los sujetos se
han mostrado en desacuerdo, frente a un 30% que se ha mostrado de acuerdo y un 4 % muy de acuerdo. De hecho,
para este ítem las conductas estereotipadas han alcanzado un mayor porcentaje que en otros ítems relacionados con
la homosexualidad, al igual que en el ítem 26 –Aunque pueda parecer duro, es una realidad que los niños adoptados
por homosexuales pueden verse perjudicados por tener ambos padres el mismo sexo–. Con el análisis de ambos, se
advierte que en las afirmaciones que tienen partículas que hacen menos negativo el hecho de que el sujeto tenga una
actitud estereotipada (“aunque respeto todas las orientaciones sexuales”, “aunque pueda parecer duro”, etc.) hay un
mayor número de personas que confiesan tener estas actitudes.

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4. Discusión
Con este estudio hemos podido confirmar una de las principales hipótesis: tanto en las entrevistas como en las res-
puestas emitidas a los cuestionarios se ha confirmado el hecho de que la población tiene muy poca información sobre
diversidad de género y orientación sexual. Esto hace que las personas muestren y perpetúen prejuicios y estereotipos,
puesto que desconocen cuál es la realidad.

Ha quedado también patente por el hecho de que las personas que tienen amigos homosexuales muestran un me-
nor número de actitudes estereotipadas. Por otro lado, y contrariamente a lo esperado, se ha comprobado que muchos
estereotipos sobre la comunidad homosexual siguen aún vigentes en la actualidad, a pesar de que este colectivo vive
una situación bastante más normalizada que las personas trans.

Se confirma la segunda hipótesis: los estereotipos son más fuertes al referirnos a las personas transexuales y
transgénero, nuevamente debido a la falta de información sobre ellas. Además de conductas estereotipadas, en lo
referente a las personas transgénero hay una gran incomprensión de la situación. Esta incomprensión hace que aún
con la información precisa sea muy difícil derrumbar los estereotipos sobre este colectivo.

Por último, en cuanto a la relación entre las variables, si bien es cierto que se puede apreciar una tendencia, por
ejemplo, a tener menos actitudes estereotipadas en personas con estudios superiores en el campo social y de atención
a las personas, también es cierto que estas personas cumplen otras características (como tener amigos homosexuales)
por las que pudieran incurrir menos en los estereotipos.

Por otra parte, existenlimitaciones en cuanto al tamaño y composición de la muestra, que no son los plenamente
idoneos para poder establecer una relación determinante entre las variables. Debido a todo ello, esta hipótesis no ha
podido ser demostrada.

5. Conclusiones
Para derribar estos estereotipos y conseguir normalizar la situación de la comunidad LGBT en nuestra sociedad y,
sobre todo, de los jóvenes que pertenecen o creen pertenecer a ella, se hace necesario diseñar una intervención que se
desarrolle desde diferentes ámbitos de la vida de las personas:

- En la familia: es preciso que se implanten nuevas políticas que tengan en cuenta las necesidades de las familias
con hijos o con padres LGBT. Por otro lado, es necesaria la figura del mediador, puesto que muchas veces, aunque
las familias lo intenten, se les hace difícil entender la situación por la que están pasando sus hijos. De igual forma,
es importante la figura del orientador, quien pueda ayudar tanto al hijo LGBT como a su familia a identificar sus
necesidades y a redirigirles al recurso pertinente que les ayude a cubrirlas. Podría ser interesante acercar al resto de la
sociedad la realidad de estas familias y de aquéllas en las que las personas pertenecientes a la comunidad LGBT son
los padres. Un buen recurso sería pedir la participación de éstos en charlas de formación sobre el colectivo dirigidas
a padres o invitarles a formar parte de sesiones en Escuelas de Padres.

- De cara a la sociedad: es importante intentar conseguir la normalización del colectivo en el mayor grado posible.
Para ello, una posible idea podría ser el organizar actividades mixtas que propiciasen el encuentro entre personas he-
teronormativas y personas que no lo sean. Como hemos visto, el conocer e interaccionar con personas de un colectivo
hace que los estereotipos hacia el mismo decrezcan notablemente.

Otro elemento a tener en cuenta es la forma de presentar y tratar a personas LGBT en los medios de comunicación.
Desde la educación social se podría propiciar el lanzamiento de campañas que mostrasen la realidad de las personas

876
LGBT. Del mismo modo, se podría tratar de informar a la población sobre terminología concreta y sobre el uso del
género en el lenguaje dependiendo de la persona con la que hable.

- En el colegio: cada vez más materias cargadas de valores son relegadas a ser asignaturas transversales y en
muchos casos, como el de la educación sexual, a desaparecer del currículo educativo. El educador debería diseñar
espacios (formales y no formales) en los que formar al alumnado y poner freno a la discriminación.

De nuevo, la figura de mediador podría ser muy útil en la gestión pacífica de conflictos. Además, una de las si-
tuaciones que hay que atajar urgentemente es el acoso sufrido por las personas LGBT en las instituciones escolares
a manos de sus compañeros.

Por último, habría que formar y, sobre todo, motivar al profesorado para que sepan y puedan utilizar actividades
y metodologías inclusivas en sus clases y para que sean capaces de actuar con eficacia y eficiencia en caso de que
tengan algún caso de (hetero)sexismo o discriminación en el aula.

Referencias
Coll-Planas, G. (2011). Contra la homofobia. Políticas locales de igualdad por razón de orientación sexual y de
identidad de género. Libro blanco europeo. Barcelona: Ayuntamiento de Barcelona, Dirección de Derechos
Civiles.

Foucault, M. (1998) Historia de la sexualidad. La voluntad del saber. París: Gallimard.

Mayobre, P. (2006). Marco conceptual en la socialización de género. Una mirada desde la filosofía. Recuperado de:
http://www.ciudaddemujeres.com/articulos/spip.php?page=imprimir_articulo&id_article=12

Pavelic, M. R. (2012). La experiencia escolar en las narrativas de identidad LGTB: Un estudio fenomenológico
retrospectivo. (Tesis Doctoral) Universidad Autónoma de Madrid. Madrid.

Portalatín, B. G. (2013, 29 de marzo). En cuestión de educación sexual, “las aulas sin barrer”. El Mundo. Recuperado
en: http://www.elmundo.es/elmundosalud/2013/03/27/noticias/1364379693.html

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