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Escuela Nueva Vida

ESCUELA DEL AMOR Y DE LA VIDA

Viernes 1º de Febrero del 2013.


Cátedra entregada por nuestro Divino Maestro a través de nuestro hermano Ismael

¿Qué es la luz en la mente de cada uno de vosotros? Es la luz y el amor el que ilumina el
sendero de vuestra vida a lo largo de tantas encarnaciones. La misma luz y el mismo amor del
cual habéis surgido, es la misma que os ha acompañado siempre y os acompañará por siempre.
Sois hijos de mi Padre, sois hijos de la luz y del amor, estáis en el mundo para aprender a amar,
estáis en el mundo para dar lo mejor de cada uno de vosotros.
Bienvenido sois mi pueblo muy amado, bienvenido sois.
Cuán bella puede ser vuestra vida cuando aprendáis a comprenderla y a vivirla honesta y
sinceramente de acuerdo a la voluntad de vuestra alma. Cuán difícil es andar por el sendero de la
vida material cuando vosotros estáis atrapados en las redes de la mente material. Cuánto tenéis
que aprender para distinguir la una de la otra. Porque el mundo se encarga de confundiros, pero
el mundo no es vuestro enemigo, el mundo es lo que es para que las almas hijas de Dios
encuentren el camino de la verdad espiritual. Sois vosotros los que tenéis que descubrir ese
sendero, a lo largo de tantas encarnaciones venís aprendiendo a comprender la razón de vuestra
existencia. Estáis acostumbrados a repetir los mismos vicios en función de lo que vosotros
caprichosamente buscáis del mundo, poder, riqueza, belleza, salud misma, todo aquello que sea
un beneficio para la materia, mas no necesariamente para el alma.
Cómo comprender la verdadera naturaleza de vuestro ser, si estáis aceptando que la verdadera
naturaleza del ser es lo que representa su cuerpo, sus posesiones, su personalidad mundana? ¿A
qué verdad debéis de atender, a la del alma o a la del cuerpo? De cierto y en verdad os digo que
cuando vosotros atendéis las cosas del mundo, pertenecéis al mundo, estáis atrapados en el
mundo y en realidad os digo que no estáis viviendo, sino que estáis muriendo en el mundo,
porque en el momento que ponéis una célula en este plano material en ese instante esa célula
empieza a morir. Porque vosotros no sois una materia, vosotros sois una esencia divina, sois luz y
sois amor. Para la mente mundana decir luz y amor es decir nada, para el espíritu es decirlo todo.

¿A cuál pertenecéis vosotros? O mejor dicho, vuestra conciencia ¿a cuál pertenece? A la


realidad material en la cual vosotros decís, tenéis que sobrevivir, y tenéis que hacer las cosas
necesarias para salir adelante, sin saber realmente a qué adelante os estáis refiriendo, o a las
cosas del espíritu y del alma que hablan más de las relaciones humanas, de los anhelos de
compartir vuestra vida, compartir la alegría y la tristeza y de celebrar cada día por estar rodeados
de los seres que os rodean, de enfrentar las pruebas y salir delante de ellas ¿A cuál realidad, en
realidad pertenecéis? Podéis decir que a ambas, pero de cierto y en verdad os digo que no es
cierto, porque no se puede servir a una y a otra a la vez. Tenéis que comprender la naturaleza de
vuestro actuar en el mundo para poder definir cuál es la verdadera.
Si estáis en el mundo y queréis atender las cosas del mundo, entonces justo es vuestro
sufrimiento y preocupaciones, porque al final de cuentas son producto de lo que vosotros habéis
realizado en otros ayeres, con otros cuerpos, el dolor causado en el ayer es el dolor que ahora os
acompaña. Lo que habéis dado positivamente, lo que habéis entregado en viandas, vestido,
sustento, a otros con amor y benevolencia es lo ahora tenéis en el presente, producto de esa
acción de bondad.

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No hay nada nuevo para vosotros, todo lo que estéis dando es todo lo que estaréis recibiendo,
la gran diferencia radica en, cuál es vuestra consciencia. Lo que vosotros deis, es lo que recibiréis,
pero el ser que conscientemente actúa y sabe lo da y sabe lo recibe, entonces modifica en verdad
su vida, no volverá a ser igual, porque sabe lo que tiene que hacer y sabe lo que está haciendo, y
no son cosas del mundo, son los asuntos del corazón. Si no observad la vida de tantos hombres y
tantas mujeres entregadas con devoción al servicio de mi Padre, entregando su vida para ayudar
a los demás, para compartir su vida con los demás, no les importaron las cosas materiales y
aunque las tuviesen, eran secundarias, porque ellos sentían el dolor de su prójimo y se
esmeraban porque todos aquellos que les rodeaban pudieran encontrar por lo menos un poco de
esperanza en el sentido de su vida, un poco de salud, un pan que comer; pero sobre todo la
presencia de un ser que las acompañara en las horas del dolor, de la tristeza, de la angustia y de
la soledad mundana. Y allí han estado ellos, sin importar religión alguna, la gran mayoría sin ser
siquiera reconocidos por ninguna iglesia, porque la verdad del alma es no buscar reconocimiento
en la tierra, la verdad del alma es compartir su amor verdadero con todos los que le rodean.

Por lo tanto cuando vosotros os esmeráis por atender los asuntos del mundo estáis
aprendiendo a actuar de acuerdo a vuestra conciencia material, y la conciencia material es
mucho más egoísta que benigna, porque está luchando por sobresalir, está luchando por llamar
la atención, por competir , por ser el mejor, por tener lo mejor de todo, y si no, por lo menos por
llevar el sustento a la familia y tener que enfrentarse a un mundo que compite contra ellos, lo
que obliga a establecer relaciones enfermizas donde la dependencia de cosas materiales obliga a
los seres humanos a jugar el juego de las máscaras y de los engaños, donde no se puede ser uno
mismo, si no que se tiene que engañar a los demás con las apariencias que establece el mundo,
jugando los roles que el mundo os entrega, jefe, empleado, hombre, mujer, esposa, esposo,
hijos, niños, estudiantes, profesionistas. Cada rol tiene que ser representado y sino, se actúa en
rebeldía, incluso en la misma rebeldía se usan máscaras, y diciendo so pretexto de libertad y
justicia, se actúa encadenado al egoísmo porque lo que se quiere es que se le deje a uno en paz
para que pueda sentirse bien consigo mismo, haciendo lo que caprichosamente considera es lo
mejor para sí.
Y si no observad a cuantos jóvenes, jóvenes adultos y jóvenes infantiles, atrapados en vicios
consumiendo sustancias que enferman la mente y el cuerpo, y van destrozando su percepción
del yo verdadero. Y esa es la realidad que tenéis que contemplar y vivir día a día en éste mundo
material, para ser mejores para un futuro, para asegurar la ancianidad cuando se tengan
monedas y no se tenga trabajo, para tener algo conque sobrevivir en el mañana, ¿Qué acaso la
naturaleza no os ha mostrado cuan cruel puede ser al despojaros de todo y solo dejaros con el
cuerpo que portáis? Tantas páginas recorridas a lo largo de la historia de la humanidad, a lo largo
de los continentes presentes que sucumben ante el capricho de la naturaleza que mueve la tierra
y que mueve las aguas.

Cuánto dolor, cuantos desprendimientos y cuantas pérdidas materiales y, al final, ¿qué hay
detrás de todo ello? Un rostro, el rostro humano, el rostro de almas encarnadas abatidas en un
dolor en gran medida por la pérdida de seres amados, y en otros la perdida de aquellos que
consideraban su riqueza, su tesoro. Pero al final del tiempo, cuando avanzan los días empiezan a
darse cuenta que el más valioso tesoro que llevan, es su propia vida ¿Y por qué es tan importante
esa vida? Sobrevivieron a un cataclismo, sobrevivieron al dolor y siguen anhelantes de encontrar
algo mejor.
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Pero aquel que ha sufrido una prueba de dolor dramático siempre aprende a abrir su corazón a
los demás. Y eso es lo que la humanidad aprende por generaciones y por tiempos. Busca las
guerras y busca los desastres para darse cuenta que su realidad no es material, que su realidad es
algo mucho más sublime, sutil y superior.es la realidad del alma, del alma viajera del tiempo y del
espacio, porque el alma se mueve en el universo y el universo no es tan solo uno, hay un número
infinito de universos. Hay un número infinito de galaxias, de sistemas de planetas donde miles de
millones, número incalculable e infinito de almas, encarnan para aprender a amar. En este
bendito planeta, escuela intermedia de causa y efecto, las almas aprenden a amarse las unas a
las otras, por ello podéis contemplar cuantas páginas desgarradoras a lo largo de la historia de la
humanidad, con tanta guerra y tanta destrucción. No por mandato de mi Padre sino por voluntad
propia dela humanidad misma que se obliga a entrar a esos conflictos para despertar a la
conciencia del alma.
Y es por ello que a pesar de grandes tragedias se dan grandes obras de amor. Aquellos que
parecían dormidos e insignificantes se convierten entonces en los seres valerosos que dan si vida
para salvar la vida de otros, se olvidan de sí mismos y se esmeran para auxiliar a los más dolidos,
a los caídos a los enfermos. Es allí donde surge la verdadera naturaleza del alma, la que se
esmera por amar, por comprender, por bendecir, por unir, por perdonar.
¿A cuál realidad pertenecéis vosotros, a la conciencia álmica o a la conciencia material? Por
qué al final vosotros sois y una sola realidad, el alma que sois surgió de mi Padre y mi Padre os ha
creado con luz y con amor. Sois espíritu por encima de alma, y sois alma por encima de cuerpo,
querer aferraros al concepto de que sois una realidad mundana y que tenéis que enfrentar al
mundo porque esa es la verdad para sobrevivir, está bien para aquellos que no buscan el amor
como una verdadera realización de su ser, está bien para aquellos que son títeres del mundo y
juegan los juegos del mundo, pero no para vosotros, no para los buscadores del amor y la verdad
universal de Dios, no para vosotros que estáis preocupados por lo que sucede en la humanidad,
no para vosotros que estáis buscando comprender el porqué de los porqués de todo cuanto
afecta y sucede en el planeta y el universo entero. No para vosotros que estáis luchando por
perdonar, que estáis luchando por no actuar equivocadamente afectando la vida de vuestros
hermanos, por no actuar egoístamente, pensando tan solo en vuestra felicidad y olvidándoos de
lo que los demás padecen o sufren, sino para vosotros que habéis despertado a la consciencia de
que tenéis que respetar la vida de vuestro prójimo por encima de vuestro capricho, por encima
de vuestra propia felicidad y satisfacción, porque el que ama en verdad anhela la felicidad de
aquellos que dice que ama.

El que ama en verdad se entrega a los demás y respeta la vida de los demás y sus decisiones,
porque comprende que su vida es éste planeta es pasajera y que lo que haga para bien o para
mal, será recibido en una encarnación futura, y por ello ha de esmerarse en actuar
correctamente. Y en la medida que vosotros actuáis con el amor verdadero, entonces vuestros
actos, palabras, pensamientos, manifestarán la verdadera realidad del yo soy hijo de Dios,
porque vais a cultivar el amor en los demás, vais a respetar hogares, vais a respetar familias, vais
a respetar comunidades, no vais a imponer vuestro pensamiento, no vais a imponer vuestra
voluntad porque no sois del mudo, sois de Dios, lo que hay en el mundo es para que la
humanidad aprenda a amarse los unos a los otros. Y vosotros estáis aquí para cumplir con esa
misión de amor del, amaros los unos a los otros.

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Estar en este plano es la oportunidad maravillosa de daros cuenta que no sois únicos en la
creación, de que formáis parte de una creación maravillosa, que podéis experimentaros a
vosotros mismos y no perderos, porque sabéis que prójimo igual que vosotros sois entidades
maravillosas capaz de hacer grandes obras, grandes milagros, porque vuestro amor es grande, y
el alma que descubre la grandeza de ese amor es capaz de realizar obras portentosas en tiempo y
espacio, dentro de esta dimensión material. y eso depende de vuestra voluntad y del nivel de
consciencia que tengáis de vosotros mismos como almas. Bella es la vida cuando se sabe vivir
conscientemente con la verdad del ser, de vuestro ser.

¿Qué estáis buscado en el mundo? Si os detenéis por un instante a analizar vuestra vida os
daréis cuenta de que lo que estáis buscando desde la infancia más que coleccionar objetos, es
compartir vuestro amor, es sentir el cálido abrazo de los seres que os aman, es saberos
escuchados y el escuchar, es saber que sois bendecidos pero que sois capaces de bendecir , que
sois capaces de acompañar a aquellos que están sufriendo, y que os estáis convirtiendo en un
bálsamo de curación, en un paño de lágrimas para que ellos acallen su dolor y descubran que hay
esperanza y que el Padre no se olvida de ellos porque os puso a vosotros allí para consolarles y
descubrir que al igual que ellos, vosotros en las tribulaciones de vuestra vida, ante el dolor
aparecen seres de amor, familiares, amigos, seres que se olvidan de sí mismos y os acompañan,
secan vuestras lágrimas, ponen el hombro para que podáis llorar, os consuelan en vuestra
tristeza en vuestra depresión, y os escuchan y guardan silencio ante vuestras quejas, ante vuestra
ira. Y entonces vosotros os dais cuenta de que mi Padre os ama, y de que no estáis solos. Y es así
como vais aprendiendo a dar y a recibir. Porque el amor no se pierde, vosotros sois amor y por el
hecho de compartir vuestro amor con los demás, aunque os den la espalda vuestro amor no
perderá, porque es el vínculo que se rompe, no es el amor que pierde. Sois vosotros amor
verdadero, amor único y universal que se manifiesta de acuerdo a vuestra voluntad.
No os aferréis a pensar de que nadie os ama, porque ese no es el sentido de la vida, tenéis que
aprender a decir “A cuantos me falta hoy amar” Porque entonces os vais a esmerar por amar a
otros más. Aquellos que no os quieran abrir su corazón ni su mente, hacedlos presentes a mi
Padre, pero no forcéis lo no os corresponde forzar. Porque el amor es libre cuando se da, cuando
se impone no es amor, es el egoísmo y el capricho de aquel que piensa que su amor depende de
otro porque no conoce la naturaleza del propio.
El que ama en verdad deja ser a los demás tal cual son y no se esmera por quererlos cambiar a
capricho y voluntad de su propia perspectiva. Porque comprende que la percepción que tiene de
la vida no es la misma, porque cada alma tiene su propia historia, su propio recorrido espiritual, a
lo largo de tantas encarnaciones. Lo que cada uno tiene es lo que justo le corresponde, porque
como alma es lo que necesita, ni más ni menos. El mundo es lo que os hace sentir que debéis de
buscar mucho más, ¿pero para qué?, ¿atesorar riqueza que significa? Al final de cuentas, cuando
ese cuerpo deje de existir tan solo quedará un alma atribulada pensando a quién dejar las cosas
que por tanto tiempo acumuló. Y su pena será llegar a cumplir con el objetivo de dejar aquellas
posesiones a quién más les sea útil en realidad en ese momento material.

¿De qué le sirve al alma aferrarse a las cosas del mundo si al final el cuerpo tiene un tiempo? No
podéis ser temerarios teniendo la expectativa de a lo mejor lo que se acumule se tendrá para el
mañana, de cierto y en verdad os digo que ese es un sueño vano, que no podrá ser. Y aunque
tratéis de manipular las leyes del karma de causa y efecto, al final de cuentas de qué os sirve si
encarnación tras encarnación, no podéis recordar lo que habéis hechos antes.
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Tenéis que empezar a comprender que las pruebas de la tierra son las mismas para todos, el
tener un cuerpo de mujer o el tener un cuerpo de hombre es una prueba para el alma. El tener
riqueza, el tener pobreza es una prueba para el alma, porque el alma ni es lo uno ni es lo otro.
El alma es una esencia distinta a lo material, no tiene ni se conforma con las reglas del mundo,
el mundo es para que las almas aprendan a amar y nada más.
¿Qué tanto queréis acumular del mundo sabiendo que sois almas en lugar de cuerpos? La
riqueza del alma se fundamenta en el amor que se comparte, el amor que se da y el amor que se
recibe, ¿qué tanto conocéis del amor, os pregunto? ¿Pensáis que es un sentimiento? De cierto y
en verdad os digo que el que diga que es tan solo un sentimiento conoce la mínima parte del
amor, porque el amor de manifiesta de tantas maneras que rebasan el sentimiento mismo.
Cuando se perdona el sentimiento de amor presente que debería de existir de padre a madre,
de compañero a compañera, desaparece y surge otro muy distinto, una fuerza abrazadora que
une a dos que en conflicto han vivido, y finamente con una sonrisa se vuelven a contemplar, el
corazón se abre, se acelera y palpita a la integración de dos almas que se reconocen dignamente
como hijas de Dios, que finalmente han roto todas las barricadas que construyeron en el ayer
con odio, con rencores y venganzas.
¿Qué tanto conocéis del amor? Cuando hombre y mujer unidos en matrimonio, ya pasaron el
enamoramiento y tienen que compartir sus defectos, tienen que compartir sus vicios, sus
diferencias, y el amor les dice “Porque le amas acéptale, compréndele, apóyale, y aprende de él
o de ella” y juntos encontrarán que la razón de estar unidos es darle un sentido más profundo a
su vida. Y ya no es un sentimiento, es un compromiso de vida, es un compromiso de amor, es un
principio de respetarse el uno al otro, aceptarse el uno al otro, tal como se prometen en todas las
religiones, amarse el uno al otro, en la enfermedad y en la pobreza, así como en la salud y en la
riqueza, amarse hasta que los cuerpos dejen su vida. Y ese es un compromiso de amor que
rebaza por completo el sentimiento del enamoramiento.

Qué sabéis del amor de aquellos que comprendiendo la naturaleza del sufrimiento de aquellos
que están inválidos en sanatorios, en prisiones, se sienten solos y abandonados, y vosotros
acudís a ellos, no una vez; os comprometéis con ellos como voluntarios del amor, sois amigos y
compañeros que vais constantemente a verles, a escucharles, a bendecirles, a animarles. No vais
una vez, vais dos, tres veces al mes o más, porque vuestro compromiso con ellos es honesto y
sincero, porque sentís su tristeza, su dolor, su abandono y llegáis a compartir con ellos una
sonrisa de esperanza, un abrazo de amor; y ellos saben entonces que no están solos, están allí en
compañía de los ángeles de Dios que sois vosotros, voluntarios del amor.
Hacer buenas acciones es la manifestación de vuestro amor verdadero, pero las buenas
acciones constantes, que perduran, no tan solo aquella que surge de un instante de
desprendimiento y no volvéis a repetirla. Si os comprometéis para ayudar a los demás, hacedlo
constantemente, porque es vuestra misión. Si vais a acudir a los sanatorios, hacedlo con amor
verdadero, Id frecuentemente, escuchad, bendecid, comprended; sed frecuentes en vuestra
entrega y no tan solo cuando tengáis la ocurrencia de hacerlo. El que se compromete con el
amor lo hace fervientemente, constantemente y no le pone impedimentos a ello.
Por ello cuando vosotros tomáis un compromiso de amor, tenéis que tomarlo y ser conscientes
de él de principio a fin; una vez que tomáis la responsabilidad, la atendéis con amor y con alegría
hasta que dejéis esa materia.

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Un compromiso de amor es un compromiso de vosotros mismos para con mi Padre y para
conmigo; es fácil claudicar, es fácil decir “no me aman, no me comprenden, no me necesitan”,
eso demuestra qué tan pobremente os conocéis y os amáis a vosotros mismos. El que realmente
siente el amor dentro de sí, se esmera por llevar lo mejor de sí a todos los que le rodean, sin
juzgar, sin condenar; siempre contemplando la oportunidad maravillosa de ser útil y de estar
abierto a recibir el amor del otro, porque no se siente que sea el único dador de amor, sabe que
el amor se comparte, se da y se recibe y se crea un vínculo donde fluye la vibración del uno hacia
el otro y se tiene que aceptar con humildad y sencillez.
¿Cuál es vuestro compromiso de amor? Habéis creado una familia, vuestro compromiso de
amor es con vuestros hijos, el compromiso de los hijos es para con los padres. Lo que los padres
dan a los hijos debe ser el amor que les permita crecer, la sabiduría de la experiencia que no se
impone, sino que se comparte sabiendo hablar, sabiendo escucharse mutuamente, porque cada
uno tiene las experiencias del ayer. No olvidéis que muchas veces lo hijos de hoy fueron los
ancestros del ayer, no olvidéis que estáis corrigiendo los errores dentro de la línea de sangre que
corresponde a vuestra familia; y que os estáis enseñando mutuamente a enmendar los errores
egoístas del ayer.
Por eso lo padres deben de amar a sus hijos y los hijos deben de aprender a respetar a sus
padres, porque al final de cuentas, posiblemente sus padres se conviertan en sus bisnietos. Y lo
que vosotros enseñéis a vuestros hijos será transmitido de generación en generación,
corrigiendo los errores del actuar equivocado, del egoísmo propio de los que se piensan como el
centro del hogar; y encuentran que la realidad del amor es que todos son el centro del hogar; y
entonces se comparte el amor de los unos a los otros porque todos son igual de importantes,
porque cada uno está creciendo y tiene que encontrar su misión espiritual en la tierra. Padres e
hijos se unen en un vínculo de amor verdadero donde no se condenan, no se censuran; tendrán
disgustos, pero sabrán juntos superarlos a través del dialogo, a través de escucharse y de
comprenderse y muchas veces compartiendo sus silencios.

¿Qué sabéis del compromiso del amor?, ¿estáis cumpliendo con vuestros compromisos de
amor? Todo aquello en lo cual vosotros habéis implorado al Padre para que se logre, se
convierte en un compromiso de amor. En donde quiera que vosotros estéis debéis de brillar,
porque tenéis un compromiso de amor para con aquellos que os rodean. En la fuente de trabajo
donde os encontráis, aquellos que están colaborando con vosotros en el objetivo de una
empresa, son compañeros del amor; os han aceptado y vosotros tendréis que aprender a
aceptarlos y vosotros tendréis que aprender a compartir, porque lo que vosotros estáis creando
es un bien para la humanidad, cuando realmente es un bien para ellos. Y entonces, la empresa
que vosotros estáis realizando, en realidad no son los objetos que se dan al mundo, son
compromisos de amor que se dan para que la humanidad encuentre su verdadera realización
espiritual.
Podéis contemplar un sin número de objetos que son necesarios para vuestra vida, más sin
embargo, detrás de cada uno de ellos existe un gran número de familias que depende de ellos
para subsistir; familias que esperan crecer en el amor. Y entonces vosotros empezaréis a valorar
la importancia de vuestro trabajo, la importancia de recibir y valorar el esfuerzo de los otros; y
encontraréis que sois una humanidad familia, una humanidad que se tiene que apoyar
mutuamente y que tenéis que crecer mutuamente, no en la búsqueda de la riqueza, sino en la
búsqueda de la hermandad.

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Porque un día despertaréis a la realidad de una humanidad que se sabe una y que tiene un
hogar en el planeta tierra, un hogar en el cual todos los hijos de Dios deben de vivirlo y
compartirlo por igual, sin marcar diferencias ni por género, ni por posición. Porque el planeta
hogar es igual para todos y todos comerán de él, todos encontrarán la sabiduría en él; no habrá
naciones, no habrá religiones; habrá una humanidad unida en el canto del amor a Dios, una
humanidad unida sabiendo que éste planeta bendito es el hogar de esa humanidad y que todos
por igual tienen la responsabilidad de cuidarle y de bendecirle sin esperar a que nadie más lo
haga por ellos, porque todos aprenderán a atenderlo con esmero, sabiendo que es su obligación,
porque es un compromiso de amor.

Cuán bella es vuestra vida, cuando aceptáis ese compromiso con bondad, cuando aceptáis ese
compromiso con humildad, con sencillez y celebráis el tenerlo en vuestras manos, en vuestra
mente y en vuestro corazón. Porque no hay compromiso más hermosos que aquél que se realiza
con amor. Aquellos hogares que han crecido con amor celebran estar juntos, cuando cada
miembro parte, serán recibidos por los que se adelantaron primero; y ese hogar bendito volverá
a estar unido sin cuerpo, pero como almas en un lazo de amor insuperable, brillando de una
manera tan bella y tan excelsa como ninguno de vosotros os podríais imaginar.

Cuán bello es el amor de los hijos de Dios, de los voluntarios del amor, de los comprometidos
con el amor. Cualquier compromiso que vosotros hayáis realizado en ésta vida, por muy
pequeño que sea, si lo hacéis con amor, bendito es; porque estaréis poniendo lo mejor de
vosotros en él.
No permitáis que el mundo os confunda y os diga que vuestro compromiso es sobrevivir y tenéis
que trabajar para conseguir las monedas y las riquezas del mundo, porque ese no es el verdadero
compromiso. El compromiso que se oculta detrás de ello es vuestra vida, os vais a esmerar para
dar vuestra vida para la alegría y el bienestar de los demás. Y os daréis cuenta que no importa lo
que se tenga que hacer en el mundo, cuando se hace con amor y con verdad es bueno, es
benigno, es magnánimo para todos aquellos que lo reciben.
Más no así las empresas que se esmeran por quitar la alegría y el amor de los demás, aquellos
que actúan con egoísmo para lastimar el corazón y la vida de otros. Porque esos son los actos
egoístas de los hombres que tan solo piensan en sí mismos y no piensan en los demás, están
desesperados por encontrar el amor y lo están buscando afuera pensando que las riquezas y los
bienes materiales se lo habrán de dar. Cuando la realidad es que cada día que abren los ojos a la
vida, a pesar de riquezas y posesiones se sienten vacíos, se sienten solos, temerosos de ser
traicionados, temerosos de perder lo acumulado; y frente a ellos está un gran abismo oscuro y
frío esperando que ellos entren a ese precipicio. Amarga es la caída y es inevitable, porque el
amor está dentro de uno y el alma siempre buscará el amor dentro de sí misma y llevará a la
materia a encontrar ese amor a fuerzas.
No importa cuánto acumuléis, al final de cuentas cuando el alma se desprenda de la materia
enfrentará la oscuridad y el vacío que ha creado y n tendrá a nadie que le acompañe; esa
oscuridad y esa densidad le acompañará hasta que esté lista para recibir la caricia de un rayo de
luz surgido de algún hermano que quiera tocarle y que ella permita que se le acerque.

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No hay tiempo para las almas, y esas almas pueden estar allí por mucho, mucho tiempo, por
muchas, muchas generaciones. Más no vosotros, no mi pueblo muy amado, tú no; si estáis
aquí es porque vosotros anhelosos estáis de encontrar el sendero de la luz, ya habéis pasado por
esos derroteros, habéis caído en esos abismos y habéis despertado y habéis dicho “no más”,
habéis gritado al cielo y habéis clamado a mi Padre “perdóname por lo que he hecho, no me
permitas hacer de nuevo”.
Y vosotros os habéis levantado encarnación tras encarnación para encontrar una realidad nueva
y magnifica, una oportunidad de una Nueva Vida para corregir los errores del ayer. Y poco a
poco, encarnación tras encarnación, vosotros vais descubriendo la chispa dorada del amor
interior, la chispa del amor verdadero que se desborda cuando vosotros actuáis con dulzura,
sencillez y sensibilidad hacia aquellos que os rodean; y aprendéis a ser sensibles con la naturaleza
y con vuestro prójimo, ya no os esmeráis para tomar de ellos lo que no os corresponde, os
detenéis antes de actuar y pensáis: ¿realmente esto es para mí?, siento que estoy dañando a
otros, siento que les estoy lastimando y lacerando su corazón con mi actuar equivocado, ¿es
correcto que siga así?
Y es entonces cuando vosotros os detenéis, reflexionáis y acabáis concluyendo: “No, por más que
yo lo quiera, no me pertenece y debo de respetarlo; preferible es que me retire en silencio y
permita que aquellos a los cuales yo pretendía dañar los deje en paz, los bendiga para que ellos
encuentren la luz y el sendero de su vida y encuentren su amor”. Es allí donde vosotros empezáis
a crecer, porque de repente vuestra mirada espiritual se expande y empezáis a contemplar
realidades universales que antes no estabais dispuestos a ver, ni teníais la facultad para hacerlo,
porque estabais cegados por la obsesión de un supuesto amor.
Para vosotros el amor ya no es un amor de pareja, es el amor universal de aquel que se
contenta al estar con cualquiera que le rodee y pueda a contemplar la luz de cada uno de ellos; y
el saber que puede compartir su amor y su luz con ellos es su mayor alegría. Por ello cuando
vosotros experimentáis la caricia de un niño que llora perdido en una calle y vosotros le
escucháis y le acariciáis, y contempláis sus ojos y sus palabras y sentís su afecto, y sabéis que
podéis ayudarle, sabéis que podéis auxiliarle. Y así como al niño, al anciano, a cualquiera que se
cruce en vuestro camino. Pero es mucho más hermoso cuando tenéis un compromiso de amor
que atender, cuando aprendéis a callar vuestros labios y no atacar al ser amado porque sabéis
que le estáis lastimando por mucho que haya de ira en vuestro corazón por algo que os haya
hecho, antes bien el silencio y la oración para no cometer el error de lastimarlo. El que ama en
verdad da su vida por otros y se olvida de sí mismo.
¿Cuál es tu compromiso de amor mi pueblo muy amado? Tantas centurias y habéis llegado a
este pequeño rinconcito de la humanidad. Cuántos de vosotros con cuerpo y tantos como alma
que no tiene cuerpo, pero reunidos, juntos, esperando brillar intensamente, compartiendo esta
caricia de amor que tenemos los unos a los otros en un vínculo sagrado de amor universal.

Mi pueblo muy amado, Almas por encima de cuerpos, Almas con cuerpo y sin él, Almas por
igual, todas juntas en éste instante nuestro, en éste momento sublime que nos unimos ante el
abrazo de mi Padre; Yo os bendigo, os fortalezco; os animo a seguir adelante y no permitir que
caigáis en la tristeza, porque ya sois vosotros estandartes del amor, sois faros de luz para guiar
los pasos de muchos otros; ya no sois parvulitos, sois maestros y discípulos del amor.

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Tanto habéis sufrido y tanto habéis pasado que ahora es el tiempo de despertar a la consciencia
del amor universal, del compromiso verdadero que habéis adquirido al tomar ese cuerpo y
emprender la aventura de la vida en ésta encarnación presente. Asumid las consecuencias de
vuestros errores y corregirlos y definitivamente tomad las riendas del compromiso de amor que
habéis adquirido en cada acto de vuestra vida.
Éste mes es benigno para vosotros y todos los meses por venir serán benignos para vosotros,
porque vosotros sois sembradores del amor, vosotros estáis aquí para cumplir la misión de llevar
el amor a los más necesitados, a llevar el amor a cada rincón del planeta. Como hijos de Dios
debéis de tomar consciencia de que vuestra materia puede ser limitada para unas cosas, más no
la mente, más no vuestro corazón. Como alma podéis estar en tantos lugares, tan solo proyectar
vuestra mente al universo y proyectarla a todos aquellos que lo necesitan; y que sean vuestros
mejores pensamientos bálsamo de curación para aquellos que sufren, caricia de esperanza para
aquellos que se sienten desamparados. Porque sois vosotros, hijos de Dios, Cristos en presencia
de mi padre portadores del amor universal, los que a lo largo de tanto recorrer el mundo y el
universo a través de tantos cuerpos habéis llegado al punto sublime del ascenso final.
Sois vosotros, mi pueblo muy amado, con cuerpo o sin él, portadores del amor universal,
comprometidos para llevar ese amor, a la humanidad entera. Sois portadores del cambio de ésta
humanidad de éste bendito planeta, planeta de amor que os ha recibido por tanto tiempo y que
asciende finalmente a un nivel espiritual único y maravilloso donde la humanidad tendrá que
desprenderse de aquello material que le estorba; lo cual significa mucho dolor, sí, pero detrás de
ese dolor, viene el gran amor del hijo de Dios, el amor universal de la humanidad unificada
finalmente que comprende su lugar en la creación.

Dolores de parto para una humanidad naciente, dolores del adolecente que despierta a la
juventud del alma. Sois vosotros, pueblo muy amado, los que llevaréis el amor y la esperanza a
la humanidad presente en acto, palabra y pensamiento; dejaréis a un lado las cosas del mundo,
del mundo recibiréis justo lo que necesitáis y no os esmeréis para conseguir más de él. Nada os
faltará, ni casa, ni vestido, ni sustento; justo lo que necesitáis para cumplir vuestra misión es lo
que tenéis, no ambicionéis más cosas del mundo porque os puede traer tristezas y dolor. Tomad
del mundo lo que os corresponde, si llegan monedas de más, compartidlas, si no necesitáis más
monedas, compartid vuestro amor, compartid vuestro ser, que eso es lo más importante.

Éste mes es bendito para vosotros y lo son todos los que vendrán, porque sois vosotros ahora
actuantes del amor. Iréis y sembraréis con amor hogares y fuentes de trabajo, a vuestro prójimo
que os rodea y se cruza en vuestro diario vivir; sea vuestro pensamiento presuroso para
escuchar, para amar y para perdonar.

Bendito eres mi pueblo muy amado, bendito eres, Id y bendecir, porque sois portadores del
amor. Benditos sois, benditos sois, benditos sois.

Escuela Nueva Vida 9


Dr. Norma # 138 Col. Doctores escuela_nueva_vida@hotmail.com
Mensaje de Nuestro Hermano Abel Hijo, vocero y miembro de la dirección espiritual.

Que la Luz de vuestro mejor Oriente ilumine vuestro Occidente. Vuestro hermano, vuestro
amigo y servidor Abel hijo entre vosotros, vocero de la dirección espiritual de ésta bendita
escuela.

Hermanos muy amados:

Nuestro Divino Maestro nos ha mostrado el poder que tenemos para amar, el poder del amor
mismo. Cada uno somos portadores de su amor y cada uno tiene que esmerarse porque ese
amor se propague, porque ese amor sea una realidad cristalina y dulce en vuestra vida cotidiana.
Esmeraros por hacerlo así, porque la misión que él no encomienda no es difícil y no es grande,
es de cada paso, de cada instante, de cada suspiro, de cada contacto. Poco a poco las grandes
obras del amor se realizan, piedra a piedra, grano a grano, sonrisa a sonrisa, caricia a caricia,
perdón a perdón; eso es lo que todos tenéis que realizar día a día, es vuestro compromiso de
amor y no lo olvidéis.
Nuestro divino Maestro anhela que ésta escuela llegue a brillar y sea un vínculo del amor
sagrado de nuestro Padre Dios para con la humanidad entera, es un compromiso de todos los
aquí reunidos, como Él lo dijo, como alma llena de luz sin cuerpo o como alma llena de luz con
cuerpo. No están solos, nos tenemos los unos a los otros, no lo olvidéis.

Hermanos del Círculo de la luz:


No olvidéis que somos una hermandad, el vínculo sagrado del círculo de la luz es para proteger
la hermandad de la Escuela Nueva Vida. Todos unidos somos una fuerza de amor, nos tenemos
los unos a los otros y el dialogo debe ser el principio fundamental que nos unifique.

Hermanos muy amados: Este círculo de luz es para que cada uno de vosotros como pueblo
encontréis en ellos el apoyo y la caricia necesaria en los momentos de dificultad, para que
encontréis respuestas a dudas que tengáis en vuestra vida. Hay labores en ésta bendita escuela
que deberíais de atender si vuestro anhelo espiritual empieza a crecer y se empieza a expandir,
no las desaprovechéis. Muchos han partido arrepintiéndose de no haber aprovechado estas
magnificas oportunidades, no sigáis el ejemplo de ellos porque es lo que ellos os piden, que no
cometáis el mismo error que ellos cometieron. Aprovechadlo ahora que tenéis un cuerpo,
porque el conocimiento que habréis adquirido en estas labores traerá para vosotros el despertar
espiritual que tanto anheláis y pensáis que está dormido.
Somos una escuela, somos una hermandad, pero sobre todo somos hijos de Dios.

Benditos sois hermanos muy amados, y recordad siempre que debéis de amar. Que la luz de
vuestro mejor Oriente ilumine vuestro Occidente. Vuestro hermano, vuestro amigo y servidor,
Abel hijo entre vosotros. Benditos sois y hasta otra vez.

Escuela Nueva Vida 10


Dr. Norma # 138 Col. Doctores escuela_nueva_vida@hotmail.com

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