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cuadernos

de arquitectura

mesoamer1cana
número 2 • julio 1984

UNAM

~~ DIVIS I ÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO - FACUL TAO DE ARQU I TECTURA


cuadernos número 2-julio 1984
de arquitectura EL TABLERO-TALUD
mesoamericana y otros perfiles arquitectónicos 1

DIVISIÓN DE ESTU DIOS DE POSG RADO


FACULTAD DE ARQ UITECTU RA, UNAM
Índice
Edilor: Paul Gendrop EDITORIAL .... . .... . . . .... . ......... . . . .. . .. . . . .. . . . .... . .... . .... . ...... . 1
Englis h .. . ...... . .... ...........•. . ..•. . . . . .. . • ... . .......... . ..... 4
Fran~ais .. . ........................ . ........... • .... • ......... • .... 4
Co nsej o editorial:
EL TABLERO-TALUD EN LA ARQUITECTU RA
Jesús Aguirre Cárdenas MESOAMERI CA NA
Alberto Amador Sellerier Paul Gendrop ......... . .............. . ... . . ... . . .... . ......... . .... . .... . 5
George F. Andrews
Alfredo Barrera Rubio DOS ELEM E NTOS ARQUITECTÓNICOS "TEMPRANOS" EN
Marvin Cohodas TLALANCALECA,PUEBLA
Beatriz de la fuente Ángel García Cook ............................................ •. .. .•.. ... 29
Horst Hartung
CONJUNTOS RELIGIOSOS SIMÉTRICOS EN TEOTIH UACÁN
Miguel León P ortilla Alberto Amador Sellerier ...... .... . . ..................................... . 33
Jaime Litvak King
Karl Herbert Mayer TEPEPULCO
Mary E. Miller Víctor Ribera Gríjalba .... . .... . ... .•. ... •. ... . .. .. . . ... . . .. . . . . . . ... .. . .. . 41
Ernesto Velasco León
Nota del editor ....... . .... . .............. .. ... . .............. • .............. . 47
Redacción y diseno grá fico : Cuadro comparativo ...................... . .... . ............................. . 48-49
Glosario de términos arquitectónicos ........ . .............. . .............. . .... . 50
Paul Gendrop, Margarita Güereca, Rosa
Moncayo, Gerardo Ramire¿, Juan Antonio LOS Tt\BLEROS DE KAMINALJUYÚ
Sillcr, Julio Valencia, Salvador Vázquez Víctor Rivera G . y Daniel Schávelzon .......................... • ......... . ... 51
Badcr. Alejandro Villalobos P. y Miguel Ángel
TETÍCPAC EL VIEJO, UN SITIO CON TABLERO-TALUD
Barbachano.
EN GUERRERO
Impresión: Offset Comercial Policromo, S.A. Raúl Arana y César Quijada ........... . 57
Médicos N° 23, Col. Sifón CP. 09400, México,
D.F. PRESENCIA DE ELEMENTOS ARQUITECTÓNICOS
TEOTIHUACANOIDES EN OCCIDENTE: TINGAMBATO,
MICHOACÁN
Tiraje: 3000 ejemplares
Juan Antonio Siller .. ........ ...... ... . . .... . ......... . .............. • ... . 61
Distribución: EL TABLERO DE OAXACA, NOTAS SOBRE UN ELEMENTO
ARQUITECTÓN ICO PRECOLOMBINO
En las oficinas de la Dirección de la Facultad Horst Hartung .. ... ................................................. . 67
de Arquitectura y en el Seminario de Arquitec-
tura Prehispánica (véase abajo). " RENASCENCE" Y DISYUNCIÓN EN EL ARTE
En las li brerías universitarias y otras MESOAMERICANO
librerías. George Kubler . . .... . .............. . .... . .............. . .... .. ... . ..... . . 75

SEMBLANZA ........... .... . .. .. . .... . .... . ......... . .... . .... .. ... .. ... . . . 88
Precio del ejemplar: 300 pesos M.N.
Envío por correo ordinario; 360 pesos en la Re- RESEÑAS ............... . ... ......... .. . ..... . .... . .... . .... . .... . ...... . ··· 91
pública.
370 pesos en el CARTAS AL EDITO R ...... . ......... . .......... • .... • .... •. ........ .... · · · · · 92
extranjero, ó 2.50
U.S. dollars. EVENTOS . . .. . ........ .... ............ . . .... • .... . .... . .... . .. .. ...... ····· 93

Notas: INV EST IGAC IONES EN PROCESO ........ • .... . .... . .... .. ... . .... .. ........ 96

Los artículos deberán ser redactados en espa-


t'lol y acompat'lados de un breve resumen en PRÓXIMOS NÚMEROS:
inglés, o bien en inglés con resumen en espat'lol.
Serán dirigidos al Seminario de Arquitectura CONSERVACIÓN DEL PAT RIMONIO MONUMENTAL 1
Prehispánica, Apartado Postal 20-442, San
Angel, Delegación Alvaro Obregón, 01000, ARQUITECTURA DEL ALTI P LANO CENTRAL 1
México, D.F.
ARQUITECTURA MAYA 2
El consejo editorial se reserva el derecho de
selección. Autoriza la reproducción parcial de ARQUITECTURA DEL GOLFO 1
artículos a condición de que se c ite la fuente.
No se devolverán originales. ARQU ITECTURA DE OAXACA 1
ya se encuentra a la venta en las librerias universitarias o en la Distribuidora de Libros Universita-
rios, Calle Porto Alegre 260 Colonia San Andrés Tetepico, Delegación lztapalapa, 09440 México,
D.F.

LOS ESTILOS
RÍO BEC, CHENES Y PUUC
en la arquitectura maya
e~~
'
p au] gendrop

Al§ UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO


~
en este número:

EL TABLERO-TALUD
y otros perfiles arquitectónicos 1

autores : p. gendrop • a. garcía cook • a. amador sellerier


v. rivera grijalba • d . schávelzon • r. arana •
c. quijada • j. a. siller • h. hartung • g. kubler •

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ISSN 01 85-5 113


EDITORIAL Todas proporciones guardadas, el tablero-talud representa para la arquitectura
prehispánica de Mesoaméri ca lo que son , para la arquitectura de tradición
griega, los "órdenes clásicos" ... Claramente lo intuye Manuel Gamio cuando,
en su extensa obra sobre La población del valle de Teotihuacan (1922, Vol. 1,
lám. 16), publica el primer corte constructivo-por desgracia incorrecto- de un
tablero-talud teotihuacano. Crece, durante los años sucesivos, el interés por el
tema, y una hermosa lámina del maestro Ignacio Marquina (1935) resume con
mucha claridad esta preocupación por diferenciar los principales perfiles ar-
quitectónicos mesoamericanos estudiados hasta entonces. Curiosamente, a par-
tir de la obra monumental de Marquina en 1951 (cuya lámina 290 resume, en
forma un tanto esquemática, una serie de perfiles muy diversos), tal parecería
que -por un tiempo al menos- se han detenido los estudios profundizados
sobre estos temas. En efecto, pocos progresos se realizan en este renglón en los
años siguientes, como puede verse por ejemplo en algunas de las monografías
que, sobre la arquitectura de diversas regiones, publica a partir de 1965 una co-
lección de la importancia del Handbook of Middle American Indians. Es duran-
te estos mismos años, sin embargo, cuando el interés por estos elementos ar-
quitectónicos va a tomar nuevos derroteros.
El primer intento por analizar de un modo racional la secuencia constructiva
de un tablero-talud teotihuacano lo hace Jorge R. Acosta en 1964 (El palacio del
Quetzalpapálotl, fig . 14), seguido por Horst Hartung quien, en 1967, con
ejemplar rigor metodológico, abre definitivamente el camino a los estudios sis-
temáticos en este renglón, con su fundamentai ensayo intitulado "Notes on the
Oaxaca Tablero". Puede decirse con justicia que todos los ulteriores estudios
sobre el tema se apoyan en mayor o menor grado en aquellas contribuciones bá-
sicas: tal es el caso, por ejemplo, del más reciente análisis const ructivo de un
tablero teotihuacano (Memoria del Proyecto Arqueológico Teotihuacan 80-82,
Vol. 1: 32-33) publicado por Rubén Cabrera en 1982.

1 2
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Portada: Entrada tumba 6, Lambityeco, Oaxa-


ca. Foto: Paul Gendrop. /. Primer intento de
análisis de un tablero talud teotihuacano, se-
gún Manuel Gamio (1922) . 2. Comparación de
perfiles arquitectónicos mesoamericanos, se- ~Df l~.lo\IC... R ~ - JO .. ~C,....t
gún Ignacio Marquina (Tenayuca, " Estudio ~'9" CV~. YU:l\CAI,U· ~vu:rQ'VU'I~ ~

~ to, 'JAJ.!9«>•') ~~~~l0Jil•''


arquitectónico", 1935).
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5
3. Croquis que reúne otros perfiles arquitectóni-
cos , según Ignacio Marquina (Arquitectura
Prehispánica, 1951 ). 4. Perfiles arquitectónicos
de Mont e Albán , según J orge R. Acosta
(flandbuuk of Middle American lndians, Vol.
3, 1965) . 5. Otros perfiles mesoamericanos, se-
gún Carlos R. Margain (Handbouk uf Middle
American lndians, Vol. JO, 1971). 6. Análisis,
en alzado y corte, de un tablero de Oaxaca , se-
gún Horst Hartung (1967) . 7. Secuencia cons-
tructiva de un tablero-talud teot ih uaca no, se-
gún Jo rge R. Acosta (El palacio del Quet;;alpa-
pálutl, 1964). 8. Otra proposición de análisis a b e d e
del sistema constructivo de los tableros-talud
teotihuacanos, según Ana María Jarqu in
Pacheco y Enrique Martínez Vargas (memoria
del Proyecto Arqueológico Teotihuaca n 80-82,
1982); este nuevo estudio tiene sobre el anterior
la ventaja de mostrar con claridad el doble sis-
tema de muros de contención en talud
-interior o del relleno, y exterior o de los
acabados- q ue da rigidez al conjunto; pero
con respecto a aq uél, presenta la desventaja de
no ilustrar el enrase que sirve para asentar las
hileras de ixtapaltetes, aparte de la omisió n del
acabado en el talud in ferio r, y el ángu lo dema-
siado forzado del talud (véase fig. 6 p. 63). f g h
2
En este segundo número de los Cuadernos de Arquitectura Mesoamericana
hemos querido reunir una serie de artículos que, en una medida u otra, se rela-
cionan con el tema del tablero-talud y otros perfiles arquitectónicos, con la in-
tención de presentar el estado actual de nuestras preocupaciones - y de nuestros
conocimientos- al respecto . Es así como el primer artículo de esta serie (escrito
o • por el autor de estas mismas líneas) constituye una versión actualizada sobre el
1' 111.11 ,,,

tablero-talud en la arquitect ura de Mesoamérica, con la que hemos querido em-


pezar dado su carácter de síntesis general. Fue escrito inicialmente en 1974 y pre-
6
sentado en el XLI Congreso Internacional de Americanistas que tuvo lugar en la
ciudad de México en j ulio de aquel año.
El artículo de Ángel García Cook, que resume sus observaciones arquitectóni-
7 cas de 1973 en Tlalancaleca, constituye un importante testimonio arqueológico
sobre uno de los antecedentes más remotos - y más direct os- del tablero-talud
tradicionalmente considerado como teotihuacano. En cuanto al artículo de Al-
berto Amador Sellerier, si bien no se refiere expresamente al tablero-talud
teotihuacano, lo hemos incluido aquí porque analiza, de un modo sistemático,
todos los géneros de agrupamiento a que obedecen los basamentos monumenta-
les que en Teotihuacan se hallan invariablemente provistos de aquel elemento
arquitectónico.
El artículo de Víctor Rivera Grijalba se refiere a un sitio satélite de Teo-
tihuacan, Tepepulco, cuya pirámide "del Tecolote" presenta, entre otros
muchos aspectos, el interés de ser, en sus dos fases constructivas, de la más pura
filiación teotihuacana. Explorada inicialmente por Héctor Gálvez en 1959, vi no
a constituir además una de las más claras e irrefutables evidencias de que
muchos basamentos monumentales teotihuacanos poseían "dados" emergiendo
de las alfardas de sus escalinatas a la altura de cada cuerpo (hecho que, como lo
hizo ver Jorge Acosta [1964:18], sirvió de base en la misma Teotihuacan para
DlfiERt:HTIES FASlS DIE LA
restauraciones más cuidadosas que por el pasado .. . ).
CONSTitUCCION Df: UN TAalLRO
TEOTIHUACAIIIO
Los tres artículos siguientes -el de Víctor Rivera G. y Daniel Schávelzon
sobre Kaminaljuyú, el de Raúl Arana sobre Tetícpac y el de Juan Antonio Siller
sobre Tingambato- nos permiten apreciar diversos grados de adaptación (di-
recta o indirecta) del prototipo teotihuacano de tablero-talud en sitios muy dis-
tantes de la "Ciudad de los Dioses", ya que el primero está, para desgracia de la
antropología mesoamericana, absorbido en gran parte por el crecimiento urba-
no de la ciudad de Guatemala, mientras que el segundo se localiza en los linde-
ros de Guerrero con el Estado de México y el último se halla entre Pátzcuaro y
Uruapan, en pleno Estado de Michoacán.
Esta serie de monografías se cierra -last but not /east- con el histórico y
ejemplar ensayo de Horst Hartung sobre "El Tablero de Oaxaca", así como el
estudio - tan acucioso como sugestivo- que (bajo el título de "Renascence y
disyunción en el arte mesoamericano") hace George Kubler, tomando como
una de las bases de su análisis algunas de las principales modalidades de tablero-
talud. Nos parece particularmente notable su percepción estética, cuando por
8 ejemplo intuye, como una aparente constante estilíst ica azteca, el tipo de "ata-
dura" que marca el cambio de inclinación entre la alfarda propiamente dicha y
su remate superior: cuando escribió esto, tan sólo se conocían dos casos que
obedecían a este patrón (los que corresponden a una de las últimas fases de
construcción de la pirámide de Tenayuca , y la escultura mexica conocida como
el "Teocalli de la Guerra Sagrada"), y esto no vino a comprobarse plenamente
sino a partir de 1979, con los hallazgos de escalinatas y basamentos asociados al
Templo Mayor de México-Tenochtitlan.

Paul Gendrop, marzo de 1984


3
Growi ng interest in the analysi s of the lalud-lablero and or her architectural
profiles in Mesoamerica gave way to the present issue of the Cuadernos de Ar-
quilectura Mesoamericana, which combines a synthetic approac h (P .
Gend rop's ) wit h monographs on specific sit es or regions: T la l~ncal eca, where
A. García Cook di scovered th e earliest-k nown 1alud-1ablero of the Teotihuacan
type ; Teotih uacan itscf, where A. Amador S. ma kes an ana lysis of thc grouping
or cl usterin g principies of symmet rical complexes which use to includc 1ableros
at every leve!; Tepepulco (V . Ri vera G .) , a satell ite of Teotihuacan, where the
first evidence of dados emerging from the a(fardas· of the stairway was found,
an indi cat ion used in further -and more accurate- reconstructions at Teo-
rihuacan; Kaminaljuyú an d its different degrees of infl uence from the "Cit y of
rhe Gods" (V . Ri vera G. and D. Schávelzon); Tetícpa c el Viejo in Northern
Guerrero (P . Ara na and C. Quijada); Tinga mbato a nd it s une xpected
Teot ihuacan - like tableros (J . A . Siller C.). And fin ally, aft er a Spani sh version
of Horst Hartu ng's out stand ing mo nogra ph on the Oaxaca tablero, comes, also
in Spani sh versio n, G. Kubler's essay on " Renascence and disjunction in Meso-
american art", suggesti ve an d enriching in many a way.
The edi tor

• We enco urage the use of the Spa ni sh term


alfarda 10 des ig na re what Po ll ock
( J9R0:571} refers toas ... "the na t ramps at
each side of the srairway, unfortun ately
known as balus t radcs" .

Viifeta (enfrente). Representación de templo


teotihuacano en cerámica. Dibujo María de
Lourdes García Váz.quez, según Miguel Co-
varrubias .

L'intéret croissant qu'éveille l'étude du tablero-talud et autres profils architec-


turaux de la Mésoamérique précolombienne nous a amenés a réunir, dans ce
numéro 2 de nos Cuadernos de Arquitectura Mesoamericana, une étude présen-
tant une synthese globale du probleme (P. Gendrop) suivie de monographies
concernant des sites particuliers: Tlalancaleca, ou A . García Cook a découvert
les évidences les plus anciennes de tablero-talud du type Teotihuacan; Teo-
tihuacan lui-meme, ou A. Amador S. se livre a une analyse de la fa~on dont se
groupent les ensembles architecturaux symétriques habituellement rehaussés de
tableros-talud; Tepepulco (V. Rivera G.), site satellite de Teotihuacan ou furent
découvertes les premieres évidences de blocs ou dados saillant des rampes ou al-
fardas de I'escalier; un índice qui a partir des anneés soixante a permis
d'entreprendre a Teotihuacan meme des reconstructions plus correctes; Kami-
naljuyú, ses tableros et les divers degrés d' influence de la "Cité des Dieux" (V.
Rivera G. et D. Schávelzon); Teticpac (R . Arana y C. Quijada); Tingambato et
ses tableros-talud d' un style assez proche de Teotihuacan. Et nous avons gardé
pour la fin - last but not least- une version espagnole mise a jour de la mo-
nographie fondamentale de Horst Hartung sur le "tablero de Oaxaca", suivie
d'une version également en espagnol du superbe essai de G . Kubler sur la "Re-
nascence" et la disjonction dans l'art mésoaméricain, source de bien des réfle-
xions sur des sujets divers dont le tablero-talud.

L'éditeur
4
EL TABLERO-TALUD EN LA ARQUITECTURA MESOAMERICANA

Paul Gendrop
After a brief survey of the origins of architecture in Mesoamerica, this papers
deals essentially with the architectural profiles usually associatcd wi th monu-
mental - mainly reli gious - architecture. Special emphasis is given to the kind
of talud-tablero (or tablero - talud) consecrated by Teotihuacan (although pro-
bably created earlier in the Puebla-Tlaxcala region , as recent excavations tcnd to
prove). The importan ce of this prototype is so remarkable that it will have the
widest distribution in many regions of Mesoamerica as a direct o r indirect
influence of the City of the Gods, often remaining as a true symbo l of sacred
architecture.
The second half of this paper presents an anal ysis of the local version of
talud-tablero from Cholula and Xochicalco , of the "Toltec" model as develo-
ped in Tula and Chichén Itzá, and of the ones created at El Tajín and the Oaxaca
region, both considered by the author as genu ine regional developments main ly
independent - yet parallel - of the overwhelming model relat ed to Teo-
tihuacan (and no longer as mere inferences o f the latter, as was claimed by many
scholars).

Antecedentes aparición de técnicas y de elementos son -y seguirán siendo todavía por


arquitectónicos más complejos, y se- algún tiempo- si mples chozas, apa-
Los inicios de la arquitectura monu- ñala el inicio de algunas importantes recen refuerzos de piedra en el arran-
mental en Mesoamérica remontan tendencias estilísticas regionales, es- que de ciertos muros, incluyendo los
hasta el llamado período preclásico pecialmente en la zona de Oaxaca, el primeros casos conocidos en Meso-
(1200-800 a.C.), con los grandes altiplano central mexicano y el área américa de apoyos aislados -pilar
centros olmecas de San Lorenzo y de maya. Numerosas en efecto son, en o columna- en Monte Negro, Monte
La Venta, cuyas características esta época, las innovaciones construc- Albán y otros sitios de' la región de
habrán de influir no sólo en la ulte- tivas tales como Jos refuerzos -a Oaxaca.
rior arquitectura, sino en la misma base de piedra unida con lodo y, pos- Junto con un mejor aprovecha-
urbanística de Mesoamérica. Pero, teriormente, con argamasa- destina- miento de materiales como la madera
debido a la ausencia de piedra en esta dos a dar mayor resistencia y duntbi- o la piedra, el empleo más generaliza-
región pantanosa que es el área nu- lidad a Jos rellenos que constituyen do del mortero de cal pronto permite
clear olmeca, esta arquitectura se pre- los basamentos, a la vez que brindar emprender construcciones más resis-
sen ta todavía como simples platafor- una mayor adherencia a los revesti- tentes, a la vez que brinda una mayor
mas y montículos de tierra compactada mientos de arcilla, piedra o estuco. libertad en la expresión arquitectóni-
o de adobe, con sus paramentos gene- La escalera, elemento inseparable de ca. Al lado de la característica silueta
ralmente en talud, en intuitiva adap- estos masivos montíwlos artificiales, inclinada en talud, surgen hacia el fi-
tación al ángulo de deslizamiento na- tiende a hacerse con bloques de nal de esta época basamentos que pre-
tural de la tierra. Algunos de estos piedra. Como vemos por ejemplo en sentan un juego de volúmenes mucho
montículos alcanzan dimensiones sitios del valle de Puebla como Toto- más complejo, en el que se incluyen
considerables, y ya existen casos de mihuacan y Tlalancaleca, o en pe- terrazas, banquetas o zócalos, moldu-
" pirámides" compuestas de varios queños montícu los de Cuicuilco en el raciones diversas así como entrantes y
cuerpos escalonados, forma que valle de México, esta escalera es flan- salientt:s, tanto en el sentido horizon-
tendría en lo sucesivo una larga y queada con frecuencia por gruesas al- ta l como vertica l. Tal es el caso de
fructífera historia dentro del ámbito fardas que actúan en ambos extremos Monte Albán que, en un alarde técni-
mesoamericano. En cuanto a otros a manera de muros de contención y se co, levanta basamentos de paramen-
elementos arquitectónicos y orna- acusan en volumen sin sobresalir no- tos verticales; o de Tlapacoya, cuya
mentales, no queda ningún indicio de tablemente de la altura de los escalo- sutil combinación de escalones, gran-
ellos, pues si acaso éstos existieron, nes . Abovedados de un modo aún des bloques de mampostería y plata-
deben haber sido realizados a base de primitivo, escalinatas y pasillos llegan formas recortadas, produce una
materiales perecederos . a perforar algunos basamentos, con- sorprendente sensación de monumcn-
El preclásico superior marca en duciendo a tumbas y cámaras sub- tabilidad a pesar de las dimensiones
ciertas regiones de Mesoamérica la terráneas. Y aunque los santuarios modestas del conjunto.
5
P oco antes de Jos inicios de nuestra
era (300-100 a.C. aproximadamente)
se asiste a la afirmación de ciertas ten-
dencias estilísticas. Monte Albán que,
en materia de arquitectura como en
., ..L-. ·-.••. .J ...
otros renglones, era entonces uno de
-' los centros de mayor pujanza cultu-
ra l, remata los paramentos verticales
de sus basamentos con gruesas mol-
- r· -·.-.l -
1
-¡ ~--
!
duras, inclinadas en su parte superior

o realzadas med iante hileras de di scos
a h empotrados (fig. 1) Mientras tanto,
son creados otros elementos arquitec-
tónicos en sitios del área maya tan
distantes entre sí como Chiapa de
e Corzo (en la depresión central de
C hiapas) , Dzibilchaltún (en el extre-
mo "10rte de la península de Yucatán)
así como El Mirador, Uaxactún y Ti-
ka) en el corazón del Petén guatemal-
teco. Entre estas innovacione:.. , no del
todo ajenas unas de las otras, habrán
de destacar con el tiempo las del Pe-
tén por su mayor difusión geográfica
y por sus q uince siglos de continuo
desarrollo.
La peculiar aptitud que poseían los
arquitectos de esta región para enfati-
zar sus construcciones, se refleja en
los recortes y remetimientos que ani-
man los ángulos de sus basamentos
-a menudo redondeados- así como
en el complejo juego de volúmenes
que presentan los sucesivos cuerpos
escalonados de estos basamentos, en
cuyos paramentos inclinados en talud
suelen resaltar anchas molduras "en
delantal" enfatizadas por la presencia
d de una entrecalle o faja rehundida
que las separa de un corto zócalo.
C laramente presentes en basamentos
muy tempranos como el E-VII-sub de
Uaxactún o los 5C-54 y 50-sub-l-1°
de T ikal, estas características habría n
de culminar, varios siglos más ta rde,
en los imponentes templos-pirámide
de la ciudad de Ti kal, donde con tri-
buyen a imprimir a cada uno de los
principales santuarios su irresis ti ble
sent ido ascension al (fig. 2).

l. Molduras y olros perfiles arqu ilccló nicos


lempranos en Mon1 e Albán : u. Edific io H : h -
d . lnfraeslr uciUra de una alfarda en la escal in a-
ta de acceso al j uego de pelota, 2. Variantes de
mo lduras "en delan1 al" en la arq ui1ec1ura ma-
a

2 e

ya . o. Edificio 1-H en Chiapa de Co rzo; b -e: e


Edificios SD-sub- 1-lo., templo 1, SD-32 y SD-
22-sub de Tikal. Dibujos H. Bracho S., E. Ro-
mero V. y R. Costábile H. Fotos P . Gendropy
D. Heyden.

d
3 les del período protoclásico. Y desde continente americano. Es entonces
luego, como ocurre tan frecuente- cuando se asiste no sólo a la adopción
mente en las investigaciones meso- de este tipo de ta blero-talud en la ar-
aníericailas, este hecho nos obliga a quitectura teotihuacana, sino a su
reconsiderar con mucha cautela la formal consagración en calidad de
problemática del tablero-talud , dadas elemento relacionado con las diversas
las múltiples y variadas implicaciones necesidades arquitectónicas de un ela-
que tuvo este elemento arquitectónico borado ceremonia l; pues a partir de
en el ámbito del a ntiguo México. este período se le halla desde un san-
t uario de la importancia de la esplén-
dida pirá mide de Quetzalcóatl -en
El tablero-talud en Teotihuacan pleno corazó n de la nueva traza
urbana- hasta un pequeño altar o
C reado pues, al parecer , por T la- adoratorio, incluyendo los pretiles de
lancaleca o algú n otro ceP.tro ceremo- templos y palacios segú n aparece en
nial de Puebla-Tlaxcala, este tipo tan maquetas y altares en forma de san-
peculiar de tablero-talud pudo haber tuarios e n min iatura así como en
Es hacia mediados de este mismo influido di rectamente en ciertos as- otras representaciones , y según lo
período protoclásico - en torno a los pectos del complejo desarrollo ar- comprueba un ha ll azgo del palacio
inicios de nuestra era- cuando en el quitectónico de la vecina Cholula, e del Quetzalpapálotl {fig. 5d-e). Om-
valle de México, al haber sido sepul- nipresente en todo el aparato reli-
indirectamente en zonas del Golfo de
tado bajo la lava del volcán Xitle el México o de Oaxaca . Pero cualqu iera gioso de esta metrópoli a lo largo de
gran sitio preclásico de Cuicuilco, se los cuatro o cinco siglos de su e plen-
que res ulte la verdad al respecto, se
empieza a perfilar Teotihuacan como diría que su influencia más profunda dor clásico, es ahí, en Teotihuacan,
faro espiritual de Mesoamérica al eri- donde adq uiere sus "cartas de noble-
y duradera se va a ejercer en Meso-
gir sus pirám ides del Sol y de la Luna, za".
a mérica al ser adoptado definitiva-
en cuyas proporciones heroicas y men te por la gra n C iudad de los E n medio de esta omniprese ncia,
sobrios contornos culmina una tradi- Dioses en el momento decisivo en que las "excepciones que confirman la
ción que había comenzado mil años ésta, ya construidas sus dos grandes regla" -y que aquí denomino "va-
atrás entre los olmecas. pirámides {y reco rdemos que el penúl- riantes a y b" (fig. 5h-i)- consisten,
Pero mientras que desaparecía timo cuerpo de la pirám ide del Sol pa- curiosamente, en una modalidad de
Cuicuilco y que Teotihuacan apenas rece haber poseído un gran tablero- tablero al que le fal tara ya fuera la
iba emergiendo, la cercana región de talud), está emprendiendo una fulgu- fra nja inferior {como en el caso de la
Puebla-T laxcala -que atravesaba en- ra nte y espectacular revoluci ón urba- subestructura 2 del edificio lB' en el
tonces por un período de fuerte auge na ún ica pa ra esta época en todo el cuadrante sureste de la Cil!dadela,
cultural- había de contrib uir no-
tablemente a la evolución de la 4
arquitectura mesoamericana. En
efecto, según parecen dem ostrar
exploraciones relativamente recientes
realizadas en aquella zona, 1 es en si-
tios como Tlalancaleca y Tetla donde
se han localizado los ejemplos más
antiguos - hasta ahora con ocidos
(fig, 3)- del tipo de tablero-talud 2
que \.:eníamos considerando tra di -
cionalmente como de creación teo-
tihuacana, y que tal vez con más rigor
deberíamos calificar como "tlax-
calteco-teotihuacano". Las fechas
arrojadas por los ejemplos menciona-
dos (350-200 a .C.) anteceden por va-
rios siglos los casos de mayor anti-
güedad en Teotihuacan, pues éstos no
deben remontarse más allá de los ini-
cios de nuestra era, o sea hacia fina-
8
a b
Cabrera 1982:83 y fig. 5-h), ya por el S
contrario las otras molduras que
suelen cerrar el marco en la parte su-
perior tanto como en los extremos,
como se han hallado ejemplos en Tla- d
mimi lolpa y en una de las fases de
superposición del templo de la Agri-
cultura, donde una faj a sobresaliente
ciñe una gruesa moldura vertical
(Marquina 1951:89-90, y fi g. 5-i).
e
Haciendo a un lado aquellas excep-
ciones, todos los demás edificios que
en esta ciudad guardan alguna rela-
ción con el culto se ajustan al prototi-
po consagrado: un sencillo y corto
talud o plano inclinado, del que
sobresale, en voladizo sobre sus ixta-
paltetes 3, el tablero con sus paños ri-
gurosamente verticales, y sus volúme-
nes bien acusados que consisten esen-
cial mente en una gruesa moldura o
franja horizontal encerrada en un
marco relativamente delgado (fig. 5). f

El tablero-talud de tradición tlaxcalteco-


teotihuacana. 3. Tla lancaleca. 4. Pirúm id e de
Quetzalcóatl en Teotihuacan. 5. O trm aspc,·tos
de la arquitectura tcotihuacana. a. l:'difi<:io 40.-
a del Conjunto Plaza Oeste; h. Pl ataforma
1-N, Ciudadela; c. Altar en forma de temp lo.
Palacio de Atetclw; d, e. Re,tos de un pretil
original. Patio de los Jaguares; I EJicu lo
adornado con pcqueñ,)s tablero' cxn·¡Kional-
mentc provistos de un a cornisa biselada. Con-
junto Pl a;a Oe\te; g. Ba.,amcnw en pla;a de la
Luna; h. Variantl" atípica de tablero-talud (a).
Edificio 1B', Ciudadela; i. Variante atipi.:a (/J).
Templo de la Agri<:ultura. h>to' An)!el (oar<:ia
Cook, Paul (icndrop, Nocl 1\lorclos (iarl'Ía,
Net;ahuakóyotl (iúme; 1 úpc; y Carl''' R.
Margain . h
6

a b e d e

Esta "forma privilegiada" 4 que , mayoría de los casos entre l :2 y l :3, o netrar un poco más en aquello que
en la arquitectura de esta ciudad, sim- sea que aquí suele prevalecer el table- - aunado a la escala descomunal, ca-
boliza invariable, incansablemente lo ro sobre el talud, reforzando con sus si inhumana, del conjun to- debe ha-
divino, a manera de una letanía, apa- marcadas sombras este sugestivo ber sumerg ido a las masas de peregri-
rece repe tida también en motivos de "sentido de levitación" de que habla nos en una extraña atmósfera de estu-
la pintura mural o en la ornamenta- Kubler6 • por mí stico : algo en que el sentido de
ción de vasijas rituales (fig. 6a-d). Y en lo que se refiere a efectos vi- lo sobrehumano se mezclaba, quizá,
En su versión más esquem át ica, gene- suales, conviene detenerse a observar con una vaga - inconsciente- sensa-
ralmente ejec ut ada en moldes, se uti- los que son provocados a l repetirse ción de pérdida de la noción de grave-
liza como soporte en los clásicos caje- sistemáticamente este principio en el dad , o sea con aq uello que Kubler lla-
tes trípodes de fondo plano (fig. sentido vertical, en aquellos basamen- ma "sentido de levitación" (veáse
6-e) o se asocia con los adornos na- tos piramidales que constan de varios párrafo anterior) ...
sales de las máscaras que constituyen cuerpos y cuyo talud puede, según el
el motivo central de los elaborados in- caso, prolongarse virtualmente -o
7
censarios teotihuacanos. Y en cuanto bien remeterse ligera men te- de un
a su notable similitud con la forma es- nivel a otro. En aquellos casos, el
tilizada de la mariposa -tema tan su- tablero- talud ciñe enteramente cada
gestivo en la iconogra fía de esta uno de los cuerpos escalonados del
ciudad- observa George Kubler 5 : ... basamento, y se interrumpe tan sólo
"si las mariposas representaban la vi- al topar con los paramentos exte-
da en el más allá, esta equivalencia riores de las alfardas de la escalera (o,
geométrica entre las mariposas y los si acaso, con alguna plataforma o al-
basamentos de templos puede haber guna otra construcción adosada). El
sido una extensión metafórica del sig- resultado, para el observador coloca-
nificado de ambos como promesas do generalmente en un nivel bajo, es
mí sticas hechas por la religión respec- una impresión de mayor ligereza al
to a la vida allende la muerte". desaparecer progresivamente hacia
Desde el punto de vista formal este arriba los cortos taludes y dar por lo
tipo de tablero-talud sufre pocos tanto la ilusión de un escalonamiento
cambios a lo largo de su fructífera vi- directo. Los mismos dados q ue emer-
da den tro de la arquitectura sacra de gen de las alfardas, al romper el ca-
la Ciudad de los Di oses, si bien, c0n rácter ascensional de éstas y subrayar
el corrrer de los años, tiende a afinar el nivel de cada cuerpo, contribuyen a
las proporciones de su característico refo rzar la tendencia horizontal del
marco, y si varía la relación de altura basamento... Y si sumamos est os
del talud con respecto al tablero, pu- efectos que, alternando de una pirá-
diendo oscilar esta última -en térmi- mide a una plataforma, se repiten in-
nos generales- entre 1: 1 y 1:6. Pero cansablemente a lo largo de la gigan-
esta relación se mant iene en la tesca zona ceremonial, podremos pe-

8
/ li:::_~_._____ C_b_
.-·_
•·•__ ·_<_~

a b e d
10
9
6. Representaciones de tablero-talud en pintura
mu ral (a , b) , orn ament ación de vasijas (e, d;
según Hasso von Winni ng) y soporte de vasija
trí pode (e; según Lau rette Séjourné). 7. Ma·
queta en piedra. 8. Algunos perfiles de tablero-
talud a. Templo de los Caracoles Empl uma dos;
b. Subestruct ura Edi ricios Superpuestos; c. Pi,
ramide de Quetzalcóatl, d. Altar en patio del
palacio de Zacuala . 9. Om nipresencia del
tablero-talud. a. Bordea ndo el costado ponien-
te de la Calzada de los Muertos; b. Realzando
el basamento de la "capilla" del palacio de Za-
cuala; c. Coro nando una de las plataformas
que ci ñen la Ciud adela. Di bujos Pau l
Gendrop, Ant oni o Dabbah Mustri y Héctor
Bracho Sot res. Fotos Netzahualcóyotl Gómez
López, Salvador Vázquez Bader e INAH . a

e
Pocos autores han expresado la La technique de constructio n formée de bandes superposées, en
majestuosidad de Teotihuacán como de tous les édifices de Teo- retrait les unes par rapport aux
Henri Stierlin, quien habla de .. . tihuacan est caracterisée par cet autres. Et de fait le role joué par
"perspectivas ri gu rosas", de .. . usage du panneau dont les élé- les décrochements est capital
"juegos de masas, cuya repetición crea ments étagés constituent 1' enve- daos cet.te modé nature. Ces
una especie de obsesión rítmica. Es loppe des plates-for mes, des degrés et les retraits de Jeur traite-
este elemento arquitectónico funda- sanctuaires et des csplanades. ment plastique permettent de cré-
mental y omnipresente que querría- Partout nous avons affaire a une er de vigoureuses ombres portées,
mos analizar an tes de emprender el masse de terre et de pierre de lave capables de rythmer les volumes
estudio de los edificios y de los con- formant le noyau de l'édifice. et de masquer la pente imposée
juntos de edificios de Teotihuacán. C'est autour de cette masse com- par l'angle d'éboulement naturel
Pues su co mprensión es necesaria a la pacte que vie nt s'a ppliquer que les architectes n'ont pas osé
inteligencia de las leyes que rigen este - pour la contenir, d'ai lleurs- outrepasser en raison de l'absen-
mundo vigorosamente estructurado." cette sorte de revetement de ce de ciment résistant. Grace a un
A continuación citamos en su versión ma~onncrie dis tribu é en pan- échelonnement de panneaux dis-
original, y con la autorización expre- neaux superposés. Le systéme posés en escaliers, il devenait pos-
sa del autor, algunos de los párrafos cons tructif en est fort simple et sible d'articuler des volumes
que, con mayor elocuencia, describen constant: il se fo nde sur un usage ayant la propriété d'accrocher re-
la importancia formal del tablero en généralisé du mortier de chaux marquablement bien la lumiére, a
aquella gran ciudad , tablero que él servant a lier entre eux les blocs l'inverse des surfaces inclinées
mismo traduce en francés como de pierre locale. 11 s'agit le plus qu'aplatit l'éclairage zénithal des
"panneau" o "panel" (Stierlin souvent d 'une lave poreuse mais Tropiques.
1967:93-95) : dure, de couleur rouge ou noire,
JI est de fait que le systéme des
qui est travaillée en éléments mal
En effet, cet ensemble d'espla- panneaux pour Jeque! ont opté les
dégrossis.
nades, de plates-for mes, de pyra- Teotihuacans offre tous les avan-
mides et de quadri lateres présente Sur un plan incliné a45 ° qui ne tages: le sacie en talus permet de
partout le meme rythmc plasti- dépasse guére le quart ou la gagner de la hauteur sans perdre
que, le meme module dans le jeu moitié de la hauteur qu'aura le en résistance. Puis le bandeau de
des volumes, la meme modénatu- panneau vertical, les ma~ons dis- l'encadrement et le panneau
re, dont l' aspect stéréotypé dé- posent une assise de pierres pla- -quoiq ue verticaux- ne for-
passe la role de simple élément tes. Ces petites dalles placées en ment jamais une masse bien con-
décoratif et participe réellement porte a faux, qui surplombent le sidérable. Mais ce sont surtout les
d'une tech nique de construction talus, sont destinées a supporter combinaisons infinies du systéme
propre a Teotihuacan. Cette la moulure inférieure de l'en- qui semblent avoir fasciné les ba-
struct ure a été baptisée par les cadrement. Le panneau, une fois tisseurs de Teotihuacan. En effet,
archéologues mexicains du nom dressé en retrait des bordures ríen n'empechait de superposer
de «tab lero», terme que nous ne saillantes, sera surmonté d'une plusieurs de ces éléments, ni de
saurions traduire autrement que nouvelle assise en surplomb qui les allonger saos limite, ou de les
par «panneau». C'est d 'ailleurs formera le support de la moulure disperser en redents. La multipli-
bien la répétition des longues ho- supérieure. Ainsi le panneau de cité des solutions exploitées est
ma~onnerie est enserré de toutes proprement renversante. On
rizorltales que forment ces pan-
neaux ento u rés d'un cadre parts par un cadre en relief. trouve des formu les qui partent
saillant qui caractérise ce tte Seule une raison d 'ordre esthé- de la simple plate-forme compor-
architecture. Cependant la cons- tique préside a ce systéme raffiné: tant un élément de plan carré que
truction des panneaux de Teo- il s'agissait de pallier la friabi lité gravissen t des escaliers adossés a
tihuacan se fo nde sur une utilisa- des matériaux. Le mortier de )'une ou a plusieurs des faces;
tior. tres subtile des éiéments plas- chaux ne permettait pas d'édifier puis on rencontre toutes les possi-
tiques les plus simples. Ce pan- de hauts murs de souténement. Il bilités offertes par les superposi-
neau,dont l'encadrement est formé fall ut done remplacer les travaux tions: petites pyramides fo rmées
d'une moulure ca rrée, ne repose de ma~o nn er ie verticaux par un de deux, trois ou quatre éléments
pas simplement sur un muret, systéme en gradins qui visuelle- étagés, ou enfi n, réalisations plus
mais sur un talus ayant enviran ment n'ai t pas la mollesse de li- imp ortantes nécessitant cinq
45 ° á 50° d'angle, c'est-a-dire gnes ni le caractére indécis des vo- degrés (avant-corps de la Pyrami-
une inclinaison proche de la pente lumes créés par des plans inclinés. de de la Lune) ou méme six élé-
d'éboulement naturel des maté- On remplace done une surface ments (Temple de Quetzalcoatl
riaux. unie par une structure nerveuse, dans la Citadelle). 11 arrive aussi
12
que le systeme se complique de ternaoces d'ombre et de lumiere, cule toute cette architecture.
variantes ingénieuses: la plate- de retours a aogle droit, ces éta- Pourtant, entre cette discipline
forme peut présenter d'uo coté gements réguliers soot bien plastique et la monotonie d'une
trois étages, alors qu'elle n'en propres a exprimer la vigoureuse uniformisation complete, il y a
comporte qu'un seul sur l'autre volumétrie d'une architecture en- un pas: les variables sont mul-
face, adossée a un terre-plein tierement commandée par la tiples, tant dans la hauteur du ta-
dans Jeque) la partie postérieure hiérarchie sacrée d'un systeme lus et du panneau que dans la lar-
est noyée (enceinte de la Cita- théocratique. geur de l'encadrement, tant dans
delle). Mais saos cesse l'usage de la proportion du panneau par
ces panoeaux typiques de Teo- Des lors, cette structure stéré- rapport a son talus que dans le
tihuacan contribue a créer des otypée dont vont user les batis- rapport hauteur-longueur des
volumes harmonieux et d'un style seurs de Teotihuacan se comporte panneaux eux-memes. Mais ce se-
unitaire. Car chaque solution comme une sorte de «meccano». ra toujours le meme type d'élé-
offre un modelé puissant, dont Il sera posible de procéder aux ments qui servira a modeler les
les angles sont soulignés par les combinaisons les plus complexes, plates-formes, a enceindre les
baguettes horizontales et vertica- saos jamais avoir a renoncer au quadrilateres, a délimiter les pa-
les des eocadrements, Ce jeu d'al- príncipe de base sur Jeque) s'arti- tios, a border las allées.

/0. Costado suroeste de la plaza de la Luna.


10
Foto Henri Stierlin .

13
a
Repercusiones del tablero-talud mo Tepeapulco (o Tepepulco 7) donde
teotihuacano se presentan al estado puro los ele-
mentos arquitectónicos mencionados,
En perfecta adecuación con el junto con otros como los dados emer-
espíritu majestuoso que requería la giendo de las alfardas, el sistema
Ciudad de los Dioses para sus recin- constructivo mismo, etc. Pero en si-
tos sagrados, este tipo de tablero- tios un poco más distantes -como
talud tuvo innumerables repercu- puede ser, más al noreste, Huapalcal-
siones en diversas áreas, así como en co (fig. 11-a-b)- curiosamente hasta
diferentes períodos del desarrollo cul- lugares tan distantes como Tingam-
tural de Mesoamérica. Más o menos bato, en la región de Uruapan en
directas - y algunas más afortunadas Michoacán 8 , surgen variantes de
que otras en su adaptación- estas tableros-talud de aparente inspiración
influencias tal vez no puedan atribuir- teotihuacana, a pesar de la ausencia
se siempre a Teotihuacan, sino a de otros rasgos culturales que puedan
aquellos sitios como Tlalancaleca en relacionarse con la Ciudad de los
donde parece haberse gestado el pro- Dioses ...
totipo. Sin embargo, como lo hemos Y a lo largo de probables "corredo-
bosquejado aquí, fue tal su importan- res" de influencia cultu ral, podemos
cia en la arquitectura -y la liturgia- mencionar algunos posibles ejemplos
de Teotihuacan que en justicia puede hacia la parte norte de Guerrero9 , o en
considerársele, si no como un produc- Manzanilla (a proximidad de la
,~· .. to originario de esta ciudad, al menos ciudad de Puebla), donde un marco
como un elemento cultural que a tra- de apariencia teotihuacana sobresale
e vés de ella alcanzó una proyección extrañamente de uno de los paramen-
"universal" dentro del ámbito meso- tos verticales que encierran una
americano, al grado de convertirse, cancha de juego de pelota (fig.
en determinadas ocasiones, en un 11 -c); en el sitio de La Victoria (o ki-
auténtico sinónimo de lo sagrado (y lómetro 47) en la cuenca del río Cazo-
verse reducido quizá, en otros casos, nes al norte de Veracruz 10; o en la re-
a un mero signo ... ). gión de los Tuxtlas más al sur en el si-
Ejemplos de un indiscutible influjo tio de Matacapan (fig. 11 -d), posible
teotihuacano directo encontramos en "estación de paso" 11 en la ruta hacia
pequeñas ciudades "satélites" relati- el área maya meridional... Y sobre es-
vamente cercanas a Teotihuacan co- ta misma ruta al Soconusco cabe

11 12

14


13

a b e
d
mencionar los s1t1os de Tonalá y de guerreros y a otros personajes por- e
Horcones 12 como otras posibles "es- tando ofrendas y encaminándose ha-
taciones de paso" (nótese, por cia unos templos de basamentos
ejemplo, el perfil esquematizado de teotihuacanos en apariencia, aunque
tablero-talud que parece realzar los coronados por extraños techos eriza-
costados de una cancha de juego de dos de mascarones (fig. 13-d-f). Ade-
pelota en la parte inferior de una este- más, como es bien sabido, varios edi-
la de Tonalá (fig. 13-b). ficios de Kaminaljuyú -réplicas en
Pero de todas aquellas áreas, una mtn1atura de pirámides teoti- f
que en muchos aspectos parece haber huacanas- ostentan versiones de
sido la de mayor influjo teotihuacano tablero-talud de un estilo casi puro (y
- inmediatamente después del área hasta provistos de auténticos ixtapa/-
nuclear teotihuacana propiamente tetes), si bien de una ejecución más
dicha- es la que, en la parte sur de modesta en barro (fig. 14-a-b). 15
Guatemala, abarca desde la región de
Escuintla y el lago Amatitlán hasta 11. Difusión del tablero-talud de tipo teo-
Kaminaljuyú en las inmediaciones de tihuacano . a. Uno de los cuerpos escalonados talud en escultura y en cerámica . a. Relieve en
la ciudad de Guatemala. Entre el del basamento de Huapalcalco, Hidalgo, mos- dintel, tumba 155 de Monte Albán, según Jor-
trando los "ixtapaltetes" de tradición teo- ge R. Acosta; b. parte inferior de una estela de
abundante material cerámico de ins-
tihuacana; b El perfil que cine la plataforma in- Tonalá, Chiapas; c . Templo de Tláloc, en vasi-
piración teotihuacana hallado en el ferior. en cambio, muestra una marcada alt era- ja de Escuintla, Guatemala, según Nicholas
área Escuintla-Tiquisate, destaca una ción en sus proporciones así como en su siste- Hellmuth. d - f. Tres representacio nes de
representación de Tláloc que emerge ma constructivo; c. Tablero que adorna un cos- templos teotihuacanoides en una vasija hallada
de un templo de claro aspecto teo- tado de la cancha de Manzan illa, Puebla; d. en Tikal, seg ún Paul Gendrop. 14. Tableros de
Reconstitución del basamento de Matacapan, tipo teotihuacano en Kaminaljuyú, Guatemala.
tihuacano (fig. 13-d). Y es probable
Veracruz, según Michael D. Coe. 12. Mapa que a. En la fase 7 del montículo A; b. En la fase 4
que de ahí también 14 provenga la co- indica los sitios mencionados en este número del montículo B, según A. V. Kidder e l. Mar-
nocida vasija teotihuacanoide que, (y, con mayor detalle, los del altiplano central quina. Fotos y dib ujos Paul Gendrop, Michael
hallada en Tikal, muestra a un grupo de México). 13. Representaciones de tablero- D. Coe e Ignacio Marquina.

14 b

Á-4 -'-5

15
Estas modalidades "provinciales"
pudieron haber irradiado desde esta
zona meridional hasta sitios del área
maya tan distantes como Dzibilchal-
tún, al norte de la península de Yuca-
tán (fig. 15-a-b) , '~ sin por ello descar-
tar la posibilidad de relaciones del
área maya norte con la lejana Ciudad
de los Dioses. Hellmuth 17 menciona
un caso de tablero-talud en Yaxhá, en
pleno Petén. Y es bastante conocido
el hecho de que hacia el siglo VIII, la
a misma ciudad de Tikallevantó por lo
menos tres construcciones que se ba-
san en este principio 18 y que rompen a
tal grado con la -ya milenaria- tra-
dición arquitectónica de esta región
15 (véanse fig. 2-b-e) que no pueden
haber obedecido sino a una delibera-
/ ----- ------------n~ ===-=-ñ-J da intención de realizar algo "a la
teotihuacana' ' ... 19
b e Además de su ornamentación es-
cultórica -que en lo esencial se rela-
ciona con la simbología teoti-
huacana20- los tres basamentos com-
parten una serie de rasgos formales
(como las pesadas proporciones de su
tablero y los planos diferenciados de
su talud) que, si bien un tanto "hete-
rodoxos" con respecto al prototipo
de Teotihuacan, contribuyen a dar
o
' - -- ~------~------~-----~2 m. unidad y coherencia a esta modalidad
regional. Es de notarse también el vo-
d lumen excepcional de uno de éstos (el
5C-53) así como su emplazamiento
destacado en el conjunto conocido
como el Mundo Perdido. Y en cuanto
al 50-42 (situado al pie de la Acrópo-
lis Central mirando hacia la Plaza Es-
te, su cancha de juego de pelota y su
"mercado"), debe una parte de su as-
pecto insólito a la presencia de una
cornisa biselada en la cual se repiten,
a la inversa, los elementos presentes
en el talud ... Sabemos en efecto que
los basamentos teotihuacanos nunca
eran provistos de semejante cornisa;
sin embargo, y por extrai'Jo -y poco
teotihuacano- que se nos antoje este
híbrido, pudo haber sido inspirado, si
no en un basamento original, en uno
de aquellos remates de techo teo-
tihuacanos que sí presentan una com-
binación de elementos similares, tal
como aparecen en las pocas maquetas
conocidas o en algunos altares que,
como el de Atetelco, semej an un
templo en miniatura (fig. 5-c).
Más difíciles de atribuir a una
influencia ejercida directa -o aun
indirectamente- por la Ciudad de los
Dioses, son aquellos brotes tardíos y
aislados como el basamento de El Ix-
tépete (cerca de Guadalajara) que
muestra un tablero emergiendo de un
elevado talud y coronado por una
banda vertical (fig. 16-~); y, desde
luego, aquellas reminiscencias o "re-
surgimientos" lejanos que ya pertene-
cen claramente al período postclásico
como, por ejemplo, el basamento del
templo de los Guerreros en la nueva
Chichén Itzá (fig. 16-a); o las que
parecen haber existido hasta tiempos
de los aztecas en la misma Tenoch-
titlan (fig. 16-d). En cuanto a las
abundantes representaciones ar-
quitectónicas que aparecen en los có-
dices de la Mixteca-Puebla, particu-
larmente frecuentes son los ejemplos
de tablero "a la teotihuacana" tanto a
en basamentos (de plataformas ri-
b
tuales o de templos) como en techos r- - - - - -- - - - --
(fig. 16-c). Cabe aquí preguntarse si el '
prototipo consagrado por Teoti-
huacan entre los siglos III y VIII
sobrevivió a tal grado que continuó
empleándose ampliamente durante
épocas más tardías en muchas re-
giones de Mesoamérica ... o si, reduci-
do simplemente a un signo formal
-símbolo de arquitectura sacra por
excelencia- se perpetuó su uso como
parte de un lenguaje meramente con-
vencional.

15. Incidencias de tablero-talud teotihuaca-


noide en las tierras bajas mayas . a. El edificio
38 de Dzibilchaltún, Yucatán, mostrando una
infraestructura con techo en forma de tablero;
b. El segundo período del edificio 612 en la 16 e
misma ciudad, según E. Wyllys Andrews IV y
V; c. El edificio 6E-144-2o. de Tikal , según
Dennis Puleston; d. El edificio 50-42 de esta
misma ciudad. 16. Resurgimientos tardíos de d
tablero-talud . a. Basamento del templo de los
Guerreros en Chichén Itzá, Yucatán; b. Ellxté-
pete, Jalisco; c. Templos y altar decorados con
tablero-talud, según los códices Nuttall y Sel-
den; d. Reconstitución de un adoratorio del re-
cinto sagrado de México-Tenochtitlan, según
Jordi Gussinyer. Dibujos Aquiles Montero Ló-
pez, Gerardo Ramírez y Paul Gendrop. Fotos
Doris Heyden y Paul Gendrop.
17
e

b Pero donde resulta quizá más deli-


cado relacionar directamente ciertos
e-lementos arquitectónicos con este
prototipo, es en aquellas ciudades del
al tiplano contemporáneas de Teo-
tihuacan como fueron Cholula y
Xochicalco. En la primera, si bien
existen casos similares de tableros
(fig. 17-c), éstos pueden haberse de-
rivado de los antiguos modelos origi-
nados más al noreste de esta misma
región de Puebla-Tlaxcala, y difieren
además del prototipo teotihuacano en
su sistema constructivo. Por otra par-
te, y desde fases muy tempranas (siglo
11 ó III d.C.), se elaboraron en Cho-
lula una serie muy extensa de varian-
:ct:s de tablero-talud de inconfundible
~ cilo local, algunas de las cuales tu-
·.r;c:-ron un desarrollo considerable a
través del tiempo.
Mientras que algunas de estas mo-
dalidades pertenecen más bien al gé-
nero de las simples molduras que
emergen en mayor o menor grado de
un talud, las más características de es-
ta ciudad son aquéllas que -a mane-
ra de emparedado- encierran un
marco "a la teotihuacana" entre dos
gruesas molduras, rematando inva-
riablemente en chaflán en la parte su-
perior. En estas variantes típicamente
cholultecas, el talud puede ser corto
o, por el contrario, muy alto con rela-
ción al tablero, siendo particularmente
frecuente una compleja combinación
de talud cóncavo realzado mediante
un diseño escalonado y montado
sobre una gruesa mo!d~ua que susten-
ta a su vez un corto talud (fig. 17-f-i).
18
17

17. Tab leros-talud de Cholula, Puebla . a. Ba-


sament o teotihu acanoide enfrente del costado
norte de la gran pirámide; b . Detalle del edifi-
cio F, adosado a la gran pirámide en su cara
poniente; c. Angu lo noreste del llamado "Edi-
fi cio Teotihuacano", al sureste de la misma; d-
I Las tres prin cipales var iantes locales de
tablero del tipo "emparedado" o "sandwich";
g. El Patio de los Altares; h . Detalle de uno de
los tableros-talud característicos de aquél. i.
Corte mostrando las fases de superposición de
estos perfiles, según Jorge R. Acosta. Fotos . g
Paul Gendrop y Jorge R. Acosta. Dibujos Fer-
nando Castro Cámara.
h

--WIIItiiRiffil

J
f

4 . t=t
4A·t--:t
4
4Á J-i:
48- -
4 c-l-t-
4o-p

19
18

b e

Pero si los perfiles arquitectónicos


de Cholula guardan ciertas afinidades

,¡~
d
con los teotihuacanos (y quizá, en
ocasiones, con los de Xochicalco, El
Tajín o Monte Albán), los de Xochi-
calco difieren radicalmente de
aquéllos. Impera en esta ciudad un
prototipo en el cual, al llegar hacia las
tres cuartas partes de su altura total,
el basamento en talud se quiebra
bruscamente para terminar en un
simple paramento vertical o tablero
liso (fig. 18-a). En cambio, el pe-
queño basamento sobre el cual se
19 b desplanta el templo de las Estelas
ofrece, a pesar de sus reducidas di-
mensiones, sugestivos paralelos con
perfiles de Monte Albán (especial-
a mente con un edificio situado sobre la
plataforma norte de aquella ciudad
(fig. 24-a); y los paños recortados
18. El tablero-talud en Xochicalco, Morelos . a.
El edificio D; by c. Representaciones arquitec- que cuelgan de la moldura superior en
tónicas en las estelas 1 y 3; d. El templo de las los costados de este basamento (fig.
Serpientes Emplumadas; e yf. Frente y costado 18-f) bien podrían constituir un ele-
del basamento superior del edificio A. 19. Mo- mento de transición entre la arquitec-
dalidades toltecas (y " maya-toltecas") de tura clásica de Monte Albán y la post-
tablero-talud. a. Los tableros labrados del
templo de Tlahuizcalpantecuhtli en Tula; b.
clásica de TuJa -y de Chichén Itzá-
Representación de un templo (¿de tipo tolteca?) en donde se desarrolló una nueva mo-
en el monolito de Maltrata, Veracruz; c. Table- dalidad de tablero-talud que consiste
ros lisos en una superposición del edificio B de básicamente en una gruesa y continua
Tula; d. La plataforma de Aguilas y Jaguares moldura superior (encerrada o no
e en Chichén ltzá; e. Detalle del basamento del
templo de Kukulkán (o Castillo) en Chichén It-
entre delgadas franjas) de la que pare-
zá. 20. Otras variantes de tablero-talud particu- cen colgar, en un plano ligeramente
larmente difundidos durante el período post- remetido, grandes paneles de forma
clásico. a - d. De tablero liso, usualmente sa- cuadrangular que van alternando con
liente, en Teotenango (a), Topoxté (b), El paños aún más remetidos, sobre un
Corral, Tula (e) y Tazumal (d); e, f. De corte
biselado, en Ixtlán del Río (e) y Misantla (j).
talud más o menos corto (fig. 19-a-d).
Fotos y dibujos Paul Gendrop, Fernando En lo que se refiere al edificio más
Castro Cámara, Gil López Corella, Alejandro destacado de Xochicalco -el de las
Villalobos, Salvador Vázquez Bader y Antonio Serpientes Emplumadas (fig. 1l~-d),
Dabbah M. se ha querido ver en el perfil de su ba-
d e samento una forma derivada de Teo-
tihuacan. Sin embargo, me parece
que éste rompe a tal grado c<;>n cual-
quier molde, que con justicia se le
puede considerar verdaderamente
único en su género con su peculiar
combinación de elementos: un eleva-
do talud del que sobresale una gruesa
banda o tablero rematando con una
elegante cornisa biselada que, si aca- 20 a
so, podría relacionarse más bien con
la arquitectura de El Tajín, de Oaxa-
ca o de las regiones Río Bec, Chenes y
Puuc de Yucatán 20 •

Comentarios sobre la definición de


"tablero-talud"

Como habrá podido notarse en los


párrafos anteriores, estamos tendiendo
a conceder una importancia secunda-
ria -en esta clasificación genérica de
tableros-talud- a toda una serie de
perfiles arquitectónicos tales como,
por una parte, aquéllos que consisten e
esencialmente en planos inclinados b
recortados en paños diferenciados
(como las "molduras en delantal" del
Petén: fig. 2), o bien que constan de
una gruesa moldura (saliente, a paño
o remetida, y de paramentos usual-
mente verticales) rematando un talud
más o menos pronunciado, como
ocurre en tantos edificios prehispáni-
cos a partir de fina les del período clá-
sico.
Dada la importancia de estos perfi-
les arquitectónicos - verdaderos
"órdenes clásicos" de Mesoamé-
rica- , pensamos que convendría es-
tablecer al respecto una terminología
y unas tipologías más precisas. Suge-
rimos que podría aplicarse preferen-
temente el uso del térmi no "tablero-
talud" (o "talud-tablero", como pre-
fieren decirle muchos colegas anglo- d
sajones) a aquellos perfiles que, pro-
vis tos o no de una cornisa, presentan
un " tablero" - como una determina-
da combinación de volúmenes más o
menos diferenciados entre sí y de pa-
ños habitualmente verticales- clara-
mente diferenciado (y usualmente sa-
liente) con respecto al plano inclinado
o " talud " que suele sustentarlo21 • De
acuerdo con esta definición propues-
ta , podríamos tener, como variantes e
principales de tablero-talud, el mode-
lo ampliamente empleado y difu ndi-
do por Teot ihuacan -sin duda el más
"universal " en Mesoamérica- así
como las modalidades derivadas de
éste y, en diversos grados, las varian-
tes de Cholula , Xochicalco, Tula y
Chichén Itzá, El Tajín y la regió n de
Oaxaca (véanse pp. 48 y 49). f
21
a 21 El tablero-talud en la arquitectura de
El Tajín

Otro de los factores que definen el


tablero-talud es el hecho de que, co-
b mo hemos observado anteriormente,
un mismo patrón suele emplearse pa-
ra ceñir enteramente los cos tados de
un basamento, excepción hecha de las
escali natas o de la presencia de algún
otro edificio adosado. Además, cuan-
do se trata de un basamento escalon a-
do, el patrón utilizado se repite gene-
ralmente en cada uno de los niveles de
éste. Si sumamos todas estas conside-
rac ion es, debemos admitir que
muchos de los basamentos escalona-
dos explorados en El Tajín encajan
e bastante bien dentro de este princi-
pio, aunque en grados diversos debi-
do a la misma flexibi lidad que ofre-
cen las solu ciones arquitectónicas ...
Por una parte, el tablero propiamente
dicho, en su forma más frec uente, es
coronado aquí por una corn isa bisela-
da audazmente acusada en voladizo 22
y cuya inclinació n repite sensiblemen-
te, a la inversa, el ángulo del talud; en
cua nt o a l tab lero en sí (que casi
siempre se encierra entre dos delgados
listeles que lo separan tanto de la cor-
nisa como del talud), éste puede con-
sistir en una suces ión de diseños
geo métricos en fuerte relieve (grecas
simples o -casi siempre- escalona-
das, xonecui//i o "gusano azul ", etcé-
tera (fi gs. 22-a) o bien, más comun-
mente, horadarse con nichos cuya
forma va desde el cuad rado hasta el
d rectángulo más o menos alargado en
el sentido horizontal (fig. 22-a-d ).
Estos nichos se van reduciendo ha-
cia el fon do en un sutil escalonam ien-
to de planos verticales y horizont ales
cuyo complejo ensa mble sugiere, a
decir de José García Payon 23, un po-
sib le origen a base de piezas de made-
ra ... Observemos por otra parte que
estos tab leros - integrando general-
mente grupos de tres nichos- pueden
desplantarse al cent ro de una escal i-
nata, subrayando el nivel de cada
cuerpo del basamento (fig. 21-c) o
bien, bajo el aspecto de un nicho
sim ple o de una doble greca, pueden
tam bién sobresalir del paño del tab le-
22 ----

a g b e

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ro, rematando las alfardas a la mane- Notemos así mismo que, como By IV, 25 y es abundante en los estilos
ra de un dado (fig . 22-e, f, h, i). ocurre en todos los grandes centros de clásicos del área maya norte. Sin em-
Combinadas de muy diversas for- la civilización mesoamericana en un bargo conviene reca lcar aquí que, en
mas, todas estas modalidades contri- período determinado, estas variantes contraste con otras molduras bisela-
buyen a dar a los edificios de El Tajín supieron adecuarse admirablemente a das, las cornisas de El Tajín tienen su
su fisonomía siempre renovada, así las tendencias formales de esta región arranque en voladizo.
como una peculiar animación provo- y que, en justicia, es difícil conside-
cada por un vigoroso y cambiante rarlas como un si mple derivado del
juego de luces y sombras .... Es aquí modelo teotihuacano ... Así como son 21. Arquitectura de El Tajín, Yerac ruz, a . El
edificio 5; b . Representaciones de perfiles ar-
donde acuden a nuestra mente frecuentes en Teotihuacan, durante quitectónicos en relieves, segú n Michael E.
aquellas palabras de Octavio Paz 24 : las fases tempranas, motivos de clara Kampen (1972 :38); c. La pirámide de los
filiación veracruzana (como las in- Nichos; d. El edificio C de Tají n Chico . 22. El
"Los totonacas revelan una vitali- confun dible s "vol u tas entrela - tablero-t alud de El Tajín y sus relaciones con la
dad menos tensa y más dichosa que zadas"), es tam bién posible que se en- arquitectura. a y b. Tableros en basamento y
eje escali nata , pirám id e de los Nichos; c. Angu-
la de los otros pueblos mesoameri- cuentre en El Tajín, durante fases lo superior del ed ificio A en Tajín Chico; d.
canos. Quizá por eso crearon un fo rmativas, la sugerencia del tablero- Basamento del edificio B, Tajín Chico; e. Fren-
arte equidistante de la severidad teo- talud teoti huacano actuando como te de la plataforma J (anexa al edificio C),
tihuacana y de la opulencia maya. un poderoso estímulo. En cuanto al Tajín Chico; f. Angulo superior del ed ificio 5;
empleo sistemát ico de una cornisa bi- g. Angulo plataforma J; h. Detalle plataforma
El Tajín no es, como Teotihuacán,
in ferior edificio 5; i . Basamento edificio C,
movimiento petrificado, tiempo selada, recordemos que ésta, siempre Tajin Chico. Dibujos Alejand ro Yillalobos,
detenido: es geometría danzante, ausente de los basamentos teoti- Paul Gendrop, Antonio Dabbah Mustri . Fotos
ondulación y ritmo". huacanos, figura en Monte Albán Ill - Paul Gendrop.

23
23 El tablero-talud en la arquitectura de
Oaxaca

Poseedora de una de las más anti-


guas y sólidas tradiciones arquitectó-
nicas en Mesoamérica, la región de
Oaxaca cont ribuyó desde finales del
a período preclásico a la elaboración de
algunos elementos tanto estructurales
como fo rmales. Desde los últimos
siglos que anteceden nuestra era ve-
mos desarrollarse en Monte Albán
varios tipos de perfiles, algunos de los
cuales habrían de desaparecer más
adelante (como las hileras de discos
empotrados), mientras que otros se
combinaría n ocasionalmente con ele-
mentos nuevos, según veremos a con-
tinuación.
Es alrededor de 200 d.C., al iniciarse
en Monte Albán la fase conocida co-
mo Monte Albán III-A 26 cuando la
arquitectura de esta ciudad se orienta
b
hacia nuevas búsquedas formales al
parecer independientes de las que en
esta misma época tenían lugar en Teo-
ti h uacan. Se di rí a que, en este
período tan decisivo para Mesoaméri-
ca (en vísperas del período
"clásico"), cada una de las principa-
[ · ~· les áreas cul turales estaba cristalizan-
do definitivamente los elementos de
su propio derrotero estilístico. Y aquí
en Monte Albán, habrían de elabo-
rarse una serie de perfi les arquitectó-
nicos destinados a marcar profunda-
mente las tradiciones de esta región
hasta los tiempos de la conquista es-
pañola : se trata del llamado "tablero
de Oaxaca", conocido ta mbién como
-~ e "tablero de escapulario" por el as-
pecto que ofrecen sus principales
componentes (figs . 23 y 24).
Todavía no nos son muy conocidas
las fases evolutivas de esta modalidad
típicamente oaxaq ueña, cuyos ele-
men tos bás icos constan casi inva-
riab lemen te de tres planos bien dife-
renciados, generalmente verticales: el
plano principal, que se recorta pe-
riódicamente en paneles unidos entre
sí mediant e una delgada franja supe-
rior; el plano secundario que, como
una banda conti nua si tuada en la par-
te inferior, viene a repetir los pecu-
liares recortes del plano principal,
subrayando poderosamente el efecto 24
de luz y sombra producido por éste; y fh ....QJ,..., . -- $L.€. $ . .• • " 4--~ < •. .C

finalmente el tercer plano , aún más


hundido, alargado a la horizontal, y
que en ocasiones puede contener al- h --~
guna ornamentación en relieve. Estos ·.::.)
~-----"-~ a b
tres elementos - que cont it uyen el
"table ro" propiamente dicho-
pueden eventualmente complemen-
tarse mediante una moldura superior
más comunmente remetida y cortada,
según el caso, en chaflán, a la vertical
o biselada. Y en sus variantes más de- e d
puradas - como en Lambityeco, ha-
cia el siglo VIII d.C. - una delgada e f
entrecalle lo separa de un corto talud
que a su vez se desplanta sobre un pe-
queño escalón, como lo ha hecho ver
Horst Hartung en su fu ndamental
ensayo 27 • Pero es de notarse que en
este "tablero de Oaxaca", el talud no
es un elemento tan inseparable como
suele ocurrir en las ot ras modalidades
que hemos analizado anteriormente.

23 . Aspectos del tablero-talud oaxaqueño. a. k 1


El edificio A, en la plataforma nort e de Mon te
Albán. b. Remates de una de las descomunales
alfardas en la escalinata de acceso a la misma
plataforma norte; c. Uno de los "altares de los
Cocijos" en Lambityeco. d. Angulo del palacio
de las Columnas en Mit la . 24. Modalidades del
tablero de Oaxaca y sus relaciones con la ar-
quitectura suntuaria y fu neraria . a. Basamento
de un edific io en platafo rma norte, Monte Al- m
bán; b . Escalinata del edificio M; e y d . Orna-
mentación en parte in ferior muros, edificios
norte y sur de los Danzant es; e. Angulo del edi-
ficio O (cuerpo de acceso al Sistema IV);f Es-
calinata templo Sistema IV ; g. Ent rada tumba
82; h. Angu lo del "patio de los alta res" en Al-
zompa; i. Ent rada tumba 104, Monte Albán;j.
Altar de Cocijo, Lambityeco . /. y m . Parte n o
central y ext remo del alta r encima de la tumba
6, Lambityeco; n. Entrada tum ba 1, Zaachila;
o. Entrada tumba 15, Yagul ; p . Angulo Pala-
cio de las Columnas, Milla. Fotos Paul
Gendrop . Dibujos Héctor Bracho Sotres y Ale-
-=
jandro Villalobos . p -----
-..:.- ~--=-

25
25 Múltiples son las manifestaciones volu metría nerviosa, a pesar de la
plásticas de este tablero oaxaqueño obligación, por parte de los ar-
que a partir de elementos cortos quitectos, de no rebasar en ningún
- provistos tan só lo de dos o tres "es- caso el ángu lo de des li zamiento na-
a ·---- - - ----' capu la rios"- puede articular (a ma- tural, en vista de la baja resistencia
nera de dado) el cuerpo de una ancha de la mampostería.''
alfarda , hacer resaltar los costados de
un pequeño basamento o coronar un
altar, la entrada de una tumba o el Notemos en efecto cómo, en ciertos
techo de un edificio suntuario 2R; o edificios, los tableros se combinan de
bien, in tegrado por fajas continuas, una manera muy elaborada con las
ceñir los costados de un muro, de un pesadas masas de las alfardas y con
e
basamento escalonado (de paramen- aquellos perfiles de molduras inclina-
tos verticales o incl inados) o el pretil das que provienen de una más antigua
de un techo, provocando este sut il tradición local (fig. 24-b-e-f). Particu-
efecto de pointillé o "punteado" de larmente adaptadas, en Monte Al-
que habla Kub ler 29 • Res pecto a lo últi- bán, a esta arquitectura de volú menes
mo me parece in teresante hacer notar masivos y tendidos, estas variantes
e
-sin q ue ello implique necesar iamen- zapotecas de tab lero con tribuyen, con
te ulla influencia- cómo semejante el sutil juego de luces y som bras que
efecto de luces y som bras prefigura en provoca n, a definir y articu lar entre sí
ciertas esculturas, en especial o lme- las partes principales del edificio sin
cas (fig. 26). por ello hacer perder a éste su carác-
ter masivo sino, por el contrario,
exa ltándolo
Raúl Flores Gu~r rero 30 , al referirse
a la arquitectura de Monte Albán co-
mo ... "un juego de alfardas, tableros Presente en los edificios más desta-
y sol", hace ver cómo ... "esa su til cados de Monte Albán a partir de
ruptura del tablero por dos líneas de- cierta época, este elemento actúa ade-
finidas de sombra , contrib uye a acen- más como un poderoso factor para
tuar el carácter masivo de todas las dar unidad de estilo a l conjunto ar-
construcciones". A lo que Henri quitectónico. Y después de la etapa
Stierlin 31 añade: preciosista de Lambityeco, podemos
segui r su metamor fosis en Mitla 32 ,
j "Estos motivos ornamentales, que donde lo vemos convertido en una su-
tal vez tien en su origen en una ar- cesión de paneles que enmarca n
quitectura de mad era, podrían aquellas exquisitas grecas ... Conviene
representar la supervivencia petri- notar finalmente que, además de su
ficada de las extremidades salientes larga trayectoria en la región de
de unas trabes. Las sombras pro- Oaxaca, es probable que aquel table-
yec ta das, que a rr o ja el doble ro oaxaqueño haya influid o en algu-
quiebre de esta faja en relieve, nos aspectos de la arquitectura de
subrayan el remate de los muros y Cholula y de Xochicalco (figs. 17-h y
la articulación plástica de la ar- 18-f) y -a través de esta úl ti ma
q uitectura . Si Monte Albán recurre ci udad- haya contribuido indirecta-
más a menudo que Teotihuacan a mente a la gestación de la nueva va-
las superficies inclinadas, las mol- riante ''tolteca" (fig. 19).
duraciones que van creando visua l-
men te una especie de gradas en las
caras de las pi rámides, tienen aquí México, D.F., marzo de 1984
por objeto el romper las formas
demasiado indecisas que habrían
a b e de determina r los planos piramida-
les bajo el sol cenital del trópico ...
Se trata de dotar las superficies en-
volventes de las pirámides de una
25. Repre~entaciO ne s arq uitectón•cas de la re-
gión de Oaxaca. a. g. y k. " Maquetas" en
piedra; h. Detalle de una lápida labrada, colec-
ción H .• Leigh (¿año 655 d.C.?); i - ). Urnas de
barro Ñuiñe . 26. Algunos elementos forma les
que , en una medida u otra, prcse nr an un efecto
similar al de luces y sombras ele un tablero de
Oaxaca. a - b. Bocas de " hachas" a nt ropomor-
fa s olmecas en piedra; c. Vasija olmeca esgra-
li ada; d. Pa rte su pen or del altar (o monu men-
to 2) de P otrero Nuevo, Veracruz; a. Detalle
pedestal esc ultura, Kam inaljuyú. Viñeta
(adjunto). Detalle de la urna No. 3 de
Huajuapan. Dibujos Paul Gendrop y Héctor
Hracho Sotres. Foto lNAH .

NOTAS: Handbuok of Middle A merican Indians. 19. Clemency Coggins " Teot íhuacan at Tikal
Vol. 3, Part 2:705 , 1965; véase tamhién J. in the Early Class ic penod ". A ctas del
Valcmu ela, " Las exploraciones efectuada s XLII Congreso Internacional de America-
en los Tuxtlas, Veracru7", Anales del Mu - nistas, vol. 8:251 -269, 1979. Pa rís (1976).
seo Nacional de Arqueología, Historia y 20. Véase Paul Gendrop, Los estilos Río Bec.
l . Angel García Cook, " Algunos descubri- Etnología, Vol. 3:83-107, y "La segunda Chenes y Puuc en la arquitecatura maya,
mient.os en Tlalancaleca, Esrado de temporada de exploraciones en los· T uxtl as, UNAM, 1983.
Puebla ", Comunicaciones No. 9:25-sigs., Estado de Veracruz, Anales del Instituto 21. Aunque en alg unas variantes del "tablero
Puebla, 1973 ; véase también, del mismo Nacional de Antropología e Historia, Vol. de Oaxaca" el talud no es siempre evidente
autor y Elia del Carmen Trejo, "Lo teo- I-8 1-94. (véase pp . 24-25 y 68-69 del pre~e nte núme-
tihuacano en Tlaxcala", Comunicaciones 12. Carlos Navarrete, "El com plejo escultórico ro).
No. 14, Pueb la, 1977 . del Cerro Berna! en la costa de C hiapas", 22. Henri Stierlin (1967: 145) habla de una
2. Tablero - talud es una abrev iatura de table- Anales de Antropología, Vol. XIII , Institu- "audaz moldura saliente, en vol adizo".
ro sobre talud (en español se prefi ere esta to de Investigaciones Antropológicas, 23. José Garcí a Payon, comunicació n perso-
versión a la de talud - tablero por razones UNAM, México, 1976. nal.
de eufonía) . 13 . Nicho las Hellmuth , Repo rt o n First Season 24.0ctavio Paz, "Risa y penitencia", Magia
3. lxtapaltete viene del náhu at l ixtlapalteca Explorations and Excavations at Yaxhá, de la Risa. p. 14, SepSetentas, México
(extender o poner una cosa de través, de la- Guatemala, New H a ven, 197 1:5-8. 1971.
do) y tetl o pi edra (P . Gendrop, Diccionario 14. Nicholas Hellmuth, comunicacion perso- 25. Horst Hartung , "Notes on the Oaxaca
de Arquitectura Mesoamericana, en prepa- nal. Tablero", Bulletin uf Oaxaca Studies, No.
ración) . 15. Véase el artículo de Víctor Rivera G. y Da- 27, 1970. Véanse tam bién pp. 66-74 del pre~
4. George Kubler, "lconogra phic aspects of niel Schávelzon , pp. 51-56 del presente nú- sente número.
architectural pro files at Teotihuacan and in mero . 26 . l bidem.
Mesoamerica '' , The iconugraphy qf Middle 16 . E. Wyllys Andrews IV y E. Wyllys Andrews 27 . 1bidem.
American Sculpture, Before Cort és Sympo- V, Excavatiuns at Dzibilchaltún , Yucatan, 28. H orst Hartung, "Maquetas Arqu itec tó ni-
sium, Metropolitan Museum, New York, Mexico, National Geographic Society - cas Precolombinas de Oaxaca ", ponencia
1973 :28 . Tulane Univers it y Program of Research on al XLI Congreso Internacional de Arquitec-
5. lbidem :33. the Yucatan Penínsu la, Publication 48, tos, México, 1974; publicado en Baessler-
6. lb idem :26 . Middle American Research lnstit ute, Tula- Archiv, Vol. XXV :387-400. Berlí n, 1977.
7. Véase el artículo de Víctor Rivera G ., pp. ne University, New Orlean s, 1980. 29. George Kubler, The Art and Architecture uf
44 - 46 del presente número. 17 . Nicho las Hellmuth, Preliminary Report on Ancient America, Peng uin Book s. 1962:87.
8. Véase el artículo de Juan Anton io Síller C., Second Season Excavations at Yaxhá, 30. Raúl Flores Guerrero, Arte Mexicano, Epo-
pp. 60-65 del presente número. Guatemala, New Haven , 197 1:5 . ca Prehispánica, p . 133, Ed. H ermes , Méxi-
9. Véase el artículo de Raú l Arana y César 18. William R. Coe, Tikal, a handbook uf the co, 1962.
Quijada, pp. 57-59 del presente número . ancient Maya ruins, Uni versit y of Pennsyl- 31. Henri Stierlin , op. cit., p. 137 .
10. José García Payo n, "Archaeology of vania Phi ladelphia, 1967: 73-74 y 90; véase 32. Horst Hartung, "Superficie, Vo lu men y
Central Veracruz" , Handbouk of Middle también , del mismo autor, << Tik al, in se- Espacio en la Arquitectura P recolombina
American lndians, Vol. 11, Part 2:527, arch of the Mayan past)), The World Book, de Mitla" , X III Mesa Redunda de la So-
197 1. Year Buok, pp. 158-sigs., the University ciedad Mexicana de Antropología, Jalapa
11 . Michael D. Coe, "Archaeological Synthesís Museum, University of Pennsylvanía, Phi- (1973), Vol. Arqueología 11: 185-1 93 , Mé-
of Southern Veracruz and Tabasco", ladelphia, 1961! . xico.

27
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2 1 y 2. Detalles de escalinata con alfardas . 3.


Mapa del sitio de Tlalancaleca, mostrando el
emplazamiento de los elementos mencionados.
4. Restos de tablero-talud formando ángulo.

Nota: Todas las ilustraciones son del autor.

Local izació n de los elementos arqu it ectónicos

~
\
i

Mo r.

O Tablero- ta l ud
¡ 'f ...
O Alfardas
.1.,. LA PEDRERA DE Tl AU.NCALLCA

28
DOS ELEMENTOS ARQUITECTÓNICOS ''TEMPRANOS" EN TLALANCALECA, PUEBLA

4 This paper deals with the early architectural features such as talud-tablero
anda stairway jlanked by alfardas (also known in English as balustrades: see p.
4) such as jound at the site oj Tlalancaleca, and which were built between 400
and 200 B. C. A discussion fol/ows concerning the discovery and exploration oj
those jeatures, in comparison with other early examples known, and within the
chronological sequence oj cultural deve/opment of the site.
Based of the analysis oj many oj irs remains -which includes len C' 4
datings- it is proposed a date of 400 B. C. for the alfardas, and 350-200 B. C.
Ángel García Cook* for the talud-tablero.

En la presente nota se ofrece informa- asentamiento son de 3000 metros de bestructura dejada en parte al descu-
ción acerca de dos elementos ar- longitud por una anchura que varía bierto. Ésta se limpió y se exploró en
quitectónicos, tablero-talud y alfar- entre los 400 y los 1000 m., de acuer- lo mínimo indispensable, con el fin de
das en escaleras, que se presentan des- do a las características del terreno, y precisar y poder observar con cierto
de unos siglos antes de nuestra era tiene una orientación Oeste-Este. Ha- detalle el elemento arquitectónico de
-fase cultural Tezoquipan- en un cia las partes bajas -N-NE, Este y S- que se trataba, y de esta manera pudi-
asentamiento arqueológico, Tlalanca- SE-, también fue poblado en forma mos constatar la existencia de un
leca, localizado al Oeste del Estado de contemporánea, formando parte y tablero-talud en dicha subestructura,
Puebla, en las inmediaciones de los dependiendo en todos sentidos del un elemento arquitectónico que ya no
Estados de México y de Tlaxcala. centro mayor localizado en la parte se presenta en ninguna de las otras 24
Este asentamiento arqueológico, lo- alta. La mayor concentración de estructuras elevadas que aún existían
calizado en el lugar conocido en la ac- estructuras arquitectónicas elevadas -en 1973- en este asentamiento.
tualidad como "La Pedrera de Tla- - pirámides, plataformas, altares, En otra estructura arquitectónica
lancaleca", está situado entre las co- plazas, etc.- se encuentra en un área de menores dimensiones -35 x 30
ordenadas 98° 31' 09" y 98° 32' 52" de 1500 por 1000 m. (o por 400 m. en x 5 m. aprox.- que había sido
de longitud Oeste y los 19° 18' 30" y la parte más estrecha) hacia el Este explorada en parte hace más de 60
19° 19' lO" de latitud Norte, con una del sitio. En la parte baja -al NE- afios (Villarreal 1922), se dejaron al
altitud comprendida entre los 2400 y se halla un conjunto de estructuras descubierto dos de los cuatro lados
2550 m.s.n.m. Pertenece al municipio donde se localizó -y aún se en- -el oriental y el lado Norte- de una
de San Matías Tlalancaleca del Distri- cuentra en su posición original- una subestructura, con lo cual es posible
to de Huejotzingo, Puebla (fig. 3). Se estela grabada, con la representación precisar el sistema constructivo de la
encuentra ubicado sobre un derrame de Tlahuizcalpantecuhtli, Xólotl o misma. Aquí, entre otras cosas, se
de erupción volcánica, quedando por Quetzalcóatl (García Cook 1973; observa la presencia de anchas alfar-
tanto en alto y bordeado por dos Aguilera 1974); a este último lugar das lisas limitando las escaleras de ac-
barrancas; se eleva con respecto a los mencionado se le conoce con el ceso, y a las cuales nos referiremos
terrenos que lo circundan, por tres de nombre de "el Ameyal de Tlalanca- más adelante.
sus lados, en unos 50 m., y hacia el leca".
oeste está unido por suave pendiente Hacia el ángulo Sureste de una
al principio -de unos 7° a l 0°- con gran plataforma -de lOO x 60 x 5 • Arqlgo . Maestría en Ciencias Antropológi-
el volcán del lztaccíhuatl (García m. aprox.- y en un pozo de saqueo, cas, UNAM, Dirección de Monumentos
Cook 1973). Las dimensiones del se observó la existencia de una su- Prehispánicos, INAH .
29

.·· ·•··
5. Planta y corres del ta blero-tal ud . 6. Detalle
El tablero-talud
del mismo. 7. Croquis -sin escala- mostran- -------.,,......-- -- ----,,---.
do la disposición de los cuerpos provistos de es- --_1
calinata con alfardas. / .; Como se mencionó anteriormente,
/

'\
'! este elemento arquitectónico pudo ser
'
observado "gracias" a un pozo deja-
!
--->
82 '
1 .....
Bl
do por una excavación clandest ina,
1'
1 ya que nuestra presencia en el sitio era
1' 1
' solamente para efect uar pozos de
1: PLANTA 1;'
¡Al so ndeo estratigráfico y obtener mate-
010 50
LL.LJ...l...J e"' rial cult ural en su contexto, con el fin
de precisar con mayor detalle la
cronología que nos ofrecían los mate-
riales recolectados durante nuestra
exploración de superficie, y de ningu -
na manera excavar estructuras ar-
quitectónicas . Al observar los restos
arquitectónicos de una subestructura
dejada al descubierto por este saqueo ,
CORTE 81 - 82 CORTE AI- A2 se procedió a extraer el escombro re-
movido, limpiar las evidencias y
S
ampliar un poco la excavación con el
6 fi n de poder defin ir aquel elemento
arquitectónico así como el sis-
tema constructivo utilizado en la rea-
lización de la estructura que cu brió a
esta subestructura.
En base a esta breve exploración rea-
lizada se pudo confirmar que se trata-
ba de una subestructura de la cual se
estaba observando una parte de la
fachada orient al, que correspondía al
cuerpo de una plataforma cuyos mu-
ros laterales presentan el aspecto de
un tablero-talud; subestructura que al
parecer constó de un mínimo de dos
cuerpos de los cuales se había locali-
zado el superior. Esta estructura ar-
quitectónica fue cubierta para dar lu-
gar a otra más grande -en superficie
y volumen, no en altura- y localizar
hacia esta parte o riental una amplia
escalinata cuyos restos de los pelda-
ños se pudieron observar en dos po-
zos efectuados más al Este de este ele-
mento arquitectónico de tablero-
tal ud . Para lograr esta ampliación se
construyeron sobre la estructura ar-
quitectónica anterior muros de ado-
be, formando una red y rellenando de
tierra y piedras los espacios entre
dichos muros, con el fin de levantar y
emparejar hasta el nivel superior de la
subestructura y poder lograr una pla-
taforma de mayores dimensiones,
aunque no más alta. Para realizar la
escalera, se procedió de la misma ma-
30
nera, a base de cubos constituidos por este elemento arquitectónico, repor- se interrumpe al llegar a la parte supe-
muros de adobe y relleno de piedras y tado para la fase Cholu la 11 y en tor- rior del primer cuerpo, dejando una
tierra. Se construía hasta cierta altu- no también al 200 d.n.e. (Acosta amplia superficie, para luego conti-
ra, se compactaba, logrando una pla- 1970; Müller, 1973 ; García Cook- nuar en el segundo cuerpo.
taforma baja, y sobre ella se realizaba Merino 1948). La escalinata del primer cuerpo
otra vez el mismo sistema, el de la En el caso que estamos describien- contaba al parecer con 8 ó 9 escalones
construcción de pequeños cajones de do, creemos que la construcción se re- (hecho que no se pudo definir con
adobe rellenos, y en este caso del ac- monta al inicio de la fase cultural precisión por estar semienterrada de-
ceso, se efectuó en forma escalonada Tezoquipan, alrededor de 350-300 bido a los terrenos de cultivo) y cubre
con el fin de lograr la pendiente desea- a.n.e., si no es que lo fue desde fina- una anchura de 10.80 m., incluyendo
da sobre la que se recargaría la amplia les de la fase cul tural Texóloc, época las alfardas, que como mencionamos
escalinata. Después de lograr nuestro de apogeo de Tlalancaleca como vere- tienen una anchura de un metro cada
objetivo, se realizaron los dibujos y mos más adelante. una. El peralte de los escalones es se-
fotografías correspondientes y se vol- mejante a la huella de los mismos y
vió a tapar lo mejor posible dicho ele- Las alfardas en escalinatas tienen un promedio de 0.25 m. Esta
mento constructivo, con el fin de pro- primera escalinata salva una altura de
tegerlo de los agentes naturales y de Este elemento arquitectónico es fá- 2.10 a 2.35 m. y se encuentra, como
las manos de los "exploradores oca- cil de ser observado y analizado, ya todo el basamento, totalmente cu-
sionales" (figs. 4, 5 y 6). que se encuentra totalmente al descu- bierta de una capa gruesa de estuco .
El elemento arquitectónico consta bierto - salvo el extremo inferior- el blanco .
de un talud de O. 70 m. de altura sobre basamento arquitectónico que lo con- 'La escalinata del segundo cuerpo
el cual fue colocado un tablero de tiene. Se trata de un basamento for- está formada por 11 escalones y tam-
1.60 m., correspondiendo 1.20 m. al mado por dos cuerpos superpuestos, bién tiene a sus lados una alfarda de
paramento vertical y 0.20 m. a cada que fue puesto al descubierto desde un metro de ancho. Tiene la particu-
una de las molduras que lo limitan. principios del presente siglo por los laridad, además de sobresalir igual-
En la parte observada únicamente se antiguos propietarios de la Hacienda mente del cuerpo superior del basa-
pudo precisar la presencia de la mol- de Apasco, al retirar la estructura ar- mento, de que el inicio exterior de ca-
dura inferior, la que limita el talud, y quitectónica que lo cubr ía y dejar al da una de las alfardas -en los extre-.
faltaría por constatar si el tablero es- descubierto todo el frente oriental, lu- mos de la escalinata- está alineado
tuvo cerrado también en su parte su- gar en que se encuentra el acceso y ca- con el inicio interior de cada una de
perior, lo cual así se cree que haya si- si la totalidad del lado Norte de esta las alfardas de la escalera del primer
do (fig. 2). El sistema constructivo subestructura (Villarreal 1922; No- cuerpo. De esta forma esta segunda
fue el de la realización de un muro guera 1964). escalera tiene un ancho de 8.80 m. en
vertical, hecho a base de adobes su- 7 su totalidad, dos metros menos que la
perpuestos, unidos por lodo, sobre el del cuerpo inferior -lo ancho de sus
que se acomodaron piedras, tierra y alfardas- y está centrada respecto a
lodo para dar la incl inación del talud, ésta (fig . 7). El peralte y la huella de
y utilizando lajas - " ixtapaltetes"- cada escalón son semejantes a los de
para sostener la moldura inferior del la escalera del primer cuerpo, y por
tablero, cubriéndose todo con una tanto tienen un promedio de 0.25 m.
gruesa capa de estuco. Dadas estas -variando entre 0.22 y 0.27 m.-.
características constructivas -de es- Salva un desnivel de unos 2.80 m.
tuco sobre adobe y sobre lodo con (figs. 1 y 2) y está cubierta también por
piedras- es muy fácil su destrucción El basamento mide aproximada- una gruesa capa de estuco, la cual se
(figs. 4 y 6). mente 35 x 30 x 5 m., y está orienta- está destruyendo por sus carac-
Tableros-talud tempranos sólo se do con el norte magnético; consta de terísticas constructivas -estuco sobre
refieren para Teotihuacán durante la dos cuerpos superpuestos con escali- adobe o sobre piedras y lodo- y por
fase 11 (100-250 d.n.e.), presentándo- natas situadas en su parte central ha- su exposición a los elementos natura-
se tanto en el conjunto de la pirámide cia el oriente, y que sobresalen de las les.
de la Luna como en el Templo de Quet- plataformas o cuerpos del basamen- Datos sobre la utilización de alfar-
zalcóatl, en este último caso profusa- to. Las escalinatas cuentan con alfar- das tempranas se mencionan para
mente adornado con representaciones das lisas de un metro de ancho, que Tlapacoya, donde se utilizaron ''esca-
escultóricas de serpientes y cabezas- siguen la inclinación de la misma, linatas con angostas alfardas" (Pina
Tláloc (Piña Chán 1960; Márquina sobresaliendo de la plataforma y Chán 1960: 73). También la pirámide
195 1). En Cholula, a escasos 50 km. aportándole por tanto una forma de del Sol, la de la Luna y el Templo de
hacia el sureste, también está presente media T vista en planta. La escalera Quetzalcóatl en Teotihuacán cuentan
31
con dicho elemento, en este último ocupación prehispánica de "La alrededor del 400 antes de nuestra
caso profusamente decorado . Una de Pedrera de Tlalancaleca" se inició era; esto lo sugerimos por tratarse de
las estructuras más tempra nas de por el 1300 antes de nuestra era y una subestructura, por localizarse en
Cholula, correspondiente al clásico concluyó alrededor del 100 ya de el área de actividad temprana del sitio
temprano, también presenta alfardas nuestra era; existiendo escasos cam- y por el patrón mismo que observa en
en sus escalinatas (Márquina 1970; pesinos que estuvieron en el sitio du- relación con la totalidad del asenta-
Müller 1973). rante una parte del "Clásico" e igual- miento durante el máximo apogeo del
En Tlalancaleca pensamos que esta mente 2 ó 3 casas-habitación más mismo en la fase cultural Texóloc
estructura arquitectónica, en la que durante el Postclásico . (García Cook 1973).
pueden observarse la presencia de es- En base a nuestros estudios hemos Respecto a la subestructura en la
calinatas con amplias alfardas, fue podido precisar que el asentamiento que se observó el elemento arquitec-
construida hacia el fina l de la fase Te- tuvo su máximo esplendor - socio- tónico del tablero sobre un pequeño
xóloc e inicio de la fase cultural Tezo- político y económico- entre el 700 y talud, pensamos que ésta se realizó al
quipan, alrededor del 400 a.n.e. el 400 antes de nuest ra era, época en iniciarse la fase cultural Tezoquípan,
que llegaría a controlar gran parte de entre el 350 y 300 a.n.e. y que para la
Cronolo~ía del asentamiento y de los
la región, y que las estructuras ar- parte media temprana de la misma,
elementos arquitectónicos
quitectónicas " monumentales" se alrededor del 200 a .n.e., fue cons-
El anál isis de los materiales cultu- construyeron entre el 850 y el 100 truido el basamento que la cubrió,
rales obtenidos tanto en la explora- a.n.e. Durante los últimos 200 años persistiendo su utilización por unos
ción de superficie como en los son- de su existencia sólo se habitó y utili- 200 ó 250 años más. De esta manera
deos de este asentamiento y su estudio zó lo realizado con anterioridad. Se el basamento con tablero-talud se
comparativo con el grueso de elemen- cuenta con 10 fechamientos de C 14 , habrá utilizado en Tlalancaleca - por
tos culturales con que se cuenta para que así nos lo corroboran (García lo menos en esta estructura- entre el
el resto del Valle Poblano y de todo el Cook 1976). Los materiales mismos 350 y el 200 (ó 150 máximo) antes de
Estado de Tlaxcala (áreas donde el observan una mayor frecuencia entre nuestra era.
Formativo o Preclásico regional está el 600 y el 400 antes de nuestra era. Parece tratarse por lo tanto de las
bastante bien fechado, ya que se Por lo anterior proponemos que la evidencias más tempranas, hasta aho-
cuenta con alrededor de 50 dataciones construcción del basamento de dos ra conocidas, del tablero-talud y de
realizadas por el método del Carbono cuerpos que cuenta con amplías alfar- las alfardas en escaleras para el Al-
Catorce), nos permite precisar que la das en sus escalinatas fue realizada tiplano Central de México.

México , D.F., abril de 1984


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32

. ¡
CONJ UNTOS Rtc,LIGIOSOS SIMÉTRICOS EN TEOTIHUACÁN*

Alberto Amador Scllerier **


The ma in Teo tih uacán attraction for all o f tho ~e author~ trying to h nd thc in -
ner structu re o f the monumental zone, has been the triple arrangemcn t of pyra-
mids, Even though th is type o f complex has proved impo rtan t in Teotihuacán,
bei ng abo a characteristic link with the Maya area, we havc looked after ot her
possible di sposit ions of pyramids and / o r platforms in the archaeo logical map
o f the city pub lished by R. Millon . This drove us to adopt the tcrm symmetrica/
re/i¡áous complexcs, and an attcmpt toward its classificat ion is herc presented .
Th e po ssible co mbin at ion of one of these complcxe~ with a not her pyramid or
co mplex, thus creating an ampler variet y, wi ll be presentcd in a furt her article.

·- .. ;·-

Es común, cuando se hab la de la yor antigüedad en la G ran Ur be -el tos, uno más que en las o tras tres. Al
Gran Urbe, referirse a los conju ntos Complejo del Cuad ruple Conjunto de centro ex iste un adoratorio con esca-
triples de templos, formados esencial- Templos y la Plaza de las Colum- leras a los puntos cardinales. El con-
mente por la agrupación de tres pirá- nas- cercanos a la via civitas 1 sec- junto cuá d rup le lo encontrarnos
mides colocadas triangularmente ocu- ción norte. el concept o de agrupación nuevamente en la esq uina sureste, de
pando posiciones cardinales, con su es diferente ya que el primero consta menor altura e importancia ya que,
fachada viendo a l interior, li mi tando de cuatro pirám ides li mitando una en vez de pirámi des, sus componentes
en tres de sus lados una plaza con un plaza con accesos en las esqu inas y el constan de un solo basamento pirami-
altar central. George F. A ndrews co- corres pondiente a la P laza de las Co- dal de planta rectangular y carecen de
menta sobre este ti po de agrupación lumn as tiene ci nco pirámi des. Esto altar en el centro del pat io. Existe
en el área maya : "La frec uen cia con demuestra que, cuando menos en un otro conjunto de planta rectangular
q ue este conjun to se encuentra en va- princip io , el conjun to t riple de del mismo tipo dentro del área, al po-
rios sitios sugiere que debería ser con- templos no tenia la im port ancia que nien te del central, formado por una
siderado como forma genérica con tendría mas tarde . Y tam bién dicho pi rá mi de colocada a espaldas de la
funciones específicas y significado co nj unto no era el sistema privativo principal del conjunto central; consta
simbólico" 1 y menc iona posterior- de agrupació n re ligiosa en T eo- de dos basamentos, compartiendo el
mente que ... " Un mí nimo de tres tihuacán . Por nuestra parte, preferi- inferior con la pirámide a ntes men-
templos -es posib le que el término mos hablar de pirámides en vez de cionada; ot ras tres plataformas al
de edificios ceremoniales fuera más templos, porque es posible q ue algu- norte, ponien te y sur, lo com pletan;
co nven iente- se requ ie re para nas de las plataformas superiores ca- carece de altar au nque existe una pla-
com pletar esta forma de agrupamien- recieran de és tos. El Co mplejo del tafo rma alargada baja en el eje
to , pe ro est ru cturas adic ion a le s Conjunto Cuádrupl e de Templos está oriente-po niente que for ma dos pa-
pueden ser agregadas a cualquiera de rodeado totalmente por muro con ex- tios: uno al norte y o tro al sur.
los tres lados de la plaza . .. Puede ver- cepció n de sus accesos; tiene un a su-
se que, en un conjunto tal , uno de los perficie de 175 x 215 m . a la cual te-
templos tiene su frente hacia el lado nemos que reducir la esquina suroeste
• Extracto del Capitiulo X de la tesi s doctoral
abierto de la plaza, mientras que los que pertenece a un a amplia circula- "Diseno y Trazo Urbano en Teotihuacán"
otros dos miran uno fre nt e al otro a ción exterior de 52 x 36 m. Exacta- (véase Cuadernos de Arquitectura Meso-
través del espacio abierto de la plaza mente al centro, las cuatro pirám ides americana, N9 1: 90).
en el nivel inferior". 2 Pero result a q ue tienen planta rectangular; la colocada •• Docto rado en Historia, y en Arquitectura ,
al anal izar aquellos conjuntos de ma- al poniente consta de tres basarnen- UNA M.

33
El Conjunto de la Plaza de las Co- jeto de levantar el lindero respectivo central, se forma otro con junto
lumnas - aunque éstas nunca hayan frente a la Calle de Jos Muertos con triple, con un patio central limitado
si do encontradas- es el más impor- cuatro basamentos distribuidos si- espacialmente por las tres pirámides
tante de la via sacra después de las pi- métricamente con la amplia escalina- que lo forman donde cada una de
rámides del Sol y la Luna y la plaza de . ta central que da acceso al conjunto. ellas frente al patio y la cara posterior
esta última; pensamos que la solución Las tres enormes pirámides deben ser de la pirámide frente a la Plaza de la
de la Plaza de la Luna, de época pos- contemporáneas a la del Sol, por sus Luna.
terior, se basó en los lineamientos de basamentos en talud sencillo; las de Hemos mencionado conjuntos tri-
esta agrupación . El área ocupada es menor tamaño son posteriores por- ples, cuádruples y quíntuples. A éstos
de 200 m . de oriente a poniente y 170 que tienen tablero-talud y, por Jos po- tendríamos que agregar los alinea-
m. en su ancho máximo de norte a cos datos que tenemos a nuestro al- mientos de dos ó más pirámides, pro-
sur . Como es común en este tipo de cance, sobre el lindero mencionado se piciados por la Calle de los Muertos;
conjuntos, las pirámides se constru- construyeron tiempo después a otras al oriente y poniente de la Plaza de la
yeron sobre una plataforma continua construcciones de tipo habitacional. Luna el límite está formado por tres
que rodea totalmente el conjunto Otro ejemplo interesante de men- pirámides; la central destaca por estar
creando una plaza hundida central cionar en el Area Sagrada, 4 es el en receso, constituyendo una modifi-
con recesos en las esquinas noroeste y Complejo Calle de los Muertos, que cación a la idea original del alinea-
suroeste que se abren hacia el oriente ocupa las plazas 1, 2 y 3 de la via miento. Además se construyeron , sin
a un espacio rectangular más amplio. sacra sección sur, una franja paralela lograr un conjunto propiamente, pi-
Las tres pirámides del fondo tienen el de 155 m. al oriente y 145 m. al po- rámides colocadas en dos lados con-
mismo frente de 52 m ., que constitu- niente. En la parte noreste del con- currentes de una plaza, como en el
ye un saliente de la plataforma men- junto se encuentra un patio rectangu- Templo de la Agricultura, o pirámi-
cionada y a su vez el primer basamen- lar limitado por cuatro-pirámides; pa- des colocadas en línea diagonal frente
to; sobre éste se construyeron otros ra dar frente a la Cuarta Plaza se a una plaza como en las dependencias
tres; la pi rámide poniente tiene ade- construye una pirámide adicional a norte de la Plaza del Sol.
más una pirámide adosada de dos espaldas de la que ocupa el poniente Debemos mencionar que también
cuerpos; la escalinata con alfardas es- del patio rectangular . En la esquina una sola pirámide puede formar con-
tá resuelta en dos tramos: el primero sureste del conjunto, frente a la Pri- junto con otros elementos como
del nivel de plaza a la parte superior mera Plaza, se efectúa un cambio que pueden ser plataformas o pequeños
de la plataforma adosada, y el segun- consiste en anular la pirámide ponien- altares. Múltiples y variados ejemplos
do de ésta a la plataforma superior de te del patio central, substituyéndola pueden verse en el Área Sagrada y en
la pi rámide. En el eje de intersección por una plataforma y construyendo los cuatro cuadrantes de la Gran Ur-
de las tres pirámides está situado el una pirámide con su escalinata be.
enorme adoratorio de planta cuadra- desplantada desde la Calle de los Para tener una visión más clara de
da de 22 m. de lado y cuatro escaleras Muertos. Esta misma solución la vol- las pirámides aisladas y de los conj un-
a los puntos cardinales. Las pirámi- vemos a encontrar en las dependen- tos tipológicos de pirámides que se
des menores tienen 17m. de lado y el cias al sur de la Pirámide del Sol. No llegaron a concebir en Teotihuacán,
mismo número de cuerpos que las an- sucede lo mismo en la Segunda Plaza creemos necesario hacer un estudio
teriores, resolviendo el acceso a su donde al oriente y poniente se cons- exhaustivo tomando como base el
plataforma superior con un solo tra- truyen sendos conjuntos triples, con plano de René Millon. Conscientes de
mo de escaleras. Si este conjunto es la ventaja que las dos plazas se unían los posibles errores en los que, por ra-
tan antiguo como suponemos, ante- visualmente entre sí junto con la Calle zón del método, se fueron incurrien-
rior a la ejecución (no al trazo) de la de los Muertos, aunque en época pos- do al hacer el levantamiento, y que
Calle de los Muertos, es posible que terior se crearon conjuntos lineales de empiezan a aparecer en las excava-
hubiera sufrido cambios y original- cuartos frente a las pirámides, blo- ciones del Proyecto Arqueológico
mente se tratara de un conj unto queando la amplia vista. El conjunto Teotihuacán 80-82 (como en el
cuádruple ya que la distaocia de la triple vuelve a aparecer en la Pirámi- Complejo Calle de los Muertos, Sec-
parte posterior de la pirámide al de del Sol aunque con ciertas adi- ción Oeste, Cuadrante N2W1, Pirá-
centro del altar es igual a la de éste al ciones como los adoratorios que flan- mide E 40F que, formando parte de
límite poniente de la Calle de los quean la pirámide adosada y el adora- un conjunto triple, aparece con esca-
Muertos; si se acepta esta hipótesis, la torio central. Los mejores ejemplos linata al sur; resultó tener una segun-
masa de la pirámide substituida se di- de este tipo son los Conjuntos 5 y 5' da escalinata opuesta hacia el norte).
vide en dos, apareciendo las pirámi- en las dependencias oriente y ponien- Existe otra que, de acuerdo con Ru-
des menores a ambos lados y abrien- te de la Pirámide de la Luna. Al bén Cabrera (comunicación verbal),
do la plaza hacia la calle. Finalmente oriente de la Plaza de la Luna, a es- en vez de tener su escalinata hacia el
se crea la plataforma oriente con ob- paldas de la pirámide frente al altar sur, la tiene hacia el norte. Desde
34
luego pensamos que esto no invalida, gama del diseño urbano teotihuaca- NOTAS
de manera alguna, la enorme y mag- no. Pensamos que las pirámides aisla- George Andrews, Maya Cities, Placema-
nífica labor de Millon y su equipo en das estuvieron siempre relacionadas king and urbanization, p. 56.
2 Ibidem, p. 56.
darnos por primera vez una visión de con plazas creando lo que hemos lla- 3 El término latino de via civitas lo aplica-
conjunto de una de las ciudades más mado el conjunto mesoamericano por mos a la Calle de los Muertos al norte del
importantes de Mesoamérica, y tam- excelencia señalando el plano urbano Río San Juan. Tomamos el eje de la Pirámi-
poco un trabajo como el presente (la plaza), el plano intermedio (la pi- de del Sol para definir la sección none y sur.
4
donde nos hemos impuesto como ob- rámide) y el plano arquitectónico (el Aplicamos la denominación de Área Sagra-
jetivo el demostrar que aparte de los templo), por lo que incluiremos cuan- da a aquella franja de Teotihuacán situada
al norte del Río Bec San Juan entre los
conjuntos triples de pirámides exis- do menos la posición de éstas. Cuadrantes NW y NE, donde la actividad
tieron otras formas de conjuntos, to- principal, aunque no privativa, fue la cere-
dos ellos parte integral de una amplia México D.F., mayo de 1983 monial.

-. r . ·:•.

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35
Convencionalismos empleados

Las plataformas o pirámides si n escalinata aparente no fueron motivo de


nuestro estudio, po r desconocer su orientación.

Las pirámides por analizarse son de planta cuadrada o rectangular. Conside-


ramos pirámides aquella construcción formada por dos o más basamentos, aun-
que tomaremos en cuanta aquellas plataformas que por su altura hayan, en al-
guna forma, modificado el espacio urbano.

La escalinata estafa señalada por una línea.

Señalamiento del número de basamento con tablero-talud.

Señalamiento del número de basamento en talud sencillo.

Pirámides "de dos vistas" combinando tablero-talud y talud sencillo.

Pirámides con basamentos combinados. El primero indica el cuerpo inferior;


el segundo los dos cuerpos siguientes. El número entre parén tesis da el total de
basamentos.

Existen casos de pirámides excéntricas, en uno de cuyos lados dos cuerpos ter-
mi nan en un solo plano.

Pirámide adosada, formando parte de un conjunto (del Sol o de la Luna).

N4W1 Clasificación de un cuadrante en el Plan o de Millon.

N~·3 W1 El conjunto o la pirámide pertenece a dos cuadrantes sucesivos.

Cuando un conjunto exactamente con las mismas características se encuentra


doble en el mismo cuadran te.

~ La pirámide se encuentra frente a un patio hundido.

La pirámide se encuentra asociada a dos plataformas.

~ Para efec tos de nuestro estudio de las orientaciones, si una pirámide tiene es-
calinatas a dos de sus lados, la consideramos como media pirámide al sur y me-
dia pirám ide al oeste usando el fa ctor 0.5 .
4t Los conjuntos diago nales los consideramos como pirámides aisladas para
efectos de orientación.
t¡lf] Los conjuntos cuádruples se orienta n hacia el centro.

a)l Los conjuntos triples y qu íntuples se orientan según la pirámide principal.

Las pirámides del Sol, de la Luna y de Quetzalcóatl, se consideran a la vez co-


Gtptl mo pirám ides y como conjuntos.
36
Tabla sinóptica de las pirámides en Teotihuacán

pirámides total o/o conj untos total •


a) Pirámtdes aisladas
fachadas al no rt e 2
o rien te 8
poniente 10
sur 10 30 16.40
b) Pirámides asociadas a
patios o plataformas
fachadas a l norte 3
o ri ente 11.5
poniente 8.5
sur 6 29 15.85
e) Pirámides en disposición
diagonal
fachada a l norte o
oriente 3
poniente 4
sur 9 16 8.74
conjunto nort e - pte. 1
sur - pte. 3
sur. sur - pte. 1
sur 3 8 18.60
d ) Alineamientos
frente a l norte 6 2
(9 + .5 + .5) orien te 10 4
(10+.5+.5) po niente 11 4
sur 4 38 10.03 11 25.06
e) Conjuntos triples
frente al norte 11 1
oriente 9 4
poniente 11 6
sur (14) 4
fac hada al sur (3) 17 48 26.23 16 37.20
f) Conjuntos cuádruples
fach adas a l norte 2
oriente 2
poniente 2
su r 2 8 4 .37
frente al centro 2 2 4.65
g) Conjuntos quíntuples
frente al norte 2 o
oriente 3 1
poniente 2 o
sur 3 10 5.46 2 4.65
h) Caso especial
frent e a l norte 2 o
oriente 3 1
poniente 2 o
sur 3 10 5.46 2 4. 65
h) Caso especial
frente al norte 1 o
o rien te o o
poniente 4 1
sur 6 3.28 o 2.32
i) Sol, Luna y Quetzalcóatf
fre nt e a l poni ent e 2
su r 3 1.64 3 3 6.98

183 pirámides 43 conjuntos

37
Disposición de pirámides y conjuntos en Teotihuacán

a) PI~ÁMIJ)¡ S A15Lio!>tl. S

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40
TEPEPULCO

Víctor Rivera Grijalba*

Backgrou nd is given concerning etimology, sit uation and occupation of the


site of Tepepulco around the known "Tecolote" pyramid wherein two superim-
posed phascs of construction show the purest Teotihuacan style (including da-
dos and other features). Petroglyphs abound in the vicinity, sorne of which are
pecked-cross symbols not recorded previously.

Etimología Wigberto Jiménez Moreno nos in- Generalidades


dica que la etimología de Tepepulco
El historiador Torquemada dice que proviene de "tépetl", "cerro"; El pueblo de San Francisco Tepe-
Tepeapulco significa: "Cerca del "poi", "grande" y "ca" (locativo), pulco es cabecera del Municipio de
cerro Tepepul". es decir "en el cerro grande", por lo Tepeapulco en el Estado de Hidalgo,
Para Assiain, sin señalar raíces dice cual asevera que el nombre correcto a una distancia de 2.5 kilómetros al
que significa: "lugar rodeado de de este lugar es TEPEPULCO y no NEE de Ciudad Sahagún y a 20 kiló-
agua". TEPEAPULCO. metros al NW de Apam .
Leduc dice que, tomando en cuenta La zona arqueológica de que hace-
y combinando la raíz "tépetl", que mos mención, está localizada a 1300
quiere decir cerro, con la interpreta- metros al Norte del pueblo en cues-
ción de "apulco", debe leerse: "cerro tión, el cual tiene como coordenadas
de tepetate rodeado de agua". geográficas: 98°3 3' de longitud y
La población de Tepepulco venía .,.,. 19°48'30" de latitud, enclavado en
creciendo en la falda del cerro llama- ~ un pequeño valle al norte de la cuenca

~
do del "Tepétatl", por lo que algunos de México.
creen que de ello deriva el nombre. El sitio prehispánico se halla prote-
Moller indica que el significado es gido a saber: por el NE por 3 cerros y
"en el cerro grande". un volcán extinguido llamado Jihuin-
Macazaga Ordoño nos dice que Te- ...1) ~
•• go o Xihuingo y localizado al parecer
peapulco deriva de "tépetl" cerro; en las orillas de lo que fue un lago.
"apulco" (donde el agua gruesa), es El clima es semidesértico, del tipo
Tepeapulco acorde el
decir "en el agua gruesa del cerro". Códice Mendocino .
BS-kwg, de estepa con vegetación xe-
Según Fray Alonso de Malina "te- rófita, de desierto, frío. La tempera-
péatl" significa "agua de sierra", que tura media anual es inferior a 18 gra-
con la versión de "apulco" ("donde dos centígrados, con temperatura má-
el agua gruesa") dada por Macazaga xima antes del solsticio de verano.
0., daría algo así como "sierra donde La fauna actual es de pequeños roe-
cae el agua gruesa". dores, mamíferos pequeños y aves
Para M.T. García F., F. López A. chicas. Probablemente la fauna origi-
e l. Rodríguez G ., el nombre de nal del lugar se trasladó hacia el nor-
Tepeapu lco viene de las raíces "té- te, debido a modificaciones en la
petl", que significa "cerro"; "pul" o ecología de la región causada por la
"poi", que significa "grande" (o es presencia de grupos humanos desde la
partícula aumentativa); y "ca", Tepeapulco de acuerdo con época prehispánica .
"en" o "junto a", por lo que el topó- el Códice Xólotl.
nimo significaría "junto al gran *Maestría en Arquitectura, Universidad La
cerro". Salle, Pasante de Doctorado, UNAM.

41

. ·.r.- ·'-
Asentamientos humanos sechos de la talla de obsidiana hace unos cuartos que están cercanos a és-
pensar que tal vez se trate de un ta. Son vis ibles algunos pisos prehis-
Las exploraciones de la Cueva de la centro especializado en la prepara- pánicos, algunos trozos de muro con
Nopalera, localizada hacia el norte de ción de artefactos a base de núcleos estuco, y se perciben montículos, pla-
la Pirámide del " Tecolote" (única de obsidiana para intercambiarse o taformas y basamentos longitudina-
estructura explorada de la zona ar- tributarse con Teotihuacan. Aparen- les.
queológica de Tepepulco) en las lade- temente tuvo un fuerte control sobre De acuerdo con lo que se puede ver
ras del cerro Jihuingo, proporciona- las comunidades inmediatas a las ve- actualmente del basamento piramidal
ron fechas de finales del Formativo o tas de obsidiana (Cerro de las Nava- antes indicado, se ven claramente dos
Preclásico, según García Cook. En lo jas y Cerro Tepáyotl). sobreposiciones, estando la interior
que respecta a la zona arqueológica La presencia del tablero-talud en casi perfectamente conservada, salvo
propiamente dicha, la investigación las dos etapas constructivas manifies- la parte superior en que se ha perdido
de puntas de proyectil, junto con el tas de la pirámide del "Tecolote", así todo vestigio de estructuras de
análisis de las piezas de cerámica en- como los dados en las alfardas, la pla- templos o de altares. Tanto una como
contradas, llevan a la conclusión de za escuadrada y circundada por plata- otra estructura tienen una marcada
que los primeros grupos sedentarios formas en sus cuatro costados y final - influencia teotihuacana desde el pun-
que la habitaron eran gente de cultura mente la calzada de un gran ancho y a to de vista formal, y corresponden a
teotihuacana (hay un 950Jo de cerámi- eje respecto de la pirámide, sirviendo un esquema constructivo semejante.
ca de la Primera Fase, es decir 100 también de acceso a ésta, son de un Se usa el tablero-talud, la escalera con
a.C. a 300 d. C.). Este grupo de cultu- marcado estilo teotihuacano. alfardas laterales provistas de dados
ra teotihuacana estuvo continuamen- La falta de cerámica Mazapa pro- relacionados en cuanto a altura, con
te atacado por grupos semibárbaros bablemente tenga que ver con que en el nivel de cada cuerpo de que consta
procedentes del norte de la región de esta época hubo un asentamiento tol- el basamento.
Mesoamérica (Bolsón de las Delicias, teca en Jo que ahora es el poblado de Respecto al sistema constructivo de
Coahuila). Tepepulco. los tableros tenemos piedras lajas o
M. T. García García, F. López La frec uencia y cantidad de cerámi- "ixtapaltetes" soportando tanto el
AguiJar e. l. Rodríguez García bajo la ca Azteca IV nos tndican un repobla- saledizo inferior como el superior de
dirección de E. Matos Moctezuma lle- miento de la zona arqueológica alre- cada tablero, mampostería de piedra
varon a efecto la primera temporada dedor de la pirámide del "Tecolote", con mortero de cal y arena de tezontle
de trabaj o en el año de 1980, en- que no afectó sustancialmente a la pi- propia de la región inmediata , apla-
contrando tipos de cerámica desde rámide ni al contexto de la plaza, sal- nados sobre muros, y firmes de pisos
Tzacualli hasta Azteca IV, no hallán- vo la circunstancia de haber cons- hechos de piedras compactadas y aca-
dose cerámica de tipo Miccaotli ni de truido estructuras probablemente de bados a base de cal y arena de diver-
tipo Mazapa. Es decir que hay una tipo habitacional muy cercanas a la sas granulometrías de tezontle. Sobre
aparente ocupación continuada desde pirámide, pero sin afectarla. Tal vez los aplanados de pisos y de muros hay
el año 100 a.C. hasta la época de la se haya utilizado la pirámide como estuco compuesto de cal pulverizada
conquista, con excepción de los basamento para colocar encima el y arena de granulometría pequeña,
períodos de tiempo que abarcan del templo de la época azteca en sustitu- con acabado pulido y finalmente pin-
año 150 al 200 d.C. y del añ o 1000 al ción del anterior, o bien que éste ya tado.
1200 d.C. no existiera y simplemente se colocó En algunos muros de las estructu-
Se localizaron tres zonas habita- el nuevo templo, mismo que a la ras anexas se nota un engrosamiento
cionales diferenciada;: la primera al fecha también ha desaparecido. mayor en la parte baja que hacia arri-
oriente de la pirámide del "Tecolote" Da la impresión , durante la época ba, de forma troncopiramidal y
y sobre una pronunciada pendiente postclásica, de ser un asentamiento de hecho de mampostería de piedra con
donde se observan sistemas de terra- tipo marginal, cuyos pobladores res- los paramentos inclinados y conti-
ceado; la segunda al norte del extre- petaron las estructuras del periodo nuos .
mo de la calzada que queda al ponien- teotihuacano (o no se interesaron en En la parte posterior de la pirámide
te de la estructura del "Tecolote", ellas). del "Tecolote" se alcanza a observar
aprovechando una pendiente suave dos niveles de pisos de estuco de la
dentro de una curva de nivel que sigue Sistemas constructivos época teotihuacana.
la ladera del cerro; y finalmente la En la escalera los escalones son de
tercera zona se observó entre el cerro Para el efecto de un estudio ar- mampostería, sin piedras escuadra-
de las Ardillas (SSE de la pirámide del quitectónico general sobre los siste- das.
"Tecolote") y cerro de Tres Peñas (al mas constructivos, hay que aclarar La obtención del tezontle es fácil
oriente del "Tecolote"). que solamente la pirámide del " Teca- por estar el sitio arqueológico dentro
La dist ribución extendida de los de- lote" ha sido explorada junto con del perímetro del volcán Jihuingo. En
42
el Cerrito de la Ardilla hay una mina de
tezont le a cielo abiert o, usada en la ac-
tualidad. Para mayor abundamiento,
la búsqueda de este material duran te la
época de la urbanización de Ci udad
Sahagún dio origen a l hallazgo y explo-
ración de la multici tada pirámide.
La inclinación de la escalera de la pri-
mera cst ruc t ura-ba~ame n to es má5 tendi-
da que la probable inclinación de la esca-
lera de la segunda es tructura -ba~amcn to .
E n lo que res pecta al ta blero-ta lud ,
el tabl ero sobresale sólo en 9
cen tímetros del talud , mi sma di stan-
cia que separa el pañ o del marco exte-
rior del panel interior. En cua nto la
proporción entre talud y tablero, es casi
1:3 (talud = 0.55 y tablero = 1.43 m.).
En lo referente a las zonas habita-
cionales, éstas carecen de escom bro
en cantidad suficiente para denot ar
estruct uras co n muros a lt os de
mampostería, y en este caso se p uede
presumi r q ue éstos sólo leva ntaban
un poco del piso natural y el resto de
la construcción era de bajareque con
techos de l mis mo materiaL

Petroglifos marcadores
2
Avení, Hartu ng y Buckingham ci-
tan la localización de 29 cruces pu n-
teadas o pet roglifos marcad o res
("pecked cross symbo ls" o "cross
petroglyps"), de las cuales 3 están lo-
calizadas en Tepepulco (denominadas
TEP 1, TEP , 2 y TEP 3) y son seme-
jantes entre sí. De las 2 pri meras cru-
ces pun teadas se tiene conoci miento a
través d e la comunicación persona l
con G. Cowgill, mientras que en el ca-
so de la tercera cruz pun teada, la refe-
rencia proviene de H . Harleston. Las
3 cruces punteadas las relaci onan con
Teotihuacan.

La pirámide "del Tecolote" en Tepepuko.


l. En esta vista fron tal, se aprecia có mo los res-
tos de un a nueva fa se de cons trucción permi-
tieron que se conservaran prácticame nte intac-
tos los de la in fraestruct ura , al farda s y dad os
incluidos. 2. Al igual que algunas pirámi des de
Teotihuacan (como las que bordean la Ciuda-
dela), és ta es "de doble vista", o sea que hacia
el frente se subdivide en cuerpos provistos de
tab lero-talud, mientras que hacia la parte pos-
-,,
J.,
;
\
' _., &. - terior const a de un solo cuerpo en ta lu d. Fotos
Pau l Gend rop.

43
1
,----.

-~
1

44
Identifico a TEP 1 con la cruz pun-
teada marcada con "A" en el plan o
anexo. En el caso de TEP 2 lo identi-
fico con la cruz punteada marcada
con "F", también indicada en el pla-
no anexo y finalmente TEP 3 corres-
ponde a "L", del mismo plano. Este
último actualmente está fragmen tado
en tres segmentos, muy difícilmente
identificables los dos primeros con
cruces punteadas (sólo en uno de los
dos trozos se logra ver algo grabado
con relativa dificultad, mientras que
en el segundo pedazo se requiere
buena y adecuada luz y además ver el
grabado a cierta distancia), no ha-
biendo localizado el tercer fragmen-
IEOLOGICAj to. Parece que este petroglifo marca-
dor fue destruido intencionalmente
para proveerse de piedras para cons-
trucción, ya que es perceptible un
agujero de taladro en uno de los frag-
mentos que pude ver. Hay que tomar
en cuenta que en la actualidad están
separados varios metros los dos frag-
mentos del TEP 3.
En el caso de mi breve recorrido lo-
calicé seis cruces punteadas (gracias a
la valiosa ayuda del vigilante de la zo-
na arqueológica, Jorge Mendoza Re-
séndiz, quien desde el descubrimiento
de la zona hace 22 afias, con motivo
de la urbanización general de Ciudad
Sahagún, la viene cuidando con cons-
tancia y esmero), a las que designé co-
mo "A" (TEP 1) "C", "F" (TEP 2),
"G" "H" y "L" (TEP 3). Son clara-
mente visibles e identificables las cru-
cet punteadas marcadas con las letras
"A", "F" y "G", difícilmente iden-
tificables las marcadas con las letras
"G" y "L", y casi no visible la mar-
cada con la letra "C".
Las piedras sobre las cuales están
colocadas las cruces punteadas no
tienen una morfología particular que
las identifique entre sí, salvo el hecho
L EVANTAMifNTO de estar grabadas con los símbolos in-
IPL.NTA PIRAMIDE!
es.u.u

·-
• 1
1: 100

l. •

-
. . .... ~=.1
dicados; las piedras aparentemente se
grabaron in situ y no se hizo el graba-
do en una posición u orientación de-
terminadas: tampoco se han grabado

Adjunto: sintesis gráfica de las observaciones


realizadas en Tepepulco por el autor.

45

•• J ' · - \' .
sobre un paramento específicamente cruz punteada, en relación con un del terreno en que se encuentran, sal-
vertical o bien horizontal. En conclu- plano horizontal o bien vertical. vo el petroglifo marcador "L", que
sión, y en relación a la posición que Tampoco veo q ue se indiq ue la orien- estuvo situado en una zona más bien
guarda el grabado respecto de la tación de la cara grabada. plana.
piedra original sobre la que está inser- En el caso del petroglifo fragmen- Me parece que se deben estudiar
to, no se vislumbra un plan determi- tado inconscientemente (" L"), en es- más en relación con el medio circun-
nado para su ejecución, razón por la te momento no es posible determinar dante inmediato y su relación entre sí.
que planteo que las denominadas cm- su posición original, dada la circuns- En comunicación personal telefóni-
ces punteadas o petroglifos marcado- tancia de su destrucción y la desapari- ca con el Arqueólogo Fernando Ló-
res representan en sí el símbolo indi- ción o superfragmentación del tercer pez AguiJar, le expresé mi extrañeza
cado (desconocemos su interpreta- pedazo que faita para completar lo por la falta de información publicada
ción específica), carece de una orien- que pudo haber sido en un principio sobre las cruces punteadas que tuve
tación determinada, tal como es ma- la piedra base sobre la que se grabó la ocasión de conocer y él me indicó que
nifiesto y por Jo tanto es difícil discer- cruz punteada. en este momento un investigador
nir posibles relaciones de trazo a Desde luego estas cruces punteadas suizo, Mateo Wallrath, está haciendo
priori, a menos que mediante la unión están indicando algo: puntos de ob- un estudio sobre 500 petroglifos dife-
virtual de unos puntos entre sí se trate servación, señalizaciones de predios rentes, y con diversos motivos, que se
de encontrar dicha interrelación. en relación con límites, o bien marcas han encontrado en la zona. Sería inte-
No veo en los trabajos de Avení y en sí de un sitio determinado por Jos resante averiguar cuántas cruces pun-
otros, que se especifique la posición habitantes de la zona (un aconteci- teadas tendrá en estudio Mateo
exacta de cada petroglifo respecto de miento, la caza de un animal determi- Wallrath ...
la piedra sobre la que se asienta, ya nado, un crimen, una aparición). No
que no aparecen inclinación del plano puedo creer que hayan servido como
aproximado sobre el que se grabó la marcas de un juego, dado lo abrupto México, D.F., agosto de 1982

BIRLIOGRAFIA

AVEN I, Anthony F., Horst HARTUNG y Beth BUCKINGHAM LÓPEZ AGUILAR, Fernando y Rosalba NIETO
1978 "The pecked cross symbol in ancient Mesoamerica", 1982 Excavaciones en Tepeapulco (expediente inédito),
Science (American Association for the Advancement Archivo Técnico de Monumentos Prehispánicos,
of Science, Reprint Series), Vol. 202: 267-279. INAH, México.

AVENI, Anthony F. y Horst HARTUNG MATOS MOCTEZUMA, E., M. T. GARCÍA GARCÍA, F. LÓPEZ
1979 "The cross petroglyph: an ancient Mesoamerican AGUILAR e Ignacio RODRÍGUEZ GA RCÍA
Astronomical Calendrical Symbol", lndian (Gedenks- 9181 "Proyecto Tepeapulco : Resumen prelimina r de las ac-
chrift Walter Lehmann Teil 1), Geb. Mann Verlag- tividades realizadas en la primera temporada de traba-
Berlín. jo", Interacción Cultural en México Central (compila-
ción) Instituto de Investigaciones Antropológicas,
GARCÍA GARCÍA, M. T., Fernando LÓPEZ AGUILAR e l. RODRÍ- UNAM, México.
GUEZ GARCÍA
1977 "Proyecto Arqueológico Tepeapulco", Nueva MOLL ER, Harry
Antropología, Año 11, Ng 6: 111- 120, Méx ico. 1978 "Por tierras hidalguenses y calles capitalinas", Méxi-
co Desconocido, Ng 19: 24, México.
GARCÍA URIBE, José
1979 Recorriendo el Estado de Hidalgo (Municipio de Te- OLVERA, Jorge
peapulco), México. 1964 "Ciudad Sahagún y sus alrededores" , Artes de Méxi-
co Ng 56157, Año XII, México .
JlMÉNEZ MORENO, Wigberto
1977 "Fray Bernardino de Sahagún y Tepepu lco", Jorna- RIVA PALACIO, Vicente
das de Antropología Hi stórico-Social, Radar (ojos, 1978 "México a través de los siglos" (Reedición), Editorial
oídos y voz de Ciudad Sahagún), Edo. de Hida lgo. Cumbres, Tomo 11: 281, México.

46
NOTA DEL EDITOR

Dado el tema eminentemente monográfico del presente número, hemos juzgado


pertinente reunir en la doble página siguiente , a manera de un cuadro, ejemplos
representativos de los perfiles arquitectón icos que figuran en la arquitectura
monumental de Mesoamérica.
Sin pretender dar a este cuadro el carácter de una secuencia evolutiva, hemos
sugerido en algunos casos -de arriba hacia abajo- una relativa progresión en
el tiempo . Esto es particularmente visible en la parte derecha del cuadro, en es-
pecial en lo que se refiere a la llamada tradición tlaxcalteco-teotihuacana
- desde Tlalancaleca hasta Tenochtitlan, pasando por Teoti huacan-, y en la
tradición de Oaxaca, desde Jos primeros perfiles arquitectónicos de Monte Al-
bán hasta los refinados enmarcamientos de las grecas de Mitla, pasando por las
ricas modalidades "clásicas" de Monte Albán . Queremos insistir, sin embargo,
sobre e! hecho de que el orden relati vo en que se suceden los elementos no impli-
ca necesariamente un encadenamiento de tipo evolutivo. Más que todo, se ha
procurado aquí sugerir algunas posibles relaciones formales, así como ciertas in-
teracciones de una tradición a otra o de una región a otra ...
Para dar a este cuadro un carácter más didáctico, hemos inten tado hacer re-
saltar las principales modalidades regionales, encerrando és tas en un marco en
la medida en que nos pareció que su influencia al exterior era prácticamente nu-
la o se limitaba a unos pocos elementos . Tal es el caso, por ejemplo, a nuestro
juicio, de la tradición de El Tajín, de la de Oaxaca, y de algunas modalidades ar-
quitectónicas de las tierras bajas mayas como la familia de "molduras en delan-
tal" que se desarrolla en el Petén y cubre otras áreas ... Estamos conscientes del
carácter un tanto subjetivo de semejante intento, y creemos así mismo que éste
deberá si n duda someterse a actualizaciones y revisiones periódicas. Agradecere-
mos a los lectores las sugerencias -y datos- que nos quieran enviar a este res-
pecto.
Finalmente, para hacer más úti l este cuadro -y darle más el carácter de una
"ficha técnica"-, lo hemos complementado, en la página 50, con un glosario
ilustrado en el que se presentan los términos técnicos que, sometidos a discusión
en varias sesiones de seminario de doctorado, fueron objeto de consenso.

Los dibujos del cuadro comparativo de las pá- Valencia, Salvador Vázquez Bader y .Alejandro
ginas 48 y 49 fueron realizados por Miguel An- Villalobos . Adjunro: Detalle de uno de los án-
gel Barbachano, Héctor Bracho Sotres, Fer- gulos del Patio de los Altares en Atzompa,
nando Castro Cámara, Antonio Dabbah Oaxaca. Dibujo Alejandro Villalobos.
Mustri, Paul Gendrpp, Gerardo Ramírez, Julio

47

·;.,
EL TABL E RO-TALUD Y OTROS PERFILES ARQUITECTÓNICOS EN MESO AMÉRICA .

Compilación y diseño de Paul Gendrop, Seminario de Arqu itectura P rehispánica, División de Estu dios de Posgrado, Facultad de Arquitectura,
UNA M, Méx ico , mayo 1984.

molduras "en delantal" y de otro tipo en las tierras bajas mayas kaminaljuyú . e-7

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kaminaljuyú . B-4

palenque. ed. XIV río bec. ed .

eo pan . <d . lOBA dzibilchaltún. 38-sub


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variantes de El Tajín teotihuacan. Agric. dtibilchaltU.n. 612

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7711AL
LOS TABLEROS
DE KAMINALJUYÚ

Víctor RivPra y Daniel Schávelzon*

This article provides informat io n about the peculiar Teotihuacan - lik e table-
ros of Kaminaljuyú 's Structure D-lll-1 and the superimposed polychromed clay
mask panel. Besides, those are compared with other 1ableros from the same site,
showing the curious blend of Maya highlands' tradition s with those of Central
Mexico.

Los tableros de la estructura 0-111-1 La estructura D-111 -1, antiguamen- ya que falta el inferior; están cons-
te unida a la E-III-6, era un basamen- truidos y total mente recubiertos de
to piramidal que fue sufriendo diver- barro perfectamente pulido. No es el
Desde fi nes del siglo pasado innume- sas modificaci ones a través del tiem- sistema tradicional empleado en Ka-
rables viajeros, est udiosos y arq ueó- po. Cronológicamente la estructura minaljuyú, ya q ue los edificios con
logos han visitado las ruinas de Kami- no está bien fechada, habiéndola ubi- tableros de la Acrópolis poseen un
naljuyú en Guatemala. Y a partir de cado los arqueólogos entre las fases sistema constructivo a base de ixta-
1927 ha habido también una larga se- Arenal y Aurora, es decir en tre el paltetes. Los tableros presentan en su
rie de trabajos arqueológicos inten- Formativo Tardío y el Clásico superficie interna di scos de obsidiana
sos, que se han continuado casi hasta Temprano (entre el 100 a. C. y el 300 circu lares empotrados en el recubri -
nuestros días; pero todo ello no ha d. C.), lo que la emparenta con otros miento de barro, lo que conforma un
impedido que el sitio fuera dest ruido basamentos con mascarones prove- moti vo ornamental verdaderamente
en su casi totalidad por el crecimient o nientes de Belice~ . Del basamento excepcional. Otro aspecto interesa nte
de los suburbios de la ciudad de sólo se ha conservado part e de la e'> que los marcos de los tableros ador-
Guatemala, en uno de los casos más fac hada orientada al suroeste, en dos nan escalonadament e los lados de las
lamentables de la arq ueolo gía épocas superpuestas . El resto ha sido plataformas que los sost ienen, da ndo
mesoamericana 1 • Queremos destacar totalmente destruido para construir una volumetría particular y ma rcada-
en estas notas un aspecto inusitado viviendas modernas, y el estado de mente distinta a la teotihuacana .
del sitio -cuyos tableros han llama- conservación es calamitoso, aunque
do la atención desde siempre por su todavía podría ser salvable. Las fotos
semejanza con los teotihuacanos-, y son suficien teme nte ilustrat ivas.
que ha pasado desapercibido a los es- De las -por lo menos dos- etapas Viñeta: Kaminaljuyú. Relieve en est ela 3. Pro-
pecialistas en el tema: los tableros de- visibles actualmente, la exterior está toclásico (100-250 d .C.) .
corados de la estructura D-111 - 1, ver- compuesta por una escalera remetida
daderamente únicos en nuest ro conti- entre plataformas rectangulares con
nente y que están aú n en regular esta- tableros. Estos son de proporción rec- •Maest ría en Arquil ec-\ura, Pasan! es de Docto-
do de conservación . tangular, cer rados só lo por tres lados, rado, UNAM

51
Por detrás de esta época se des-
MIL~ l t.r."\~Ut.l(; ¡;.,;. nltto C.~ cubrió una construcción similar, hoy
A.lloOL , tlll UNJ&~ IIITQI ~ 1 ~ ~
C.lll. J)l. f.Wt:>Qt A.nal< .
muy deteriorada, sobre cuyos table-
ros existían grandes mascarones de
barro pin tados de colores. Según las
fotos antiguas 3 , es posible observar
que sobre su frente se habían coloca-
do vasijas mamiformes invertidas, y
que pequeñas figu ras a ntropomorfas
de barro los complemen taban. En la
act ua lidad sólo un mascarón está
completo en su lugar, a menazado
a diariamente ya que está a la vista,
simplemente cubierto por unas tablas
y un plá st ico sem isu jeto por
corroído s clav os encajados a la
estructura bajo la de cuerpos ent ab le-
rados de la última etapa.
EllDAE H le colocó un techo de lá-
minas acanaladas sustentadas en una
fo rma bastant e precaria sobre una
estructura de polines y tablas de ma-
dera que están prosaicamente apoya-
das sobre la hermosa y única estructu-
ra D-Ill-1 y que, si bien protegen el
mascarón de la caída verti ca l de la llu-
via, no impiden la erosión directa del
viento y de éste en combinación con
la lluvia. La presencia de este techo
tampoco impide el indignante dete-
rioro causado por la gente que sube
sobre él con entera libertad, después
de penentrar al lote de propiedad pri-
vada sobre el cual quedó barbara-
mente encajada la estructura prehis-
pánica a raíz del reciente fracciona-
miento de una gran propiedad priva-
da que junto con otras, ocupa la
mayoría del área en que se localizan
los restos de la gran ci udad mesoame-
ricana.
El mascarón es verdaderamente no-
table: consta de un tocado complejo
que cuelga en forma de flecos sobre la
frente, una enorme trompa que se
despega del rostro para dejar pasar
por debajo grandes en trelaces que
emergen de la boca , orejeras comple-
jas, redondas, con pastillaje, ojos sal-
tones y pómulos sa li entes . Conserva
parte de su pintura azul en la trompa,
y roja y blanca en varios otros secto-
res . Arriba tiene algu nos tepalcates
muy destruidos, proven ientes de las
vasijas que formaban parte del
complejo ornamento que lo rodeaba.
52
l. Los tableros en barro la Estructu ra D- 11 1- l a
en Kami naljuyú. a. Esquema de reconstruc-
ción, según Víctor Rivera G.; b. Aspecto ac-
tual; c. Detalle mostrando los circulos de obsi-
diana . 2. Mascarón en barro policromado de la
Estructura D-111-1 (etapa inicial) . a. Croquis
según Paul Gendrop; b. Perspectiva caballera.
Fotos Víctor Ri vera G. y Daniel Schávelzon.

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53
3 piedad es plena por parte de quien la
detenta. Por lo tanto, y en considera-
ció n de lo individual de cada
"montículo", éstos son realmente
considerados como muebles encima
de propiedades, por lo cual y si el pro-
pietario así lo desea, puede no sólo te-
ner en propiedad el terreno, sino
usarlo y modi ficarlo según sus necesi-
dades, hasta el punto de solicitar de
las autoridades del IDAEH la explo-
ración del montículo en forma rápi-

/ da, para después llanamente "hacer


desaparecer totalmente" aquello que
reste del montículo, lo cual ha sido
presenciado personalmente por no-
sotros en el año de 1983.

Los tableros de tipo teotihuacano


r- -
En las excavaciones efectuadas en lo
que hoy se denomina como Parque

1 \ 1
Arqueológico de Kaminaljuyú, zona
protegida por una alambrada y con
vigilancia constante por parte de las
autoridades del IDAEH , se han loca-
lizado diversas estructuras que corres-
ponden a diferentes etapas de de-
No hay a la fecha una publicación de- Sólo nos queda insistir sobre la im-
sarrollo cultural y que presentan el
dicada a estas figuras pese a su impor- portancia de los restos de esta estruc··
sello característico de la arquitectura
tancia, y al parecer sus exploradores tura a fin de que se tomen las medidas
teotihuacana. Aparte de los
las publicaron muy someramente4 ya necesarias para salvarla de su segura
montículos A y B explorados por Kid-
que (posiblemente como se hizo con destrucción. Este es el momento de
der a partir de 1927, cabe mencionar
otros edificios) se pensaba publicarlas actuar a través de las dos únicas alter-
el montículo C-11-4 conocido como la
por separado. Pero hasta la fecha, el nativas posibles: trasladar el masca-
Acrópolis, que fue excavado por Gus-
edificio espera el rescate de los docu- rón completo al museo (obviamente
tavo Espinosa en la década de los se-
mentos originales de su excavación para exponerlo, no para embode-
senta, así como los catalogados como
- depositados en el Peabody Mu- garlo); cerrar el sitio al público para
C-11-12 y C-11-14 (conocidos como la
seu m de Harvard- para que se le de- poder restaurar el mascarón, o por lo
Palangana) que posteriormente
dique un bien merecido libro. menos cubrirlo con un eficaz elemen-
fueron excavados por Sean Cárdenas
Este tipo de mascarón es interesan- to de protección hasta tanto sea po-
y Charles D. Cheek, encontrándose
te ya que emparenta aún más a Kami - sible efectuar la restauración total de
tanto en una como en la otra una ar-
naljuyú con la arquitectura maya tra- lo que queda de la estructura, expro-
quitectura con señalada influencia
dicional, que decoró sus edificios con piando el lote de terreno a sus ac-
teotihuacana.
mascarones de estuco desde el Forma- tuales propietarios, dado que ya en la
Cheek 5 señala las relaciones entre
tivo, tal como lo indi can los que Ley de Protección de Kaminaljuyú
Kaminaljuyú y Teotihuacan, enmar- 11
(em itida en 1964), el "montícu lo" D-
fue ron encont rados en Cerros y El
Mirador. Pero también lo emparenta 111- 1 está considerado con otros más,
cando éstas en los periodos siguien- 1•
tes:
con los tableros de tipo teotihuacano,
que nos retraen nuevamente a la polé-
conforme al Artícu lo: "Se consideran
áreas intocables las siguien tes" ...
';
~
mica existen te acerca del sentido de Conforme al sistema legis lativo Fase l-A 400-450 d. C. Subfase de •
las relaciones entre este sitio y la gran guatemalteco los montícu los son con- contacto
metrópoli del Altiplano Central mexi- siderados como protegidos indivi- Fase l-B 450-500 Subfase de in- 1
cano. Nos es imposible profundizar dualmente y no como conjun to . No tegración 1
ahora en dicha polémica, pero sí po- estableciéndose legislación particular Fase II 500-550 Fase teotihuacana
demos referir al interesado a la sobre el subsuelo, éste está involucra- Fase III-A 550-650 Fase final
bibliografía especí fica 5 • do junto con los terrenos y la pro- Fase III-B 650-700 o "de retirada"
54
3. Perfiles arquitectónicos correspo ndien tes a
la fase de integración de Kaminaljuyú (fase l-
B, de 450 a 500 d .C.), según Charles Cheek . 4.
Tableros de tipo teot ihua cano. a. La Estructu-
ra A-7 (o montículo E-lll), Finca la Esperanza,
Kaminaljuyú. Redibujado según Kidder y Mar-
quina, añadiendo los dados en el remate de la
alfarda; b. Detalle del mont ículo C- ll-4 en
la Acrópolis de Kaminalj uyú. Foto Víctor Ri-
vera G. y Dani el Schávelzon.

4 a

55
Check nos define estos periodos de l :2 y l :3 (véase p. lO). Las alfardas fi -
la siguiente manera: "La Fase 1 es un guran como remate lateral de las esca-
periodo caracte rizado por una leras y a su vez rematan con dados en
economía de contacto no coactiva, en la parte superior , un dato no observa-
la forma de un sistema de cambio in- do hasta la fec ha por otros autores.
terregional controlado en Guatemala Se utiliza en ambos casos el tezo ntle
por una élite local. La Fase II es un para compactar pisos, recubriéndose
per iodo de contacto coactivo durante las estructuras con aplanados si mil a-
el cual Teotih uacan o un cercano res al llamado "concreto" teo-
aliado de éste tuvo suficiente control tihuacano ; y en lo que respecta al so-
político sobre Kamin aljuyú , en fu n- po rte de los marcos que limitan el
ción de un gru po completo de edifi- tablero se usan lajas semejantes a los
cios que fueron construi dos en el esti- ixtapaltetes. En la etapa fin al "de re-
lo teotih uacano. Durante la últ ima tirada", subfase " A", hay un a pro-
fase, la influencia teotih uacana di s- longación del estilo teotihuacano pe-
min uyó y fu e rápidamen te reemplaza- ro sólo en peq ueñas modi ficaciones
da. Esto probablemente representó la de estructuras, difí ciles de conocer
ret irada de Teoti huacan del Valle de por su alto grado de destrucció n,
Guatemala y acaso de toda la región mientras que la sub fase " B" se carac-
también". terizó por un est ilo de arqui tectura
Construidas sobre el terreno virgen que no utili zó ni los materiales ni las
y no sobre otras estructuras, las edifi- técnicas teoti hu acanas . Muchas de las
caciones de la Fase 1 presentan una estructu ras de este periodo fuero n
combinación de fo rmas y técnicas lo- const ruidas sobre otras an teriores y se
cales con modalidades teoti hu acanas. caracterizan estilísticamen te por se-
Dicha combinación se halla ma nifi es- guir los lineamientos del Clásico
ta en cornisas que rematan un talud Ta rdío.
(fig . 3-a), alternancia de paramentos
en talud y verti cales (fig. 3-b y e), y México, D.F., ab ril de 1984
muro vertical culmi nado por un
tablero bordeado por lo menos en dos
costados por una moldura (fig. 4-d).
Todas estas edificaciones fue ron efec- NOTAS Y BIBLIOGRAFÍA
tuadas con técnicas y materiales tradi-
ciQnales a base de arcilla húmeda con l . Daniel Sc hávelzon y Víctor Rivera , Kami-
naljuyú: anteproyecto de puesta en valor,
arena fina. En la Palangana se en- Segundo Informe, México, 1983.
cuentra una estructu ra muy semejan-
te a otra encontrada por Séjourné6 en 2. David Freidel, "Culture areas and interac-
Xolalpan. La estructura en cuestión tion spheres : contrasting approaches to the
fue recubierta por un concreto local emergence of civilizat ion in the Maya
Lowlands", American Antiquity, vol. 44,
hecho a base de pequeñas piedras de N? 1, pp . 36-54, 1979.
origen volcánico o " piedrín", arci llas
y cal, y parecido al "concreto " 3. Las fotografias y documentos sobre el sitio,
teot ihuacano. aún in éditos en gran medi da , están deposi-
tados en el Peabody Museum, Ha rvard
Durante la etapa o Fase lilas edi fi- University, Cambridge .
caciones tienen si milit ud de elementos
4. A. V. Kidder, 1. Jen ni ngs y E. Shook, Exca-
estilísticos así como de materiales y
vations al Kamina/juyú, Guatemala, Car-
técnicas de construcción. Se hacen negie lnstitution , Washington , 1946.
tableros-talud de estilo marcadamen-
te teoti huacano pero con propor- 5, Wi lliam Sanders y John Miche ls, Teo-
ciones diferentes a las del foco de tihuacan and Kaminaljuyú: a swdy in cul-
ture contact, University o f Pennsy lvania
influencia, ya que en Kaminaljuyú el
Press, Universit y Pa rk, 1977 .
tal ud suele dominar sobre el tablero,
mientras que en Teoti huacan la rela- 6. Laurette Séjourné, Arquitectura y Pintura
ción talud-tab lero oscila entre 1: 1 y en Teotihuacan, Editorial Siglo Veint iuno,
1:6, manteniéndose usualmente entre Méx ico, 1966.

56
TETÍCPAC EL VIEJO, UN SITIO CON TARLERO-TALUD EN GUERRERO

Raúl Arana y César Quijada*

/. Teticpac el Viejo. Muro norte de l montículo


principal mostrando el tab lero-ta lud .

During the archaeological survey which was carried on in the States of Mexico
and Guerrero as part o.f the Tonatico-Pilcaya Project, severa/ archaeologica/ si-
tes were locatC'd. One of these, known as Tetícpac el Viej o and situated at the
natural border between rhe rwo Stares, is particular/y inreresring because of the
talud-tablero found in one of its principal structures and presented here. This is
importan! also because its presence here seems to reinforce the idea o.f strong
Teotihuacan inf/uences coming from the Central Plateau to Guerrero through
the Balsas river, where many Teotihuacan traits have appeared.

:.·.

Introducción motivar la realización de otro tipo de Descripción general del sitio


trabajos como, por ejemplo, una in-
vestigación más extensiva e in tensiva,
El proyecto de "Patrón de Asenta- muestreos de materiales arqueológi- El asentamiento prehispánico de
mientos Prehispánicos en el Area de cos, excavaciones , etc., ya sea como Tetícpac el Viejo, Estado de Guerre-
Tona tico-Pilcaya" comprende la re- una necesidad del mismo proyecto o ro, tiene como coordenadas geográ fi-
gión sur del Estado de México y una como protección y recuperación de cas 10°49'30" de latit ud norte y
porció n del norte de Guerrero. Sus información en los sitios que están en 99°39' 10" de longitud oeste con res-
trabajos de prospección arqueológica peligro de desa parecer o que están pecto al meridiano de G reenwich, y
se iniciaron a principios de 1980 y sus perdiendo las posib ilidades de infor- una altitud de 2040 metros sobre el ni-
investigaciones continúan hasta la mación. Lo importante de este objeti- vel del mar, de acuerdo a la carta to-
fec ha . vo es la localización de los asenta- pográfica de Taxco E-14-Al68 (DE-
Entre los objetivos del Proyect o, mientos prehispánicos, lo que nos TENAL; 1978). También se loca liza
tenem os la localización y registro de permitirá plantear nuevas investiga- el sitio en la fo to aérea 19-B, R-13, L-
los sitios arqueológicos para la in- ciones de carácte r particula r q ue 55, F-25 de fecha oct ubre de 1970,
tegración del at las arqueológico de la vendrán a enriquecer la información elaborada por DETENAL.
región . Además de localizar todos los arqueológica (Arana 1982).
sitios existentes, se realiza un segundo Este es el caso del sitio a rqueológi-
paso en la investigación, que consiste co de Tetícpac el Viejo, localizado en
en la defin ición, el análi sis y la clasifi- la pri mera te mporada de los trabajos
cación correspondientes. Esto nos de prospeccwn arqueológica del
• Maestría y Licencia tura en Arqueología, res-
permite hacer una selección de los si - Proyecto-Tonatico-Pilcaya junto con pectivamente. Departa ment o de Registro
tios q ue ofrecen elementos o ca rac- otros 35 sit ios, y que en nuestra no- P.ú blico de Monumentos y Zonas Arqueoló-
terísticas especiales, susceptibles de menclatura corresponde al si tio 22. gicos del INAH.

57
eje norte-sur y 80 m. de ancho en su Parte del muro en talud está hecha de
eje es te-oeste , y consta de un conju n- piedras labradas y careadas con reves-
to de estructuras de varios ta maños y timiento de estuco, como se observa
dimensiones, todas muy ocu ltas por en el pozo de saq ueo. El ta lud presen-
la vegetación y el escombro, algunas ta una altura de un metro, y continúa
de ellas incluso con huellas de saqueo hacia abajo a unq ue cubierto por el es-
(Castillo et. al. 1980). combro. El ta blero está enmarcado
a Algunas de estas estructuras for- por dos molduras, la inferior de apro-
2 man en la parte más elevada el centro ximadamente 25 cm. de espesor por
ceremonial, el cual cuenta con varias 15 cm. de profundidad, hecha de laja
terrazas en sus lados, y con una serie y pizarra como sustentación y pe-
de desniveles hacia su extremo norte, q ueñas piedras unidas con lodo a base
siendo muy notorios cuat ro de ellos. de tepetate y revestimiento de estuco ;
De esta manera las construcciones se la parte remetida del tablero tiene una
concentran hacia el lado sur. H acia el altura de 55 cm. y remata en otra franja
oeste se aprecian los muros de las de 30 cm. de altura con las mismas
terrazas en regu la r estado de conser- características de la anterior (fig. 4-6).
vación (fig . 3), aunque se ven algunos El muro provisto de tablero-talud tiene
derrumbes. aproximadamente tres metros de largo
En el montículo más alto tenemos hacia el oeste (fig. 4-d).
lamentablemente un gran pozo de sa- En el mismo pozo de saqueo donde
queo que dejó al descubierto parte de se observa el muro con tablero-talud
b un ed ific io anterior al de la última se encuentra otro elemento cons truc-
ocupación (foto 4-a), del cual habla- tivo a un nivel más bajo, que termi na
El acceso a l sitio saliendo de Tona- remos más adelante. En general el si- casi en la base del talud del muro y
tico, Es tad o de México , es po r la tio corresponde a una zona ceremo- corresponde a la esquina de un muro
carretera federal 55 , con rumbo a las nial con montículos , terrazas y restos de características y estilo diferentes al
Grutas de Cacahuam ilpa. En la de materiales de construcción , pre- anterior, asociados además a una
ra nchería de P iedras Negras, ya en el sentando en superficie abundantes gran cantidad de piedras labradas y
Estado de Guerrero , se dejan los restos cerámicos. perfectamente encuadradas - rectan-
au tom óv iles para tomar el camino de gulares, cuadradas o cilíndricas- que
herradura que baja al río Chontal- El tablero-talud de Tetícpac el Viejo ha n sido removidas por los saqueado-
coatlán, y después de cruzarlo se co- res (fig. 4-a y e, y A rana 1982).
mienza a su bir hacia el caserío de Como mencionamos anteriormen- El muro formaba probablemente
Cui tlapa, con tinuando después por el te, en el montículo principal tenemos una especie de tablero a base de
mismo camino de herradura que pasa un gran saqueo que descubrió parte piedras labradas, unidas con lodo,
a un lad o del cerro de " La Huaca". de una estructura de ocupación ante- además de piedras de arenisca roja y
Después, es tando en un pequeño valle rior, la cual tiene visible parte de su caliza. El tablero no presenta moldu-
intermontano (fig. 2-a), el acceso a la lado norte, a dos distintos niveles. ras, pero al mu ro se le colocó una
parte má s al ta del cerro de "La En el primer nivel, en la parte supe- piedra laja que lo cierra y se le re-
Huaca" se hace por medio de cuerdas rior, el m uro del edificio tiene tablero cubrió de estuco, dejando una super-
has ta el lugar donde se encuentran las y talud con revestimiento de estuco ficie uniforme y lisa.
es truct uras principales . Es un recorri- bien conservado (figs. 1 y 4-c y d) . P or último queremos señalar que la
do a proximado de lO km . cronología tentativa que hemos asig-
El sitio p ropiamente dicho de nado al sitio arqueológico de Tetícpac
Tetípcac el Viej o es tá ubicado en la el Viejo, va desde fines del período
3 C lásico hasta el Postclásico . Su esta-
parte superior del cerro de "La
Huaca", que es un crestón cuyas pa- do de conservación en general es malo
redes tienen casi una caída de 90 gra- debido al gran saqueo q ue ha sufrido
dos, siendo una fo rtaleza , ya que no en distintas épocas, lo que ha dejado
cuenta con un acceso natural y fácil al descu bierto los elementos arquitec-
(fig. 3). La parte superior se apro- tónicos que hemos mencionado.
vechó para adaptar en varios niveles o
plataformas el a sentamiento prehis-
pánico, el cual fue de una extensión
aproximada de 200 m. de largo en su México, D.F., mayo de 1984
58
a 4

2. Vistas del cerro de "La Huaca" donde se lo-


caliza el sitio de Tetícpac el Viejo. a. Valle in-
termontano; b.· Vista nores te. 3 . Muro de con-
te nción de la terraza oeste. 4. Otros aspectos
arquitectónicos. a. Perfil del muro en el pozo
de saqueo; b. Perfil del tablero-talud; c. y d. 13 cm. tab lero relleno
Frente del mismo; e. Perfil del muro en el pozo de pied ra, cal y lodo
de saq ueo , a un nivel más bajo que el tablero-
talud . e
estuco
andesita recon adas
muro de 30 cm. de espesor

BIBLIOGRAFIA CASTILLO T., Noemí , Raú l ARANA y César QUIJADA


1980 Patrón de A sentamiento Prehispánico en el Area de
Tona rico y Pi/cayo, Es lados de México y Guerrero, Re-
porte Preliminar; Temporada de Campo 1980 (Meca-
noscrit o). Archivo del Consejo de Arqueología, INAH ,
México.
ARANA A., Raúl M.
1982 El Proyecto Coatlán, Area Tonatico-Pilcaya, Tesis de
Maestría (Mecanoscrito), Escuela Nacional de
Antropología e Historia, México. Nota: Las ilustraciones son de los autores .

59
(abaJO).
gica de TDetalle del ma p a de la zona arqueoló-
~egun Román
.' mgambato (o Ti n
p ·- C
ma han N 1
· .
gamo), MIChoacán
' \

llene 50 m de 1 d
·
. o a: cada cuadro
a 0 · l. Detalle d
)
talud de este sitio D"b . e un tablero- /
. I UJO J uan Antonio Si ller.

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60
PRESENCIA DE ELEMENTOS ARQUITECTÓNICOS TEOTIHUACANOIDES

EN OCCIDENTE: TINGAMBATO, MICHOACÁN

Recen! archaeological work at the si te of Tingambato, Michoacán, in wcstern


Mesoamerica , has uncovered an importan! settlemen t which belongs to the
Classic period, presenting two principal stages of development: 450-600, and
600-900 A.D.
An interesting trait is the extensive use of a kind of ta lud - tablero whi ch look s
rat her Teotihuacan - lik e in spite of differences in the type of construction.

Juan Antonio Siller*

·,'
~· .. -

El sitio arqueológico de T ingambato fina l del cual es abandonado, sin te- grados de norte a este", como se
se localiza cerca del poblado de San- ner co ntinuidad para el período puede ver en la ubicación de la escali-
tiago Tingambato, a un lado de la posclásico temprano, cuando hace su nata que daba acceso, en la parte supe-
carretera de Pátzcuaro-Uruapan, a 35 aparición la cu ltura tarasca o rior, al templo por el poniente, como
km. de la ciudad de Pátzcuaro y a 27 purépecha ~ . está presente en la estructura llamada
de la ciudad de Uruapan. oriental.
El lugar se encuentra en el límite Etapas constructivas Esta primera etapa constructiva se
entre tierra caliente y tierra fría, de encuent ra en la parte sur del sitio con-
ahí quizá el antiguo nombre que se le Se han es tablecido claramente dos formando un eje oriente-poniente de
daba al pueblo, llamándolo Tinganio, etapas constructivas: la primera, que aproximadamente 60 m. de longitud.
que en tarasco significa "lugar donde va de 450 a 600 d.C., ma rca el pobla- La segunda etapa constructiva va
termina el fuego", mismo que algu- miento inicial y la cons trucción del de 600 a 900 d.C., y corresponde a la
nos arqueólogos interpretan como centro ceremonial, caracterizada esta construcción del sector norte del sitio
"lugar donde termina lo caliente" . 1 arquitectura por la presencia de basa- y a la presencia de elementos de
A una altura de 2000 metros sobre mentos piramidales sobre los cuales influencia teotihuacana en toda la
el nivel del mar, en un pequeño valle se construyeron templos de materiales ciu dad . A esta etapa corresponde la
con una pendiente de norte a sur se perecederos 6 • co nstrucción del juego de pelota
localiza el sitio arqueológico, el cual Los cuerpos de los basamentos son hundido 8 en forma de ''l''.
se extiende en un área de aproximada- de piedra y lodo, escalonados y con Estos elementos constructivos teo-
mente 5000 mf, en una zona abun- talud; el interior presenta muros de tihuacanoides consisten principal-
dante en manantiales y tierras fértiles contención hechos con piedra y lodo, men te en el uso del tablero-talud, en
para el cultivo. La topografía fue mo- para rellenarlos de tierra; las habita- plataformas para habitación, muros
dificada con plataformas artificiales ciones son senci llas, en forma de cho- en el juego de pelota, plataformas de-
en donde se construyó este sitio zas y jacales. li mitantes de plazas, altares centrales
ceremonial-administrativo 2 • Hay una planeación o riginal como cruciformes en patios hundidos de
Los trabajos arqueológicos recien- se puede observar en las estructuras habitaciones y plazas ceremoniales .
tes3 han permitido estudiar uno de Jos oriente y poniente con las que se deli-
pocos sitios conocidos del perído clá- mita una gran plaza, y se modifica
sico con arquitectura monumental en con plataformas artificiales la
*Arquitecto y Arqueó logo , Maestr ia e n Res-
el Estado de Michoacán 4 • topografía del lugar. tauración y en Museol ogia , ENCRM , INAH .
La temporalidad del lugar va de Existe una intención mesoamerica- Pasante de Doctorado en Arqu it ec tu ra .
450 a 950 de nuestra era, período al na en la orientación que va de 12 a 17 UNAM .

61
2
Sistema constructivo local

El sistema constructivo de las


estructuras es básicamente un sistema
en el cual se utilizan Jos materiales lo-
cales de piedra sin carear y mezcla de
lodo con fibras vegetales; los aplana-
dos son de lodo y Jos rellenos de
tierra, con muros de contención y
muros exteriores escalonados o en ta-
lud en los basamentos. No hay uso de
aplanados de cal.
·-""' .... ""'
Los cuerpos con tablero y talud en-
_. . . . .............. ~~- --~ ·" ,,
contrados en el sitio conservan ele-
- ·· ~ lU~
mentos constructivos similares a los
teotihuacanos en lo relativo a los si-
guientes aspectos :
- La proporción que se mantiene
en la relación de 1:2 entre el talud y el
3 tablero (véase cuadro de análisis de
estructuras y dibujos anexos).
Juego de pelota 0.40 x 0.80 m.
proporción 1:2.
Plataforma sur 0.50 x 1.15 m.
proporción 1:2.
- Se utiliza una laja de piedra hori-
zontal (ixtapaltete) para el tablero en
sus dos cuerpos moldurados, los
cuales conservan una proporción de
moldura y remetimiento similar a la
de los teotihuacanos.
-Se usan alfardas laterales en es-
caleras.

Las diferencias que se presentan son:

-En el sistema constructivo y


estructural del talud, ya que éste es un
muro vertical con un talud agregado
4 dando la inclinación, caso que no se
presenta en los tableros-talud
teotihuacanos, en los que la mam-
postería es monolítica.
- En el uso de mezclas y recubri-
mientos de lodo con fibras vegetales
en lugar de morteros de cal-arena y
aplanados de cal.
-No existe talud interior para con-
tención en la estructura y subestruc-
tura.
-No hay presencia de dados en las
alfardas de escalera.
-No hay policromía en estucos o
pintura mural.
62
Oescripcióq arquitectónica y análisis de estructuras arqueoló~icas en el sitio de Tin~ambato ,
5 Michoacán.

estructura tipo temporalidad orientación sisttma


1! etapa 2! etapa conslructivo

estructura basamento X 12° -17" NE -base cuadrada de


oriental piramidal escalera a l 3 J.S m . por lado
poniente - 6 cuerpos
escalonados
- muros en talud
escalonados
- altura 8 m . aprox.
-escalera al centro
sobresale del pa~o de
S m. ancho
36 escalones
a lfardas SO cm.
ancho
huella de 35 cm .
peralte de 21 cm .
-húcleo de tierra
- muro contención
con muro talud
exterior
-mortero lodo
balido con fib ra
vegetal
-aplanados lodo
- nu hay estuco

estructura basamento X 12" -17" NE - base cuad rada


pon1cnte piramidal escalera -escalera
al norte -núcleo de tierra

plaza 1 plaza X - cuadrada de 42 x


2. Vista general del área religiosa. 3. Conjunto ceremonial 35m.
escale ra al norte de
habitacional tumba No. l . 4. Vista lateral del
20.8S m.
basamento principal; nótese la similitud de 1S escalones
contornos que presentan tanto la estructura co- alfardas 50 cm.
mo su remate en el horizonte. 5. Dos ejemplos huella 25 cm .
peralte 15 cm.
de tablero-talud de este sitio, vistos en corte; tablero-talud
según Román Piña Chan. 6. Prototipo de -dos escaleras:
tablero-talud teotih uacano visto en corte, su- norte y orieme
mando y corrigiendo datos de Jorge Acosta, juego de plaza X norte -estruc tura cerrada
Ana María Jarquín Pacheco y Enrique pelota ceremonial sur y hundida
Martinez Vargas (véanse figs . 7 y 8, p. 3). Di- planta en 1
cancha, banquetas
bujos Juan Antonio Siller.
muros verticales
marcador
cabezales con
escalera
longitud cancha
39.50 m. a ncho 13.50
m.
longitud cabezales
16.80 m . ancho 1.80
6 m.
tableroNalud
teotihuacanuides
porporc ión (relación
1
talud : tablero) 1:2
1 (0.40 x 0.80 m.)
• IXTAPALTETE
\// / ?' •

altar 1 basamento X centro - base cuad rada


/
/
/ ,/ ceremonial plaza 6.60 x 7.00 m.
1
/
/
/
f- • MURO DE CONTENCIÓN
cruciforme escalinata 4 lados
a({ardas, talud (¿y
/ (_/ / 1 INTERIOR (o del relleno) tableros?)
1
plataformas 3rea X sur tablero-talud 1:2
/
sur/ oriente habit ación oriente talud O. 50 m .
1
tablero 1.1 S m.
1
1
f-- .- - ./.-- • MURO DE CONTENCIÓN EXTERIOR
1 1 (o de los acabados)
1
' -.. / , /
altar
cenrral
área hab.
ceremonial X cruciforme tablero-talud
y 1 1
1 'y 1
/ / ' • ENRASE altar área hab . X cuadrangu lar- relleno de tier ras
lateral ceremonial de color rojo
/ proveniente de un
/ lugar externo al silio
• ACABADO EXTERIOR: MORTERO
DE CAL-ARENA estructura 3.rea X oriente muros con tohlero-
habitacional habitacional ralud
oriente

63
7 Conclusiones

Tal parece que este elemento teo-


tih uacano del tablero-talud en Occi-
dente es util izado por constructores
que no conocen el sistema es tructural
del mismo, y ún icamente lo reprod u-
cen como un elemento deco rat ivo,
con direcció n y mano de obra locales
como se puede o bservar por las dife-
rencias a ntes mencio nadas, así como
por lo burdo y pobre del trabajo
constructivo 9 •
Esto mismo podría verse, pero con
una d iferencia muc ho mayor en lo
q ue a lgunos autores han mencionado
como influencia teotihuacana, en el si-
tio de El lx tépete, Jalisco 10 •
En ambos casos debió tratarse no
de una relación comercial d irecta o de
8
una presencia .teotihuacana en el sitio,
sino de o bservaciones superficiales de
un element o arqu itectó nico de moda,
llevado por gente que probablemente
llegó a verlo en el gran cen tro del al-
tipla no .
Es interesa nte hacer notar cómo no
exi ste evide ncia arq ueológica teo-
tihuacana en otros materiales, como
podría ser la cerá mica.
La segun da etapa constructiva, en
la que se man ifies ta esta infl uencia
teoti huacana en la arqui tectura local,
va de 600 a 900 d .C., perí odo que
corresponde al momento intermedio
del colapso final de Teotihuacan ha-
cia 750 d .C., momento en el cual se
9 dio esta influencia en uno de los ele-
mentos ar-q uitectónicos más signifi ca-
tivos como fue la a rq uitect ura reli- ·,
giosa y sacerdotal 11 •
Este período del epiclásico, de 750- •'
950 d .C., es un moment o de grandes
cambios y em igraciones en toda el
área mesoamericana.

Méx ico D.F ., mayo de 1983

7. Patio Hun d ido l . 8. Detall e del área hahita-


cio na l que ci rcunda el Patio Hundido ; véase el
empleo del wh/ero-!alud en la ornamentación
exterior de muros. 9. Detalle de un tablero-
talud. 10. Vis ta general de la plaza princi pal.
JI . La ca ncha de juego de pelota co n tableros-
ta lud en los cabezales. Dibujos J uan Anton io
Sill er.

64
10

o.'c1"2,. \-,: -~
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~

NOTAS ciembre de 1978 hasta mayo de 1979. sistemas constructivos, a pesar de utilizar
Otto Schóndube, Historia del Arte Mexica- algunos materiales diferentes como son el
no, N9 10, "Culturas de Occidente: el hori- lodo para mezclas y recubrimientos en lugar
zonte clásico" pp. 23 -33. de la cal (comunicación personal).
10
Román Piña Chan, Exploraciones arqueo- Piña Chan, op. cit. p . 86. Lorenzo Ochoa y Marcia Castro, "El Ixté-
lógicas en Tingambato, Michoacán, p. 14. Jbid. pp. 93-94 y 99-100. pete como un ejemplo de desarrollo cultural
lbidem, p. 13. /bid. p. 93. Vid Anthony F. Aveni, en el Occidente de México", pp . 121- 134.
Jbidem, pp. 7-12. La primera referencia del Astronomía en la América Antigua, p . 24. Vid. Román Piña Chan, " Las cu ltura'
sitio data del siglo pasado. "La luz de Piña Chan, op. cit. p. 94. prehispánicas de Ja lisco", pp. 3-4 .
11
Michoacán", en su edición del 26 de mayo El arqueólogo Carlos Navarrete considera Vid. Estudio comparativo para varios sitios
de 1842, publica: "con fecha 12 de los que hubo una cierta dirección, pero que la en el área mesoamericana en Paul Gendrop,
corrientes ha comu nicado el prefecto del mano de obra que realizó estos trabajos no "El tablero talud en la arquitectura meso-
sur al superior gobierno el resultado de la fu e tcotihuacana, sino local por lo burdo americana" (véanse pp. 5-27), en el cua l
averiguación que hizo en persona del des- del trabajo y diferente a la calidad que se muestra esta gran distribución de tableros-
cubrimiento de algunas antigüedades en el observa en Teotihuacan. Agrega también talud en toda el área mesoamericana, incl u-
pueblo de T ingambato" . sic. La primera que en el sitio de Kaminaljuyú, en la zona yendo un ejemp lo como es el del sitio de El
temporada arqueológica se llevó a cabo en maya, esta presencia teotihuacana sí mani- lxtépete, el cual considera que no presenta
1977; la segunda y ú ltima se realizó de di- fiesta una mano de obra teotihuacana en los una influencia directa.

BIBLIOGRAFÍA GENDROP, Paul


1974 El tablero-talud en la arquitectura mesoamericana,
México, Instituto de Investigaciones Arquitectóni -
cas, ENA, UNAM, 20 pp ., ils., México.

1982 Historia del Arte Mexicano, Tomo 1, SEP/INBA,


Salva!, pp. 183-198, México.

AVENI, Ant hony F. P IÑA C HAN , Román


1980 Astronomía en la América Antigua, Siglo XXI, 305 1963 " Las culturas prehispánicas de Jalisco", Eco, N9
pp., México. 14, pp. 3-4, Revista del Instituto Jaliscience de
Antropología e Historia, Guadalajara.
CA BRERA CASTRO, Rubén, et al.
1982 Teotihuacan 80-82, primeros resultados, 1NAH, 155 1982 Exploraciones arqueológicas en Tingambato,
pp . , México. Michoacán, INAH, 101 pp., México .

1982a Memoria del proyecto arqueológico Teotihuacan 80- SCHONDUBE, Otto


82, Colección Científica 132, Vol! , INAH, 475 pp. , 1969 "Culturas de Occidente: El horizonte clásico", Ar-
México. tes de México, N9 119, pp. 23-33, México.

65
l. Esquina exterior del E d i fi~to de las Colum-
nas en Mitla; a. Fotografía; b. Dibuj o del alza-
do, y corte; Viñeta: El " altar" encima de la
tumba 6 de Lambityeco. Di bujo de Héctor
Bracho Sotres.

a b

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... · .... :
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1

ALZADO o ••• SECCION


EL TABLERO DE OAXACA

Notas sobre un elemento arquitectónico precolombino

In 1968-69 the newly discovered "altar" over Tomb 6 at Lambityeco provoked


a series of renections about the evolution and importance of the Oaxaca table-
ro, an architectural element characteristic at Monte Albán and Mitla.
Seven then known ancient stone temple models from Oaxaca were particu-
larly useful in analyzing th e structure of this detail, as they are originals and do
not show any signs of modern reconstruction.
Examples of application of the Oaxaca tablero at Monte Albán are presented,
the site where it probably has been originated during period 111-A and reached
its complete form during Monte Albán III -B.
The Lambityeco "altar" shows a striki ng sense of composition and was not at
all decadent as it is gencrally attributed to the realization s of period IV . The tra-
dition was carried forward to new concepts, such as the original application of
Horst Hartung* the tablero idea in the Hall of Columns at Mitla, centuries later.

Introducción a la edición en español Tratando de cumplir con lo ante- Una unidad de este tablero se com-
rior, se ha seguido lo más fielmente pone de una superficie remetida
Una invitación como consejero ar- posible la publicación original, reser- central, rectangular y horizontal, de-
quitectónico ocasional para las exca- vando a una addenda la mención de limitada en su parte superior y en sus
vaciones en Lambityeco (Oaxaca) en nuevos estudios y diferentes puntos costados por un elemento de doble es-
1967 sirvió al autor para adentrarse de vista relacionados con el "tablero calonamiento, dando por resultado
más en la problemática de la arquitec- de Oaxaca" que resultaron desde la una característica forma meándrica.
tura oaxaqueña. aparición del artículo en 1970. A título de comparación se puede
Varios datos nuevos para la mencionar el tablero teotihuacano
arqueología regional resultaron de es- El tablero de Oaxaca que consta de un marco completo de
tas excavaciones, en particular sobre anchura constante alrededor de una
la época alrededor del año 700 d.C. superficie remetida rectangular, colo-
Sin embargo, un simposio sobre estos El "altar" encima de la Tumba 6 cado horizontalmente y asentado
temas no alcanzó a incluirse en el de Lambityeco fue la causa original siempre directamtnte sobre un talud.
programa de la reunión anual de la de una serie de reflexiones sobre la En contraste con el tablero teo-
Society for American Archaeology, evolución y trascendencia del tablero tihuacano que admite una horizonta-
realizada en la ciudad de México a de Oaxaca, que en este ejemplo se lidad acentuada, pero no una repeti-
principios de mayo, 1970. manifiesta con una notable expresión ción en serie continua, el tablero
Afortunadamente estas ponencias y perfección plástica. oaxaqueño sí permite la repetición de
fueron publicadas previamente (en Este elemento arquitectónico nos es elementos de una misma composi-
inglés) en el Bulletin oj Oaxaca Stu- mejor conocido -y es un rasgo ción, es decir, el acomodo rítmico de
die'i, entre ellas el N? ·27 "Notes on típico- en los conjuntos de Monte varias superficies remetidas enmarca-
the Oaxaca Tablero" y fueron entre- Albán y Mi tia, aunque también es de- das por la doble franja .
gadas oportunamente para la oca- tectable en la región mixteca (Pad-
sión. La limitada edición se agotó dock 1970). Aparece por primera vez
pronto, viéndose además la conve- en la época Monte Albán lil-A y se
niencia de una publicación en espa- supone que es una creación netamen- • Arquitecto, Dr. lng. Profesor de la Univer-
ñol. te local (Acosta 1965: 827: 1967: 16). sidad de Guadalajara.
67
2

3
Parece que el ejemplo más simple 5
es el basamento atablerado de la
Estructura A de la Plataforma Norte
en Monte Albán. Este tablero se le-
vanta sobre una base vertical, que se
diferencia en nivel de profundidad:
más afuera de las superficies remeti-
das, pero adentro respecto a la prime-
ra franja o franja interior. Más tarde
este nivel (entre la superficie remetida
y la primera franja) constituirá lo que
llamaremos la franja base, al dismi-
nuir en altura este elemento y formar
parte integrante del tablero oaxa-
queño.
Las anchas alfardas a ambos lados
de la escalera de la Estructura 11 re-
matan arriba y abajo con un tablero
similar a los de la Estructura A, lo
mismo que las alfardas de la gran es- 6
calinata a la Plataforma Norte (Mar-
quina 1951: 317, fig. 129; Paddock
1966: 166, fig. 171). La alfarda aquí
es un talud, pero no forma parte in-
tegrante del tablero .
El Sistema IV marca un paso hacia
una integración del talud con el table-
ro, aunque el talud - por su altura y
comienzo vertical- se puede conside-
rar como un elemento independiente
en la composición de las plataformas
piramidales (Marquina 1951: 328, fig .
139; Paddock 1966: 166, fig. 172). La
franja base ya aparece, haciendo re-
saltar la franja interior y las corres-
pondientes superficies rectangulares
de la franja exterior. El coronamiento
parece haber sido una simple cornisa
vertical en la parte alta y en talud en
el basamento al frente.
Un siguiente paso -no forzosa-
mente cronológico- lo constituye un
ejemplo al norte del Patio Hundido 7
de la Plataforma Nor'te. El talud es
pequeño, existe la franja base, y en
las superficies remetidas hay decora-
ciones en forma de T invertidas
(Sharp 1970). La cornisa saliente es
vertical.

2. El lado sur de la Estructura A en la Plata for- alto de la pirámide; 6. En este detalle de una es-
ma Norte muestra una secuencia de sencillos quina del basamento al frente del Sistema IV ,
tableros oaxaqueños; 3. Las anchas alfardas de son nota bles la franja base y el talud del table-
la escalera de la Estructura 11 delimi ta n abajo y ro; 7. Esquina de una plataforma al norte del
arriba unos simples tableros; 4. Gran escali nata Patio H undido donde destacan una poderosa
a la Plataforma Norte; 5. Sistema IV contable- cornisa ven ical y decoraciones en la superficie
ros tanto en el basamento al frente co mo en lo remetida.

69
9

Muy similar, pero con el talud más taludes están poco enfatizados y se haber existido a juzgar por la
alto y más vertical y sin zoclo recto, es hallan presentes en seis ejemplos, fotografía publicada.
la solución de la plataforma superior mientras que en el séptimo no pode- Como estas maquetas antiguas son
de la Estructura H. mos asegurarlo, porque está daiiado e originales y no tienen partes recons-
Encima de la EstructuraL (la de los incompleto. La franja base existe cla- truidas, son especialmente significati-
Danzantes), los edificios norte y sur ramente en cinco de las siete ma- vas. Por esta razón un resumen tabu-
usan el tablero como decoración en la quetas; en otra su presencia es du- lar de sus características nos parece
base de sus muros. Zoclo vertical, no- dable, y en el último ejemplo pudo no justificado.
table franja base, tablero con las su-
el!
perficies rectangulares de la franja ex- 8 E el!
....
terior en posición vertical, al que si- -¡;_; 8 o E
....
-¡;_; "-
o
gue un elementc i1uevo: una superfi- ~ el! el!
8 .... ~ E ~
"-
el! .... .... el! el!
cie inclinada hacia afuera, como un -¡;_; el!
..... o. el!
-¡;_;
-o o E
.... o. ~
talud en sentido contrario. Existen en ~
-¡;_; ~
o.

"-
el! o ~ o.
.... ~ ~ ~ "-
el! ~
Monte Albán más construcciones con el!
o. .... 1:
<1.)
t:: ....el! 0.. ~
1:
<1.)

talud, o con la superficie inclinada ~


el!
o. o <1.) ·o. ~ 0.. o 1:
<1.)

arriba como parte del tablero oaxa- 1: ~ "'....<1.) <1.)

"'el!
el!
t:: ~
....
"' <1.)

<1.)
t:: > .D
E
.... <1.)
t::
<1.)
> .D
"'
el!
quefio, pero nunca -hasta donde el o <1.) .5 o o.... <1.)
t::
.... el! "- el!
autor sabe- aparecen ambos en un <1.)

:o
-o
::::1
.-g
'2
~
el! <1.)

:oel!
-o
::::1
-o '2
::::1
mismo ejemplo, razón por la cual este
caso se puede suponer como un paso A.
~
?
~
+
el!
....
~ "-
?
0..
+ + ? + ?
- ~ ~ "- ....el!
Tumba 7, Monte Albán
más adelante dentro de un desarrollo
B. + + + + + Monte Albán (?)
formal.
C. + + + + Tlacolula (?)
Lo curioso es que de las siete ma-
quetas arquitectónicas precolombinas D. + + + + Monte Albán
de Oaxaca que eran conocidas por el E. + + + + + + + + (?)
autor hasta estas fechas (1970) F. + + + + (?)
- algunas de Monte Albán mismo- G. + ? + + ? ? ? ? ? Tumba 3, Lambityeco
todas parecen haber tenido el talud
inverso (es decir, inclinado hacia + = existente ausente ? dudable por estar dafiado
afuera) en la cornisa, y tres de ellas
además en su plataforma base. Los Resumen tabular de las características de siete maquetas
70
8. Plataforma superio r de la Estructura H; 9. 10 e
El edificio norte de los Dannntc~ enseña el
tablero como decoración en la base de su muro;
JO. Todas las maquetas de Oaxaca conocidas
en 1970 muest ran al tablero completo o a lo
menos en gran parte.
a b

f
71
11
CORNISA ~ J2
FRANJA EXTERIOR -~
¡r;:==:::::;~ r=~- FRANJA INTERIOR - -
_l 1
-:=:J::~~-r--';;;~l====g
= i;;~¡;::;;;;~JI~
~=SUPERFICIE REMETIDA-
FRANJA BASE
-•

/ '\. TALUD ZOCLO -~


ALZADO CORTE

El "altar" de la Tumba 6 de Lam-


1~: · r. . . . . :
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ca vigorosamente sobre los elementos con una superficie inclinada hacia
bityeco muestra precisamente la solu- inferior y superior. afuera, tímidamente, porque ni si-
ción del tablero con talud y una su- El tablero de los Cocijos enfrente quiera alcanza a sobresalir del paño
perficie inclinada hacia afuera como de la Tumba 2 en Lambityeco tiene la de la franja exterior. La altura de este
cornisa. Todo indica que estas franja exterior en sus extremos (don- talud inverso es menor que la mitad
características pasaron de Monte Al- de se convierte en rectángulos) salien- del talud de la base, mientras que en
bán III-B a Monte Albán IV como lo te hacia afuera. Si esto no se debe a Lambityeco la altura de estos elemen-
vemos en Lambityeco, y más tarde a un asentamien to, podría ser un ante- tos es aproximadamente igual.
Monte Albán V como en los edificios cedente de la inclinación de los table- Los dos tableros superiores carecen
de Mitla. ros superiores del Edificio de las Co- del talud abajo, así como de la super-
Aunque técnicamente el "altar" de lumnas en Mitla. ficie inclinada arriba, puesto que la
Lambityeco tiene sus imperfecciones, Este edificio de las Columnas superficie inclinada hacia afuera en
su composición formal es extraordi- muestra en sus fachadas tres tableros que remataba la fachada, representa-
naria. Sobre un zoclo recto se levanta sobrepuestos. Las superficies rectan- ba más bien la cornisa del ed ificio. La
el talud, algo remetido del canto del gulares de las franjas exteriores son li- altura de los dos tableros superiores
zoclo, lo que hace más suave el paso sas solamente en las esquinas, juntos no alcanza la del inferior con
hacia lo inclinado. La angosta franja mientras que en las partes intermedias sus superificies incli nadas de arriba y
base, fuertemente remetida en rela- se convierten en marcos al mismo pa- del talud. Lo que distingue a los dos
ción a su altura, proporciona una in- ño, con superficies a otro paño más tableros superiores es la inclinación,
tensa zona de sombra entre el talud y hundido, muy alargadas, llenas de la hacia afuera, de los rectángulos que
la franja interior del tablero. Esta de- característica decoración de mo- forman las franjas exteriores en la es-
cisión indica una fuerte voluntad saicos, lo mismo que las superficies quina. Esta inclinación es ópticamen-
expresiva por parte de su creador. remetidas propiamente dichas, casi te reforzada por el desplazamiento
confundiéndose unas con otras, y dis- hacia la esquina de las líneas vertica-
La franja interior es más angosta
tinguiéndose solamente por la estruc- les al final de las superficies remeti-
sobre la superficie remetida que a sus
turación del tablero. das. Esta forma compositiva se debió
lados y sobre la franja base. La franja
El análisis de una esquina de este muy probablemente a razones ópticas
exterior a su vez es mucho más ancha
edificio nos aclara la composición: también, como se propuso ya hace
que la interior, especialmente notable muchos años para Uxmal, y en parti-
consta de un tablero inferior y dos
sobre la superficie remetida. Esto,
-casi iguales- superiores y super- cular para el Cuadrángulo de las
aunado a la proporción de las superfi-
puestos. El tablero inferior manifies- Monjas (Blom 1932: 559-565).
cies rectangulares, casi cuadradas, de
ta un acentuado parecido en la se- En resumen, todo parece indicar
la alargada superficie remetida y los
cuencia de sus elementos con el "al- que el tablero de Oaxaca alcanzó su
diferentes escalonamientos en pro-
tar" de Lambityeco. Naturalmente el forma completa (es decir, con el talud
fundidad, revela un sentido composi-
acabado técnico no es comparable, ya abajo y la cornisa inclinada hacia
tivo seguro, posiblemente intuitivo.
que en Mitla es de una mano de obra afuera arriba) en la época Monte Al-
Una restringida superficie inclina- lapidaria altamente calificada, de re- bán 111-B, como lo enseñan las ma-
da hacia afuera, terminada en un bor- finada composición en su acomodo, quetas de piedra antes mencionadas.
de vertical, remata como cornisa la además de sus mayores dimensiones. Esta disposición perduró durante
parte alta del "altar". Este paso di- Sobre un zoclo se levanta el talud Monte Albán IV como lo demuestra
recto de lo inclinado hacia lo vertical que se acerca bastante a la vertical el "altar" de Lambityeco. A pesar de
da como resultado una cierta suavi- -lo que se comprende por tratarse de sus limitaciones y su imperfección,
dad, porque un saliente fuera del ta- un muro. La franja base es más alta manifiesta un notable sentido de
lud provocaría una fuerte sombra in- que la franja in terior que sobresale composición que no revela una época
deseable. Así , la parte central del sólo ligeramente, lo mismo que la de decadencia, sino que por el contra-
tablero -en lo .horizontal- se desta- franja exterior. Este tablero remata rio abre el camino hacia nuevas con-
72
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AlZADO o 100
SECCION
14
cepciones tales como la original apli- 11 . El "altar" de la Tumba 6 de Lambit yeco, afuera de la fran ja exterior ; 14. Corte por el
cación del tablero en el Edificio de las aunque parcia lmente restaurado, es considera- Edificio Oriente del Cuadrángulo de las Mon-
do como un excelent e ejemplo de la ex presivi- jas en Uxmal. Se nota la inclinación de toda la
Columnas en Mitla, siglos más tarde.
dad del tablero completo; 12. Alzado y corte fac hada hacia afuera. Dibujo basado en datos
del "altar" de la Tu mba 6 con la terminología de un croquis de Blom, 1932; 15. Edifi cio de las
de sus elementos; 13. Una esquina de la Plata- Colu mnas en Mitla. Alzado tipo de una es-
forma de los Cocijos en Lambityeco. Quizás el quina y corte con los nombres de los distintos
REFERENCIAS ejemplo más antig uo con la incli nación hacia elementos arqu itectónicos.

ACOSTA, Jorge R. MARQUIN A, Ignacio


1965 " Preclassic and Classic Architecture of Oaxaca" en 1951 Arquitectura prehispánica. Memorias del Instituto
Archaeology of Southern Mesoamerica, Part 2, 814- Nacional de Antropol ogía e His toria, 1, México.
836. Robert Wauchope and Gordon R. Willey, eds. ,
Handbook of Middle A merican Indians, Vol. 3 Uni- PADDOCK, John
versity of Texas Press, Austin. 1966 "Oaxaca in Ancient Mesoamerica" , en Paddock, ed.,
Ancient Oaxaca, Stanford University P ress, Stanford.
1967 "La época clásica zapoteca", confe rencia en la serie
Culturas de Oaxaca, Museo Nacional de Antropología, 1970 " More Ñu iñ e Materials", Bulletin of Oaxaca Studies,
México. Mimeografiada. N? 28, Museo Frissell, Mit la .

BLOM, Fra ns SHARP, Rosemary


1932 " The Negative Batter at Uxmal", en Middle Ameri- 1970 "Early Arch itect ural Grecas in the Valley of
can Research Series, 4, 559-565. Tulane Uni versi ty, Oaxaca", Bulletin of Oaxaca Studies, N? 32, Museo
New Orleans. Frissell. Mitla.

CASO, Alfonso Notas:todos los dibujos y las fotografías son del autor , menos la vifleta
1969 El tesoro de Monte Albán, México: Memorias de l Ins- del título y las figs . 10-b, -e, y -d que fueron tomadas de Caso
tit uto Nacional de Ant ropología e Historia , 111. 1969: figs. 26b, 26c, 26d, así como la fig . 11 -f de Acosta 1965: 831.
73
16 defin ición de características regiona-
les. Así por ejemplo la palabra
"entrecalle" es en general formal-
mente acertada cuando corta una par-
te de la otra, pero en el caso del table-
ro de Óaxaca este elemento no está
cortando, sino forma aq uí la base de
la parte medular del tablero; por eso
se insiste en la palabra "franja base"
como más descriptiva. Lo mismo
ocurre con el término "panel", que
frecuentemen te se usa en forma
correcta tratándose de superficies en
los tableros; sin embargo, el término
empleado en este artículo como "su-
perficie remetida" subraya su posi-
ción respecto a las otras partes y re-
salta junto con la franja base la plas-
ADDENDA Paul Gendrop di o a conocer al XLI ti cidad del tablero de Oaxaca.
Congreso Internacional de America- Por último cabe añadir que sería
Poco después de la publicación en nistas en México, 1974, una ponencia una gran satisfacción para el autor, si
inglés del artículo arriba expuesto en sobre el Tablero-Talud en Mesoamé- la publicación de "Notes on the
español, George Kubler presentó el rica (Gendrop [1974]) . Sus inquietu- Oaxaca Tablero" en 1970 hubiera ac-
estudio "lconograph ic Aspects of des respecto a una defin ición común tuado como un estímulo para un más
Architectural Profiles at Teotihuacan de los elementos arquitectónicos, lo profundo estudio de los elementos ar-
and in Mesoamerica" en un simposio condujeron a la preparación de un quitectónicos mesoamericanos.
del Metropolitan Museu m of Art, Diccionario de Arquitectura Meso-
Guadalajara, noviembre de 1983
New York. Como el título lo indica, americana. Como resultado de re-
este trabajo se enfocó particularmen- cientes discusiones con arquitectos in-
te a los aspectos iconográficos de los teresados en el tema se propuso una AGRADECIMIENTO
perfiles en la arquitectura mesoameri- terminología algo diferente para el Poco después del descubrimiento
cana. El tema iconográfico fue toma- tablero oaxaqueño. En general, se del "altar" de la Tumba 6 de Lambi-
do parcialmente por el autor de la buscó usar términos iguales para si- tyeco intercambié ideas con el Dr.
presente publicación en sus trabajos milares formas arquitectónicas de di- John Paddock buscando descifrar y
posteriores sob re las maquetas de ferentes estilos y regiones, teniendo aclarar la forma y el significado del
Oaxaca (Hartung 1977, 1982), como fin un mejor entendimiento tablero de Oaxaca; por sus acertadas
mientras que en otros dos fue analiza- entre los especialistas así como entre indicaciones así como por la edición
da la aplicación del tablero de Oaxaca el público en general. Sin embargo, de "Notes on the Oaxaca Tablero",
en los muros de los edificios de Mitla según el autor de estas líneas, debería quiero expresarle mi más sincera gra-
(Hartung 1975, 1983) . existir una cierta flexibilidad para la titud .

1977 "Maquetas arquitectónicas precolombinas de Oaxa-


REFERENCIAS ADICIONALES
ca", Baessler-A rchiv, Vol. XXV: 387-400, Berlín.

1982 "Estructura y signi ficado de las maquetas de Oaxa-


ca", en Las representaciones de arquitectura en la
arqueología de América, Daniel Schávelzon, coord. ,
GENDROP, Paul
Vol. 1: 211-236, UNAM, México.
[1974] "El tablero-talud en la arquitectura mesoamerica-
na", ponen"cia al XLI Congreso Internacional de "La estructuración de los alzados t!n la arquitectura
1983
American istas, México, 1974, edición limitada precolombina de Mitla", en Jahrbuchfür Geschich-
hecha en mimeógrafo por el Centro de Investiga- te van Staat, Wirtschaft und Gesel/schaft Lateina-
ciones Arquitectól}icas, UNAM, México. merikas, Tomo 20, Editorial Bohlau, Koln.

HARTUNG, Horst KUBLER, George


1975 "Superficie, Volumen y Espacio en la Arquitectura 1973 "lconographic Aspects of Architectural Profiles at
Precolombina en Mitla", XII I Mesa Redonda de la Teotihuacan and in Mesoamérica", en The lcu-
Sociedad Mexicana de Antropo logía (1973), Vol. nography of Midd/e American Seu/piure: 24-39, The
Arqueología ll: 185-193, México. Met ropolita n Museum of Art, New York.
74
"RENASCENCE" Y DISYUNCIÓN EN EL ARTE MESOAMERICANO*

George Kubler**
- .- -·--- ·- ~·· ··

• Bajo el título de " Renaissance and Disjunc-


tion" , este artículo apareció publicado por pri-
mera vez en inglés en Via, Journal of the Gra-
duare Schoo/ of Fine Arts, Un iversit y of Penn-
sylvan ia 3 (1977) : 31 -40. La present e traduc-
ción es de Paul Gen drop.

Folfowing the lead of Focillon in 1939 and Panofsky in 1960, a disjunction oj


form and meaning such as they propase in the relation of classical and medieval
art, can be detected in Mesoamerican languages oj visual jorm, where classic
and post-classic jorms and meanings are similar/y disjunctive.

presencia de un polo opuesto. Y ¿có- Krautheimer acaban por enumerar


mo hemos de aprehender estas con- tan to s "renascences", desde el
Al preparar este trabajo me vino a la trafuerzas en el campo de ia historia? período cristiano temprano hasta el
mente la similitud que existe entre los Podemos empezar por trazar una Quattrocento, que éstos forman un
hábitos literarios de Clio y el tejido de escala de magnitudes del campo. El tejido casi continuo de substancia clá-
Penélope. Los historiadores a menu- Renacimiento, tal como lo entiende sica. De ahí surge una nueva defini-
do hablan del tejido de los aconteci- todo el mundo, es la mayor especie ción de lo que llamamos tradición.
mientos o de la historia en el sentido del museo; es como el brontosaurio Bajo este aspecto, la tradición puede
de una paciente persistencia. La otra en magnitud, o sea el más voluminoso verse como una secuencia - fina-
cara de los eventos, sin embargo, en su género, pero estructuralmente mente entretejida- de esfuerzos por
hecha toda ella de interrupciones y de similar a otras especies mucho más restaurar porciones de la antigüedad
hilos rotos, despierta poca atención. pequeñas y más recientes. El ejemplo clásica en posiciones de autoridad
Se requiere mucho más esfuerzo para que le sigue en tamaño ha sido estu- den tro de la cultura medieval. De esta
describir el cambio que para señalar diado principalmente por medievalis- manera puede visualizarse el "renas-
la continuidad. Es quizá por ello que tas; menos extenso que el Renaci- cence" como un fenómeno de persis-
los historiadores prefieren hablar del miento, se le conoce usualmente co- tencia de la tradición. Observamos,
cambio como si éste fuera conti- mo "renascence". Así fue como Er- en efecto, esta persistencia de la tradi-
nuidad disturbada más que como win Panofsky presentó aquellos epi- ción a través de toda nuestra escala de
cambio y ruptura en sí. Dentro de este sodios del medioevo en que se había magnitudes.
contexto, la historia ha carecido a intentado renacer algún aspecto de la
menudo de opuestos debidamente antigüedad clásica, baj o el título
contrastados. Ejemplo de ellos es el "Renaissance and Renascences", en
16. El Edificio de las Columnas, con su fachada
"Renacimiento", del que hablamos una obra publicada en 1960 en Esto- estruct urada por tres tableros sobrepuestos,
con soltura y familiaridad como si colmo. La idea de "renascence" co- presenta una notable plasticidad en la luz de
fuera una realidad operativa . Pero mo la restauración fragmentaria, pa- la tarde; Viñ eta: Entrada de la tumba 6 de
una de las formas de comprobar la re- ra fines de su utilización, de alguna Lambityeco . Dibujo Ricardo García Rendón
alidad es la presencia de un opuesto: Macedo .
porción de la antigüedad clásica,
noche y día, húmedo y seco, cálido y incluye por ejemplo el caso de la re-
frío ... La idea de Renacimiento su- novatio (o renovación) carolingia.
giere un campo de fuerzas así como la Panofsky y su colega Richard •• Profesor emérito de la Un iversidad de Yale.

75
Nuestro museo de continuidades do del registro, donde deberían figu - ca, un escultor o un pintor toma pres-
contiene incluso especies más pe- rar la discontin uidad y la ruptura. tada una figura o un grupo de figu-
queñas del mismo género . La historia Una secuencia ten tativa de es tos tér- ras, presenta casi invariablemente és-
del arte abu nda en ejemplos de persis- minos polares podría ser, en orden tas de una manera no clásica o sea,
tencias de tradición estrechamente descendente: contemporánea". E n 1960 Panofsky
vinculadas, conocidas como revivals llamó ésto el "principio de disyun-
of toste o retornos. Cuando coexisten los tres primeros ción" y amplió su campo hasta abar-
muchos retornos distintos, como du- renacimiento { pueden oponerse car no sólo la reconversión de signifi-
renascence
rante el siglo pasado, la suma de ellos al concepto de cados clásicos en formas medievales,
renovación
se denomina estilo ecléctico. Un re- disyunción, sino también el otorgamiento conver-
torno difiere sin embargo de un "re- so de significados medievales a for-
nascence" como la moda se diferen- los dos últimos se mas clásicas. En estos términos Pa-
retorno
cia del estilo histórico. Los retornos oponen al hecho nofsky presentó el tejido entero del
moda { de descartar
griegos, romanos o egipcios son epi- arte clásico como discontinuo duran-
sodios del gusto, y como tales trans- te la Edad Media, con formas clásicas
forman el escenario. Las columnas El simple descarte requiere poco arrancadas de sus contenidos origina-
dóricas, los pilonos tebanos y las bó- comentario en sí; la "disyunción", en les y reorganizadas como arte me-
vedas flamígeras reaparecen conjun- cambio, es un término introducido en dieval de acuerdo con el patrón de
tamente, pero actúan más en calidad el campo de la historia del arte por fo rmas medievales con significados
de evocaciones del pasado que como Erwin Panofsky en 1944 bajo la di- clásicos, y de forma s clásicas con sig-
contexto integral. El Renacimiento rección de Adolf Goldschmidt y Paul nificados medievales.
intentó vivi r a parti r del libro de la Frankl. Goldschmidt había notado en Las obras de Panofsky tratan tan
antigüedad, mientras que los "renas- 1936 el fenómeno en el cual la forma sólo de las expresiones simbólicas en
cences" se valen de meros fragmen- clásica se va separando del significa- la literatura y el arte clásicos y me-
tos, y que los retornos son selectivos, do clásico dentro del arte medieval. dievales. Cuando se trata de gamas
siguiendo los imperativos del gusto y El "principio de disyunción" de Pa- más amplias de objetos úti les y de co-
echando mano del patrimonio históri- nofsky se deriva de un estudio minu- municaciones ordinarias, cabe pre-
co universal. cioso de Jos modos de sobrevivencia guntarse si el proceso disyuntivo, de
Más pequeños aún que los retornos de la antigüedad clásica durante la reacomodar formas y significados an-
en su duración son las revoluciones o Edad Media. Su análisis era de carác- tiguos y nuevos, no varía a Jo largo de
ciclos de la moda. Dos ritmos distin- ter iconográfico en un principio, y no un gradiente que se sitúa entre la elec-
tos aparecen en la moda: el lento que fue sino hacia el final de su largo estu- ción y la necesidad . En efecto, obje-
se salta generaciones, y el rápido que dio cuando Panofsky adoptó la idea tos útiles y expresiones cotidianas
se repite varias veces en una genera- de disyunción como una explicación suelen mostrar para períodos largos
ción; el lento reafirma la continuidad del resurgimiento de formas y signifi- una mayor coherencia entre formas y
con la generación de Jos abuelos, cados clásicos. Durante este proceso, contenido que las frágiles expresiones
mientras que el rápido constituye la él llegó a postular un "principio de de los sistemas simbólicos religiosos.
moda misma tal como la definieron disyunción" susceptible de gobernar Así es como la evidente estabilidad de
Richardson y Kroeber, manifestándo- estos retornos de maneras consisten- las técnicas de cerámica utilitaria es
se por ejemplo en el alza o baja regu- tes e identificables. familiar a todos los estudiosos; la lo-
lar de las medidas de las faldas en su Los axiomas fundamentales de este za del diario cambia menos aprisa que
longitud o su vuelo, en la altura del método fueron establecidos inicial- la cerámica labrada y pintada que se
talle o la profundidad del escote. En mente por Focillon en 1934. Según elabora para uso ceremonial. Algu-
el ciclo lento de las modas, el presente ellos, nos símbolos resultan también más
regresa a menudo a Jo que estuvo en 1) toda forma visible que se ha repeti- útiles que otros. Por ejemplo, las
boga unos seis decenios atrás, o sea do con frecuencia puede adquirir di- letras del alfabeto permanecen esen-
dos generaciones aproximadamente, ferentes significados al cabo de algún cialmente sin cambios por largos
brincándose el estilo de Jos padres pa- tiempo, y períodos, y son ampliamente difundi-
ra honrar el de los abuelos. 2) un significado que perdura puede dos debido a su carácter no-ritual, ne-
ser expresado por diferentes formas cesario y de utilidad cotidiana. Pero
li visuales (Focillon 1934). Panofsky todas las grandes disyunciones re-
hizo extensivo este concepto al estu- gistradas por Panofsky conciernen
Estos términos y conceptos perte- dio sistemático de la iconografía cris- creencias y símbolos más que la
necen todos a la continuidad y a la rea- tiana medieval en 1944, en los térmi- iconografía de la vida profana del
firmación de la tradición, pero hay nos siguientes: "siempre que en la diario. Así mismo las tecnologías an-
pocas correspondencias en el otro la- poesía, la mitología o la historia clási- tiguas y medievales cambian menos
76
•J

1
aprisa que los correspondientes siste- la antigua materia con respecto a la nascentes" son mi primer ejemplo. El
mas de iconografía religiosa. Si tu- nueva . segundo se refiere al cambio de signi-
viéramos que interpretar la sucesión Al observar la disyunci ó n, no sólo ficado del jaguar en la iconografía
de culturas clásicas y medievales tan evaluamos el límite entre las eras de la mesoamericana, com o una imagen
sólo a partir de la loza utilitaria, las historia occidental, sino que nos en- continua que va experimentando fre-
numerosas diferencias entre ellas se caramos con la difícil noción de dis- cuentes cambios en su contenido.
desvanecerían dentro de la conti- conti nuidad en un tejido temporal cu- La iconografía de la arquitectura
nuidad de la tecnología cerámica. ya trama sabemos continua. Forma ha sido objeto de estudios intensivos
La ruptura de formas y significa- continua no implica contenido conti- tantos en América como en Europa
dos religiosos nos proporciona una nuo, como tampoco la continuidad desde hace varios decenios. Los méto-
medida objetiva para el reemplazo de forma o de contenido implica ne- dos de este estudio pueden conducir
de la antigüedad clásica por el me- cesariamente una continuidad de cul- también a resultados útiles al aplicar-
dioevo cristiano e islámico. Esta dis- tura . Por el contrario, prolongadas se a la arquitectura antigua de Meso-
yunción, que es un modo de renova- contin uidades en forma o contenido, américa. Al parecer, no existe ningún
ción, puede considerarse dentro de un del orden de unos mil años, pueden edificio que esté desprovisto de algún
marco más a mplio de referencia co- encubrir u ocultar una discontinuidad significado convencional que le con-
mo un hecho que ocurre tan pronto cultural más profunda que la que pa- fieren tanto su orden espacial como
como los miembros de una cultura ul- rece existir entre la antigüedad clásica sus temas ornamentales. Tal parece
terior remodelan su herencia al orien- y el medioevo. Esta advertencia es también que tales significados pueden
tar las formas de su predecesor hacia aún más válida bajo circunstancias en desprenderse de los di: eños espaciales
nuevos significados, y al vestir con que no se dispone de fuen tes litera- de pueblos que no nos dejaron trad i-
formas nuevas aquellos signi ficados rias, como es el caso de las culturas ció n escrita y cuyas sociedades desa-
que permanecen vigentes. Los suceso- prehispánicas de América. La idea de parecieron hace m ucho tiempo. En
res obedecen entonces inconsciente- disyunción no sólo pone en tela de Teotihuacán, la a ntigua arquitectura
mente a la ley del menor esfuerzo, y juicio cada analogía etnológica al in- que se edificó entre aproximadamente
contribuyen involuntariamente a sal- sistir sobre la discontinuidad - y no 300 a.C . y 700 d.C . incluía muchas
vaguardar gran parle de una tradición su opuesto- dondeq uiera que se tra- formas que se prestan a un estudi o
sin tener que descartar - o reinven- te de largos períodos, sino que provee iconográfico. Es tas cubren un
tar- cada cosa. En efecto, el carácter también una explicación satisfactoria período de unos diez siglos y reapare-
acumulativo de la sucesió n de cultu- para la comprensión de muchos de los cen en sitios distantes de Guatemala y
ras en una región determinada es im- complejos mecanismos de cambio Yucatán, lo que implica al menos al-
pensable sin el acto selectivo de des- cultural. guna continuidad de contenido tanto
cartar que va implícito en la disyun- en el tiempo como en el espacio. El
ción. La demostración de Panofsky III rasgo más distintivo y duradero de es-
con los materiales del medioevo y del ta arquitectura en Teotihuacán es el
Renacimiento ha comprobado que En lo que resta de este trabajo llamado "tablero-talud" (o "talud-
cada duración transcultural (por quiero presentar un ejemplo tanto de tablero").
ejemplo de padre a sucesor en el mis- "renascence" como de disyunción a
mo campo) puede cuantificarse con partir de evidencias arqueológicas
l . Reconstitución de la parte inferior de los
respecto a la disyunción. Esta cuanti- mesoamericanas. Los perfiles ar- "Edificios Superpuestos" en Teotihuacán. Di-
ficación puede ser burda, pero consti- quitectónicos teo tihuacanos y su con- bujo Paul Gendrop según C. González e l.
tuye indudablemente una medida de tinuación ulterior como fo rmas "re- Marquina.

77
Los aspec tos fun cionales del tab le- 2
ro, apa rte de la necesidad de protec-
ción del panel y del talud contra la in-
temperi e, incluyen el prob lema de es-
tabil idad . El marco sobresaliente, sin
embargo, al descansar sobre las hile-
ras de lajas o "ixtapaltetes " , actúa
como una ménsula destinada tarde o
temprano a derruirse. Los marcos
más tempranos son más anchos, más
profu ndos y más gruesos que los más
recientes, y algunos son hechos de
bloques de cantera labrada como es el
caso del antiguo santuario de Quet-
zalcóatl en la Ci udadela, en contraste
con los ligeros y delgados marcos de a
épocas más rec ientes , provistos de hi-
leras de lajas. En cuanto al efecto vi-
sual, el marco sobresali ente con res-
pecto al corto talud produce una
sombra cuando el ángulo del sol es al-
to . Esta sombra da un efecto de levi-
tación, el masivo tablero descansando b
sobre un coj ín de oscu ridad especial-
mente evidente hacia mediodía en los
pequeños patios del período tardío.
La diferencia principal entre cons-
trucciones públicas o religiosas, segla-
res o particulares, era probablemen-
te cuestión de tamaño. Las grandes
plataformas eran públicas; las pe-
queñas eran de habitación o de san-
tuarios domésticos. Pero dentro de la
arquitectura doméstica misma, una
diferencia en las proporciones :;olía
mantener la diferencia entre la divini-
dad y la gente de la casa. El santuario
se alzaba sobre su basamento inclina-
do, mientras que las habitaciones de
tipo megarón ocupaban pedestales
más bajos .
El tablero-talud es omnipresente en do llevar -o no llevar- indicaciones 2. Omnipresencia del ta bler o-tal ud en
Teot.ihuacán. Domina todas las par- de un culto específico; su objetivo Teotihuacan. a. Pirámide de Quetzalcóatl; b.
Reconstitució n del costado sur del edificio 5 y
tes de la vasta ciudad como forma principal es destacar los edificios reli- del pórtico de entrada al palacio del Quetzalpa-
privilegiada destinada a diferenciar giosos de los seglares. Si esta suposi- pálotl, según Jorge R. Acosta; c. El costado
las fac hadas de los templos y plata- ción es correcta, entonces el tablero- oriente de la plaza de la Luna, con la pirámide
formas ceremoniales. No hay otro talud es significat ivo en sí, sin aquella del Sol en segundo térmi no; d. Detalle de uno
perfil arquitectónico que compita con referencia adicional que, de haber de los basamentos anteriores. Dibujos Pedro
Dozal y V .M. Rodríguez Linares . Fotos Salva-
él. El tablero-talud, al igual que el pe- existido, pudo haber sido hasta re- dor Vázquez Bader y Paul Gendrop.
dimento en la antigüedad mediterrá- dundante. Podemos su poner, en este
nea, puede haber tenido un significa- caso, que el perfil arquitectónico es
do relacionado con la "arquitectura en sí mismo o por sí mismo un indica-
sacra" . El dominio del culto y del ri- dor primordial de contenido, especifi-
tual contrastaba con la arquitectura cando tanto la función del edificio
seglar por el perfil sobresaliente y re- como la identidad étnica de sus cons-
cortado del basamento. El tablero pu- tructores.
78
e

79
3 Esta mención de identidad étnica
nos conduce a preguntar cómo se re-
lacionan los perfiles arquitectónicos
de Teotihuacán con los del resto de
Mesoamérica. Las otras variedades
de perfiles presentadas por Marquina
en 1951 difieren de una manera signi-
ficativa de los teotihuacanos . Cinco
tipos más pueden identificarse con fa-
cilidad durante los 2000 años com-
prendidos entre el preclásico tardío y
el siglo XVI. Éstos son:

2) el perfil de paneles recortados


"en escapulario", de Monte Al-
bán;
3) el perfil "en delantal" sobre
a entrecalle, del área maya central
4) el perfil "en atadura" del área
maya norte;
5) el perfil con cornisa de Tajín y
Xochicalco;
6) el perfil de doble inclinación de
la arquitectura azteca.

Cada uno de ellos determina una


esfera de influencia arquitectónica y
tiene una duración determinada.
Ciertos perfiles (especialmente el
tablero-talud teotihuacano y el recor-
b tado de Monte Albán) reaparecen le-
jos de su lugar de origen, tanto en
formas coloniales (Kaminaljuyú) co-
mo en formas de "reviva)" o de "re-
nascence" (TuJa, Chichén ltzá). Cada
uno tiene probablemente un significa-
do distinto en cuanto a la caracteriza-
ción de diferentes tradiciones ar-
quitectónicas, diferentes prácticas de
culto y diferentes identidades étnicas.
Los perfiles de Monte Albán a me-
nudo son tratados como si fueran tan
sólo una variante del tablero-talud.
Pero su diseñ.o así como su sistema
constructivo difieren radicalmente de
los de Teotihuacán. El talud no se
halla en la base del muro; descansa
sobre un rodapié de perfil rectangu-
lar, y encima de él penden hacia abajo
varios paneles cuyos recortes se repi-
ten en dos o más planos paralelos.
Encima de los paneles puede haber
una pequeñ.a cornisa sobresaliente o
una simple moldura remetida. El
efecto, en los paneles, es de planos y
recortes que alternan en luces y

J
d e
sombras, dando a la base y al remate llamaría chaflán acanalado. El tiene nichos o grecas escalonadas . Sus
superior el carácter de un sistema in- chaflán (o bisel) actúa como un talud antecedentes no son claros: quizá esta
terminente y rítmico. Estos planos se- y separa los cuerpos escalonados me- forma refleje contactos con los
parados del relieve se asemejan a una dian t e sombras pronunciada s , pueblos mayas .
cenefa o a un ceñidor con flecos. La mientras que la acanaladura (faja La última de las molduras meso-
moldura que se halla encima del talud rehundida o entrecalle), al captar la americanas aparece en la arquitectura
no es un tablero similar al teotihuaca- luz, acentúa el peso y el impulso as- postclásica azteca después del año
no; no tiene marco ni encierra un pa- censional del volumen que define. La 1300 d. C. Se distingue claramente por
nel y, en algunos edificios grandes, entrecalle se recorta a menudo en el sus dos planos de distinta inclinación
sus perfiles son inclinados. No lleva mismo chaflán. que no aparecen sino en las alfardas
hileras de lajas susceptibles de actuar Los constructores del área maya de las escalinatas. Se trata aquí de
como ménsula para sostener las par- norte separaron el edificio abovedado una variante particular de la moldura
tes salientes que sólo sobresalen lo su- de su basamento, dándole un perfil de atadura: el efecto producido aquí
ficiente como para provocar la característico. Este perfil se asemeja es el que se obtiene al ceñir violenta-
sombra deseada. Su empleo en Monte al amarre (o "atadura") con el cual mente un costal de arena mediante un
Albán y Mitla como panel recortado un techo de palma es apretado y cincho. Para la persona que asciende
se repitió con modificaciones varios cinchado en los aleros tanto como en por la escalera, el declive repentina-
siglos después en Chichén Itzá en los el remate superior; parece la imita- mente incrementado de la alfarda
perfiles maya-toltecas del templo del ción en piedra de aquella entretejida aumenta la sensación de verticalidad
Chac-Mool así como del Castillo. construcción de esbeltos bejucos de las gradas. Todas sus víctimas
Los perfiles del área maya central empleada en las viviendas mayas. La - ya fueran antiguas o modernas- se
presentan un repertorio más dificil de moldura "de atadura" aparece en los han sentido intimidadas ante tales
definir y de interpretar. Un grupo fá- edificios de las regiones Chenes y cambios de ángulo visual en su ascen-
cil de identificar va desde las estructu- Puuc así como en la costa oriental. so por aquellos escalones dolorosa-
ras E-VII-sub de Uaxactún y 5D-sub- En el Caracol de Chichén Itzá esta mente angostos. La influencia azteca
l-1~ deTikal(hacia lOOa.C.)hastael moldura tiene, al nivel del arranque a través de Mesoamérica fue total, y
final del período de Series Iniciales de la bóveda, cinco miembros que casi no hay región que haya escapado
durante el Siglo IX d.C., y arranca a expresan los complejos problemas es- a su terrible arrastre. Su símbolo ar-
partir de un sistema de diseño cohe- táticos y dinámicos planteados por es- quitectónico fue probablemente esta
rente, en el cual los perfiles del edifi- te complicado sistema abovedado alfarda de doble inclinación.
cio abovedado continúan los de los anular.
3. Otros perfiles arquitectónicos en Mesoamé-
cuerpos escalonados del basamento Los perfiles con cornisas emplea-
rica. a. Tablero del Sistema IV en Monte Al-
piramidal, como si el templo constitu- dos en Tajín y Xochicalco pueden ser bán ; b. Pirámide E-VII-sub de Uaxactún; c.
yera el último de aquéllos. Este perfil, considerados como variantes regiona- Angulo noreste del Cuadrangulo de Las Mon-
común tanto al basamento piramidal les de la moldura de atadura, jas en Uxmal; d. Detalle frente templo de las
como al santuario, puede llamarse desprendiéndose de un talud y pro- Serpientes Emplumadas en Xochicalco; e. Pla-
taforma anexa al Templo Mayor de México-
una moldura en delantal inclinada y yectándose hacia arriba. La atadura Tenochtitlan. Fotos Paul Gendrop y Carnegie
con entrecalle; un arquitecto lo aquí es como una ancha tira que con- lnstitution of Washington.
81
Estos seis principales perfiles ar- Durante los últimos veint1cmco A manera de ejemplo de este carácter
quitectónicos me so americanos años, los estudiosos de la ant igüedad de "auto-eliminación" que posee la
corresponden a entidades geográficas de América se han vuelto creciente- disyunción, me gustaría discutir aho-
y étnicas, de la misma manera que las mente afectos al uso de una termi- ra el tema del jaguar en el arte meso-
de la a ntigüedad clásica codificadas nología originada en la arq ueología americano . Durante el período clási-
por Vitruvio. Para Vitruvio, el a r- mediterránea. El empleo americanista co, entre los años 100 y 700 en el valle
quitecto del emperador Augusto du- de la palab ra "clásico" para desiguar de México, un patrón dominante en el
rante el primer siglo de nuestra era, el eventos anteriores a 900 d.C. se ha ritual y el ceremonial se centró en tor-
orden dórico era el más antiguo, ori- vuelto parte de una terminología no a una entidad jaguar-serpiente-
ginado en el Peloponeso durante el aceptada prácticamente si n obje- pájaro. Este culto se conoció primero
rei nado de los reyes dorios de Aquea; ciones. Otras sugerencias del paralelo en Teotihuacan y reapareció mucho
el orden jónico surgió más ta rde, "clásico" son: la presencia de un ca- después en Tula y Chichén Itzá. Las
cuando los atenienses colonizaron el non de proporciones basado en rela- imágenes de jaguar-serpiente-pájaro
Asia Menor; el orden corint io fue in- ciones numéricas; el predominio de aparecen en Teotihuacán como
ventado al último por un escultor que un cromatismo carente de sombras cuadrúpedos y bípedos, como yelmos
quiso imitar el crecimiento de las ho- susceptibles de dar una sensación de de donde emergen bustos, como toca-
jas de acanto en su ornamentación . perspectiva; el énfasis humanístico dos de sacerdotes, como instrumentos
Cada orden tenía sus propiedades presen te en casi todo el arte meso- rituales y como íco nos frontales. Las
expresivas definidas: el dórico era va- americano; semejanzas que no hacen imágenes no híbridas de jaguar son
ronil, el jón ico femen ino, el corintio sino reforzar la idea de un carácter inexistentes. Cada imagen de jaguar
de proporciones ligeras y juveniles. "clásico" atribuido a la antigüedad cuadrúpedo es de una manera u otra
Estos intervalos expresivos han per- americana anterior al segundo mile- combinada con elementos no felinos
durado hasta nues tros días en la ni o d.C. La misma ex istencia de un derivados de otras for mas de seres vi-
teoría de la arqui tectura. A partir de sistema expresivo, tal como lo vimos vientes. Los ojos son generalmente
los siglos en q ue se produjo el Renaci- en los perfiles arquitectónicos meso- redondos y bordeados de plumas; las
miento italiano, las modas arquitec- americanos, viene a confirmar el pa- manchas irregula res de la piel son tra-
tónicas reanudaron con la historia an- ralelismo con la antigüedad greco- tadas como si fueran flo res o conchas
tigua de los órdenes. E n el siglo XV el romana . Semejante sistema de for- marinas; la lengua es una lengua
orden corintio fue el preferido de los mas arquitectónicas expresivas es bífida de serpiente; y el cuerpo entero
escultores italianos; los manieristas también necesario para la existencia está cubierto a menudo con un diseño
del siglo XVI retornaron a la severi- de una tradición perpetuada por repe- que se asemeja a una red de pescar.
dad dórica y toscana; los seguidores tidas renovaciones o redescubrimien- Por ejemplo, el jaguar teotih uacano
de Paladio en el Siglo XVII emplea- tos, y Mesoamérica comparte esta más íntegro es aquella estatuilla de
ron detalles jónicos, y los arquitectos característica con el mundo medi- ónix de unos 33 cm . de largo que se
barrocos prefirieron las proporciones terráneo. Pero esta misma considera- halla en el Museo Británico y nos
corintias. Al perder estos órdenes su ción no forma sino una minúscula muestra al animal tendido de panza,
carácter pagano con el Renaci miento, parte del " renaci miento" de la anti- con sus zarpas extendidas. En cada
Cristo y los santos - hombres y muje- güedad americana que se está llevan- una de las patas delanteras está un gli-
res- fue ron asimilados a los interva- do a cabo durante este siglo XX. fo que se asemeja a unas fauces ser-
los de Vitruvío. Las edades mismas se pentinas asociadas con la lluvia. Los
IV
asemejaron a los órdenes de Vitruvio, ojos son los ojos redondos de un pá-
en esquemas que comparaban la co- Pero la tradición es algo más que jaro, y las patas son bordeadas por
lumna toscana con la vejez, la dórica una "auto-renovaci ó n": contiene unos flecos ondulantes similares al
con el hombre en la plenitud de su vi- también pausas y lapsos así como motivo "zarpa-ala" que en el arte ol-
da, y así por el estilo. muchas estructuras que desaparecen. meca se relaciona con las aves.

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4. Diversos aspectos del jaguar en la bias. Museo Británico. 5. Detalle del mural de 5
ico n og ra f ía tcotihuacana . a. Jagu ar lo' Anim ales Mit ológicos . Templo de la Agri -
"floreado". Pint ura mural del pa lacio de Te- cultura. 6. Humanos con traje de jaguar en la
til la; b. Jaguar con el cuerpo cubierto de pintura mural de los palacios de Zacuala (a) y
mallas. Pintura mural del palacio de Atetelco; Tet it la (b). Dibujos y fotos INAH y Arthur
c. Escultura en ónix, según Miguel Covarru - Mi ll er.

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Inferencias semejantes abundan en otro, los rasgos del jaguar se com bi- 6
los murales . En el mural de los ani- nan siempre con elementos derivados
males mitológicos de Teotihuacán, de un pájaro o de una serpiente.
que Clara Millon ha asignado a la Los hombres-jaguares arrodillados
temprana fase 2 dentro de la historia de Jos murales de Tetitla llevan un
de la pintura mural en esta ciudad, traje completo en tej ido de red cuyas
varios jaguares de cuatro patas apare- mallas cubren hasta el hocico y las
cen por entre las olas. Uno lleva una orejas del jaguar. Pero la identi fica -
figura alada atravesada en el hocico. ción del personaje como humano se
Un jaguar de quijadas cuadradas nada revela por el escudo y el cetro que lle-
dando de patadas y escupe con fuer- va en las manos. Avanza de rodillas
a
za, su piel cubierta de flores como la sobre un camino que conduce a un
del gato de Tetitla. A otro le faltan al- templo adornado con manchas flora-
gunas garras que quizá le fueron les similares a las de la hem bra deja-
arrancadas. Todos estos jaguares guar preñada . Estas manchas rodean
tienen ojos redondos de ave. la puerta y llenan los remates escalo-
nados del pretil, debajo de una banda
Humanos que llevan un traje deja- con mallas al estilo de las que cubren
guar el personaje-jaguar, lo cual relaciona
probablemente la dedicación del tem-
La serie más rica en representa- plo a un espíritu (o fuerza) caracteri-
ciones de jaguar consiste en seres hu- zado por estos signos. En otras repre-
manos que llevan un traje de jaguar. sentaciones, la figura encerrada en
A veces se trata de una piel entera mallas se asocia tan sólo con el
-con cabeza, zarpas y cola- pero jaguar-serpiente-pájaro, ya se trate de
más a menudo es tan sólo un tocado murales o de ornamentación en cerá-
de jaguar. En un caso como en el mica. b
83
Representaciones frontales de jaguar-
serpiente-pájaro

Si hemos de suponer que las repre-


sentaciones frontales se refieren más
probablemente a objetos de culto que
las de perfil que aparecen sirviendo o
acompañando a las primeras, resul ta
plausible considerar que las grandes
figuras frontales aisladas representan
a b objetos de culto o íconos.
Un jaguar-serpiente-pájaro agaza-
pado en actitud frontal aparece ya sea
solo o acompañado de sacerdotes en
vasijas cilíndricas trípodes de la fase
Teotihuacan 111. En una escena litúr-
7 gica, el tocado del sacerdote está con-
7. Representaciones frontales de jaguar- fuso, pero el ícono al que se acerca es
serpiente - pájaro. a. Detalle de una vasija
la consabida figura con doble perfil
trípode moldeada. Museo local de Teotihua-
cán; b. Pint ura mural del palacio de Tepan - de j aguar, lengua serpentina y ojos de
tit la. 8. Yelmo de jaguar-serpiente-pájaro. a. pájaro; aparece frontalmente con una
Estatuilla moldeada en barro, segun Miguel gran concha de pectén en el tórax y
Covarrubias, b. Pintura mural del palacio de escamas de serpientes en los miem-
Zacuala, segun Laurette Séjourné, 9. Friso de
bros; el fondo incluye conchas mari-
jaguares y coyotes, según mural del palacio de
Atetelco. Dibujos Paul Gendrop y Agustín nas, ojos bordeados de plumas y lla-
Villagra Caleti. Fotos INAH . mas; la ofrenda que carga el sacerdote
se asemeja a un pájaro con pico y ojo
redondo, recordándonos aquella es-
cena mural de los animales mitológi-
cos en que un jaguar aparece tragán-
dose un páj aro y sugiriendo con ello
que las aves eran ofrendas gratas al
jaguar-serpiente-pájaro.
Este esquema reaparece sin ofren-
das en numerosos fragmentos de vasi-
jas moldeadas. Los ojos de ave bor-
8 a deados de plumas figuran encima de
b un hocico de jaguar del que pende la
lengua bífida de serpiente entre las
patas arqueadas del jaguar. Más o
menos abreviado, este tema es emplea-
do de un modo diferente en Tula y en
Chichén ltzá, según veremos más
adelante.

Yelmo de jaguar-serpiente-pájaro

Frecuentemente representado en
murales, motivos de cerámica o esta-
tuillas en barro, es un torso humano
que -a la manera de un busto
piramidal- lleva el casco en forma
de jaguar-serpiente-pájaro. En un
mural hallado en Zacuala, esta figura
84
lleva en el brazo izquierdo un escudo Relaciones con el coyote (o Canis La asociación con el coyote es a la
y en el derecho , sostenida como si latrans) vez entrelazada y complementaria o
fuera una vasija o un incensario, una recíproca. Es también una asociación
máscara de jaguar con plumas. El yel- Gatos y perros rara vez caminan a singular, pues el jaguar-serpiente-
mo ostenta la fo rma icónica de un la par, mientras que en Atetelco ja- pájaro no se relaciona en Teo-
doble perfil de hocico felino, y tiene guares y coyotes aparecen en apacible tihuacán con ningún otro animal
ojos con plumas y paneles con mallas. procesión dentro de un marco en que terrestre sino con humanos, como es
La máscara-incensario repite estas un cuerpo de coyote se va entrelazan- el caso del jaguar que sostiene un bus-
formas en perfil simple, con un ele- do con un jaguar con mallas, sugi- to humano . Este hecho es importante
mento de remate que consiste en una riendo el carácter intercambiable y para emprender cualquier interpreta-
zarpa de jaguar con mallas y una len- complementario de ambos. Los ja- ción del significado de la fó rmula
gua bífida de serpien te. Entre las plu- guares con mallas tienen ojos de pája- jaguar-serpiente-pájaro, porque no
mas de la máscara se ven gotas de ro con plumas, y lengua de serpiente. hay ejemplo en Teotihuacán -en
agua y líneas ondulantes similares a Bajo los hocicos de estos dos seres fi- ningún medio- de esta asociación
las olas del mural de los animales mi- guran signos de agua trilobulados pa- entre águila y serpiente que se volvió
tológicos. Un busto con casco (que recidos a los que son tan comunes en común en Tula y adquirió importan-
ilustró Covarrubias) es también de es- Oaxaca. En la orilla , el signo de agua cia primordial en el culto guerrero de
te tipo, pero los ojos tras las gafas es- es enriquecido por un ojo que simbo- la religión azteca en Tenochtitlan. Re-
tán cerrados, sugiriendo muerte, y el liza la brillantez del agua que corre. sulta pues dudoso que las imágenes de
plumaje recuerda una mariposa cuya El tema acuático reaparece en la esce- jaguares y águilas tengan en la histo-
presencia se relaciona a menudo con na superior, donde rostros con gafas ria teotihuacana una correspondencia
los entierros. surgen de entre los cuerpos entrelaza- con creencias aztecas.
El significado de esta fo rma es su- dos de jaguares con mallas y coyotes. De la misma suerte podemos emitir
gerido por una estatuilla en barro de Esto nos incita a considerar la unión dudas acerca de la credibilidad de ex-
la colección Diego Rivera. Un ser hu- de per ro y gato como algo que se rela- tender estas creencias aztecas sobre
mano de pie provisto de una cabeza ciona de alguna manera explicable los jaguares hasta el horizonte teo-
de jaguar carga uno de aquellos bus- con el agua en sus variados aspectos. tihuacano. Estas creencias tardías de
tos en sus brazos extendidos; el casco El jaguar y el coyote no eran desco- los aztecas fueron resumidas según
es de tipo oaxaqueiío, con la mandí- nocidos en el valle de México, pero el evidencias textuales y arqueológicas
bula superior del jaguar partida. El coyote era más común en las planicies por Eduard Seler en 1915 . Sus aso-
contexto escénico y narrativo del per- secas del norte mientras que el jaguar ciaciones no tienen en común sino la
sonaje con cabeza de jaguar soste- abundaba en las húmedas tierras ba- idea de oscuridad expresada por la
niendo el busto con casco nos lleva a jas de Veracruz y Tabasco. Su presen- noche, las cuevas, los eclipses y la de-
una interpretación provisional. El cia en Teotihuacán puede haber signi- saparición del sol; pero semejante
busto con casco puede relacionarse ficado algún tipo de reunión de expresión de oscuridad no parece ma-
con el retrato de un personaje dinásti- opuestos dentro del culto teotihuaca- nifestarse en el repertorio de las
co cuyo clan o lazo familiar es indica- no, tal como la unificación de representaciones de jaguar en Teo-
do por el cargador heráldico. pueblos disímiles en un ritual común. tihuacán.

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85
Los guerreros en Teotihuacán se mundo- está bajo los pies de un queólogos, en todas partes, consiste
identifican mediante una lechuza pro- guerrero o de un sacerdote. Al mismo en distinguir en tre las forma s históri-
vista de escudo más bien que median- tiempo, sin embargo, los jaguares y cas fundamentales en los productos
te un jaguar. La conjunción de pro- las águilas devorando corazones se de las excavaciones. Tales formas his-
piedades sugeridas por el jaguar, la volvieron el emblema de las nuevas tóricas son las clases de objetos "re-
serpiente y el pájaro como emblemas sociedades en Chichén ltzá y en Tula, nascentes" y disyuntivos que acabo
respectivamente del agua, de la tierra a consecuencia de lo cual los jaguares de analizar. Las expresiones "renas-
y del aire, apunta más bien hacia po- adquirieron nuevos sign ificados en centes" son repeticiones de una tradi-
deres trascendentales de naturaleza dos sentidos: como seres del infra- ción pasada hechas con el propósito
metafísica que hacia un culto a la mundo en su aspecto de jaguar- de asegurar la perpetuación de ésta.
guerra. Pongamos ahora en contraste serpiente-pájaro, y como emblemas Las expresiones disyuntivas, en cam-
los feli nos de Teotihuacán con los de guerreros al ser representados en acti- bio, otorgan nuevos significados a
los toltecas y de los aztecas. Estos tud sedente o caminando. Ninguno de fo rmas antiguas y revisten viejos sig-
pueblos más tardíos trajeron consigo estos dos significados es evidente a ni ficados con formas nuevas. Los ar-
una nueva .era de expansión política, partir de los contextos felinos en uso tistas y artesanos de todos los tiempos
empleando antiguas formas simbóli- en Teotihuacán, como tampoco lo es han tenido que enfrentarse a esta elec-
cas para aplicarlas al culto de los entre los olmecas preclásicos o los ción acerca de las cosas del pasado: o
nuevos dioses traídos al valle de Mé- pueblos de Oaxaca. Parece pues segu- bien el pasado es viable y amerita pro-
xico por tribus errantes del Norte que ro, por la evidencia de sus representa- longarse; o bien ha dejado de tener vi-
habían llegado en calidad de cazado- ciones, que los jugadores tuvieron di- gencia y está condenado a descartarse
res y nómadas tras el derrumbe de la ferentes sign ificados antes y después por un tiempo. A menud o esta selec-
política y de la fé representadas por del colapso de Teotihuacán. ción impone una separación o una
Teotihuacán. Con el surgimiento de los aztecas, disyunción entre forma y contenido,
Cuando los nuevos pueblos post- el símbo lo del jaguar-serp iente- uno de los cuales es renovado
clásicos empezaron a utilizar la forma. pájaro se esfumó hasta desaparecer, mientras que el otro se reemplaza .
del jaguar-serpiente-pájaro, ésta ya debido tal vez a dos fenómenos: Para el arqueólogo, distinguir entre
tenía unos dos mil años de vida y 1) el reemplazo de aquel culto por el sus artefactos las categorías "renas-
había ido cambiando de significado culto guerrero del águila y del jaguar; centes" de las disyuntivas puede re-
desde un híbrido hombre-jaguar ol- y 2) la separación de los cu ltos a Tez- querir el entrenamiento de un huma-
meca hasta un espíritu trascendental cat lipoca como jaguar y de Quetzal- nista. Desde la aparición del libro de
compuesto de varios poderes anima- cóat l como serpiente emplumada. Es- Panofsky en 1960 se ha vuelto mucho
les . Las gentes nuevas a su vez emplea- ta separación probablemente fue con- más evidente la necesidad que tiene la
ron las variantes a su conveniencia, cebida, entre otras cosas, para des- arqueología, con el fin de descubrir
transformando el jaguar y el águila en componer los rasgos del jaguar con los sig nificados, de volver a estudiar
un símbolo de guerra que llevaban las miras a dar distintos tratamientos a el humanismo. Por mi parte, veo la re-
imágenes complementarias de aque- éstos. lación entre los estudios americanistas
llos seres. Los compuestos originales Espero haber puesto en evidencia el y la historia del arte como un circuito
del jaguar fueron convertidos a otros que estos nuevos sign ificados del en dos sentidos. Los historiadores del
propósitos; es así como el viejo águi la y del jaguar no remontan más arte pueden ayudar a los americanis-
jaguar-serpiente- pájaro adquirió allá de la era tolteca que se había ini- tas en sus esfuerzos por descubrir una
entre los toltecas un nuevo significa- ciado en el altiplano central en Tula, historia arqueológica y, por otra par-
do como símbolo del inframundo, al después de la caída de Teotihuacán te, las conclusiones que arroja la anti-
ser colocado dentro de un contexto alrededor del afio 700. Los teoti- güedad americana pueden conducir a
nuevo en Tula y Chichén Itzá. huacanos nunca habían relacionado una reevaluación de las ideas acerca
En Chichén Itzá aparece en la base el águila y el jaguar de esta manera. de la historia del arte , confirmando
de pilares, según notó Tozzer, ... "ca- Su veneración por el jaguar se había tal vez la generalidad de los procesos
si 500 veces en relación con la figura manifestado primero con el jaguar- de "renascence" y de disyunción en el
superior del disco solar, el bacab serpiente-pájaro como ícono, y había hacer y deshacer de la tradición.
atlánteo o una máscara". Tozzer cobrado luego un aspecto dinástico
creía que se refería al inframundo cuya representación cesó después de
cuando aparecía en conjunción con el la caída de Tu la y antes del surgimien-
10. Modalidades toltecas (y "maya-tol tecas")
disco solar o con un atlante cargando to de Tenochtitlan. del jaguar-serpiente-pájaro. a. Al pie de uno de
el cielo. En Tula se presen ta la misma los pilares lab rad os del pórtico del templo de
V los Guerreros en Chichén lt1á; h. Ocupando
figura en medio de pares de águilas y
los paneles más rehu ndi dos en los tableros del
de buitres, mientras que en la base de Una tarea humanística que está aún templo de Tlahuizca lpant ecuhtli en Tu la. Fotos
los pi lares -en posición de infra- por emprenderse por parte de los ar- George Kubler y Henri Stierlin .
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SEMBLANZA una edición de la Carnegie. Pero ya zona central del Yucatán. En 1970
desde 1929 Pollock estaba trabajando publicó un estudio sobre los sitios ar-
en Chi chén Itzá bajo la di rección de queológicos de la región Chenes, y en
Harry E. D. Pollock (1901-1982) Sylvanus Morley, y allí llevó a cabo 1980 salió por fi n su monumental
est udios muy int eresantes. Por obra titu lada The Puuc: an Architec-
ejemplo, la excavación y restauración tural Survey of the Hill Country of
de la Casa Redonda, que fue un tra- Yucatán and Northern Campeche,
bajo excelente, minucioso y con donde presenta, sitio por sitio, la to-
magníficos dibujos, que mostraban talidad de los edi ficios que había ana-
su incipiente interés por la arquitectu- lizado a lo largo de su vida. Desde su
En estos días se han cumplido dos ra. Muy poco después presentó su te- publicación, el libro se ha transfor-
años del fallecimiento de uno de los sis doctoral titulada Round Structu- mado en una herramienta fundamen-
más fecundos investigadores de la ar- res of Aboriginal Middle America tal para cualquier interesado en el te-
qu itectura prehispánica de Mesoamé- (1936), obra que aún no ha sido supe- ma y fue la pied ra angular para estu-
rica: Harry Pollock, hombre que de- rada en ninguno de sus aspectos, y dios ulteriores de George Andrews y
dicó su vida al conocimiento, análisis que sería de gran importancia reeditar Paul Gendrop entre otros, quienes si-
y descripción de los sitios arqueológi- con la información que actualmente guieron profundizando y estudiando
cos de estas tierras, y sentó un méto- tenemos sobre nuevos edificios circu- la arquitectura de la región a partir
do muy especí fico para la arquitectu- lares. Su director de tesis fue nada del form idable impulso que dio ese
ra. Prácticamente fue él qui en inició, menos que Alfred Tozzer, quien des- libro .
en la década de 1930, los estudios de de 1909 también había estado traba- La obra de Pollock queda así como
este tipo, los que continuó durante jando con marcado interés en la ar- una tarea constante y fecunda en fa-
más de cincuenta años, dejándonos quitectura prehispánica. vor de la arquitectu ra prehispánica de
en ese transcurso obras fu ndamenta- Durante esos años de intenso traba- Mesoamérica, más all á de las polémi-
les y que difícilmente serán supera- jo, Pollock escribió varios artí culos cas políticas, ideológicas y económi-
das. Por lo menos por el próximo co rtos sobre metodología de la inves- cas que la Carnegie puede suscitar
siglo, muchos de sus libros seguirán tigación de la arquitectura, las formas hoy ante un análi sis de su papel histó-
siendo los clásicos del tema 1 • de representar los edificios y los rico .
Pollock se inició en la vida acadé- problemas que estos estudios presen- Pollock fue un arqueólogo minu-
mica estudiando en Harvard, para taban al investigador. Pero su con- cioso y detallista, que no perdió de
adentrarse en el complejo mundo de sagración llegó en 1950, cuando fue vista ni el más mínimo detalle cons-
las finanzas de New York con el fin designado director de la Carnegie Ins- tructivo, pero que tampoco dejó de
de seguir la tradición paterna, pero en titution en lugar de Alfred Kidder, entender que la única forma de
forma abrupta cambió su interés por quien acababa de fallecer . Pocos comprender la arquitectura era a tra-
el de la arqueología cuando entró en fuero n en realidad los años que vés de visiones generalizadoras que
contacto con los integrantes de la Pollock desempeñó ese cargo, ya que cubrieran no sólo los sitios completos
Carnegie lnstitution, sobre todo con en 1958 la institución se retiró de la si no también regiones enteras. Su
Ledyard Smith, otro interesado en la arqueología americana. En el ínterin, obra queda como un modelo para
arquitectura quien años más tarde Pol\ock organizó nuevos trabajos de nuestra generación, sobre cómo debe
cont ribuiría con una obra fu nda- arqueología en Mayapán junto aTa- trabajarse la arquitectura prehispáni-
mental2. Después de este encuentro tiana Proskouriakoff, Ralph Roys, ca.
casual, en 1928 Pollock inició un Ledyard Smith y muchos otros con-
viaje por los sit ios arqueológicos de notados arqueólogos de la época. Pe- Daniel Schávelzon*
Guatemala y visitó Uaxactún, donde ro a pesar de las intensas temporadas
la Carnegie acababa de iniciar sus de trabajo en Mayapán, tuvo tiempo • Maestría en Restauración y Pasante de Doc-
torado, UNAM.
grandes exploraciones, al tiempo que para seguir recorriendo en forma sis-
con tinuaba sus trabajos in iciados temática la región Puuc y publicando
años an tes, en Chichén Itzá, y donde trabajos sobre otras zonas, entre ellos
Pollock tendría su primera experien- los resultados de sus viajes por Quin-
cia arqueológica. tana Roo junto a Enrique Berlín. Notas
En 1932 realizó su primer gran En 1968 dejó definitivamente el
libro: junto con Eric Thompson y trabajo arqueológico para dedicarse a Gordon Wi lley, "Harry Eve lyn Dorr
Jean Charlot estudió con detenimien- la investigación y para tratar de com- P o ll ock (1901-1982)", American Anliquity
vol. 48, N? 4, pp. 782-784, 1983.
to las ruinas de Cobá, revisando sus pilar y publicar su obra más impor-
A, Ledyard Smith, Archaeologica/ recon-
construcciones, sus sacbeob y sus mo- tante: los resultados de cincuenta naissance in Central Guatemala, Carnegie
numentos, y la obra fue publicada en años de estudios y recorridos por la lnstit uti o n, Washington, 1955 .

88
Dos cortes arquitectónicos de ruinas mayas, se-
gún H . P ollock (The Puuc, 1980: figs. 525 y
768). Izquierda: Edif. 385 de Oxkintok, Yuca-
tán. Derecha: Edif. Norte, Grupo Norte, Ca-
cabx nuc, Campeche.

Bibliografía de Harry Pollock 1954 "Excavations in Mayapan", Carnegie lnstitution, Year Bouk
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Quintana Roo" , Carnegie lnstitution, Year Book 53:289-292,
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Book 28:328-329, Washingt on
"The Northern terminus of the principal sacbe at Mayapan",
193 1 "Architectural problems in the Maya Field", Carnegie Institu- Carnegie lnstitution, Current Repon~ 2( 15): 1-1 4, Washington .
tion, Year Book 30:1 17- 119, Washi ngton .
1955 "Excavations at Mayapan", Carnegie lnstitution, Year Book
1932 (Con Eric S. Thompson y Jean Charlot) A preliminary study oj 54:278-280, Washington .
the ruins oj Coba, Quintana Roo, Mexico, Carnegie lnstitu-
tion, Washington . (Con Gustav Stromsvik y Heinrich Berlin), "Exploration in
Quintana Roo", Carnegie lnstitution, Current Reports
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1948 "Archaeo1ogica1 survey of Yucatan" , Carnegie 1nstitution, 1970 "Architectural notes on sorne Chenes ruins". Monographs and
Year Book 47 :218-219, Washington. Papers in Maya A rchaeology, pp. 1-87, Papers of the Peabody
Museum of Archaeology and Ethnology, Harvard Uni ve rsity,
195 1158 "The Department of Archaeology", Carnegie ln stitution, vol. 61, Cambridge.
Year Book 50-57, Washington.
1980 The Puuc: an architectural survey vf the Hi/1 Cvuntry vf Yuca-
1953 (Con Gustav Stromsvik) "Chacchob, Yucatan", Carnegie lns- tan and North Campeche, Mexico, Memoirs of the Peabody
titution, Current Reports 1(6):82-101, Washington . Museum N? 19, Cambridge .

89
a

e
e
; '

.:· ·~

Adjunto: Croquis de Hasso Hohmann y An-


negrete Vogrin, tomados del primer tomo de su
libro Die Architektur von Copan. a. Estudio
volumétrico de los edificios 2A y 2 y de su in-
tegración con otros elementos; b. Reconstitu-
ción hipotética del sistema de "encofrado" de
un muro; c. Análisis de espacios interiores en el
edificio 20; d. Relación de una bóveda con su

90

.1
RESEÑAS sobre la posible función de algunos edificios año, a una interesante serie de artículos sobre
- uno de los temas más nebulosos en el antropología mesoamericana, entre los que
estudio de la arquitectura prehis pánica-, ha- queremos destacar aquí, por su evidente rela-
ciendo ver por ejemplo cómo, al observar la ción con la arquitectura prehispánica, los si-
colocación relativa de las anillas o "portacucr- guientes :
das" hacia adentro o hacia afuera de una puer- "Tiacozotitlán: primera zona arqueológica
LIBRO ta, pueden sacarse sugestivas conclusiones ... co n arquitectura monumental e n
En lo que se refiere a la traza urbana, hacen Mesoamérica", un sitio del estado de Guerrero
resaltar algunos principios- no sólo frecue ntes donde la arqueóloga Guadalupe Martinez San-
si no al parecer deliberados- de asimetría, ade- juan pudo rescatar una gran parte de un recinto
más de la repetición de ciertas orientaciones olmeca que estaba siendo saqueado, y que pre-
astronómicas, de la peculiar abundancia de senta la particularidad de ser el más antiguo
graderías y de otros aspectos menos notables a - conocido hasta la fecha- en poseer una ar-
primera vista. Es así como, por ejemplo, las quitectura monumental, de clara filiación ol-
Hasso Hohmann y Annegrete plazas o patios -e incluso algunos edificios- meca, hecha de grandes bloques de piedra en-
Vogrin, Die Architektur von Copan, suelen cerrarse exactamente hasta su mitad, en samblados entre sí .
Akademische Druck . u. Verlagsans- uno de sus costados, por const rucciones; y "Yaxchilán - para conservar el pasado".
talt, Graz, 1982. dentro de una disposición en apariencia libre, donde Roberto Garcia Moll expone sus puntos
las estelas suelen alinearse por grupos de tres, de vista respecto a los criterios de conservación
mediante una recta común o un plano vertical. del patrimonio monumental prehispánico a la
Hojear uno de aquellos grandes y hermosa- Los autores intentan definir finalmente, en luz de sus propias experiencias en Yaxchilán,
mente editados libros de la colección precolom- sus grandes lineas, la función relativa de los una de las más importantes ciudades clásicas
bina de la Akademische Druck es siempre una principales espacios, el establecer una distin- mayas de la cuenca de Usumacinta en Chiapas.
experiencia grata tanto para e~ espíritu como ción entre los espacios de circulación - o de "La arqueoastronomía" , donde Stanislaw
para los ojos. Ya había yo tenido la oportuni- paso-, las "barreras" y otros elementos. lwaniszewski explica cómo esta nueva ciencia
dad de apreciar esto cuando, hace algunos Una cualidad que quiero destacar aquí -y a ha encontrado en México un campo de aplica-
años, preparé una reseña de la obra Die Zere- la que no estamos acostumbrados en la ción muy amplio debido a la abundancia de
monialzentren der May a de mi estimado colega antropología del continente americano en vestigios arquitectónicos y cosmográficos.
y amigo Horst Hartung (Journul de la Société general- es el grado de dominio de los medios
des Américanistes, Tome LXlll , París, 1974- de expresión gráfica. Semejante cualidad no se
1976: 321 -322). Me toca ahora la agradable ta- había vuelto a producir en nuest ro medio desde Paul Gendrop
rea de reseñar la monumental obra de Hasso, que John S. Bolles, después de haberse forma-
Hohmann y Annegrete Vogrin sobre la ar- do en la escuela alemana, había hecho sus ma-
quitectura de Copán en Honduras, una de las gistrales levantamientos del grupo de las Mon-
ciudades mayas más famosas desde la primera jas en Chichén Itzá en los años treinta, ... "con
mitad del siglo pasado. una precisión no usada hasta entonces en las
Los estudios dedicados a este sitio habían Américas", como comenta él mismo en su libro envolvente de mampostería; e. Análisis espa-
concedido hasta ahora relativamente poca Las Monjas (University of Oklahoma Pres~. cial del edificio 18-sub ; f . Esquema construct i-
atención a la arquitectura monumental, debido Norman, 1977: viii). Y aquí nuevamente el di- vo de las principales variantes de ani llas in-
quizá al énfasis casi exclusivo en la producción bujo no sólo constituye el "auxiliar de repre- tegrales; g. Análisis de las posibles fa llas en bó-
escultórica de esta fascinante ciudad. La pre- sentación" que cabe esperar en un trabajo vedas de mampostería. Abajo: Portada del No
sente obra viene precisamente a subsanar en analítico y descriptivo de esta índole, sino que 91, Vol. 6 de la revista mencionada.
gran parte aquel hueco, presentado en un pri- llega a erigirse por derecho propio en uno de
mer volumen el texto acompaí'lado de ilustra- los atractivos esenciales de la obra. Y en este
ciones pequeñas y medianas - croquis, levan- respecto, conviene hacer hincapié en el hecho
tamientos detallados, trazos analíticos y de que los autores no vacilaron en recurrir a
fotografías en blanco y negro-, mientras que una amplísima gama de medios, que va desde el
los planos y láminas de mayores dimensiones se simple croquis hasta los más minuciosos levan-
agrupan en un segundo volumen. tamientos que, segú n la necesidad de exactitud
Además de los métodos habituales en mate- y la escala respectiva, pueden combinar los tra-
ria de levantamiento -tales como tria ngula- zos a regla con las curvas de nivel, los hachura-
ción y levantamiento polar o taquimétrico- dos y otros detalles a pulso, en un verdadero
los autores recurrieron en Copán a la tour de force en que el rigor máximo va de la
fotogrametría terrest re para efectuar el levan- mano con la soltura y la espontaneidad.
tamiento de las áreas descubiertas sólo en par-
te, y muy especialmente para el estudio del in- Paul Uendrop
menso corte· arq uit ectónico natural producido
por el derrumbe del costado Este de la Acrópo-
lis bajo la erosión de las aguas del rio Co-
pán. REVISTA
En su aproxi mación al fenó meno arquitectó-
nico, los autores establecen una distinción
entre los principaies elementos espaciales o que
conforman espacios. Anal izan los sistemas
const ructivos de muros, haciendo hin capié en EL CONACYT (Consejo Nacional de Ciencia
los diversos tipos de aparej o empleados según y Tecnología) dedicó el N° 91 del Volumen 6 de
la época; y de bóvedas, ya sean en saledizo pro- su revista INFORMACIÓN CIENTÍFICA Y
piamente, o bien "de relleno" .. . Argumentan TECONOLÓGICA del mes de abril del presente

91
.··.· ·
CARTAS AL EDITOR du monde précolombien mésoaméricain et les
archéologues, de leu r coté, n'ont pas accordé á
l'a rchi tect ure la pl ace qu'elle mérite, fa ute sans
doute de compétence.
L'étude architecturale, surtout quand elle
dépasse la description des vestiges construits,
est riche de sens (par ses aspects écologiques,
économiqu es , socio-poli tiques, idéologiques, et
nat urellement aussi chronologiques): ce pre-
mier numéro no us en donne quelques 1res bons
exemples.
On peut es pérer que les archéologues, á la
Dr . Paul Gendrop: lect ure de ces Cuadernos, découvrent davanta-
Con mi s fe li ci t ac i ones por e l primer ge las richesse des ét udes architecturales et re-
ndmer o de Cuadernos de Arquit ectura connaissent progressivement á l'archi tecture el
aux architectes la place qu'ils auraient dil
Meso ame r i cana , y solic i tándo l e el toujours occuper.
e stablec i miento de c olabor ac i ón con
QUIPU. Bien a micalement,

Domi nique Michelet


Subdirector del CEMCA
(Centre d'Etudes Mexicaines
et Centraméricai nes)

Dea r Paul :

1 congrat ul a te you for your magnificent jour-


nal, Cuadernos de Arquitectura Mesoamerica-
na. Yo ur first issue on Maya architecture is a
rarely achieved com bin ation of valuable in for-
mation and art book quality. Thc sharp pho-
tographs, pri nt ed on fine paper , as they shou ld
Est imado Paul: be, balance wcll th e exce llent drawings . The
Estimado Paul:
a nalysis of roof combs and their probable Iinea-
La revista me ca usó una magnífica impresión, ge relationship, which you present in such
Quiero felicitarte muy calu rosamente por el
pnmer número de Cuadernos de Arquitectura parti cu lar mente por su estructura temática y su exhaustive graphic and written analysis , is, 1
Mesoamericana. Con esta pub licació n han posición de crítica; és ta impu lsará sin du da la believe, a n important break through in the in-
fructificado muchos meses de esfuerzo positivo. inves tigación arquitectóni ca mesoame ricana. terpretation of Maya sy mbolism . Studies like
La monogra fía de George Andrews es realmen- this can reveal the true meaning and ideological
También, y para hacer honor a la verdad, en te la parte medu lar; tu ar tícu lo sobre la signi fica nce expressed in architecture. It is no
tu amable reseña de mi tesis de Doctorado en crestería maya me hubiera gus tado más deta- longer sufficient 10 sim ply describe buildings.
Arq uitectura, con el título de: "Diseño y Trazo llado. The whole socio-po lí tica! and religious tradi-
Urbano en Teotihuacán ", me mencionas co- tion of a people can be expressed through a
mo: " ... el primer egresado de aquel ciclo ... ", Dr. Horst Hart ung st udy of its art, o f which a rchitecture is, of
al que antes te refieres como: " ... un ciclo de Uni versidad de course, a cornerstone.
tres semest res dedicado a la Arquitectura G uadalajara Cuadernos de Arquitectura Mesoamericana
Prehispánica, en torno a un semi nario dirigido can be congratulated, also, for publis hing an
por el Dr. Paul Gendrop .. . ". Aunque me hu- abst ract of each article in English . A journal as
biera gus tad o haber part icipado en tu semina- in for mative as thi s should be distributed in
rio , quiero que quede ase ntado que en aquella Mon cher Pa ul , other countries, asan example of excel lent Me-
epoca, aparte de fungir como Coordinador de xican sc holarship (1 int end, eventually, to bind
Restauración de Monumentos e Historia de la Permettez- moi de vous dire que le lancemcnt thc issue in ord er to form an encyc ioped ia of
Arquitectura, impartí un semi nario de Res- des Cuadernos de arquirectura mesoamericana Mesoamerican architect ure).
tauración de Monumentos, el cual me fue acre- me paraít co nstituer un événement importan! et T he care a nd obvious !ove for thi s subject,
ditado en su oportunidad por la Divisió n de Es- une réussitc . with which th is journal is produced , is charac-
tudios de Posgrado. El Dr. en Arq. Mario de La réussite éditoriale saute aux yeux et il n'est teris tic of thc Post-graduate leve! that can be
Jesús Carmona, segu nd o egresado de l doctora- guére besoi n d'y imister. Je sou lignera i seule- expccted o f the Facultad de Arquitectura-
do , participó en mi seminario con otro tema ment la q ualité et l' abondance des illustrations. UNAM.
prehispánico: " La Edificación en la Zona Ma- Mais la parution du nu méro 1 des Cuadernos
ya". est surtout, á mes yeux, un évé nement dans la Cordi ally,
commu nau té des "mésoaméricanistes" . 11
Dr . Alberto Amador Se llerier, pou rrait s' agir d'un prem ier pas dans une colla- Doris Heyden. Doc torado en
Coordinador de Doc torados, boration su ivic et fructueuse entre archi tect ure Ciencias Sociales, UNAM,
División de Estudios de Posgrado, et arc héologie. Sau f á de ra res exccptions prés, Departamento de Etnología ,
Facultad de Arquit ectu ra, UN AM. peu d'architec tcs so nt intervenw, dans l' ét ude IN AH.

92
EVENTOS Aunque la lápida es tá fragmentada, ero- Historia de la Arqueología en Meso-
sionada y fue mutilada por los saq ueadores en américa.
su parte posterior para disminuir su grosor Y
Coloquio en homenaje al Dr. Ignacio
aligerar su peso, la decoración que tiene es aún
bastante perceptible: una escena en la que in- Berna!
tervienen tres personajes de diferentes dimen-
siones y categorías sociales; la figura príncípaí El Instituto de Investigaciones Antropológicas
y de mayor tamaño nos muestra a un gran jefe de la UNAM organizó un homenaje al Dr. Ig-
civil, con atavío relativamente sencillo en el que nacio Bernal. El coloquio se llevó a cabo en la
destaca su gran tocado de plumas y sus pulse- unidad de seminarios "Ignacio Chávez" de la
ras y adornos en el tobillo, posiblemente Ciudad Universitaria, del 30 de enero al 1? de
Ciclo de conferencias sobre nuevos hechos de cuentas de jade . A la izquierda están febrero de 1984.
enfoques en la teoría de arquitectura. las otras dos fig uras: un ena no que viste paño La reunión tuvo como objetivo el hacer una
de caderas y pectoral de concha y otro persona- evaluación de la importante obra realizada en
je, de mayores proporciones, del cual sólo se el campo de la arqueología nacional y del reco-
La Universidad Met ropolítana-Azcapotzalco tiene la parte inferior: el muslo, su paño de ca- nocimiento internacional del autor y de su pro-
organizó un primer ciclo de conferencias sobre deras y porciones del torso y el brazo derecho. ducción cient ífica .
la teoría de la arquitectura, bajo el título de Au nque se desconoce la procedencia exacta Las pone ncias presentadas trataron sobre el
Nuevos enfoques en la teoría de la arquitectu- de esta lápida, por el estilo escultórico, la posi- desarrollo de la arq ueología en Méx ico desde
ra, Introducción 1 perspectivas, aportaciones ción dinámica de los pies o " pose de baile" de sus inicios con Leopoldo Batres, Ma nuel Ga-
interdisciplinarias. El evento se llevó a cabo del las figuras, así como la presencia del enano en mio y los períodos 1930- 1950 y 1950-1980, to-
23 al 30 de septiembre de 1983 . la escena, se puede suponer que su ubicación dos ellos relacionadas con las distintas es pe-
El objetivo principal fue el de encont rar origi nal estuvo en a lgún sit io de la parte noro- cialidades de la antropología física y otras di s-
nuevas · relaciones entre disciplinas aparente- es te de la penínsu la de Yucatán, en el área ciplinas como la historia, la hi storia del a rte , la
mente muy diferentes pero que comparten pun- Puuc-C henes, donde están sitios ta n importan- a rquitectura y la restauración.
tos comunes y complementarios en el campo de tes como, entre otros, Uxmal, Kabáh, Sayil, Se habló también de las disti ntas institu-
la teoría y de la práctica. Oxkintok, Xcalumkí n, ltzimté-Bolonch'en, ciones que pertenecen al momento histórico del
La colaboración interdiscipli naria ha sido ta- Tzum, Pixoy, en los que pueden observarse Dr. Berna!, principalmente del Instituto Na-
rea difíci l, y la incorporación de nuevos conoci- rasgos similares. cional de Antropología e Historia, asi como de
mientos de a lgu nas disciplinas al campo de la la labor de aquél dentro del Museo Nacional de
teoría de la arquitectura fue el propósito de los Ant ropología.
trabajos presentados. CULTURA: Maya Fue importante la participación , así como
La temát ica general fue la siguiente: EPOC A: C lásico Tardío - de fines del siglo los comenta rios que se hicieron en torno a su
Las teorías de la arq ui tectura, arqu itectura Y VIII a principios del siglo IX d.C. trabajo desde distintas perspectivas por parte
ciencias exactas, arqui tectura y tecnología, ar- de los que fueron sus maestros, compañeros y
quitectura y ciencias sociales, arqu itectura Y ar- México, D.F ., enero de 1984. discípulos. Su obra Historia de la Arqueología
te urbano. en México, pionera en su género, sintetiza su
El ciclo fue coordinado por el Dr . Javier Co- gran labor de investigación y los antecedentes
varrubias en colaboración con los arquitectos Arqlga. Amalia Cardós de Méndez, de esta disciplina cient ífi ca.
Jorge Signoret y Miguel Bárceras. Museo Nacional de Antropología del
Para mayores infor mes sobre este ciclo y los INAH. Juan Antonio Síller
próximos que se organizarán , dirigirse al De-
partament o de Investigación y Conoci miento
para el Diseño, División de Ciencias y Artes pa-
ra el Diseño, Universidad Autónoma Metropo- Durante el mes de enero de 1984 se realizó en la
litana-unidad Azcapotzalco. Av. San Pablo N9 UNAM un congreso de historia de la
180, 02200 México, D. F. arqueología, orga nizado por Jaime Litvak y
Daniel Schávelzon, con el objeto de reunir por
J uan Antonio Síller primera vez un grupo de especialistas de varias
partes del mundo , que iniciaran un estudio pro-
fundo del desarrollo de la arqueología meso-
Recuperación de una estela maya ameri ca na . En estas reuniones se presentaron
varias ponencias relacionadas con la arqui tec-
En nuestro país, son hechos cot idia nos, lamen- tura prehis pá nica , en especial las que a conti-
tablemente, el deterioro , la destrucción y el ro- nuación detalla mos:
bo de nuestro patrimonio cultural. Menos fre-
cuente es el hecho de que instituciones o países Pau l Gendrop, "La arqueología y la ar-
extranjeros reintegren al pueblo de México lo q uitectura prehispánica"
que legítimamente le pertenece. Daniel Schávelzon, " La pri mera exca-
Du rante el mes de enero, el Museo Nacional vación a rqueológica en América: el tú -
de Ant ropología se complació en presentar esta nel de la pirámide de la Luna, 1680"
lápida - posibleme nte utilizada como jamba Augusto Molina, "Arqueología y res-
en algún templo maya- que ha sido rescatada tauración"
y dev uelta por el Departamento del Tesoro, Gordon Willey, "Arqueología meso-
Oficina de Servicio Aduana! en Boston, Mas- americana: 1950-1980"
sachusets, Estados Unidos de Norteamérica, Daniel Rub ín de la Borb olla,
para su estud io, conservación y exhibición en "Arqueología mexicana ent re 1930 y
esta Instit ución. 1950"

93
··,r;r.
Lawrence Desmond, " La excavación de patrimonio cultural colonial en el siglo XIX", mecas y en Monte Albán . El diseño en Teo-
Augus te le Plongeon en la plataforma Guillermo Pérez Castro y Francisco Zamora. tihuaean. Trazo urbano en Teotihuacan. El di-
de Venus, Chichén ltzá, 1883" Siglo XX Coordinador: Gllstavo Garza "La seño entre los Mayas. Trazo urba no en Ti kal,
Keit h Davis, " Las fotografías de Uxmal problemática de la Ciudad de México", Gusta- Copán, Palenque y Uxmal. El diseño entre Jos
de Désiré Charnay" vo Garza; "La vivienda en la Ciudad de Méxi- maya-toltecas y los tol tecas. Trazo urbano en
Beatriz de la Fuente, "Palenque en el co", Jorge Legorreta; "El Centro H istórico de Chichén-ltzá y en TuJa . El diseño entre los me-
siglo XVlll" la Ciudad de México y la especulación", José xicas. Trazo urbano en Tenochtitlan . Los ex-
Eduardo Matos, " La arqueología en A. Rojas Loa; "El Metro de la Ciudad de Mé- positores fueron el Dr. en Arq. Alberto Ama-
México de Batres a Gamio" xico", Bernardo Navarro; "La organización dor Sellerier y el M. en C. Antrop. Eduardo
social y política de la Ciudad de México" , Pareyón Moreno.
El congreso fue un verdadero éxito, no sólo Francisco Javier Guerrero.
por la inmensa cantidad de público asistente, Fue importante el señalamiento que hicieron Seminario 111: Arquitectura del Virreinato.
sino porque se reunieron por pri mera vez muchas de las ponencias presentadas respecto a Antecedentes his tóricos; necesidad de conocer
cuatros generaciones diferentes de arqueólogos los graves peligros que implican para el patri- la arqui tectura en su funció n y forma . Edifici os
para homenajear a Berna!, cuya obra es de im- mo nio cu ltural las obras de infraestructura y religiosos: clero regular y clero secuiar; la fun-
portancia indiscutible. Es de esperar que este ti- moderniz.ación en la Ciudad de México. cié n de los edificios. Repertorio formal de los
po de eventos continúe así en el futuro, ya que Interesa ntes propuestas fuero n discutidas edi fici os religiosos del siglo XVI al XVII. Edi-
abre nuevas posibilidades de investigación sobre las estrategias de investigación y estudio fícios de educación. Repertorio formal de los
dentro de la propia historia de la arqu eología. previas a los trabajos de excavación en áreas edificios de educación, edi ficios de gobierno y
Incluso algún día podamos hablar de la historia que serán afectadas por obras propias del de- obras públicas. Repert orio formal de los edi fi-
de la arquitect ura prehispánica como una espe- sarrollo urbano de la ciudad, y en las que se cios de gobierno y obras públicas. Hospitales.
cialidad completa en sí misma. tendrán que diseñar nuevas técnicas de salva- Repertorio formal de los hospitales. Edificios
mento arqueológico de una alta calidad de habitación. Expositores : M. en Arq . Manuel
Daniel Schávelzon científica. Mijares y Mijares y Arq. Ricardo Arancón .

Juan Antonio Siller Seminario I V: Arquitectura del México Inde-


Foro sobre La Ciudad de México ante pendienTe.
los embates de la modernización Declinación del estilo Barroco, Neostilo y
Historia de la Arquitectura y el Urba-
Flam ígero. Aparición del Neoclásico en Méxi-
nismo en México. Restauración. co. Arq uitectura del período republicano. El
El personal académico del Instituto Nacional
de Antropología e Historia organizó el fo ro: eclecticismo. La influe ncia del desarrollo in-
La ciudad de México ante los embates de la La División de Estudios de Posgrado de la Fa- dustrial europeo en México. Las obras del Cen-
modernización. El evento fue realizado en el cultad de Arquitectura de la UNAM organ izó, tenario de la Independencia . La Revolución
Aud itorio Jaime Torres Bodet del Museo Na- a través de la coord inación de cursos de actuali- Mexicana y el descubrimiento de lo nacional.
cional de Antropología, del 6 al9 de febre ro de zación, el semi nario sobre Historia de la El Art-Decó en México. El funcio nalismo y la
1094. A rquitectura y el Urbanismo en México. Res- corriente internacional. La integración plás ti-
Los trabajos presentados fueron ordenados tauración . El Arquitecto Er nesto Velasco ca. Otros movi mient os de arq uit ectura contem-
por períodos históricos, habiend o sido éstos los León, director de la Facultad de Arqu itectura, poránea. Expositor: Arq. Flavio Salamanca.
siguientes: inauguró los semi narios de actualización que se Los objetivos propuestos por el Seminario
desarrolla ron del 6 de febrero al 2 de marzo en fuero n el de crear una mayor concie ncia, entre
Epoca Prehispánica Coordinador: Carlos
el Auditorio Efrén C. del Pozo de la Unión de los profesionistas en general y entre los ar-
Martínez Marín ; " La Sociedad Mexicana" ,
Uni versidades de América Latina . qui tectos en particular, de la gran riqueza de
Carlos Martínez Marín; " La arqueología de
La coordinación del curso de actu alización nuestro patrimonio cu lt ural y artístico que se
México-Tenoch ti tlá n", Fernando Miranda;
estuvo a cargo del Doctor Alberto Amador. ha visto expuesto en los últ imos ai'\os a una per-
" La arqueología ant e la construcción de una
Los seminarios desarrollados fueron los si- manente destrucción, tanto de sus restos mate-
línea del Metro: el caso de Ticomán" , Pedro
guie ntes: riales arquitectónicos y urbanos co mo de los
Francisco Sánchez; " Hallazgos arqueológicos
ambientes naturales. La necesidad de un mayor
en la zona de la Candela ria", Alberto López
Seminario 1: Teoría y práctica sobre res- conocimiento, investigación e in tercambio de
Wario; "El Templo Mayor y sus antecedentes
tauración de monumentos. experiencias es una tarea urgente, para poder
históricos" , José Francisco Hinojosa Hino-
establecer con bases metodológicas y eient ífi cas
josa.
Definiciones y panorama de la restauración. más amplias y objetivas la di fícil tarea de pre-
Epoca Colonial Coordinador: Roberto More- Evaluación del Centro Histórico de la Ciudad servación de es te invaluable patrimoni o hi stó-
no de los Arcos; "La traza espiritual de la de México; metas. Antecedentes de la restaura- rico.
Ciudad de México" Roberto Moreno de los ción. Evaluación del Centro Histórico de la Debido al gran entusiasmo e interés por los
Arcos; " La traza civil de la Ciudad de Ciudad de México; alcances. La restauración temas tratados, se organizará un ciclo de mesas
México", Edmu ndo O 'Gorman; "Los hospita- en el Siglo XIX. Evaluación del Centro Históri- redondas para una discusión mucho más
les de la Ciudad de México" , Carlos Viesca; co de la Ciudad de México; expectativas. Carta amplia, en el Au la Magna Horacio Durán , en
"La tecnología arqu itectónica en la época colo- de Venecia y Normas de Quito. La restauración la Unidad de Disei'\ o de la Div isión de Posgra-
nial,'', Leonardo lcaza; " Las leyendas colo- en el siglo XX. Las exposiciones estuvieron a do de Arquitectura del9 al 12 de abr il de 1984.
niales y colonialistas sobre la traza de la cargo del M. en Arq . Luis Ortiz Macedo y del Se tiene pensado repetir este Seminario de
Ciudad de México", Isabel Quíi'\onez. M. en Arq . Luis Arturo Ramos Ram os. Historia para el segu ndo semestre del ai'\o en
Siglo XIX Coordinador: Jorge Alberto curso. Para mayores info rmes sobre el mismo,
Manrique; "Los inicios de la conurbación", Seminario 11: Diseño y trazo urbano en Me- favor de dirigirse a la División de Estudios de
Jorge Alberto Manrique; "Los cambios de la soamérica. Posgrado, Coordinación de Cursos de Actuali-
propiedad en la ciudad de México", Dolores zación de la Facultad de Arq ui tectura, UNAM .
Morales; "La construcción neoclásica en Méxi- El diseño ent re los olmecas y los zapotecas.
co", Carlos Flores Mari Pi ; "La destrucción del Trazo urbano en los centros ceremoniales ol- J uan Antonio Siller

94
Coloquio Nacional de Historia de la for mas de la arquitectura presh1spámca" , programa de difusión , Se realizaron prácticas
Arquitectura en México Mtra. Ana Ortiz Angulo; "La investigación, de campo en las poblaciones de Ascensión , Ja-
práctica profesional y docencia de la historia de nos, Casas Grandes y Cd. Juárez.
la arquitectura mcsoaméricana y su conserva- El proyecto de Catalogación de Monumen-
La Escuela Nacional de Estudios Profesionales ción", Mtro. en Arq. Juan Antonio Siller Ca- tos Histórico, y Artísticos está dividido en tres
Acatlán y la Asociación de Instituciones de En- Sub-Proyectos que se iniciaron en septiembre
macho; "Análisis comparativo de los dibuj os
señanza de la Arquitectura en la República Me- de Frederick Catherwood en el siglo XIX sobre de 1983, y se pretende concluir en marzo de
xicana (ASINEA) organizó, a través de la Divi- la zona maya con el estado actual de los mis- 1985 . Los Sub-Proyectos son;
>ión de Diseño y Edificación de la misma
mos", Mtro . en Arq. Víctor Rivera Grijalba. El Sub-Proyecto de Sensibilización Escolar
ENEP, el Coloquio Nacional de Historia de la que tiene por objeto el inclu ir b participación
Otros de los temas tratados fueron: Historia
Arquitectura en México, del 7 al 10 de febrero
de la arquitectura en la época virreina! en Méxi- de alum nos de primaria y secundaria para dos
de 1984.
co; Historia de la arquitectura moderna mexi- fines : que se inicie en ellos el conocimiento de
La coordinación del evenw tuvo como presi-
cana; Historia de la arquitectura mexicana con- su patrimonio cultural y que la Coordinación
dente al Lic. Fra ncisco Casanova Alvarez, Di-
temporánea . General del Proyecto cuente con datos escritos
rector de la ENEP-Acatlan , y como vicepresi-
Las ponencias del coloquio serán publicadas y de dibujos que los propios niños propor-
deme al Arq. Jorge Lezama Tirado, presidente
próximamente por el comité organizador. cionen sobre los bienes históricos o artísticos en
de la ASINEA .
su comu nidad.
La gran riqueza del patrimonio artístico y
Juan Anton io Siller El Sub-Proyecto de Sensibilización Comuni-
cultural de México nos compromete a las insti-
taria, tiene por objeto el dar apoyo a los otros
tuciones de enseñanza a investigar y difundir
dos sub-proyectos, creando una conciencia
nuestro pasado, principalmente en t ~s t i monios
sobre su patrimonio cultural y su importancia ,
tangibles como son los edificios, sitios y monu- Primer Seminario Para la Cataloga- informando a la comu nidad sobre el proyecto
mentos,_ así como en lo realizado en el campo ción de Monumentos Históricos y mismo y difundiendo el producto del trabajo
de las artes plásticas. Conocer y difund ir lo que Artísticos de la Frontera Norte de que se realice.
la historia nos aporta a este respecto es trascen-
dental para la for maci ón de los nuevos profe-
México El Sub-Proyecto de Catálogo tiene por obje-
to investigar el patrimonio cultural in mueble,
sionales que egresen de nuestras instituciones.
para dar a conocer cuáles bienes lo integran,
Entre los objetivos del Coloquio se consideró Se llevó a cabo el Primer Seminario para la Ca-
con el fin de propiciar su conservación.
trascendental el fomentar y estimular la forma- talogación de Monumentos Históricos y
La calendarización propuesta para los sub-
ción , la actualización y el perfeccionamiento ArTísticos de la Frontera Norte de México. El
proyectos se dividió en tres etapas:
del personal adscrito a las áreas de Historia en evento fue organizado por la Subsecretaría de
Etapa Preliminar, de septiembre de 1983 a
nuestras Instituciones, por lo que se estable- la Cultura de la SEP. el Instituto Nacional de
agosto de 1984
cieron los objetivos siguientes : Antropología e Historia y el Programa Na-
Etapa de Ejecución, de septiembre a di-
cional de las Fronteras, con la colaboración de
ciembre de 1984
l . Difundir el conocimiento de nuestro la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez y
Etapa de Evaluación y Procesamiento, de
patrimonio artístico y cultural. el Gobierno del Estado de Chihuahua, y se lle-
enero a marzo de 1985
2. Fomentar en el profesorado y en los es- vó a cabo en Ciudad Juárez del28 al 31 de mar-
Los catálogos serán publicados por cada uno
tudiantes el conocimiento de dicho zo de 1984.
de los Estados, teniendo como unidad básica a
patrimonio. El principal objetivo del seminario fue el de
los municipios, y servirán para dar a conocer las
3. Estimular el interés por el estudio de las dar a conocer el programa para el proyecto de
<;aracteristicas de cada uno de los monumentos,
diversas etapas que han conformado la Frontera Norte con el que se pretende cono-
mismos que serán el punto de partida para fu-
nuestro pasado histórico. cer el patrimonio cultural con el que cuentan
turas acciones de estudio, conservación, res-
4. Promover el estudio y conocimiento de los Estados Fronterizos, para poder clasifi-
tauración y difusión.
nuestro patrimonio artístico y cultural carlos y a través de una jerarquización y eva-
Una mayor información sobre este proyecto
como base fundamental para la forma- luación de los mismos , establecer una regla-
y el avance del mismo puede ser solicitada a la
ción de profesionales capaces de partici- mentación específica para cada uno de ellos,
Dirección de Monumentos H istóricos del
par en los problemas del México con- para posteriormente en un proceso paulatino
INAH., Departamento de Catálogo, Excon-
temporáneo. delegar a las autoridades municipales la res-
vento de Churubusco, Xicoténcatl y General
5. Plantear opciones para aplicar nuevas ponsabilidad de su uso adecuado y de su con-
Anaya , México, D.F .
estrategias de enseñanza y perpetuar el servación.
conocimiento de la Historia de la Ar- Las instituciones dependientes de la sub-
Juan Antonio Siller
quitectura Mexicana. secretaria de la Cultura que participaron son:
El Instituto Nacional de Antropología e Histo-
Los temas que se desarrollaron fueron los si- ria, el Inst ituto Nacional de Bellas Artes, el ins- Adjunto: Danza ritual. Detalle pinturas mura-
guientes: tituto Nacional Indigenista, el Centro de Inves- les. Palacio de Atetelco, Teotihuacán, según
t igacione s y Estudios Superiores de Agustín Villagra Caleti.
Historia de la Arquitectura Prehispánica en Antropología Social y la Dirección General de
México, bajo la coordinación del M . en Arq. Culturas Populares.
Víctor Rivera Grijalba y la subcoordinación de Las ponencias presentadas en esta reunión
la Mtra. Ana Ortiz Angulo. trataron sobre el proyecto global, la conforma-
Las ponencias presentadas fueron : ción del Patrimonio Cultural, la legislación
vigente y los organismos competentes, sistemas
"Metodología de investigación arqueológico- de Inventario y Catálogo de Bienes Inmuebles,
arquitectónica", Arq. Alejandro Villalobos el programa de Catálogo, criterios de Catalo-
Pérez; "Trazo de ciudades prehispánicas", gación de Monumentos Artísticos, la ficha de
Arq . Hugo Gilberto Agu ilera ; "Legado insóli- Catálogo y su instructivo, organización de
to de Teotihuacan", Arq. Jorge Donat Rivera; cuadros y equipos de trabajo, la operatividad
"Condiciones históricas que determinan las del programa de catálogo calendarización, el

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INVESTIGACIONES astronomía y sociedad, calendar ios, enterra- terial esencialmente gráfico susceptible de
EN PROCESO mientos humanos, as tronomía y pintura, cubrir los aspectos fundamen tales de un curso
ast ronom ía y agr icultura , ast ronomía y general a nivel de posgrado. Dicho material,
petroglifos , .:ronob iologia , cómp u tos y una vez seleccionado y ordenado con la ayuda
astrononúa en áreas no mesoamericanas (como la de pasantes de doctorado y otros colaborado-
India). res, irá acompañado de unos comentarios con-
La coordi nación propuso para el primer se- cisos, de carácter sintético, referidos a sus pri n-
Seminario de Arqueoastronomía mest re de trabajo el conoci mi ento y contenido cipales fuentes bibliográ ficas, de tal manera
del códice Dresden ; para trabajar posterior- que en todo momento el lector pueda acudir a
mente en el segundo semes tre, en el conoci- una bibliografía especializada, o sea difícil de
El Inst itu to de Investigaciones Antropológicas
miento acerca de las fiestas religiosas, alinea- reunir por un no especialista ... Se agradecerá el
ha organizado, bajo la coordinación del arqueó-
mien to de te mpl os , organización del Estado y envío de documentación al Seminario.
logo Stanislaw lwaniszewski, el segundo semi-
calendarios en el Altiplano de México.
nario de investigació n sobre a rque oas-
El seminario se propone publicar, después de Paul Gendrop
tronomía.
dos años de iniciado, los trabajos de investiga-
El interés por el estudio de las manifesta-
ción desarrollados por los part icipantes, en un
ciones del conocimi ent o astronómi co a nt iguo y
libro que cont enga los principales trabajos,
con temporáneo de las cu lt uras indígenas de
aportaciones y conclusiones de es te grupo de Abajo: Detalle de uno de los basamentos que
Mesoamérica, ha aumentado en los últimos
estudio. ciñen la Ciudadela en Teotihuacan. Dibujo
tiempos debido al auge que ha tenido la
Para mayor in for mación, dirigirse a la coor- Jorge Mercado Rojas.
arq ueoastronomia y, más recientement e, la
dinación del Semina rio de Arqueoast ronomía
etnoastronomí a . Es ta s nuevas discipl inas
con el Arq lgo. Sta nislaw lwaniszewsky, Insti-
cient íficas ofrecen a los astrooomos y a los
tuto de In ves ti gaciones Antropo lógicas ,
a ntropólogos la posibilidad de intercambiar e
Ciudad Universitaria, 04510 México, D.F.
integrar sus result ados y sus opiniones acerca
de la evolución de los conocimientos astronó-
micos y de su impacto en la sociedad. Sin em-
J uan Ant onio Siller
bargo, aún hacen falta est udios que permitan
evaluar este impacto e integra r los resu ltados
con la vis ión ant ropológica, sociohistórica, del
pasado y del presente. Corpus sobre Escultura, del Museo
Por estas razones se ha visto la necesidad de
la for mación de invest igadores mexica nos que
Nacional de Antropología.
se incorporen a esta nueva disciplina cient ífica
para desarrollar los futuros trabajos de investi- En conmemoración de su vigésimo aniversario,
gación en el área mesoamericana. el Mu seo Nacional de Antropología dellNAH
El >eminario ha establecido las siguientes ne- publicará una serie de Corpus sobre escul tura
cesidades: mesoamericana, en base al acervo propio del
museo, y en el cual es tarán incluidas tantos las
El desarrollo de la a rqueoastronomía de colecciones en exhibición como las que se en-
Mesoamérica . cuentran en bodegas.
La relación entre los investigadores en Mé- Los títu los de éstos son los siguient es:
xico y la relación ent re los i n~ estigadores Corpus de la escultura maya, Arqlga. Amalia
mexicanos y extranjeros. Cardós de Méndez.
La ampliación del conocimiento y de las ba- Corpus de la escultura huaxteca. Arqlga .
ses astronómicas ent re los in ves tigadores
Marcia Castro Leal.
mexicanos. Corpus de escullura mexica, Arqlgo. Felipe
La existencia de un foro pa ra el intercambio Salí s Olgui n.
de ideas. Corpus Colección del Eslado de Guerrero UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA
El tratamien to de la arqueoastronomí a co- (incluye escu lt ura , lapidaria y cerámica), DE MÉXICO
mo disciplina científica . Arqlga. C lara Luz Díaz Oya rzábal.
RECTOR
Los objelivos que pretende el semi na ri o son: Para mayor in for mación, dirigirse al Depar- Dr . Octav io Rivera Serrano
fome ntar el interés acerca de la arqueoas- tamento de Arqueología del Museo Nacional SECRETARIO GENERAL
trononúa; difundir el nuevo paradigma de la de Antropología, INAH . Li c. Raú l Béjar Navarro
conducta cient ífi ca interd isciplinaria; alcanzar SECRETARIO GENERAL
el reconoci mient o de los aspectos de la ADMINISTRATIVO
arqueoastronomí a en Mesoamérica, la eva- J ua n Anton io Siller C. P. Rodolfo Coeto Mota
luación de estudios anteriores, la búsqueda de SEC RETA RI O DE LA RECTOR! A
nuevos campos de la arqueoa stronomía, et c. Dr. Luis F. AguiJar Villanueva
La organización del seminario consideró la ABOGADO GENERAL
Proyecto de elaboración de material
necesidad de establecer una duración de tres Lic. Cuauhtémoc López Sánchez
años hasta 1987, con reuniones qui nce nales en
de apoyo para los cursos de Arquitec-
DIRECTO R DE LA FACULTAD DE
las áreas que fueron propuestas por los propios
tura Prehispánica ARQUITECT URA
part icipa ntes, los cua les pertenecen a dis tintas Arq . Ernesto Velasco León
formaciones profesiona les. Entre los temas de El Seminario de Arquitectura Prehispánica JEFE DE LA DIVIS IÓN DE ESTUDIOS
investigación del seminario están: astronom ía y de esta División de Estud ios de Posgrado está DE POSGRADO
a rqu itectura, astro n omía y m itología, empezando a trabajar en la compi lación de ma- Mtro. Xavier Cortés Rocha

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INVESTIGACIONES astronomía y sociedad, calendarios, enterra- terial esencialmente gráfico susceptible de
mientos hu manos, astronomía y pintura, cubrir los aspectos fundamentales de un curso
EN PROCESO general a nivel de posgrado. Dicho material,
astronomía y agricultura, astronomía y
pctroglífos , ..:ronobío logía , cómputos y una vez seleccionado y ordenado con la ayuda
astronomía en áreas no mesoamericanas (como la de pasantes de doctorado y otros colaborado-
India). res, irá acompañado de unos comentarios con-
La coord inación propuso para el primer se- cisos, de carácter sintético, referidos a sus prin-
Seminario de Arqueoastronomía mestre de trabajo el conocimiento y contenido cipales fuentes bibliográficas, de tal manera
del códice Dresden; para trabajar posterior- que en todo momento el lector pueda acudir a
mente en el segundo semestre, en el conoci- una bibliografía especializada, o sea difícil de
El Instituto de Investigaciones Antropológicas reunir por un no especialista .. . Se agradecerá el
miento acerca de las fiestas religiosas, alinea-
ha organizado, bajo la coordinación del arque{}- envío de documentación al Seminario.
miento de templos, organización del Estado y
logo Stanislaw Iwaniszewski, el segundo semi-
calendarios en el Altiplano de México.
nario de investigación sobre arqueoas- Paul Gendrop
El semi nario se propone publicar, después de
tronomía.
dos aí'los de iniciado , los trabajos de investiga-
El interés por el estudio de las manifesta-
ción desarrollados por los participantes, en un
ciones del conoci miento astronómico antiguo y
libro que contenga los principales trabajos,
contemporáneo de las cultu ras indígenas de
aportaciones y conclusiones de este grupo de Abajo: Detalle de uno de los basamentos que
Mesoamérica, ha aumentado en los últimos
estudio. cíí'len la Ciudadela en Teotihuacan. Dibujo
tiempos debido al auge que ha tenido la
Para mayor información, dirigirse a la coor- Jorge Mercado Rojas.
arqueoastronomía y, más recientemente, la
dinación del Seminario de Arqueoastronomía
etnoastronomía. Estas nuevas disciplinas
con el Arqlgo. Stanislaw Jwan iszewsky, Insti-
científicas ofrecen a los astrooomos y a los
tut o de Investigaciones Antropológicas ,
antropólogos la posibilidad de intercambiar e
Ciudad Universitaria, 04510 México, D.F.
integrar sus resultados y sus opiniones acerca
de la evol ución de los conocimientos astronó-
micos y de su impacto en la sociedad . Sin em- Juan Antonio Siller
bargo, aún hacen falta estudios que permitan
evaluar este impacto e integrar los resultados
co n la visión antropológica, sociohistórica, del
pasado y del presente . Corpus sobre Escultura, del Museo
Por estas razones se ha visto la necesidad de
Nacional de Antropología.
la for mación de investigadores mexicanos que
se incorporen a esta nueva disciplina científica
para desar rollar los futuros trabajos de investi- En conmemoración de su vigésimo aniversario,
gación en el área mesoamericana. el Museo Nacional de Antropología dellNAH
El seminario ha establecido las siguientes ne- publicará una serie de Corpus sobre escultura
cesidades: mesoamericana, en base al acervo propio del
museo, y en el cual estarán incluidas tantos las
El desarrollo de la arqueoast ronomía de colecciones en exhibi ción como las que se en-
Mesoamérica. cuentra n en bodegas.
La relación entre los investigadores en Mé- Los títu los de éstos son los siguientes:
xico y la relación entre los invest igadores Corpus de la escultura maya, Arqlga. Arnalía
mexicanos y extranjeros . Cardós de Méndez.
La ampliación del conocimiento y de las ba- Corpus de la escultura huaxteca. Arqlga.
ses astronómicas entre los investigadores
Marcia Castro Leal.
mex icanos. Corpus de escultura mexica, Arq lgo. Felipe
La existencia de un foro para el intercambio Solis Olguín.
de ideas. Corpus Colección del Estado de Guerrero UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA
El tratam iento de la arqueoastronomía co- (incluye escultura, lapidaria y cerámica), DE MÉXICO
mo disciplina científica . Arqlga. Clara Luz Díaz Oyarzábal.
RECTOR
Los objetivos que pretende el seminario son: Para mayor in for mación, dirigirse al Depar- Dr. Octavío Rivero Serrano
fomenta r el in terés acerca de la arqueoas- tamento de Arqueología del Museo Nacional SECRETARIO GENERAL
tronomía; difundir el nuevo paradigma de la de Antropología, INA H . Lic. Raú l Béjar Navarro
conducta cien tífica interd ísciplinaría ; alcanzar SECRETARIO GENERAL
el reconocimiento de los aspectos de la ADMINISTRATIVO
arqueoastronomía en Mesoaméríca, la eva- Juan Antonio Siller C. P . Rodolfo Coeto Mota
luación de estudios anteriores, la búsqueda de SECRETARIO DE LA RECTORIA
nuevos campos de la arqueoastronomía, etc . Dr. Luís F. Aguí lar Víllanueva
La organización del seminario consideró la ABOGADO GENERAL
Proyecto de elaboración de material
necesidad de establecer una duración de tres Líe . Cuauhtémoc López Sánchez
aí'los hasta 1987, con reuniones quincenales en
de apoyo para los cursos de Arquitec- DIRECTOR DE LA FACULTAD DE
las áreas que fueron propuestas por los propios
tura Prehispánica ARQUITECTURA
participa ntes, los cuales pertenecen a distintas Arq. Ernesto Velasco León
for maciones profesionales. Entre los temas de El Seminario de Arquitectura Prehispánica JEFE DE LA DIVISIÓN DE ESTUDIOS
investigación del se minario están: astronomía y de esta División de Estudios de Posgrado está DE POSGRADO
arquitectura, a~tronomía y mitolog ía, empezando a trabajar en la compilación de ma- Mtro. Xavier Cortés Rocha

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