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ACCIONES

Revelan nuestro verdadero arrepentimiento

Éx 9.27-34. Después de prometer que dejaría salir a los


hebreos, Faraón rompió su promesa de inmediato y originó
aun mayores problemas al país. Sus acciones revelaron que
su arrepentimiento no era genuino. Cuando pretendemos
cambiar y no lo hacemos, nos dañamos a nosotros mismos y a
los demás.

¿cuáles lo distinguen como seguidor de Dios?

Éx 13.6-9. La Fiesta de los Panes sin Levadura marcó a los


hebreos como un pueblo único, ya que quedaron señalados
con la marca sobre sus manos y sobre sus frentes. ¿Qué hace
para ser identificado como un seguidor de Dios? La forma de
críar a sus hijos, mostrar amor hacia los demás, mostrar
interés por los pobres y vivir en devoción a Dios; acciones
como estas dejarán señales visibles que todos podrán ver.
Mientras que los grupos nacionales se caracterizan por las
tradiciones y las costumbres, los cristianos están marcados
por el amor de los unos hacia los otros (Juan 13.34, 35).

Equilibrar la oración con la acción

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Éx 14.15. Dios le dijo a Moisés ¡que dejara de orar y se
moviera! La oración debe tener un lugar vital en nuestras
vidas, pero también hay lugar para la acción. En ocasiones
sabemos qué hacer, pero oramos para pedir más dirección
como una excusa para justificar que no queremos actuar. Si
sabemos lo que tenemos que hacer, es tiempo de moverse.

Piense antes de actuar

Éx 21.1ss. Estas leyes fueron dadas porque todo lo que


hacemos tiene consecuencias. Es de vital importancia pensar
antes de actuar, a fin de considerar los efectos de nuestras
decisiones. Piense en sus planes para hoy y considere cuáles
habrán de ser sus resultados a largo plazo. Al tratar con otros,
debiéramos tener en cuenta los principios de estas leyes.
Deberíamos actuar de manera responsable y justa con todas
las personas... amigos y enemigos por igual.

En los problemas, lamentos en lugar de acción

1 S 7.2-3. Israel lloró y se afligió durante veinte años. El arca


fue guardada como se pone una caja sin valor en un ático, y
parecía como si el Señor hubiera abandonado a su pueblo.
Samuel, ahora adulto, los estimuló para que actuaran
diciéndoles que si realmente estaban avergonzados, debían
hacer algo al respecto. Cuán fácil es para nosotros quejarnos

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por nuestros problemas, hasta con Dios, mientras que nos
negamos a actuar, a cambiar, y a hacer lo que debemos
hacer. Ni siquiera seguimos el consejo que Dios nos ha dado.
¿Ha sentido alguna vez como si Dios lo hubiera abandonado?
Revise para ver si hay algo que Él ya le haya dicho que haga.
Quizá no reciba nuevas instrucciones hasta que haya actuado
conforme a sus instrucciones previas.

Actuar en lo que es correcto

1 R 1.11-14. Cuando Natán supo de la conspiración de


Adonías, rápidamente trató de detenerla. Era un hombre de fe
y acción. Sabía que Salomón debía ser rey, y se movió con
rapidez cuando vio a alguien tratando de usurparle el trono. A
menudo sabemos lo que es correcto pero no actuamos así.
Quizá no queremos vernos involucrados, o quizá somos flojos.
No trate de detener las cosas solamente con oración, buenas
intenciones o sentimientos de ira. Actúe como se requiera
para corregir la situación.

Cuando tenemos que actuar con decision

Est 4.13-14. Después que se emitió el decreto para matar a


los judíos, Mardoqueo y Ester pudieron haberse desesperado,
deseando sólo salvarse ellos mismos, o sólo esperar la
intervención de Dios. En vez de eso, vieron que Dios los había

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colocado en sus puestos con un propósito, así que
aprovecharon el momento y actuaron. Cuando esté a nuestro
alcance salvar a otros, debemos hacerlo. En una situación
donde la vida esté en peligro, no se retire, ni se comporte
egoístamente, ni caiga en la desesperación, ni espere a que
Dios lo arregle todo. En cambio, pida a Dios dirección y
¡actúe! Puede ser que Dios lo haya colocado en donde se
encuentra para un momento como ese.

Dios no actúa mediante los que no se disponen a


actuar para Él

Est 4.17–5.1. Dios tenía el control, aun así Mardoqueo y


Ester tuvieron que decidirse a actuar. No podemos
comprender cómo ambas cosas puedan ser reales al mismo
tiempo, y aun así lo son. Dios decide obrar por medio de
aquellos que están deseosos de actuar para Él. Debemos orar
como si todo dependiera de Dios y actuar como si todo
dependiera de nosotros. Debemos evitar los dos extremos: no
hacer nada y sentir que debemos hacerlo todo.

Las acciones de Jesús probaron su identidad

Mc 1.1(2). Cuando uno experimenta la emoción de un gran


acontecimiento, siente que debe contárselo a alguien. Contar
la historia puede hacer revivir la experiencia pasada. Al leer

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las primeras palabras de Marcos se siente esa emoción.
Imagínese en medio de la multitud mientras Jesús sana y
enseña. Imagínese como uno de sus discípulos. Reaccione a
sus palabras de amor y de estímulo. Y recuerde que Jesús vino
por cada hombre y por cada mujer, por quienes vivimos hoy
en día y por los que vivieron hace dos mil años.

1.1 Marcos no fue uno de los doce discípulos de Jesús, pero es


muy posible que haya conocido a Jesús personalmente.
Escribió este Evangelio en forma de relato ágil, como una
novela popular. El libro presenta a Jesús como un hombre que
respaldaba sus palabras con hechos que siempre
demostraban quién era: el Hijo de Dios. Debido a que escribió
su Evangelio para los cristianos de Roma, donde se adoraban
muchos dioses, quería que supieran que Jesús es el único y
verdadero Hijo de Dios.

la verdadera fe se manifiesta en

Lc 3.8-9. Confesión de pecados y cambio de vida son


inseparables. La fe sin obras es muerta (Santiago 2.14–26).
Las duras palabras de Jesús las dirigió a los respetables
líderes religiosos que se cerraron a un verdadero cambio.
Buscaban reconocimiento como autoridades religiosas, pero
no deseaban cambiar sus corazones ni sus mentes. De ahí la
improductividad de sus vidas. El arrepentimiento es falso si no

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está ligado a la acción. Seguir a Jesús significa más que
expresar buenas palabras. Significa hacer lo que Él manda

¿respaldan con acciones sus palabras?

Mt 3.8. Juan el Bautista exhortaba a la gente a ir más allá de


las palabras y los ritos: debían cambiar de conducta. Dios
mira más allá de nuestras palabras y actividades religiosas
para ver si nuestras palabras respaldan nuestras vidas y juzga
nuestras palabras por las acciones que las acompañan. ¿Están
de acuerdo sus palabras con sus acciones?

21.30. El hijo que dijo que obedecería y no lo hizo representa


a Israel en los días de Jesús. Decían que querían hacer la
voluntad de Dios, pero con frecuencia desobedecían. Es
peligroso fingir obedecer a Dios cuando nuestros corazones
están lejos de Él, porque Dios conoce las intenciones de
nuestros corazones. Nuestras palabras deben estar
respaldadas por nuestras acciones.

Las buenas acciones no siempre reflejan las buenas


actitudes

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Mt 5.20. Los fariseos eran exigentes y escrupulosos en el
cumplimiento de la Ley. ¿Cómo puede Jesús, razonablemente,
llamarnos a una mayor justicia que la de ellos? La debilidad de
los fariseos radicaba en que se sentían satisfechos
obedeciendo la Ley en lo exterior sin permitir que cambiara
sus corazones (actitudes). Jesús dijo que la calidad de nuestra
piedad tiene que ser superior a la de los fariseos. Podemos
aparentar piedad y seguir lejos del Reino de Dios. Él juzga
nuestros corazones y nuestras obras. Es en el corazón donde
en verdad radica la sumisión. Cuidemos nuestras actitudes,
que la gente no ve, y las acciones que todos ven.

Jesús decía a sus oyentes que necesitaban una piedad


totalmente distinta (amor y obediencia), no una versión más
intensa de la piedad de los fariseos. Nuestra bondad debe (1)
proceder de lo que Dios hace en nosotros, no de lo que
podemos hacer nosotros mismos, (2) estar centrada en Dios,
no en nosotros, (3) estar basada en la reverencia a Dios, no
en la aprobación de la gente, (4) e ir más allá del solo hecho
de cumplir con la Ley amando los principios que la respaldan.

A usted lo tratarán como lo hace a otros

Lc 6.37-38. Un espíritu perdonador demuestra que una


persona ha recibido el perdón de Dios. Jesús usa la figura de

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medir granos en canasta para asegurarse la cantidad total. Si
somos críticos antes que compasivos, también recibiremos
crítica en recompensa. Si tratamos a otros con generosidad,
con gracia y con compasión, sea como sea, estas cualidades
volverán a nosotros en mayor medida. Debemos amar a otros,
no juzgarlos.

Debe ser consecuente con sus actitudes

Mt 15.8-9. El profeta Isaías también criticó a los hipócritas en


su tiempo (Isaías 29.13). Jesús aplicó sus palabras a estos
líderes religiosos. Cuando aseguramos honrar a Dios mientras
nuestros corazones están lejos de Él, nuestra adoración no
tiene significado. No es suficiente actuar como religiosos.
Nuestras acciones y actitudes deben ser sinceras. Si no lo son,
las palabras de Isaías también nos describen.

Demuestran lo que piensa sobre Jesús

Mt 25.31-46. Dios separará a los seguidores fieles de los que


falsos y los incrédulos. La mejor evidencia de que somos
creyentes es la forma en que actuamos. Tratar a todas las
personas que encontremos como si fueran Jesús no es muy
fácil. Lo que hacemos por otros demuestra lo que pensamos
de lo que Jesús señaló que debíamos hacer: dar de comer al
hambriento, albergar al desamparado, visitar a los enfermos.

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¿Hay alguna diferencia entre sus acciones y las de los falsos y
los incrédulos?

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