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Colegio: José Manuel Estrada. Biología Curso: 3ro. 3ra.

Economía Periodo lectivo 2021

Apellido y nombre: Trabajo practico.

Tema: Sistema Respiratorio. Características generales. EL ORGANISMO HUMANO y la NUTRICION


Capacidades a desarrollar: Trabajo con compromiso y responsabilidad. Resolución de problemas. Pensamiento crítico.
Competencias digitales.
Competencias a lograr: enfermedades e integración de contenidos de fisiología y anatomía del sistema respiratorio.

Actividades:
a) A qué se refiere el termino: “saturación de oxígeno”.
b) Explique cómo se realiza el ciclo respiratorio.
c) Realice un cuadro destacando las características de las enfermedades pulmonares

Biología. Sistema respiratorio. Enfermedades. EPOC


La enfermedad pulmonar obstructiva crónica, o EPOC, es una enfermedad progresiva que causa dificultad para
respirar. La palabra "progresiva" indica que la enfermedad empeora con el tiempo. Síntomas: La EPOC puede causar
tos con producción de grandes cantidades de mucosidad y silbidos o chillidos al respirar, falta de aliento, presión en
el pecho y otros síntomas. En la EPOC, la cantidad de aire que entra y sale por las vías respiratorias disminuye por
una o más de las siguientes razones:
• Los bronquios y los alvéolos pierden su elasticidad. Las paredes que separan muchos de los alvéolos están
destruidos. Las paredes de los bronquios se vuelven gruesas e inflamadas. Los bronquios producen más
mucosidad que en condiciones normales y esta mucosidad puede obstruirlos.
Prevención
La única manera de prevenir la enfermedad es no exponerse a los factores de riesgo que la originan. Como se ha
dicho, estos factores son el tabaco y los ambientes contaminados. Por eso, para prevenir la enfermedad pulmonar
obstructiva crónica es fundamental no fumar. También es muy importante mantener un buen estado de salud
general, realizar ejercicios y seguir una dieta sana para aumentar la resistencia del cuerpo a las infecciones. La
importancia de los ejercicios, ya sea en el hospital o en casa, radica en que contribuyen a aumentar la independencia
y la calidad de vida del afectado. Además, disminuyen la frecuencia y el tiempo de hospitalización del enfermo.
Tratamiento:
En líneas generales las recomendaciones que deben seguir los pacientes son:
• Dejar de fumar. Abandonar el tabaco es útil en cualquier fase de la enfermedad. Tratar de evitar la
exposición a partículas irritantes en el aire. La EPOC puede empeorar si la persona tiene gripe o neumonía.
Por eso quienes padecen esta enfermedad deben vacunarse contra la gripe cada año. Usar
broncodilatadores para reducir el espasmo muscular. Para expulsar las secreciones no hay ninguna terapia
válida, pero evitar la deshidratación bebiendo suficiente líquido puede prevenir las secreciones espesas y
ayuda a mantener la orina clara. La administración de oxígeno ayuda a disminuir el ahogo que sienten los
enfermos cuando realizan actividades diarias. En personas con enfisema grave se puede hacer una cirugía
conocida como reducción del volumen pulmonar. Esta opción sólo es viable en las primeras etapas de la
enfermedad. En esta cirugía se extirpan las partes más afectadas del pulmón para permitir que éste y los
músculos
BRONQUIOLITIS
La Bronquiolitis es una infección o enfermedad viral, es aguda e infecciosa; es la inflamación de las vías aéreas
pequeñas (inflamación de los bronquios más pequeños llamados bronquiolos), fundamentalmente en niños menores
de 2 años. La causa más frecuente es viral. La edad que más se afecta son los menores de 1 año con un pico entre los
2 a 6 meses. Las infecciones que pueden provocar bronquiolitis son contagiosas. Estas se diseminan en pequeñas
gotas de fluido que se emiten al toser o estornudar desde una persona infectada.
Síntomas:
• Piel morada debido a la falta de oxígeno (cianosis): se necesita tratamiento urgente. Dificultad respiratoria, que
incluye sibilancias y falta de aliento. Tos, fatiga y fiebre. Los músculos alrededor de las costillas se hunden a medida
que el niño trata de inhalar. Las fosas nasales del bebé se ensanchan al respirar y presenta respiración rápida.
Posteriormente la tos puede empeorar en los siguientes 3 a 7 días, apareciendo un silbido en la respiración con
dificultad del niño para alimentarse o vomitar luego de un acceso de tos. La dificultad respiratoria más severa se
destaca por la respiración poco profunda, el hundimiento del cuello y el tórax con cada aliento, conocido como
“retracciones” intercostales. Con menor frecuencia, los bebés pequeños, en especial los prematuros, pueden
presentar episodios en los que dejan de respirar por poco tiempo. En las etapas más graves el chico se fatiga por el
trabajo de respirar y la piel puede tornarse azulada.
Tratamiento:
• Mucho líquido. La leche materna o la leche artificial son perfectas para niños menores de un año. Respirar
aire húmedo para ayudar a aflojar el moco pegajoso. Usar humidificador para humectar el aire. En la
mayoría de los casos las bronquiolitis son leves y no requieren tratamiento específico, más allá de la
humidificación de la vía aérea para permitir una tos más efectiva. Los antibióticos no son útiles, porque la
enfermedad está causada por una infección viral y estos medicamentos sólo son efectivos en las
bacterianas. En algunos casos, se administran medicamentos para ayudar a dilatar las vías respiratorias del
niño que se encuentran obstruidas e inflamadas.
Prevención:
Las medidas higiénicas como el lavado de manos frecuente y cubrirse la boca al toser o estornudar, evitan la
diseminación de los virus que provocan la bronquiolitis. También es útil mantener a los bebés alejados de aquellos
que están resfriados, tienen tos o fuman y ventilar adecuadamente los ambientes.
TUBERCULOSIS:
Enfermedad causada por bacterias que se propagan por el aire de una persona a otra. Si no se trata adecuadamente,
esta afección puede ser mortal. La tuberculosis es una enfermedad infecciosa que suele afectar a los pulmones y es
causada por una bacteria (Mycobacterium tuberculosis). Se transmite de una persona a otra a través de micro gotas
generadas en el aparato respiratorio pacientes con enfermedad pulmonar activa.
Síntomas:
En muchos casos, las primeras etapas de la enfermedad se desarrollan sin síntomas. En estos casos, el diagnóstico se
establece cuando se realizan análisis al paciente para detectar la presencia de otras patologías y se descubre por
casualidad la bacteria. En estadios más avanzados, los síntomas de la tuberculosis son bastante inespecíficos, es
decir, pueden ser comunes a muchas enfermedades. Estos suelen ser:
• Tos: es el más importante. No solo porque se trata de una patología pulmonar, sino porque es el mecanismo de
contagio más frecuente. Al ser tan común a muchas enfermedades, en muchos casos puede que no se le
conceda importancia. Por ello, es importante que se consulte al médico cuando la tos dure más de dos
semanas. Expectoración: se expulsan flemas, a veces acompañadas de sangre. Febrícula: es una fiebre de
solo unas décimas, que suele aparecer al final del día. Pérdida del apetito y pérdida de peso: también
bastante comunes en muchas patologías. Sudoración por las noches y dolor en el pecho: debido a la presión
que produce la infección en los pulmones. Fatiga y cansancio excesivo en relación al esfuerzo realizado: la
función pulmonar puede estar comprometida, y por ello resulta dificultoso hacer llegar oxígeno a los
pulmones y, de ahí, al resto del cuerpo.
Causas:
El contagio de tuberculosis ocurre cuando la persona sana inhala microscópicas gotas de saliva procedentes del
enfermo, que se generan cuando esta tose o estornuda. Estas gotas con bacterias tienen un tamaño muy pequeño y
llegan a zonas profundas del pulmón de la persona sana. Aunque el pulmón es el principal órgano en el que se
desarrollan los daños, hay otras localizaciones del organismo que pueden verse afectadas. En los lugares ventilados
el contagio es complicado. Esto se debe a que, aunque las gotitas minúsculas pueden quedar suspendidas cierto
tiempo en el aire, terminan por diseminarse y perder su capacidad infectiva. En lugares cerrados, mal ventilados,
estas gotas pueden acumularse en el ambiente, alcanzando una gran concentración y facilitando así la inhalación de
las mismas. Es por este motivo que en las regiones o zonas en las que se vive en condiciones de pobreza o
hacinamiento es más plausible el contagio de tuberculosis. La enfermedad no es fácil de contraer, hace falta un
contacto prolongado para que exista un riesgo real de contagio. Durante las primeras dos o tres semanas del
tratamiento, es preciso que el paciente se mantenga aislado en una habitación, que deberá ser ventilada varias veces
al día y permanecer con la puerta siempre cerrada para evitar la diseminación de las bacterias. Los contactos
personales deben ser breves y limitados; y todo aquel que entre en contacto con el enfermo deberá llevar mascarilla,
para evitar inhalar las bacterias presentes en el aire. En el exterior no hay riesgo, siempre que se mantenga una
distancia prudencial. Los rayos del sol matan las bacterias, por lo que es conveniente que la habitación del enfermo
sea soleada. Los gérmenes de la tuberculosis mueren muy lentamente.
NEUMONÍA
Es una infección del pulmón caracterizada por la multiplicación de microorganismos en el interior de los alvéolos, lo
que provoca una inflamación con daño pulmonar. La reacción inflamatoria produce una ocupación de los alvéolos
que puede visualizarse en una radiografía de tórax, producida por diversos grupos de bacterias que causan una
inflamación de ambos o parte de los pulmones. Si se extiende a varias partes del tejido del pulmón, se denomina
“Bronconeumonía”; si afecta continuamente a la mayoría del pulmón se llamaría “Neumonía Lobar”; si se
extiende a ambos pulmones se llama “Pulmonía Doble”. Esto solo suele ocurrir en personas muy jóvenes o de
muy avanzada edad.
Síntomas:
• La neumonía o pulmonía suelen tener diversos síntomas: Escalofríos, tos, expectoraciones sanguinolentas o de
flema roja oscura, fiebre, dolor en los costados, y elevación de pulso y del ritmo respiratorio. Causada
habitualmente por varios tipos de bacterias o incluso virus. Las causadas por bacterias se tratan con
antibióticos.
Las neumonías se desarrollan cuando un germen infeccioso invade el tejido pulmonar. Estos gérmenes
pueden llegar al pulmón por tres vías distintas: por aspiración desde la nariz o la faringe, por inhalación o por vía
sanguínea. “La neumonía está causada por bacterias y por virus u otros microorganismos, como hongos o
parásitos. La bacteria más frecuente que causa la neumonía es el neumococo (Streptococcus pneumoniae) y, entre
los virus, el más frecuente es el de la gripe”. Las vías respiratorias tienen mecanismos de defensa que evitan
que lleguen bacterias al pulmón, como son la tos, la presencia de células con cilios y células y sustancias
especialmente diseñadas para la inmunidad: los linfocitos, neutrófilos, macrófagos y anticuerpos. Estas defensas
pueden debilitarse por determinadas circunstancias y facilitar así que los gérmenes alcancen el pulmón y produzcan
infecciones. Algunos procesos que producen estas alteraciones de los mecanismos de defensa son el consumo de
tabaco, las enfermedades pulmonares crónicas, el alcoholismo, la desnutrición, la diabetes los problemas crónicos
renales o hepáticos, las alteraciones de nivel de consciencia y otras deficiencias de la inmunidad. Finalmente, algunos
gérmenes pueden provenir de otra región del organismo y alcanzar el pulmón a través de la circulación sanguínea.
Hay pocas medidas para evitar la aparición de una neumonía. En raras ocasiones se adquiere por un contagio
de otra persona y las más frecuentes se originan por gérmenes que habitan en nuestras vías respiratorias. Puesto
que muchas de las neumonías comienzan tras un proceso viral o gripal, la vacunación anual antigripal es
recomendable en las personas que pertenecen a grupos de riesgo. Asimismo, la vacuna antineumocócica evita la
aparición de neumonías con bacteriemia causadas por neumococo. Otras recomendaciones que pueden ayudar
a prevenir la aparición de una neumonía son la abstención de fumar, reducir el consumo de alcohol y mejorar los
hábitos higiénicos de limpieza oral y dental.
EL ASMA.
El asma es una enfermedad crónica de los pulmones que inflama y estrecha las vías respiratorias. Las enfermedades
crónicas son enfermedades que duran mucho tiempo. El asma causa períodos repetidos de sibilancias (silbidos al
respirar), presión en el pecho, dificultad para respirar y tos. Con frecuencia la tos se presenta por la noche o en las
primeras horas de la mañana. El asma afecta a personas de todas las edades, pero por lo general comienza durante
la infancia. Cuando los síntomas se vuelven más intensos o se presentan más síntomas, se dice que hay un ataque de
asma. Los ataques de asma también se llaman crisis o exacerbaciones. Es importante tratar los síntomas en cuanto se
presentan. Así se evita que empeoren y causen un ataque de asma grave. Los ataques de asma graves pueden
requerir atención de urgencias y pueden ser mortales. El asma no tiene cura. Sin embargo, debido a los
conocimientos y tratamientos que tenemos en la actualidad, la mayoría de las personas con asma pueden controlar
la enfermedad. Es posible que tengan pocos síntomas o que no los tengan. Pueden vivir una vida normal y activa, y
dormir toda la noche sin interrupciones causadas por el asma.
Los signos y síntomas comunes del asma son:
• Tos: Por lo general, la tos del asma es peor por la noche o en las primeras horas de la mañana, por lo cual
impide un sueño tranquilo. Sibilancias: Las sibilancias son silbidos o chillidos que se producen al respirar.
Presión en el pecho: como si algo le estuviera apretando el pecho.
• Dificultad para respirar: Algunas personas con asma dicen que les cuesta trabajo respirar o sienten como si
les faltara el aliento.
Entre los factores que desencadenan el asma pueden estar:
• Los ácaros del polvo, el pelaje de animales, las cucarachas, el moho y el polen de árboles, pastos y flores.
Los irritantes como el humo de cigarrillo, la contaminación del aire, las sustancias químicas o el polvo en el
lugar de trabajo, los compuestos presentes en productos decorativos para el hogar y los atomizadores. Las
infecciones de las vías respiratorias superiores, como los resfriados
EDEMA PULMONAR
Edema Pulmonar: es una acumulación anormal de líquido en los pulmones, en especial los espacios entre los capilares
sanguíneos y el alvéolo, que lleva a que se presente hinchazón. El edema pulmonar a menudo es causado por
insuficiencia cardíaca congestiva. Cuando el corazón no es capaz de bombear sangre de manera eficiente, ésta se
puede depositar en las venas que llevan sangre a través de los pulmones. A medida que la presión en estos vasos
sanguíneos se incrementa, el líquido es empujado hacia los espacios de aire en los pulmones. Este líquido reduce el
movimiento normal del oxígeno a través de los pulmones. Estos dos factores se combinan para causar dificultad para
respirar.
Otras causas:
Medicamentos. Exposición a grandes alturas. Insuficiencia renal. Arterias estrechas que llevan sangre a los riñones.
Daño al pulmón causado por gas tóxico o infección grave. Lesión mayor.
Síntomas:
Expectorar sangre o espuma con sangre. Dificultad para respirar al acostarse. Sensación de "falta de aire" o "asfixia"
(esta sensación se denomina "disnea paroxística nocturna" si lo hace despertarse y tratar de tomar aire). Sonidos
roncos, de gorgoteo o sibilantes con la respiración. Hinchazón del abdomen o de las piernas. Piel pálida. Sudoración
(excesiva). Lo más importante en el tratamiento de un edema pulmonar es detectar rápidamente las causas que han
provocado su aparición, con el fin de corregirlas. Porque también el pronóstico dependerá de dichas causas y del
manejo de las mismas. Si el edema pulmonar crónico no se trata, el estado general del paciente empeora con el
tiempo, ya que acaba repercutiendo a otros sistemas. Unas de las complicaciones que provoca si no se trata
debidamente puede ser la neumonía. Si se da insuficiencia ventricular izquierda aguda, puede ser una urgencia vital
en poco tiempo. Por eso, es necesaria una atención médica intensiva.
INTOXICACION CON MONOXIDO DE CARBONO
El monóxido de carbono es un gas inodoro que causa miles de muertes cada año. Inhalar monóxido de carbono es
muy peligroso. El monóxido de carbono es un químico producido a partir de la combustión incompleta de gas natural
u otros productos que contengan carbono. Los siguientes elementos pueden producir monóxido de carbono:
Cualquier cosa que queme carbón, gasolina, keroseno, petróleo, propano o madera. Motores de automóviles.
Parrillas de carbón de leña (este carbón nunca se debe quemar en espacios interiores). Sistemas de calefacción
portátiles o para interiores. Calentadores portátiles de propano. Estufas (para espacios interiores y exteriores).
Calentadores de agua que utilicen gas natural. La inhalación e Intoxicación por Monóxido de Carbono produce que
éste reemplace al oxígeno en el torrente sanguíneo. En consecuencia, la falta de oxígeno hace que sufran el corazón,
el cerebro y el cuerpo.
Los síntomas de la intoxicación por monóxido de carbono pueden ser:
Problemas respiratorios, incluso ausencia de la respiración, dificultad respiratoria o respiración rápida. Dolor en el
pecho. Coma. Confusión. Convulsiones. Mareo. Somnolencia. Desmayo. Fatiga. Malestar y debilidad general. Dolor
de cabeza. Presión arterial baja. Latidos cardíacos anormales o rápidos. Shock. Náuseas y vómitos. Pérdida del
conocimiento. Los animales también pueden envenenarse con monóxido de carbono. Las personas que tienen
mascotas en casa pueden notar que sus animales se vuelven débiles o no responden tras una exposición a monóxido
de carbono. A menudo las mascotas se enfermarán antes que los humanos.
Estructura del sistema respiratorio.

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