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INTRODUCCIÓN
Se dice: “Todo tiempo pasado fue mejor…” (dicho popularizado), sin embargo decir esto
revela una visión parcializada o estrecha, pues las cualidades del futuro, sea este el de
nuestra conciencia o el de la conciencia de muchos como especie, descansan en el intento
del presente (injerencia mágica del acto de querer en el tiempo), y el pasado llega ser una
carga que o nos impulsa o nos encadena.
Cualquier hegemonía socio-cultural de civilizaciones, imperios, culturas, pueblos, y
demás, fue estructurada por algún sistema cognoscitivo, una impresión conjunta en el
modo de ver y contemplar sus necesidades a todo nivel psico-social, ya sea a propósito o
no, entablaron patrones de creencias y comportamientos que se asemejaban
paralelamente unas con otras, esto quiere decir por ejemplo si en una Era toda
manifestación humana debía ser la conquista, guerras y matanzas, fuerza física, agresión,
competencias, todo esto como aspectos generales más notorios, en otro tiempo debería
ser contrastadamente y como parte de doce ciclos definidos, la religión, el misticismo, la
espiritualidad, la oración y la fe, las características más marcadas de esa Era.
Ancestralidad no es cuestión de tiempo pasado, necesariamente; es por el contrario una
condición más que cuestión, que hace referencia al hombre que reconoce y vivencia su
ORIGEN, un hecho que implica ver más allá de su tiempo, tener una cualidad de Ser que
refleje la armonía y el propósito cósmico, en una comprensión profunda de la naturaleza
de las cosas y de los eventos que a su alrededor se abren paso en un contexto sin
precedentes, tener la capacidad de atestiguar los misterios y verificar el orden causal que
lo lleva a él a ser parte del universo, sin someterse completamente a la rueda del tiempo
del que forma parte por tener un comienzo, un nacimiento, pero que de igual forma
puede escapar por poseer “el secreto”.
Los Conocimientos Ancestrales son atemporales, no pertenecen a ningún tiempo,
pudiendo ser encarnados por cualquiera, sin importar su época, siendo lo más importante
la fortaleza de la unión, de la ligazón entre el buscador y el Espíritu Universal. Decir “Todo
tiempo pasado fue mejor…” es irrelevante.
Esta interpolación de conceptos nos lleva al punto referencial de que para la actualidad
(nuestro tiempo) definitivamente no hace falta vestirse con indumentarias típicas de tal o
cual cultura, no hace falta andar por ahí voceando el nombre de algún pueblo antiguo, o
hacer demostraciones pseudo-shamánicas de los rasgos culturales conservados como
meros folclorismos entretenidos, para poder verse uno mismo como Shamán. En
definitiva, actualmente en los tiempos que corren absolutamente todos los conceptos de
Shamanismo (con extraordinarias excepciones) en términos, significados y
demostraciones poseen una desmejorada conceptualización, ningún sistema vital de
regencia y menos de claridad, mantenida con demasiada terminología errónea llena de
abstractismo y confusión, con una nula organización esencial, que sea coherente y clara
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(hasta para la cara contemplativa de la objetividad biofísica): simplemente simplista y
alegórica.
Es evidente que el mundo del Shamanismo, como vía, talante o propósito está basado
en la piedra angular que es: VER ENERGÍA, como está dispuesta libremente en todo y por
todo lo que nos rodea, queda claro que ver energía implica tácitamente mover el punto de
encaje o aún desplazar el punto de encaje, y finalmente lograr una comprensión total de
aquello que hemos percibido para “utilizarlo” de la manera más perfecta.
VER se constituye como uno de los requisitos fundamentales para poder atisbar toda la
expresión de la palabra SHAMANISMO. A partir de ahí se construirán definiciones,
atributos o referencias más precisas en consecuencia con lo que se vaya descubriendo, es
sólo a partir de que un hombre aprende a ver que puede empezar a juzgar las cosas,
superando el marco de lo teórico o externo, lindero que lamentablemente no conocemos,
ni el que escribe ahora, ni cada uno de los que tan profusamente atiborran las
divulgaciones globales de conceptos ligeros al respecto de lo Shamánico.
El sistema cognitivo del hombre occidental nos fuerza a movernos a través de ideas
preconcebidas. Basamos nuestros juicios en algo que es siempre “a priori”, por ejemplo la
idea de “lo ortodoxo”. ¿Qué es la antropología ortodoxa? ¿La que se enseña en el aula? ¿Y,
cuál es la conducta de los shamanes? ¿Ponerse plumas en la cabeza y bailar a los
espíritus? (Carlos Castaneda)
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En el saber humano aparentemente deslindado de lo Shamánico, lo denominado como
Cultura Iniciática es para referirse a un especial conocimiento de la naturaleza intrínseca
del Hombre, sus propósitos y funciones, así como los del Universo en general; se conoce
como Instructor, Maestro, Mago Ocultista o Iniciado, al ser que ha logrado la
extraordinaria tarea de reunir en sí todas las características integrales, de sabiduría y
conciencia, en un perfeccionamiento efectivo, con implicaciones en su forma de verse y
ver el mundo. Este individuo posee un conocimiento especial, aprendido al principio e
intuido después, en el que ha logrado una transmutación personal de muerte y
resurrección consciente conocida como iluminación, a la par en la búsqueda externa, ha
reunido conocimientos prácticos de las Ciencias Sagradas como la Astrología, la Qabbalah,
la Magia y la Alquimia. Un ser completo, sapiente de las analogías arqueométricas
naturales, capaz de operar en el mundo material con la misma resolución que en el
mundo vibratorio. ¿Quién no podría llamar a este individuo un SHAMÁN MODERNO? ¿No
son sus cualidades encarnadas, características místicas de un Hombre de Conocimiento?
¿No ha aprendido a penetrar en los mundos alternos con la misma efectividad que un
Shamán antiguo muy diestro en el asunto?
Todo Shamán, todo vidente, todo buscador ya está al tanto de esto, a sabiendas o no,
todos estamos inmersos. La Ancestralidad que en otrora fue estructurada por
conocimientos íntimos entre el Hombre y el Espíritu Universal, en lazos de poder y magia,
en visiones de alianzas naturales, en búsqueda perceptual de libertad, constituye para hoy
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un precedente de rigor, pero ¿Por qué no puede surgir una nueva Ancestralidad –que se
constituya en un Sistema Cognitivo completo– que sea de igual forma un precedente de
un futuro aún no llegado? Somos el pasado del futuro, y habremos de recapturar el brillo
de las civilizaciones pasadas, para ser reconocidos como una humanidad que se integra a
su tiempo, tomando la magia del pasado, y diseñando un presente aún más profundo, sin
las viejas añoranzas del que “no quiere dejar su pasado”, ya sea por un falso sentimiento
de pérdida, o un reconocimiento fanático de un pasado que tubo si bien es cierto la magia
y el conocimiento que hoy en día nos es tan ajeno y nos hace tanta falta, pero que de igual
forma no niega que pueda ser recapturado, experimentado en igual o más alto valor,
abrazando el presente y señalando a un futuro igual de portentoso. Cuentos de Poder que
hoy quizás vuelvan a ser reescritos, o aún mejor escribir los nuestros propios…
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LA NEO-ANCESTRALIDAD
La disyuntiva gramatical del término Neo-Ancestralidad o Ancestralidad Moderna es
aparente, simplemente se habla de un Oxímoron referida semánticamente como NUEVA
VEJEZ.
Sin tener la función de ser una de esas corrientes o “ismos” que buscan diferenciarse
sólo porque sí, dicho rótulo obedece al fiel propósito de ser un mensaje, una exhortación,
una idea de propósito; la dirección que tomará evidentemente dependerá del que lo cree
justo y necesario, ahora que si así debe ser, el tiempo y las circunstancias dictaminarán
cualquier desenlace, para bien del hombre.
En definitiva la valoración que se le da al Shamán que ve, cuyo ligazón con el intento o
espíritu demarcará la potestad veraz de tomar decisiones, establecer rumbos y avizorar
desenlaces, es significativa, puesto que por lo mismo de su condición de vidente puede
mejor que nadie ver todo indicio de voluntad del intento; éste es, y no el Shamán quien
determine las cosas.
Dentro de su legado escrito, Castaneda precisó muchos puntos importantes, en
consecuencia con las decisiones de don Juan Matus como líder de su partida de videntes,
y la capacidad del mismo Castaneda como último Nagual vidente y eslabón de un linaje de
verdaderos Shamanes.
El término “moderno” usado ahora para designar el acoplamiento de las prácticas
actuales de Shamanismo a un nuevo ciclo, no niega su valor pragmático puesto que se
trata de una real posibilidad humana que nada tiene que ver con el tiempo. Es pues que
sólo a un nivel superficial podríamos denominar al Shamanismo como moderno, si
aludimos a la imperativa cósmica, o designio del intento, de reajuste en su modo de
expresión, enseñanza o divulgación. El valor esencial intrínseco del Shamanismo nunca
cambiará.
Otro punto de suma importancia, que Castaneda deja claro, es el hecho de que en las
prácticas de Shamanismo, sea en éste o cualquier ciclo: NO EXISTE MEMBRESÍAS,
REPRESENTANTES ESPECÍFICOS, ESCUELAS QUE SE APROPIEN DEL SABER SHAMÁNICO,
siempre se deberá mantener los principios establecidos por los videntes del ciclo pasado,
los cuales son: El Shamán no es una persona que se presenta como tal, Es y debe Ser
siempre sólo una IDEA SOSTENIDA acerca de que nos es posible a todos los Seres
Humanos ampliar nuestra conciencia de ser y atisbar nuestra real esencia. Por tanto
queda claro que sólo alguien dispuesto a exhibiciones pseudo-shamánicas se acogería a
una exposición de su persona o de lo que hace.
Empero, muy aparte debemos anotar hoy, algunos aspectos que no son claros con
respecto a la “modalidad” de este nuevo ciclo (ciclo en curso para los nuevos guerreros,
estipulado por una nueva imperativa cósmica, como veremos más adelante) y no hay
modo de responderlos o especificarlos aún, sería necio tratar de hacerlo sabiendo que no
hay practicantes activos del Shamanismo que hayan logrado ver, como para reordenar lo
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dejado por Castaneda en razón de una Neo-Ancestralidad; o por lo menos no he sabido de
alguno con la autoridad de señalar algo al respecto o simplemente que se haya
pronunciado:
1) NO ES CLARO EL ROL DE LOS NUEVOS NAGUALES (“nuevo” no por diferente, sino por
actual) PARA EL CICLO EN CURSO; primeramente NO podemos hablar de Nagual sino hasta
cuando el individuo haya alcanzado la libertad de poder operar por sí mismo en relación al
manejo de su primera y segunda atención, salta la vista el hecho de que, efectivamente,
tenga que haber algún benefactor que lo haya empujado una y otra vez a la conciencia
acrecentada, brindándole las directrices pertinentes para que amplíe su conciencia de ser,
recuerde su otro yo y pueda obtener la fluidez de su punto de encaje.
Aquí entra en consideración el hecho de que no puede haber “aprendices” como tal, o
miembros vigentes del conocimiento o visión del Shamán, más quizás, y pido perdón por
aventurarme a señalar un rumbo y no estar en posición de hacerlo, podría decir que sea
éste “grupo funcional” de cuatro integrantes, entre el hombre Nagual, la mujer Nagual el
individuo ensoñador y el individuo acechador, los que deban buscar su propia liberación a
través del manejo de su percepción, más no habría sucesión de ningún conocimiento, ni
guía directa por parte de algún benefactor, sólo quizás directrices aprendidas
indirectamente o por mérito propio. Sin duda algo socialmente práctico, pero muy
informal.
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…
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Tres formas de resolución o niveles perceptuales denominados Primera, Segunda y
Tercera Atención.
El Ser Humano conformado por varias capas estructurales, como ser viviente,
perceptibles. Una de ellas la de una esfera luminosa o capullo energético, un
conglomerado de campos energéticos aglutinados por una fuerza vibratoria que los
une en una luminosa bola de energía, precisamente por la minúscula porción de
emanaciones del Águila que están encerradas en éste, que a su vez presenta un
punto de anclaje perceptual denominado punto de encaje, clave de la
transformación de la energía en datos sensoriales y en su posterior interpretación
que condiciona lo que ve, siente y piensa el individuo.
El camino del guerrero, un talante necesario, un propósito esclarecedor real como la
única herramienta del individuo conciente, ante lo inconmensurable del universo, en
la búsqueda de la ligazón entre su existencia y todo lo que esto conlleva y lo
externo. La forma más pulcra de Ser y vivir, para cualquier tiempo.
Como es sabido, las clasificaciones son un ardid intelectual para dar impresión de
control, queda claro que el legado transpuesto por Castaneda a través de su obra es más
rica y profunda que lo anterior mencionado.
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espíritu. El Shamán es uno con el espíritu a través del intento, por su condición de ser
luminoso. El trabajo personal más relevante para el Shamán, es buscar esto, porque le
permite mover su punto de encaje.
Debe recalcarse el hecho de que el grupo de trabajo de los videntes con el que el
Shamán o instructor contó en un pasado, pertenece como estructura grupal, a una
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configuración dictaminada por el tiempo, o sea el de preservar su conocimiento por medio
de linajes. Entonces, el cambio para nuestro tiempo vigente, de recién comienzo, debe ser
otro. No alcanzo a ver cuál o cómo será la nueva forma estructural del grupo de trabajo de
un Shamán, lo que es claro es que deberá aparecer por sí misma, a través del ejercimiento
de una concienzuda videncia. Generaciones humanas ya están en marcha ahora en el Siglo
XXI y para los señalados, su trabajo será.
Carlos Castaneda a diferencia de sus antecesores, como nagual poseía una configuración
energética diferente, esto es una división tricameral o de tres sectores de su esfera
luminosa (nagual de tres puntas); sus predecesores tenían dividido su esfera luminosa o
energética en cuatro sectores, lo que implicaba efectivamente un paralelismo entre ellos y
el número de integrantes de su partida o grupo, entre ensoñadores, acechadores y
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propios. Además se observó que si se añadían más integrantes debía ser de cuatro en
cuatro. Para el caso de Carlos todo era diferente, lo que es, un grupo de tres integrantes
en su grupo (entre una contraparte femenina Nagual, el individuo ensoñador y el
individuo acechador) y deductivamente se entiende que cualquier añadido sería en
múltiplos de tres. Esto lo advirtió don Juan Matus (para los que conocen la historia que
hoy es una directriz relevante) justo al finalizar su estadía en la tierra, junto con otras
implicaciones. Nuevamente indico una posibilidad de que este hecho, el que Carlos tenga
una configuración tricameral en su esfera luminosa, presentada en el término de un ciclo
que da paso a otro, puede ser una INDICACIÓN o augurio, de que efectivamente esa será
la configuración energética y distribución de integrantes del grupo de trabajo del vidente,
para todos los naguales venidos en el nuevo ciclo; o sea un nuevo requerimiento para la
funcionalidad del Nagual y sus compañeros, para nuestro tiempo.
Si, en efecto, el linaje de Juan Matus y de los Naguales que le precedieron junto con cada
vidente de sus respectivas partidas TERMINARON CON CARLOS CASTANEDA; es claro a
qué se refería Castaneda cuando lo expresó en la entrevista que le realizaron en el año de
1997, es una decisión que atañe al mismo intento, al espíritu, no nos corresponde más que
para consentirla y efectuarla. Pero es que se refiere al cambio de expresión en el
aprendizaje y divulgación del Shamanismo, no al cambio en su práctica o peor al cese de la
misma. Sé que la grandiosidad del conocimiento del Shamán Ancestral, no desaparecerá
con Carlos Castaneda… quizás en un principio todo nos resulte extremadamente difícil y
volver a revivir en todo su esplendor y fulgor lo que don Carlos, don Juan y sus
antecesores lograron ser, hacer y vivir, va a ser muy difícil, extremadamente complicado,
pero no imposible, definitivamente mucho tiempo va a pasar hasta que alguien logre
siquiera acercarse a tan alta valla; pero sí sucederá. Él dijo: «No hay manera de poner un
límite a lo que uno puede lograr de un modo individual si el intento es un intento
impecable».
Castaneda expresó: Para los Shamanes, el tiempo y el espacio no son los mismos
fenómenos que forman parte de nuestras vidas en virtud de constituir parte integral de
nuestro sistema cognitivo normal. Para el hombre corriente, la definición clásica de tiempo
es «un continuo no espacial en el que los eventos se producen en una sucesión
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aparentemente irreversible que va desde el pasado hacia el futuro a través del presente».
Y el espacio se define como «la extensión infinita del campo tridimensional, dentro del cual
existen las estrellas y las galaxias: el universo». Para los Shamanes, el tiempo es algo así
como un pensamiento; un pensamiento pensado por algo de tal magnitud que rebasaba
toda comprensión. El hombre, siendo parte de ese pensamiento pensado por fuerzas
inconcebibles para su mente, todavía retiene un pequeño porcentaje de dicho
pensamiento; un porcentaje que puede ser redimido bajo determinadas circunstancias de
extraordinaria disciplina. El espacio es, para los Shamanes, un ámbito abstracto de
actividad. Lo llamamos el infinito y nos referimos a él como la suma total de los esfuerzos
de todas las criaturas vivas. El espacio es más accesible, algo casi práctico. Es como si se
mantuviera un mayor porcentaje en la formulación abstracta del espacio. Los Shamanes
nunca contemplan el tiempo y el espacio como oscuras abstracciones tal como lo hace el
hombre corriente. Tanto el tiempo como el espacio, si bien incomprensibles en sus
formulaciones, forman parte integral del hombre. (Adaptado)
Los seres humanos, por su cualidad inconsciente, viven atravesados por el influjo de uno
de los surcos de la rueda del tiempo, ésta fuerza hechizante comanda su desempeño al
igual que el de todas las criaturas que han sido absorbidas por él. La “historia de nuestra
especie” que hemos registrado tan ávidamente, corresponde al inexorable transcurrir de
este surco de la rueda del tiempo, que en una aparente linealidad demarca, para nuestra
comprensión corriente, un comienzo y un final. Pues sin ánimos de argüir aspectos tan
obscuros de nuestra existencia, que no llegamos a comprender, es que no lo referiremos
más; no obstante, para ésta “linealidad histórica” es que salta al escrutinio un hecho
pertinente: Nuestra civilización humana se ha desempeñado a través de la historia de una
manera u otra, y aunque concedemos a éste hecho la inapelable condición de
“deliberado”, al pensar aún a nivel personal como grupal que dichas acciones humanas
serían de dominio y control propio, sabemos que tal desempeño es dirigido por una fuerza
activa del Universo, impersonal como siempre, pero funcional y consecuente con todo y
entre todo, y no de otro modo. O sea que cada hecho histórico moldeado por los eventos
originados en decisiones, comportamientos, misiones, y visiones humanas son preescritos
por un orden causal, casi cósmico, si no olvidáramos pues de que nunca el Ser Humano se
ha desligado del Universo, por el contrario somos ambos, la pequeñez y la inmensidad,
uno parte del otro, nosotros parte integral del Universo.
Esta orientación sólo es atendible cuando la verificamos a una escala de milenios, y
encontramos efectivamente la sincronicidad conocida por algunos iniciados; se hace valer
entonces para los Seres Humanos un encause u orientación específica hacia una forma de
comportamiento general (en patrones deducibles para las ciencias cosmobiológicas), una
urgencia del tiempo para ser realizada, un propósito esencial que todo ser humano, sea
guerrero u hombre corriente, debe tener en cuenta, por su obligación superior de
búsqueda de sabiduría y verdad.
El término Shamánico es referido como EL TONAL DE LOS TIEMPOS. Un surco en la rueda
del tiempo que la humanidad debe afrontar cada cierto periodo de tiempo, debe vivirlo,
ser atrapado por él.
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Don Juan Matus, habla de tonal de los tiempos como: «El organizador del mundo,
organización que ordena y modula —lo que de otra forma pudiera ser un caos— todo
cuanto sabemos y hacemos como hombres, nos empuja a mantener de cierta forma
nuestras sensaciones y pensamientos, es todo lo que conocemos».
En efecto, como ya se dijo, el tonal de nuestro tiempo es la orquestación del
comportamiento general de todas las manifestaciones humanas, derivadas de: sus
acciones, creaciones, construcciones, organización, divulgación, invenciones y demás,
teñidas de una cierta manera totalmente específica y con características precisas, que
obedecen a una sucesión de, llamémoslo así, Psicología Global que se transforma de
tiempo en tiempo; se expresa por el gobierno de pensamientos masivos, que cambian
cada dos mil años aproximadamente.
Se comprueba, para dejar de ser una mera hipótesis, cuando volteamos la mirada al
registro histórico que nos precede y lo comprendemos objetivamente, para poner en
manifiesto que en verdad la civilización humana avanza por surcos precisos. Se ha
anotado así:
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Veneración de la vaca.
HISTORIA: INVASIVA ACTIVO
Mito de Adán y Eva. Razón - Comunicación -
EL PENSAMIENTO Desarrollo de la escritura. Inteligencia - Colaboración -
Pictogramas y escritura
EXPANSIVO Lenguaje - Interacción.
“Los Gemelos” cuneiforme en China.
PASIVO
6000 a.C. – 4000 a.C. Aprox. La amplia difusión del uso de la
rueda como medio de movimiento Expansión - Jerarquía -
(Era Activa) humano. Multiplicación - Positivismo -
Proyección - Exploración.
HISTORIA: INMOVILIZACIÓN ACTIVO
Abandono de cavernas y primeras Sensibilidad - Fecundidad -
viviendas en China, India, Egipto y
Ritualización - Introversión -
Mesopotamia, junto con el
EL SENTIMIENTO crecimiento de la agricultura.
Conexión.
ESTRUCTURANTE “La Madre de Abundancia de los ritos de PASIVO
fertilidad y muchas esculturas de Estructuración - Silencio -
8000 a.C. – 6000 a.C. Aprox. piedra”
mujeres fecundadas. Las esculturas Construcción - Perpetuidad -
(Era Negativa) redondas como la Luna realizadas Solidez - Concretización.
por los hombres de Lepenski Vir,
Yugoslavia o la Venus de Ctala
Huyuk, Turquía.
HISTORIA: GOBERNAMIENTO ACTIVO
La civilización de la Atlántida, con Claridad - Organización -
LA ACCIÓN los videntes u hombres de tres
Dominio - Prevalencia -
Ojos, hijos del Sol.
REVOLUCIONARIA Poder - Control.
“El Hombre-Sol” Las pinturas de la cueva de Lascaux
10 000 a.C. – 8000 a.C. Aprox. como muestra de creatividad PASIVO
humana. Comprensión - Instrucción -
(Era Pasiva) Intuición - Pensamiento -
Lucidez - Excentricidad.
…
*Cuadro de las Eras Precesionales. Se presenta una referencia, más no un estudio científico-esotérico detallado,
consultar lar la obra del Dr. S. R. de la Ferrière.
¿Por qué es importante esto? Por el simple hecho de que —como nos enseñó don
Juan— un guerrero no deja nada al azar, no deja cabo suelto, es impecable porque no
tiene nada que perder, práctico y eficaz porque tiene todo que ganar, hay demasiado en
juego y conciente de esto atiende a todo, sobre todo a los procesos de su mundo, del que
es parte, atiende a los designios de su tiempo y se conduce con propósito, se entrega a
una misión, vive en función de ésta y se realiza por ésta. Muy poco del camino del
Shamanismo es claro, y con justa razón cualquier información relevante para el guerrero
vale oro, pudiendo clarificársele el camino, su proceso de búsqueda que sobrepasa su
persona y lo pone en frente de lo inconmensurable.
Que más puede destrozar nuestra importancia personal, que más para sacarnos de la
fijeza de nuestra imagen de sí, que posar nuestra vista en algo más grande, impersonal,
esencial o altruista, cualquier cosa que nos hable del espíritu, del infinito, del Universo, de
nuestro tiempo o nuestra tierra; sólo después todo toma su lugar y nos hallamos justo en
donde debemos: Seres luminosos, Seres Humanos que tiene una vida que vivir, una
función en el Universo, que le deja alegría y satisfacción en ese largo camino hacia su
evolución.
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El guerrero ya está listo, sabe que debe saber, porque el tiempo lo señala, entonces cada
acto, pensamiento y decisión se conducen con claridad y sabiduría, ya no deja espacio
para suposiciones abstractas, conjeturas, o meras acciones mecánicas. Él ya estudia, se
informa, conoce, aprende y cuestiona, forma un “armazón de ideas” que le ayudan a
descubrir los aspectos más elaborados de su naturaleza. No quiere decir que “endurezca
su razón” haciéndola cada vez más frívola y calculadora, quiere decir que se expresa con
la conciencia volitiva que sólo el control de la primera atención o el tonal, puede otorgarle
a su persona, o sea que se maneja por el momento con absoluta resolución y se mantenga
cuerdo, apto para decidir, algo que a veces sólo el conocimiento y la inteligencia pueden
darte.
Es tiempo de SABER, para después poder actuar y ver. La erudición cumple la función de
base en el que la voluntad o proyección de nuestros actos nos permitan ser autónomos,
aun cuando todo parece tornarse vago e impreciso. Sin entender a priori que es lo que
hacemos correríamos el riesgo de fallar, y fallar por negligencia es ser un tonto, y no está
permitido.
El Shamanismo desde “Carlos Castaneda” ya no puede ser el mismo, ya está a nuestro
alcance el poder saber cómo funcionan los mecanismos que nos compelen a percibir, ya
podemos saber qué nos lleva a percibir, y sobre todo QUE HACER CON LO QUE
PERCIBIMOS.
Los Shamanes como don Juan son esencialmente prácticos. Para ellos sólo existe un
universo predatorio, donde la inteligencia o la conciencia de ser son el producto de
desafíos de vida o muerte. Él se consideraba un navegante del Infinito y decía que para
navegar en lo desconocido, como lo hace un chamán, uno necesita pragmatismo ilimitado,
cordura sin medida y “agallas de acero”, expresó Castaneda.
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liberándolo de cometer errores que en el pasado, como lo señala Castaneda, los antiguos
Shamanes cometieron.
Castaneda señaló también: El poder reside en el tipo de conocimiento que uno posee.
¿Qué sentido tiene conocer cosas inútiles? Eso no nos prepara para nuestro inevitable
encuentro con lo desconocido, un practicante de shamanismo tiene el deber, la obligación
de saturarse con toda la información disponible. El trabajo de un shamán es el de
informarse de una manera plena de todo lo posible relacionado con el tópico de su interés.
El acto shamanístico consiste en abandonar todo interés de dirigir el curso que tal
información tome. “Quien arregla las ideas que nacen de tal fuente de información no es el
shamán -decía don Juan-, sino el Intento. El shamán es simplemente un conducto
impecable”.
No queda más por decir al respecto, sólo que el nuevo guerrero está obligado a SABER
para luego ACTUAR, y buscando un pragmatismo activo en sus prácticas shamánicas,
podrá recién valorar su condición de PERCEPTOR DEL INFINITO.
En la actualidad nos atenemos, por la evidente falta de capacidad para ver energía, a
percibir la superficialidad de un individuo sujetándonos a arbitrariedades o subjetivismos
a la hora de juzgar; por cuanto poco podemos deducir del comportamiento de una
persona, al ser el hombre moderno tan “diestro” en enmascarar su real esencia y
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maniobrar su psicobiología a favor de su conveniencia y provecho personal, o sea que
muestra algo diferente a lo que es, en un autoengaño nada útil para su propio aprendizaje
o para una convivencia social fructífera.
En este caso hay ciencias iniciáticas que vienen en nuestra ayuda, aquellas que hombres
sabios y muy capaces a lo largo de nuestra historia humana han podido develar, al captar
inteligentemente los secretos del universo, deduciendo patrones en ellos, que nos
afectan, que nos rigen, para más tarde verificarlos y sustentarlos con el bagaje de
conocimiento científicos que se poseen en la medida del tiempo al que pertenecen; para
nosotros un Shamán no debe ser alguien tonto, al que le importa poco o nada las
proyecciones de su saber, que podrían traerle luz a su vida personal y la capacidad de
desenvolverse con más eficiencia, más resolución.
Un Shamán antiguo nunca despreció el valor de la astronomía empírica, pues dentro de
su sabiduría intuitiva, supo reconocer dichos patrones y hechos en la naturaleza misma, el
universo y en todo su mundo en general. Un Shamán de los tiempos actuales consideraría
esto y lo ajustaría a sus necesidades con el propósito que su espíritu le indique, con el fin
de verificar él mismo el orden causal entre su entorno y él mismo.
Don Juan dijo: Los videntes vieron que la conciencia de ser crece desde el momento de la
concepción, se enriquece con el proceso de vivir. Lo empezamos a cuidar desde el
momento de nacer. En el momento en que tomamos la primera bocanada de aire, también
ese mismo aire es poder para el tonal. Así que, es muy apropiado decir que el tonal de un
ser humano está ligado íntimamente a su nacimiento.
Debes recordar este punto. Es de gran importancia para entender todo esto. El tonal
empieza en el nacimiento y acaba en la muerte.
El capullo luminoso representa la fidelidad del estado psicobiológica del Ser Humano,
que se consolida en el nacimiento devenido de la concepción en el que éste se crea; pero
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es en el nacimiento más que en la concepción donde el tiempo y el lugar cobran
importancia.
Sólo un vidente, como dijimos, puede ver los aspectos energéticos que el capullo
luminoso posee, y que reflejan los estados psicobiológicos del individuo; como benefactor
éste reestructura la complexión energética de su sucesor por presión externa o por
hacerle comprender desde sí mismo la imperativa de cambiar, de tener que remodelar las
estructuras cognitivas con las que aprecia su vida y se entiende a sí mismo. Para nosotros
que NO contamos con el ver de un Shamán instructor ¿Qué podemos hacer?
Por eso, con anterioridad se mencionó cuán importante es conocer todo lo que se puede
al respecto de lo que nos interesa: el Ser Humano, en medio de la precariedad de
conocimientos, cualquier Saber puede venir a aclararnos el panorama. Es por tal motivo
que en consecuencia, me permito mencionar a la disciplina iniciática conocida como
Cosmobiología; aquí los conocimientos cosmobiológicos distinguen doce tipos de fuerzas,
cualidades energéticas o formas vibratorias que se originan de las interacciones físicas
entre el Sol, la Luna y nuestra Tierra. Los cuerpos celestes tienen sus campos de energía,
sus propios capullos inmensos que albergan todo lo existente sobre ellos. «Los antiguos
videntes vieron que la Tierra tiene un capullo. Vieron que hay una pelota que contiene a la
tierra, un capullo luminoso que encierra a las emanaciones del Águila. La tierra es un
gigantesco ser consciente sujeto a las mismas fuerzas que nosotros» expresó don Juan, y
es así que resulta totalmente cierto que del geodinamismo originado por el propio flujo
energético devenido del movimiento del complejo tierra-luna alrededor del sol, el
generador energético más intenso del sistema solar, es que se manifiestan estas doce
fuerzas, siendo la base energética estructural de absolutamente todo ser, todo organismo,
y plausiblemente de cualquier dominio material entre animales, vegetales y minerales;
aun llegando a manifestarse, estas tipología energéticas, también en sus correspondientes
armónicos de las analogías naturales entre el sonido, el color, los metales, los planetas, las
formas, las glándulas endocrinas, etcétera.
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propia reestructuración energética, pero siempre teniendo como base la complexión
energética con la que empezó a existir.
Teniendo en cuenta cuál es el modo en que estas fuerzas se conjugan al momento de
nuestro nacimiento, ya sea por la capacidad de ver energía de un Shamán logrado o por el
escrutinio deductivo de las ciencias iniciáticas, el individuo tendrá a su alcance la visión de
su tipología energética, en donde uno encontrará que puede estar más predispuesto a ser
Acechador o Ensoñador, si se quiere abordar la vía del Shamanismo como forma de
realización; un individuo puede estar afectado en proporciones cualitativas y cuantitativas
indistintas de una o varias de estas fuerzas cósmicas a la vez, pero siempre preponderan
las formas energéticas de tal o cual característica, lo que le conferirá al individuo una
tendencia íntima de afinidad o con el arte del acecho: capacidad energética de tratarse o
tratar con el mundo (primera atención) o con el arte del ensueño: capacidad energética de
maniobrar en otro nivel de la realidad (segunda atención).
El tonal no sabe que las decisiones están en el terreno del nagual. Cuando creemos
decidir, no hacemos más que reconocer que algo más allá de nuestra comprensión ha
puesto el marco de nuestra dizque decisión, y todo lo que nosotros hacemos es consentir.
Dijo don Juan.
Al final todo queda en el plano de la predisposición para luego, y sólo no obviando esto,
saltar al de la transformación; se empieza siendo carbón y se deberá terminar como
diamante, se empieza siendo un hombre corriente y se deberá terminar como un hombre
de conocimiento, se empieza teniendo en nuestro capullo luminoso un resplandor ámbar
rosado y se deberá terminar teniendo un color ámbar más puro; eso es la libertad, el
poder elegir.
19
Esa ley de correspondencias existe entre todas las cosas; así, los símbolos pueden
explicarse mejor cuando se sabe que los reinos mineral, vegetal, animal, están
estrechamente ligados y que una misma tasa de vibraciones une tal metal a tal planta, a
tal animal, a tal parte del cuerpo humano, a tal astro en el cielo, etc.…
Esto nos lleva a hablar de la Arqueometría, ese antiguo sistema de medida. […] En
efecto, el sistema de leyes de analogía y concordancias permite encontrar la llave de una
lengua anciana casi desconocida, por el hecho de una “Clave” que da los elementos de
base. […] El paralelismo entre orgánico e inorgánico, entre macrocosmo y microcosmo,
encierra las bases cuyas aplicaciones pueden extenderse a los dominios más variados:
biología, química, física, ingeniería, artes, etimología, etnología, arqueología, historia,
moral, filosofía, religiones, astronomía, astrología, geometría, guametría, profecías… (Dr.
S. R. de la Ferrière)
20
atención? ¿Cuál es el sentido último del Shamanismo y cuál debe ser la noción última del
Shamán?
Antes de venir a esta tierra, cuando no teníamos estructura orgánica, no teníamos modo
de ser o sentidos, desde la oscuridad infinita del águila, desaparecidos en el Nagual
esperando nacer…
Ahora nos hallamos acá y habitamos un cuerpo, poseemos conciencia de ser y
percibimos, presenciamos… para el guerrero la fortuna más grande es el poder estar
conciente, conciente de que este mundo, por ejemplo, es su protector, su hogar, el don de
poder presenciar cada organismo que la causalidad de la evolución originó, los detalle
colores y mecanismos, ver lo portentoso de la manifestación inteligente y sus criaturas, la
vegetación, el clima, y el universo en la bóveda celeste sobre nuestras cabezas. Caer en
cuenta de la gracia que es poder retener en nuestras retinas cada reflejo de luz que
reconoce formas y presencias, después de no haber estado aquí antes y lo que implica la
inmensa fortuna de haber nacido.
Si hemos venido hemos de irnos, es un hecho, es por eso que la predilección de un
guerrero es la vida, sea como sea ésta, alborotada con un sinfín de historias y sucesos que
de ninguna manera empañan la magia del momento, el presente; la predilección del
guerrero de acercarse cada vez más a su partida y sonreír gratamente al ver el sol, su piel
caliente que se estremece nerviosamente, la respiración que inunda su pecho y cómo él se
reconoce vivo, despierto, atento; ese es la fuente de su querer más grande y por él es que
emprende su interminable lucha, por ser él mismo el milagro mágico que tanto añora
encontrar, y su vida un motivo, y su pensamiento una proyección, y su cuerpo un medio…
Para luego, de nuevo volver a la oscuridad, al infinito.
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«Aunque parece que los shamanes no hacen nada, más que tomar decisiones, en
realidad no toman ninguna decisión. Lo único que tienen son sus descubrimientos». (Don
Juan Matus)
Está claro la importancia vital de sincronizarse con el espíritu o intento universal, cuando
el Shamán sutiliza su energía interna y se permite resonar con el orden causal del
universo, ese estado donde impera el silencio interno, una unidad funcional de su cuerpo
y su energía que le conlleva a mover su punto de encaje y pone a su alcance la posibilidad
de intuir directivas o captar planes de acción, pues siendo lo suficientemente sagaz y
flexible es que logra atender el panorama que se apertura ante él que lo invita a ser
desarrollado. Este conocimiento silencioso es el filtro a través del cual el Shamán actúa,
motor de sus decisiones y acciones y preludio para desarrollar su capacidad de Ver.
Carlos Castaneda dijo: Los Shamanes del México antiguo pusieron un enorme énfasis en
la destreza física y el bienestar mental y este mismo énfasis prevalece en los Shamanes de
hoy en día. La sensatez y la habilidad física eran las dos cosas más importantes en la vida
de esos hombres y mujeres. La sobriedad y el pragmatismo son los dos únicos requisitos
indispensables para alcanzar el conocimiento silencioso para entrar en otros reinos de
percepción. Para navegar de manera genuina en lo desconocido se necesita una actitud de
osadía, pero no de descuido. Para establecer un balance entre la audacia y el descuido, un
Shamán tiene que ser extremadamente sobrio, cauteloso, hábil y estar en una soberbia
condición física.
Hace falta tener un cuerpo flexible y dúctil si buscas destreza y sensatez. Estas son las
dos características más importantes en la vida de un Shamán, porque generan sobriedad y
pragmatismo, o sea, los únicos requisitos indispensables para ingresar en otros ámbitos de
percepción. Para navegar en forma genuina en lo desconocido se requiere de una actitud
audaz, pero no imprudente. A fin de establecer un equilibrio entre audacia e imprudencia,
es preciso que un brujo sea sumamente mesurado, cauto, hábil, y que, además, goce de un
excelente estado físico.
¿Y por qué un excelente estado físico? ¿No bastan acaso el deseo o la voluntad de viajar
hacia lo desconocido?
¡Decisivamente, no! El solo hecho de hacerse a la idea de enfrentar un ámbito
desconocido -y ni hablemos de ingresar en él- exige nervios de acero y un cuerpo capaz de
contener esos nervios. ¿De qué te valdría ser audaz si no dispones de gran lucidez mental,
destreza física y la musculatura adecuada? (Adaptado)
22
preámbulos a la actividad energética, en fin, todos éstos importantísimos para preparar al
Ser, unificarlo, como organismo perceptor.
Carlos Castaneda señaló con especial atención, en la divulgación de los PASES MÁGICOS
ANCESTRALES denominados hoy como TENSEGRIDAD, el hecho de establecer
movimientos corporales que al ejecutarlos pudiesen redistribuir nuestra energía, energía
que normalmente está apelmazada y que se liberaría e ingresaría a los vórtices vitales del
cuerpo.
23
Siguió explicando que el ser humano, desde el momento en que su viaje de la conciencia
se vio interrumpido, ha quedado atrapado en un remolino y da vueltas y más vueltas con
la sensación de moverse con la corriente, pero lo cierto es que permanece quieto.
-Hazme caso -prosiguió don Juan-, porque las mías no son afirmaciones arbitrarias. Mi
palabra es el resultado de comprobar personalmente lo que los brujos del antiguo México
habían descubierto: que los seres humanos somos seres mágicos.
Realmente que la Vía Shamánica hacia la realización, con cada aspecto del conocimiento
y las prácticas que desarrollaron los videntes del ciclo de Carlos Castaneda, comprende un
camino sumamente arduo, que CONSUME TODA LA ANENERGÍA, al ir avanzando por dicho
camino de conocimiento; es por eso que si bien, como se dijo antes, otros Saberes son
fundamentales para el nuevo Shamán, es sólo al principio que su importancia se revela,
más tarde el Shamanismo descrito por Castaneda, como estructura cognitiva de hechos
energéticos y esquema pragmático de evolución perceptual, se hace suficiente por sí
mismo, y en esto también estamos de acuerdo.
Los tiempos cambian, aunque sólo en las bases externas que conforman la forma de su
expresión, su esencia es una sola y por ello el Shamanismo también es uno solo.
Simplemente hay restructuración, perfilamiento.
Aquí entra a colación un tema importante para el buscador de conocimiento, aquel que
vive una existencia en función de conciencia y verdad: el haber nacido ahora o hace 10
000 años lo pone, en igual proporción, ante un mismo hecho, el de la imagen de sí, su
importancia personal, el modo como SE VALORA CIRCUNSTANCIALMENTE; todos nos
vemos sometidos a la “irrefrenable” tendencia de vivir de nuestros triunfos, de nuestro
“saber”, de aquello que hemos conquistado, sea una conquista en este mundo o en otros,
conquistas perceptuales que nos llevan a pensar repetitivamente que somos lo que
hacemos. Una absurdidad.
Don Juan Matus, en el Shamanismo Ancestral, concretizó este punto y lo enmarcó, el
vencer a la importancia personal, como la principal función del Shamanismo y el más útil
propósito de un Shamán; porque con justa razón, esto apertura el ingreso a un mundo de
posibilidades cada vez más grandes.
No hay treta posible en la vía del Shamán, aun cuando nos vemos conmocionados por el
hecho de “adquirir facultades”, “obtener poder” o “romper los parámetros de nuestra
percepción”, si comprendemos que nada de esto tiene relevancia si lo sobrevaloramos
situándolo por encima del descernimiento, si nos da pie para sentirnos de tal o cual
manera, y deteriorar nuestro espíritu con arrogancia, morbidez, y nos transformamos en
personas taciturnas, soberbias, sedientas de “violar” más o con mayor intensidad los
misterios por engrandecer nuestras capacidades y velarlos con provecho personal.
Queda claro que el Shamanismo ulterior a todo aspecto descrito, viene a liberarnos más
que a aprisionarnos, nos otorga una posibilidad de fundirnos con todo, sin ser más que, o
menos que, y finalmente, seguir transcurriendo por nuestro viaje de conciencia; la
frugalidad ayer, hoy y siempre será la puerta última que el Shamán deberá transitar, en su
paso de hombre de poder hacia hombre de conocimiento.
24
Don Juan enseñó:
Los brujos, al usar su voluntad, han logrado ampliar sus visiones del mundo. Mi maestro
y mi benefactor eran claros ejemplos de esto. Eran hombres de gran poder, pero no eran
hombres de conocimiento. Jamás rompieron las barreras de sus enormes visiones y por eso
jamás llegaron a la totalidad de sí mismos, aunque sabían que existía. No era que viviesen
vidas aberradas, tratando de agarrar cosas más allá de su alcance; sabían que habían
perdido la ocasión y que sólo a la hora de su muerte se les revelaría el misterio total. La
brujería les había permitido echar sólo un vistazo, pero nunca les dio el verdadero medio
de llegar a esa esquiva totalidad de uno mismo.
Di lo suficiente de la visión de los brujos sin querer que se engancharan. Dije que si uno
hace encarar a dos visiones, la una contra la otra, puede escurrirse entre ambas para
llegar al mundo real. Me refiero que sólo puede llegarse a la totalidad de uno mismo
cuando uno tiene bien entendido que el mundo es simplemente una visión, sin importar
que esa visión pertenezca a un hombre común o a un brujo.
Aquí es donde me he apartado de la tradición. Tras una lucha de toda la vida, sé que lo
importante no es aprender una nueva descripción sino llegar a la totalidad de uno mismo.
25
rigiendo de manera contundente las vidas de un grupo de personas, sobrevivientes de
civilizaciones milenarias, que buscan activamente algo tan evasivo e inigualable como es la
libertad; no podríamos pensarlo porque es innecesario, el personaje o medio por el cual
se transmite algo no debe ser punto de atención, más el mensaje en sí y por sí debe ser
asimilado en cada dimensión que nuestra conciencia nos permita.
Carlos Castaneda, don Juan y su grupo de videntes serán recordados con gratitud, al
igual que muchos otros, por el hecho de hacernos evidente la información que sería
decisiva para el moldeado de un futuro diferente. Ellos comprendieron todas las
implicaciones de esto, porque intuyeron de la manera más directa el hecho de que así
debe ser. Carlos Castaneda abrió la puerta hacia las prácticas de un Neo-Ancestralismo, de
proyecciones sólidas, sin necesidad de especular, con un pragmático sistema de prácticas
y descripciones que nos enrumban hacia una nueva dimensión: la de la PERCEPCIÓN
CONSCIENTE.
Carlos Castaneda, cumplió con su misión, un destino atribuido por fuerzas que escapan
a nuestra comprensión, y que dejarán huella en la travesía humana hacia la evolución de
la conciencia de nuestra especie.
Hoy por hoy sin decir al respecto más, gracias a un linaje preservado por verdaderos
guerreros Toltecas, nuestras generaciones podrán abrirse paso hacia grandes
posibilidades: y como una flecha lanzada al viento por el puro impulso de la voluntad de
aquellos Shamanes- videntes, sin más guía que la luz de la luna y las estrellas, y con
posibilidad de perderse o fallar, se conducirá hacia su objetivo, traspasando el tiempo
para tocar a cualquiera que quiera recibir su intento, un intento inflexible de magia,
misterio y poder, en la rueda del tiempo para los nuevos Shamanes.
26
Toda instrucción, se valora como tal, cuando despierta en un individuo el anhelo de
búsqueda y reencuentro trascendental, logrando un cambio real a un nivel profundo y
mantenido. El individuo ejemplifica a la instrucción, la encarna en pensamiento y acción.
La instrucción sólo es una vía de muchas, no pertenece a nadie, pero puede valerse de
cualquiera. Su naturaleza te muestra el camino y te apertura a que camines por él; la
reconoces porque al transcurrirla te haces más libre, más fluido, más desprendido y a la
vez más quieto, más silencioso.
El Shamanismo es una vía, una senda interminable; nos habla de un reencuentro, una
alianza con nosotros mismos, con la naturaleza: nuestra tierra y el Universo; pero cuidado,
porque en dicho proceso el Shamán vive batallas internas interminables, y busca
diligentemente saber los mecanismos que rigen y disponen su mundo. Él opera con igual
eficiencia en su vida de todos los días como en sus viajes al infinito. El infinito cuenta para
nosotros tanto como el haber nacido, son parte de una rueda que eludimos por estar tras
asuntos insignificantes, no es pues necesariamente el espacio abierto a nuestro alrededor,
es más una proyección de nuestra atención a sondear y vivir los misterios, traer orden y
belleza, propósito y evolución, y luego quién sabe... aspirar a algo más; y por supuesto
mucho disfrute, el placer de existir en un tiempo maravilloso.
En efecto, el Shamán maniobra en el mundo invisible, conoce las leyes que rigen nuestro
mundo, sabe de analogías, recolecta Poder y vive en razón de éste; y ahora más que
nunca, debe buscar explayar su percepción, revivir los misterios del cuerpo energético, de
la ensoñación, del punto de encaje y conducirse fielmente a la búsqueda de un periodo de
paz y libertad.
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La instrucción a la que hemos sido presentados todos, por Carlos Castaneda, se valora
por su efectividad como Sistema Cognitivo (si se le puede llamar así) en su aplicación
práctica de los elementos que impelen a la acción (acecho) y a las que tratan temas más
obscuros (ensueño e intento), son por tanto propiamente una vía, de reestructuración
energética y de estimación de nuestro potencial humano.
Siempre van a existir tergiversaciones, detrimentos orales de lo que al principio se quiso
que fuera un esquema preciso de algo, esencial, de proyecciones filosóficas y prácticas, y
que más tarde terminan siendo desviaciones razonadas por adeptos o practicantes que, y
debido al paso del tiempo también, nunca prosperan, o si lo hacen llegan a ser una versión
acomodada y mundana. Pero, no obstante, al final siempre imperará la luz, eso es seguro.
Y se debe empezar a trabajarla desde los aspectos más ordinarios; como por ejemplo la
actual divulgación de los “temas shamánicos” por parte de pocos escritores que persisten
en repetir los aspectos más superficiales del tema, siempre con cierto velo pseudo-mágico
y de aparentes estados alternos, otros mundos, y visiones extrañas. No es que este mal,
lamentablemente eso es todo lo que tenemos registrado del paso de muchas civilizaciones
y nuestra realidad o tan racional o tan fanática. ¿De qué sirve pues hablar de animales de
poder, otros mundos, estadios de conciencia alterada, misticismo, espiritualidad
shamánica, o vuelos de trance guiados por alucinógenos, si no comprendemos cómo
funcionan, si son viables o no a nuestra naturaleza oculta, si todo esto posee estructura,
esquema, razón de ser, causa en un sistema tangible de aprehensión? En otras palabras,
si es que dejan de ser meras teorías, y se proyectan a ser algo más. Evidentemente el
propósito no es racionalizar, pero tampoco es bosquejar tan someramente el asunto sin
hacer uso de una base contundente de referencia y propósito; dejando de lado tanta
tautología y expresarse a través de formas que se conduzcan con sabiduría real que nos
salve de ir a tientas, de especular o de ser redundantes y frívolos cuando abordamos el
tema. Si, ahora poseemos lo transmitido por Carlos Castaneda, ya contamos con una
consistente y muy valiosa “pauta” con la cual exponer, reescribir nuestras teorías,
reorientar nuestras explicaciones y poder describir al fin lo que es Shamanismo y
absolutamente todas sus intrincadas implicaciones. Ya podemos responder a preguntas
que nos han abrumado por milenios, y ni siquiera nos hemos dado cuenta.
En fin, pido una revalorización de lo que sabemos y hemos escrito o describido, y se
vuelva a hacer a partir de lo legado por Castaneda a partir sólo de lo que nos transmitió
en sus obras, bosquejo suficiente para poder uniformizar, unificar, construir y diseñar lo
que sabemos hasta ahora de Shamanismo, en conceptos, explicaciones y procedimientos.
Trabajar bajo “el filtro” del conocimiento que expuso tan magistralmente; en este inicio
del nuevo tiempo, un prólogo bien definido para poder continuar después lo que será
nuestro CAPITULO ORO, en la historia humana, la Era del Saber.
Y poder vivir social y personalmente esa libertad tan añorada.
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( ) Como mero razonamiento considero a la física el campo científico más cercano al
hecho de reconocer que aún hay indescifrables efectos de las interacciones provenientes
entre el universo y nosotros, un universo que se torna más complejo cada vez que
sobrepasamos un límite por los mismos descubrimientos que irrefrenablemente veremos
o hemos visto venir; la comprensión siempre fue asunto humano, la búsqueda de
patrones, explicaciones que faciliten o mejoren nuestra calidad de vida, la proyección del
saber para tocar lo más esencial y provechoso de cada aspecto conocido, la búsqueda de
la conclusión correcta, más neutral y profunda cada vez, sin el deterioro del misterio
natural inmanente a la bastedad del Universo. «La ciencia en el sentido ilimitado del
saber» (S. R. de la Ferrière) es simplemente el buscar el porqué, preguntarnos ¿Por qué el
Shamanismo como vía de realización? ¿Por qué he de acrecentar mi percepción de Ser? La
respuesta es Luz, Conciencia, un control no violento que permita concienzudamente
comprender y elegir, elegir al final vivir libre, libre porque SÉ que puedo serlo.
Cambiando nuestra óptica, optamos por considerar a la ciencia como un encause del
Saber, y poder explorar y conocer mejor nuestro mundo, desde las posibilidades de
funcionamiento del ojo humano, hasta la existencia de energía vital, la ciencia deberá
conciliar la certeza inminente de que efectivamente “hay cosas que existen y que aún no
podemos probar” y que este hecho no significa de ningún modo que el límite para lo que
“Es” sean pues los decretos científicos, cada vez se estrechan más las diferencias entre la
espiritualidad mística y el saber científico, aspecto sinérgico que seguro verá venir un
futuro de complementaciones entre ambas, pues las ciencias de lo externo y las ciencias
de lo interno son dos aspectos de un mismo propósito: entendimiento. Y aunque
lamentablemente en ambas partes hay tendencias a incurrir en extremismos pueriles que
no hacen más que estancar nuestro avance, se puede observar que la objetividad racional
del científico termina por corroborar lo absurdo de la racionalidad cuando acepta
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premeditadamente que no puede razonarlo todo con el simple uso de su intelecto,
cuando cesa su hostilidad y bajando las defensas de su pretensión y autosuficiencia se
abre a cualquier posibilidad; lo que él místico, por su parte, tendría que reconocer es el
hecho de que el Saber es requisito imprescindible para Creer, y que el materialismo, la
evolución y lo esotérico (incognoscible) son parte de Dios, de las “leyes naturales de
regencia” o del “Plan Conciente del Universo”, bien dijo Faraday «Nada es demasiado
maravilloso para ser verdad, si es consistente con las Leyes de la Naturaleza».
Ciencias como la biofísica, la cibernética son el puente seguro a un futuro más
prometedor en los límites del saber para nuestro tiempo, demarcarán también un terreno
de investigación fértil en topo tipo de estudios, como en la neuroendocrinología,
bioquímica, genética, etcétera. En fin, el enfoque último de la ciencia siempre deberá ser
la propia naturaleza íntima del ser humano, como epicentro de sus esfuerzos.
No hay que olvidarse de las ciencias ocultas, ya mencionadas, en oriente y en varias
partes del mundo se han explorado muchas de las capacidades humanas, generando
“puertas efectivas” para la realización personal. Como sea, la imperativa intelectual debe
aspirar a su punto más sutil que es la sabiduría, y moldearse a las expectativas siempre
misteriosas de nuestra naturaleza más oculta, porque no se puede aspirar a la libertad sin
un atisbo de sabiduría, conocimiento y sobriedad.
( )
Cuan bello es el mar de noche,
ya casi nunca lo veo,
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me he olvidado de aquellas estrellas,
como he olvidado su reflejo.
El conocimiento nos hará libres. Podemos abordarlo desde la orilla que queramos,
realizarnos podemos hasta por medio del arte, pero sin embargo, sólo una transformación
personal en la vía correcta, de trato directo con la conciencia, puede en efecto
asegurarnos un triunfo espiritual. Nuevamente recalco, hoy el Shamanismo sugerido por
Castaneda es como un camino funcional, de trato directo con nuestra conciencia de ser,
con un esquema psicológico como es el camino del guerrero, que nos pone en la mejor
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posición para afrontar los embates del mundo de todos los días, y los aspectos más
misteriosos de nuestra naturaleza.
Existen tantos otros conocimientos, las prácticas de magia occidental (cultura esotérica-
iniciática) son oro en polvo, la verdadera piedra filosofal de los alquimistas ya encontrada
cuando el mago encarna los misterios por su conocimiento de los mismos; pero existe ese
otro, un mapa de retorno al espíritu, naturaleza primigenia, nuestro lado más puro como
seres luminosos en el borde del abismo histórico hacia lo incognoscible: SHAMANISMO.
Para terminar cito textualmente lo que expresa CASTANEDA: El problema del hombre es
que intuye sus recursos ocultos pero no se atreve a utilizarlos. Por eso dicen los guerreros
que el problema del hombre es el contrapunto que crean su estupidez y su ignorancia. El
hombre necesita ahora, más que nunca, que le enseñen nuevas ideas que tengan que ver
exclusivamente con su mundo interior; ideas de Shamanes, no ideas sociales; ideas
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relativas al enfrentamiento del hombre con lo desconocido, con su muerte personal.
Ahora, más que nunca, necesita que le enseñen los secretos del punto de encaje.
Considera lo expuesto aquí, y quizás sólo quizás seremos parte de algo valioso,
encomiable.
S. Narayam
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