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Sentencia Constitucional 0476 - 2007
Sentencia Constitucional 0476 - 2007
Expediente: 2007-15965-32-RHC
Distrito: Beni
Magistrada Relatora: Dra. Silvia Salame Farjat
Por memorial presentado el 24 de abril de 2007, cursante de fs. 43 a 45, las recurrentes aseveran
que el 9 de diciembre de 2006, su representado fue ilegalmente detenido por efectivos de Unidad
Móvil de Patrullaje Rural (UMOPAR) en Cochabamba, cuando desempeñaba su trabajo cotidiano
de taxista, siendo conducido a Trinidad sin poder hacer una llamada a su familia, junto con la
movilidad en la que desempeñaba dichas funciones, de propiedad de Juana Huarachi Huarachi;
aclarando, que sin que exista imputación formal en su contra, extendieron mandamiento de
aprehensión, vulnerando su derecho a la defensa, pues incluso se había declarado su rebeldía.
Esta determinación fue apelada por el Ministerio Público pese a que su detención fue ilegal, que el
mandamiento de apremio era arbitrario y que no existía riesgo de fuga de su representado al no
haber sido notificado con ninguna imputación; además, el Fiscal cuestionó el certificado de
trabajo, indicando que no podía ser visado por la Inspectoría del Trabajo de Trinidad; es así, que
los Vocales correcurridos dictaron el respectivo Auto de Vista declarando procedente la apelación,
observando el contrato de trabajo con los mismos argumentos del Ministerio Público y el
certificado domiciliario indicando que no se había demostrado el derecho propietario, cuando
todos los requisitos exigidos por la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) de
Cochabamba fueron cumplidos, por lo que interponen el presente recurso.
De acuerdo a lo expuesto, interponen recurso de hábeas corpus contra Lidia Moscoso Flores y
George Llapiz Leigue, Vocales de la Sala Penal de la Corte Superior del Distrito Judicial de Beni, sin
precisar su petitorio.
La parte recurrente ratificó su demanda y la amplió señalando que el contrato de trabajo no fue
visado por la Inspectoría de Cochabamba, porque debía verificarse el vehículo, en cuyo mérito esa
entidad ordenó a su similar de Trinidad, dé curso a la certificación solicitada, previo cumplimiento
de esa formalidad. Por otra parte, el certificado domiciliario fue ordenado por el Fiscal, a cuyo
efecto presentó papeleta de pago de luz, documentos de propiedad del inmueble y testigos, en
cuyo mérito funcionarios de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN) verificaron
el domicilio.
En uso de la réplica, manifestó que las Sentencias Constitucionales señaladas por los Vocales
correcurridos corresponden a las gestiones 2003 a 2005, en tanto que la Sentencia Constitucional
que sirve de base para el recurso es del 12 de junio de 2006.
Los Vocales correcurridos, en informe cursante a fs. 76 y vta., manifestaron que el proceso penal
seguido por el Ministerio Público contra Albino Buendía por la probable comisión del delito de
transporte de sustancias controladas, fue remitido a la Sala Penal de la Corte Superior del Distrito
Judicial de Beni, en apelación incidental sobre la concesión de la cesación de la detención
preventiva a favor del imputado; en cuyo mérito, se pronunció el Auto de Vista que es claro y
preciso en las consideraciones legales a los que se remiten en su integridad; decisión, que fue
adoptada en base a la jurisprudencia constitucional contenida en las SSCC 1625/2003-R,
0760/2004-R y 0034/2005-R, la que exige, entre otras cosas, que debe necesariamente
demostrarse de manera fehaciente con prueba idónea, que ya no concurren los motivos que
fundaron la detención.
Por último, señalaron que al estar el representado de las recurrentes, gozando de libertad en
cumplimiento de la Resolución del Juez a quo, se hizo imposible conducirlo a la audiencia. Por lo
que al no haberse conculcado ni vulnerado ninguna garantía constitucional, ni derecho
fundamental, solicitaron la improcedencia del recurso.
I.2.3. Resolución
II. CONCLUSIONES
II.1. El 5 de diciembre de 2006 (fs. 23), el representado de la parte recurrente suscribió junto a
Juana Huarachi Huarachi un contrato de trabajo para cumplir el oficio de chofer del vehículo que
fue secuestrado. Documento ratificado por el cerificado de trabajo de 3 de enero de 2007 (fs. 24).
Ambos documentos llevan la firma del Inspector General del Trabajo y Micro Empresas de
Trinidad.
II.2. El 9 de diciembre de 2006 (fs. 17), el representado de las recurrentes fue aprehendido en
cumplimiento del mandamiento emitido por el Juez de Instrucción de San Borja, siendo conducido
a Trinidad. Además se secuestró una vagoneta Toyota con placa de control 1460-UPF.
II.3. El 12 de diciembre de 2006 (fs. 22), el Tribunal de Sentencia de Santa Ana de Yacuma, emitió
mandamiento de detención preventiva contra el representado de las recurrentes.
II.4. Por certificado emitido el 22 de diciembre de 2006, por el Registro Judicial de Antecedentes
Penales (REJAP) (fs. 12), se evidencia que el representado de las recurrentes no tiene
antecedentes desde 1992 a esa fecha, cursando asimismo los certificados de nacimiento de sus
hijos (fs. 13 a 16).
II.5. Por certificado domiciliario de 4 de enero de 2007 (fs. 25 y vta.), se tiene que el representado
de las recurrentes tiene domicilio permanente en la av. Los Ángeles s/n de propiedad de Carmela
Vidal, en observancia del contrato de alquiler de 15 de agosto de 2006 (fs. 26 a 27).
II.6. El 29 de enero de 2007 (fs. 28 a 29), se desarrolló la audiencia para considerar la solicitud de
cesación de detención preventiva, en la que por Resolución 06/2007 de la misma fecha (fs. 29 a
33), el Tribunal de Sentencia de Santa Ana de Yacuma, dispuso la cesación de la detención
preventiva, imponiendo varias medidas sustitutivas al representado de las recurrentes, en
observancia del art. 221 del CPP y al considerar que las pruebas y fundamentaciones expuestas
por la defensa cumplieron con la exigencia del art. 239 inc. 1) del CPP. Esta decisión fue apelada
por el Ministerio Público (fs. 39 a 40).
II.7. Por Auto de Vista 10/2007 de 29 de marzo (fs. 74 a 75), los Vocales correcurridos declararon
procedente el recurso de apelación deducido por el Ministerio Público, manteniendo la detención
preventiva del representado de las recurrentes.
Del contenido de esta Resolución se tiene que los fundamentos para la detención preventiva
dispuesta por Auto de 12 de diciembre de 2006, se basaron en el cumplimiento de los requisitos
del art. 233 del CPP, pues fue aprehendido en el vehículo que conducía con 19419 gramos de
cocaína camuflados en el tanque de gasolina; además de haberse dado a la fuga y siendo
aprehendido con mandamiento, previa declaratoria de rebeldía.
Las recurrentes alegan que se ha vulnerado el derecho de su representado a la libertad, pues los
Vocales correcurridos en apelación revocaron la decisión de cesación de su detención preventiva,
observando el contrato de trabajo que presentó, argumentando que no debió ser firmado por el
Inspector de Trabajo de Trinidad y que el certificado domiciliario no estaba respaldado con
documentación que acredite el derecho propietario, pese a que cumplió con todos los requisitos
exigidos para su emisión. Corresponde considerar, en revisión, lo solicitado a fin de otorgar o no la
tutela demandada.
III.1. Antes de ingresar al análisis de la problemática planteada, respecto a los fundamentos del
Tribunal de hábeas corpus señalados en el apartado I.2.3 de la presente Resolución, es menester
señalar que del contenido del Auto de Vista 10/2007 de 29 de marzo, se establecen con claridad
los motivos que determinaron la detención preventiva del representado de las recurrentes, por lo
que la falta de presentación del acta de audiencia cautelar y de la respectiva Resolución que
ordenó la medida cautelar personal, no impide resolver el fondo del presente recurso.
III.2. En consideración a la utilidad procesal que tienen las medidas cautelares personales previstas
en el Código de Procedimiento Penal, el legislador estableció límites para el uso de las mismas,
determinando en el art. 239 del CPP, que la detención preventiva puede cesar: 1) Cuando nuevos
elementos de juicio demuestren que no concurren los motivos que la fundaron o tornen
conveniente que sea sustituida por otra medida; 2) Cuando su duración exceda el mínimo legal de
la pena establecida para el delito que se juzga; y, 3) Cuando su duración exceda de dieciocho
meses sin que se haya dictado sentencia o de veinticuatro meses sin que ésta hubiera adquirido la
calidad de cosa juzgada. Vencidos los plazos previstos en los incs. 2) y 3) el juez o tribunal aplicará
las medidas cautelares que correspondan, previstas en el art. 240 del mismo Código.
De lo anterior se desprende que para resolver una solicitud de cesación de detención preventiva
amparada en la previsión del art. 239 inc. 1) del CPP, el juez y/o el tribunal debe realizar el análisis
ponderado de dos elementos: a) ¿Cuáles fueron los elementos de convicción que determinaron la
imposición de la detención preventiva? y, b) ¿Los nuevos elementos de convicción que aportó el
imputado demuestran que ya no concurren los motivos que determinaron la medida o la
conveniencia de que la medida sea sustituida por otra?.
Del análisis y compulsa de ambos aspectos, el juez determinará la cesación de la detención
preventiva, si con los nuevos elementos de juicio el imputado logra destruir o modificar
sustancialmente los motivos que fundaron la detención preventiva o, caso contrario, rechazará la
solicitud explicando las razones por las cuales persisten los motivos que la fundaron, sin que
aquello implique inmiscuirse en la investigación del hecho. A esto debe agregarse que la
posibilidad otorgada al imputado de solicitar la cesación de la detención preventiva, no opera
simple y llanamente, conforme lo estableció la SC 1625/2003-R de 14 de noviembre, pues: “(…)
debe estar acompañada de la prueba no sólo pertinente a la solicitud sino también idónea, lo que
quiere decir que debe ser absolutamente válida legalmente, pues de no ser así la negativa será
inmediata y justa; sin que pueda dar lugar a ser tachada de indebida y menos de ilegal, pues debe
entenderse que toda petición por principio general debe ser presentada dentro de los marcos
generales que la ley exige según la materia y contenido de la misma (…)”.
III.3. En la problemática planteada, el análisis debe partir de la decisión inicial asumida por el
Tribunal de Sentencia de Santa Ana de Yacuma, de disponer la detención preventiva del
representado de las recurrentes, reiterándose que si bien no cursa la respectiva Resolución en
obrados, los fundamentos para la aplicación de la medida cautelar, se hallan precisados en el Auto
de Vista ahora impugnado; en ese sentido, se tiene que la detención preventiva, se fundó en el
cumplimiento de los requisitos previstos por el art. 233 del CPP, ya que el imputado fue
aprehendido en el vehículo que conducía con 19419 gramos de cocaína camuflados en el tanque
de gasolina; además, de haberse dado a la fuga, siendo aprehendido con mandamiento, previa
declaratoria de rebeldía.
Apelada la decisión por el Ministerio Público, mediante Auto de Vista 10/2007 de 29 de marzo, los
Vocales correcurridos declararon procedente el recurso de apelación, manteniendo la detención
preventiva del imputado, con los siguientes argumentos: No desvirtuó su participación en el hecho
punible, quedando incólume el requisito previsto en el art. 233 inc. 1) del CPP y respecto al inc. 2)
de la citada disposición, no demostró nada, con relación a su fuga y su recaptura; además, que los
certificados de trabajo visados por el Inspector del Trabajo de Trinidad invalidan su eficacia, por
cuanto lo idóneo hubiera sido que sean visados por el Inspector de Cochabamba; y respecto al
certificado domiciliario, no está respaldado con otra documentación, pues no se conoce si el
inmueble está ocupado en alquiler, no consta el respectivo contrato ni la documentación de
propiedad de la dueña del inmueble.
Del análisis efectuado, se concluye que el Tribunal de hábeas corpus, al haber declarado
improcedente el recurso, ha hecho una correcta evaluación de antecedentes y dado una cabal
aplicación del art. 18 de la CPE.
POR TANTO