Primario: cuando no existe ningún antecedente evidente.
Y secundario a diversas circunstancias patológicas y estos a su vez pueden ser únicos o múltiples. Lo padecen dos veces más los pacientes del sexo masculino y se localizan con mayor frecuencia en el pulmón derecho. Si el neumatoceles esta localizado junto a la pleura no se dará alta al paciente hasta que esta afección comience a disminuir. El tratamiento habitualmente es expectante sin tomar ninguna medida aunque el tamaño de la cavidad hay que seguirlo evolutivamente por imagenología especialmente por ultrasonografía torácica. MANIFESTACIONES CLÍNICAS: esta afección debe sospecharse ante un cuadro clínico de fiebre en picos mantenida, escalofríos, dificultad respiratoria, dolor torácico o abdominal, toma del estado general, anorexia y pérdida de peso. En el niño mayor puede aparecer hemoptisis seguida de vómica como consecuencia de la abertura del absceso en el bronquio. La reaparición de fiebre en un niño con neumonía o el mantenimiento de aquella por 2 a 4 días después de iniciado un tratamiento adecuado nos debe hacer sospechar esta complicación. EXAMEN FÍSICO: se aprecia En la percusión: Matidez o submatidez en la zona afectada. A la auscultación: Estertores húmedos, crepitantes o subcrepitantes. Broncofonía. Soplo tubario. Y menos frecuente soplo cavernoso. Si los abscesos son pequeños las manifestaciones esteto acústicas pueden no existir o ser muy discretas como una alteración del murmullo vesicular. EXÁMENES COMPLEMENTARIOS: dentro de los que se realizan para corroborar el diagnostico puntualizaras en los hallazgos radiológicos donde puede apreciarse una cavidad con nivel hidroaéreo que cambia según la posición en que se coloque al enfermo de al menos 2cm con una pared definida. También puede observarse de aspecto cuneiforme en una vista y redondeada en otra más densa y gruesa hacia la periferia y que puede presentar en su evolución hacia el centro zonas más claras. El ultrasonido del tórax es útil para: El diagnostico precoz. Y el seguimiento de los pacientes. La TAC permite obtener una mejor definición y localización anatómica del absceso. Otros de los complementarios son los estudios bacteriológicos de la expectoración o del material aspirado por broncoscopia, así como también el hemocultivo o medulocultivo este último dos veces con más positividad.