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CASOS NECROPSIA SEMANA 21-24 OCTUBRE 2019

IGNACIO ROBLES VALERO


ANA PRIEGO MORENO
ELISA RODRÍGUEZ SOBA

Perro. Presentaba ictericia generalizada, gastritis catarral y hemorragias como posos de café, riñones
oscurecidos y con nefrosis, esplenomegalia e hiperplasia de la pulpa roja y eritroide de la médula ósea.
Oveja. Necrosis grasa, presencia de Cysticercus tenuicollis en diafragma, linfadenitis aguda simple en
ganglios linfáticos parotídeos y submandibulares, adenocarcinoma intranasal enzoótico y neumonía
exudativa.
Oca. Presentaba músculo blanco, parásitos hematófagos en proventrículo y esteatosis hepática.
Cabrito. Caquexia, atrofia serosa y sin contenido alimentario en abomaso ni intestino.
Gato. Depósitos de eutanásico en el interior de corazón, pulmón, pleura costal y diafragma. Los depósitos
blanquecinos de la pleura costal, en caso de haber daño renal pueden ser compatibles con depósitos de
calcio debido a la enfermedad renal que presentaba.
Cerdo. Hematomas en cabeza y tronco, palidez de mucosas y piel, linfonodos infartados, zonas musculares
anémica y edematosas, estómago con tres úlceras en la parte aglandular, intestino con sangre digerida, bazo
aclarado y sin sangre, hígado aclarado y con petequias, riñones aclarados, hipertrofia del ventrículo izquierdo
del corazón y coágulo lardáceo, pulmón con atelectasias en la zona craneoventral, abscesos en pleura,
nódulos difusos en parénquima pulmonar, y pleuroneumonía por embolización.
Ternero. Piel y mucosas pálidas, último tramo de yeyuno dilatado, íleon e intestino grueso reducido y sin
contenido lesiones compatibles con Atresia ileli. Hígado y pulmón ligeramente congestivos. Muerte por
colibacilosis secundaria a la atresia.
Cordera. Linfonodos submandibulares, mediastínico y preescapular agrandados, corazón congestivo,
pulmón congestivo, con zonas oscuras y acampanado, tráquea con moco. Neumonía granulomatosa por
Aspergillus spp.
Lechón. Musculatura aclarada, presentaba enfermedad del músculo blanco. Úlcera poco forma en mucosa
aglandular del estómago, hígado con zonas aclarada y friables y otras congestivas, corazón congestivo,
coágulo lardáceo en corazón derecho y petequias por la agonía, pulmón congestivo y acampanado, fosas
nasales con exudado purulento. Hepatosis dietética.
Ternero. Presentaba sobrecarga en abomaso, que al disminuir el contenido intestinal produjo proliferación
de E.coli y colibacilosis. Esta enfermedad produjo poliatritis fibrinosa y septicemia
Cabrito. Infección por Aspergillus debido a un mal manejo. Atrofia Serosa, congestión generalizada y nódulos
de color grisáceo en pulmón.
Perro. Ascitis y hemotórax debido a congestión pasiva crónica producida por una displasia de la válvula
tricúspide que culmina con endocardiosis.
CASO 1. CACHORRO DE ROTTWEILER. (24-10-2019)
El 2º caso es de un cachorro de rottweiler remitido desde el hospital en verano almacenado en congelación.
En la necropsia, empezamos separando las extremidades anteriores, cortando a nivel del plexo braquial.
Primero cortamos la piel y a continuación desarticulamos la articulación escapulo-humeral.
En las extremidades posteriores, realizamos el mismo procedimiento, cortamos la piel y desarticulamos la
articulación de la cadera (separando la cabeza del fémur del acetábulo) y la rodilla (separando la rótula del
fémur, cortando los ligamentos). Esto lo hemos realizado para comprobar el líquido sinovial, si existía alguna
inflamación, todo era compatible con la normalidad.
Al realizar estas aperturas, encontramos diversos nódulos linfáticos; los nódulos subescapulares (región
anterior), y poplíteos (región posterior).
A continuación, separamos la piel cortando por la línea media, en la parte ventral, para proseguir con la
apertura de la cavidad abdominal.
Hicimos una pequeña incisión en el peritoneo, para comprobar si existía presencia de algún líquido.
Presentaba una ascitis notable.
Después, cortamos las costillas para obtener acceso a la cavidad torácica. Esto lo realizamos con unas tijeras
de podar. Una vez retiradas las costillas, también se observa la presencia de líquido en la cavidad con un
aspecto rojizo, como llevaba tiempo congelado, no se podía confirmar si era hemotórax o hidrotórax.
Después de abrir todas las cavidades, procedimos a retirar los órganos, primero los abdominales (digestivo),
hígado, después el aparato excretor, junto con el reproductor y por último corazón y aparato respiratorio.

Para extraer el aparato digestivo, buscamos el esófago a la entrada del estómago y lo cortamos y también
buscamos el recto, practicamos otro corte y lo retiramos. Así obtenemos estómago, intestino, tanto delgado
como grueso, bazo y páncreas.
Para separar el hígado cortamos la vena hepática y arteria aorta por arriba, y por abajo la vena porta. Así
obtenemos el hígado junto con la vesícula biliar.
Después separamos las glándulas adrenales, riñones, dejando sin cortar los uréteres, la vejiga urinaria.

Cortamos por el interior de las ramas mandibulares y la unión con la lengua (frenillo). Sacamos la lengua por
debajo de las ramas mandibulares, hasta la epiglotis, donde al presentar los huesos del hioides, debemos
cortar por la región de cartílago. Seguimos separando la tráquea y esófago (tiramos de ellos) hasta la cavidad
torácica. Ahí debemos cortar el mediastino que une el corazón con la pared, que sale junto con los pulmones.

LESIONES
Como hemos citado anteriormente, hemos encontrado la presencia de líquido en cavidades, tanto en la
torácica, como en la abdominal y en el pericardio.
El hígado lo encontramos aumentado de tamaño y de color oscuro, compatible con una congestión pasiva
crónica.
En el pulmón se observan unas áreas oscuras y con tamaño y consistencia aumentadas, pero solo en los
lóbulos craneales, la causa de esto es difícil de determinar, pero coincidiría con una torsión de los lóbulos
debido a la presencia de líquido en la cavidad torácica. En el diagnóstico diferencial habría que comprobar
si se trata de una neumonía en el laboratorio.
Por último, en el corazón encontramos la causa de la muerte y las lesiones más graves. Practicamos una
incisión en forma de V para abrir el corazón derecho, y el izquierdo lo abrimos a la mitad, desde el ápex hasta
la arteria aorta.
La lesión que observamos es una displasia de la válvula tricúspide que con el tiempo ha generado una
endocardiosis y en último término un fallo cardíaco, lo que se relaciona con la congestión pasiva crónica
hepática.
Caso 2. Ternero
El primer caso es un ternero que lo han enviado muerto de una granja. En una primera inspección general
no se observa nada destacable excepto alguna herida en la zona mandibular, por erosión o algún golpe, pero
sin importancia con respecto al diagnóstico y la causa de la muerte.
Empezamos separando las extremidades desarticulando las articulaciones, empezando por las anteriores:
escapulohumeral y la humerocubital. Después desarticulamos las posteriores: la coxofemoral y la
femorotibial.
En todas las articulaciones encontramos fibrina, por lo que la lesión correspondiente es una poliartritis
fibrinosa. El diagnóstico diferencial de esta lesión es de E.coli, Streptococcus spp y Brucella spp.

Continuando con la necropsia hemos abierto la cavidad abdominal, separando la piel y cortando por la línea
media. Hemos encontrado un poco de ascitis, pero con poca relevancia y variables grados de timpanismo en
distintas partes del intestino, notándose asas más dilatadas que otras. Cortamos por el esófago y recto y
separamos todo el sistema digestivo, hígado y bazo.

Para observar la cavidad torácica cortamos las costillas con unas tijeras de podar, y las separamos. A una
primera vista general se observa corazón y pulmones compatibles con la normalidad. Seguimos cortando
por la línea media hasta la mandíbula donde abrimos y sacamos la lengua realizando un corte en la cara
ventral.
Sacamos la lengua y observamos la presencia de vermes, probablemente como consecuencia de la muerte.
Continuamos extrayendo la lengua y junto a ella la tráquea, esófago, pulmones y corazón.

LESIONES
Para observar el corazón primero identificamos y valoramos los grandes vasos. En este caso encontramos el
agujero oval y el conducto arteriovenoso persistente. Esto es hallazgo de necropsia que no se correspondería
con la causa de la muerte.

Una vez terminada la cavidad torácica procedemos a inspeccionar el sistema digestivo. Primero colocamos
e identificamos los preestómagos y abomaso.
En el rumen encontramos algo de contenido de hierba mezclado con leche.
Observamos un abomaso muy dilatado, y al abrirlo encontramos una gran cantidad de coágulos de leche.
Esta gran presencia de alimento se denomina dilatación primaria de abomaso, que produce una disminución
del peristaltismo por la sobrecarga, lo que lleva una proliferación de E.coli, una bacteria saprófita habitual
en intestino de mamíferos, que produce una enteritis catarral.
La colibacilosis septicémica coincide con la dilatación de las asas intestinales y con la poliartritis fibrinosa,
por lo que podemos establecer esta infección como causa de la muerte.
El diagnóstico diferencial de la enteritis catarral es: infección vírica por Rotavirus y Coronavirus, parasitosis
por Criptosporidium, nematodos o cestodos o infección bacteriana por E.coli.

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