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ISSN: 0325-6669
ISSN: 1669-0990
caeasecretaria@gmail.com
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
Argentina
Summary: African American religions, which have been practiced for several decades in the country, are often consid-
ered homogeneous. The present work tries to warn about the diversity and the complexity that condenses the generic
Afro-American religions. Firstly, through a periodization, we will seek to reconstruct the networks of relationships that
made possible the incorporation of diverse religious variants in three processes of Afro-American religious innovation,
which progressively positioned the religious variants of the Umbanda and the Kimbanda, the Batuque, and, finally, the
traditional cult of Ifá, as central frameworks of reference and significance. Secondly, the updating according to the
historical context and the network of relationships achieved by its members generates some questions about the charac-
teristics that acquire the process of religious innovation in the community itself. For this reason, in the study in Ilé Ase
Òrúnmìlà Barami Agbonniregun religious community, we will be able to analyze the coalescence in Ifá traditionalist
* UBA/IDAES. E-mail:ncarrone@gmail.com
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primer lugar, la presencia de elementos cató- namientos en las cuales los sujetos religiosos
licos torna a la Umbanda, la variante religiosa se vincularon.
más sincrética. La utilización de crucifijos, La primera inscripción de un templo religio-
imágenes católicas y cosmología, permeó en so afrobrasileño en el fichero de culto, se da
gran parte su práctica. Por otro lado, la creencia en 1966, en un clima de convulsión social y
en la manifestación mediúmnica, de una gran política. Las dictaduras militares que incursio-
variedad y “calidad” de espíritus, en términos naron en Argentina en 1966 y 1976, sumada a
de mayor o menor grado de evolución espiri- la inestabilidad política y social, limitaban los
tual, refiere a un rasgo característico vinculado márgenes de identificación y visualización de
con el espiritismo Kardeciano. Como tercer formas religiosas ajenas a ciertas representacio-
elemento, rasgos de la cosmología religiosa nes locales. Sobre todo, en tiempo de dictadura,
traída por los esclavos africanos. Por último, las las religiones afrobrasileñas fueron tipificadas
creencias autóctonas de los pueblos originarios, como pseudo-religiones foráneas asociadas a
sobre todo de la cultura Tupi-guaraní (Carrone la negritud, la esclavitud y lo africano; alejadas
y Mosqueira, 2013). Sin embargo, en este pri- de cierto tipo de narrativa vinculadas a la iden-
mer momento, fue la Umbanda la variante que tidad nacional asociadas a lo blanco, europeo
sintetizó un emergente sedimentario, como una y católico. La persecución y el hostigamiento
experiencia de creencias existentes previamen- no fueron algo inusual por entonces.
te en los sectores populares, tendiendo puentes Si bien no es posible cuantificar la cantidad
con el catolicismo popular. Por medios de de religiosos o de templos en funcionamiento,
marcos interpretativos convergentes, marcaron debido al alto grado de informalidad, y a la
puntos de encuentros entre la Umbanda y el reticencia conocida de muchos religiosos por
catolicismo popular. Efectivamente, “la mayor inscribirse en el Registro de Culto de la Nación,
cercanía del sistema de creencia y práctica de fue con retorno democrático, en 1983, donde
la Umbanda respecto del catolicismo popular estos grupos incrementaron exponencialmente
hace que esta funcione como un puente entre la cantidad de sus miembros.
el marco interpretativo anterior de los posibles Una mayor amplitud en el marco de gobierno,
miembros y el nuevo marco a ser develado les permitió tener mayores grados de visibili-
paulatinamente” (Frigerio, 1999: 10). Estas dad. Lo cual trajo aparejados debates públicos,
formas de entendimientos, es decir, de modelos sobre todo a través de los medios masivos de
cognitivos que permitieron decodificar, y com- comunicación, al ser tipificadas como sectas
prender sistemas religiosos foráneos por medio peligrosas (Frigerio, 1993).
de representaciones conocidas localmente, Para hacer frente a estas acusaciones, comen-
adquirió también características propias. Tanto zaron a generarse incipientes instancias de
por la forma en que estos sistemas religiosos organización colectiva religiosa. Mediante la
fueron transnacionalizados (De la Torre, 2008; promoción de eventos, y la creación de marcos
Frigerio, 2013; Juárez Huet, 2009; Oro, 1999), institucionales, como federaciones y confede-
como por el tipo de adhesión a redes de relacio- raciones, buscaron motorizar su representa-
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ción. Uno de los eventos más relevantes fue el y uruguayos después, pretendían mantener res-
Primer Congreso de Umbanda y sus Raíces, pecto de sus pares argentinos. Algunos líderes
realizado en 1985, en el Bauen Hotel de la argentinos habían alcanzado una cierta autono-
Ciudad de Buenos Aires. El evento permitió mía y se colocaban en clara competencia del
unificar el reclamo respecto a los altos grados quehacer religioso. Para el final de este primer
acusatorios de la época. Las premisas eran bá- proceso, era común tener una gran cantidad de
sicas pero sólidas. Mostrar y mostrarse como líderes de esos dos países, que vivieran en el
una religión frente a la sociedad. país, sobre todo en el Conurbano Bonaerense
El elemento identitario fue otro frente de dispu- con templos propios y una gran cantidad de
ta. Las acciones promovían la participación con “hijos” iniciados. La rivalidad se refrendaba en
ropa de religión en forma pública, mostrarse e el territorio, en la comunidad y en los templos
identificarse socialmente era un intento de vi- cercanos. Para fines de la década del ochenta,
sibilizarse. Buscaban romper con estereotipos algunos religiosos decidieron un giro en el
ampliamente circundantes en la sociedad de manejo de dichas tensiones.
entonces. La imagen del manosanta, personaje Progresivamente, y modularmente, fueron
del actor Alberto Olmedo, como parte del pro- estableciendo la ampliación de las redes de
grama cómico argentino No toca Botón, era la relacionamientos. Algunos de ellos buscaron
imagen por excelencia a deconstruir. La misma fortalecer los lazos con variantes religiosas ubi-
reproducía representaciones identificables aso- cadas en Centro América, como la santería o la
ciadas a un manochanta (estafador). Regla de Ocha, el Palo Monte o Palo Mayombe
Si bien las acciones generadas provocaron o el Vudú (Vodu). Otros, buscaron revitalizar
instancias novedosas de acciones colectivas, la sus vínculos con Brasil, mediante la ampliación
desorganización y la escasa red de cooperacio- a otras variantes religiosas como el Candomblé,
nes entre líderes religiosos y los templos, propi- Catimbó, Candomblé de Caboclo, Candomblé
ció que la incipiente representación, actualizara Kêtu.Sin embargo, fue el Batuque de Porto
nuevos mecanismos antagónicos, acusaciones Alegre, el que alcanzó mayor notoriedad. La
de fraude religioso y rivalidades de egos. cosmovisión de Batuque, otorgo mecanismo
Las acciones vinculadas al manejo de temas para africanizar (Prandi, 1991) o reafricanizar
“sensibles”, como la “incorporación” (transe (Frigerio, 1993; Oro, 1999; Capone, 1999) los
ritual), el “sacrificio” de animales (ofrenda), marcos de referencia, e identificarse con otros
y los evidentes “despachos” (trabajos) en la menos estigmatizados localmente. En este
vía pública, arbitraron instancias de distan- contexto de ampliación de redes de relaciona-
ciamiento, no solo en el manejo de tensiones miento, con la incorporación del Batuque de
al interior de las comunidades, sino también Porte Alegre, es que identificamos un segundo
como estrategias de demarcación al exterior momento de innovación religiosa.
de los mismos.
Asimismo, se incrementaron las tensiones so-
bre la tutela que los líderes brasileros primero,
PROCESOS DE INNOVACIÓN RELIGIOSA (...) 127
presentes en sus tradiciones estaban “conta- bién, una ampliación en la cantidad de nuevos
minados” por la injerencia de propia cultura usuarios. Particularmente en Argentina, pasada
diaspórica, incompletos o ausentes. Sobre todo, la crisis del año 2001, el país retomó una pauta
en su sistema oracular y el culto tradicionalista de crecimiento económico sostenido. Entre las
a Ifá. Se conocían algunos de los elementos vin- políticas de fortalecimiento y ampliación de la
culados a ciertos tipos de culto y rituales. Más economía interna, se estipularon planes amplios
no existía por entonces una forma estandarizada de financiación, entre ellos los referidos a vue-
de carácter iniciático en el país. los comerciales.
Este marco de reconocimiento cosmológico, se Como vemos, los elementos que contribuyeron
consolidaría también por medio de experiencias para un nuevo momento de innovación estaban
subterráneas de vínculos mediatizados tecno- dados. Los medios tecnológicos y de trasportes,
lógicamente. El aporte de internet y las redes establecieron canales factibles para el encuen-
sociales, fueron pilares insoslayables para el tro y el modelo de tradición africana, como
acercamiento y la sostenibilidad de los vínculos modelo idealizado de pureza religiosa, se había
entre religiosos y culturas distantes. construido como estrategia para desmarcarse
La injerencia de estas técnicas de comunicación de ciertos aspectos, sobre todo, de la tradición
acercó a una realidad de proximidad nunca an- brasilera, virando su eje de relacionamientos
tes vista. Fue el andamiaje para la construcción a una red transnacional más amplia y posicio-
de un tejido subterráneo de relacionamiento y nándonos en el tercer momento de innovación
un canal para el encuentro de visiones, de deba- religiosa.
tes, de reflexiones, y cuando no, de pelea y egos
por doquier. Espacios como Fotolog, Blogspot
y grupos de chat permitieron identificar refe- Tercer momento de innovación religiosa: El
rentes, temáticas y preocupaciones de cada tradicionalismo yoruba en el estudio de caso
momento, todo ello se consolidó de manera del Olúwo Ifateju.
sorprendente con Facebook. Esta plataforma, El Olúwo Ifateju, es el líder religioso de
materializó en los sentidos, la inmediatez de la la comunidad Ilé Ase Òrúnmìlà Barami Agbon-
vivencia religiosa por medio de los chats, los niregun, radicada en la Ciudad de Corrientes.
videos y, sobre todo, en los “vivos”, permitien- Varios son los acontecimientos que lo colocan
do sobrepasar los imaginarios que circularon Ifateju en un lugar central del proceso que es-
durante décadas por muchísimos templos, y que tamos analizando. Ordenado como Babalorixá
escasamente se experimentaban por medio de en 1988, oriundo de Santa María (Rio grande
relatos y las imágenes de autores como Pierre del Sur, Brasil), supo capitalizar por entonces
Verger (7).El acceso a la información que posi- su marca de pertenencia y posicionarse en la
bilitó internet, interpeló aún más el criterio de provincia en forma exitosa.
búsqueda y exacerbó la factibilidad encuentro Su trayectoria religiosa lo posiciona como
entre religiosos. Los avances tecnológicos uno de los pioneros en practicar una forma de
vinculados al trasporte aéreo, permitieron tam- variante tradicionalista iniciática en Argenti-
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na. En el 2005, fue uno de los religiosos que y la comunidad. La adhesión de pertenencia
participa de las Conferencias Mundiales sobre a tal o cual “nación”, progresivamente se fue
la Tradición y sobre la cultura de los Orixás debilitando, en favor a una forma de identifi-
(COMTOC) en Río de Janeiro. Este evento cación con la cultura tradicional encarnada por
fue bisagra para el establecimiento de víncu- el Àràbà. Desde entonces, la preeminencia del
los, cara a cara, no mediatizado, entre líderes Ifateju comenzó a tomar gravitación.En marzo
religiosos regionales y referentes del linaje del de 2006, participa de las iniciaciones realizadas
Àràbà Àgbàyé Olúisese Adisa Mokarawole por el Chief Olúwo Ifashade Odugbemi, de
Aworéni Awoyemi (en adelante Àràbà). Si bien origen cubano y fundador del Linaje Religioso
existen otros líderes religiosos que poseen el Tradicionalista Yoruba Odugbemi, en el Ilé de
cargo de Àràbà en tierra yoruba, el Àràbà del Peggie de Iemanjá (Ìyá Ifawunmi), partido de
Oke Itase (templo de la ciudad de Ile Ife) es Vicente López. Dichas iniciaciones son consi-
valorado como el máximo referente de la reli- deradas las primeras iniciaciones en el culto a
gión tradicionalista a Ifá a nivel mundial, por Ifá Tradicional Yoruba realizadas en Argentina.
ser considerado descendiente directo del linaje La experiencia tradicionalista en el templo de la
de la divinidad Òrúnmìlà. Este encuentro, gestó Ìyá Ifawunmi se sustentó, inicialmente, guiada
las bases para la iniciación tradicional, del por por los altibajos en la relación con el Chief
entonces Pai Juniors de Ogum, en la ciudad Olúwo Ifashade Odugbemi, y en un momento
de Ile Ife (Nigeria). El viaje y la iniciación introspectivo de aprendizaje del culto.Al tiem-
se produjeron en el año 2005, conjuntamente po que, la experiencia de Ifateju extendió al
con otros tres líderes religiosos uruguayos; Ifá máximo su membresía de miembro “directo”
Chief Orílànà Odùmólá Awóreni Sowumnmi de la comunidad del Àràbà, y comenzó una
(José María Leirós), Ifá Chief Ajíwenu Ìyáláte sinergia iniciática sostenida. En cierta forma,
(Ìyá Patricia), Ifá Chief Ifágbàmílà Májekáwo- su experiencia se externalizó rápidamente. La
bàjé (Baba Omar). La representación, encarna- existencia de una forma tradicional, práctica e
da en la figura del Àràbà, lepermitió ampliar los iniciática, en Argentina había ganado muchos
espacios de pertenencia en la red de relaciona- adeptos. Una gran cantidad de religiosos, ge-
mientos constituyéndose como miembro de una neralmente con trayectorias previas en otras
comunidad imaginada (Anderson, 1993) o una variantes religiosas, comenzaron a llegar a la
nación yoruba imaginada (Capone y Frigerio, comunidad religiosa de Ifateju a iniciarse en el
2012). En este contexto, acceder a la filiación culto tradicional a Ifá (culto a Òrúnmìlà). Más,
religiosa con elementos del tradicionalismo las bases organizativas no se detenían en su
yoruba construyó al fortalecimiento simbólico propio templo de Corrientes, también se exten-
y de prestigio en el ámbito local. El tipo de dieron por medio de sus iniciaciones filiares en
vínculo que mantuvo con las jerarquías del una gran cantidad de provincias de Argentina,
orden religioso, principalmente de Ile Ife, fue como también en Brasil y Uruguay. Coordinaba
sin dudas un elemento que le otorgó, al menos iniciaciones y consultas en distintos templos,
inicialmente, una altísima relevancia para sí principalmente del Área Metropolitana de
PROCESOS DE INNOVACIÓN RELIGIOSA (...) 131
representación del Àràbà Àgbàyé. Estas lógi- año 2005, se inicia en el culto tradicional a Ifá
cas pueden verse referenciadas, en torno a los en la ciudad de Ile Ife y a partir de entonces
sistemas ritualísticos y en carreras de forma- transita eventos de innovación religiosa, trans-
ción religiosa, como la del propio Ifateju, en formando, complementado o incluso negando
la del Cacique en la Umbanda, Babalorixá en parte de su propia cosmovisión religiosa. El
el Batuque y Babaláwo y Olúwo en el Culto a tradicionalismo vernáculo que implementó
Ifá. Caracterizados por sus propias trayectorias Ifateju, se desarrolló como uno entre tantos
y guiados por un proceso de reflexividad que otros posibles, pero lo fue inicialmente, como
establece contactos con “otros mundos socia- una experiencia esperada por muchos religio-
les”, para hacerlos parte del suyo. Los criterios sos para poder experimentar formas religiosas
de reflexividad y autodestrucción creativa tradicionales. Decimos uno entre otros tantos
(Beck, 1997:14), como aquellas instancias posibles, ya que fue la forma particular pro-
procesuales que matizan, incorporan y/o ex- gresivamente instauró en su comunidad, en
cluyen,creativamente, son aspectos relevantes su propia concepción. Por ello, la experiencia
para comprender el proceso de síntesis que rea- innovadora, que describiremos a continuación,
lizan los sujetos, reacomodando los elementos las tamizaremos como parte de una experiencia
simbólicos y ritualísticos de cada una de las guiada por un proceso de “síntesis”, reflexivo y
variantes religiosas al interior de la comunidad administrado. Considerando a su vez, la varia-
religiosa. Y como elementos centrales en el bilidad y el manejo de tensiones, en torno a un
proceso de innovación, las mismas pueden ser colectivo social que manifestaba efervescencia
determinadas o condicionadas por las instan- y entusiasmo por conocer y canalizar la fe
cias mínimas de cooperación de los miembros tradicional, pero también advertía, disgustos
de la comunidad, para poder ser sostenidas en y tensiones en la disolución de elementos y
el tiempo exitosamente como convenciones rituales que canalizaban una parte importante
solidificadas (Becker, 2008:349). de la fe afroamericana.
En este contexto, la figura del Àràbà deja espa-
cios de autonomía y libertad. Mientras que la
legitimidad se refuerza, por medio del vínculo La reafirmación de la Umbanda como iden-
con el Àràbà Àgbàyé, las lógicas al interior tificación de la ancestralidad americana.
de la comunidad, quedan en potestad de líder La iniciación al tradicionalismo en el
religioso local. En este sentido, se convierte en año 2005, por parte de Ifateju, reconfigura en
un “mediador intercultural” interpretando, rea- cada variante, no solo aspectos cosmológicos
comodando, incluso manipulando, experiencias y simbólicos, si no también consideraciones al
cultural religiosos foráneas en el ámbito local, ámbito de lo factible, haciendo que este proceso
para la construcción de un Tradicionalismo mantenga criterios mínimos de cooperación
Religioso Yoruba “a la Argentina”. entre los miembros. El rol reflexivo del líder
A continuación, nos detendremos a analizar el religioso local, es el encargado de administrar
caso particular del Olúwo Ifateju, quien en el y gestionar los cambios litúrgicos al interior de
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su Ilé, como también los encargados del manejo y las formas espirituales veneradas en dichas
de las posibles tensiones, entre una forma de variantes, fueron ponderados por Ifateju, como
validación tradición local y otra tradicional parte del acervo ancestral, americano. Y por lo
yoruba. La capacidad de adaptaciones y/o tanto que debían seguir siendo venerados como
acomodaciones de dichas variantes religiosas, hasta entonces.
parecieran estar relacionadas en función de los Sin embargo, lo que en términos discursivo rea-
vínculos establecidos por los agentes religiosos, firmaba la importancia del culto, expresó ciertas
como también por la capacidad “reflexiva” de discontinuidades. El culto a Ifá, y la marcación
los mismos de incorporar progresivamente identitaria de la comunidad, asociada al mismo,
“nuevas” variantes religiosas a las ya practi- dejó cada vez menos espacios, ritualísticos y
cadas en su comunidad. simbólicos, sobre todo para la Umbanda. Por
Si bien la complementariedad, es “un aspecto otra parte, existía una transformación en el
intrínseco de las religiones afroamericanas”. sentido de desincretizar cualquier vestigio de
(Guillot y Juárez Huet, 2012; 72) las prácticas simbología católica. La reafirmación de dicha
conjuntas de diferentes variantes religiosas variante, se sustentó en cierta forma, bajo una
al interior de un mismo templo, implican una subordinación identitaria y temporal, acotándo-
disposición particular sobre el lugar y el rol se a las directrices del culto tradicional.
que cada una detenta. La Umbanda y la Kim-
banda, variantes religiosas sincréticas, que
monopolizaban la totalidad de la experiencia De la complementación a la negación del
y la simbología religiosa en sus comienzos; Batuque.
fueron progresivamente dando lugares y Con la iniciación al tradicionalismo
tiempos ritualísticos a “otras” formas menos comienza, en mayor o en menor medida, un
sincréticas, como el Batuque y posteriormente proceso de tradicionalización y/o “yoruba-
al tradicionalismo. El proceso de tradicionalis- nización” en amplias dimensiones. Sobre
mo religioso se tornó evidente, como también todo, en relación con las diferentes variantes
la menor preminencia de estas variantes en la religiosas que, por su sustrato africano, no
comunidad. Sin embargo, el recorrido hizo podían ser colocadas como parte de un acervo
gravitar el epicentro del culto hacia otras di- americano, para ser reafirmadas. El proceso de
rectrices, sin apagar totalmente las anteriores. síntesis intentó “aggiornar” al Batuque con el
Podemos considerar que el proceso de innova- culto tradicional, e implementar, en palabras
ción religiosa, que tradicionalizó las prácticas de Ifateju una suerte de “Ifá Batuquero”, que
en la comunidad, no transformó sustancial- entrelazara experiencias religiosas de ambos
mente las variantes religiosas de la Umbanda lados del Atlántico. Sin embargo, como vere-
y la Kimbanda, aunque fueron colocadas en un mos a continuación, la dimensión del proceso
plano de explicación al interior de la cosmolo- de innovación progresivamente fue haciéndose
gía tradicional. Recordemos que la Umbanda es cada vez más robusto, lo que implicó elementos
una vertiente religiosa americana. Los espíritus amplios de negación en al menos tres dimen-
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siones: en la distribución espacial, los rituales (blanco); Ọ̀ṣuny Yemọja, por poseer atributos
y los eventos públicos (8). similares, se las albergó en un nuevo cuarto.
La centralidad adquirida por Ifateju, sobre todo Lo mismo ocurrió con los Òrìsà Sàngó y Ọya;
en los primeros años de difusión del tradicio- mientras que Ọbalúayé fue reubicado en forma
nalismo, se materializó en la infraestructura de individual.
su templo. El templo comenzó a ser receptor, También fue significativa la creación de nuevos
sobre todo en fechas festivas, de una gran espacios religiosos que pudieran alojar elemen-
cantidad de religiosos provenientes, en su gran tos sagrados del culto tradicional. El enroque
mayoría, de la Provincia de Buenos Aires y la más simbólico, radicó en que la centralidad
Capital Federal. Este caudal, obligó a un reaco- del cuarto santo o Peji, como vimos, no sólo
modamiento de los espacios no religiosos, para fue diseminada, sino que fue destinado al culto
poder contenerlos. Sobre todo, para aumentar a Ifá, eje central y articulador de sentidos de
la capacidad de camas y baños disponibles. este proceso de innovación. Otros espacios
Por otra parte, la segmentación de los espacios consolidados fueron los destinados a otros tipos
religiosos fue muy amplia. La organización de cultos tradicionales incorporados en este
espacial previa al ingreso del tradicionalismo proceso, como lo son el Ìgbálẹ̀ Égun y el Igbá
tenía una distribución típica de un templo de Odú, vinculados a espacios sagrados para el
Batuque. Es decir, los lugares sagrados se culto a la ancestralidad y ritualísticos para Ifá,
distribuían entre los cuartos de Orixás Bará respectivamente. Como vemos, la independen-
Lode y Ogum Avagan, y el denominado“Peji” cia y el criterio adoptado por Ifateju, respecto
o“cuarto santo”, término nativo que expresa a las variantes de la Umbanda y la Kimbanda,
rasgos sincréticos. En el mismo se asentaban hizo mantener la ubicación y la forma de ma-
los Orixás de Batuque, por medio de materia- terializar sus espacios sagrados. El altar de
lidades simbólicas. Lindante a estos cuartos, Umbanda y el cuarto de Exú y Pomba Gira, se
se encontraba el gran salón principal, para el mantuvieron intactos en todo momento.
uso múltiple de las sesiones, un altar de Um- La instancia ritual no fue ajena a este proce-
banda y, por último, el cuarto de Exú y Pomba so. La reubicación de los asentamientos y la
Gira. La adhesión a la cosmología tradicional, segmentación de los mismos, basadas en una
al tiempo que fue virando el eje de referencia, concepción tradicional, se complementaron
fue gestando novedosos lugares sagrados. Se también con instancias de transformación de
reasignaron los lugares a las representaciones los mismos asentamientos y nuevos rituales.
simbólicas del culto tradicional, sobre todo del Los asentamientos de Orixá, realizados con
culto a Ifá. la lógica simbólica del Batuque, inicialmente
En este sentido, prácticamente la totalidad de fueron complementados con elementos litúrgi-
los Orixá del Peji fueron distribuidos en nuevas cos tradicionales. Mas esta complementación
ubicaciones. A cada uno de ellos se los alber- de elementos litúrgicos, solo fue momentánea.
gó, aplicando el criterio de Ifateju a su mirada Con el tiempo, los iniciados en la comunidad
tradicional. Por ejemplo, a los Òrìsà Funfun de Ifateju, solo podían ritualizar sus asenta-
PROCESOS DE INNOVACIÓN RELIGIOSA (...) 135
mientos en Òrìsà, bajo las pautas simbólicas ron ajustarse a las necesidades requeridas en el
del tradicionalismo. Àiyé (la tierra), pudiendo variar la cantidad y
Los rituales y los grados de ordenación tam- la forma de realización de los mismos.
bién se ajustaron a la lógica tradicional. La Entre algunos de los rituales tradicionalistas
ordenación y el rol del Babalorixá, pasó a ser que emergieron, podemos identificar el ritual
regulada y administrada por Ifateju, en su rol de de Esèntáyé (Los pies tocan la tierra), como el
Babaláwo. Los ritos tendientes a instancias de primer ritual que sacraliza el cuerpo del recién
ordenación para Babalorixá se discontinuaron. nacido. El ritual de consagración de Ori (Ca-
Y todo ritual iniciático se sustentó en torno a beza), entendido como un Òrìsà interior que
la cosmovisión tradicional. acompaña al individuo en su pasaje temporal
Dentro de la misma, la tradición yoruba consi- en el Àiyé (Tierra) y que reemplazó al ritual de
dera que fue el mismo individuo quien definió Borí que realizaba en el Batuque. Los rituales
los objetivos y las vivencias a cumplir antes de asentamientos de Òrìsàs. Y los rituales de
de “venir” al Àiyé (la tierra), en función de la Itefa e Isefa, ambos rituales de ordenación en
necesidad de experimentar determinadas ins- el camino religioso para consagrarse Babaláwo
tancias de aprendizaje. En el tránsito del Orún (Padre del secreto).
(lugar inmaterial) al Àiyé, el ser “olvida” dichas Otros rasgos distintivos en algunos rituales,
prerrogativas autoimpartidas. Solo la consulta incorporados con la cosmología yoruba, fueron
realizada por un Babaláwo, quien manipula el el rasurado de pelo del cuero cabelludo (rapa-
Ópelé (9), los ikines (semilla de palmera) y/o do) y la pintura corporal ritual, realizados con
Obi Abata (semilla del árbol Kola), podrá de- resinas o savias naturales. Si bien, estas formas
velar dichos designios.Si bien la predestinación de prácticas ritualísticas eran conocidas en el
no niega el criterio de libre albedrio, ya que Candomblé, no formaban parte del complejo
cada individuo posee inalterada la capacidad litúrgico del Batuque.
de toma de decisión, el religioso considera que La articulación de nuevas técnicas oraculares
su “misión” es siempre cumplir con el destino fue central en el proceso de innovación. La
previamente prefijado. En torno de esto, es emergencia del Ópelé y del registro a través de
colocada la consulta oracular como eje central los Ikinesy el Obi Abata, relegaron definitiva-
de quehacer ritual. mente la utilización de los búzios (caracoles/
De esta manera, la adhesión a una forma reli- cauríes), considerados de menor precisión.
giosa tradicional trajo consigo un sistema de Estos métodos de registro oracular, con pre-
ordenación y de ritualización menos estan- eminencia del Ópelé, permitieron la lectura e
darizado. El Batuque mantenía criterios de interpretación de los Odú Ifá (llamados también
secuencialidad de los rituales, hasta completar letra de Ifá), los cuales se expresaron como
el asentamiento de la totalidad de los Orixás fuentes de información y el medio por excelen-
venerados. Mediante esa totalidad, el religioso cia por el cual se comunica Òrúnmìlà (testigo
cumplía su ordenación y se consagraba Babalo- de la creación) en el culto tradicionalista a Ifá.
rixá. Con el tradicionalismo, los rituales debie- Desde entonces la palabra de Ifá, como la lla-
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man los religiosos, es la fuente por excelencia momento energético y sensorial de mayor efer-
a ser escuchada marcando los designios y los vescencia vinculado al toque ritmo del tambor,
eventos trascendentes de la comunidad. la mesa de Ìbejìs (gemelos) funcionaba como
Por último, el Xirê de Orixá, como la ceremonia un momento para homenajear a los Orixás
pública por excelencia dentro del Batuque, en Ìbejìs. Dentro de la cosmología del Batuque se
la cual los Orixás se manifiestan en el Àiyé. El invitaba a todos los niños presentes en el salón
proceso de innovación tradicional, progresiva- a que comieran los dulces allí servidos.La suma
mente fue erosionando elementos identitarios de estos eventos desdibujó progresivamente las
esenciales del mismo, los cuales marcaron la identificaciones identitarias del Batuque. Con
descomposición del Xirê de Orixá. el tiempo el Olúwo Ifateju dejó de utilizar esta
Por un lado, se reconfiguraron representaciones denominación, negando totalmente al Batuque,
identitarias mediante la indumentaria religiosa. adscribiéndolo a una representación tradicional
Los religiosos comenzaron a vestirse con tra- del culto a Òrìṣà; el Festival de Òrìṣà.
jes tradicionales yoruba. Las largas polleras, Hemos recorrido distintos momentos que han
generalmente de tipo miriñaque, y marcas atravesado las prácticas religiosas afroameri-
identitarias por color en referencia a tal o cual canas en el país. El primero de ellos, estuvo
Òrìsàs, fueron sustituidas por trajes más hol- signado por ciertas pautas de entendimientos,
gados y multicolores, los cuales referían más vinculadas a marcos de referencias con el ca-
a una forma de identificación cultural yoruba, tolicismo popular. Las tensiones y elementos
que a una forma de identificación de ser “hijo” acusatorios, sobre todo en relación a la Um-
de un determinado Òrìsàs. banda, socialmente marcada como un elemento
Por otra parte, dejaron de entonarse los Orin sectario, propiciaron diversas estrategias de
Adúra (cantos) prefijados que caracterizaban ampliación de redes de relacionamientos. Al
rítmica y estructuralmente al Batuque. Incor- tiempo que buscaban una fuente de validación
porando Orin Adúra de tipo tradicional, hasta religiosa para africanizar o reafricanizar en par-
entonces desconocidos por los miembros de la te su sistema de creencia, atenuaban alguno de
comunidad. En este mismo sentido, también se los elementos sincréticos. Sin embargo, en el fi-
desreguló el denominado paso de danza de los nal de este periodo, y del milenio, la diversidad
Òrìsàs, el cual funcionaba como una forma de de variantes, según su “nación”, filiación y/o
identificación corporal expresada mediante la lugar de procedencia, amplio los márgenes de
danza ritual. La manifestación de Òrìsàs en el tensiones. Algunos religiosos comenzaron a es-
cuerpo del religioso mermó a su mínima expre- tablecer vínculos con aquello que consideraban
sión, solo a escasos momentos. Por último, al- la cuna del tradicionalismo. La figura del Àràbà
gunos de los rasgos identitarios más importan- emergió como un referente global, unificando
tes del Xirê de Batuque también mermaron, con ciertas divergencias regionales, y anclando a
la discontinuidad de la balanza de Xangô y de sus nuevos miembros a una comunidad global
la mesa de Ìbejìs (gemelos).Mientras que, por imaginada.Esta filiación les permitió acceder a
un lado, la balanza de Xangô representaba el criterios religiosos, considerados más puros y
PROCESOS DE INNOVACIÓN RELIGIOSA (...) 137
Transnacionalización de religiones
Renée de la Torre y André Mary 2008 “La imagen, el cuerpo y las mercancías
Corrêa, N. Frigerio, A.
1998 El Batuque del Rio Grande del Sur 1993 “La invasión de las sectas: El debate
prata”. Debates do ner, Porto Alegre 2001 “Cómo los porteños conocieron a los