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Alumno: Jaime De Lara Fernández

Curso: 2º ESO “B”

RESUMEN EL MITO DE ORFEO EN EL INFIERNO

En Tracia, vivía antigüamente un cantor famoso que cantaba


muy bien, llamado Orfeo. Cantaba y a su vez tocaba una lira
que le había regalado el dios de la música (Apolo). Sus
canciones podían amansar a las fieras y alterar las fuerzas de la
naturaleza.
Orfeo se enamoró de una ninfa del bosque llamada Eurídice
y se casó con ella. El mismo día de la boda, una serpiente
mordió a Eurídice y la mató. Orfeo, desgarrado de dolor,
decidió ir al más allá para recuperar a su esposa. Un día entró
en la cueva que llevaba a Tártaro, el mundo subterráneo donde
habitaban los muertos. Llegó al río Aqueronte, el cual separa la
vida de la muerte. Un anciano raquítico y antipático llamado
Caronte era el que montaba a los difuntos en su barca y los
llevaba a la otra orilla. Orfeo lo convenció para que lo llevara a
la otra orilla, cantando una canción. Ya en la otra orilla y sin
dejar de cantar se adentró en Tartaro, amansando al feroz
Cerbero, el perro de tres cabezas que custodia las puertas del
infierno para impedir que pasaran los vivos.
Llegó ante Hades, el rey del más allá y lo conmovió con su
canto. Hades aceptó a que se llevara a Eurídice pero con una
condición, no podía girarse para mirarla mientras hacían el
camino de regreso. Orfeo aceptó.
Cuando ya estaba muy cerca de la superficie de la Tierra,
Orfeo sintió miedo al pensar en que Hades podía haberlo
engañado o que Eurídice podía haberse perdido por el camino.
Orfeo giró la cabeza y Eurídice se hundió a toda velocidad en
las profundidades de Tártaro. Orfeo se dió cuenta entonces que
había perdido a Eurídice para siempre. Lloró amargamente y su
pelo se volvió blanco. A partir de entonces solo pudo cantar
canciones tristes.
Pasaron los años y cuando murió, las musas lo enterraron en
un valle a la sombra del Olimpo, donde los ruiseñores se
reúnen desde entonces a cantar. Ahora Orfeo ya es feliz porque
está junto a Eurídice.

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