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U01 Ain 001
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Actividades de refuerzo
Han renacido los puntos suspensivos. Uno se los encuentra dando saltos por el mó vil, la tableta, el
ordenador; alegres y dicharacheros.
Su papel antes anodino y ocasional en novelas, ensayos, cartas, prospectos, carteles, anuncios,
noticias o reportajes se ha convertido ya en imprescindible para muchas personas. En efecto, los
textos que van y vienen por correo electró nico, SMS, WhatsApp y otros sistemas digitales
muestran cada vez má s esos tres redondeles minú sculos de sugerente significado.
Las gramáticas y las ortografías suelen señ alar que este signo triple se usa con la idea de dejar
una oració n inacabada, y generalmente con intenció n de expresar desconocimiento, duda o temor.
También para sugerir cierta intriga o expectació n ante lo que se va a escribir de inmediato. («Y el
ganador es… La La Land»). Y ademá s sirven para marcar que se ha omitido algo en el discurso,
funció n que suelen cumplir a disgusto porque de pronto se ven enjaulados entre paréntesis: (…).
A esas misiones tradicionales quizá se deba sumar otra en las ultrarrá pidas comunicaciones de
hoy: la atenuació n.
Los mensajes cortos de los soportes digitales se perciben a veces muy cortantes, suenan muy
asertivos, transmiten una seguridad del emisor basada en la mera dimensió n reducida del texto,
no siempre funcionan como buenos conductores de la ironía y pueden producir un impacto
desagradable.
Y para eso está n ahí, al alcance de un dedo, los puntos suspensivos de toda la vida, capaces de
paliar tales efectos indeseados.
El idioma españ ol, igual que otras lenguas, muestra una cadencia descendente al final de cada
frase, y ese efecto lo reflejamos en la escritura con un punto: un signo ortográ fico cuya expresió n
oral nos sirve incluso para rematar la afirmació n que se acaba de proferir: «Y punto».
La cadencia contraria implica una línea ascendente que impide la caída de la entonació n y la deja
en suspenso. (Por ejemplo, si decimos: «Es que tienes unas cosas…»). Eso otorga un tono má s
amable a la aseveració n, pues sugiere que el emisor del mensaje le ha ahorrado al receptor un
final menos agradable, y le apea de escuchar algo ofensivo: (Por ejemplo, «es que tienes unas cosas
que no se le ocurren ni al que quería poner a Messi de portero»). Frente a eso, los tres puntos
reflejan precisamente la anticadencia suspensiva.
Así, un escueto «gracias por el regalo» se convierte en un insinuante «gracias por el regalo…»;
una respuesta como «mañ ana no trabajo» se llena de sentidos adicionales si se escribe «mañ ana
no trabajo…»; un impertinente «ya veo» se transforma en el simpá tico «ya veo…»; el imperativo
«dime algo enseguida» adquiere el papel de la sú plica con la grafía «dime algo enseguida…».
La primera Ortografía española, de 1741, ya recogía los puntos suspensivos (si bien los llamaba
«puntos seguidos»). La Academia incorporó su definició n en el Diccionario de 1869, dentro de la
entrada «punto». Y desde entonces les otorga la capacidad de dejar un sentido incompleto gracias
a que el discurso queda en suspenso.
Por ello escribimos ahora los tres redondelitos en mensajes donde no está todo dicho, en los que
no pretendemos tener la ú ltima palabra porque aú n queda algo por expresar y cedemos ese
espacio a quien nos lee. Tal vez invitando a la respuesta...
Á lex GRIJELMO: «Y puntos suspensivos».
http://elpais.com/elpais/2017/04/07/opinion/1491567114_980251.html
El País, 9 de abril de 2017 [Consulta: 20 de abril de 2017]
2> El texto periodístico trata del uso de los puntos suspensivos. Álex Grijelmo relaciona la
ortografía con los niveles de la lengua. Desarrolla en un texto expositivo, de entre cien
y ciento cincuenta palabras, el siguiente tema: Los niveles de la lengua.
4> Una misma palabra en género masculino y en género femenino a veces significa lo
mismo. Por ejemplo:
emisor, ra m. y f. En un acto de comunicación, persona que enuncia el mensaje.
receptor, ra m. y f. En un acto de comunicación, persona que recibe el mensaje.
5> Justifica por qué las palabras destacadas en negrita son sustantivos:
«Y el ganador es… La La Land»
6> Localiza en los párrafos 4.º, 5.º y 8.º los cinco adjetivos en el grado que se indica, sin
que se repita el mecanismo de formación:
positivo
comparativo
superlativo
8> Las palabras subrayadas del texto son pronombres o determinantes. Clasifícalos e
identifica su subclase siguiendo el ejemplo:
los determinante artículo determinado
Uno tres
Su triple
otros cierta
cada algo
esos otra
Soluciones
1> Explica el concepto de doble articulación del signo lingüístico a partir del término
redondelitos.
La doble articulación. El lenguaje humano tiene la capacidad de segmentarse en
unidades mínimas que, combinadas entre sí, forman un número muy elevado de
significantes. La primera articulación se produce cuando segmentamos las palabras
en monemas (lexemas y morfemas) o unidades mínimas con significado, ya sea este
léxico o gramatical. En la palabra redondelitos se puede establecer la siguiente
división en monemas: redond-el-it-o-s. La segunda articulación se da cuando
hacemos una segmentación en fonemas (unidades sin significado, pero con valor
distintivo): r-e-d-o-n-d-e-l-i-t-o-s. Esta doble articulación diferencia el lenguaje
humano del lenguaje animal.
2> El texto periodístico trata del uso de los puntos suspensivos. Álex Grijelmo relaciona la
ortografía con los niveles de la lengua. Desarrolla en un texto expositivo, de entre cien
y ciento cincuenta palabras, el siguiente tema: Los niveles de la lengua.
El ser humano posee la capacidad de comunicarse a través del lenguaje. Sin
embargo, cada comunidad establece un sistema de signos distintos al que
denominamos lengua. Este sistema constituye un código o conjunto de unidades que,
a través de reglas de combinación, se relacionan unas con otras.
Las unidades de este código lengua son interdependientes y se definen por oposición
a otras con las que se relacionan. Por ejemplo, el fonema /t/ de tasa se opone a /k/
de casa, pues la conmutación entre ellos implica un cambio de significado.
Igualmente, la palabra cantaré significa «futuro de indicativo» por oposición de la
desinencia -aré a las desinencias -é, -aba o -aría. La gramática se ocupa del estudio
de la lengua en un momento dado de su evolución (sincronía).
Como los elementos del código lingüístico se ordenan (en progresión creciente) en
diferentes subsistemas, se puede analizar su funcionamiento considerando estos
niveles:
3> Enumera diez signos no verbales que decodificas desde que te levantas hasta que
entras en clase.
Respuesta libre.
5> Justifica por qué las palabras destacadas en negrita son sustantivos:
«Y el ganador es… La La Land»
Se trata de un adjetivo sustantivado por el artículo determinado el.
«gracias por el regalo»
Toda la oración se sustantiviza ya que adquiere las funciones de un sustantivo,
núcleo de un SN acompañado de un artículo indeterminado un y un SAdj adyacente
escueto.
superioridad mejores
comparativo igualdad tan buenos
8> Las palabras subrayadas del texto son pronombres o determinantes. Clasifícalos e
identifica su subclase siguiendo el ejemplo:
los determinante artículo determinado
Uno pronombre numeral tres determinante numeral
cardinal
Su determinante posesivo triple determinante numeral
múltiplo
otros determinante indefinido cierta determinante indefinido
cada determinante indefinido algo pronombre indefinido
esos determinante demostrativo otra pronombre indefinido