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INTRODUCCION

Algunos productos químicos han causado muchos daños a los seres humanos y al medio
ambiente. El deterioro de los bosques, los ríos, el aire y los efectos sobre la salud humana se
han observado como resultado del contacto con estas sustancias, agudas o graduales.

El aumento de la presencia de sustancias tóxicas ha producido un grave impacto en el medio


ambiente y la población expuesta a sus efectos nocivos. El uso de plaguicidas, principalmente
en los países en desarrollo, está aumentando cada día. En Brasil, 5.570 casos de
envenenamiento en un contexto ocupacional fueron reportados en 2003, 1.748 (31.4%) por
pesticidas y 640 (11.5%) por otros productos químicos (Sistema Nacional de Información
Tóxico-Farmacológicas - SINITOX) 1. La información limitada, la escasa educación sobre el tema
y el bajo control sobre la producción, distribución y uso de estos productos son algunos de los
principales factores determinantes que originan este relevante problema de salud pública.

La exposición a menudo produce alteraciones clínicas silenciosas que no pueden ser


detectadas por los marcadores biológicos y que afectan la vida de los trabajadores. Aparte de
los efectos clínicos observados en el examen neurológico, los síntomas subclínicos pueden
evaluarse mediante pruebas neurofisiológicas y neuropsicológicas2.

Plaguicidas y ototoxicidad

La Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA, 1980) define los pesticidas
como cualquier sustancia o mezcla de sustancias que tiene como objetivo prevenir, destruir,
matar o repeler plagas. Entre los más ampliamente utilizados en la agricultura se encuentran
los agentes anticolinesterásicos como los compuestos organofosforados que inhiben la
acetilcolinesterasa (AChE), una enzima que destruye la actividad biológica del neurotransmisor
acetilcolina (ACh). Se acumula en los extremos nerviosos (ACh), la estimulación eléctrica del
nervio no se detiene. Los signos de toxicidad incluyen la estimulación de los receptores
muscarínicos del sistema parassimpático en el sistema nervioso autónomo3.

La ototoxicidad debe ser vista y estudiada como una cuestión de salud pública. Más de 200
sustancias han sido descritas en la literatura como ototóxicas, y la mayoría de ellas no se ven
como nocivas para los hombres4.

Para los toxicólogos industriales, las sustancias ototóxicas incluyen todos los elementos físicos
y químicos capaces de dañar la audición. Jerger4 cree que la ototoxicidad es una respuesta
tóxica no deseada sobre los sistemas auditivo y vestibular. La ototoxicidad puede definirse
como el resultado de la acción de ciertos fármacos que dañan el laberinto anterior y / o
posterior causando pérdida auditiva con o sin vértigo, náuseas o inestabilidad de la marcha5.
La pérdida auditiva puede establecerse de forma rápida o más lenta, y la gravedad depende de
la cantidad, el tiempo de exposición y la interacción sostenida con el agente ototóxico. La
pérdida auditiva puede comenzar durante la exposición o incluso meses después, y es
irreversible. Es principalmente bilateral y simétrica, aunque se han reportado casos de pérdida
auditiva unilateral y asimétrica. La afectación vestibular, aunque con frecuencia concurrente,
puede aparecer más temprano y con mayor intensidad que los síntomas auditivos.

Muchos documentos indican que el mareo es un síntoma subjetivo relacionado con la


exposición a pesticidas

Martin, Adams (2003) 7 destacan la importancia de que los trabajadores sanitarios conozcan
los síntomas relacionados con el uso de armas químicas y biológicas, de manera que se pueda
producir un diagnóstico rápido y preciso. Los compuestos organofosforados, por ejemplo, se
caracterizaron por sus impactos neurológicos y síntomas inespecíficos como cefalea y mareos.

Teixeira et al. (2003) 8 realizaron un estudio de prevalencia con 98 trabajadores con edad
media de 41,6 años expuestos a plaguicidas, compuestos organofosforados y piretroides
utilizados en campañas de control de vectores. Los trabajadores rurales se dividieron en dos
grupos. El Grupo 1 no informó de la exposición al ruido en circunstancias laborales y de
ocupación actuales y pasadas; el grupo 2 informó de la exposición al ruido en circunstancias
laborales y de ocupación actuales y pasadas. Las quejas más frecuentes fueron: irritación
ocular (54,1%), cefalea (44,9%), mareos (35,7%), náuseas y torpor (16,3%). Los síntomas más
reportados relacionados con el trastorno del sistema nervioso central fueron: dificultad para
entender lo que otros dicen (46%), dificultad para recordar los hechos (43%), dificultad para
mantener la atención (24%) y ruidos auditivos (24%). De los expuestos sólo a los insecticidas, el
63,8% tenía pérdida auditiva; El 66,7% del grupo expuesto simultáneamente a insecticidas y
ruido tenía pérdida auditiva. Los autores concluyeron que existe evidencia de que la exposición
a pesticidas induce daño auditivo periférico y que el ruido es un factor que interactúa con los
pesticidas, lo que aumenta los efectos ototóxicos.

Delgado, Paumgartten (2004) 9 entrevistaron a 55 agricultores sobre el uso de plaguicidas a


través de un cuestionario. Observaron que el 92% de los trabajadores involucrados en el
manejo de estos productos no contaban con equipo de protección personal (PPE), el 62% de
ellos se sentían enfermos mientras manejaban los pesticidas. Los síntomas más comunes
fueron: dolor de cabeza, náuseas, vómitos, vértigo, erupción cutánea y visión borrosa.

La literatura indica que los síntomas subclínicos deben ser considerados como signos
tempranos de envenenamiento10,11.

Las alteraciones del sistema vestibular detectadas por las pruebas no se informan en la
literatura. Por lo tanto, sólo después del examen vestibular de acuerdo con los parámetros
definidos para este estudio, las preguntas serán contestadas o más investigación.
MATERIALES Y MÉTODO

Se trata de un estudio de cohorte histórico transversal, basado en el análisis de la función


vestibular de 18 trabajadores rurales del municipio de Teresópolis, estado de Río de Janeiro,
Brasil, localizado más específicamente en las regiones de Córrego das Pedras y Baú. Las edades
variaron entre 16 y 59 años. El género no estaba específicamente dirigido como una variable.
El tiempo de exposición se calculó sobre la base del número de años durante los cuales los
trabajadores han estado activos.

Los criterios de inclusión fueron quejas de mareos y exposición ocupacional a compuestos


organofosforados; los criterios de exclusión fueron el tabaquismo, el abuso de alcohol y
drogas, los trastornos metabólicos, hormonales y del cuello, ya que estos factores son los
principales puntos donde se originan trastornos vestibulares.

No se estudió el intervalo de edad específico. Los grupos no se dividieron en grupos de edad,


ya que no se encontraron datos en la literatura sobre la edad de los trabajadores y los
patrones de normalidad. El género no fue considerado una variable relevante, ya que
seguimos las directrices publicadas por Mangabeira Albernaz, Ganança et al. (1986) 12, en la
que no se definieron patrones de normalidad diferenciados para cada género.

Instrumentos y procedimientos

Se entregaron tres cuestionarios a los participantes con el propósito de reunir información.


Contienen preguntas relacionadas con los criterios de inclusión / exclusión especificados
anteriormente.

El cuestionario I contenía preguntas sobre los trastornos anatómicos y fisiológicos del oído;
síntomas auditivos y vestibulares; salud en general, abordando específicamente criterios de
exclusión e información general sobre el tipo de trabajo que realizaron. Los cuestionarios II y III
contenían preguntas sobre cómo se hacía el trabajo y sus relaciones con el mareo.

Todos los trabajadores fueron sometidos a un examen otorrinolaringológico, audiológico y


vestibular.

Con el fin de caracterizar los umbrales auditivos normales en adultos, se adoptaron los
criterios de normalidad auditiva para varias edades definidas por Glorig, Davis (1961) 13 y
Mangabeira Albernaz et al. (1981) 14.
El examen vestibular se realizó utilizando el programa Contronics bajo los principios definidos
por Mangabeira Albernaz, Ganança et al. (1986) 12, tanto en términos de secuencia de
pruebas como de parámetros de interpretación.

Aspectos éticos

El estudio consideró los aspectos éticos recomendados por la Resolución 196/96 sobre la
investigación con seres humanos e incluyó, entre otros, la obtención del consentimiento libre y
informado de los participantes. Hemos asegurado que la participación individual no conduzca a
daños físicos, psíquicos, morales, intelectuales, sociales, culturales o espirituales. Este estudio
fue aprobado por nuestra institución bajo el permiso 38/2005.

RESULTADOS

Edad, sexo y tiempo de exposición

Se entrevistó a 18 trabajadores rurales. La mayoría de ellos eran mujeres, como se observa en


la Tabla 1. La edad media fue de 39,6 años, 55,6% trabajaban por más de 21 años y 15 (83,3%)
trabajaban 10 horas o más diariamente.

Plaguicidas usados

Los plaguicidas más utilizados fueron Manzate (54,2%) - clasificación toxicológica III, seguido
por Folidol (33,3%), Tamaron (27,1%) y Gramoxone (25%), todos bajo clasificación toxicológica
I, altamente tóxicos (Decreto 98.816 / 90 de la Ley 7802/89).
Evaluación audiométrica

Pruebas audiométricas revelaron que 11 (61,14%) sujetos tenían audición normal, 7 (38,8%)
tenían resultados alterados de audiometría tono - 4 (22,22%) sujetos habían disminuido el
rendimiento a 6000Hz y 8000Hz y 3 (16,67%) tenían pérdida auditiva neurosensorial. Todos los
sujetos tenían audiometría de habla dentro de rangos normales.

Siete sujetos (38,9%) con audiometría de tono normal tenían edades comprendidas entre los
16-35 años y cinco sujetos con alteración de los resultados de la audiometría tono (27,8%)
tenían entre 46-59 años.

Sólo dos sujetos (11,11%) tuvieron pérdida auditiva bilateral.

Electroniquagmografía vectorial (VENG)

Dieciocho sujetos fueron sometidos a VENG y 16 (88,8%) presentaron síndrome vestibular


irritativo periférico, 11 de los cuales por alteración de los resultados del test de nistagmo y / o
vértigo posicional y 9 por alteraciones en el test calórico, presentando hiperreflexia en valores
absolutos como se observa en la Tabla 2.

En cuanto a los aspectos relacionados con la vida cotidiana de los trabajadores, podemos ver
en la Tabla 3 que 7 sujetos (38,9%) no trabajan cuando se sienten mareados y 27,8% con
resultados alterados de la prueba informaron que seguirán trabajando cuando se sientan
mareados . Diez sujetos (44,4% con alteración y 11,1% con resultados normales de la prueba)
dijeron que el mareo es peor mientras trabajan.

Trece trabajadores (72,25%) respondieron que los productos químicos que utilizan en el
trabajo afectan su equilibrio y 16 (88,9%) creen que su trabajo plantea riesgos para la salud.
Esta última pregunta no relacionaba directamente las condiciones de trabajo peligrosas con el
uso de pesticidas.

La Tabla 4 muestra que 6 sujetos (33,4%) con alteración de los resultados de la ecografía
electrónica vectorial (VENG) tenían entre 16-35 años y 7 sujetos (38,9%) tenían entre 46-59
años. La edad no interfirió con los resultados de la prueba. Este hallazgo es apoyado por la
literatura, ya que los patrones de normalidad no están estipulados para los grupos de edad.

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