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OBJETIVO: Verificar las estrategias que han evolucionado en las plantas para la defensa frente a
los ataques de otros seres vivos
¡APRECIADO ESTUDIANTE!
Pero entonces ¿cómo responde una planta, por ejemplo, a la poda de alguno de sus tallos, o
cuando un insecto depreda alguna de sus hojas? Un equipo de científicos liderado por el
botánico Simon Gilroy, de la Universidad de Wisconsin-Madison, se propuso desvelar este misterio
estudiando las pistas químicas que dejaban estos organismo cuando activaban sus mecanismos
de defensa.
La clave, según el experto, es “pensar como una planta”. Y es que, a pesar de las obvias
diferencias que existen entre plantas y animales, en determinadas circunstancias ambos reinos se
comportan de una manera similar. Por ejemplo, unos y otros son eucariotas, esto es,
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Uno de esos canales de comunicación son los niveles de iones de calcio, portadores de
señales eléctricas. En los humanos, esa ‘carga’ ayuda a las neuronas a enviarse mensajes entre
sí, por ejemplo, cuando se trata de dar la orden a los músculos de las piernas para que pongamos
los pies en polvorosa. Las plantas no pueden salir pitando, pero los investigadores han
descubierto que cuando reciben alguna amenaza activan una serie de defensas químicas
que se propagan por su el organismo hasta llegar a las hojas distantes.
Adivinar cómo plantas y animales hemos evolucionado de maneras similares para responder a
amenazas parecidas es todavía un misterio, pero por ahora podemos afirmar, según Constanta
Gilroy, que las plantas se las han ingeniado mejor que nosotros, pues, como es obvio, no pueden
permitirse el lujo de decir “raíces, no las necesito.