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Ensayo sobre la esterilización forzada y los derechos humanos

Lo primero que hay que apuntar es que el tema de la esterilización forzada no


cuenta con mayor impacto o repercusión social en el país, más allá de algunos
intentos por poner en el centro del debate esta situación, el común denominador
ha sido de apatía y de desconocimiento general sobre el tema.

Para conocer entonces la profundidad de la cuestión es necesario responder a


algunas preguntas básicas: ¿Qué es la esterilización forzada? ¿Cuándo surgió el
debate? ¿Cómo surgió el debate? ¿De dónde surgió? ¿Qué posiciones hay sobre
el tema? ¿En qué va el debate?

Empecemos. La esterilización forzada se presenta cuando, en contra de la propia


voluntad, por medio de un procedimiento médico, se le niega a la persona
sometida la posibilidad de tener hijos. El debate con respecto a esta situación
pasa fundamentalmente por el anuncio que realizó la corte constitucional, en el
que avala la esterilización de personas con incapacidad intelectual o mental.

Ahora bien, existen personas y grupos de personas que cuestionan no solo el


pronunciamiento de la corte constitucional sino también esta práctica que se ha
institucionalizado a nivel nacional. El debate entonces viene de allí, de posiciones
encontradas entre quienes respaldan a la corte constitucional en su decisión y los
que no.

Hay entonces dos posiciones básicas sobre el tema: por un lado la corte
constitucional considera que las personas con discapacidad mental no están en
condiciones de ejercer plena y conscientemente sus derechos sexuales y
reproductivos, y en ese sentido la esterilización resulta una solución viable para
“prevenir” abuso sexual o embarazos no deseados, además de ser ya este
proceso, una práctica institucionalizada y socialmente aceptada; y por otro lado,
están como se mencionó anteriormente, quienes consideran que tanto la práctica
como el pronunciamiento de la corte violan los derechos sexuales y reproductivos
de estas personas, principalmente porque en la mayoría de los casos los
afectados no son avisados o ilustrados previamente sobre lo que implica el
procedimiento medico al que van a ser sometidos, por lo que terminan siendo
estos procedimientos esterilizaciones forzadas.

El debate va en eso actualmente, la corte constitucional ha fijado una posición y


será deber de quienes discrepan, acrecentar el debate y reunir los argumentos
necesarios para cambiar no solo la decisión de la corte constitucional, sino
también para desincentivar esta práctica social.

Por la libertad y los derechos humanos

En contra de los argumentos de la corte constitucional se ha venido insistiendo en


que la “discapacidad intelectual”, “discapacidad mental” o “demencia profunda o
severa” contradicen la legislación internacional que hay sobre el tema. Primero
porque los dos primeros términos han caído en desuso por sus imprecisiones; y
segundo, porque hay personas con alguna de estas enfermedades que han
demostrado estar en capacidad de tomar decisiones plenamente conscientes. A
nivel internacional se ha venido insistiendo en que esta condición no debe ser
tenida en cuenta como diagnóstico para proceder con este tipo de procedimientos
médicos.

Personalmente creo que el debate debe pasar más bien por otras instancias, y en
ese sentido es justo preguntarse ¿No se copta la libertad de estas personas
cuando se les esteriliza forzosamente? ¿Viola los derechos humanos este tipo de
prácticas? ¿Cómo? Dependiendo de la respuesta que demos a estas preguntas
estaremos no solo de un lado u otro de la balanza sino también más cerca de una
respuesta que pueda aportar en algún sentido al debate que constantemente se
actualiza.

La libertad es un concepto que se ha prestado para profundos debates dentro de


la filosofía y la teoría política, sin embargo, hay un relativo consenso que la admite
no solo como un derecho universal, sino tal vez, como la principal característica de
la naturaleza humana, está en el hombre mismo, él es su origen. Cuando la
ciencia no posee las respuestas necesarias para determinar la capacidad de toma
de decisiones de una persona con “incapacidad intelectual”, por qué intervenir con
su libertad de elegir, por qué negarle los conocimientos básicos sobre las
implicaciones de la esterilización, por qué en última instancia terminan sometidos
a la voluntad de otra persona. La libertad no solo es importante por el hecho de
que nos permita movernos a complacencia o por el hecho de pensar y actuar
según nos parezca, la libertad es también importante en aquellos espacios en
donde tenemos la oportunidad de tomar nuestras propias decisiones con respecto
a nuestro ser y nuestro futuro. Cuando un ser humano con “incapacidad
intelectual” es esterilizado forzosamente está siendo transgredido en su esencia,
en su libertad. Considero que este es un argumento bastante valido que hay que
tener en cuenta a la hora del debate, la libertad aparece como un derecho esencial
reiterativamente en la historia de la civilización occidental, su importancia es
trascendental, es tal vez la sustancia a lo largo de las sociedades modernas
occidentales.

Por otro lado, los derechos humanos son peticiones, demandas, facultades o
prestaciones vinculadas con la dignidad, son construcciones de carácter colectivo
y en ese sentido poseen tres características:

1. Son universales
2. Son inalienables
3. Son absolutos

Son universales porque nadie puede ser privado de ellos, inalienables en la


medida en que ningún ser humano puede desprenderse de ellos y absolutos
porque están por encima de cualquier cosa. En pocas palabras, los derecho
humanos son los principios rectores de la humanidad y de su búsqueda de la
dignidad, provienen todos y cada uno de ellos de largas luchas y revoluciones, es
decir, son conquistas políticas del hombre, de allí su sentido y su importancia.

El preámbulo de la declaración universal de derechos humanos de 1948 reza “que


la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la
dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros
de la familia humana” y seguidamente, en el artículo número uno se plantea
“todos los seres humanos naces libres e iguales en dignidad y derechos y,
dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los
unos con los otros”. Lo citado anteriormente permite entender la dimensión de los
planteamientos de quienes se rehúsan a aceptar como válidos los anuncios
recientes de la corte constitucional, Colombia se ha comprometido como miembro
de las Naciones Unidas a asegurar el respeto de los derechos y libertades
fundamentales del hombre, contraría entonces el funcionamiento de la corte en el
sentido tratado, la voluntad de la comunidad internacional y de la humanidad.

La lucha entonces por el respeto de los derechos de estas personas, fiel a la


tradición, implicará no solo argumentos sino también tiempo, será una tarea difícil
de conseguir y probablemente aun queden muchas batallas que librar, lo cierto es
que estas personas son objetos de derecho como cualquier otra persona, y en ese
sentido, debe dejar de practicarse la esterilización forzada, con seguridad que en
la actualidad existen alternativas (como la planificación) que permitirían evitar que
se transgredan las libertades y derechos de estas personas, incluyendo su
derecho a la sexualidad e incluso a la reproducción.

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