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DEFINICIÓN DE FORMATO

Del francés format o del italiano formato, el


término formato refiere al tamaño y las medidas de un impreso,
una fotografía, un cuadro, etc. Por ejemplo: “Por favor, imprime estos
documentos en formato A4 que debo presentarlos en la
municipalidad”, “El manual está en formato Oficio, así que necesitamos
una carpeta más grande para guardarlo”, “Fabián me regaló un
portarretrato con formato 13×18”.
Los formatos de papel más conocidos son aquellos estandarizados
en 1922 por la norma DIN 476 de una institución alemana. Dicha norma
sirvió como base de un equivalente internacional (ISO 216), aunque
muchos países aún utilizan otros sistemas tradicionales.
Los formatos reconocidos por ISO 216 se dividen en tres series
(A, B y C), con tamaños del 0 al 10. El formato de papel más popular a
nivel mundial es A4 (es decir, Serie A Tamaño 4, equivalente a 210 x
297 milímetros).
En Estados Unidos y en algunos países latinoamericanos, se utilizan
formatos como Carta, Oficio (o Folio) y Legal.
El conjunto de las características técnicas y formales de
un programa televisivo o radial o de una publicación
periódica también se conoce como formato: “La actriz anunció que
participará de una serie mexicana con formato de tira”, “Me gustan las
emisiones de radio de formato magazine”, “Creo que tendremos que
modificar el formato de la revista si queremos seducir a más
auspiciantes”.
Para la informática, un formato es una determinada estructura que
permite a una computadora convertir la información al código binario y
viceversa. Algunos formatos conocidos son JPEG (imagen), AVI (video)
y DOC (archivo de texto).

En los últimos años, los contenidos en


formato digital han cobrado cada vez más peso, lo cual se opone a los
artículos físicos, generalmente grabados en DVDs o Blu-rays. Sin
embargo, esta transición de lo físico a lo digital no se aprecia con la
misma fuerza en todos los rubros; si bien es posible asegurar que el 99%
de los videojuegos que se crean en la actualidad cuentan con una
versión descargable (muchas veces, en forma exclusiva), lo mismo no
ocurre con las películas, por ejemplo.
Las razones de esta diferencia no se encuentran en el espacio necesario
para almacenar el contenido, ya que los juegos de la generación actual
suelen sobrepasar los 10 GB (gigabytes), y cada vez es más común que
su peso gire en torno a los 45 GB. La variable fundamental de este
fenómeno es el público: los consumidores de videojuegos suelen dejarse
seducir por los avances tecnológicos y, si bien un gran porcentaje de
ellos no desea perder el contacto físico con sus juegos favoritos, ciertas
ventajas técnicas del formato digital los empuja a dar el salto.
Uno de los puntos fuertes de la distribución de videojuegos en formato
digital es el ahorro de energía que supone, ya que evita el
funcionamiento de la lectora de discos y del motor que los hace girar, con
el calor que esto genera en la consola y la consiguiente necesidad de
refrigeración; claro está que esta diferencia tiene lugar si el medio de
almacenamiento cuenta con tecnología de memoria flash, dado que los
discos duros también tienen partes mecánicas.
Por otro lado, el almacenamiento en memoria local de un videojuego
suele acelerar la velocidad de lectura y mejorar su rendimiento, aunque
esto depende de la tecnología usada. Cabe mencionar que por mucha
comodidad que ofrezca, el formato digital requiere de una inversión
monetaria para comprar discos o tarjetas para almacenar los productos y
si el precio de la alternativa descargable no es significativamente más
bajo que el de la versión física, entonces sus ventajas resultan menos
tentadoras para los consumidores.

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