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El humor en la relación asistencial


y en la entrevista: (I) Introducción a la
psicología del humor y la comicidad
J.L. Tizón García
Psiquiatra en Atención Primaria. Psicólogo. Psicoanalista. Unitat de Salut Mental de Sant Martí-nord. Institut Català de la Salut. Barcelona.

El trabajo comienza valorando la utilidad alegría; su utilización como defensa y su


del humor para la relación asistencial genética como resultado de varios
y el frecuente uso que los clínicos actuales mecanismos de defensa, sobre todo de los
realizan del mismo. más “desarrollados”, “neuróticos” o
En la primera parte del trabajo se intenta “maduros”; su vinculación con la personalidad
definir lo cómico y la comicidad como la global, con la integración de la personalidad y
facultad o atributos que permiten vivir y con la salud (integral); su génesis en las
expresar la emoción de la alegría en la vida relaciones duales y triangulares tempranas;
cotidiana a partir de sucesos de la misma. Es sus relaciones con los sueños y los juegos
un resultado del sentido del humor. Se como otras formas de espacios transicionales;
hablará de “sentido del humor” para hacer su apoyo en la polisemia del significado y en
referencia a las capacidades atribuidas a los sentidos múltiples de las palabras y las
individuos o grupos humanos para poder cosas; su dificultación por parte del
encontrar lo cómico en la vida cotidiana, narcisismo...
mientras que el chiste, otra forma de lo
Un niño de seis años le dice a su hermanita de cuatro: “He
cómico, tendría que ver ya con “partículas encontrado un preservativo en la baranda.” Su hermanita:
narrativas de comicidad” que se trasmiten a “¿Qué es la baranda?”
partir del lenguaje, pero que no se crean en
ese momento, sino que provienen de Aunque se trate hoy de un término aparentemente extramédi-
momentos anteriores o de una cierta co, la palabra “humor” posee amplias resonancias médicas,
no sólo por sus repercusiones sobre la salud y la patología,
tradición. sino por los siglos de historia de la medicina que subyacen en
En la tercera parte del trabajo se realiza una él. En realidad, el término, en su sentido más amplio, hace re-
aproximación a la psicología del humor en la ferencia a cualquiera de los fluidos corporales. Tanto en su
relación asistencial: se comenta su relación acepción actual más común (relacionada con lo cómico, la
con otras emociones, además de con la comicidad), como en esa acepción más general, se apoya en
una de las teorías fisiológicas que han predominado durante
más siglos en nuestras disciplinas. En concreto, su origen es
la fisiología hipocrática. Para Hipócrates (y durante siglos de
Palabras clave: Humor. Sentido del humor. Relación medicina occidental después de él) la base de la salud subya-
asistencial. Entrevista clínica. Emoción. Depresión. ce en el delicado equilibrio entre los cuatro humores (o líqui-
dos) fundamentales del cuerpo: sangre, linfa o flema, bilis

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amarilla y bilis negra o atrabilis. Como en el caso de otros visión nos vamos a centrar en la segunda acepción del térmi-
muchos términos médicos, la aplicación y diversificación de no humor: la que lo vincula con lo cómico y la comicidad y,
los mismos al campo de “lo psíquico”, lo mental, ha llevado de forma mucho más limitada, en lo que afecta a la asisten-
a diferenciarlos de esa base fisiológica, acentuando los com- cia sanitaria.
ponentes caracteriales, relacionales, de cada uno de esos ele- Una breve revisión bibliográfica y de los diccionarios
mentos fisiológicos. Se trata de una derivación típica de las más al uso (Encyclopaedia Britannnica, Diccionario Enci-
concepciones fisiológicas sumerias, griegas y árabes propi- clopédico Larousse, Gran Enciclopedia Catalana, Diccio-
ciada por el dualismo judeocristiano. De tal forma, los térmi- nario de la Real Academia Española, etc.) puede llevarnos a
nos que se refieren a sensaciones globales del sujeto, como el las siguientes conclusiones:
que en indoeuropeo se designaba como angst (sensación de
opresión en el pecho, dificultad de respirar), ha dado lugar a 1. Es difícil aclarar las relaciones y diferencias entre el
términos directamente mentales como angustia y derivados. humor, el sentido del humor y lo cómico, la comicidad. De
De forma similar, hablamos de individuos sanguíneos, flemá- ahí que, para esta revisión, haya tenido que apoyarme en una
ticos, biliosos o coléricos, atrabiliarios, etc., aunque, a menu- concepción personal de tales relaciones.
do, cuando lo hacemos, no somos conscientes de la base fi- 2. La bibliografía internacional sobre el tema del sentido
siológica de tales conceptos y fonemas y, menos aún, de su del humor en la relación asistencial y/o en la entrevista clíni-
fundamentación en los estudios y especulaciones de una fi- ca es escasísima: nuevamente nos encontramos con una de
siología médica griega concreta: la de la escuela de Cos. esas realidades que presentan el sesgo biologista2 y las rígi-
Hoy día, pues, el término humor hace referencia a: das disociaciones defensivas que una determinada orienta-
a) cualquier fluido corporal (p. ej., el humor vítreo); b) una for- ción de la práctica médica en nuestros días está imponiendo
ma de relación entre el sujeto y lo cómico, y c) el estado de áni- al estudio de las realidades asistenciales. Si bien el uso del
mo o afectivo fundamental y más frecuente de cada individuo. humor y la comicidad forman parte de la vida profesional de
A pesar de lo que se suele creer, el desarrollo del sentido del todo trabajador sanitario, la importancia de tal tema es negli-
humor y la importancia concedida al mismo de forma global gida en los textos clínicos y propedéuticos, en la formación
en nuestra cultura son relativamente recientes: en primer lugar, e incluso en la formación continuada. Como suele ser negli-
los prohombres renacentistas, y después los literatos y las cla- gida, más en general, la importancia de las emociones y
ses cultas inglesas de los siglos XVI y XVII, fueron quienes acti- otros elementos psicológicos en el conocimiento y en la
vamente decidieron cultivarlo, valorar su importancia social e práctica asistencial3,4.
incluso médica e intentan exportarlo hacia “el continente”. 3. Una excepción a tal negligencia viene representada por
Otras culturas –p. ej., indostánicas o chinas– llevaban ya siglos la bibliografía psicoanalítica y de los psicoterapeutas de orien-
proclamando su importancia, algo que en la Europa medieval tación psicoanalítica: desde el propio Freud, que dedicó cente-
quedaba reservado para las cortes (los bufones) y el pueblo ba- nares de páginas a estudios clínicos y reflexiones sobre el te-
jo, e incluso era estigmatizado por la clerecía y la Inquisición ma5-7, hasta hoy, casi podría parecer que se trata de un tema
como una de la formas de “penetración del maligno” en los su- privativo del psicoanálisis y la psicoterapia psicoanalítica8-16.
jetos. Umberto Eco1 hace decir al sacerdote integrista español 4. Empero, a pesar de esa “disociación de la realidad” en la
Jorge de Burgos en El nombre de la rosa: “La risa es la debili- literatura sanitaria en general, una breve encuesta personal me
dad, la corrupción, la insipidez de nuestra carne. Es la distrac- ha permitido pensar que, sin embargo, los clínicos actuales: a)
ción del campesino, la licencia del borracho. Incluso la Iglesia, valoran la importancia del sentido del humor en la relación
en su sabiduría, ha permitido el momento de la fiesta, del car- asistencial, incluso como arma terapéutica; b) muchos de ellos
naval, de la feria, esa polución diurna que permite descargar lo usan o creen usarlo en ese sentido; c) casi todos afirman que
los humores y evita que se ceda a otros deseos y a otras ambi- el sentido del humor es básico para “sobrevivir” en la clínica, y
ciones (...). La risa libera al aldeano del miedo al diablo, por- d) en esa línea, afirman que el humor es una de las bases de las
que en la fiesta de los tontos también el diablo aparece pobre y relaciones interprofesionales: en los descansos, en los pasillos,
tonto y, por tanto, controlable (...). Cuando ríe, mientras el vi- en los comedores, en las reuniones de médicos y/o enferme-
no gordo gotea en su garganta, el aldeano se siente amo, por- ras... Mi perspectiva personal coincide, en general, con la de
que ha invertido las relaciones de dominación (...). La risa dis- los compañeros que me han respondido así a tales preguntas.
trae, por unos instantes, al aldeano del miedo (...). ¿Y qué serí-
amos nosotros, criaturas pecadoras, sin el miedo, tal vez el más
propicio y afectuoso de los dones divinos? (...). El pueblo de Una propuesta terminológica
Dios se trasformaría en una asamblea de monstruos eructados
desde los abismos de la terra incógnita...” Como decía, dadas las dificultades de casar los diversos sig-
Como puede observarse, el tema posee profundas raigam- nificados atribuidos a los diversas palabras que menciona-
bres culturales, filosóficas y hasta religiosas, pero en esta re- mos, he tenido que adoptar una convención personal. De

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acuerdo con la misma, en este trabajo se acepta que lo cómi-


TABLA 1. Desarrollo emocional en la infancia
co y la comicidad son la facultad o atributos que permiten
vivir y expresar la alegría en la vida cotidiana a partir de su- Edad Capacidad y expresión emocional
cesos de la misma (y una parte de tales sucesos son los ex- Nacimiento Placer
presados a través del lenguaje). Es un resultado del sentido Sorpresa
del humor. Hablo aquí de la alegría, por supuesto, como una Disgusto
Sufrimiento
de las emociones humanas básicas: la neuropsicología del
desarrollo y la psicología y la pediatría experimentales han 6-8 semanas Alegría
demostrado que la alegría es una de las emociones humanas 3-4 meses Ira
básicas, genéticamente predeterminada, cuya expresión tien- 8-9 meses Tristeza
de a aparecer y desarrollarse ya en los primeros 2 meses de Temor
la vida extrauterina17 (tabla 1). 12-18 meses Ternura
Vergüenza
Tal vez pudiera ser preferible hablar de comicidad y senti-
do del humor porque el término humor es polisémico también 24 meses Orgullo
en psicología y no sólo en medicina. Como hemos visto, en fi- 3-4 años Culpa
Envidia
siología y psicología no sólo significa algún fluido corporal,
sino también la disposición afectiva fundamental de una per- 5-6 años Inseguridad
Humildad
sona, en buena medida genéticamente predeterminada, vincu- Confianza
lada al diencéfalo, y/o cincelada por vivencias y experiencias
Modificado de Kaplan et al17.
muy primitivas, muy precoces en la vida. Ocupa un arco que
oscila entre la tristeza o pena, por un lado, y la alegría, por
otro, dos emociones humanas básicas. Sus desviaciones serían
la hipotimia, o estado de ánimo o humor abatido, y la hiperti- Desde luego, tampoco en esta acepción los términos hu-
mia, o humor exaltado. Psicopatológicamente, sus extremos mor y sentido del humor son unívocos. Para algunos estu-
serían la melancolía o depresión y la elación o manía (el esta- diosos del tema, se diferencian de lo cómico y la comicidad
do de ánimo patológicamente exaltado). La nostalgia, la pena, en que el sentido del humor más integrado, más maduro,
la añoranza son sentimientos humanos más o menos teñidos siempre tiene en cuenta una autorreflexión, siempre incluye
por un humor básico “hipotímico”. unas ciertas dosis de “reírse de uno mismo”.
El sentido del humor consistiría, pues, en esa capacidad per-
sonal (social y cultural) para percibir y difundir la comicidad, El psicoanalista al paciente:
el sentido de lo cómico; en último extremo, la capacidad per- –En la sesión anterior me dijo que sus padres eran Ava
sonal para captar y difundir los aspectos alegres de la vida, pa- Gardner y Albert Einstein y hoy dice que fueron ZsaZsa Ga-
ra poner en marcha o difundir la alegría, esa emoción que pro- bor y El Fary: ¿en qué quedamos?:
duce bienestar en el ser humano y en los grupos. De igual for- El paciente:
ma, se hablará de sentido del humor para hacer referencia a las –En que usted me cobra a 7.000 la hora, pero se las va a
capacidades atribuidas a individuos o grupos humanos para currar18.
poder encontrar lo cómico en la vida cotidiana, mientras que el
chiste, otra forma de lo cómico, tendría que ver ya con “partí- La capacidad de reírse de uno mismo es un componente
culas narrativas de comicidad” que se transmiten a partir del fundamental del sentido del humor que llamamos “más sa-
lenguaje, aunque en este caso no suelen ser creaciones del mo- no”: el que más contribuye a las relaciones y a la solidaridad
mento concreto, sino que provienen de momentos anteriores o interhumana. A la búsqueda de la comicidad siempre basada
de una cierta tradición. Suelen ser menos espontáneas, más es- en los defectos o errores de los demás (de “los de Lepe” o
tereotipadas, más pautadas, con cierta tendencia a la repeti- los de la otra isla o ciudad en competencia con la propia)
ción... Es el sentido del humor el que permite crear, entender y hay quien no lo considera humor. Como mucho podría lla-
difundir el chiste, la broma. Entenderemos, pues, aquí el térmi- marse “sentido del humor proyectivo” (basado en la proyec-
no “humor” en una de sus formas más generales, como el acto, ción, en la atribución al otro de males, defectos y errores; in-
situación o concreción del sentido del humor y la comicidad, cluso puede ser un buen indicativo de rasgos de sadismo de
que puede dar lugar a los chistes, las bromas, las ironías, el sar- quien realiza esas bromas). A veces, con la búsqueda o el
casmo... En la ironía, utilizamos el sentido del humor para ex- hallazgo colectivo en el cual proyectar nuestros errores y
presar lo contrario a lo que queremos comunicar, pero dando a torpezas; tal es así con los chistes sobre el pueblo de Lepe y
entender ambiguamente nuestros verdaderos sentimientos. Es los leperos en la España de final de siglo.
una broma muy mediada por recursos del lenguaje e intelec- Existen numerosos libros, conversaciones y material au-
tuales. diovisual sobre los errores de los pacientes ante la termino-

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logía, los procedimientos o las actitudes de los médicos. No ción en su capacidad respiratoria. Siente que de todo eso no
es desdeñable en muchos de estos casos el uso proyectivo se va a librar nunca, pero no por ello deja de ir al médico a
del humor. A menudo esos materiales “humorísticos” vienen quejarse y a pedirle que lo remedie. Ha observado que lo
expresados de tal forma que parece claro que el profesional único que mejora sus impresionantes dolores, cuando los
superior, con un lenguaje y unos conocimientos superiores, tiene, es ponerse a escuchar marchas militares, en la radio
se ríe del “consultante tonto”, que se equivoca con el len- o en el tocadiscos.
guaje y los procedimientos. En pocas ocasiones esas retahí- Naturalmente, a lo largo de todos estos años, el señor Z
las de chistes u ocurrencias, ciertamente cómicas, van acom- ha hecho numerosas exploraciones, ingresos y análisis. El
pañadas de una reflexión, humorística o no, sobre cómo las resultado es que, aparte de rótulos de escaso valor, los in-
facilitamos con nuestro lenguaje artificiosamente tecnifica- formes de los especialistas sólo contienen observaciones ne-
do, con nuestra dificultad de traducir términos y procedi- gativas: “no hay carcinoma de recto”, “no hay alteraciones
mientos a los pacientes, con nuestras dificultades de relación aparentes”, “endoscopia y colecistografía con resultados
(y de relación asistencial). En este caso, existe un buen seña- negativos”, etc. Hasta el informe del psiquiatra es del mis-
lizador para definir el aspecto fundamentalmente sádico y mo tipo.
narcisista (de narcisismo de grupo) de ese humor: ¿Serían A pesar de todo, parece que las relaciones con la esposa
chistes y ocurrencias cuyo humor compartirían nuestros pa- son buenas, aunque no han tenido hijos. Las relaciones se-
cientes? ¿Podríamos contarlos delante de ellos? ¿O esa co- xuales parecen más bien escasas, pero la esposa afirma que
micidad más bien tiene que ver con la tendencia sádica cari- “es un buen marido”.
caturizada en el chiste que sigue, a menudo convertido en Es evidente que el señor Z ha llegado hace muchos años
realidad en la asistencia? Y con ello entramos en un campo a la conclusión de que los médicos no pueden hacer nada
fundamental para el sentido del humor: éste tiene que ver por él... “Nadie puede curarme”, dice con un tono casi
con una forma de relación. Primero, intrapsíquica; después, abiertamente masoquista. El médico ha “aprendido” a so-
externa, relacional. portar esta situación de forma que también suena masoquis-
ta: escucha al paciente, intenta confortarlo, prescribe explo-
– Doctor, vengo a verle porque nadie me hace caso. Voy raciones ocasionales (en las que no cree), receta fármacos
a una consulta y a otra, a urgencias incluso y nadie me hace diferentes cada vez que el paciente lo pide, aunque con cier-
caso... to cuidado para no causar iatrogenia... Cuando el paciente
– (El doctor a la enfermera): Antonia, dígale al siguiente insiste en que “esto ya no me hace nada”, receta un nuevo
que vaya preparándose... fármaco parecido (o incluso el mismo con otro nombre co-
mercial).
Uno tras otro, van entrando en un quirófano primero Pero un día, poco antes de hablar del caso en el grupo
tres, luego otros tres, luego dos médicos más, todos prepa- “tipo Balint” el médico “saltó”. Siente que lo hizo inopina-
rados para operar... El paciente, aún despierto, comienza a da e inadecuadamente, pero “saltó”. Ante las quejas del se-
asustarse. Y más aún al apreciar la sonrisa entre irónica y ñor Z y su insistencia en la ineficacia de las últimas medica-
triunfante de muchos de ellos y la avidez con la cual le mi- ciones, el doctor Job, medio en broma y medio irritado, co-
ran. Al final, balbucea: “Doctor, ¿es que hay algún proble- gió el Vademecum, lo puso delante del paciente abierto por
ma?” El cirujano jefe: “No se preocupe, Ruipérez. Es que la mitad y le dijo: “¿Hace usted el favor de elegir qué dese-
nunca habíamos tenido la oportunidad de operar a un ins- aría tomar ahora?”
pector de Hacienda.” En el grupo pudimos hablar de cómo, posiblemente, ha-
bía adoptado con el paciente una relación masoquista, de
Ahora bien, la capacidad de “reírse de uno mismo”, si es “soportar y aguantar” (¿como la de Job?). Pero el otro la-
reiterada y extrema, puede desvelar un rasgo masoquista en do de una relación masoquista es el sadismo: seguramente,
quien lo usa. por eso está preocupado. Teme que, tras años de esfuerzos,
frustraciones y sinsabores, la ira le haya dominado y haya
El doctor Job lleva más de 8 años atendiendo al señor Z, maltratado y ridiculizado al paciente. Es cierto que su inter-
un hombre de 58 años que, durante todos esos años nunca vención posee un cierto sentido del humor, pero no sabemos
ha dejado de quejarse. Ha tenido dolores rectales, pareste- por qué lado se lo puede haber tomado el paciente: ¿como
sias en la pierna izquierda, jaquecas... Se siente muy mal demostración del sadismo o como un intento humorístico?
cuando tiene que esperar trenes y autobuses y tiene mareos El Dr. Job relató entonces que la consulta no había ido del
cuando está parado. Su mala digestión es “tan impresionan- todo mal. Que el paciente se asustó primero, pero que luego
te” que, a menudo, las entrevistas clínicas están puntuadas sonrió y dijo entre dientes algo como: “ya entiendo lo que me
por sonoros y dramáticos eructos. También tiene dolores en quiere decir, doctor, ya entiendo...”. Pero el doctor se pre-
otras partes del cuerpo, según las épocas, y cierta disminu- gunta cómo vendrá el próximo día y qué pasará entonces.

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Un mes después, el Dr. Job insistió en comenzar la sesión inseguridad...). Como puede verse, para que predominen las
del día con su caso: El señor Z había vuelto... Pero no a la emociones agradables, sobre las desagradables, basadas en
semana siguiente, como venía haciendo desde hacía años, el sufrimiento y en la reacción de estrés.
sino 3 semanas después. Aparentemente, se quejó sólo de
sus dificultades respiratorias, pero admitió la negativa del Es sabido que, durante decenios, en nuestro país, los chis-
médico a volverlas a explorar entonces. También pareció tes sobre Franco y el franquismo ocuparon horas y horas de
admitir una disminución de las diversas medicaciones. Y se la vida social y relacional. Sin embargo, hoy (casi) han deja-
había despedido de él con una sonrisa más abierta. En el do de aparecer en la vida social. Franco y el franquismo ya
grupo se comentó cómo a ese tipo de pacientes, más que no representan la amenaza brutal que representaron para la
adoptar con ellos actitudes masoquistas (o expulsarlos sádi- mayoría de los españoles: la amenaza de muerte de ellos mis-
camente), valía la pena darles responsabilidades, tareas, mos o sus familiares, como sucedió a más de 300.000 españo-
apoyarse en sus aspectos más capaces y autónomos... les que sufrieron la muerte en la guerra desencadenada por
Seis meses después, el Dr. Job volvió a contarnos la evo- el nacionalismo integrista, o la represión en la retaguardia
lución del caso: él había intentado seguir esas ideas y, para (unos 500.000 muertos más), o la emigración política (más de
su asombro, el señor Z había disminuido mucho en la fre- un millón) o la emigración económica posterior (más de dos
cuentación. Seguía viniendo y sus quejas eran casi siempre millones). Afortunadamente, ya no hay que afrontar el temor
“biológicamente inexplicables”, somatomorfas. Pero el to- y la inseguridad que la situación producía a la mayoría de los
no de la consulta había cambiado notablemente: ya no era españoles, incluso a las minorías que activamente apoyaron
tan quejoso y doliente. Para el Dr. Job “las cosas han mejo- desde el principio la dictadura. La mayor parte de la socie-
rado de forma notable. Y sin que me lo esperara. Quiero de- dad española, bien dotada de sentido del humor y otros senti-
ciros que hasta me ha hecho un regalo el día de mi san- dos, ha extendido sobre esas masacres y sinsentidos un manto
to...”. Aquí, el Dr. Job se calló... lo cual estimuló la curiosi- de reconciliación que, desgraciadamente, puede convertirse
dad del grupo. Ante la insistencia de varias compañeras, el en una espesa manta de olvido sin duelo: el mejor caldo de
Dr. Job acabó por “medio confesar” cuál había sido el re- cultivo para la repetición.
galo: un disco de marchas militares.
A veces, la línea que separa el humor del sadismo y el 3. De ahí que debamos tener en cuenta que el desarrollo del
masoquismo es tan tenue, tan imperceptible... sentido del humor está vinculado con el desarrollo de la per-
sonalidad global, con su coherencia e integridad. A escala so-
cial, con el desarrollo e integridad de una cultura. Las perso-
Sobre la psicología del sentido nas muy primitivas, o deficientes, con importantes “retrasos o
del humor déficit cognitivos”, emocionales o de capacidades de relación,
las personas con dificultades para expresarse a través del len-
La revisión de la bibliografía sobre el humor hace pensar guaje, habitualmente están dificultadas asimismo en el sentido
que en la base de lo cómico que descubre el sentido del hu- del humor. Por ejemplo, se precisa una cierta flexibilidad per-
mor suelen subyacer una serie de elementos: sonal, de la personalidad global y de sus diferentes instancias
para poder apreciar y utilizar el sentido del humor.
1. La sorpresa, lo sorprendente, lo inesperado. Muchos 4. Pero esa insistencia en la importancia del lenguaje no
chistes y ocurrencias se ocupan de situaciones sorpresivas debe hacernos olvidar que hay “lenguajes no verbales” que
(es decir, de situaciones o elementos que irrumpen sin que pueden ser vías fundamentales de lo cómico y de la transmi-
estemos preparados o precavidos para recibirlas). Además, sión de lo cómico. De ahí que existan tantos chistes basados
un elemento narrativo a menudo indispensable en el humor en los gestos, propios y ajenos, que el humor pueda transmi-
y en lo cómico es el uso de la sorpresa (el “suspense”) en la tirse a través del lenguaje no verbal, y que incluso existan
narración. disciplinas artísticas y de comunicación basadas en la trans-
2. Como ya insistía Freud6, lo cómico supone una descar- misión corporal: mimos, bufones, etc.
ga de tensión, tiene que ver con el principio de la “economía
de los afectos y las pulsiones”: una forma de acercarnos a El pediatra tiene que explorar una otitis de un niño de
los temas que nos angustian es el sentido del humor. Situa- año y medio. El niño se ha resistido de entrada y se acurru-
ciones de angustia excesiva pueden ser aliviadas por un ca, llorando, en los brazos de su madre. El pediatra enton-
chiste, una ocurrencia o un acontecimiento cómico. Psicoló- ces intenta cogerle el chupete. El niño se resiste. El pediatra
gicamente eso significaría el uso de unos mecanismos de de- insiste una o dos veces más en tono juguetón, sin tirar en
fensa en vez de otros para que predominen unas emociones realidad demasiado del chupete. Después, coge un chupete
(placer, alegría, sorpresa, confianza) sobre otras (disgusto, que tiene en el armario para otras demostraciones y, alter-
sufrimiento, ira, temor, tristeza, vergüenza, culpa, envidia, nativamente, se lo pone en los labios y el oído, mientras

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muestra gestos de extrañeza y diversión. El niño acaba rién- En el sentido social o sociológico, hay situaciones que
dose. Cuando ha sonreído varias veces, el pediatra le acer- exigen del humor para sobrevivir (p. ej., determinadas situa-
ca el chupete a la oreja. Juega a tocársela con él, mientras ciones de carencia no extrema, opresión, indefensión), así
sigue con los gestos humorísticos. En uno de ellos, en vez como existen situaciones sociales que dificultan el desarro-
del chupete, logra introducir el otoscopio en el oído externo llo y comunicación del humor. Podría ilustrarse esta última
y, mientras sigue hablando y haciendo gestos, por etapas, perspectiva social con unos versos de Bertolt Brecht referi-
consigue realizar la exploración. dos a una situación de opresión y mentira extrema que llegó
a contagiar a gran parte de una sociedad: el nazismo. Berl-
5. La viñeta clínica anterior nos recuerda que, evidente- tolt Brecht21 pensó y escribió:
mente, el desarrollo del sentido del humor y las bases para
el mismo comienzan en momentos muy tempranos de la on- En los tiempos oscuros, ¿se cantará también?
togenia. La alegría y el sentido del humor pueden observar- También se cantará, sobre los tiempos oscuros.
se ya en el bebé y el niño de menos de un año de vida.
Cuando el bebé puede poseer una representación mental del 6. Lo anterior debe recordarnos que el sentido del humor
otro como ser (u “objeto”) total, una percepción de objeto se apoya en experiencias primitivas de placer y satisfacción
total19 de un “otro” que ha sido lo suficientemente estable y suficientemente reiteradas. Al igual que de la lengua se dice
lo suficientemente próximo (afectiva, física y corporalmen- “la lengua materna”, el humor está relacionado sobre todo
te), su ausencia es la fuente del mayor de los temores, es con “el humor materno” (o de las personas sustitutivas) y, en
una situación que despierta intensas ansiedades persecuto- el presente momento cultural, con el “humor materno y pa-
rias 4,19,20: esa ausencia puede dejarnos abandonados al terno” (o de los tutores o cuidadores estables). A menudo se
hambre, el dolor, la tristeza, la frustración, etc., situaciones dice (y con mucha penetración, por cierto): “este niño/a tiene
que todo humano ha experimentado en más de una ocasión. el humor de su madre (su padre, su abuelo...)”. Ciertamente:
De ahí el temor ante la ausencia de ese “otro” y las protes- el humor, el estado de ánimo fundamental y más perdurable
tas y el llanto que los siguen –al menos desde que el niño en cada individuo, tiene que ver con el humor de la madre y
puede vivir la relación con los otros, fundamentalmente con sus cuidados y con la identificación con esa alegría e ingenio
su madre o persona sustitutiva, en posición reparatoria maternos (o con su ausencia más o menos melancólica); tiene
(desde los primeros 3 meses de vida)–. De ahí que, como que ver con la “díada primitiva”, con la relación dual primiti-
forma no consciente de acercarse y ayudar a elaborar esos va y con su “urdimbre afectiva”. Implica, además, o bien una
temores, en todas las culturas exista el juego del “cu, cu, confianza en los otros (el Otro) suficientemente establecida,
tras, tras” o sus equivalentes (“fort, da”): la mamá se escon- o bien una negación maníaca de los temores excesivos, que
de y reaparece con gesto risueño y el niño suficientemente se intentan disociar mediante chistes y bromas (en este caso,
atendido con anterioridad (el niño suficientemente integra- normalmente el sentido del humor será un proyectivo: servirá
do) acaba respondiendo a ese juego repetitivo con expre- para evacuar, enviar fuera culpas, errores, temores, etc.).
sión de placer, alegría, e incluso con la risa franca, desde 7. Ampliando la consideración de la génesis del sentido del
los pocos meses de edad. Se trata de un juego que expresa y humor, otro aspecto psicológico fundamental del humor, como
desarrolla su sentido del humor, siempre que esté suficien- de la integración personal, consiste en considerar su funda-
temente establecida la fantasía inconsciente básica de con- mentación ya no tan sólo en las relaciones duales, las primeras
fianza19, es decir, la fantasía de que, llegado el momento de relaciones del ser humano, sino más allá, en las relaciones
dolor, tensión, sufrimiento, hay un otro que acude a subve- triangulares y su relación con la triangulación originaria (ni-
nir nuestras necesidades. De manera similar, el sentido del ño/madre/padre). Y no sólo por las satisfacciones y placeres o
humor será también una característica individual biopsico- sufrimientos y disgustos que ese triángulo primitivo proporcio-
social (y una de las que más directamente traduce la necesi- na al niño, una de las bases de su futura capacidad de alegría y
dad de integración biopsicosocial): un niño con dificultades sentido del humor. También porque, incluso formalmente, el
de tolerar la frustración, o con exigencias aumentadas ya chiste y muchas formas de humor implican un triángulo entre
connatalmente, necesitará una familia especialmente dotada el narrador, el oyente y el sujeto o situación del chiste. Asimis-
para desarrollarse (y desarrollar el sentido del humor). Un mo, entre el significado, el significante y el narrador, tanto co-
niño con una madre o un padre con un trastorno mental gra- mo entre el significado, el significante y el oyente. Sin olvidar
ve, o sumamente entristecido por un duelo en el primer año que el humor sólo puede ser vivido como tal en una relación
de la vida del hijo, o un niño en cuyos primeros años las sujeto-objeto-broma o chiste: si la relación no es adecuada, si
tristezas y sufrimientos predominan sobre los placeres y la broma no es congruente con la relación, si el sujeto “no sa-
alegrías, poseerá mayores dificultades para el desarrollo de be” cómo hacer la broma o el chiste, no hay gracia, no hay co-
un sentido del humor no proyectivo, ni despectivo (el sar- micidad, no se mueve el sentido del humor del oyente. De ahí
casmo) o maníaco. que perturbaciones en la lógica y la psicología de la triangula-

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J.L. Tizón García.– El humor en la relación asistencial y en la entrevista: (I) Introducción a la psicología del humor y la comicidad

ción afecten la capacidad o las formas del humor (y de ahí 9. El sentido múltiple de las palabras y las frases, la poli-
también que una buena parte de los chistes y bromas de todas semia de los significantes, suele ejercer un papel fundamen-
las culturas tengan que ver con la triangulación primitiva, con tal, tanto en el humor en general, como en el chiste en parti-
el “qué habrá tras la puerta verde”: la puerta de papá y mamá, cular: ello implica un uso suficientemente desarrollado del
del sexo oculto, de la afectividad y la sexualidad nacientes, con lenguaje, y del lenguaje usado para transmitir emociones.
sus percepciones inseguras, sus emociones, sus tabúes...). Y Pero esa posibilidad del uso del lenguaje para transmitir
recordemos que, a menudo, en la relación asistencial, estamos emociones en la relación presupone un importante desarrollo
viviendo situaciones triangulares, lo que puede dar pie a situa- y estructuración mental (y no sólo lingüística) de la persona
ciones de comicidad: entre el consultante, su familia y noso- que usa el humor y de quienes pueden com-partirlo (es de-
tros; entre el consultante, el médico y la enfermera; entre el cir, empatizar con él).
consultante, nosotros y otros profesionales; entre el consultan- 10. La polisemia, en casi cualquier idioma, resulta parti-
te, la enfermedad y el personal asistencial; entre el consultante, cularmente clara en los términos que traducen los afectos y
los procedimientos y nosotros, etc. las pulsiones o motivaciones fundamentales: en particular,
El Tryptizol® (una preparación de amitriptilina, un antide- la sexualidad y la agresividad. Como es de observación co-
presivo con efectos sedantes y antiálgicos) era uno de los tidiana, el humor y los chistes se basan en la aplicación a
psicofármacos más utilizados en una incipiente unidad de los términos y emociones agresivos o sexuales de una serie
salud mental de la que formé parte hace años. Una manifes- de técnicas que dan lugar a la expresión de lo cómico o al
tación de las triangulaciones espontáneas que se establecen chiste. De ahí que la psicosexualidad en sus diversas for-
en la asistencia y que todos recogimos con sentido del hu- mas (oral, anal, fálica o genital)19 y la agresividad en sus
mor (y tal vez en ese sentido fue creada) es que unos cuantos diversas formas (celos, envidia, hostilidad, destructividad)
pacientes comenzaron a pedir Triptizol® cuando acudían “a o la “pulsión de conocimiento” (escopofilia, voyeurismo,
la consulta del doctor Tizón” a buscar su medicación. exhibicionismo, tendencia a los viajes y exploraciones,
8. La polisemia de los términos y fonemas (afectivos) búsqueda de lo oculto, búsqueda de la verdad, investiga-
fundamentales de cualquier idioma desempeña un papel de- ción) se hallen en la base de la mayor parte de las concre-
terminante en el humor, la broma, el chiste... Por supuesto ciones del humor.
que vuelve a tener que ver con la capacidad de triangular, de 11. Por otra parte, como se ha señalado frecuentemente,
soportar una relación no exclusiva, no dual. En efecto, el su- para utilizar o apreciar el humor es necesaria una cierta fle-
jeto activo o pasivo del humor tiene que poder conjugar al xibilidad de la conciencia moral, del “super yo”: a menudo,
menos dos significados de algo: el aparente y el que, aña- el humor toma como tema los rígidos preceptos morales in-
diéndosele, hace que brote el equívoco, a menudo la base ternos o externos al individuo. De tal manera, el humor es
del humor. Esa polisemia es pues la base de otra de las ca- una forma de acercarse a lo reprimido, a la represión, a la
racterísicas del humor: su vinculación con la capacidad de moralidad extrema: no se la ataca frontalmente, pero el hu-
tolerar lo no claro, la ambigüedad, incluso el dolor... mor nos permite distanciarnos, “poner en solfa”, relativizar
Esa capacidad de tolerar la incertidumbre, la duda, el su- su absolutismo, arriesgarnos a criticarlo... También, el senti-
frimiento y enfocarlos de alguna forma creativa están en la do del humor y la comicidad sólo son posibles cuando nues-
base del don del humor, el don de la risa12, una forma de tro “super yo” no es demasiado duro con nosotros mismos:
hablar del tema que hace referencia a lo primitivo de su ad- no hay sentido del humor sin ciertas dosis de autoestima22.
quisición (y a sus características también connatalmente de- Las personas más duras, rígidas e inflexibles, con respecto a
terminadas). Aunque en otra esfera, tiene que ver con el de- ellas mismas o a los demás, difícilmente podrán estar dota-
sarrollo integrado de la personalidad: como ya hemos visto, das de un sentido del humor muy destacado.
el sentido del humor se halla en relación con la madurez de 12. De esa forma, el sentido del humor tiene que ver con
la personalidad, con la tolerancia a la frustración, con el dis- la flexibilización de las barreras entre lo inconsciente y lo
tanciamiento con respecto al narcisismo (hay que soportar el consciente, entre lo admitido y lo reprimido. Así, posee
ataque a nuestra omnipotencia que supone el no saber, la du- ciertas relaciones con otros dos supuestos “sinsentidos” de
da, la ambigüedad, el reírse de uno mismo...). la vida humana: los sueños y el juego. En cierta forma, el
humor es un juego, una forma de juego, y se asemeja al jue-
En la larga y apretada cola de un ambulatorio, un con- go incluso en su misma esencia: recordemos que el juego es
sultante le dice al otro: un “comportamiento en modo simulativo” que proporciona
– Esto de los lunes es fatal. placer, alivia tensiones y permite afrontar elementos psíqui-
– Sí. cos difícilmente afrontables de otro modo23-25. Los sueños
– Dígamelo a mí, que llevo aquí desde el sábado, añade suponen, por otra parte, la puesta en contacto con emocio-
otro. nes, recuerdos y situaciones difícilmente determinables o
(Adaptación de un chiste de Forges). incluso aleatorias. Son vivencias que han marcado nuestra

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Volumen 8, Número 5, Mayo 2001

TABLA 2. Utilidades del humor para la relación asistencial


especialmente difíciles de la asistencia (tabla 2). Decía Luis
y la entrevista asistencial Buñuel, el genial director de cine español: “Un día sin reír
es un día perdido.”
Liberación de ansiedades excesivas (del consultante y el 14. Hay que diferenciar el humor basado en la mera pro-
consultado)
vocación de la risa, la alegría, del humor basado en la auto-
Interrupción de situaciones excesivamente tensas
rreflexión, la autocrítica, la lucha contra la omnipotencia y
Nuevas posibilidades de comunicarse, hablar, explorar... el narcisismo, los verdaderos cánceres de la relación interhu-
Mejora de la relación profesional-paciente mana. Así, habrá un reírse diferente del reírse del otro, del
Forma de aproximación gradual o paulatina a determinados reírse de uno mismo, del reírse de la pareja y la mamá. De
temas difíciles ahí que sean mejores (para el desarrollo de la relación) las
Puede utilizarse para explorar la integración “yoica” bromas y el humor que incluyen elementos de autorrefle-
del consultante
xión, de autocrítica, que incluyen una cierta distancia humo-
Los consultantes a menudo lo utilizan para explorar rística con respecto a nosotros mismos. En la relación asis-
la integración e integridad del consultado, del profesional
(y su capacidad de empatía) tencial, eso significará que serán más seguras y útiles las
Como un elemento técnico para aprovechar las situaciones bromas y el sentido del humor que incluyan al propio clínico
de flash en la asistencia (para la realización de procesos y que no provoquen la risa a propósito de características del
de ayuda psicológica en APS y “de sensibilización a lo consultante o de su comportamiento. En este tema, como en
psicológico” en APS y atención primaria a la salud mental)
otros muchos, la verdadera amenaza para la relación asisten-
cial no procede tanto del desconocimiento (siempre corregi-
ble) o del error (a menudo enmendable) sino del narcisismo,
vida vigil, actual o pasada, y cuyos engramas ideoafectivos de la autosuficencia y la omnipotencia, que en sí mismos
perduran en nosotros en virtud de sus cargas asociativas, y impiden la autocorrección (porque impiden la autorreflexión
de su inserción en los mecanismos de la memoria vigiles. emocionada, el insigh7,22. Así pues, el narcisismo, esa forma
Ésas son similitudes con el humor, la broma, el chiste... de vivir dominada por fantasías de autosuficiencia, supone
Tanto en su origen como en su forma: ambigüedad, despla- una dificultad para comprender el humor de los demás y pa-
zamiento, condensación, elaboración secundaria, etc., son ra generar un humor autorreflexivo, “reparatorio”, no mera-
mecanismos básicos del humor, como lo son de los sue- mente proyectivo o despectivo, según la tipología que luego
ños24,25. propondré. Como mucho, el narcisismo da lugar a ese hu-
13. En ese sentido, resulta indispensable tener en cuenta mor proyectivo a menudo perfectamente incluible dentro del
los mecanismos de defensa para comprender el sentido del sadismo.
humor y sus fundamentos: el sentido del humor en sí mismo 15. En consecuencia, parece que el desarrollo del sentido
funciona como defensa contra la ansiedad y el sufrimiento del humor está vinculado con el desarrollo individual sano y
mental. Y como una defensa compleja: casi siempre, es la feliz, con la capacidad de integrar pulsiones y motivaciones
forma mediante la cual el sujeto puede afrontar y/o dar sali- fundamentales en el ser humano y en la relación. Es decir, el
da a afectos o representaciones mentales ambiguas, penosas; sentido del humor es una expresión de salud (en su sentido
desde las que tienen que ver con situaciones de sufrimiento, más holístico*: la capacidad de amar, trabajar, disfrutar y
opresión, temor, hasta las que tienen que ver con tabúes, fo- tolerar:4,20,26. Según esa definición, dos elementos funda-
bias, temas a evitar... El sentido del humor es lo que permite mentales de la salud tienen que ver directamente con el hu-
la libertad de escoger entre el sufrimiento y la denegación o mor fundamental y el sentido del humor: la capacidad de
disociación de la realidad. De ahí la polarización en los te- disfrutar y, como hemos dicho, la capacidad de tolerar (la
mas sexuales y sus represiones sociales y/o en los temas duda, la ambigüedad, los dobles sentidos, la incertidumbre,
agresivos y en sus inhibiciones o manifestaciones, además los propios defectos...). En consecuencia, el humor y el sen-
de en los temas de conocimiento/desconocimiento. Para la tido del humor pueden ser (¿por qué no?) elementos funda-
aplicación asistencial, pensemos que todas ellas son situa- mentales en la asistencia y en la terapéutica biopsicosocial.
ciones y vivencias propias de la relación médica más que de Ayudan a conservar la salud física y mental.
otras muchas situaciones. La posibilidad de tolerar la incertidumbre y la ambigüe-
Una de las pocas formas de sobrevivir al poder absoluto dad, la habilidad para integrar en nuestra visión de nosotros
es reír. Reírse de él. Históricamente, el humor ha servido pa-
ra discutir a los dioses (p. ej., el sarcástico humor de Casan-
dra en Las troyanas, de Eurípides). Ha servido para reducir
*En otros lugares he propuesto una definición sintética de la salud que me
el poder del clero y de los obispos, de la Inquisición, de los parece especialmente útil para la clínica cotidiana4,20,26. Creo que éste es un
militares, de las dictaduras, a base de reírse de ellos... De ahí tema en el que puede usarse fácilmente nuestra definición de la salud como
que pueda ser una forma adecuada de afrontar situaciones “la capacidad de amar, trabajar, disfrutar y tolerar”.

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J.L. Tizón García.– El humor en la relación asistencial y en la entrevista: (I) Introducción a la psicología del humor y la comicidad

mismos y del mundo la enorme variedad de motivaciones y bioso en las negativas del paciente y, percibiendo ese tonillo
urgencias, sentimientos e ideas contradictorias que nos pue- “masoquista”, le espetó:
blan y pueblan el mundo es uno de los requisitos fundamen- – A ver, Juan, usted hizo la mili. Un día me contó algunas
tales del “don de la risa”, del sentido del humor12. de sus experiencias chocantes en la mili, ¿se acuerda? Pues
Por otra parte, el sentido del humor se halla vinculado a lo que usted está haciendo ahora me recuerda a mí aquel di-
lo que llamamos ingenio, esa compleja mezcla de capacida- cho que se mencionaba a menudo en el comedor cuando al-
des cognitivas e intuición (es decir, funciones emocionales y guien se enfurruñaba: “para que se fastidie el capitán, no
relacionales fundamentalmente inconscientes) que caracteri- como rancho”. ¿Recuerda? Pues me parece que el que us-
zan a algunas personas ingeniosas o a determinados momen- ted esté molesto por tener que repetir la exploración no de-
tos de ingenio de cualquiera de nosotros. bería llevarle a no hacérsela “para fastidiar a los radiólo-
gos”, ¿no cree?
El mismo doctor Job que, medio desesperado medio en – (Juan, riendo): bueno, doctor. No se ponga usted así.
broma, había ofrecido al paciente el Vademecum para que Ya sabe que si usted me lo dice la repetiría dos veces... O
él mismo escogiera “qué deseaba tomar a partir de enton- diez, si fuera necesario.
ces”, recurrió en otra ocasión a esa su fina sensibilidad pa-
ra las situaciones y vivencias masoquistas. El señor Juan 16. El verdadero sentido del humor, el que más adelante
Reniéguez no estaba dispuesto a hacerse las exploraciones vamos a llamar “reparatorio”, tiene que ver con la “valora-
que él le indicaba, enfadado porque las practicadas ante- ción de la relación” (y, por tanto, con la solidaridad en sus
riormente habían resultado infructuosas por errores técni- diversas formas: empatía, simpatía, comunión...). Un sentido
cos. El médico pudo captar el tono levemente infantil y ra- del humor desarrollado implica una capacidad para la inter-

Puntos clave
• Placer, sorpresa, disgusto, sufrimiento, alegría, ira, tristeza y temor son las emociones humanas más
primitivas. Un bebé adecuadamente cuidado y querido las manifiesta ya desde el primer año de vida.
Y, posiblemente, son formas primitivas de ternura y vergüenza.
• Las emociones son uno de los aspectos fundamentales de la actividad mental y relacional humana. Son las
que confieren el significado a la vivencia y, por tanto, son los elementos motivadores de primer orden.
• Las emociones y, por tanto, la alegría, cuentan con componentes connatales, genéticamente predeterminados,
y con desencadenantes y organizadores en las relaciones humanas primigenias (las relaciones con la madre,
el padre o sustitutos).
• Lo cómico y la comicidad es la facultad o atributos que permiten vivir y expresar la alegría en la vida
cotidiana a partir de sucesos de la misma (y una parte de tales sucesos son los expresados a través del
lenguaje). Son concreciones del sentido del humor.
• La vivencia frecuente de la alegría (no de la euforia defensiva) es un elemento básico de la salud y para
desarrollar la salud (integral) en los seres humanos.
• El humor es el acto, la expresión o la acción que desencadena la alegría (mediante bromas, chistes, ironías...)
y el sentido del humor, la capacidad, el ingenio o el talento que puede encontrar elementos en la vida
cotidiana para lograrlo.
• El humor y el sentido del humor pueden suponer, por otra parte, importantes defensas contra el sufrimiento,
el dolor, la frustración, la represión social. En ese sentido, los diversos tipos de humor utilizarán diversos
tipos de mecanismos de defensa para organizarse.
• En la relación asistencial, el humor y el sentido del humor pueden ayudar a liberar ansiedades excesivas, a
interrumpir situaciones demasiado tensas, abren nuevas posibilidades a la relación asistencial, pueden
permitir acercarse a temas difíciles y, además, pueden ser utilizados como forma de explorar la integración
“yoica” y el grado de desarrollo de la personalidad del consultante (y del consultado).
• El humor, como expresión elevada y compleja de la relación que es, puede adquirir tres tonalidades y/o
caracterísicas básicas. Así, habrá expresiones de la comicidad evacuatorias, proyectivas o reparatorias.
• El sentido del humor está relacionado con la salud (global). Y más aún si la entendemos, según la propuesta
propia, como la “capacidad para amar, trabajar, disfrutar y tolerar”.

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subjetividad desarrollada, una “teoría de la mente” (propia y 5. Freud S. La psicopatología de la vida cotidiana. Tomo 6. Buenos Aires:
Amorrortu, 1901.
ajena) desarrollada27, una capacidad de simbolizar desarro-
6. Freud S. El chiste y su relación con lo inconsciente. Tomo 8. Buenos
llada25. Aires: Amorrrut, 1905.
17. En el mismo sentido, tiene que ver con la creatividad, 7. Freud S. El humor. Tomo 21. Buenos Aires: Amorrurt 1927.
con la capacidad de crear nuevas situaciones o productos 8. Jones E. Analytic study of a case of obsesional neurosis. En edit.: Pa-
(kare proviene del indoeuropeo y significaba originalmente pers on psycho-analysis (2.a ed.). Londres: Baillière, Tindall & Co,
1918.
dar vida, crecimiento, hacer...)28. O, al menos, el humor tie- 9. Kubie LS. The destructive potential of humour in psychotherapy. Amer
ne que ver con la capacidad de combinar situaciones y ele- J Psychiat 1971; 127: 861-866.
mentos de otro modo, con cuidado y justedad, facultad a la 10. Pasquali G. Some notes on humour in psychoanalysis. Int Rev Psy-
choanal 1987; 14: 231-236.
que llamamos talento (del latín talentum: un peso o medida).
11. Baker R. Some reflections on humour in psychoanalysis. Int J Psycho-
El humor hace surgir situaciones y reflexiones nuevas y, anal 1993; 74: 951-960.
casi por definición, es una forma de “hacer”, “crear” o apor- 12. Polland WR. The gift of laughter: on the development of a sense of hu-
mour in clinical psychoanalysis. Psychoanal Q 1990; 59: 197-225.
tar a la relación la alegría, una de las emociones primitivas
13. Bader MJ. The analyst’s use of humour. Psychoanal Q 1993; 62: 23-51.
fundamentalmente agradables, no “estresantes”17.
14. Meissner WW. Humor is a funny thing: dimensions of he theraputic re-
18. La última reflexión que querría incluir en esta breve lationship. En: Barron JW, editor. Humor and psyche: psychoanalitc
revisión vendría a recordar que el humor, el chiste y la bro- perspectives. Londres: The Analytic Press, 1999; 131-161.
15. Anzieu D. Une passion pour rire: l’esprit. Nouvelle Rev Psychanal
ma suponen un espacio o actividad transicional, en el senti- 1980; 21: 161-179.
do del pediatra y psicoanalista D.W. Winnicott29: se trata de 16. Gedo J. Beyond interpretation. Nueva York: Int. Universities Press,
uno de esos tipos de actividades humanas que se mueven en 1979.
la transición entre la realidad y la ficción, entre la realidad 17. Kaplan HI, Sadock BJ, Grebb JA. Synopsis of psychiatry (7.a ed.). Bal-
timore: Williams & Wilkins, 1994.
y la fantasía, entre el deseo y la represión...30. De ahí tam- 18. Forges. Guías prodigiosas: Médicos 1 y Médicos 2. Madrid: El País-
bién su gran utilidad para la clínica y, en particular, para la Santillana, 1996.
clínica psicoterapéutica o que intenta aproximaciones psico- 19. Tizón JL. Apuntes para una psicología basada en la relación. Barcelo-
na: Biblària, 1995.
terapéuticas, como en ocasiones es obligado en atención pri-
20. Bofill P, Tizón JL. Qué es el psicoanálisis: orígenes, temas e institucio-
maria de salud: cuando intentamos una ayuda psicológica, nes actuales. Barcelona: Herder, 1994.
psicoterapéutica, estamos creando una realidad transicional 21. Brecht B. Poemas y canciones. Madrid: Alianza, 1968.
en la cual las emociones vividas en la relación las utilizamos 22. Bergman MS. The psychoanalysis of humor and humor in psychoa-
nalysis. En: Barron JW, editor. Humor and psyche: psychoanalitc pers-
para cambiar actitudes o conductas externas a la relación pectives. Londres: The Analytic Press, 1999; 11-31.
asistencial. En ese sentido, la relación asistencial se convier- 23. Tizón JL. Juego y proceso psicoanalítico: una reflexión sobre la comu-
te en un “como si” en el cual las emociones vividas en la re- nicación, la acción y la simbolización. Revista de Psicoanálisis de la
Asociación Psicoanalítica Argentina 1993; 2: 155-183.
lación, fugaces, y en cierta forma “artificiales” –en el senti-
24. Sanville JB. Humor and play. En: Barron JW, editor. Humor and psy-
do de creadas por el propio encuadre como “regla del jue- che: psychoanalitc perspectives. Londres: The Analytic Press, 1999;
31-57.
go”– son utilizadas para cambiar la realidad externa e
25. Grotstein JS. Humor and its relation to the unconscious. En: Barron
interna del consultante. JW, editor. Humor and psyche: psychoanalitc perspectives. Londres:
The Analytic Press, 1999; 69-89.
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2. Tizón JL (coordinador), De la Lama E, Díaz-Munguira JM, Salamero 27. Fonagy O. Playing with reality: the development of psychic reality and
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en la asistencia sanitaria. (2 tomos publicados como extras de la revista 44.
“Informaciones Psiquiátricas”). Barcelona: Informaciones Psiquiátri- 28. Oremland JD. The origins and psychodynamics of cretivity: a psychoa-
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pectiva desde la Atención Primaria. Barcelona: Doyma, 1988. tives. Londres: The Analytic Press, 1999; 89-109.

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