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ENLACES QUIMICOS.
Un enlace químico es la interacción física responsable de las interacciones
entre átomos, moléculas e iones, que tiene una estabilidad en los
compuestos diatómicos y poliatómico. Los químicos suelen apoyarse en
la fisicoquímica o en descripciones cualitativas.
En general, el enlace químico fuerte está asociado en la transferencia de
electrones de valencia entre los átomos participantes. Las moléculas,
cristales, y gases diatómicos (que forman la mayor parte del ambiente
físico que nos rodea) está unido por enlaces químicos, que determinan las
propiedades físicas y químicas de la materia.
Las cargas opuestas se atraen, porque, al estar unidas, adquieren una
situación más estable que cuando estaban separados. Esta situación de
mayor estabilidad suele darse cuando el número de electrones que
poseen los átomos en su último nivel es igual a ocho, estructura que
coincide con la de los gases nobles ya que los electrones que orbitan el
núcleo están cargados negativamente, y que los protones en el núcleo lo
están positivamente, la configuración más estable del núcleo y los
electrones es una en la que los electrones pasan la mayor parte del
tiempo entre los núcleos, que en otro lugar del espacio. Estos electrones
hacen que los núcleos se atraigan mutuamente.

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1.TEORIA DEL ENLACE QUIMICO:

En la visión simplificada del denominado enlace covalente, uno o más


electrones (frecuentemente un par de electrones) son llevados al espacio
entre los dos núcleos atómicos. Ahí, los electrones negativamente
cargados son atraídos a las cargas positivas de ambos núcleos, en vez de
sólo su propio núcleo. Esto vence a la repulsión entre los dos núcleos
positivamente cargados de los dos átomos, y esta atracción tan grande
mantiene a los dos núcleos en una configuración de equilibrio
relativamente fija, aunque aún vibrarán en la posición de equilibrio. En
resumen, el enlace covalente involucra la compartición de electrones en
los que los núcleos positivamente cargados de dos o más átomos atraen
simultáneamente a los electrones negativamente cargados que están
siendo compartidos. En un enlace covalente polar, uno o más electrones
son compartidos inequitativamente entre dos núcleos.
En una visión simplificada de un enlace iónico, el electrón de enlace no es
compartido, sino que es transferido. En este tipo de enlace, el orbital
atómico más externo de un átomo tiene un lugar libre que permite la
adición de uno o más electrones. Estos electrones recientemente
agregados ocupan potencialmente un estado de menor energía (más
cerca al núcleo debido a la alta carga nuclear efectiva) de lo que
experimentan en un tipo diferente de átomo. En consecuencia, un núcleo
ofrece una posición de más fuerte unión a un electrón de lo que lo hace el
otro núcleo. Esta transferencia ocasiona que un átomo asuma una carga
neta positiva, y que el otro asuma una carga neta negativa. Entonces, el
enlace resulta de la atracción electrostática entre los átomos, y los átomos
se constituyen en ((iones)) de carga positiva o negativa. Todos los enlaces
pueden ser explicados por la teoría cuántica, pero, en la práctica, algunas
reglas de simplificación les permiten a los químicos predecir la fuerza de
enlace, direccionalidad y polaridad de los enlaces. La regla del octeto y la
(TREPEV) teoría de repulsión de pares de electrones de la capa de valencia
son dos ejemplos.

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2.HISTORIA DEL CONCEPTO DE ENLACE QUIMICO:

Las primeras especulaciones respecto a la naturaleza del enlace químico


son tan tempranas como en el siglo XII. Se suponía que ciertos tipos de
especies químicas estaban unidas entre sí por un tipo de afinidad química.
En 1704, Isaac Newton esbozó su teoría de enlace atómico, en "Query 31"
de su Opticks, donde los átomos se unen unos a otros por alguna "fuerza".
Específicamente, después de investigar varias teorías populares, en boga
en aquel tiempo, de cómo los átomos se podían unir unos a otros, por
ejemplo, "átomos enganchados", "átomos pegados unos a otros por
reposo", o "unidos por movimientos conspirantes".
Newton señaló lo que inferiría posteriormente a partir de su cohesión
que: Las partículas se atraen unas a otras por alguna fuerza, que en
contacto inmediato es excesivamente grande, a distancias pequeñas
desempeñan operaciones químicas y su efecto deja de sentirse no lejos de
las partículas.

En 1819, a raíz de la invención de la pila voltaica, Jöns Jakob Berzelius


desarrolló una teoría de combinación química, introduciendo
indirectamente el carácter electropositivo y electronegativo de los átomos
combinantes. A mediados del siglo XIX, Edward Frankland, F. A. Kekule, A.
S. Couper, A. M. Butlerov y Hermann Kolbe, ampliando la teoría de
radicales, desarrollaron la teoría de valencia, originalmente llamado
"poder combinante" en que los compuestos se mantenían unidos debido a
la atracción entre polos positivo y negativo. En 1916, el químico Gilbert N.
Lewis desarrolló el concepto de enlace de par de electrones, en el que dos
átomos pueden compartir uno y seis electrones, formando el enlace de un
solo electrón, enlace simple, enlace doble, o enlace triple.

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Si los átomos enlazados son elementos metálicos, el enlace se llama
metálico. Los electrones son compartidos por los átomos, pero se pueden
mover a través del sólido proporcionando conductividad térmica y
eléctrica, brillo, maleabilidad y ductilidad, Si los átomos enlazados son no
metales e idénticos (como en N2 o en O2), los electrones son compartidos
por igual por los dos átomos, y el enlace se llama covalente apolar. Si los
átomos son no metales, pero distintos (como en el óxido nítrico, NO), los
electrones son compartidos en forma desigual y el enlace se llama
covalente polar —polar porque la molécula tiene un polo eléctrico
positivo y otro negativo, y covalente porque los átomos comparten los
electrones, aunque sea en forma desigual. Estas sustancias no conducen la
electricidad, ni tienen brillo, ductilidad o maleabilidad.
Cuando una molécula de una sustancia contiene átomos de metales y no
metales, los electrones son atraídos con más fuerza por los no metales,
que se transforman en iones con carga negativa; los metales, a su vez, se
convierten en iones con carga positiva. Entonces, los iones de diferente
signo se atraen electrostáticamente, formando enlaces iónicos. Las
sustancias iónicas conducen la electricidad cuando están en estado líquido
o en disolución acuosa, pero no en estado cristalino porque los iones
individuales son demasiado grandes para moverse libremente a través del
cristal.

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3.TIPOS DE ENLACE:

Cuando los electrones son compartidos simétricamente, el enlace puede


ser metálico o covalente apolar; si son compartidos asimétricamente, el
enlace es covalente polar; la transferencia de electrones proporciona
enlace iónico. Generalmente, la tendencia a una distribución desigual de
los electrones entre un par de átomos aumenta cuanto más separados
están en la tabla periódica. Para la formación de iones estables y enlace
covalente, la norma más común es que cada átomo consiga tener el
mismo número de electrones que el elemento de los gases nobles —grupo
18— más cercano a él en la tabla periódica. Los metales de los grupos 1 (o
IA) y 11 (o IB) de la tabla periódica tienden a perder un electrón para
formar iones con una carga positiva; los de los grupos 2 (o IIA) y 12 (o IIB)
tienden a perder dos electrones para formar iones con dos cargas
positivas, y de la misma forma los de los grupos 3 (o IIIB) y 13 (o IIIA)
tienden a formar iones con tres cargas positivas. Por la misma razón, los
halógenos, grupo 17 (o VIIA), tienden a ganar un electrón para formar
iones con una carga negativa, y los elementos del grupo 16 (o VIA) a
formar iones con dos cargas negativas. Sin embargo, conforme aumenta la
carga neta de un ion, éste tiene menos estabilidad, así que las cargas
aparentemente mayores serían minimizadas compartiendo los electrones
en enlaces covalentes. El enlace covalente se forma cuando ambos
átomos carecen del número de electrones del gas noble más cercano. El
átomo de cloro, por ejemplo, tiene un electrón menos que el átomo de
argón (17 frente a 18). Cuando dos átomos de cloro forman un enlace
covalente compartiendo dos electrones, uno de cada átomo (Cl:Cl), ambos
consiguen el número 18 del argón. Es común representar un par de
electrones compartido por medio de un guion entre los átomos
individuales: Cl:Cl se escribe Cl-Cl, de forma similar, el nitrógeno atómico
tiene tres electrones menos que el neón (diez), pero cada nitrógeno puede
conseguir el número de electrones del gas noble si comparten seis
electrones: N:::N . Esto se denomina enlace triple. Análogamente, el
azufre puede conseguir el número del argón compartiendo cuatro
electrones en un enlace doble, S::S o S==S. En el dióxido de carbono, tanto
el carbono (con sus seis electrones) como el oxígeno (con ocho) consiguen
el número de electrones del neón (diez)compartiéndolos en enlaces
dobles: O=C=O. En todas estas fórmulas, sólo se representan los
electrones compartidos.

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a) ENLACE IONICO.
El enlace iónico consiste en la atracción electrostática entre átomos con
cargas eléctricas de signo contrario. Este tipo de enlace se establece entre
átomos de elementos poco electronegativos con los de elementos muy
electronegativos. Es necesario que uno de los elementos pueda ganar
electrones y el otro perderlo, y como se ha dicho anteriormente este tipo
de enlace se suele producir entre un no metal (electronegativo) y un metal
(electropositivo).
Un ejemplo de sustancia con enlace iónico es el cloruro sódico. En su
formación tiene lugar la transferencia de un electrón del átomo de sodio
al átomo de cloro. Las configuraciones electrónicas de estos elementos
después del proceso de ionización son muy importantes, ya que los dos
han conseguido la configuración externa correspondiente a los gases
nobles, ganando los átomos en estabilidad. Se produce una transferencia
electrónica, cuyo déficit se cubre sobradamente con la energía que se
libera al agruparse los iones formados en una red cristalina que, en el caso
del cloruro sódico, es una red cúbica en la que en los vértices del
paralelepípedo fundamental alternan iones Cl- y Na+. De esta forma cada
ion Cl- queda rodeado de seis iones Na+ y recíprocamente. Se llama índice
de coordinación al número de iones de signo contrario que rodean a uno
determinado en una red cristalina. En el caso del NaCl, el índice de
coordinación es 6 para ambos.
Los compuestos iónicos estado sólido forman estructuras reticulares
cristalinas. Los dos factores principales que determinan la forma de la red
cristalina son las cargas relativas de los iones y sus tamaños relativos.
Existen algunas estructuras que son adoptadas por varios compuestos, por
ejemplo, la estructura cristalina del cloruro de sodio también es adoptada
por muchos haluros alcalinos y óxidos binarios, tales como MgO.

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. PROPIEDADES DE LOS ENLACES IONICOS:

Las sustancias iónicas están constituidas por iones ordenados en el


retículo cristalino; las fuerzas que mantienen esta ordenación son fuerzas
de Coulomb, muy intensas. Esto hace que las sustancias iónicas sean
sólidos cristalinos con puntos de fusión elevados. En efecto, para fundir un
cristal iónico hay que deshacer la red cristalina, separar los iones. El
aporte de energía necesario para la fusión, en forma de energía térmica,
ha de igualar al de energía reticular, que es la energía desprendida en la
formación de una mol de compuesto iónico sólido a partir de los
correspondientes iones en estado gaseoso. Esto hace que haya una
relación entre energía reticular y punto de fusión, siendo éste tanto más
elevado cuanto mayor es el valor de aquella.
Por otra parte, la aparición de fuerzas repulsivas muy intensas cuando dos
iones se aproximan a distancias inferiores a la distancia reticular (distancia
en la que quedan en la red dos iones de signo contrario), hace que los
cristales iónicos sean muy poco compresibles. Hay sustancias cuyas
moléculas, si bien son eléctricamente neutras, mantienen una separación
de cargas. Esto se debe a que no hay coincidencia entre el centro de
gravedad de las cargas positivas y el de las negativas: la molécula es un
dipolo, es decir, un conjunto de dos cargas iguales en valor absoluto, pero
de distinto signo, separadas a una cierta distancia. Los dipolos se
caracterizan por su momento; producto del valor absoluto de una de las
cargas por la distancia que las separa. Un de estas sustancias polares es,
por ejemplo, el agua.
Cuando un compuesto iónico se introduce en un disolvente polar, los
iones de la superficie de cristal provocan a su alrededor una orientación
de las moléculas dipolares, que enfrentan hacia cada ion sus extremos con
carga opuesta a la del mismo. En este proceso de orientación se libera una
energía que, si supera a la energía reticular, arranca al ion de la red. Una
vez arrancado, el ion se rodea de moléculas de disolvente: queda
solvatado. Las moléculas de disolvente alrededor de los iones se
comportan como capas protectoras que impiden la reagrupación de los
mismos. Todo esto hace que, en general, los compuestos iónicos sean
solubles en disolventes polares, aunque dependiendo siempre la
solubilidad del valor de la energía reticular y del momento dipolar del
disolvente.

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b) ENLACE COVALENTE.
Lewis expuso la teoría de que todos los elementos tienen tendencia a
conseguir configuración electrónica de gas noble (8 electrones en la última
capa). Elementos situados a la derecha de la tabla periódica (no metales)
consiguen dicha configuración por captura de electrones; elementos
situados a la izquierda y en el centro de la tabla (metales), la consiguen
por pérdida de electrones. De esta forma la combinación de un metal con
un no metal se hace por enlace iónico; pero la combinación de no metales
entre sí no puede tener lugar mediante este proceso de transferencia de
electrones; por lo que Lewis supuso que debían compartirlos.
Es posible también la formación de enlaces múltiples, o sea, la
compartición de más de un par de electrones por una pareja de átomos.
En otros casos, el par compartido es aportado por sólo uno de los átomos,
formándose entonces un enlace que se llama coordinado o dativo. Se han
encontrado compuestos covalentes en donde no se cumple la regla. Por
ejemplo, en BCl3, el átomo de boro tiene seis electrones en la última capa,
y en SF6, el átomo de azufre consigue hasta doce electrones. Esto hace
que actualmente se piense que lo característico del enlace covalente es la
formación de pares electrónicos compartidos, independientemente de su
número.
-ENLACE COVALENTE APOLAR. Conocido además por enlace covalente puro, o
covalente no polar. Se produce por el compartimiento de electrones entre
dos o más átomos de igual electronegatividad, por lo que su resultado es
0, y por tanto la distribución de carga electrónica entre los núcleos es
totalmente simétrica, por lo que el par electrónico es atraído igualmente
por ambos núcleos. Siempre que dos átomos del mismo elemento se
enlazan, se forma un enlace covalente apolar.
Ejemplo:
En la molécula de di hidrogeno (H2), cada átomo de hidrógeno tiene la
configuración electrónica del estado fundamental 1s1, con la densidad de
probabilidad para este único electrón esféricamente distribuida en torno
al núcleo del hidrógeno en su primera y única capa o envoltura. Puesto
que la capacidad de esta envoltura es de dos electrones, cada átomo
hidrógeno tiende a captar un segundo electrón.

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Cuando dos átomos de hidrógeno se acercan uno a otro, el electrón de
cada átomo de hidrógeno es atraído por el núcleo del otro átomo de
hidrógeno tanto por su propio núcleo, Si estos dos electrones tienen
espines opuestos de forma que pueden ocupar la misma región (orbital),
ambos electrones pueden ocupar preferencialmente la región entre los
dos núcleos. Porque son atraídos por ambos núcleos.
Los electrones son compartidos entre los dos átomos de hidrógeno, y se
forma un enlace covalente simple, ya que esta sustancia es una
combinación de átomos que tienen una igual atracción (o afinidad) hacia
los electrones de valencia, los átomos compartirán cada uno de sus
electrones individuales, existiendo una distribución simétrica de la nube
electrónica formando así un enlace covalente no polar o apolar. De esta
manera, ambos átomos comparten la estabilidad de una envoltura de
valencia.
Decimos que los orbítales 1s se solapan, así que ambos electrones ahora
están en los orbítales de los dos átomos de hidrógeno. Mientras más se
aproximan los átomos, más cierto es esto. En este sentido, cada átomo de
hidrógeno ahora tiene la configuración del gas noble Helio1s2.
Otros pares de átomos no metálicos comparten pares electrónicos para
formar enlaces covalentes apolar como el Cl2, N2, O2, F2, C, etc. El
resultado de esta compartición es que cada átomo consigue una
configuración electrónica más estable (frecuentemente la misma que la
del gas noble más próximo).
-ENLACE COVALENTE POLAR. Es una transición entre el enlace iónico puro y el
enlace covalente apolar. Se produce por el compartimiento de electrones
entre dos o más átomos de diferente electronegatividad, estableciéndose
una separación de cargas (que simbolizaremos como d+y d-) o lo que es
igual, la distribución de carga electrónica entre los núcleos será asimétrica,
pero esta diferencia no llega al punto en que el enlace se torna iónico
puro. Son posibles diferentes grados de polaridad del enlace.
Esto ocurre, porque en las sustancias que presentan enlace covalente un
átomo tiene una mayor afinidad hacia los electrones que el otro (sin
embargo, no tanta como para empujar completamente los electrones y
formar un ión).

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En un enlace covalente polar, los electrones que se enlazan pasarán un
mayor tiempo alrededor del átomo que tiene la mayor afinidad hacia los
electrones de este tipo de enlace.
La característica más importante del enlace covalente polar, es el grado de
simetría en la posición del par electrónico. Esto está primeramente
determinado por la diferencia de electronegatividad de los átomos.
Cuanto mayor es esta diferencia, más asimétrica es la posición del par de
electrones del enlace y más polar el enlace formado.
Así pues, para diferencias de electronegativades mayores de 3 el enlace
será predominantemente de carácter iónico, como sucede entre el
oxígeno o flúor con los elementos de los grupos 1 y 2 de la tabla periódica
de 18 columnas; sin embargo, cuando está entre 0 y 1,7 será el carácter
covalente el que predomine, como es el caso del enlace C-H. No obstante,
según el químico Raymond Chang, esta diferencia de electronegatividad
entre los átomos debe ser 2,0 o mayor para que el enlace sea considerado
iónico.
-ENLACE COVALENTE CORDINADO O DATIVO. Se produce cuando dos átomos
comparten una pareja de electrones, pero dicha pareja procede
solamente de uno de los átomos combinados.
El átomo que aporta la pareja de electrones recibe el nombre de donante,
y el que los recibe, aceptor. Cuando queremos simplificar la fórmula
electrónica se pone una flecha (→) que va del donante al aceptor.
Aunque las propiedades de enlace covalente coordinado son parecidas a
las de un enlace covalente normal (dado que todos los electrones son
iguales, sin importar su origen), la distinción es útil para hacer un
seguimiento de los electrones de valencia y asignar cargas formales. Una
base dispone de un par electrónico para compartir y un ácido acepta
compartir el par electrónico para formar un enlace covalente coordinado.
Por ejemplo: La formación de ión amonio (NH4+1). El átomo de nitrógeno
tiene un par de electrones no compartidos con otro elemento; sin
embargo, este par genera un polo negativo que atrae iones positivos
como H+1, el cual forma un enlace con ambos electrones que son del
nitrógeno.

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. PROPIEDADES DE LOS ENLACES COVALENTES:

Las fuerzas de Van der Waals pueden llegar a mantener ordenaciones


cristalinas, pero los puntos de fusión de las sustancias covalentes son
siempre bajos, ya que la agitación térmica domina, ya a temperaturas
bajas, sobre las débiles fuerzas de cohesión. La mayor parte de las
sustancias covalentes, a temperatura ambiente, son gases o líquidos de
punto de ebullición bajo (por ejemplo, el agua). En cuanto a la solubilidad,
puede decirse que, en general, las sustancias covalentes son solubles en
disolventes no polares y no lo son en disolventes polares. Se conocen
algunos sólidos covalentes prácticamente infusibles e insolubles, que son
excepción al comportamiento general descrito. Un ejemplo de ellos es el
diamante. La gran estabilidad de estas redes cristalinas se debe a que los
átomos que las forman están unidos entre sí mediante enlaces covalentes.
Para deshacer la red es necesario romper estos enlaces, los cual consume
enormes cantidades de energía.

c)ENLACE METALICO.
Un enlace metálico es un enlace químico que mantiene unidos los átomos
(unión entre núcleos atómicos y los electrones de valencia, que se juntan
alrededor de éstos como una nube) de los metales entre sí.
Estos átomos se agrupan de forma muy cercana unos a otros, lo que
produce estructuras muy compactas. Se trata de líneas tridimensionales
que adquieren estructuras tales como: la típica de empaquetamiento
compacto de esferas (hexagonal compacta), cúbica centrada en las caras o
la cúbica centrada en el cuerpo.
En este tipo de estructura cada átomo metálico está dividido por otros
doce átomos (seis en el mismo plano, tres por encima y tres por debajo).
Además, debido a la baja electronegatividad que poseen los metales, los
electrones de valencia son extraídos de sus orbitales. Este enlace sólo
puede estar en sustancias en estado sólido.
Los metales poseen algunas propiedades características que los
diferencian de los demás materiales. Suelen ser sólidos a temperatura
ambiente, excepto el mercurio, y tienen un punto de fusión alto.

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El enlace metálico es característico de los elementos metálicos. Es un
enlace fuerte, primario, que se forma entre elementos de la misma
especie. Al estar los átomos tan cercanos unos de otros, interaccionan sus
núcleos junto con sus nubes electrónicas, empaquetándose en las tres
dimensiones, por lo que quedan los núcleos rodeados de tales nubes.
Estos electrones libres son los responsables de que los metales presenten
una elevada conductividad eléctrica y térmica, ya que estos se pueden
mover con facilidad si se ponen en contacto con una fuente eléctrica. Los
metales generalmente presentan brillo y son maleables. Los elementos
con un enlace metálico están compartiendo un gran número de electrones
de valencia, formando un mar de electrones rodeando un enrejado
gigante de cationes. Muchos de los metales tienen puntos de fusión más
altos que otros elementos no metálicos, por lo que se puede inferir que
hay enlaces más fuertes entre los distintos átomos que los componen. La
vinculación metálica es no polar, apenas hay diferencia de
electronegatividad entre los átomos que participan en la interacción de la
vinculación (en los metales, elementales puros) o muy poca (en las
aleaciones), y los electrones implicados en lo que constituye la interacción
a través de la estructura cristalina del metal. El enlace metálico explica
muchas características físicas de metales, tales como maleabilidad,
ductilidad, buenos en la conducción de calor y electricidad, y con brillo o
lustre (devuelven la mayor parte de la energía lumínica que reciben).
La vinculación metálica es la atracción electrostática entre los átomos del
metal o cationes y los electrones deslocalizados. Esta es la razón por la
cual se puede explicar un deslizamiento de capas, dando por resultado su
característica maleabilidad y ductilidad.
Los átomos del metal tienen por lo menos un electrón de valencia, no
comparten estos electrones con los átomos vecinos, ni pierden electrones
para formar los iones. En lugar los niveles de energía externos de los
átomos del metal se traslapan. Son como enlaces covalentes identificados.

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d)ENLACE POR PUENTE DE HIDROGENO.
La fuerza por puente de hidrógeno o enlace de hidrógeno es la fuerza
eminentemente electrostática atractiva entre un átomo electronegativo y
un átomo de hidrógeno unido covalentemente a otro átomo
electronegativo. Resulta de la formación de una fuerza carga-dipolo con
un átomo de hidrógeno unido a un átomo de nitrógeno, oxígeno o flúor
(de ahí el nombre de "enlace de hidrógeno", que no debe confundirse con
un enlace covalente a átomos de hidrógeno. Tampoco debería
confundirse con el enlace llamado puente de hidrógeno, característico de
estructuras como los boranos, que constan de un enlace de tres centros
con dos electrones). La energía de un enlace de hidrógeno (típicamente de
5 a 30 kJ/mol) es significativamente menor a la de los enlaces covalentes
débiles (155 kJ/mol), y un enlace covalente típico es sólo 20 veces más
fuerte que un enlace de hidrógeno intermolecular. Estos enlaces pueden
ocurrir entre moléculas (intermolecularidad), o entre diferentes partes de
una misma molécula (intramolecularidad).2 El enlace de hidrógeno es una
fuerza electrostática dipolo-dipolo fija muy fuerte cuando están muchas
moléculas unidas, ya que da gran estabilidad, pero más débil que el enlace
covalente o el enlace iónico. La fuerza del enlace de hidrógeno se ubica en
algún lugar intermedio entre un enlace covalente y una fuerza de van der
Waals (fuerza de dispersión). Este tipo de enlace ocurre tanto en
moléculas inorgánicas tales como el agua, y en moléculas orgánicas como
el ADN.
El enlace de hidrógeno intermolecular es responsable del punto de
ebullición alto del agua (100°C). Esto es debido al fuerte enlace de
hidrógeno, en contraste a los otros hidruros de calcógenos. El enlace de
hidrógeno intramolecular es responsable parcialmente de la estructura
secundaria, estructura terciaria y estructura cuaternaria de las proteínas y
ácidos nucleicos.

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-ENLACE POR PUENTE DE HIDROGENO EN EL AGUA:

El ejemplo de enlace de hidrógeno más ubicuo es el agua. En una molécula


aislada de agua se encuentran dos átomos de hidrógeno y un átomo de
oxígeno. Dos moléculas de agua pueden formar un enlace de hidrógeno
entre ellas; en el caso más simple, cuando sólo dos moléculas están
presentes, se llama dímero de agua y se usa frecuentemente como un
sistema modelo. Cuantas más moléculas estén presentes, como en el caso
del agua líquida, más enlaces son posibles, debido a que el oxígeno de una
molécula de agua tiene dos pares libres de electrones, cada uno de los
cuales puede formar un enlace de hidrógeno con átomos de hidrógeno de
otras dos moléculas de agua. Esto puede repetirse, de tal forma que cada
molécula de agua está unida mediante enlaces de hidrógeno a hasta
cuatro otras moléculas de agua, como se muestra en la figura (dos a través
de sus pares libres, y dos a través de sus átomos de hidrógeno).
El elevado punto de ebullición del agua se debe al gran número de enlaces
de hidrógeno que cada molécula tiene, en relación a su baja masa
molecular, y a la gran fuerza de estos enlaces de hidrógeno. El agua tiene
puntos de ebullición, fusión y viscosidad muy altos, comparados con otras
sustancias no unidas entre sí por enlaces de hidrógeno. La razón para
estos atributos es la dificultad, para romper estos enlaces. El agua es única
porque su átomo de oxígeno tiene dos pares libres y dos átomos de
hidrógeno, significando que el número total por enlaces de una molécula
de agua es cuatro. Por ejemplo, el fluoruro de hidrógeno -que tiene tres
pares libres en el átomo de flúor, pero sólo un átomo de hidrógeno-
puede tener un total de sólo dos; el amoníaco tiene el problema opuesto:
tres átomos de hidrógeno, pero sólo un par libre.
4.POLARIDAD DE LOS ENLACES: En el caso de moléculas heteronucleares,
uno de los átomos tendrá mayor electronegatividad que el otro y, en
consecuencia, atraerá más fuertemente hacia sí al par electrónico
compartido. El resultado es un desplazamiento de la carga negativa hacia
el átomo más electronegativo, quedando entonces el otro con un ligero
exceso de carga positiva. Por ejemplo, en la molécula de HCl la mayor
electronegatividad del cloro hace que sobre éste aparezca una fracción de
carga negativa, mientras que sobre el hidrógeno aparece una positiva de
igual valor absoluto. Resulta así una molécula polar, con un enlace
intermedio entre el covalente y el iónico.

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5.ELECTRONES EN LOS ENLACES QUIMICOS:

En el límite (irrealístico) del enlace iónico puro, los electrones están


perfectamente localizados en uno de los dos átomos en el enlace. Tales
enlaces pueden ser interpretados por la física clásica. Las fuerzas entre los
átomos están caracterizadas por potenciales electrostáticos continuos
isótropos. Su magnitud es una proporción simple a la diferencia de cargas.
El enlace covalente se entiende mejor por la teoría del enlace de valencia
o la teoría del orbital molecular. Las propiedades de los átomos
involucrados pueden ser interpretadas usando conceptos tales como
número de oxidación. La densidad electrónica en el enlace no está
asignada a átomos individuales, en vez de ello está deslocalizada entre los
átomos. En la teoría del enlace de valencia, los dos electrones en los dos
átomos se emparejan con una fuerza de enlace que depende del traslape
entre los orbitales. En la teoría del orbital molecular, la combinación lineal
de orbitales atómicos (CLOA) ayuda a describir las estructuras de orbitales
moleculares deslocalizados y las energías basadas en los orbitales
atómicos de los átomos de los que proviene. A diferencia de los enlaces
iónicos puros, los enlaces covalentes pueden tener propiedades de
direccionalidad (anisotropía). Estas pueden tener sus propios nombres,
como sigma y pi.
En el caso general, los átomos forman enlaces que son intermedios entre
iónico y covalente, dependiendo de la electronegatividad relativa de los
átomos involucrados. Este tipo de enlace es llamado algunas veces enlace
covalente polar.

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