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Condiciones de la oferta en el derecho comercial

Para el derecho mercantil, se ha establecido que la denominada oferta o propuesta resulta ser

un plan para la realización de una actividad jurídica que una persona propone a otra, es decir, ante la

presencia de una oferta o propuesta estamos ante un propósito a realizar. una Operación legal.

La "oferta", es decir el plan de negocio legal que una persona le formula a otra, no se puede

confundir con ninguna invitación a emprender negociaciones que una persona exponga a otra oa otra.

Otros, un evento, este último que engloba múltiples posibilidades. como anuncios. y la propaganda con

la que el comerciante publicita sus productos, y a la que el artículo 847 del mismo Código niega la

obligación, incluso las ofertas que una persona hace a otras para que hagan ofertas reales, todo lo cual

difícilmente insinúa, como su nombre indica, el deseo serio y leal de querer contratar y que sólo

engendrará la responsabilidad de quien infrinja los deberes de rectitud y buena fe que rigen la actividad

preparatoria de los contratos.

Para que sea legalmente válida, la oferta debe ser firme, clara, precisa, completa, voluntaria y

dirigida a los destinatarios y adquirir su conocimiento. Es decir, para que exista una oferta se requiere

una voluntad firme y decidida para celebrar un contrato que la distinga de simples transacciones previas

en las que este testamento no existe.

Tal testamento, agrega, no debe dejar ninguna duda de que encarna un proyecto contractual

que está cubierto con tal seriedad que solo se puede tener la certeza de que se podrá completar como

contrato en pleno cumplimiento de todos los requisitos legales cuando sea aceptado por su recipiente.

Los elementos imprescindibles de la empresa que debe contener la oferta son aquellos que

resultan imprescindibles para su existencia, ya que la ausencia de alguno de ellos podría impedir la

creación de la empresa o convertirla en otra que contenga todos sus elementos.


Se dice que en los "contratos de negociación individual" la fase de elaboración de la oferta es de

vital importancia ya que no solo se llega a enfatizar la propuesta para determinar su finalidad,, sino que

también sienta un precedente muy valioso para, el desarrollo y la interpretación del contrato.

La oferta puede ser expresa o tácita. La expresa puede ser verbal o escrita. La tácita se configura

mediante hechos de los que pueda deducirse la intención de invitar a su destinatario a concluir un

negocio. La oferta de contrato debe cumplir con los siguientes requisitos: 1) Debe ser emitida con la

intención de vincular contractualmente al oferente; 2) Debe ser concreto, de modo que contenga todos

los elementos esenciales necesarios para la celebración del contrato; 3) Por regla general, debe dirigirse

a la persona con la que el solicitante desea celebrar el contrato.

Las reservas que someten la oferta a reserva son tales que permiten al licitante distanciarse

arbitrariamente y evadir el compromiso. Este no es el caso si la reserva se ha formulado de manera

objetiva, lo que permite una revisión judicial posterior. Por supuesto, la oferta es válida si el

cumplimiento de la condición depende de la voluntad del destinatario. Si, por el contrario, el contrato se

somete a una condición opcional del proveedor, no tiene valor de oferta, ya que solo es una invitación

para iniciar negociaciones. Este es el caso de las ventas de bienes donde, después de la firma del

comprador, el vendedor se reserva el derecho de indicar su no aceptación o hace que la validez del trato

dependa de su aprobación por parte de un funcionario superior de su organización. Aquí el comprador se

convierte en un verdadero postor firme en el sentido más estricto y el vendedor se reserva el derecho de

aceptar la oferta que ha hecho.

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