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Durante casi todo el siglo XIX fue común que los países industrialmente
desarrollados concibieran la existencia de una política comercial denominada
de "libre cambio”, frente a la de corte “proteccionista” por la que
propugnaban los países menos desarrollados; los primeros con el objeto de
darle salida internacional a la gran variedad de productos manufacturados
producidos o transformados por su industria y los segundos con miras a
generar condiciones propicias para que sus incipientes producciones
industriales pudieran crecer sin la competencia avasalladora de los productos
importados. Estas políticas se caracterizaban por una extrema simplicidad en
cuanto al uso de mecanismos o instrumentos para su realización, los cuales
básicamente se contraían a los aranceles aduaneros y a los convenios
comerciales. El librecambio suponía necesariamente la reducción o la
eliminación de los aranceles aduaneros y la protección se manifestaba
elevándolos hasta niveles que imposibilitaran económicamente la realización
de las importaciones.
Durante el siglo XIX, los aranceles mantuvieron la tendencia alcista que habían
tenido durante los siglos anteriores. Una excepción fue la política de
librecambio seguida por Gran Bretaña. Esta tendencia alcista de los aranceles
continuó a principios del siglo XX, intensificándose al iniciarse la Gran
Depresión de la década 1930. Sin embargo, durante esta depresión económica
algunos países sumaron sus esfuerzos para reducir las barreras arancelarias.
A partir de 1934 Estados Unidos negoció acuerdos comerciales bilaterales para
reducir algunos impuestos arancelarios y promover la cláusula de nación más
favorecida.
Se trata sin lugar a dudas del instrumento de política comercial más utilizado,
hasta el punto, que, se podría decir sin temor a equivocaciones, que es
empleado en la política comercial de todos los Estados que hoy participan en el
intercambio internacional.
Se trata de la forma más extendida y antigua que se utiliza por los Estados
tanto para obtener recursos fiscales como para servir de mecanismo de
protección de la producción nacional contra la competencia extranjera.
Los derechos aduaneros a las exportaciones, gravan los bienes que son
vendidos al extranjero y se perciben cuando las mercancías dejan el territorio
aduanero del país vendedor (exportador) para internarse en el del Estado
comprador (importador)