Al sucesor de Hipólito Irigoyen le toco gobernar en un periodo de bonanza
económica y pocos conflictos sociales.
La recuperación que siguió al final de la primera guerra hizo que se
recuperaran los niveles de exportación y se alcanzaran algunos records.
El impacto favoreció notablemente sobre los frigorificos, una de las actividades
industriales más favorables. La producción de carnes enlatadas para abastecer a los ejércitos entro en ascenso, se duplico la matanza de vacunos, pero los beneficios obtenidos por los frigoríficos no fueron acompañados por el aumento de las rentas de los ganaderos.
A la par del aumento de exportaciones empezó a crecer el sector industrial,
principalmente el ligado a la producción agropecuaria, como el caso de los molinos harineros.
Algo innovador de la época fue el aumento en las inversiones de origen
estadounidense, que para eludir aranceles de su pais, preferian empaquetar sus productos en Argentina, diversos rubros comenzaron a aparecer, tales como; industrias textiles, metalurgicas, automotrices, de caucho, quimicas, marroquinerias etc. Esto surgió porque el mercado interno había crecido y había mucha demanda.
Durante la gestión de Alvear, el salario real registro un aumento y la
desocupación fue mínima, esto significo, que las huelgas fueran escasas, y les permitió a los obreros organizarse para defender sus derechos, lo que inquieto a los empresarios.
El gobierno de Alvear, intentó impulsar el desarrollo del sector algodonero,
contratanto servicios de especialistas norteamericanos, quienes llegaron a la conclusión de que el Chaco era el lugar para instalar el cultivo de algodón, así el Estado proveyó tierra a los colonos. Los pequeños productores, terminaron siendo postergados por las grandes empresas monopólicas (Bunge y Born) que controlaban todo el ciclo, la meta de los empresarios locales siempre fue vender el algodón en bruto al exterior, sin valor agregado, pero el algodón iba al exterior y regresaba en forma de tela. Solo una parte muy pequeña era destinada al consumo local e iba a parar a las pocas hilanderías existentes.
En materia laboral, se trabajaba con materia de obra reclutada, entre las
poblaciones indígenas en menor medida, entre campesinos que migraban.
Mientras el ganado y el cereal continuaban siendo la principal alternativa
económica de exportación.
La llegada del ferrocarril y de colonos extranjeros permitió el desarrollo de la
zona patagónica. La característica interesante del periodo es el crecimiento de empresas modernas y grandes, la inversión proporcional al achicamiento de la pequeña y mediana industria de tipo manual.
En este sentido fue significativa la inversión de capitales norteamericanos en la