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Dimensión Humana
Tema 5
1.1 Introducción
Una dimensión que define a la persona es su sociabilidad. No sólo nace en una familia,
crece con otros a su alrededor, sino que no tiene otro camino de alcanzar la plenitud que 1
realizarlo en sociedad, entre los demás.
La persona está constituida por un cuerpo y un alma donde se puede apreciar una individua-
lidad que hace diferente a cada ser humano. De la inteligencia y la voluntad se desprenden ca-
racterísticas esenciales de la persona como la dignidad, la igualdad y la libertad.
1.3 Referencias
Bíblicas
«Que vuestra conversación sea siempre agradable, con su pizca de sal, sabiendo cómo tratar
con cada uno» (Col 4, 6)
Culturales
"El ser humano es un ser social por naturaleza, y el insocial por naturaleza y no por azar o
es mal humano o más que humano... La sociedad es por naturaleza y anterior al individuo...
el que no puede vivir en sociedad, o no necesita nada por su propia suficiencia, no es miem-
bro de la sociedad, sino una bestia o un dios." "El hombre es un animal político." Aristóteles.
«La ética es una óptica hacia Dios. La única senda del respeto a Dios es la del respeto al
prójimo». E. Levinas.
Salesianas
PVA/E Art. 8, 9, 10, 11
PVA/R Art. 2, 3, 7
Las personas somos seres sociales, es decir, nacemos, vivimos y morimos en relación con
otras personas. Pero no se trata de vivir simplemente acompañados de otros. Vivir en sociedad
significa que las personas elaboran y acatan unas normas que ordena a la propia sociedad. A la
hora de desarrollar el tema sugerido, se propone hacerlo en una sesión de trabajo. Siguiendo el
esquema ya conocido:
Materiales
Concilio Vaticano II, Gaudium et Spes, n. 3, 5, 6, 10-12, 23-26, 30, 32, 34- 43, 47, 48, 78
Juan Pablo II, Veritatis Splendor, 1993, nn. 95 - 101
Benedicto XVI, Caritas in Veritate, 2009, nn. 13,15, 18-21, 24, 28, 34-42
Bibliografía
2.1 Introducción
Una dimensión que define a la persona es su sociabilidad. No sólo nace en una familia,
crece con otros a su alrededor, sino que no tiene otro camino de alcanzar la plenitud que
realizarlo en sociedad, entre los demás.
La persona está constituida por un cuerpo y un alma donde se puede apreciar una individua-
lidad que hace diferente a cada ser humano. De la inteligencia y la voluntad se desprenden ca- 3
racterísticas esenciales de la persona como la dignidad, la igualdad y la libertad.
A la hora de desarrollar el tema sugerido, se propone hacerlo en una sesión de trabajo. Si-
guiendo el esquema ya conocido:
2.2 Documento
0. Introducción
Las personas somos seres sociales, es decir, nacemos, vivimos y morimos en relación con
otras personas. Pero no se trata de vivir simplemente acompañados de otros. Vivir en sociedad
significa que las personas elaboran y acatan unas normas que ordena a la propia sociedad.
Al nacer, cada uno de nosotros llega a un mundo que existe desde antes y que condiciona
nuestro modo de actuar, de pensar y de sentir. A diferencia de los animales, el comportamiento
de las personas es el resultado del aprendizaje y de la experiencia que les brinda vivir con otras
personas.
1. Fundamentos
El ser humano es social por naturaleza, es por esto por lo que tiene la tendencia a organizar-
se, cooperar y buscar alianzas con sus semejantes para el beneficio común. La historia de la
humanidad se puede describir por medio de las organizaciones sociales, vemos el caso de las
tribus nómadas, donde comienza la organización de sus integrantes para las diferentes tareas 4
diarias como son la recolección de frutas, y la caza, posteriormente al descubrir la agricultura se
comienzan a crear las primeras comunidades completamente establecidas y autosuficientes.
La persona humana es mucho más que un ser lleno de necesidades, el ser humano es esen-
cialmente comunicativo por lo que está llamado a compartirse y dejarse compartir por los de-
más. Todo ser personal tiende esencialmente a la entrega y a la participación, de forma que el
ser personal está ordenado por esencia al tú y a la sociedad. La meta es el recíproco dar y parti-
cipar en los valores personales y por eso en las diversas estructuras sociales se determina su
propia esencia, según la especie de los valores personales que en ellas intervienen; por ejem-
plo: el matrimonio, la amistad, etc.
Las relaciones humanas se ocupan de la habilidad de llevarse bien con las personas y de
crear relaciones significativas. Esta habilidad es importante ya que afecta a todos los medios en
los que la persona se desenvuelve: su vida hogareña, escolar, social, de trabajo, etc. Relaciones
humanas defectuosas ocasionan divorcios, fracasos de negocios, frustraciones, inseguridades,
etc.
Estos planteamientos han sido una reacción ante los totalitarismos, las guerras, los genoci-
dios y los horrores que el siglo XX ha deparado.
De esta manera se nos está diciendo que nuestra dimensión social es una dimensión original,
que es fundamental en la constitución del hombre. No es un medio, ni una conveniencia, ni una
institución que esté fuera del hombre, pues es parte integrante del mismo.
Así el hecho fundamental de la existencia es que todo hombre es interpelado como persona
por otro ser humano, en la palabra, en el amor y en la acción, y debe dar su respuesta: acepta-
ción o rechazo. Yo soy responsable frente al otro, aunque no me lo pida, aunque apenas le co-
nozca, aunque esté lejos, pues su sola existencia es una llamada al reconocimiento.
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3. El Hombre y la sociedad 5
En concreto: goce pacífico de un orden jurídico y su tutela junto con la oferta abundante
de beneficios materiales e inmateriales, producidos y distribuidos con justicia y equidad. ¿A
quién le corresponde la construcción del bien común? A todos y a cada uno de nosotros, en
la medida en que unos grupos requiramos de otros para obtener los bienes que necesitamos
para lograr nuestro desarrollo. Con ello nos referimos a la familia, la escuela, la empresa, las
estructuras intermedias, el barrio, el municipio, el estado, la nación y la comunidad interna-
cional.
Dentro de estos grupos, el más natural y el más importante es la familia. En ella, como se-
res humanos, encontramos formas de satisfacer nuestras necesidades básicas, el afecto, la
compresión, la educación,… todo lo que, en definitiva, nos lleva a ser personas.
Aun cuando la socialización pueda tener ciertos aspectos negativos como la reducción del
ejercicio de la libertad individual, la pérdida de iniciativa y de pensamientos propios, no
asumir convincentemente responsabilidades…, resaltamos lo siguientes aspectos positivos:
La vida social engrandece al hombre en todas sus cualidades y le capacita para respon-
der a su vocación.
Consolida y desarrolla las cualidades humanas y garantiza sus derechos.
Logra la realización de la solidaridad humana y favorece la ampliación del marco de las
actividades materiales y espirituales humanas.
La formación de numerosos grupos, asociaciones, instituciones para fines económicos,
sociales, culturales, recreativos, deportivos, profesionales y políticos, a nivel nacional y
mundial.
Permite satisfacer muchos derechos de la persona humana: salud, instrucción básica,
formación profesional, vivienda, trabajo, descanso conveniente, ocio.
Es muy común encontrar la idea de trabajo en equipo especialmente en los ámbitos labora-
les en los que grupos de varias personas pueden armarse con objetivos específicos, en algunos
casos siendo estos grupos temporales y otras veces permanentes. El objetivo del trabajo en
equipo es poner más capacidades, inteligencias, ideas y destreza al servicio de una tarea o acti-
vidad, de modo tal que por el mismo hecho de compartir esa actividad los resultados se den de
manera más rápida y sólida.
Contar con un buen equipo multidisciplinario es esencial para un alto rendimiento en cual-
quier emprendimiento. Trabajar bajo este esquema no implica que todos los miembros se en-
foquen en la misma tarea, o que cada uno tenga que ser capaz de desempeñar las funciones de
los demás. Al contrario, se trata de una sinergia en la que todos aportan algo desde su expe-
riencia y habilidades, enriqueciendo el trabajo y logrando grandes resultados. Bien encaminado
ayuda a maximizar las fortalezas de cada integrante, sacando lo mejor de sí y complementándo-
lo con las de los demás.
Estas son algunas de las razones por las que el trabajo colaborativo es necesario:
1. Crea sinergia en la que el resultado de la suma es mayor que las partes. Sin duda el im-
pacto más significativo de un equipo está en el hecho de alcanzar más cosas juntos, que
de manera individual.
2. Otorga empoderamiento a cada uno de los miembros, eliminando los obstáculos que
pueden impedirles hacer sus tareas correctamente. Asignar responsabilidad a alguien lo
anima a ser pro-activo y creativo en la resolución de problemas.
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3. Promueve estructuras de trabajo más flexibles y con menos jerarquía, en la que los
miembros tienen la confianza necesaria para la toma de decisiones en conjunto. Cuando
funcionan bien pueden ser autosuficientes e interactuar fácilmente con otros equipos
en una organización.
4. Impulsa el trabajo multidisciplinario, sobre todo donde hay divisiones organizacionales.
5. Fomenta la responsabilidad y la capacidad de respuesta al cambio.
6. Promueve el sentido de logro, la equidad y la amistad.
El trabajo en equipo supone siempre una dinámica especial que puede variar de grupo a
grupo y que es, en definitiva, lo que hace que ese conjunto de personas funcione o no. Así,
lo que puede servir para un grupo de personas puede no ser útil para otro.
Esto se hace muy visible por ejemplo en los trabajos en equipo realizados en ámbitos em-
presariales o incluso en los que forman parte de distintos niveles de gobierno en los cuales se
requieren muchas áreas y grupos de personas a disposición.
La importancia del trabajo en equipo tiene que ver entonces con que el mismo se basa en
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ideas como la convivencia, la comprensión, la tolerancia, el respeto por el otro y el aprovecha-
miento grupal de ideas que individualmente quizás no rendirían de la misma manera.
Todos llevamos muy dentro de nosotros el talante individualista. Buscamos en exceso nues-
tro interés personal; olvidamos a los demás y pasamos por encima de ellos. En lo religioso so-
lemos actuar de la misma manera: "Cada uno en su casa y Dios en la de todos". Con este equi-
vocado refrán queremos justificar nuestra pereza y desinterés por las tareas parroquiales y
eclesiales.
2.3.1 Saber
¿Qué es el ser social? ¿A quién puedo llamar el otro?
¿Qué implicaciones tiene el ser social?
¿Cuáles son las características necesarias para poder colaborar en equipo?
¿Conozco mis limitaciones como individuo aislado?
¿Tengo presente las situaciones de los demás para juzgarlos?
Aplicándolo a la vida
Analizar nuestra realidad ante la sociedad de la que formamos parte. Nuestra implicación, en-
trega, disponibilidad, actitud y comportamiento. Si realmente estamos abiertos a mejorar la
sociedad y a vivir la comunidad, o hacerlo de modo individual sin prestar atención a aquello que
nos rodea, actuando de modo egoísta.
Síntesis
Documentos
“La índole social del hombre demuestra que el desarrollo de la persona humana y el creci-
miento de la propia sociedad están mutuamente condicionados. Porque el principio, el sujeto y
el fin de todas las instituciones sociales son y deben ser la persona humana, la cual, por su mis-
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ma naturaleza, tiene absoluta necesidad de la vida social. La vida social no es, pues, para el
hombre sobrecarga accidental. Por ello, a través del trato con los demás, de la reciprocidad de
servicios, del diálogo con los hermanos, la vida social engrandece al hombre en todas sus cuali-
dades y le capacita para responder a su vocación” (cf. GS 25, 1).
“De los vínculos sociales que son necesarios para el cultivo del hombre, unos, como la familia
y la comunidad política, responden más inmediatamente a su naturaleza profunda; otros, pro-
ceden más bien de su libre voluntad. En nuestra época, por varias causas, se multiplican sin ce-
sar las conexiones mutuas y las interdependencias; de aquí nacen diversas asociaciones e insti-
tuciones tanto de derecho público como de derecho privado. Este fenómeno, que recibe el nom-
bre de socialización, aunque encierra algunos peligros, ofrece, sin embargo, muchas ventajas
para consolidar y desarrollar las cualidades de la persona humana y para garantizar sus dere-
chos” (cf. GS 25, 2).
Al mismo tiempo el hombre advierte que es parte de una red de relaciones, no opcionales o
secundarias, entre ellas la que tiene con las otras personas, que es inmediatamente evidente y
ocupa un puesto privilegiado. Lo primero que la persona percibe no es el yo con sus potenciali-
dades, sino la interdependencia con los otros que requieren ser aceptados en su realidad obje-
tiva y reconocidos en su dignidad. En esta óptica la responsabilidad aparece como capacidad de
percibir signos que proceden de los otros y darles respuestas. Se trata de una llamada ética
porque lleva consigo exigencias de responsabilidad y de compromiso.
El hombre se despierta a la existencia personal cuando los otros dejan de ser vistos solo co-
mo medios de los que servirse. Una cultura vocacional debe prevenir al joven de una concep-
ción subjetivista que hace del individuo centro y medida de sí mismo, que concibe la realización
personal como defensa y promoción de sí, más que como apertura y donación. Y, asimismo, de
las concepciones que en la relación intersubjetiva quedan aprisionadas solo en la complacencia,
sin ver su carácter ético. La experiencia relacional y su componente ética orientan ya hacia lo
Trascendente, porque en ellos aparece algo incondicional e inmaterial.
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Dimensión Humana
Tema 5
En efecto, los otros no requieren solo que se vaya a su encuentro con objetos y estructu-
ras o de actuar con ellos a través de reflejos instintivos. Piden el reconocimiento del misterio
de su persona y postulan por tanto respeto, gratuidad, amor, promoción de valores morales
y espirituales.
Amor al otro
R. Garaudy
El significado del rostro de otra persona me exige, me interpela, me emplaza. ¿No debería
llamarse palabra de Dios a este emplazamiento a la responsabilidad? ¿Acaso no se nos viene
a la mente Dios, precisamente en este emplazamiento, más que en la tematización de una
idea, más, incluso, que en cualquier invitación al diálogo?
E. Levinas
Yo y Tú
M. Buber
En un pequeño pueblo, existía una diminuta carpintería famosa por los muebles que allí
se fabricaban. Cierto día, las herramientas decidieron reunirse en asamblea para solucionar
sus diferencias. Una vez que estuvieron todas reunidas, el martillo, en su calidad de presi-
dente tomó la palabra:
Después de aquellas palabras todas las herramientas se dieron cuenta que sólo el trabajo en
equipo las hacia realmente útiles y que debían de fijarse en las virtudes de cada una para con-
seguir el éxito.