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INSTITUTO DE ESPECIALIDADES Y POSTÉCNICOS EN ENFERMERÍA

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO


FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES “ZARAGOZA

GLOBALIZACIÓN UNA BREVE


INTRODUCCIÓN
MANFRED B. STEGER
SÍNTESIS
Profesora: Lic. Luz María Irineo López Alumno:
Hitzia Paola Méndez Gómez Postécnico: Gerencia
y Docencia en los Servicios de Enfermería
Contenido
La globalización no es un fenómeno reciente y puede rastrearse a lo largo de la historia..................2
Existen perspectivas distintas (y a menudo contradictorias) sobre qué es la globalización; de ahí su
dificultad y riqueza conceptual...........................................................................................................2
La globalización son los efectos históricos que determinan el contexto mundial actual, sin agotarlo
por completo......................................................................................................................................3
La globalización económica ha acentuado la desigualdad entre ricos y pobres a niveles similares a
los del siglo XIX................................................................................................................................3
El poder político de los Estados-nación se ve limitado por fuerzas económicas globales..................4
La cultura global coexiste en la tensión entre uniformidad y diferencia.............................................5
Utilizar el planeta como materia prima ha provocado consecuencias ecológicas sin precedentes......6
Las ideologías de la globalización dan forma a perspectivas políticas transfronterizas......................6
La humanidad tiene tres tareas urgentes que debe completar en el siglo XXI....................................7
La globalización no es un fenómeno reciente y puede rastrearse a lo largo de la historia.

Con la multitud de menciones de la palabra “globalización” en la prensa y los medios, su


significado parece ser restringido y altamente especializado. Sin embargo, incluso los
académicos enfrentan discrepancias sobre la pertinencia del término, de sus alcances y de
sus ámbitos de influencia. Su primera mención escrita data de 1930, aunque su auge ocurrió
durante los años 1990. A grandes rasgos, la globalización expresa distintas definiciones
simplistas del estatus geopolítico global y la transmisión de información por medios
electrónicos. Sin embargo, también se utiliza para enfatizar el nexo entre lo local y lo
global a distintos niveles, así como para subrayar la interdependencia de dichos ámbitos.

La palabra globalización se ha utilizado de diversas maneras tanto en la prensa popular


como en las publicaciones académicas para describir un proceso, un estado, un sistema,
una fuerza y una época”.
Como concepto, la globalización sirve para describir y analizar los procesos políticos,
socioculturales y económicos de las grandes potencias mundiales (como Estados Unidos y
los BRICS, que incluyen a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). El concepto de
globalización también sirve para crear mecanismos de regulación internacional en
cuestiones medioambientales y de salud pública.

Existen perspectivas distintas (y a menudo contradictorias) sobre qué es la globalización; de


ahí su dificultad y riqueza conceptual.

El estudio de la globalización se parece a la parábola budista de los siete ciegos que


describen un elefante a través del tacto. Como cada uno describe algo distinto y todos creen
tener la razón, puede argumentarse que ello ilustra la falta de consenso sobre qué clase de
objetos o procesos debería estudiar la globalización, además de lo dañina que puede ser la
reducción dogmática de problemas complejos. Para no perder de vista la importancia
relativa de cada aspecto, los estudios globales distinguen tres fenómenos que sirven para
poner en contextos más concretos los problemas relativos a la globalización:

 “Globalidad” – En la situación social actual, las interconexiones y su velocidad


que vuelven irrelevantes las fronteras geográficas.
 Imaginario global – Es la conciencia creciente con respecto a la globalidad, que a
su vez conlleva un debilitamiento del imaginario nacional.
 Globalización como concepto espacial – Lo nacional y lo local cambian de
carácter y funciones sociales sin extinguirse, en lo que algunos llaman “glocalización”.

La globalización son los efectos históricos que determinan el contexto mundial actual, sin
agotarlo por completo.

Aunque una explicación histórica de la globalización sugiere que su registro debe


remontarse a la aparición del lenguaje humano con el fin de captar la singularidad y
actualidad del proceso, se le suele situar después de 1989, con la caída del bloque soviético
y el final de la Guerra Fría. Otros investigadores pueden remontarse al principio de la era
moderna y la aparición del capitalismo, en la Europa del siglo XVI. Los partidarios de que
la globalización es más antigua que la modernidad se remontan a la expansión territorial y
dispersión global de los primeros homínidos, que comenzó hace unos 12.000 años. La
agricultura, la religión, la burocracia y la guerra fueron los motores de la creación de
imperios, los cuales desarrollaron tecnologías como la escritura y la rueda. Dichos imperios
se enlazaron a través de circuitos comerciales entre las zonas más pobladas de Eurasia y el
noreste de África, aunque un proceso similar ocurrió en América.

Sin eliminar vínculos locales ni nacionales, la condensación del mundo en un único lugar
ha vuelto cada vez más global el marco de referencia para la acción y el pensamiento
humanos”.
Este proceso de expansión humana ha tenido hitos como las exploraciones navales del siglo
XVI y las revoluciones industriales del siglo XIX. Ambas impulsaron poderosamente la
tecnología y cambiaron el panorama político y cultural del planeta en lo que los expertos
describen como una condensación del espacio tiempo: el planeta comenzó a administrarse
como un lugar homogéneo, alcanzable y concreto, sin zonas ocultas ni fronteras
infranqueables. Sin embargo, para fines prácticos, la globalización se ciñe a las
dimensiones económica, política, cultural, ecológica e ideológica, que se intervienen
mutuamente en un contexto común a partir de la última década del siglo XX.

La globalización económica ha acentuado la desigualdad entre ricos y pobres a niveles


similares a los del siglo XIX.

Durante la década de 1990 se crearon instituciones de gobernanza económica que, bajo la


visión de un “orden económico global”, vincularon el concepto de globalización a una
agenda política de liberación de las economías mundiales, dando forma al neoliberalismo
económico. Entre estas se encuentran el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial
y la Organización Mundial de Comercio. Los acuerdos comerciales y de libre mercado
socavaron la soberanía nacional de muchos países, y con la caída de la Unión Soviética, la
regulación estatal en materia económica se asimiló a la idea de dictadura. Los principales
factores económicos de la globalización a partir de entonces son los siguientes:

 Internalización del comercio y las finanzas – Integración de los mercados para


garantizar relaciones internacionales pacíficas e innovaciones tecnológicas compartidas, lo
que no siempre resultó así.
 Creciente poder de empresas transnacionales y grandes bancos de inversión –
Dichas empresas pasaron de 7.000 en 1970 a 100.000 en 2015. Han rivalizado con el poder
económico de los estados mediante fusiones entre sí.
 Instituciones de gobernanza económica – Su función ha sido histórica para prestar
dinero a países en desarrollo; sin embargo, instituciones como el Banco Mundial también
actuaron políticamente para tratar de “frenar” el comunismo.
Según el Informe sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas de
2015, el porcentaje de personas en pobreza extrema bajó del 50% de la población en 1990,
hasta 14% en 2015. Sin embargo, 700 millones de personas aún viven en pobreza extrema,
y la desigualdad en cuanto a ingresos y distribución de la riqueza se ha agravado. En 2011,
un estudio estimó que 147 compañías superconectadas entre sí poseían el 40% de la riqueza
total del sistema, a través de la posesión conjunta de sus acciones.

El poder político de los Estados-nación se ve limitado por fuerzas económicas globales.

El poder del Estado-nación disminuyó paulatinamente debido al flujo de personas y


tecnología más allá de las fronteras nacionales. Si bien la forma de organización en estados
permitió la paz y el desarrollo del comercio durante el siglo XVII, a principios del siglo XX
los sentimientos nacionalistas impulsaron a la guerra a la mayoría de los países
desarrollados. El sueño de una “sociedad de Naciones”, materializada en la fundación de la
Organización de las Naciones Unidas en 1945, ratificaba y obstaculizaba simultáneamente
la soberanía nacional de los países miembros. A partir de la Primera Guerra del Golfo, en
1990, el presidente George Bush (padre) anuncia “un nuevo orden mundial”, en el cual las
acciones entre países no los conciernen solamente a ellos, sino que nuevos actores globales
adoptan injerencia en cuestiones nacionales. La intervención militar y económica es el
contexto de la acción política global.

La actual crisis alimentaria pone de manifiesto la interconexión de los problemas


políticos, económicos y ecológicos, que se ve acentuada por el proceso de la
globalización”.
Esto no significa que los Estados-nación sean inoperantes, sino que su poder político está
condicionado, en gran medida, por factores como la inversión económica extranjera, la
inmigración y los protocolos de seguridad transfronterizos. Sin embargo, la globalización
no persigue únicamente el crecimiento de la economía en sí misma. La cooperación y
pacificación entre países también impulsó la creación de instituciones como la
Organización del Tratado del Atlántico Norte y la Organización para la Cooperación y
Desarrollo Económicos. Además, actores de la sociedad civil como Médicos sin Fronteras y
Greenpeace, los cuales velan por los derechos humanos más allá de las fronteras
nacionales, sugieren la posibilidad de una “democracia cosmopolita” con un parlamento
global, una carta de derechos, separación formal de economía y política, y un sistema legal
interconectado. Esta democracia, según David Held, se fincaría en el respeto a las
identidades, la rendición de cuentas y la tolerancia.

La cultura global coexiste en la tensión entre uniformidad y diferencia.

Lo cultural se refiere a la construcción simbólica de conceptos como la pertenencia


nacional o étnica, así como a la difusión de significados en formas de expresión
simbólica como el idioma, la música y las artes. El impacto cultural de la globalización
aparece sobre todo como una fuerte tensión entre la uniformidad y la diferencia; la primera,
ilustrada por el modo de vida estadounidense y los valores del individualismo y el
consumo; la segunda, por la negación de otras formas de gobierno y administración.
Los procesos culturales globales, al igual que las consecuencias políticas y económicas de
los mismos, se viven de muy distinta forma según la clase social y el país donde se resida.
Si bien las hibridaciones culturales han ocurrido desde hace milenios, dando lugar a nuevas
identidades y formas de expresión, hoy en día se asiste a una mercantilización de la
sociedad, así como de sus bienes culturales. Por otra parte, no puede obviarse el papel
decisivo de empresas mediáticas transnacionales en la conformación de la cultura popular
global. Este “telesector del infoentretenimiento”, como lo llamó el teórico Benjamin
Barber, conformado por las compañías Comcast, Google, Disney, News Corporation,
DirecTV, Viacom, Time Warner y SONY, aglomera los mayores productos de
entretenimiento jamás vistos.

Sin embargo, el sociólogo Roland Robertson critica la homogeneización cultural,


articulando en cambio la idea de “glocalización”, donde los flujos culturales globales
pueden nutrir y revivir la cultural local. No obstante, el avance del modo de vida capitalista
puede acarrear retrocesos en las formas de gobierno tradicionales, las cuales van ligadas a
la alarmante pérdida de la diversidad lingüística mundial, así como a la mercantilización de
la sociedad y la naturaleza, reducidas a recursos de consumo y explotación.

Utilizar el planeta como materia prima ha provocado consecuencias ecológicas sin


precedentes.

Los procesos productivos globales, además de fenómenos como el crecimiento


demográfico descontrolado y la migración hacia el norte global, han acentuado la
acumulación y producción de desechos, minando sensiblemente las condiciones ecológicas
del planeta. Problemas como la contaminación transfronteriza y marina, así como el
calentamiento global y la extinción masiva de especies, no son problemas que puedan
circunscribirse a los ámbitos regionales o locales, sino que se deben a la acción humana
acumulada en el tiempo.

Los casquetes polares se han fundido más deprisa en los 20 años más recientes que en los
últimos 10.000”.
La respuesta multilateral de las potencias contra el cambio climático y el calentamiento
global ha sido bienintencionada, pero mayormente simbólica. Tratados internacionales
como el Acuerdo de París, establecido para reducir las emisiones contaminantes y evitar el
aumento del calentamiento de la atmósfera terrestre hasta niveles que pongan en riesgo la
vida, no han sido ratificados por todos sus miembros. El argumento de países como Estados
Unidos es que disminuir su ritmo de producción minaría su crecimiento económico.
Tampoco existen mecanismos de rendición de cuentas efectivos contra las grandes
empresas y países contaminantes.

Las ideologías de la globalización dan forma a perspectivas políticas transfronterizas.

Una ideología puede definirse como un sistema de ideas que se comparten y estructuran en
amplios sectores de la sociedad. Estas conectan la teoría y la práctica al organizar los
códigos de conducta de la gente, que generalmente no se cuestionan. Aunque reducirlas es
inexacto, existen tres principales ideologías “globalistas”, esto es, que expresan de manera
condensada principios de acción humana a nivel global, en pugna unos con otros:

El globalismo de los mercados busca regir la globalización según las normas del libre
mercado y una interpretación neoliberal de los acuerdos internacionales. El globalismo de
la justicia, promovido desde la izquierda política, basa su visión de la globalización en
ideales igualitarios, la solidaridad entre todos los países, así como la justicia
distributiva. Los globalismos religiosos, desde el espectro de la derecha política, se oponen
tanto al globalismo de mercados como a los de la justicia. Imaginan una comunidad
religiosa global que defienda creencias y valores que, a su juicio, están desapareciendo por
el laicismo y el consumismo. Los grupos terroristas ISIS y Al Qaeda serían dos de los
ejemplos más conocidos. Por último, los globalismos reaccionarios, representados por
figuras como Donald Trump en Estados Unidos o Marine Le Pen en Francia, se ven
impulsados por un discurso nacional-populista que pugna por el regreso a una sociedad
nacional idealizada, a menudo cerrando la economía a mercados internacionales y
persiguiendo inmigrantes ilegales.

La humanidad tiene tres tareas urgentes que debe completar en el siglo XXI.

Los retos que enfrenta la humanidad no son menores. Las luchas ideológicas, la crisis
medioambiental y la desigualdad social requieren soluciones urgentes; por otra parte, la
formación de organismos de deliberación y gobernanza mundial, como el Grupo de los
Veinte (G20), señalan la necesidad de crear formas de actuación global concertada. Las tres
tareas de la humanidad para el siglo XXI pueden resumirse en la reducción de la
desigualdad social, la preservación de las condiciones medioambientales del planeta para la
preservación de la vida, y el reforzamiento de la seguridad humana sin menoscabo de la
libertad de expresión, los derechos humanos y la privacidad.

El economista francés Thomas Piketty señaló que la desigualdad con respecto a los
ingresos ha regresado a los extremos observados antes de la Gran Depresión de 1929. Su
solución es aplicar un impuesto global sobre la riqueza como mecanismo que impida la
acumulación, fuente de inestabilidad política y económica a nivel global. Para el
economista serbio-estadunidense Branko Milanovic, sin embargo, el crecimiento de una
“clase media global”, integrada sobre todo por regiones pujantes de China y el sureste
asiático, resulta alentadora. Con todo, Milanovic también observa el estancamiento de
amplios grupos de clase media-baja a escala mundial. Algunas soluciones aparentes podrían
venir de acoger la interdependencia social, el principio ético rector del cosmopolitismo, y
buscar un orden global igualitario, democrático y con respeto a los derechos humanos, sin
menoscabo de la diversidad cultural.

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