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I.S.F.

D “Ernesto Sábato”

Profesorado de E.S. en Lengua y Literatura.

Cátedra: Práctica III.

Profesor/a: Sra. María del Carmen Santos.

Co-formador: Avancini, Sonia.

Curso: Tercer año.

Ciclo Lectivo: 2016

Registro de la primera práctica.

Alumna:
Britez, Gisela Tamara.
El día 23 del mes de Agosto realizamos junto a mi par pedagógico la primera intervención
en el colegio y aula designada, Colegio Secundario 3er año segunda división turno
mañana, llegamos cuarenta minutos antes de la intervención y como nos habían
recomendado nos presentamos formalmente en dirección.

Una vez que ingresamos al salón de clases la profesora que observó nuestro trabajo,
realizó una breve presentación dando lugar así al inicio de nuestra actividad. El aula
estaba compuesta al menos por veinte estudiantes los que estaban distribuidos en ambos
costados del aula, dando lugar a un espacio en el medio donde se encontraba un grupo
de seis alumnos. Todos ellos escucharon curiosamente mi exposición oral, intento de
abordar un concepto de trama argumentativa en conjunto, frente al pizarrón, esto se podía
evidenciarse en las expresiones de sus rostros y silencios extensos, seguidamente utilicé
el pizarrón en donde tracé un esquema que expresaba el origen de la Retórica, el que
titulé mal, colocando “Retórica argumentativa origen”. Pedí a los alumnos que copiaran lo
que escribía mientras lo explicaba, de algún modo, intentando lograr el diálogo con ellos
lo que fue casi imposible, por mi falta de experiencia; al momento de redactar utilicé un
tipo de letra inadecuado, la imprenta, hecho que no pude revolver ya que no podía utilizar
dos tipos de letras distintos en el pizarrón. Mi exposición fue pobre y escasa ya que no
había tenido tiempo de rever conceptos ya estudiados durante mi formación.

Mi par pedagógico intervino, ya que habíamos pactado que ese sería su momento, luego
de mi participación, bosquejando un cuadro en el pizarrón donde se podía observar un
cuadro comparativo entre opinión y argumentación. Esto me llevó a adoptar la postura
de espectador junto a los alumnos luego recorrí el aula observando si el alumnado
copiaba el cuadro que realizaba mi compañera ya que la consigna expresada era la de
que copiaran el cuadro en sus carpetas.

Como parte del desarrollo también comprendió la lectura, en este caso por mí, de un texto
del escritor Sábato Ernesto, composición que al momento de seleccionarlo nos pareció
pertinente al ser de origen Argentino, canónico, actual y porque portaba la trama que
estábamos por desarrollar, la argumentativa. La mediación post-lectura que realicé en
algún momento sentí flaquear por parte mía y de los alumnos en los que vislumbré la falta
de estimulación a través de su casi nula participación, siento que debería trabajar más en
esta debilidad. Di lugar al momento final de mi mediación a Daiana ya que me quede “sin
asunto”; momento en el que ya se acercaba el final del medio módulo de la clase de
Lengua y que por equivocación creímos que contábamos con tiempo extra en el que ella
comenzó entonces la lectura de una de las cartas ubicada dentro de un corpus de textos
que habíamos seleccionado para trabajar en la clase siguiente, durante la lectura el
comportamiento fue moderado y al finalizar la lectura de la primera carta sonó el timbre
que anuncia el recreo y mediante una intervención mía expliqué de forma rápida mientras
se levantaban de sus asientos que esa carta formaba parte de la actividad que
realizaríamos en la clase siguiente, esto evidencia la toma de decisiones en cuanto a la
distribución del tiempo que ocuparan el desarrollo de nuestras futuros planes. En una
apreciación personal el contacto real fue realmente necesario en donde pudimos dar
cuenta de las actitudes y aspectos a mejorar.

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