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EL RECUERDO: UNA VISIÓN DESDE EL ESTAR PRESENTE DE HUSSERL Y LOS

ESTRATOS DEL TIEMPO DE KOSELLECK.

Elaborado por: Matilda Lara Viana.

En este ensayo propongo explorar el concepto de recuerdo y dotarlo de nuevos

elementos a partir de su correlación con nociones de otras disciplinas. Basé su elaboración en

los tres textos que referencio al final: Los marcos sociales de la memoria de Halbwachs,

Estratos del Tiempo de Koselleck e Introducción a la fenomenología de Husserl de W.

Szilasi. El propósito de este ensayo no es, en lo absoluto, refutar una teoría. Más bien,

propongo aquí complementar lo propuesto por Halbwachs con algunas ideas de la historia y la

fenomenología.

A continuación, expondré los conceptos fundamentales de la teoría de los marcos

sociales de la memoria para, posteriormente, detenerme alrededor del recuerdo y cómo las

nociones alrededor de él pueden ampliarse y categorizarse desde las formas de estar presente

de la fenomenología de Heidegger y las ideas de Koselleck sobre la estratificación del tiempo.

En Los marcos sociales de la memoria, Halbwachs propone que la evocación del

recuerdo es dependiente de otros individuos y, por tanto, la memoria individual se ve anclada,

inseparablemente, de la memoria colectiva. El autor plantea el recuerdo como algo colectivo y

lo justifica bajo el argumento de que “es en la sociedad donde normalmente el hombre

adquiere sus recuerdos, los reconoce y los localiza” (Halbwachs, 2004). Adicionalmente,

propone, aquí parafraseo al autor, que los individuos se acuerdan de aquello que los otros lo

inducen a recordar (Halbwachs, 2004).


Esta teoría postula, entonces, la dependencia de la memoria individual de marcos

sociales y la inseparabilidad del recuerdo de una evocación externa. Me pregunto, entonces,

por la experiencia detrás del recuerdo, ¿de qué modo se experimenta el recuerdo? En este

punto cobran importancia algunos conceptos de la fenomenología husserliana que explicaré a

continuación.

Husserl plantea que hay tres formas de tener presente un fenómeno: la presentación,

la presentificación y el mentar vacío. La presentación hace referencia al estar presente, vivir

en carne propia el acontecimiento; la presentificación es recordar un estar presente o una

experiencia vivida; el mentar vacío es evocar sin estar presente, es decir, en él “lo mentado

está directa y simplemente mentado, pero sin experiencia intuitiva” (Szilasi, 1973).

Estas tres formas de tener presente pueden considerarse como los tres modos en que

un individuo puede evocar un recuerdo. Así, es posible recordar volviendo a experimentar el

suceso y esto puede denominarse presentación; recordar desde la evocación convencional de

un suceso vivido puede llamarse presentificación y recordar una experiencia no vivida sino

transmitida por otros puede nombrarse como mentar vacío.

Siendo así, recordar, por ejemplo, mi antiguo juguete de infancia al encontrarlo en un

cajón sería una evocación a modo de presentación. En cambio, recordar mi antiguo

apartamento en una conversación sobre los sitios en que he vivido sería presentificación y

recordar la Revolución francesa sería un mentar vacío. De este modo, tomando términos de la

fenomenología, puede complementarse terminológicamente la teoría del recuerdo.


Por otra parte, además de clasificar la evocación del recuerdo, puede decirse mucho

sobre la experiencia detrás del mismo. Es aquí donde viene a formar parte la teoría de los

estratos del tiempo de Koselleck en la cual, a través de una analogía con los estratos

geológicos, se explica el concepto de los tres estratos del tiempo histórico: unicidad,

repetición y trascendencia.

El autor explica que unicidad hace referencia a una sucesión de acontecimientos

únicos que suponen, de una forma u otra, una ruptura y sorpresa en el curso histórico.

Además, explica que “toda la historia descansa al mismo tiempo sobre estructuras de

repetición que no se agotan en la unicidad” (Koselleck, 2001). No obstante, comenta el autor,

no todos los tiempos históricos encajan dentro de acontecimientos de unicidad y estructuras

de repetición. Existen fenómenos que parecen no modificarse de generación en generación y

que todos los individuos, independientemente de su edad o capacidad de sorpresa,

experimentan del mismo modo. Estos son denominados trascendentes.

Pero ¿qué tiene que ver esto con la pregunta sobre el recuerdo? Sucede que la

experiencia detrás del recuerdo puede, también, clasificarse. Los estratos del tiempo, en tanto

que partes del tiempo histórico, pueden trasladarse a la teoría de la memoria a modo de tipos

de experiencia detrás del recuerdo. De este modo, los recuerdos pueden caracterizarse como

recuerdos únicos, repetitivos y trascendentes. Esto es, correspondientemente, recuerdos que

refieren a un acontecimiento sorprendente, a estructuras que no se agotan y a estructuras que

permanecen inmutables para las generaciones presentes.

Entonces, un recuerdo puede ser considerado como único cuando la experiencia que lo

precede es un acontecimiento considerable como una estructura de unicidad; un recuerdo


puede ser considerado como repetitivo cuando la experiencia que lo precede es un

acontecimiento considerable como una estructura de repetición y un recuerdo puede ser

considerado como trascendente cuando la experiencia que lo precede es un acontecimiento

considerable como una estructura de trascendencia.

De este modo, podría decirse, por ejemplo, que recuerdos como las direcciones de la

ciudad son repetitivos, que la hora en que anochece en verano es trascendente y un accidente

automovilístico es único. O, que recuerdos como el concepto de justicia es trascendente, la

estructura judicial de un país es repetitiva y el asesinato de un individuo es único.

Siendo así, en resumen, mi propuesta es que al recuerdo se le puede considerar,

adicional a lo ya tenido en cuenta en la teoría de los marcos sociales de la memoria, desde dos

perspectivas tomadas de otras teorías: el modo de evocación y la experiencia detrás del

recuerdo. El modo de evocación puede ser, entonces, la presentación, la presentificación y el

mentar vacío. Por su parte, la experiencia detrás del recuerdo puede ser única, repetitiva o

trascendente.

De esta manera, trazando puentes entre temas que en un principio parecen no tener

relación entre sí, es posible complementar los conceptos expuestos en una teoría. En este caso,

esta rara amalgama creada entre sociología, fenomenología e historia permitió ampliar las

nociones del recuerdo y aplicar en sitios inexplorados conceptos de otras disciplinas.


Referencias:

Kosselleck, Reinhart. Los estratos del tiempo: estudios sobre la historia, Barcelona; Buenos

Aires; México, Paidós, 2001.

Halbwachs, Maurice. Los marcos sociales de la memoria, Barcelona, Anthropos, 2004.

Wilhelm Szilasi. Introducción a la fenomenología de Husserl, España,  Amorrortu Editores,

1973.

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