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Domingo: I Semana Verde
Domingo: I Semana Verde
19
2021
Nº 25- REMESA III
ORDINARIO / B
XXV DOMINGO
DEL TIEMPO
EL
Domingo
SEMANA DEL SALTERIO
DÍA DEL SEÑOR
“AL SERVICIO DE LA IGLESIA”
I SEMANA
COLOR LITÚRGICO
VERDE
EL DESEO DE PODER Y DOMINIO
DESVIRTÚA EL EVANGELIO
Antífona de
ENTRADA
Yo soy la salvación de mi pueblo, dice el Señor. Los escucharé cuando me llamen en cualquier
tribulación, y siempre seré su Dios. Se dice Gloria.
Oración
COLECTA
Señor Dios, que has hecho del amor a ti y a los hermanos la plenitud de todo lo mandado en tu
santa ley, concédenos que, cumpliendo tus mandamientos, merezcamos llegar a la vida
eterna. Por nuestro Señor Jesucristo.
Primera
LECTURA
Condenemos al justo a una muerte ignominiosa.
Salmo responsorial
DEL SALMO 53
R. EL SEÑOR ES QUIEN ME AYUDA.
• Sálvame, Dios mío, por tu nombre; con tu poder defiéndeme. Escucha,
Señor, mi oración y a mis palabras atiende. /R.
• Gente arrogante y violenta contra mí se ha levantado. Andan queriendo
matarme ¡Dios los tiene sin cuidado! /R.
• Pero el Señor Dios es mi ayuda, él, quien me mantiene vivo. Por eso te
ofreceré con agrado un sacrificio, y te agradeceré, Señor, tu inmensa
bondad conmigo. /R.
Segunda
LECTURA
Los pacíficos siembran la paz y cosechan frutos de justicia.
R. Dios nos ha llamado, por medio del Evangelio, a participar de la gloria de nuestro Señor Jesucristo. /R.
L..Bendice a los niños para que crezcan en estatura y sabiduría a imagen de tu Hijo.
Protege su inocencia y socorre a los padres y madres de familia en la ardua responsabilidad
de su crianza. Oremos. /R.
(INTENCIONES LIBRES)
S. Escucha, Padre misericordioso, las súplicas de tu pueblo, tú que por el evangelio nos has
llamado a participar de la gloria de tu Hijo. Y te pedimos humildemente, que nos hagas ser
conscientes de que, solo en el servicio a nuestros hermanos, radica su verdadera imitación. Te lo
pedimos por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Oración sobre
LAS OFRENDAS
Acepta benignamente, Señor, los dones de tu pueblo, para que recibamos, por este sacramento
celestial, aquello mismo que el fervor de nuestra fe nos mueve a proclamar. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Antífona de la
COMUNIÓN
Cf. Sal 35, 8
Tú promulgas tus preceptos para que se observen con exactitud. Ojalá que mi conducta se ajuste
siempre al cumplimiento de tu voluntad.
Oración
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
A quienes alimentas, Señor, con tus sacramentos, confórtanos con tu incesante ayuda, para que en
estos misterios recibamos el fruto de la redención y la conversión de nuestra vida. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
LECTIO
DIVINA
Lectura
¿Qué nos dice el texto?
Sb 2, 12. 17-20
En el capítulo 2 del libro de la Sabiduría, los impíos declaran su concepción de la existencia. La vida,
completamente circunscrita dentro del horizonte terreno, efímera y transeúnte, es para gozarla sin
escrúpulos (vv. 6-12a).
El «justo», es decir, cualquiera que sea fiel a YHWH y a sus mandamientos, sigue unos criterios de
vida diametralmente opuestos a los del impío y, por consiguiente, siente como un reproche el
comportamiento del justo, su misma presencia (vv. 12b.14). De ahí su decisión de ensañarse con él,
diciendo, en plan sarcástico, que quiere verificar la autenticidad de la fe que profesa (vv. 17-20).
Aparece un crescendo en las persecuciones que se le infligen, hasta llegar a la sentencia de muerte
(v. 20a). Los impíos esperan probar de este modo la consistencia de la paciencia y de la resistencia
demostradas por el justo (v. 19), así como la consistencia de la seguridad que ha declarado en el
apoyo que le da Dios, su salvador y liberador (vv. 18.20b).
St 3, 16–4, 3
La fe auténtica se manifiesta en las obras, del mismo modo que la verdadera sabiduría se reconoce
por sus frutos (cf. St 3, 13). El autor de la carta de Santiago pone en guardia contra los falsos
maestros, es decir, contra aquellos cuyas palabras no edifican la comunidad en la concordia, sino
que fomentan las divisiones internas. Quien solo se preocupa de sí mismo y se encierra de manera
egoísta en la búsqueda de su propia gratificación, se comporta de tal modo que crea desorden y
turbación en los otros (3,16). Por el contrario, quien acoge la sabiduría, don que Dios concede a
quien se lo pide (cf. Sab 8,21), vive de una manera límpida, sincera, recta.
El elenco de adjetivos calificativos de «la sabiduría de arriba» (3, 17) está compuesto, probable-
mente, teniendo en cuenta la situación concreta de los destinatarios de la carta y pone de relieve
las virtudes que más necesitan. De ese elenco se desprenden los rasgos de una comunidad minada
por las divisiones, los personalismos, las rivalidades. Santiago la exhorta a compararse con el don
de Dios y con la urgencia de encarnarlo en un estilo de vida tolerante, propio de quien acoge a los
otros sin discriminaciones, preocupado no por aparentar, sino por ser. Ese es el estilo de vida de
quien construye la «paz», que es el bien supremo, compendio de cualquier otro (3, 18).
Mc 9, 30-37
Marcos subraya una vez más que los discípulos no comprenden y, para resaltar la distancia que
media entre la palabra del Maestro y su mentalidad pone, a renglón seguido, otros dos dichos de
Jesús. En el primero se afirma que la jerarquía entre los discípulos está estructurada siguiendo el
criterio del servicio y del ponerse en el último lugar: en esto se fundamenta la verdadera grandeza
(vv. 34ss). El segundo dicho une la acogida a Jesús -y por eso al Padre que le envía- a la de un niño
(v. 37). El niño, cuya escasa consideración positiva en el mundo antiguo resulta muy conocida, es
imagen de todos los que no son considerados dignos de atención y de estima; sin embargo, son
precisamente ellos quienes reciben el don del amor de Jesús -cosa que significa mediante el abrazo
(v. 36)- y se convierten en sacramento del mismo Jesús, como él es sacramento del Padre.
Meditación
¿Qué me dice el Señor en el texto?
Se narra el segundo de los tres preanuncios de la pasión que jalonan la subida de Jesús hacia
Jerusalén. A esta enseñanza del Señor, ¡siempre!, sigue la resistencia de los discípulos. Jesús los
(nos) corrige: el ascenso a Dios se produce precisamente en el descenso del servicio humilde, en el
descenso del amor.
Dios mismo, en Jesucristo, se manifiesta en ese descenso: no hizo alarde de su condición divina,
sino que, despojándose de su rango, tomó la condición de esclavo, hasta someterse a la “muerte de
cruz” (cf. Flp 2, 6-9). Los anuncios de la pasión encuentran su culminación en la explicación que
sigue al último de ellos: “El Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar
su vida en rescate por todos” (Mc 10, 45).
Jesús es el “siervo” de Dios que padece y muere, tal como el profeta Isaías había previsto en sus
cantos. El “servir” es la verdadera forma de reinar, y nos deja presentir algo de cómo Dios es “Señor”.)
Oración
¿Qué le respondo al Señor que me habla?
Señor, envía de lo alto tu Espíritu de sabiduría, para que haga de mi vida una obra de paz. Que
pueda encontrarte y reconocerte como el Dios que sale a mi encuentro y da vida nueva. Amén.
Contemplación
¿Cómo hago propias las enseñanzas del texto?
«El que quiera ser el primero, que se haga el último y el servidor de todos».
Acción
¿A qué me comprometo?
Hoy el Señor me invita a hacerme el último y servidor de mis hermanos. Ayudaré ayudar “silenciosa-
mente” y con generosidad a personas necesitadas materialmente o por enfermedad de mi comuni-
dad. Voy a escribir esto para no olvidarlo y al fin de semana evaluar mi compromiso cumplido.