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SEP

19
2021
Nº 25- REMESA III

ORDINARIO / B
XXV DOMINGO
DEL TIEMPO
EL
Domingo
SEMANA DEL SALTERIO
DÍA DEL SEÑOR
“AL SERVICIO DE LA IGLESIA”
I SEMANA

COLOR LITÚRGICO

VERDE
EL DESEO DE PODER Y DOMINIO
DESVIRTÚA EL EVANGELIO

E l mundo siempre tendrá la diatriba entre el bien y el mal, el humilde y el


prepotente, el egoísta y el generoso, el injusto y el justo, entre el sabio y el imprudente.
Hoy la liturgia de la palabra nos plantea los dos caminos y nosotros debemos elegir
uno para nuestra vida. Todos tenemos sueños y deseos de tener lo mejor para vivir
dignamente: tener el mejor trabajo, la mejor casa y son cosas buenas y son pecado, lo
malo es cuando optamos por traicionar nuestros principios de justicia, de paz y unidad
para alcanzar nuestras propias metas pisoteando la dignidad de los demás.
Hoy tenemos una perspectiva negativa ante la realidad de la sociedad, pensamos
que quien actúa con maldad, con deslealtad, con engaños, son los que alcanzan todo,
mientras que los que trabajan honradamente, los que hacen sacrificios para llevar el pan
a la mesa, la educación a sus hijos y lo necesario para sus familias no pueden progresar.
Por eso la exhortación que se nos hace es vivir la vida con sabiduría y confiando nuestra
causa a Dios que siempre vela y opta por los que lo aman y optan por la verdadera
sabiduría que los hace portadores de paz, comprensión y dóciles al proyecto de amor y
misericordia. El apóstol Santiago nos invita: “los sabios y los pacíficos siembran la paz y
cosechan frutos de Justicia… Los que se dejan llevar por las pasiones del tener, del
poder tienen una guerra en sí mismos y viven en la zozobra de la envidia y la codicia”.
Jesús nos traza el verdadero camino de la humildad, la entrega y la cruz que son
difíciles de entender, pero que nos llevan a vivir plenamente como comunidad y en
felicidad. Muchas veces no comprendemos los sufrimientos y los obstáculos que se
nos presentan en el camino, como les pasó discípulos cuando Jesús les dijo que: “El
hijo del hombre iba ser entregado, le darían muerte, pero a los tres días resucitaría”.
Para ellos la preocupación era quién sería el más importante en el reino de Jesús, las
preocupaciones del día a día nos roban el sentido de nuestra propia vida. Es hora de
preguntarnos como estamos llevando nuestra vida ¿con sabiduría o neciamente?, si
buscamos las cosas que nos ayudan a crecer humanamente o simplemente que
alimenten el orgullo y el egoísmo.
Hoy más que nunca estamos llamados a ser hombres y mujeres capaces de servir,
de trabajar por el bienestar de todos, sin pretender dominar o de lucirnos, sino siendo
humildes, serviciales, sencillos, de esta manera podremos llegar a poner un grano de
arena para que el mundo sea más humano y más hermano. Es hora que todos nos
reconozcamos como hermanos y compañeros de camino para ayudarnos, apoyarnos en
toda circunstancia ya sea en el sufrimiento o en la alegría. Es hora que en nuestras
familias se cultive el valor de la comprensión, de la unidad, del amor, del perdón y la
comunión. Recuerda, el que no vive para servir no sirve para vivir.

P. Guillermo Pachón, ssp


Monición
de entrada
E
MONICIÓN DE ENTRADA
El ser humano no ha comprendido que ha nacido para
crear comunidad y ser feliz, esto sólo se logrará cuando la
vida de Cristo sea el anhelo de los corazones. Es hora que
dejemos toda pretensión de ser superior a los demás y nos
consideremos hermanos y compañeros de camino.

Antífona de
ENTRADA

Yo soy la salvación de mi pueblo, dice el Señor. Los escucharé cuando me llamen en cualquier
tribulación, y siempre seré su Dios. Se dice Gloria.

Oración
COLECTA
Señor Dios, que has hecho del amor a ti y a los hermanos la plenitud de todo lo mandado en tu
santa ley, concédenos que, cumpliendo tus mandamientos, merezcamos llegar a la vida
eterna. Por nuestro Señor Jesucristo.

Primera
LECTURA
Condenemos al justo a una muerte ignominiosa.

DEL LIBRO DE LA SABIDURÍA 2,12.17-20


Los malvados dijeron entre sí: “Tendamos una trampa al justo, porque nos molesta y se opone
a lo que hacemos; nos echa en cara nuestras violaciones a la ley, nos reprende las faltas contra
los principios en que fuimos educados. Veamos si es cierto lo que dice, vamos a ver qué le pasa
en su muerte. Si el justo es hijo de Dios, él lo ayudará y lo librará de las manos de sus enemigos.
Sometámoslo a la humillación y a la tortura, para conocer su temple y su valor. Condenémoslo
a una muerte ignominiosa, porque dice que hay quien mire por él”.
Palabra de Dios. A. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial
DEL SALMO 53
R. EL SEÑOR ES QUIEN ME AYUDA.
• Sálvame, Dios mío, por tu nombre; con tu poder defiéndeme. Escucha,
Señor, mi oración y a mis palabras atiende. /R.
• Gente arrogante y violenta contra mí se ha levantado. Andan queriendo
matarme ¡Dios los tiene sin cuidado! /R.
• Pero el Señor Dios es mi ayuda, él, quien me mantiene vivo. Por eso te
ofreceré con agrado un sacrificio, y te agradeceré, Señor, tu inmensa
bondad conmigo. /R.

Segunda
LECTURA
Los pacíficos siembran la paz y cosechan frutos de justicia.

DE LA CARTA DEL APÓSTOL SANTIAGO 3,16–4,3


Hermanos míos: Donde hay envidias y rivalidades, ahí hay desorden y toda clase de obras
malas. Pero los que tienen la sabiduría que viene de Dios son puros, ante todo. Además, son
amantes de la paz, comprensivos, dóciles, están llenos de misericordia y buenos frutos, son
imparciales y sinceros. Los pacíficos siembran la paz y cosechan frutos de justicia. ¿De dónde
vienen las luchas y los conflictos entre ustedes? ¿No es, acaso, de las malas pasiones, que
siempre están en guerra dentro de ustedes? Ustedes codician lo que no pueden tener y acaban
asesinando. Ambicionan algo que no pueden alcanzar, y entonces combaten y hacen la guerra.
Y si no lo alcanzan, es porque no se lo piden a Dios. O si se lo piden y no lo reciben, es porque
piden mal, para derrocharlo en placeres.
Palabra de Dios. A. Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del


EVANGELIO
CF. 2TES 2,14

R. Dios nos ha llamado, por medio del Evangelio, a participar de la gloria de nuestro Señor Jesucristo. /R.

EVANGELIO (Mc 9, 30-37)


Del santo Evangelio según san Marcos
A. Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos atravesaban Galilea, pero él no quería que nadie lo supiera,
porque iba enseñando a sus discípulos. Les decía: “El Hijo del hombre va a ser entregado en manos
de los hombres; le darán muerte, y tres días después de muerto, resucitará”. Pero ellos no enten-
dían aquellas palabras y tenían miedo de pedir explicaciones. Llegaron a Cafarnaúm, y una vez en
casa, les preguntó: “¿De qué discutían por el camino?” Pero ellos se quedaron callados, porque en
el camino habían discutido sobre quién de ellos era el más importante. Entonces Jesús se sentó,
llamó a los Doce y les dijo: “Si alguno quiere ser el primero, que sea el último de todos y el servidor
de todos”. Después, tomando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: “El que reciba
en mi nombre a uno de estos niños, a mí me recibe. Y el que me reciba a mí, no me recibe a mí, sino
a aquel que me ha enviado”. Palabra de Dios. A. Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración
DE LOS FIELES
S. Hermanos, el Señor nos promete escucharnos cuando le llamemos en cualquier tribulación.
Siendo él quien nos ayuda y nos defiende con su poder, presentémosle con fe nuestras necesida-
des y angustias, diciéndole juntos:
TODOS: SEÑOR, AUMENTA NUESTRA FE.
L. Acrecienta el amor y la vocación de servicio del Papa, los Obispos, Sacerdotes, Religiosos
y de cuantos animan nuestras comunidades cristianas. Aleja de tu Iglesia todo espíritu de
envidia, discordia y rivalidad, y haz que cada bautizado, se sienta importante y necesario
en la obra salvadora. Oremos. /R.

L..Convierte a los gobernantes del mundo en buenos administradores de los bienes


comunes. Apártalos de la ambición y la codicia por lo mal habido, y hazlos en cambio,
operarios comprometidos al servicio de la libertad, la paz y el progreso de los pueblos.
Oremos. /R.

L..Bendice a los niños para que crezcan en estatura y sabiduría a imagen de tu Hijo.
Protege su inocencia y socorre a los padres y madres de familia en la ardua responsabilidad
de su crianza. Oremos. /R.

L..Conforta en sus dolencias físicas y emocionales a los enfermos y a los adultos


mayores. Bendice con paciencia y fortaleza a cuantos cuidan de ellos, Oremos. /R.

(INTENCIONES LIBRES)
S. Escucha, Padre misericordioso, las súplicas de tu pueblo, tú que por el evangelio nos has
llamado a participar de la gloria de tu Hijo. Y te pedimos humildemente, que nos hagas ser
conscientes de que, solo en el servicio a nuestros hermanos, radica su verdadera imitación. Te lo
pedimos por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Oración sobre
LAS OFRENDAS
Acepta benignamente, Señor, los dones de tu pueblo, para que recibamos, por este sacramento
celestial, aquello mismo que el fervor de nuestra fe nos mueve a proclamar. Por Jesucristo,
nuestro Señor.

Antífona de la
COMUNIÓN
Cf. Sal 35, 8

Tú promulgas tus preceptos para que se observen con exactitud. Ojalá que mi conducta se ajuste
siempre al cumplimiento de tu voluntad.
Oración
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
A quienes alimentas, Señor, con tus sacramentos, confórtanos con tu incesante ayuda, para que en
estos misterios recibamos el fruto de la redención y la conversión de nuestra vida. Por Jesucristo,
nuestro Señor.

LECTIO
DIVINA
Lectura
¿Qué nos dice el texto?

Sb 2, 12. 17-20
En el capítulo 2 del libro de la Sabiduría, los impíos declaran su concepción de la existencia. La vida,
completamente circunscrita dentro del horizonte terreno, efímera y transeúnte, es para gozarla sin
escrúpulos (vv. 6-12a).

El «justo», es decir, cualquiera que sea fiel a YHWH y a sus mandamientos, sigue unos criterios de
vida diametralmente opuestos a los del impío y, por consiguiente, siente como un reproche el
comportamiento del justo, su misma presencia (vv. 12b.14). De ahí su decisión de ensañarse con él,
diciendo, en plan sarcástico, que quiere verificar la autenticidad de la fe que profesa (vv. 17-20).
Aparece un crescendo en las persecuciones que se le infligen, hasta llegar a la sentencia de muerte
(v. 20a). Los impíos esperan probar de este modo la consistencia de la paciencia y de la resistencia
demostradas por el justo (v. 19), así como la consistencia de la seguridad que ha declarado en el
apoyo que le da Dios, su salvador y liberador (vv. 18.20b).

St 3, 16–4, 3
La fe auténtica se manifiesta en las obras, del mismo modo que la verdadera sabiduría se reconoce
por sus frutos (cf. St 3, 13). El autor de la carta de Santiago pone en guardia contra los falsos
maestros, es decir, contra aquellos cuyas palabras no edifican la comunidad en la concordia, sino
que fomentan las divisiones internas. Quien solo se preocupa de sí mismo y se encierra de manera
egoísta en la búsqueda de su propia gratificación, se comporta de tal modo que crea desorden y
turbación en los otros (3,16). Por el contrario, quien acoge la sabiduría, don que Dios concede a
quien se lo pide (cf. Sab 8,21), vive de una manera límpida, sincera, recta.
El elenco de adjetivos calificativos de «la sabiduría de arriba» (3, 17) está compuesto, probable-
mente, teniendo en cuenta la situación concreta de los destinatarios de la carta y pone de relieve
las virtudes que más necesitan. De ese elenco se desprenden los rasgos de una comunidad minada
por las divisiones, los personalismos, las rivalidades. Santiago la exhorta a compararse con el don
de Dios y con la urgencia de encarnarlo en un estilo de vida tolerante, propio de quien acoge a los
otros sin discriminaciones, preocupado no por aparentar, sino por ser. Ese es el estilo de vida de
quien construye la «paz», que es el bien supremo, compendio de cualquier otro (3, 18).

Mc 9, 30-37
Marcos subraya una vez más que los discípulos no comprenden y, para resaltar la distancia que
media entre la palabra del Maestro y su mentalidad pone, a renglón seguido, otros dos dichos de
Jesús. En el primero se afirma que la jerarquía entre los discípulos está estructurada siguiendo el
criterio del servicio y del ponerse en el último lugar: en esto se fundamenta la verdadera grandeza
(vv. 34ss). El segundo dicho une la acogida a Jesús -y por eso al Padre que le envía- a la de un niño
(v. 37). El niño, cuya escasa consideración positiva en el mundo antiguo resulta muy conocida, es
imagen de todos los que no son considerados dignos de atención y de estima; sin embargo, son
precisamente ellos quienes reciben el don del amor de Jesús -cosa que significa mediante el abrazo
(v. 36)- y se convierten en sacramento del mismo Jesús, como él es sacramento del Padre.

Meditación
¿Qué me dice el Señor en el texto?

Se narra el segundo de los tres preanuncios de la pasión que jalonan la subida de Jesús hacia
Jerusalén. A esta enseñanza del Señor, ¡siempre!, sigue la resistencia de los discípulos. Jesús los
(nos) corrige: el ascenso a Dios se produce precisamente en el descenso del servicio humilde, en el
descenso del amor.

Dios mismo, en Jesucristo, se manifiesta en ese descenso: no hizo alarde de su condición divina,
sino que, despojándose de su rango, tomó la condición de esclavo, hasta someterse a la “muerte de
cruz” (cf. Flp 2, 6-9). Los anuncios de la pasión encuentran su culminación en la explicación que
sigue al último de ellos: “El Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar
su vida en rescate por todos” (Mc 10, 45).

Jesús es el “siervo” de Dios que padece y muere, tal como el profeta Isaías había previsto en sus
cantos. El “servir” es la verdadera forma de reinar, y nos deja presentir algo de cómo Dios es “Señor”.)
Oración
¿Qué le respondo al Señor que me habla?

Señor, envía de lo alto tu Espíritu de sabiduría, para que haga de mi vida una obra de paz. Que
pueda encontrarte y reconocerte como el Dios que sale a mi encuentro y da vida nueva. Amén.

Contemplación
¿Cómo hago propias las enseñanzas del texto?

«El que quiera ser el primero, que se haga el último y el servidor de todos».

Acción
¿A qué me comprometo?

Hoy el Señor me invita a hacerme el último y servidor de mis hermanos. Ayudaré ayudar “silenciosa-
mente” y con generosidad a personas necesitadas materialmente o por enfermedad de mi comuni-
dad. Voy a escribir esto para no olvidarlo y al fin de semana evaluar mi compromiso cumplido.

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la hoja El Domingo, colocamos 0134-0329-5532-9104-6435 RIF: J-000638357
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